“En el 2006 yo me presenté como querellante y la causa sigue abierta con la presión que hacemos los familiares para que se declare delito de lesa humanidad”, aseveró Susevich, cuya hija murió en la explosión del edificio de la calle Arroyo y Suipacha, el 17 de marzo de 1992.
En este sentido, consignó que, si bien “la causa en este momento está estancada”, los familiares comenzarán a “tratar de que se mueva lo más rápido posible, sobre todo a ver si toman en cuenta la investigación sobre la conexión local que colaboró para que ocurriera el atentado”.
Durante una entrevista con Metro, el hombre y único querellante en representación de los familiares en la causa por el atentado contra la embajada de Israel salió al cruce de lo señalado ayer por el titular de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti, quien aseguró que se trata de “cosa juzgada”.
"Con el resto de los familiares trataremos de consensuar a ver si hacemos o no una presentación frente a la Corte Suprema. Lo decidiremos en los próximos días, antes del acto del 17 de marzo”, consignó Susevich, quien confirmó la convocatoria a un acto en el lugar del ataque para ese día, en Arroyo y Suipacha, al cumplirse un nuevo aniversario del atentado.
Por otro lado, Susevich diferenció el atentado de la representación diplomática del atentado contra la sede de la AMIA: “El de la Embajada tiene connotación política, diplomática y, también, de orden financiero y económico; el de la AMIA, es un organismo nacional que agrupa a la comunidad”.
“Son dos cosas totalmente distintas y dos objetivos completamente diferentes”, aseveró Susevich, padre de una de las 29 víctimas del atentado a la embajada de Israel en Buenos Aires.
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