martes, 30 de marzo de 2021

http://www.elortiba.org/old/cbazo.html Gringo Tosco, In memoriam

 La conspiración de los iguales


Por Juan Carlos Cena

A los compañeros que participaron de estos hechos a 36 años del Cordobazo.

El represor, desencajado, grita, gesticula y no entiende.
-¡¿Cómo que no está?!
¡¿Cómo que no lo escuchan?!
¡Peinen Córdoba!
¡Rastrillen, rastrillen!-
Ya lo hicimos Comisario, no hay rastros.
-¿Sólo la ciudad?
¡No, carajo!

La provincia, todo el territorio. Yo sé que está aquí, lo siento, lo huelo...

-Rastrillamos desde Ojo de Agua, Tulumba, Deán Funes, Quilino, la zona de Ascochinga, las sierras y tras las sierras, al sur, por sus pagos: Coronel Moldes y pueblos vecinos, los barrios y nada, ni rastros.

-Continúen, ¡todos a buscarlos, todos! -
-grita el Comisario.
-Están todos, hasta los que tenían parte de enfermo, todos salieron a buscarlo. Sólo encuentran silencio.
-¡Pero, carajo!
¿Y sus compañeros, qué dicen, qué comentan?,
¡Qué me vienen con el silencio, alguien, alguno debe decir algo!
-Nada. Silencio. Nadie pronuncia su nombre, como si lo hubieran olvidado, guardado. Sólo se miran entre sí, eso, sólo eso, se miran, y nada más...
-¿Olvidado, guardado...?
¡Por favor! ¿Entonces, qué dicen las miradas? -
-reclama el Comisario fuera de sí.-No sabemos, señor, no entendemos esa manera de mirar, no es fácil; miran de costado, de soslayo y así, nunca derecho.
-¡Síganlas carajo!
-bramaba lleno de babas el Comisario-
Es una orden, persigan las miradas, espíen su rumbo, espíen...
-Señor, perdón, pero cómo lo hacemos. Además, miran a plena luz y no se puede distinguir si doblan o siguen rectas, si son cortas o largas, ¿cómo leer el significado que usted pide? Se espejan con la luz y como si se disolvieran, no se ven..., se hacen resolana.
-Persigan las miradas, es una orden. Esas miradas tienen huellas, recorrido, ¡aprendan carajo!
¡Tienen olor, olor!
-¿...?-
Y en el taller, donde trabajaba,
¿qué dicen, qué comentan?
¿No hay conversaciones, comentarios, chismes, ah...
?-Nada, señor comisario, nada, todo es simulación, nadie dice nada...
-¿Cómo que nada, que disimulo?
¿Y en los baños, qué?
¿Acaso no hablan?
¿Quién lo reemplaza, qué dice?
-Es un obrero común, sin antecedentes, ya lo investigamos.
-¿También está callado?
-Sí señor Comisario, está callado, es puro silencio. Sólo que al final de la jornada, limpia, ordena y guarda las herramientas que eran del otro.
-¿Cómo?
¿Y eso no les dice nada?
¡Ustedes no ven!
¿No se dan cuenta que si limpia, ordena y guarda las herramientas es que lo esperan?
¿Que está dentro del territorio y que es mentira lo de su enfermedad?
¿No se dan cuenta de que no es esperanza sino certeza de que Tosco regresará?
Sí, certeza es lo que tienen, certeza de que regresará.
¡Lo esperan!
-Señor, el que limpia, ordena y guarda las herramientas, según nuestros informantes, dice que hace eso porque aún las herramientas no son suyas, sino del Gringo, y que además, que las cuida porque él le enseñó el oficio, y eso nunca dejará de agradecerlo. Es muy fuerte, dice este operario, porque nunca se olvida al que te enseñó el oficio. Así nos dicen otros y otros obreros..., que es muy fuerte eso de la enseñanza.
-¡Son macanas!
¡Búsquenlo!
No jodan con más boludeces-

brama el Comisario García Rey, hombre de confianza del brigadier Raúl Lacabanne y de López Rega.

En septiembre del l974 la Triple A asesina al abogado Alfredo Curuchet ,defensor de presos políticos, y al negro Atilio López, ex secretario general de UTA y ex vicegobernador de Córdoba. En octubre es allanado el Sindicato de Luz y Fuerza y el juez ordena la captura del Gringo y otros activistas. Tosco pasa a la clandestinidad. Desde entonces, un silencio recorre la ciudad, las sierras, el norte hosco y el sur, tras las sierras y así todo el territorio. Es la presa más buscada por las babas represivas. No hay pausas, a todo tiempo, en cualquier lugar, requisas, allanamientos, se sigue a la gente, los amigos, la familia, si compra de más o de menos en el almacén, vigilado el barrio, el sindicato, los centros vecinales, toda la jauría suelta, babeante.

El Gringo continúa comunicándose con sus compañeros, visitándolos, a veces, en sus lugares de trabajo y otras, dando conferencias de prensa. Aparece y, de repente, luz. Su salud es delicada, pero debe viajar a Buenos Aires. Partidos y organizaciones políticas -en especial el PRT, en nombre de otras agrupaciones guerrilleras ofrecen una tregua, le solicitan que sea prenda de unidad entre todos los que oponen al golpe de estado en gestación. El es el único escuchado y respetado por todos, ferviente defensor de la unidad. Decide viajar. No hay consejo que lo detenga, ni la sola insinuación de su estado de salud: cuando se lo mencionan se cabrea de lo lindo.

Raúl Lacabanne, el interventor de Córdoba, impuesto por el gobierno central, presiona en forma permanente a la policía reclamando su captura. El gobierno sabe que la salud del Gringo es delicada, aunque no grave. Como medida precautoria, vigilan farmacias, laboratorios, requisan ambulancias, el control no decae.

