Por Sebastián Premici
El gobierno nacional enviará al Congreso un proyecto de ley para (re)crear la empresa Ferrocarriles Argentinos, Sociedad del Estado, que tendrá a su cargo la gestión del transporte de pasajeros de corta, media y larga distancia, como también el manejo de toda la infraestructura del transporte de carga. La iniciativa parlamentaria representará el último eslabón dentro de una serie de decisiones administrativas cuyo objetivo último ha sido la estatización del sistema ferroviario, luego de ocurrida la tragedia de Once. El primer paso se dará hoy con la publicación en el Boletín Oficial de una resolución del Ministerio de Interior y Transporte a partir de la cual las operaciones del Mitre, San Martín, Belgrano Sur y Roca, que están en manos de los privados Roggio y Emepa, pasarán al Estado nacional. A su vez, en los próximos días, el Poder Ejecutivo firmará un decreto a través del cual recuperará toda la infraestructura de carga privatizada en la década del ’90.
“¿Sabén qué día es hoy?”, preguntó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner durante su discurso en la apertura de las Sesiones Ordinarias del Congreso. La respuesta vino desde uno de lo palcos. “¡Es el Día del Ferroviario!”, gritó un trabajador. “Es verdad, es el Día del Ferroviario –retomó su discurso CFK–. También hace 67 años Juan Domingo Perón tomaba la decisión de nacionalizar los ferrocarriles. Por eso enviaré al Congreso un proyecto de ley para recuperar la administración de los ferrocarriles argentinos”, sostuvo la mandataria, interrumpida luego por los aplausos de la bancada del Frente para la Victoria y los militantes ubicados en los distintos palcos del Palacio.
Luego de la tragedia ferroviaria en la que murieron 51 personas, el Gobierno decidió romper la inercia en el manejo de los ferrocarriles, caracterizada por la falta de inversiones por parte de las empresas privadas y la ausencia de controles por parte del mismo Estado. La recuperación del sistema ferroviario fue paulatina. A través de la Sociedad Operadora Ferroviaria (Sofse) y la Administración de Infraestructura Ferroviaria (ADIF), el Gobierno comenzó a invertir en nuevas vías, trenes, señalamiento, medidas de seguridad. A su vez se hizo cargo de los sueldos de los trabajadores de las líneas metropolitanas.
El rol de los privados quedó circunscripto a la operación diaria. Desde febrero del año pasado, el grupo Roggio había quedado a cargo del Urquiza, San Martín y el Mitre, mientras que Emepa quedó a cargo del Belgrano Norte, el Roca y el Belgrano Sur. “Establecimos reglas claras para las empresas operadoras y ahora van a tener que demostrar que son eficientes. Cuando no cumplan serán sancionadas y, de ser necesario, el Estado se hará cargo del servicio”, había reconocido a este diario un colaborador cercano de Florencio Randazzo, ministro de Interior y Transporte.
El caso del Sarmiento es paradigmático, no sólo porque fue la línea donde ocurrió la tragedia de Once, sino porque sirve para explicar los pasos paulatinos del Estado hasta llegar a la recuperación total del sistema ferroviario. Tras la salida del Grupo Cirigliano, el Gobierno le otorgó la operación al consorcio de empresas formado por el Grupo Roggio y Emepa, bajo el paraguas de la Sofse. Sin embargo, tras un nuevo accidente en ese ramal, en octubre de 2013, el Estado les quitó la operación a los dos privados y tomó el control completo de la operación. Pero las empresas Metrovías (Roggio) y Ferrovías (Emepa) continuaron con la gestión del Mitre, San Martín, Belgrano Sur y Roca. Hasta hoy.
“La línea San Martín tuvo un incremento de gastos en 2014 –que cubre el Estado– de 77 por ciento, el Roca, un 27 por ciento, el Belgrano Sur, un 56 por ciento y el Mitre, un 51 por ciento. ¿Saben cuánto aumentó el costo del Sarmiento, que es manejado por el Estado? Un 17 por ciento. El ahorro con la eventual estatización de las líneas aún administradas por el sector privado será de 415 millones de pesos adicionales”, explicó la Presidenta. La renovación de las flotas que circulan por el área metropolitana le insumió al Estado una inversión de 1200 millones de dólares. “Un candidato presidencial salió a decir que compartía todas las banderas del justicialismo. Si comparte esos principios, calculo que su bancada acompañará el proyecto de ley”, agregó CFK. Estaba hablando de Mauricio Macri. El diputado Federico Pinedo (PRO) respondió a la ironía de la mandataria con el gesto de los dedos en V. El senador Diego Santilli, de historia peronista, reía.
La empresa Ferrocarriles Argentinos, Sociedad del Estado, será el nuevo paraguas legal y operativo para la gestión de las líneas metropolitanas y también el manejo de la infraestructura del transporte de cargas. Las privatizaciones de la década del ’90 también significaron la entrega de la infraestructura básica de esos servicios, como, por ejemplo, las vías. En este sentido, el Ejecutivo dictará un decreto para recuperar esa infraestructura con el objetivo de tomar decisiones estratégicas sobre el transporte de carga. La operación diaria seguirá en manos de los privados, pero el Estado tendrá un mayor control.
Es decir, el proceso llevado adelante por el Gobierno en el transporte de pasajeros será replicado ahora para el transporte de carga. “El Belgrano Cargas volverá a circular por todo el interior del país, lo cual permitirá mejorar la economía de los productores argentinos”, concluyó Fernández de Kirchner.
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