sábado, 24 de marzo de 2018

La "tendencia", la burocracia y el socialismo: Entre el verticalismo burocrático y el frente gorila Por Jorge Enea Spilimbergo, 1974




Primera publicación: En Izquierda Nacional N° 29 de mayo de 1974.

La Juventud Peronista se debate en un grave dilema cuyos términos parecen ser, por un lado, la capitulación ante las fuerzas burocrático-burguesas de su partido (en nombre de la "verticalidad"), y, por el otro, una ruptura que se da como regresión hacia la izquierda liberal y cipaya. Este conflicto de un movimiento que irrumpió tan espectacularmente hace poco más de un año se explica en parte por las debilidades políticas que presidieron su nacimiento. Y esas debilidades, a su vez, encuentran su clave en el desarrollo desigual y contradictorio de nuestras luchas político-sociales a partir de la gran ofensiva popular de mayo de 1969.

El término de referencia más general de la crisis es la contradicción entre la divisa "Patria Socialista", impulsora de todos los sectores dinámicos de JP, y la estructura histórico social inmodificable del peronismo como frente nacional muilticlasista constituido en 1945 bajo el liderazgo de la burguesía nacional. Esta contradicción potencial se hace actual y virulenta desde el definitivo retorno del general Perón y la renuncia del presidente Cámpora.

A partir de aquí la dirección de la "Tendencia" acentúa hasta el paroxismo el método mágico de explicación, como si quisiera ocultarse a sí misma la inconsistencia de sus propias premisas políticas: Perón es el custodio de la antorcha nacional y del socialismo; pero un cerco demoníaco de traidores lo rodea y aísla de los peronistas leales. En vez de indagar las fuerzas de clase que encarna la conducción peronista, los líderes de la "Tendencia" arbitran una "explicación" mitológica, enteramente irracional.

Técnicamente, esa explicación era posible cuando Perón estaba en Madrid; pero los hechos la desintegran con la presencia de Perón en la Argentina y en el gobierno. Entonces, los líderes más conspicuos de la "Tendencia" se escinden en dos alas. Un sector capitula, ya que no encuentra otro modo de reconciliación que la renuncia a los fines trascendentes que animaban el movimiento juvenil. El otro busca apoyo creciente en el centro y la izquierda liberaloligárquicos (Juventud Comunista, radicalismo, alfonsinistas, APR, etc).

Como el fenómeno "Juventud Peronista" expresa la ruptura de la pequeña burguesía democrática con la oligarquía liberal a la que estuvo aliada tradicionalmente (ruptura provocada por la crisis del orden semicolonial) y el giro de ese sector hacia posiciones más avanzadas y nacionales, la alianza de referencia, en el marco de las llamada Juventudes Políticas Argentinas, constituye un claro fenómeno de regresión.

También en esta falsa polarización (capitulación-gorilismo de "izquierda") pesa la incomprensión sobre la naturaleza de clase del peronismo. La clara progresividad del peronismo no emergía de su carácter proletario-socialista sino de su naturaleza nacional-democrática ("burguesa", por lo tanto) en un país semicolonial. La vieja izquierda cipaya deducía que el peronismo, al ser burgués, era reaccionario, olvidando las particularidades de la lucha social en un país dependiente y atrasado. Al nacionalizarse e izquierdizarse rompiendo con la oligarquía, pero sin revisar teóricamente las viejas premisas ideológicas, pareció necesario adjudicar a Perón una virtualidad socialista que éste jamás imaginó tener, y que se apresuró a desmentir brutalmente desde el primer día de su regreso definitivo al país.

¿Es preciso, por lo tanto, traicionar al socialismo para no "traicionar" a Perón, según piensan algunos? ¿O es Perón un traidor al demostrar que no hay lugar para el socialismo en su movimiento, como opinan otros?

En realidad, Perón permanece fiel a la constelación político-social que dio existencia a su movimiento en 1945, y ningún revolucionario socialista podrá dejar de apoyarlo contra los enemigos imperialistas y oligárquicos. Al mismo tiempo, la lucha por el socialismo, impuesta por la necesidad objetiva de trascender los estrechos límites capitalistas y burgueses de la revolución nacional, exige la constitución de un eje de reagrupamiento obrero y socialista en el cauce del movimiento nacional, un eje política, organizativa e ideológicamente independiente.