-El Gringo tiene que viajar, hay que sacarlo de Córdoba -
-repiten una y otra vez los compañeros que están con él en todo momento.
-¿Cómo?
-es la respuesta afligida. Córdoba está cerrada en todas sus salidas, carreteras, aeropuertos, ómnibus, las estaciones del ferrocarril. Pensemos, pensemos...
Son muy pocos, en un principio, los que piensan. Conspiran con cuidado cada paso a dar, pero falta algo. Siguen pensando y se acuerdan de los otros, sus iguales, los ferroviarios. Les cuentan la aflicción, piensan entre todos y resuelven conspirar juntos. Es una conspiración obrera, de iguales. Y la imaginación aparece y se asocia a ellos, esta vez en forma colectiva. La imaginación conspira con los conspirados.
-¡Novedades!
-requiere García Rey.
-Ninguna, señor Comisario
-es la repuesta unánime.
-¡¿Cómo que ninguna?!
-Dicen nuestros informantes que por los barrios, por las usinas, en el taller del Villa Revol, en todos lados, Tosco se volvió invisible, es el comentario más fuerte que se escucha, así dicen señor Comisario.Un tipo, ante la pregunta de uno cualquiera
'¿dónde estará el gringo Tosco?', contesta: 'Invisible, ¿dónde va a estar?'. Sí, es así no más la cosa, dicen: 'porque si el pueblo quiere, te hace invisible'. Desde entonces, se ve a la gente más tranquila, están alegres, ven pasar una hebra seca de amor seco montada en una brisa y joden con que ahí va el Gringo, la soplan y soplan para que remonte y se eleve más alto, se matan de risa entre resoplido y resoplido.
-¡Cómo mierda se va a volver invisible!
¡Lo único que falta, que entremos en brujerías y en creencias del campo, boludeces!
-Lo hicieron invisible, señor, y eso que dijo este tipo rueda por todos lados.
-¡Atrápenlo! ¡Atrápenlo! -grita el Comisario corriendo a todos de su despacho.

El Rayo de Sol está en el andén. La formación del tren ha entrado reculando, furgones postales y de encomienda, coches de clase única, de primera, coche comedor, pullman y los dormitorios al final. Estos enfrentan la entrada principal de la Estación del Ferrocarril Mitre. Un gentío compuesto por pasajeros, mozos de cordel, parientes o amigos estacionados frente a alguna ventanilla gesticula recomendaciones. Canillitas, un carro con golosinas ofreciendo los famosos alfajores cordobeses, personal ferroviario, de azul, vestidos de guarda y camareros, canas de uniforme y de los otros. Todo es movimiento, voces en todos los tonos. El Rayo de Sol partirá a las 22 horas.

Es el día elegido por los conspirados, la imaginación colectiva en acción. Todo se ha gestado en silencio. Es un silencio con sonido propio, acorazado, lleno de luz y aromas, fuerza y riel. Tosco está ya en la ciudad, concreto e inmaterial a la vez. El reloj marca las 21,50. En eso, todo se oscurece. Un apagón imprevisto, ¡qué contrariedad! Los gritos, las exclamaciones, el quejido por el miedo a las tinieblas, y la inmovilidad que genera. La estación de tren, la terminal de ómnibus, las calles, los semáforos, todo es cerrazón. Todo está quieto. Sólo dos pequeñas linternas alumbran los escalones de entrada a la estación, como dos diminutas luciérnagas iluminan los pasos del Gringo Tosco. Dos compañeros van a su lado, como vaqueanos y custodia. El se deja orientar, son de su absoluta confianza. Entran al andén. Dos compañeros se arriman y señalan el coche dormitorio correspondiente. En las escalerillas el camarero se hace cargo y los conduce hasta el camarote designado, quedan dos junto al Gringo, se cierra la puerta. Bajan, esconden las linternas, vuelve la luz y la exclamación de la gente y los pestañeos de acostumbramiento.El auxiliar de la Estación del Ferrocarril Mitre hace sonar las primeras campanadas, las de las 2l,55. Las que anuncian que dentro de cinco minutos el tren parte. Todo es ajetreo, cinco minutos de apagón retrasaron los quehaceres.

El reloj marca las 22 horas. Algunas miradas controlan especialmente la rotación de las manecillas. Fueron los cinco minutos más largos de todos los tiempos. Las últimas campanadas anuncian la partida. El guardatren da salida al Rayo de Sol: pito y bandera verde. Comienza a estirarse la formación de coches, se mueve y se va lentamente, llena de rechinamientos y chirridos de ruedas y riel, y la exhalación de aire excedente de los frenos, todo se mezcla entre las voces y los gritos. Unos agitan saludos, otros agitan silencios, el pecho que revienta, el aire que no alcanza, el convoy se va, se empequeñece pesadamente guardando un secreto, el farol rojo titilante del último coche señala la lejanía. Los conspirados del andén se disuelven entre la gente. Uno de ellos sube a los altos de la estación, a la oficina de Control Trenes, empuña el manipulador y transmite en morse y en clave que el tren de la conspiración ya partió con esa carga tan preciada.

Estación Ferreyra, la locomotora acelera y el traqueteo de los rieles se hace música en los oídos de los pasajeros conspirados. Villa María, se detiene el tren, es parada por diagrama. No hay requisa. Se van apagando las luces de los coches, la formación se hace borrosa, y un misterio particular la envuelve.El Gringo reposa, dormita, a veces sueña y recuerda lentamente los rostros de los compañeros, las asambleas al aire libre, las discusiones con los estudiantes, las agarradas con Alberti, las opiniones del Flaco Canelles, las conversaciones con Solari Irigoyen, la solidaridad del doctor Illia, la polémica franca con Santucho, la ternura hacía Atilio López; la familia, ¡ah!, la familia: los hijos, las cartas escritas desde la cárcel a Malvina y al Agustín, cuánto amor le ponía a cada palabra; los vecinos, tanto tiempo sin verlos; Trelew, Villa Devoto, la escuela de Artes y Oficios, las herramientas y el trabajo, piensa cómo le gustaría sentir la sensación de la lima y también enseñar... Se duerme y despierta al rato sobresaltado..., piensa en los riesgos que corren los compañeros que lo acompañan... Siempre pensando en los otros con ternura, y la ternura que no cesa, así lo agoten los primeros dolores.
-Está todo bien, Gringo, descansá, todo va a salir bien.

Pero él sigue pensando en la nueva tarea, no deja de pensar.Todos dormitando. Ha pasado un tiempo prolongado. El Gringo entra en un largo sueño, y se aquieta. Se escucha el entrecruces de vías, el tren aminora la marcha, más entrecruces de vías y el tren que se detiene. Dos golpes de contraseña. El camarero les anuncia:-Rosario. Uno de ustedes tiene que bajar conmigo.

Recién ahí, en ese momento, se dan cuenta de que están fuera del territorio cordobés, que las babas del represor no los salpicará. El aire húmedo que viene del río les refresca el alma, un mareo emocional los desequilibra un instante.Comienzan las maniobras del cambio de locomotora y el relevo del personal de conducción. Son otros conspirados que deben resolver algo con el camarero y con los que viajan con el Gringo, en la punta del andén, fuera del alcance de las luces y de las miradas.
-Nos detendremos pasando la estación León Suárez
-dicen los compañeros fraternales. Estén preparados, es una estación urbana no autorizada. Ahí habrá otra posta de compañeros que recibirá al Gringo. Ustedes se quedaran en el andén. Tomaran el tren local, otros compañeros los guiarán. Otra vez el ruido de los entrecruces. De Rosario a Retiro sin paradas, piensan los compañeros emocionados, casi sollozando, mientras auscultan la frente al Gringo.

