Por Washington Uranga
Un estudio realizado por un equipo de investigadores de la Maestría en Industrias Culturales (MIC) de la Universidad Nacional de Quilmes (UNQ) sobre el uso y consumo de la Televisión Digital Abierta (TDA) en Argentina concluye que, si bien la penetración es baja, de apenas el 5 por ciento en términos absolutos en relación con el total de la muestra (ver Gráfico 1), el porcentaje aumenta significativamente (al 20 por ciento) cuando se toma en cuenta solamente a aquellas personas que no tienen servicio de cable (TV paga). A ello debe agregarse que entre quienes probaron y/o usan la televisión digital existe un alto nivel de aceptación: el 76 por ciento baleará los contenidos y la nitidez de la TDA respecto de la televisión tradicional, en tanto que el 65 por ciento de los consultados aprecia positivamente la variedad de la programación.
El estudio, encabezado por los investigadores Guillermo Mastrini, Martín Becerra y Santiago Marino, contó con el apoyo del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva y se concretó a través de una muestra realizada en los partidos bonaerenses de San Fernando y Quilmes, concretada en tres etapas entre octubre de 2011 y marzo del 2013. El equipo de investigadores se completa con Julián Gadano, Tomás Bieda, Ana Bizberge, Raúl Perea y Carla Rodríguez Miranda.
Entre los principales hallazgos subrayados por los investigadores se señala la “alta penetración de la TV analógica e incipiente propensión al recambio hacia aparatos digitales (LED, LCD, etc.)” y, al mismo tiempo, el “crecimiento de la penetración de computadoras en sus distintas versiones y de la conexión a Internet, de acuerdo con las cifras de encuestas nacionales”.
La baja penetración alcanzada hasta el momento por la TDA de acuerdo con la muestra estudiada está claramente relacionada con la dificultad para acceder a los decodificadores. En otro nivel el trabajo deja en evidencia que la penetración de la televisión digital terrestre (18,6 por ciento) sigue siendo sumamente inferior a la televisión analógica (81,4 por ciento) según se consigna en el Gráfico 2.
Por otra parte, el acceso a la TDA está casi exclusivamente basado en las políticas gubernamentales de fomento de la TDA, tal como queda demostrado en el dato de que el 98 por ciento de los usuarios recibieron el decodificador de modo gratuito por parte del gobierno nacional. En este mismo sentido se advierte que los jubilados son quienes mayoritariamente (40 por ciento) accedieron a un decodificador de manera gratuita, seguidos de quienes se encuentran desocupados (22 por ciento) y quienes realizan trabajo manual (18 por ciento) no calificado respectivamente.
En la investigación de la MIC, que aborda además otros aspectos del consumo televisivo, se afirma también que “en términos generales puede indicarse que el nivel de conocimiento sobre la televisión de alta definición entre los encuestados es bajo”, aunque se admite que este hecho puede estar relacionado con “el segmento socioeconómico de la muestra donde la renovación del parque de televisores hacia los nuevos equipos se da de manera más lenta”. Por la misma razón el 48 por ciento de los encuestados no responde ante la declaración de que “la TV HD es diferente”, sólo un 20 por ciento está “totalmente de acuerdo” con la aseveración y un 22 por ciento “de acuerdo”. Entre los abonados al cable que reciben TV en HD, el 88 por ciento acordó que es notoria la diferencia entre el sistema estándar y la alta definición. Pero la gran mayoría de quienes aún no acceden a la televisión de alta definición no está dispuesta a pagar una diferencia por el pasaje entre las dos tecnologías.
Otro dato interesante que resulta del estudio es que para la mayoría de los entrevistados es muy difícil imaginar la vida sin televisión, entendiendo que la TV es un acompañante y una avenida de entrada y salida del mundo. Según se señala textualmente: “Entrada a un mundo que resulta una entelequia. Un mundo inaccesible, que no se puede aprehender, de realidades complejas; por ejemplo el ‘mundo de la política’. Y es también salida de la propia realidad. La TV muestra otras realidades deseadas y ratifica o conforma el aspiracional”. En el mismo sentido se afirma que “la TV es mucho más que una fuente de entretenimiento: es una fuente de conocimiento. Donde los televidentes se informan y aprenden, de una forma ‘poco costosa’ y efectiva”. Se agrega también que “una de las virtudes que los usuarios de TDA reconocen es que ‘enseña’, a diferencia del cable que sólo entretiene porque lo único que quiere es vender”.
Los entrevistados fueron consultados asimismo acerca de su apreciación sobre el nivel de “politización” de la televisión argentina. Seis de cada diez respondieron que la TV “es plural”, pero la mitad asegura igualmente que la TV es cada vez más oficialista (ver Gráfico 3). Según se afirma en el estudio, “esta opinión podría obedecer al aumento de la publicidad oficial en la transmisión de contenidos de interés general” como el fútbol y, en general, los eventos deportivos. Pero por otro lado se advierte que para parte del público “el ser ‘oficialista’ no es necesariamente contradictorio con ser ‘plural’”.
También hay una valoración cualitativa de los contenidos televisivos. El 48,4 por ciento de los encuestados sostiene que los contenidos no son “ni malos ni buenos”, poniendo en evidencia una postura que los investigadores califican de “escéptica”. A ello se agrega que el 34,6 por ciento sostiene que los contenidos son “buenos” y apenas el 12,4 por ciento los califica de “malos”. Para el 1,7 por ciento son “muy buenos” y para el 0,3 por ciento son “muy malos” (ver Gráfico 4).
Entre las recomendaciones que se derivan del estudio se subraya que, debido precisamente al alto grado de aceptación que muestran quienes accedieron a la TDA, “la política acertada sería una mayor inversión en difusión y extensión del servicio”. En la misma línea se señala la importancia de “fomentar la generación de nuevos contenidos y las pantallas de distribución a partir de los programas destinados” a la ampliación del servicio de la TDA, así como “diseñar modelos de sustentabilidad y/o rentabilidad para la producción de contenidos, a través de esquemas o alianzas público-privado-comunitarias que incluyan el desarrollo de los servicios interactivos, móviles y a demanda, los cuales se presentan como llave que podría atraer a nuevos usuarios”.
* El texto completo de la investigación puede encontrarse enhttps://es.scribd.com/doc/238478587/InformeTDA-Para-Web
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