Cordobazo y peronismo

El punto de arranque es, naturalmente, el Cordobazo de mayo de 1969, mejor dicho, la serie de insurrecciones provinciales que, a partir de esa fecha, desbarataron los planes de la dictadura oligárquica, modificaron profundamente la relación de fuerzas e impusieron una salida electoral aunque condicionada por la proscripción de Perón (cláusula del 24 de agosto).

El Cordobazo se inscribe en una línea superadora del 17 de octubre de 1945. Ya no se trataba, como en las jornadas de 1945, de apuntalar a un sector del sistema gobernante contra el ala oligárquica y contrarrevolucionaria, sino de enfrentar por la vía de la lucha de masas al Estado oligárquico en su conjunto, apuntando más allá de los límites de la Argentina burguesa. Por eso, el gran movimiento espontáneo y acaso insurreccional de los pueblos del interior rebasó no sólo a los viejos partidos sino también a la dirección política y sindical del peronismo, que en ningún momento asumió práctica ni moralmente esas luchas. Esta verdad no sólo es aplicable a los sectores burocráticos (cualquiera sea la amplitud y aplicación que demos al término "burocrático") sino también a los combativos. No casualmente el nombre "Montoneros", trascendiendo sus límites originarios, ha pasado a designar a toda la "Tendencia", lo que de hecho significa que el asesinato de Aramburu (una oscura aberración política) pesa ideológicamente más que la gesta multitudinaria gracias a la cual la "Tendencia" pudo soñar con copar electoralmente el gobierno en aras de la Patria Socialista.

El interior aislado

Pero este nuevo nivel de lucha alcanzado por los pueblos del interior, si era suficiente para conmover rudamente el andamiaje de la dictadura militar e imponerle un retroceso en toda la línea, no bastaba para derrocarla infligiendo a la oligarquía una derrota decisiva. Para ello era preciso la extensión del movimiento a escala nacional y, sobre todo, la entrada en combate de la clase trabajadora de Capital y Gran Buenos Aires, centro estratégico del país, arrastrando tras de sí a las capas medias disconformes. La magnitud del escenario impedía que esta tarea pudiera quedar librada a la "espontaneidad" característica de las luchas libradas en Córdoba, Rosario, Corrientes, Tucumán, Mendoza, Catamarca, etc. Pero el papel de las altas jefaturas cegetistas y sindicales de Buenos Aires consistió, precisamente, en lo contrario: en sabotear y aislar al interior, convertidas en agentes miserables de la dictadura gorila.

La lucha por romper el cerco, descongelando militarmente al proletariado gran bonaerense se convertía de ese modo en la tarea central de toda corriente revolucionaria a partir de mayo de 1969, y en esa perspectiva nació el Frente de Izquierda Popular, bajo esa luz deben considerarse todos sus movimientos políticos y tácticos. Pero es un hecho de la mayor importancia que aunque la clase trabajadora del área metropolitana acompañó con su simpatía las jornadas del interior, no pudo romper la malla del bloqueo burocrático y ponerse ella misma en movimiento.

Esto impondría su sello sobre el proceso de expansión y apogeo de la Juventud Peronista.
El auge de la "guerrilla" (incluidas las "formaciones especiales" peronistas, para emplear el término con el cual Perón, sin haberlas promovido, las oficializó desde Madrid) es en este sentido, y pese a la bambolla interesada de la prensa y los gobiernos oligárquicos, un fenómeno de retroceso político, que se planteaba en relación inversa al apogeo del movimiento de masas, sin conexión (ni siquiera defensiva) con él. Ninguna experiencia ha aportado la guerrilla urbana argentina que pueda modificar o contradecir las conclusiones lapidarias sobre el terror y la violencia individuales del movimiento revolucionario intrernacional y sus teóricos reconocidos.