La pareja de maquinistas que tomaron las posta en Rosario nunca condujeron un tren tan silenciosos: emoción del último tramo, responsabilidad de transportar una carga tan preciada. Qué honor. Temprano, dos golpes convenidos anuncian al camarero que les alcanza agua caliente, para el mate o té, bizcochos. Va clareando despacio, Tosco ha dormido sobresaltado, pero no bien despierta, pregunta:
-¿Dónde estamos?
-Estamos cruzando Campana, provincia de Buenos Aires, todavía se ven las luces de las refinerías.
-Entonces, ¡los cagamos!
-Así es, falta poco, todo va bien, tal cual lo pensamos.

Pequeño diálogo, luego un silencio emocionado los penetra. Los ojos de Tosco toman otro brillo. Sonríe, mirándose el empilche ideado para despistar.

Otra vez dos golpes a la puerta.
-Estamos pasando la estación de León Suárez, el tren está mermando la marcha, suavemente. Dos estaciones más y se detiene apenas, estén atentos. Frena suave el tren, la delegación desciende despacio, los que esperan en la plataforma de la estación suburbana se hacen cargo, los otros, se quedan en el andén. El camarero da salida al tren flameando el banderín rojo, que no es lo reglamentario, pero sí lo acordado. Arranca despacio, se va deslizando y la mirada de los conspirados que quedan en el andén, se posan sobre sus formas como si fuera una caricia de agradecimiento que recorre hasta el último coche, que aún porta el encendido farol rojo titilante, como si fuera un guiño cómplice, el de la conspiración de los iguales.

II

Como a los tres meses el Gringo regresa a Córdoba. Habla y habla hasta el agotamiento con todos, todos dicen que sí, pero nadie concreta la unidad. El golpe militar viene marchando, afinando los aprontes; se suman a ello, el hastío de la gente por Lastiri, López Rega y la Isabelita.

La salud de Tosco se deteriora en forma acelerada. De nuevo los conspirados, pero esta vez sólo los compañeros de Luz y Fuerza, y otro cumpa de confianza.

De nuevo:-Hay que sacar al Gringo de Córdoba.Tosco quiere que lo siga atendiendo su médico de cabecera, así tengan que trasladarlo. Aparecen ofrecimientos de partidos políticos, organizaciones guerrilleras, personalidades independientes ofertando todo para cuidarlo.

De nuevo rumbo a Buenos Aires, se busca otra vía: una ambulancia. El Gringo se ha dejado crecer la barba, su delgadez, y otros arreglos cambiaron su fisonomía, es otro. Parten al fin, junto a su médico y otro compañero que han estado siempre junto a él. Dos requisas en la ruta. Las dos se fijan en el enfermo sin prestarle mucha atención. Otra vez se les escapa el Gringo a los represores del interventor Lacabanne. La ira lo penetra hasta los tuétanos, y García Rey que comienza a pensar en eso de la invisibilidad consulta al Pai López Rega. Una risa en falsete es la respuesta.

Tosco es internado, lo someten a todo tipo de tratamientos y consultas. Se recupera despacio. Delgado y débil, Agustín comienza a ensayar algunas caminatas en la misma pieza y a mantener conversaciones con los médicos. Al tiempo vuelve a agravarse, cayó nuevamente en un sopor y el cuadro se transformó en irreversible. Muere el 5 de noviembre de l975. Después es trasladado a Córdoba, vía Rosario. La perrada de nuevo no lo puede ni olfatear. Los compañeros y el pueblo lo siguen manteniendo invisible.

Lo velan en el Club Redes Cordobesas, en el barrio General Paz. Mucha gente muestra allí su desconsuelo. No lo pueden creer. El, que ha sido invisible al represor, no ha podido con la muerte, ella lo ha materializado. Una lluvia torrencial y granizo cae sobre la ciudad, es la tarde del 7 de noviembre. Cuando la lluvia cesa, parte el cortejo fúnebre rumbo al cementerio San Jerónimo. Una multitud nunca vista se desplaza rodeada de un fuerte control policial. Temen que el Gringo se les escape y que sólo estén portando el féretro vacío. El cementerio del barrio de Alto Alberdi es de calles irregulares, con bajadas y subidas, al entrar a los límites del campo santo la plaza forma una cuenca llena de puestos de flores, árboles y una explanada para los coches. Todo ese espacio va colmándose de gente que llega, como afluentes tributarios. Algunos cantando consignas, otros callados llenos de tristeza. Los conspirados, sus amigos más cercanos, el que limpiaba, ordenaba y guardaba las herramientas y los obreros del taller de Villa Revol llevan a pulso el cuerpo inerme del Gringo. Callan las florista ese cantar permanente de la oferta. Se arriman y lo van cubriendo de flores. Cuánta gente, cuánta gente del pueblo, trabajadores de otros gremios se aparean junto a los de Luz y Fuerza; el Gringo los vuelve a convocar, los une. La unidad ha sido su enamoramiento permanente, condición imprescindible para cualquier emprendimiento que tenga que ver con la liberación nacional, solía repetir y repetir.

El represor no puede permitir este nuevo hecho generado por Tosco. Ordena la represión no bien el Gringo llega con el pueblo a la plaza. Miles de balas y gases se dispararon. Corridas, gritos, gente rodando, niños aterrorizados, zapatos y paraguas sin dueños, el espanto. Las babas del represor desataron la furia. Tosco, un verdadero hijo del pueblo, es llevado con suavidad por las férreas manos de sus hermanos de clase. No permiten que ni una sola bala lo roce, lo ensucie, lo contamine. Al Gringo nunca lo va a encontrar el represor. Lo burló siempre. Todos soliviantan el cajón, todos lo cubren, están llenos de levedad; al fin trasponen las puertas del cementerio, se escabullen en su interior, fuerzan las puertas de un panteón y lo depositan allí. Otra vez el Agustín se vuelve invisible a los ojos del represor. Otra vez la mágica voluntad de los hijos del pueblo.

Se fue el Gringo, el respetado por todos. Nos quedaron sus enseñanzas a través de su lucha y la práctica concreta de su militancia. Otros rasgos además lo distinguían: la intransigencia en la defensa de sus principios, su tremenda fuerza moral y ética, su amor a la libertad; fue un rebelde obrero, duro, pero esa severidad nunca le hizo perder la ternura que le profesaba a todos los compañeros. Desde entonces, la figura del gringo Tosco se recorta lenta y obstinadamente, venciendo al silencio y al olvido, ensanchando día a día el campo de la memoria. Como si él condujera un tren memorioso, cargado con voces y palabras de hombres valerosos y dignos, y que en su último vagón portara aún el encendido farol rojo de los conspirados, que sigue titilando tercamente como un guiño cómplice, esta vez del Gringo Tosco.

