domingo, 28 de junio de 2020

La libertad mal entendida de EEUU: “Ningún otro país debate sobre el uso de mascarillas”

Yahoo Finanzas
Un hombre hondea una bandera de Estados Unidos delante de la Casa Blanca. (Foto: Tom Williams/CQ-Roll Call, Inc via Getty Images)
Un hombre hondea una bandera de Estados Unidos delante de la Casa Blanca. (Foto: Tom Williams/CQ-Roll Call, Inc via Getty Images)
Los nuevos diagnósticos de coronavirus en Estados Unidos se están disparando, junto con las críticas sobre el mosaico de políticas estatales y locales que están fallando en el esfuerzo por prevenir la transmisión comunitaria del virus.
A medida que estados del cinturón del sol, como Arizona, California, Florida y Texas, se convierten en los nuevos epicentros de la pandemia de COVID-19, la atención se ha desplazado al debate cada vez más polarizado sobre los protocolos diseñados para contener las nuevas infecciones.
Los bloqueos estatales se han ido relajando gradualmente y la mayoría de las personas se han adaptado a la vida detrás de las mascarillas de protección, pero este proceso no ha estado exento de altibajos. Los datos de Pew Research publicados esta semana muestran que al menos el 65 % de los estadounidenses han adoptado el uso casi constante de los equipos de protección individual (EPI).
Sin embargo, el distanciamiento social y el uso de mascarillas en público se han convertido en una fuente de controversia entre quienes sienten que violan sus libertades personales.
En una serie de entrevistas, los médicos que trabajan en primera línea en los estados donde se están disparando las infecciones por COVID-19 se han lamentado en términos muy claros por la controversia. Argumentan que los mensajes mixtos de alcaldes, gobernadores y el presidente Donald Trump están haciendo que sea más difícil para las personas apreciar la necesidad de usar las mascarillas, sobre todo a medida que las infecciones entre los ciudadanos más jóvenes se disparan.
Protestas para exigir la reapertura de la economía en el estado de Virginia. (Foto: Tom Williams/CQ-Roll Call, Inc via Getty Images)
Protestas para exigir la reapertura de la economía en el estado de Virginia. (Foto: Tom Williams/CQ-Roll Call, Inc via Getty Images)
“Honestamente, la politización de la ciencia es uno de nuestros errores sociales más increíbles. La ciencia no debería ser política”, le dijo el miércoles a Yahoo Finanzas la doctora Hilary Fairbrother, especialista en medicina de emergencias en Houston. El estado de Lone Star está teniendo un número récord de casos que amenaza con desbordar los sistemas de salud en las principales ciudades como Dallas y Houston.
Fairbrother dijo que el debate se ha convertido en una elección de Hobson que carece de matices, entre aquellos que quieren “cerrar el mundo entero durante al menos 3 años hasta que no quede ningún rastro de coronavirus en ningún rincón del planeta” y quienes no están preocupados por el aumento de contagios.
“No existe un término medio, no hay sentido común ni se aplica la buena ciencia”, agregó. “Le pido a las personas que empiecen a escuchar a los científicos y dejen de prestar atención a los políticos sobre todo lo relacionado con el coronavirus”.  

“Una cultura muy diferente”

