lunes, 17 de noviembre de 2014
LOS MISTERIOS DEL 11S La segunda muerte de Osama Por Walter Goobar
Comando. Robert O`Neill afirma ser el tirador que ultimó a Osama Bin Laden en su residencia de Pakistán.
Una nueva fábula sobre la muerte de Osama Bin Laden se sumó en estos dias a la película de Kathryn Bigelow (La noche mas larga) y el libro publicado por un presunto miembro del equipo de Navy Seals, que apunta a dar credibilidad a la versión del Pentágono que Osama Bin Laden murió por segunda vrz en Abbottabad, Paquistán, una década después de su primera muerte por enfermedad.
El presunto asesinato de Bin Laden a manos de un equipo de los Navy Seals fue una operación de propaganda, cuyo propósito fue darle a a Barack Obama una pátina de héroe que contempló el asesinato virtual en tiempo real a través de los monitores de la Casa Blanca, y doblegó toda resistencia de sus correligionarios demócratas que no querían reelegirlo como candidato para un segundo mandato. Además, Washington necesitaba oficializar la muerte de Bin Laden para reciclar a Al Qaeda y sus combatientes como núcleo central de su más reciente engendro: el Estado Islámico, que fue utilizado como fuerza de choque en Libia y en Siria.
Lo cierto es que el relato oficial sobre los atentados del 11-S hace agua por todas partes. Lo mismo ocurre con la saga sobre la vida y la muerte de Osama Bin Laden. No hay manera de explicar estas contradicciones si no se comprende que aquellos atentados y su presunto protagonista fueron decisivos para embarcar a los Estados Unidos en una serie de guerras interminables y, al mismo tiempo, instaurar un Estado policial que acabó con una larga lista de garantías y derechos constitucionales. Tampoco es una casualidad que esta nueva falsa versión reaparezca pocos días después de que Obama sufrió una apabullante derrota en las elecciones de medio término.
Este jueves –en coincidencia con el Día del Veterano–, se desató en Estados Unidos una controversia pública sobre quién realizó el disparo que hace tres años mató oficialmente a Osama bin Laden.
El ex miembro de los Navy Seals –una fuerza especial de la Marina de EE.UU.– Robert O’Neill, de 38 años, le dijo al diario estadounidense The Washington Post que él fue el autor del disparo mortal que acabó con Osama bin Laden en mayo de 2011 en su complejo de Abbottabad, Paquistán.
O’Neill es un veterano con múltiples condecoraciones por su participación en las guerras de Irak y Afganistán, según el diario estadounidense.
En una entrevista con The Washington Post, O’Neill aseguró que fue él quién disparó el proyectil que impactó en la frente de Bin Laden. Aunque también reconoció que otros dos soldados dispararon al mismo tiempo.
Sin embargo, el libro escrito por el veterano Matt Bissonnette y publicado hace más de un año, contradice la versión de O’Neill. O’Neill dijo que él y otro miembro del equipo, cuya identidad permanece oculta, subieron a la tercera planta del complejo donde estaba Bin Laden y lo vieron asomar la cabeza por la puerta de una de las habitaciones.
El soldado sin identificar, que lideraba el grupo, disparó pero erró, según O’Neill. Un instante después, siempre según su relato, O’Neill entró en la habitación y mató a Osama bin Laden con disparos en la cabeza.
Sin embargo, en el libro No Easy Day, Bissonnette escribió que fue el otro hombre quien mató a bin Laden.
Según explica The Washington Post, O’Neill iba a revelar su historia la próxima semana en la guerrierista cadena Fox News y en el diario, pero la web Sofrep, en manos de ex miembros de los Seals, desbarató sus planes al revelar su identidad como protesta por su decisión de explicar su papel en la misión.
Según Paul Craig Roberts, el verdadero Osama Bin Laden murió en diciembre de 2001 de insuficiencia renal y otros problemas de salud, habiendo negado en su último video grabado cualquier responsabilidad en el ataque del 11 de septiembre, invitando a los estadounidenses a mirar dentro de su propio gobierno. El mismo FBI admitió que no hay evidencia de que Osama Bin Laden haya sido responsable de los ataques del 11 de septiembre. El obituario de Bin Laden apareció en varios medios internacionales y árabes, y también en Fox News. Nadie puede sobrevivir insuficiencia renal por una década, y no se encontró ninguna máquina de diálisis en el supuesto complejo de Bin Laden en Abbottabad,ubicada a escasos 200 km del último lugar donde Bin Laden se encontraba teóricamente cercado por fuerzas estadounidenses. Ni la bonaerense hubiese tardado una década en peinar 200km.
No hubo autopsia, nadie vio el cuerpo del muerto y ni siquiera hay testimonios de los miembros de la tripulación del barco desde el cual la Casa Blanca informó que el cadáver de Bin Laden fue arrojado al mar. De alguna manera, un entierro se llevó a cabo a bordo de un barco en el que hay guardias constantes y tripulación en estado de alerta a toda hora, y nadie fue testigo de ello.
Adicionalmente, la historia de la Casa Blanca del supuesto asesinato de Bin Laden cambió dos veces en las primeras 24 horas. La afirmación de que Obama y su gobierno observaron la acción transmitida en vivo desde las cámaras en los cascos de los Seals fue abandonada rápidamente, a pesar de la publicación de una foto de Obama con la atención centrada en un televisor en el que supuestamente estaban viendo la acción en vivo. Ningún video del hecho fue alguna vez publicado. Hasta la fecha no hay evidencia alguna de la afirmación del gobierno de Obama. Ni un pequeño trozo. Sólo versiones...
Además, testigos entrevistados por la televisión de Paquistán informaron que sólo un helicóptero aterrizó en Abbottabad y que cuando los ocupantes del helicóptero regresaron del supuesto complejo de Bin Laden, el helicóptero explotó en el despegue y no hubo sobrevivientes. Es decir, no había ningún cadáver para entregar al barco que no presenció un entierro y ningún héroe SEAL que regrese y que supuestamente asesinó a un desarmado Bin Laden. Adicionalmente, la BBC entrevistó a residentes de Abbottabad, incluyendo a los vecinos próximos del supuesto “complejo de Bin Laden”, y todos dicen que ellos conocían a la persona que vivía ahí y que no era Bin Laden.
Cualquier Seal que fuese tan estúpido como para matar al desarmado “Cerebro del Terrorismo” probablemente habría sido juzgado en una corte marcial por incompetencia. Rob O’Neil se presenta como un “orador motivacional” en busca de clientes. Qué mejor táctica entre los estadounidenses crédulos que el afirmar “Yo soy el que disparó a Bin Laden”. ¿Qué mejor manera de dar validez a la afirmación de O’Neil que el Pentágono denuncie su revelación por violar la obligación de permanecer en silencio.
16/11/14 Miradas al Sur
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