Fuente: Argenpress
 

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POR LA DEMOCRACIA

Este fin de semana comenzó a circular por redes sociales una carta titulada «Por la democracia», que lleva la firma de escritores, intelectuales y artistas como Claudia Piñeiro, Guillermo Martínez, Gabriela Cabezón Cámara, Mariana Enriquez, Eugenia Almeida, María Esperanza Casullo, Leandro Cahn, Lita Stantic, Marcelo Piñeyro, Albertina Carri, Leonardo Sbaraglia, Gloria Carrá, Nancy Duplaá y Pablo Echarri, entre muchos otros. «Desde la recuperación de la democracia la sociedad argentina logró, en una reacción vital y distintiva frente a los años de horror de la última dictadura cívico militar, consensos básicos –se lee en el primer párrafo de la carta-. Estos acuerdos sostuvieron la expresión de una cultura democrática en la que las tensiones políticas y las disputas quedaron enmarcadas en el reconocimiento y el respeto por los organismos de derechos humanos y las figuras que lideraron la búsqueda de los niños y niñas apropiados y la investigación de los crímenes de Estado».

Aunque en el texto no aparecen menciones explícitas, se descarta que la reacción de los firmantes se ocasionó ante una serie de declaraciones de políticos de Juntos por el Cambio, como la exministra de Seguridad de la Nación, Patricia Bullrich, que declaró que no le reconocía «autoridad moral» a la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo; el diputado nacional Fernando Iglesias e incluso el expresidente Mauricio Macri que, en el vivo de Instagram del viernes pasado (cuyo objeto era la presentación de su libro de memorias), dijo que hacía rato que había dejado de entender cuál era el aporte de Carlotto a la sociedad. Otros representantes del partido que aspira a volver al poder en 2023 se manifestaron de manera similar en redes sociales. No es casual que los políticos decidieron compartir sus puntos de vista durante la semana en que se conmemoró el Día Nacional de la Memoria por la Verdad y la Justicia.

«Hace un tiempo estamos preocupados unos cuantos escritores, actores, comunicadores, politólogos, con respecto a algunas declaraciones dentro del ámbito político que parecieran dar cuenta del resquebrajamientos de los pocos consensos que tenemos los argentinos –dijo la escritora Claudia Piñeiro al ser consultada por PERFIL-. Uno de ellos es lo que a partir del juicio a las juntas militares fue nuestra tradición en la defensa de los derechos humanos y el repudio a la dictadura». La autora de Catedrales destacó que los firmantes de la carta habían decidido intervenir en la arena pública al advertir la «gravedad» de las declaraciones de exfuncionarios y representantes políticos. «El silencio puede dejar la sensación de que la sociedad está de acuerdo –agregó-. Para dejar claro que no, en este caso por los distintos ataques que recibió Estela de Carlotto, es que decidimos participar en el debate público».

A esta carta pública, cuya redacción estuvo a cargo del escritor Julián López, se puede adherir enviando un mail al correo firmasporlademocracia@gmail.com. «Ante la creciente preocupación de un grupo de escritoras y escritores por ver cómo la lógica discursiva de las redes copó la dinámica política, con algunas manifestaciones particularmente violentas y en contra de lo ganado en estas décadas de democracia, quisimos manifestarnos –reafirma el autor La ilusión de los mamíferos-. El lenguaje es donde vivimos todos, es ahí donde estamos cada uno y donde nos encontramos con el prójimo, y como trabajadores de palabras nos parecía importante marcar que es ahí donde empieza la constitución de lo político, y que lo político, atento a una historia tan trágica como la nuestra, merece un trato respetuoso y fuera de pujas personalistas o negacionistas». En menos de 24 horas, la carta recibió centenares de adhesiones.

El texto completo

Por La Democracia

Desde la recuperación de la democracia la sociedad argentina logró, en una reacción vital y distintiva frente a los años de horror de la última dictadura cívico-militar, consensos básicos. Estos acuerdos sostuvieron la expresión de una cultura democrática en la que las tensiones políticas y las disputas quedaron enmarcadas en el reconocimiento y el respeto por los organismos de derechos humanos y las figuras que lideraron la búsqueda de los niños y niñas apropiados y la investigación de los crímenes de Estado.

Ante las recientes declaraciones de líderes del arco político, declaraciones que preocupan a quienes más allá de las banderías partidarias acordamos defender lo logrado hasta aquí, instamos a confirmar y defender los límites que demanda una cultura democrática a la altura de nuestra historia, de los logros compartidos y de la estatura universal de personalidades de reconocimiento internacional como la Presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto.

La construcción de un discurso democrático capaz de promover y poner en circulación todas las opciones de manera responsable, respetuosa y constructiva es un deber irrenunciable de todas y de todos.

30/03/21

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DEL PAÍS INVIABLE AL PAÍS PEQUEÑO

Por Hugo Presman*

Las cifras irritan los ojos. Los que conocimos otro país, nos preguntamos cómo de una Argentina con un dígito de pobreza y desocupación, pasamos en un poco más de cuatro décadas a más de 40% de pobreza y a dos dígitos de desocupación. La indigencia prácticamente desconocida en aquel entonces, hoy se mide en varios millones de afectados, llegando en la Capital Federal, el distrito más rico, a superar los 80.000 ciudadanos. Cómo se pasó de un país con niveles cercanos o asimilables a los actuales índices de los países nórdicos, a uno con parámetros africanos. Cómo un país que tiene hoy un PBI per cápita equivalente al de 1974, con una desigualdad apabullante donde proliferan las villas miseria rodeando barrios cerrados. En la expresión del economista e historiador radical Pablo Gerchunoff: «La homogeneidad social perdida ha cedido su lugar a una «sociedad archipiélago», algunas de cuyas islas sociales apenas se rozan y tienen cada vez menos un lenguaje común». Un latiguillo posiblemente erróneo es aquel que con la actual estructura agraria con predominio de la sojización se puede producir alimentos para 400 millones de habitantes. La realidad es que hoy se ve el rostro del hambre en millones de compatriotas. En la caída se pasó de tener 43.000 kilómetros de vías férreas a explotar alrededor de tan solo 15.000; de contar con la quinta flota mercante a carecer de ella; de fabricar aviones a considerar hoy esa posibilidad como una ilusión. Ha habido un proceso de destrucción bélica sin guerra, donde sobreviven en una exteriorización de resistencia y heroísmo, una salud pública precarizada pero aún eficiente, una educación pública deteriorada pero superior a la de muchos otros países, una ciencia avasallada pero que lucha y consuma milagros, un factor humano que ha sido atropellado en incontables oportunidades, pero que aun así existen islas de alta capacitación.