Cuando el brote condujo a aplicar restricciones masivas a la vida pública, algunos expertos advirtieron que los estadounidenses, acostumbrados a las libertades protegidas constitucionalmente, estaban mal preparados para aceptar las consecuencias que una pandemia devastadora tendría sobre su calidad de vida.
Esas advertencias han sido proféticas ya que la fatiga por la cuarentena y las protestas contra la injusticia social han hecho que muchos se olviden las medidas de precaución diseñadas para aplanar la curva de nuevas infecciones por coronavirus.
Muchos de los estados que ahora están en la primera línea del brote intentan equilibrar los derechos individuales con los mandatos que exige una crisis de salud pública, pero no lo consiguen. Los ciudadanos, así como los inversores, confían en la idea de que la última oleada de infecciones no conducirá a una renovación de las órdenes restrictivas de quedarse en casa que aplastó la economía global.
“No soy un académico constitucionalista, pero esto es lo que sucede cuando intentas usar el federalismo a nivel científico”, dijo el doctor Murtaza Akhter, profesor asistente en el Departamento de Medicina de Emergencias de la Universidad de Arizona. El estado del Gran Cañón tiene casi 60 000 casos y 1 500 muertes. También ha sido el epicentro de un debate público estridente sobre el uso de las mascarillas en público.
“El hecho de que la gente todavía diga ‘esto es Estados Unidos, haz lo que quieras’ está bien desde un punto de vista legal o constitucional, pero es una idea terrible desde la perspectiva de la salud pública y la ciencia”, apuntó Akhter.
“Aquí tenemos una cultura muy diferente. Que yo sepa, no hay otro país en el mundo que debata sobre el uso de las mascarillas”, agregó Akhter. “La gente ya ni siquiera debate sobre los cinturones de seguridad... pero debatir sobre las mascarillas en plena pandemia es tan irónico que es difícil de comprender”.
Una persona con una máscara de bandera estadounidense posa el 29 de mayo de 2020 en la ciudad de Nueva York. Las pautas del gobierno alientan el uso de una máscara en público con un fuerte distanciamiento social, ya que los 50 estados en los EEUU han comenzado un proceso para reabrir lentamente después de semanas de medidas de quedarse en casa para frenar la propagación de COVID-19. (Foto de Alexi Rosenfeld / Getty Images)
Akhter, quien acusó al gobernador de Arizona de “pasar la patata caliente” respecto al uso de las mascarillas, dijo que el coronavirus “no conoce de fronteras estatales, municipales o nacionales, sino que trasciende todas las fronteras y a todas las personas. Entonces, el problema de que algunas personas usen mascarillas y otras no es que la amenaza de propagación seguirá existiendo”.
En Houston, donde la capacidad hospitalaria está llegando a un punto de ruptura, la situación límite se ha convertido en un estudio empírico sobre cómo la falta de coordinación política puede tener consecuencias nefastas. El gobernador de Texas, Greg Abbott, ha sido criticado por minimizar la necesidad de usar mascarillas y permitir que los alcaldes emitan sus propios mandatos.
“La mayor preocupación es que vamos a perder el control de la situación”, le dijo a Yahoo Finanzas Cedric Dark, profesor asistente de la Escuela de Medicina de Baylor en Texas. Fue crítico con la decisión de Abbott de reabrir la economía en mayo pues se había sugerido con anterioridad que el estado podía experimentar un aumento de casos de COVID-19.
Después de la reapertura, “esos casos comenzaron a aumentar, no solo de forma lineal sino exponencial”, dijo Dark.
“A menos que peleemos ahora, nos veremos obligados a cerrar todo otra vez... Creo que la gente necesita darse cuenta de ello. Necesitamos volver atrás y regresar a donde estábamos en la Fase 1”, agregó el médico.
Javier E. David

Cosas vederes Sancho

Entretenimiento

Starbucks se suma al centenar de marcas que suspenden su publicidad en redes

Agencia EFE

Nueva York, 28 jun (EFE).- El "boicot" de anunciantes contra Facebook y otras redes sociales sigue ganando fuerza a raíz de las protestas antirracistas en EE.UU y este domingo la cadena de cafeterías Starbucks anunció que suspenderá su publicidad en esas plataformas, como han hecho ya un centenar de compañías, desde la gigante Unilever hasta Coca-Cola.
Starbucks indicó en un comunicado que va a "pausar toda la publicidad en plataformas de redes sociales" mientras debate "internamente, con socios mediáticos y organizaciones de derechos civiles en un esfuerzo por frenar la propagación de discurso del odio".
"Creemos en unir a las comunidades, tanto en persona como online, y nos posicionamos contra el discurso del odio. Creemos que se debe hacer más para crear comunidades abiertas e inclusivas online, y creemos que los líderes empresariales y los legisladores necesitan unirse para hacer un cambio real", agregó la firma.
Starbucks fue el sexto mayor anunciante de Facebook el año pasado y gastó unos 95 millones de dólares en publicidad, por lo que la red social fundada por Mark Zuckerberg ingresó una cifra notablemente superior gracias a este negocio, de 70.000 millones.
De acuerdo al canal CNBC, la cadena de cafeterías no secunda el boicot publicitario a Facebook promovido por diversas organizaciones proderechos civiles que buscan forzar a la compañía a ser más estricta para evitar el discurso del odio y la desinformación bajo la etiqueta "StopHateForProfit" (Dejen de hacer beneficio del odio).
No obstante, desde que grupos como la Liga Anti Difamación o la Asociación Nacional para el Progreso de las Personas de Color (NAACP, en inglés) hicieron ese llamado, ya son más de 100 las compañías que han decidido pausar temporal o permanentemente sus anuncios en plataformas como Facebook y Twitter.
El gigante de las bebidas alcohólicas británico Diageo anunció este sábado que pausará sus anuncios globalmente en "las grandes plataformas de redes sociales" a partir de julio, y en los últimos días han tomado la misma iniciativa Coca-Cola, Unilever, Levi Strauss & Co, Eddie Bauer, The North Face, Patagonia, REI y Verizon.
(c) Agencia EFE