La disyuntiva de 1972

Así nos encontramos en 1972 con un movimiento popular y obrero que ha infligido fuertes golpes a la dictadura oligárquica, pero sin lograr una victoria decisiva frente al bloqueo metropolitano. Producto de esta situación de equilibrio es la salida transaccional de un llamado a elecciones con el peronismo pero sin Perón. El Frente de Izquierda Popular exigió al peronismo la defensa activa de la candidatura de Perón, fundándose en la extrema debilidad de la dictadura bajo los golpes de la ofensiva popular espontánea, y en la posibilidad consiguiente de barrer la proscripción con nuevas movilizaciones populares, inicialmente pacíficas. Al ser desoído este llamado, el FIP rechazó de plano el ingreso al Frejuli, prefiriendo perder bancas seguras a traicionar su razón de ser política.

Es cierto que Perón llegó de todos modos a la presidencia. Pero su acceso por la vía fría, sin movilización, no implica un mero camino alternativo sino el imperio de una correlación de fuerzas hegemónicas sustancialmente diferente.

¿Qué actitud asumían ante esta disyuntiva los líderes de la "Tendencia", durante el verano de 1972-1973? Dos actitudes íntimamente relacionadas. En primer término, negaban desdeñosamente toda realidad a las elecciones, simple "maniobra" de Lanusse. Bajo este anarquismo ultraizquierdista, según el cual la huelga general de mayo del 69 es Córdoba era menos importante que el asesinato de Aramburu, se escondía una subestimación enfática del movimiento de masas y una sobreestimación acorde del poder de la dictadura militar-oligárquica. En segundo término, no sólo Perón, o Cámpora, o Rucci y Gelbard, o los partidos del Frejuli, desoían la propuesta movilizadora del FIP, lo que era predecible al fin de cuentas, sino también los líderes de la "Tendencia" en cualquiera de sus ramas. Esta no hizo suya (mancomunada o unilateralmente) la única vía de desarrollo revolucionario abierta, que era la marcada por el FIP. Por el contrario, se sumó al proceso electoral bajo la divisa "Cámpora al gobierno, Perón al poder".

La capitulación originaria 

En realidad el "fenómeno Juventud Peronista" es un fenómeno sumamente reciente. Se incuba en esas semanas preelectorales, eclosiona entre el 11 de marzo y el 25 de mayo, tiene sus días gloriosos con Cámpora y su hora de la verdad con el retorno del general Perón. La divisa de la Patria Socialista aparece como el espíritu animador de la marea.

Ya hemos visto cómo ese impulso lanzaba a toda una camada juvenil a la trituradora de una contradicción insalvable entre el socialismo y el carácter de clase de la conducción peronista. Señalemos ahora que el movimiento, pese a su apogeo espectacular, nacía impregnado de una especie de pecado original: la participación en la capitulación política del peronismo ante la dictadura militar oligárquica, que no otra cosa fue la candidatura de Cámpora, la negativa a apelar a la movilización de las masas.

La memoria es corta, y hechos recientes merecen recapitularse. La candidatura de Cámpora fue la respuesta de Perón a la cláusula proscriptiva, una "candidatura imposible", pues le alcanzaban los términos de la cláusula. De este modo el peronismo se aprestaba a dejar vacante su nominación presidencial, ocupar bancas y gobernaciones, y poner la presidencia en manos de Balbin. Lanusse, hábilmente, aceptó sin embargo aquella candidatura especulando con que el "desprestigio" de Cámpora forzaría la segunda vuelta. ¡Sólo el repudio apabullante cosechado por la dictadura oligárquica pudo desbaratar esta maniobra! En este marco es que crece y eclosiona la "Tendencia". La victoria electoral del 11 de marzo suministra el éxito inmediato necesario para ocultar los vicios de origen de una capitulación y alimentar la loca esperanza de que el peronismo pueda convertirse en eje socialista de la revolución nacional, sin los sudores del parto de construir junto a las masas una opción independiente.

La pequeña burguesía busca un eje

Por debajo de este proceso político se da el proceso de las clases sociales. Hemos visto que la clase social que alimenta el crecimiento vertiginoso de la JP es la pequeña burguesía democrática en trance de nacionalización e izquierdización. ¿Podrá esta pequeña burguesía –como clase- extraer de ella misma una opción independiente, socialista revolucionaria en el campo de la revolución nacional? La respuesta es obvia, y, también por eso, ninguna propuesta político-partidaria no asentada en una representación actual y concreta de la clase trabajadora en movimiento, era capaz de atraerla hacia un eje socialista revolucionario.