¿Cómo se explica semejante retroceso? ¿Es Argentina un país suicida? ¿Es posible que ninguna receta termine con una inflación exótica o que se tropiece inexorablemente con la restricción externa? Nuestro país ¿tiene clase dominante pero carece de clase dirigente? Hacia allá vamos.

Paradojalmente, el país muy injusto en el que vivimos tiene frente al Palacio de Justicia donde esta el máximo tribunal, a la Plaza Lavalle. No lleva el nombre de Dorrego. La justicia mira entonces a su frente la estatua del fusilador y no del fusilado. Todo un símbolo.

UN DESARROLLO HISTÓRICO COMPLEJO

En los orígenes fue el enfrentamiento de quienes tenían un proyecto de Patria Grande y los que sostenían un modelo portuario y chico. San Martín, Belgrano, Artigas, Castelli, Güemes entre otros patriotas, se alineaban entre los primeros; y Rivadavia, Manuel García, Alvear entre los segundos. La conformación de una estructura económica vinculada a la explotación agropecuaria y necesariamente a la importación de casi todo, y la derivada de los servicios y artesanías surgido para abastecer la mina de Potosí, dieron lugar a la gestación económica de los dos proyectos: el norte como posible embrión de un desarrollo industrial encarnado por los caudillos como El Chacho Peñaloza y Felipe Varela; mientras la explotación agropecuaria con la provincia de Buenos Aires como abanderada, con lo que luego fue el territorio capitalino, y las provincias como Santa Fe y Entre Ríos con producciones similares. La guerra civil que duró 60 años tenía como principal motivo económico las rentas de la aduana de Buenos Aires que era apropiada por ésta. La conformación del bloque dominante y triunfador integrado por los hacendados y comerciantes importadores de Buenos Aires, tenían sin embargo políticas diferenciadas con relación a las provincias norteñas. Los hacendados cuya expresión más nacional fue Rosas, se negaban a nacionalizar la renta pero protegía con la ley de aduana de 1835 de la competencia e invasión de productos de la Revolución Industrial Inglesa. Los comerciantes con Mitre a la cabeza hicieron una destrucción criminal para allanar el camino a los productos importados de Inglaterra, operó con un sadismo extremo expresado en sus coroneles como Sandes, Paunero, Irrazábal. Mitre fue el ideólogo y ejecutor donde coincidían los intereses ingleses y de los importadores porteños. El mismo que con ese objetivo comandó los ejércitos de la corona portuguesa asentada en Brasil, de los comerciantes del puerto de Buenos Aires y de Montevideo para arrasar después de cuatro años al Paraguay de los López, el país más desarrollado del siglo XIX en América Latina. Fue un genocidio encabezado por el fundador del diario La Nación.

El conflicto de dos proyectos se define en Pavón en 1861, el mismo año que comienza la guerra civil norteamericana, que concluiría con el triunfo del norte industrial, en sólo 4 años. Aquí en el Sur, triunfa el Sur, y allá en el Norte triunfa el Norte y eso predeterminará el devenir posterior entre un país desarrollado y otro subdesarrollado, o en términos políticos entre un país imperialista y una semicolonia. De 1861 a 1880 continúo una cacería en donde los perseguidores son los que representan los mismos intereses que más de un siglo después, cubrirían de campos de concentración el territorio nacional con la misma ferocidad y criminalidad que preanunciaban en el siglo XIX.

Se consolida el modelo de economía primaria exportadora dependiente de Gran Bretaña de donde se importa todo lo industrializado. La oligarquía diseña un país pequeño pero imponente. Celebra el Centenario construyendo desde el Teatro Colón al Palacio del Congreso y tres años después la París del Sur, la mayor urbe entonces del hemisferio sur, inaugura la línea A del subterráneo. Un país con importante PBI, vacas gordas y obreros flacos, como quedó reflejado en 1904, en el informe sobre el Estado de las Clases Obreras en el interior de la República que investigó y escribió el catalán Juan Bialet Massé, en casi 1500 páginas.

Se conformó una clase dominante pero no dirigente, rentista y ausente que derrocha recursos tirando manteca al techo en la capital de Francia, donde se hace popular la expresión «tan rico como un argentino». Pero el país planificado desde Londres necesitaba servicios donde se insertan muchos de los tres millones de inmigrantes que arriban al país entre 1880 y 1914. En el censo de 1914, los inmigrantes representaban el 30% de la población total del país, el 60% de los habitantes de Buenos Aires y en Rosario llegaban al 47%.

Se fue creando una clase media cuya expresión fue el radicalismo Yrigoyenista que constituyó la primera anomalía necesaria pero no deseada en el modelo oligárquico. Fue el primer movimiento nacional y popular del siglo XX que despertó odios y resquemores. Pero no alteraba sustancialmente la matriz económica. Durante las crisis del capitalismo (primera guerra mundial y luego la crisis de 1929) fue naciendo una industria de sustitución de importaciones en donde se fueron insertando como obreros fundamentalmente los descendientes de los derrotados de las guerras civiles del siglo XIX. En el vientre del modelo de economía primaria exportadora estaba naciendo un modelo alternativo, heredero de aquel embrionario y aplastado 50 años atrás. La neutralidad argentina en la primera y segunda guerra mundiales creo el clima propicio para el nuevo desarrollo y el intento de romper esa neutralidad indujo al golpe del 4 de junio de 1943, en donde un ignoto coronel desde la Secretaria de Trabajo y Previsión empezó a poner los cimientos de un segundo movimiento nacional y popular mucho más transgresor y profundo. Desde las entrañas del viejo país, los descendientes de los derrotados y excluidos transformados en obreros, se movilizaron un caluroso día de octubre, rescataron a Perón y metieron las patas en la fuente como bautismo de nacimiento de un nuevo país. Se consolidaba el modelo de sustitución de importaciones del que el peronismo sería su expresión política y donde la industria satisfacía el mercado interno, incluyendo en muchos casos insumos importados, en donde se transferían fondos de los sectores agropecuarios a los industriales, los trabajadores incrementaban considerablemente su participación en el PBI, se reconocían y se disfrutaban de nuevos derechos, se accedía a una salud pública de excelencia, se ampliaba la educación pública, se accedía a las vacaciones pagas y Mar del Plata se llenaba de hoteles sindicales. Se construían miles y miles de casas y departamentos para los sectores populares con criterios y confort de clase media alta. Evita lo sintetizaba en una frase que en sí misma en una enciclopedia de sociología: «Donde hay una necesidad hay un derecho» . Se estaba creando la sociedad más igualitaria del continente con una enorme movilidad social ascendente.

