domingo, 22 de marzo de 2015

LA GESTION DEL MACRISMO EN LA CIUDAD DE BUENOS AIRES Dolarizar las deudas

Por Santiago Mancinelli *
La gestión de Mauricio Macri en la ciudad de Buenos Aires es un espejo en el que se refleja el futuro que le espera a la Argentina si llega a ser electo presidente. Su política de dolarización y aumento de la deuda externa de la CABA da cuenta del compromiso que tiene con los grupos económicos que lograron transformarlo de heredero de una fortuna familiar en jefe de Gobierno de los porteños y después en candidato a la presidencia de la Nación.
Endeudamiento y dolarización caracterizan su gobierno, que sigue la senda trazada por la dictadura cívico-militar primero y la convertibilidad después. Por ese camino, aumentó la deuda externa de la CABA de 196,2 millones de dólares en el 2007 a 2043,1 millones de dólares al 30 de septiembre del 2014 (941 por ciento de aumento), según el Mensaje del Proyecto de Ley de Presupuesto de la Administración del Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires para 2015. La deuda externa en 2007 fue el 0,3 por ciento del Producto Bruto Geográfico y se elevó al 1,9 por ciento del PBG en 2014, o sea, un aumento del 460 por ciento. La deuda externa con respecto a los ingresos corrientes pasó del 6,6 por ciento en el 2007 al 31,6 por ciento en 2014, contabilizando un aumento del 377 por ciento. Con respecto a los gastos corrientes, la deuda en dólares y euros pasó del 6,6 por ciento en 2007 al 24,6 por ciento en 2014, con un aumento del 274 por ciento. La participación de la deuda en moneda extranjera sobre la deuda total pasó del 34 por ciento del total a fines de 2007 al 97 por ciento del total a septiembre de 2014.
Hubo un fuerte proceso de dolarización de la deuda de la Ciudad de Buenos Aires, que provocará altos costos ante eventuales corrimientos del tipo de cambio. Una deuda dolarizada condiciona a quien la toma a los vaivenes del país emisor de la moneda y genera el costo de los inestables y constantes movimientos de capital financiero en el mundo. Los flujos de capitales pueden rápidamente salir del país que no emite los dólares poniéndolo en dificultades para cumplir con sus compromisos.
La política de Macri es un claro contraejemplo de lo que ha venido realizando el gobierno nacional desde 2003, esto es, reducir a mínimos históricos el grado de exposición de la deuda pública en dólares. El grado de condicionamiento que pueda tener la deuda en pesos contra el Banco Central, Anses o Banco Nación, no es el mismo que tiene una deuda contraída en dólares por encima de las posibilidades de repago.
La gestión macrista comienza a contraer deuda externa a partir de 2009 mediante la colocación del Bono Ley 3152 art. 3-Serie 7 por 50 millones de dólares. Al año siguiente vino la colocación del Bono Ley 3152 art. 3- Serie 8 por 475 millones de dólares, para luego en 2012 colocar el Bono Ley 3894 y 4037, Serie 10 por 415 millones de dólares. En 2013 hubo tres colocaciones de bonos en moneda extranjera más por 429,2 millones de dólares, para terminar en septiembre de 2014 con cuatro nuevas colocaciones de bonos en dólares por 387 millones de dólares más.
El Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires ha camuflado la dolarización de la deuda de la Ciudad mediante la conversión de todas las deudas a dólares, según el cierre del tipo de cambio oficial del Banco Central.
De diez bonos emitidos con vigencia actual por la Ciudad de Buenos Aires, hay nueve bonos que amortizan en los próximos cuatro años de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires. Sólo el Bono Ley Nº 4810-Clase 6 amortiza el 28 de enero del 2020. El perfil de vencimiento de deuda es mayormente de corto plazo.
Los bonos fueron emitidos para refinanciar deuda producida por el déficit fiscal continuo y en aumento que comenzó en 2007 con 75,8 millones de pesos (0,04 por ciento del PGB) y cerró el 2014 con 15.597,3 millones (1,7 por ciento del PGB), con un aumento del déficit con respecto al Producto Geográfico Bruto del 4,045 por ciento. Por otro lado, tomó deuda para obras que se han realizado muy parcialmente, como los subtes o viviendas, o con enormes demoras en la ejecución, habiendo permanente subejecución presupuestaria y alto costo de toma de deuda sin utilizar y con la onerosa obligación de pagar intereses según condiciones de emisión de la deuda.
La Ciudad de Buenos Aires registró un Producto Bruto Geográfico de 646.980 millones de pesos al 31 de diciembre de 2013 que la convierte en la ciudad con mayor proporción de riqueza por habitante de la Argentina. El PBI per cápita se situó en 35.450 dólares, similar al PBI per cápita de Hong Kong (38.123 dólares), Italia (35.925), Japón (38.633) y por encima de España (29.863), según datos del Banco Mundial para 2013. Con semejante generación de riqueza, no debiera ser necesaria la toma de deuda para financiar gasto corriente, tal como se detalla en las emisiones de bonos de deuda de la gestión macrista.
El plan de dolarizar y aumentar la deuda pública no es un planteo nuevo, es parte del recetario clásico del neoliberalismo para los países periféricos e incluso de los emergentes de la Zona Euro. En todos los casos, las crisis de sobreendeudamiento produjeron crisis sistémicas en los países deudores y han puesto en escena la decadencia de tales políticas para el conjunto de la población. Cabe preguntarse si la crisis de comienzos de siglo no fue antídoto suficiente para que los argentinos pudiéramos vacunarnos de los dirigentes que proponen volver al mismo tipo de políticas
* Economista (Ubaunr). Miembro del Consejo Técnico Profesional PJ Capital.

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