SANTO TOMÁS Y LA PROPIEDAD PRIVADA

Una lectura teológica del aquinante sobre el derecho de propiedad


La furibunda y virulenta reacción en defensa de la propiedad privada como si se estuviera ante un demoníaco sacrilegio, en los días de bocinazos, me llegó cuando, favorecido por la cuarentena, estaba en la relectura de la tesis doctoral del teólogo Juan Carlos de Zan sobre la propiedad privada en Santo Tomás de Aquino, considerado por siglos el numen teológico del pensamiento católico.
La tesis que De Zan defendió en 1970 pero no pudo publicar por los avatares políticos que le tocó vivir, salió a la luz en 2012 bajo el título Propiedad Privada: ¿Derecho Natural? – Desde los estoicos a Santo Tomás de Aquino. Y para mayor orientación le añadió un subtítulo: “Lectura latinoamericana de la tradición y de la teología política ‘occidental y cristiana’ sobre el derecho de propiedad”. En las serranías cordobesas, que en algo le ayudaron a sus vapuleados pulmones hasta su partida en febrero de 2015, algo pude disfrutar de sus búsquedas y reflexiones.
En la exhaustiva y minuciosa investigación sobre los textos de Tomás de Aquino, citados en idioma original, De Zan se propuso recuperar los núcleos del pensamiento: el derecho natural es la destinación universal de los bienes. Lo creado, lo útil y necesario para disfrutar de la vida, pertenece a todos y todas. Y subordinado a esta destinación inclusiva surge la propiedad privada como “derecho de gentes”, que deriva en la necesidad histórica del derecho positivo, para garantizar las tres razones de la convivencia: la eficacia, el orden y la armonía social, en el mejor aprovechamiento de los bienes para todos y todas. Y como histórico, relativo a los diferentes modos de organización social, según los tiempos y lugares.