El poder económico aprovechando errores del peronismo hacia la clase media y su alienación ideológica, la asoció a sus proyectos golpistas y con un sector de las fuerzas armadas derrocaron a Perón, previamente dos meses antes se bombardeó Plaza de Mayo, y se inició el proceso de desmantelamiento del modelo más novato. Proscripciones, fusilamientos, persecuciones. Así se sucedió el golpe de 1966, el retorno y tercer gobierno peronista, la muerte de Perón, el gobierno de Isabel y el Rodrigazo, éste como punto de partida de un retroceso profundo sobre la que se enanca la hipótesis que pretendo sostener.

UN EMPATE TEÓRICO, UNA DERROTA CONCRETA

Ninguno de los dos proyectos logra obtener una victoria definitiva sobre el otro. Pero por puntos, habiendo infringido varios golpes de nocaut, el modelo agro-extractivo-exportador atravesado desde la dictadura por el de valorización financiera gana ampliamente. Y posiblemente ahí puede radicar la explicación de haber pasado de índices económicos y sociales nórdicos a otros africanos en sólo 45 años.

La destrucción que se produjo desde la Revolución Fusiladora, la autodenominada Revolución Argentina, el Rodrigazo, la dictadura establishment militar, el menemismo, la alianza y el macrismo, sólo pudo repararse parcialmente durante las contradicciones y los intentos modernizadores del frondicismo, la política económica defensiva del radicalismo de Illia, los dos primeros años del Alfonsinismo, en los tumultuosos dos años del duhaldismo y los 12 de kirchnerismo. En la misma línea, el intento de Alberto Fernández ha tropezado con el cisne negro de la pandemia y su notable efecto destructivo sumado al desmantelamiento estructural del macrismo.

Una oposición inepta, mezquina, mentirosa, que parece aliada al COVID 19, disminuye hasta el absurdo el efecto de la pandemia que ha provocado más de 500 millones de desocupados en el mundo, más de 100 millones de nuevos hambrientos en el planeta, millones de empresas cerradas, casi tres millones de muertos, ciento veinticuatro millones de infectados, la caída más importante del PBI de Inglaterra en tres siglos, y que EEUU haya emitido en un solo mes, junio del 2020, más que en 200 años para combatir la crisis financiera.

Volviendo a la Argentina, la hipótesis es que lo que destruye y excluye el modelo primario exportador-extractivo mixturado con el de valorización financiera, no puede ser reparado por el modelo de sustitución de importaciones. De manera que cada vez que un gobierno populista accede al gobierno parte de un nivel más bajo, con más desigualdad, más pobres, índices más reducidos de la capacidad productiva industrial, con un nivel de endeudamiento acrecentado superlativamente.

Por lo tanto, lo que el sociólogo Juan Carlos Portantiero calificó de empate hegemónico sólo puede considerarse así porque ninguno de los modelos se ha impuesto definitivamente como parecía que se había concretado entre 1880 y 1930, pero por puntos hay un triunfo categórico del modelo ganador de la guerra civil del siglo XIX.

El sociólogo Agustín Salvia lo expresa con otro lenguaje de la siguiente forma: «Es un empate hegemónico en que distintas coaliciones políticas no logran imponer su proyecto, pero logran impedir que el otro desarrolle el suyo»

Esto desde el punto económico se ha expresado en los ciclos económicos con una denominación en inglés: stop and go. Expansión y recesión. Los procesos de fuerte actividad económica tienen un límite que es la recesión externa, cuando las divisas que se obtienen de la producción agropecuaria no alcanzan para importar los insumos industriales y/o para la amortización de la deuda externa. En palabras de Gerchunoff: «El nuevo go fue cada tanto una esperanza fundacional; el nuevo stop una crueldad social»

EL PAÍS PEQUEÑO

El autor de esta nota apoya a los gobiernos nacionales y populares aquí y en América Latina desde hace 55 años. Lo hace conociendo sus errores y sus límites. El problema se acrecienta porque cada experiencia tiene el techo más bajo y se parte de un sótano más profundo. Por lo tanto, no es posible hacer un simple plagio de experiencias anteriores ni suponer que volviendo a lo mejor del proyecto se podrá superar tantos años de retrocesos. Por otro lado, no se puede tener indulgencia con situaciones estructurales que de haber sido hechas no hubieran podido ser destruidas por los gobiernos neoliberales que actúan como mangas de langostas. Que a 20 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, no haya agua potable ni cloacas, significa que por ahí no sólo no pasó o se extravió el peronismo sino siquiera la Revolución Francesa. Si alguien no tiene una canilla en su casa o si tiene la canilla pero no tiene agua, se vive en el siglo XVIII. Pero el salto de tres siglos que hay que dar en esos lugares, multiplicados por miles en todo el país, masificando las conexiones de Internet, celulares y computadoras individuales. Hoy no tener Internet es el equivalente a carecer de electricidad hace décadas.

Evita sostenía que el rico cuando piensa en el pobre, piensa en pobre. Los gobiernos nacionales y populares cuando piensan en el país futuro, cada vez lo imaginan inconscientemente más pequeño. Mucha Fundación Eva Perón y mucho menos desarrollo. Cada vez más pobres y cada vez menos posibilidades de trabajo.

La matriz productiva del modelo de sustitución de importaciones es un punto de partida imprescindible, pero nunca una bandera de llegada en el siglo XXI. Si hemos podido fabricar satélites, radares y reactores nucleares, la inversión en Ciencia y Tecnología debe ser superlativa, para ampliar la matriz productiva esencialmente primaria y extractiva (y encima esta última es un saqueo)

Muchos científicos y Página 12, celebraron como un notable avance que la Cámara de Diputados de la Nación sancionara el proyecto de Ley de Financiamiento del Sistema Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación que tiene por objeto establecer el incremento progresivo y sostenido del presupuesto nacional destinado a la ciencia y la tecnología hasta alcanzar, en el año 2032, como mínimo, una participación del 1% del Producto Bruto Interno (PBI) de cada año. El proyecto obtuvo 189 votos afirmativos, cero negativos y dos abstenciones, y deberá ser debatido en el Senado para su sanción definitiva. Es decir que en 10 años pasaremos de 0,28% al 1%.

¿Mucho? ¿Poco? Si un país exporta hoy un tractor y en 10 años exporta 5, el salto porcentual es enorme pero la cantidad de tractores exportados es ínfima. Eso es lo que sucede con el salto en Ciencia y Tecnología, nada menos, que en una década. Pero no comparemos con países que han avanzado económicamente en forma notable, como Corea del Sur que destina 4,29% del PBI, ni Israel con 4,10%. Tomemos países que han pasado y aún pasan crisis descomunales como Grecia que destina el 0,83% de su PBI a Ciencia y Tecnología , Túnez 0,68%, Bulgaria 0,65%, Tailandia 0,39%, según datos de la UNESCO.

Si los planos son de un país pequeño, lo que se construya no puede ser algo grande.

Con una enorme visión de futuro, Sarmiento pensó los bosques de Palermo (Parque Tres de Febrero) en el siglo XIX, el cual con muchas amputaciones inmobiliarias, los porteños lo disfrutan en el siglo XXI.

DEL PAÍS INVIABLE AL PAÍS PEQUEÑO

El modelo agropecuario-extractivo de valorización financiera es inviable. Alfredo Martínez de Hoz expresó cuando era Ministro de Economía una ecuación entre vacas y población: había que llegar a alcanzar la relación de cuatro vacas por habitante. A contrario sensu había que reducir el número de habitantes. Es un modelo que sólo cierra con una población considerablemente menor. Eso implicaría inducir al exilio a millones de argentinos o una isla de quince millones de argentinos con 30 millones de excluidos. No es viable.

El país pequeño o mejor dicho reducido a pequeño, debe ser pensado y programado en grande, retomando la bandera de los héroes del siglo XIX, y los grandes políticos del siglo XX. La Argentina no es un país suicida. No se puede vivir tropezando con las mismas piedras. Por ejemplo hay que replantear las variadas recetas sobre la inflación; ninguna y todas en conjunto son convincentes para explicar un fenómeno exótico ahora en el mundo y perenne en la Argentina. Ni la emisión monetaria como única causa que le atribuyen los ortodoxos, ni la puja de intereses de los heterodoxos porque conflictos de intereses, la lucha de clases, la tienen todas las sociedades. Ni la concentración de la economía, que no es un fenómeno exclusivamente argentino, ni el exportar lo que habitualmente se consume, ya que la soja en general no es comestible. Hay que abordar el problema con una amplitud mental que hasta ahora se ha carecido. La restricción externa es consecuencia de una estructura económica desequilibrada, pero darle nombre a un problema harto repetido, y seguir cíclicamente padeciéndolo, no es un comportamiento inteligente. Es cierto que nuestro país tiene clase dominante pero no clase dirigente, con un comportamiento voraz hacia las utilidades rápidas. Hay que tener un estado eficiente para sustituir una burguesía nacional muy débil y alienada a ideologías suicidas.

Las expectativas despertadas por el advenimiento de la democracia, trajo muchos alivios y fracasos estrepitosos. Fue una falacia que con «la democracia se come, se educa y se cura» La democracia es la cancha y depende del equipo que juegue consolidará un país o una colonia. Pero lo cierto es que de los 4 puntos de pobreza de 1974, la dictadura establishment-militar la llevó a 12%, la crisis del 2001 al 54%, el kirchnerismo en su mejor guarismo la bajó a un 22% y al entregar el gobierno rondaba alrededor de un 27%, el macrismo lo llevó al 35% y actualmente supera el 40%. Pero entre los menores, 6 de cada 10 son pobres. No son meramente números, sino una tragedia

Entre el país inviable y el país pequeño, debe conformarse un país con horizonte y futuro.

No será fácil. Pero más difícil es vivir en un país que vegeta en la decadencia.

*Hugo Presman es Contador Público egresado de la Universidad de Buenos Aires. Fue profesor de Economía Política en al Facultad de Ciencias Económicas de la misma Universidad. Es Periodista. Sus trabajos son publicados en diversos medios nacionales e internacionales. Co conduce desde hace más de 16 años el programa radial EL TREN que se emite de lunes a viernes por AM 770 Radio Cooperativa de 20 a 21,00 horas. Sus informes semanales son publicados en distintos medios del país y del exterior. Es autor del trabajo de investigación «25 años de ausencia» y participó en los libros «Damián Carlos Álvarez Pasión por el libro», «Insignificancia y autonomía.

La Tecl@ Eñe Revista Digital de Cultura y Política
http://lateclaenerevista.com

lunes, 29 de marzo de 2021

http://www.elortiba.org/old/fap.html

 Así pensaba El Kadri

"Más allá de que ninguno lucha sabiendo cuál es el resultado, mal podríamos adjudicar a los compañeros que lucharon en el pasado los errores que se puedan cometer en estos momentos bajo el nombre de peronismo. Pero me queda claro que pertenecí a una generación que dio lo mejor de sí por construir un país diferente, mejor, un país donde no haya este panorama de desocupación, pobreza, tuberculósis, paludismo, cólera, enfermedades ligadas fundamentalmente al subdesarrollo". (8-4-1996)

"Nosotros recurrimos a la violencia en un estado de legítima defensa, porque no nos dejaban otro camino para recuperar nuestra soberanía y el derecho de elegir nuestros gobernantes. Perón mismo daba las órdenes de hacer la resistencia integral por todos los medios y nosotros la cumplíamos". (1984)

"Perdimos, no pudimos hacer la Revolución. Pero tuvimos / tenemos / tendremos razón en intentarlo. Y ganaremos cada vez que algún joven sepa que no todo se compra ni se vende y sienta ganas de querer cambiar el mundo"
Fuente: Resumen Latinoamericano, Julio 2008

LA PATRIA SOJERA.

 

"Situación recurrente": decomisaron cargamentos ilegales de soja y maiz en Salta y Misiones

Según fuentes oficiales, el transporte ilegal de granos es una práctica habitual en vairas provincias del litoral y el norte argentino. Foto de archivo. 

APU INFORMA.

 

Los "formoteños", el "genocidio QOM" y la Clarincracia

"¿Qué sucedió con el “Genocidio? ¿A caso ya están presos los culpables de tal atrocidad? O ¿Nunca existió? ¿Dónde están todos los “indigenistas porteños” que se movilizaron?". Por Alejandro Crivisqui. 

http://elortiba.org/y-donde-esta-el-sujeto/

 

¿Y DÓNDE ESTÁ EL SUJETO?

Política, neoliberalismo y cambio social

Por Osvaldo Drozd

El fin de la Historia, la desaparición del sujeto social en los discursos, la concepción de lo colectivo como suma de individualidades, la política como cuestión de profesionales, el mero voluntarismo como acción política forman un coctel que desde hace más de tres décadas opera como obstáculo para el cambio social.

Hoy estamos asistiendo a un tiempo en el que, la supuesta realidad del presente se eterniza en sí misma, prescindiendo de todas las determinaciones que fueron la base para llegar hasta este sitio. Dejando de lado el pasado, el futuro se torna sumamente lábil. Ambos entrarían así en una realidad cercana al mito. No es por cierto que la historia haya desaparecido, sino que los grandes aparatos de construcción de subjetividad, se propusieron desde hace al menos tres décadas, establecer al fin de la historia como percepción dominante. La historia no acabó, pero se vive como si ello hubiera sucedido.