Estas afirmaciones básicas fueron manipuladas por los filósofos y teólogos llamados “tomistas”, según lo demuestran las investigaciones de De Zan. Y la desvirtuación inicial, acorde a los intereses institucionales eclesiásticos de las distintas épocas, fue considerar la propiedad privada como derecho natural “secundario”. Secundario, ¡pero derecho natural al fin! Es decir, consustancial a la naturaleza humana del propietario individualmente considerado.
A esta antropología liberal, la teología le añadió el carácter individual de la “salvación del alma”, con lo que se relegaba la perspectiva comunitaria y se ponía el acento en la “dignidad” de la persona. Así es como se difundió el derecho a la propiedad privada con “función social”, vigente por muchos años en los manuales de la Doctrina Social de la Iglesia. Concepto que aún goza de fuerte arraigo en la cultura católica y explica en parte el fervor militante de sectores que –más allá de sus razones políticas— sienten fortalecida una legitimación religiosa.
Con esta definición, que en gran parte se revisó con mucho debate en el Concilio Vaticano II (1962-1965), quedó petrificado y absolutizado el derecho a la propiedad privada. El aditamento de la “función social” se lo aseguraba. Y con eso supuestamente también se salvaban aspectos esenciales de la antropología cristiana, que considera a la persona, individual y socialmente integrada. ¡Alcanzaba con algunas obras de caridad o con donaciones que aseguraran un lugar en el cielo!
Al contraponer el pensamiento de Tomás de Aquino con las conclusiones de sus supuestos seguidores, el teólogo De Zan destacó el reduccionismo filosófico de los que afirmaban que “el derecho inalienable emana directamente de la dignidad de la persona humana y del ámbito del libre ejercicio de sus facultades de dominio y posesión”. Esta reducción le mutila al ser humano su dimensión social y política, porque al exaltar su “individualidad” le afecta su “búsqueda de la comunión ciudadana”, en términos de Santo Tomás. Aspecto esencial y fuente del derecho de gentes, de donde emana el derecho positivo para el justo ordenamiento de la sociedad. Cuestión a resolver por la política, con la regulación demandada por la “alteridad constitutiva de la justicia”. La Justicia es el Otro.
“Algunas cosas que algunos poseen en sobreabundancia —escribió Tomás de Aquino hace 800 años– por derecho natural deben ser destinadas a la sustentación de los pobres”. Y “compete a la providencia del buen legislador buscar el modo de hacer que las cosas propias se hagan comunes…” (In Polit., II, IV, N°201.)
El eminente teólogo Arturo Paoli, que radicado en Fortín Olmos acompañó a los trabajadores rurales en el mismo norte santafesino donde se extendieron las tierras cedidas a los Vicentin por el dictador Juan Carlos Onganía, se preguntó en 1973, en el prólogo a este libro: “Por qué lugar preciso de la historia ha entrado este dogma intruso de la propiedad privada y por qué caminos ha logrado revestirse de un aura de temor reverencial. […] La ofensa más grave que hemos podido infligir al evangelio y a Aquel que vino a ‘anunciar a los cautivos la libertad… y la liberación de los oprimidos’ (Lc.4,18) es el de adosarle todos los delitos que se han cometido en los siglos en nombre del seudoderecho de la propiedad privada. Si aquellos que definen todas las protestas y las insurrecciones en defensa de los derechos de los pobres como de inspiración comunista o marxista fueran conscientes del ultraje que hacen al evangelio, quizás no tendrían el atrevimiento y el coraje de proclamarse cruzados de la fe”. “Si el ser cristiano –concluía Paoli— exigiera acto de fe en la propiedad privada y en las formas históricas y jurídicas de la propiedad, debiéramos no ser cristianos para vivir a fondo aquel amor de eficacia y de ayuda, según el cual, según el Evangelio seremos juzgados al fin de nuestra vida” (De Zan, p.18).
De Zan respondió al interrogante al señalar la manipulación del pensamiento de Tomás de Aquino por parte de los “tomistas”, que dieron legitimación a la “civilización occidental y cristiana”. Y apuntó a los teólogos y católicos del siglo XIX “que adolecen de un encandilamiento neoliberal individualista”, se subyugan “ante una verticalidad eclesial que reserva a la cúspide suprema de la jerarquía las implicancias público-políticas… y terminan por acantonarse en una defensa filosófica de la dignidad de la persona, que políticamente no sólo es insuficiente, sino que, a la postre, acaba por ‘sacralizar’ un sistema social que establece como ‘derecho natural’ lo que toda la tradición y Santo Tomás calificó ‘derecho de gentes'», que se plasma en derecho positivo, según las demandas de los cambios sociales. La decisión política de la comunidad, «el derecho que los pueblos (las gentes) ‘se van dictando’ para un más ordenado y pacífico convivir’”. Y agrega el teólogo: “Las razones que justifican la división de las posesiones deben subordinarse a las exigencias de fondo del derecho natural que prescribe la eficaz ordenación de los bienes para subvenir a la necesidad de todos”. (De Zan, 525).
Elevar la bandera de la propiedad privada al nivel de instituciones fundamentales de la convivencia social es pretender transformarla en inmovible, inmodificable, intocable, irreformable, adquiriendo el nivel de endiosamiento ya simbolizado en la Antigüedad con el becerro de oro, que de todos modos fue tirado abajo. Más movible, mutable, tocable y reformable —al menos en este caso— cuando están cuestionadas judicialmente la legitimidad y la legalidad de algunas posesiones.
¿Qué valor y qué vigencia tiene una reflexión desde esta perspectiva, que por cierto no es la única, ni la más importante? Me parece necesario inscribirla en la batalla cultural ante la cooptación del sentido común que ha desplazado el “buen sentido” de la comunidad humana. Por un lado el culto a la meritocracia, como si existiese algún logro personal resultado del sólo y transparente esfuerzo ‘individual’, abonado también con el sustrato religioso de un cristianismo liberal. Y por otro, el cultivo del bienestar social, de todas y todos, abiertos a la contribución de las múltiples y diversas aptitudes que afloran en los colectivos sociales, que ejercitan la solidaridad, afianzando regulaciones democráticas necesarias no sólo para la eficacia y el ordenamiento sino también la armonía y convivencia de los diferentes. Aquí es donde el Estado ejerce su responsabilidad: tiene la obligación de garantizar el fin último que es la vida y el bienestar de todas y todos, a través de los instrumentos —instituciones y leyes—, que en el ejercicio democrático los gobiernos están facultados y obligados a realizar a favor del bien general.


MEMORIA DE LA MENTIRA.

https://www.elcohetealaluna.com/cruzar-el-rubicon/


CRUZAR EL RUBICÓN

La puja macrista por desestabilizar al gobierno se interna por el camino de la incitación al caos.



Paralelamente a estos desarrollos, nuevos indicadores muestran la persistencia de la crisis económica y su progresiva profundidad. Esta semana la cantidad de empresas que se declararon en quiebra superó lo acontecido en los últimos 11 años (zerohedge.com 23 6 2020). Paralelamente, aunque más de 46 millones de personas han pedido beneficios por desempleo desde que comenzó la crisis en marzo, las empresas grandes continúan expulsando mano de obra y muchos de los beneficios por desempleo otorgados inicialmente terminarán hacia fines de julio (cnbc.com 18.6 2020). Esto ocurre mientras la economía sigue en picada, más de 100.000 empresas han cerrado definitivamente (nber.gov, april 2020) y  más de 100 millones de créditos personales de distinto tipo enfrentan problemas por falta de pago (wsj.com 18 6 2020).

https://www.elcohetealaluna.com/la-puntita/

LA PUNTITA

El 14 de julio se presenta el proyecto de contribución extraordinaria a las grandes fortunas

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