De esta forma, el universo de comprensión de la realidad -que siempre les sirvió a los activistas y militantes para orientar su práctica-, cayó en saco roto. Nadie podía pensar hasta hace unas décadas atrás, la acción política –siempre que se trate ella de una actividad transformadora- prescindiendo de caracterizar al sujeto social, a saber la fuerza que impulsa los cambios. Se podrá señalar que tanto en determinadas organizaciones de izquierda al igual que en el ámbito académico se sigue hablando de ello. El problema es que esas elaboraciones no llegan a los movimientos sociales o sindicales, quedando relegados estos, a la demanda de reivindicaciones estrictamente corporativas.

Se intentará en lo que sigue no entrar en pesadas abstracciones y mostrar algunos elementos que sean comprensibles para aquellos que lean con intenciones de encontrar una cierta guía para la acción. Nos interesa principalmente señalar que, prescindir del sujeto social, en la práctica política implica caer en el voluntarismo propio de las democracias liberales, en las que más que la acción de los sectores populares, interesa más la supuesta buena voluntad de los que hacen política en los marcos restringidos del actual sistema de representación.

No se trata por cierto de desechar las acciones electorales ni la gestión de espacios institucionales, sino ver de qué manera el mismo régimen político va subordinado ciertas voluntades para quitarles cualquier margen de ruptura. En las actuales democracias no existe ningún lugar para un sujeto social a menos que se lo considere como un mero elector pasivo.

Resulta complicado definir al sujeto social en una sociedad que se concibe a sí misma como la extensa suma de individualidades en las que cualquier diferencia más que remitir a una estructura, se concibe como algo maleable por las voluntades y los méritos que se hagan para vivir mejor. Si bien hay quienes saben lo dicho y hablan de voluntades colectivas, en los hechos todos vivimos inmersos en aceptar que es el destino individual quien decide sobre nuestras vidas, enfrascadas en una frenética competencia entre pares.

En la sociedad existen diversos actores que nunca son individuales. Son conjuntos de individuos que viven en determinadas condiciones objetivas de las cuales se forma parte sin haberlo elegido. Aunque hoy se intente mostrar lo contrario -a partir de la promoción de la meritocracia- es casi imposible salir de ahí. Sería casi como el intento individual de algún integrante de una determinada especie animal por intentar vivir bajo condiciones ambientales o climatológicas adversas a su genética.

El sujeto social vendría a ser el actor o el conjunto de actores que no sólo ocupan un lugar estratégico en la formación social sino que a la vez su sujeción o disconformidad producen alteraciones significativas del estatus colectivo. Si bien algunos pretendan señalar que hablar de sujeto social es propio del marxismo, su caracterización como veremos formó parte de diversos menúes políticos.

Cuando Karl Marx definía a la clase obrera como el sujeto de la historia, partía de dos características diferentes pero a la vez simultáneas. Uno era el lugar en la producción y otro su capacidad operativa. Cuando esa clase tomaba la rienda de la revuelta social daba toda la sensación de que el sistema político tambaleaba y podía ser suplido. El proletariado contaba con herramientas propias de su lugar en la economía que podía hacer vislumbrar una sociedad mucho más avanzada sólo con poner en marcha un proyecto que debía prescindir de los capitalistas como tal, en tanto ellos mismos eran el principal obstáculo para el desarrollo.

En la Argentina cuando surgió el peronismo, la clase obrera fue su principal sostenedor y para su líder, esa parte de la sociedad iría a ser la columna vertebral del movimiento. Su cabeza era el reducido grupo de militares que desde la centralidad del Estado armonizaba una supuesta comunidad organizada. El sujeto social en las sociedades más complejas nunca es un sólo actor, sino un abanico de ellos que en conjunto pueden mover y transformar las estructuras sociales. Lo plural invita a que su sostenimiento sea realizado por la hegemonía de uno de ellos.

La hegemonía es un término bastante utilizado pero poco comprendido. No es solamente la conducción sino principalmente el hacer parte a las demás partes de una resolución de sus problemas a partir de un determinado punto de vista que es el de quien hegemoniza. Cuando Lenin en la revolución de Octubre planteaba la unidad obrero campesina, nunca dijo que los campesinos debían subordinarse a los obreros sino aceptar en la unidad el punto de vista de estos últimos. Por ese motivo no se les impedía contar con la propiedad de la tierra y esta última llegaría a ser socializada en un largo proceso de transformación de las estructuras sociales. De hecho hasta ese momento los campesinos aceptaban la hegemonía de sus antiguos amos. En la Argentina de hoy, los sectores agropecuarios en general están hegemonizados por la fracción más concentrada de la especulación financiera.

En las últimas décadas a partir del proceso de reconversión del capital, propio del neoliberalismo, se viene asistiendo a nivel planetario a lo que los más entusiastas pensadores de las derechas denominan el fin del proletariado. Es un ciclo en el que el sujeto del que hablara Marx, fue perdiendo densidad por la paulatina destrucción de trabajo. En el plano de las conformaciones urbanas no es lo mismo un cinturón urbano en el que crecen asentamientos de desplazados que los viejos cordones industriales en donde germinaban formas insurreccionales.

Sin dudas que la relación capital trabajo no se ha acabado, sino que la acumulación histórica de plusvalor que efectuaban los capitalistas sobre los obreros, hoy no es la única fuente de ganancias con la que cuentan los más poderosos magnates planetarios. La especulación financiera, las economías sumergidas e incluso la delincuencia económica forman parte del diverso menú que el marxista británico David Harvey denomina acumulación por desposesión.

Caída por el momento la posibilidad proletaria para dirigir un proceso de transformaciones sociales, sorprende que algunos autores posmarxistas como Ernesto Laclau y Chantal Mouffe hayan intentado enmarcar dentro de la teoría la posibilidad de una cierta hegemonía sin proletariado. Vale señalar que durante el segundo cuarto del pasado siglo, en China, Mao Tse Tung ideó ante la ausencia significativa de obreros, una estrategia de poder en el que los grandes protagonistas fueron los mayoritarios campesinos. Sin embargo para Mao el proceso se realizaba bajo la hegemonía de la clase obrera, a saber, el campesinado lo hacía de acuerdo al punto de vista proletario. El problema actual es saber qué sectores populares hoy son capaces de poner en marcha un verdadero proceso de cambio social. En una próxima nota se intentará dar vueltas sobre este asunto.

De todas maneras hay que convenir que para las actuales derechas, aunque no lo digan, existe un sujeto que vive cobijado, apuntalado y extremadamente protegido por el principal reglamento social imperante. La defensa de la gran propiedad privada y su libertad para realizar cualquier maniobra impune para acrecentar su poder, hoy se despliega pornográficamente en cualquier marco institucional. Es así, el principal obstáculo que tienen los gobiernos populistas o socialdemócratas para torcer los modelos económicos instalados hace ya varias décadas.

Socompa