Pero el hecho decisivo pasaba a ser, entonces, la inmovilidad coyuntural del proletariado metropolitano, bajo el bloqueo del sistema político-sindical del peronismo. En esas condiciones, el único eje objetivo que se le presentaba a partir de su ruptura con el bloque oligárquico-imperialista era –para decirlo brutalmente- el eje de la burguesía nacional, es decir, el movimiento peronista. Quienes, como el FIP, asumían, con las banderas del 17 de Octubre y del 29 de Mayo, el eje estratégico de la revolución popular argentina –sus raíces y su proyección superadora- quedaban provisionalmente aislados, como lo revelaron, honrosamente, los resultados del 11 de marzo, no menos reivindicables que los del 23 de septiembre(*).

Sin embargo, esta convergencia hacia el eje de la burguesía nacional, no podía realizarse ingenuamente. El país había sido conmovido por poderosas mareas revolucionarias en un mundo que no era el de 1945. Si la pequeña burguesía había encontrado en el mito de la guerrilla el sustituto de la movilización revolucionaria de las masas a escala nacional, también debía proyectar sobre el eje nacional burgués hacia el cual convergía sus propias esperanzas socialistas, e impregnarlo de esas ilusiones. Era hasta cierto punto inevitable, y explica la incapacidad de llevar una lucha política real en defensa de sus puntos de vista, con mínimas garantías, dentro del movimiento o del Partido Peronista.

La tarea insoslayable

No moralizaremos sobre el hecho (aunque es preciso señalarlo) de que esta debilidad orgánica paga el precio de haber pretendido eludir una tarea insoslayable apelando a un falso atajo, ya que no es posible luchar por el socialismo en el seno de la estructura histórica de la "burguesía nacional". Por la mecánica interna de esa estructura, toda la legitimidad proviene del liderazgo unipersonal (bonapartista) del general Perón. Desgastada rápidamente (por la intervención directa de Perón) la retórica sobre los "traidores" que lo "cercan", cualquier oposición "socialista" queda desnuda e indefensa al llegar el momento de la verdad.

Pero esta segregación mecánica de los "herejes", ¿es una garantía de que llegarán a asimilar la experiencia y de que extraerán las necesarias conclusiones, incluidas (pues las alternativas abiertas no son indefinidas ni caprichosas) las referentes al papel del Frente de Izquierda Popular en el proceso político argentino?

La necesidad de esta reflexión es hoy más que nunca urgente, cuando vemos a ciertos líderes de la "Tendencia" retroceder hacia el pacto con la izquierda gorila en ese contubernio de las llamadas Juventudes Políticas Argentinas, y a otros, rendir las armas ante los sectores burocráticos y conservadores de su movimiento.

Fuente: Izquierda Nacional

Carta del subcomandante Marcos a la Argentina digna Subcomandante insurgente Marcos, Ejército Zapatista de Liberación Nacional

24 de Marzo del 2001, 18.00 hs. Hora de México.

A los niños, niñas, ancianos, ancianas, jóvenes, jóvenas, hombres, mujeres
de la Argentina.
América Latina, Planeta Tierra.

Hermanos y hermanas:
Aquí México Zapatista. Allá la digna Argentina.
Les habla el Subcomandante Marcos, a nombre de todos los hombres, mujeres, niños y ancianos del Ejército Zapatista de Liberación Nacional.
Queremos aprovechar que los hermanos y hermanas de Argentina nos dan la oportunidad de decir nuestra palabra en este acto que sirve para darle a la verdad y a la memoria el lugar que merecen.
Porque hay y ha habido quien creyó y cree que, asesinando personas, asesina también los pensamientos y los sueños que en veces son palabras y en veces son silencios. Quien así cree en realidad teme. Y su temor adquiere el rostro del autoritarismo y la arbitrariedad. Y en la resaca de la sangre busca la máscara de la impunidad y el olvido. No para que todo quede atrás, sino para asegurarse de que podrá de nuevo hacer actuar su temor sobre los que le son diferentes.
Nuestros más antiguos nos enseñaron que la celebración de la memoria es también una celebración del mañana. Ellos nos dijeron que la memoria no es un voltear la cara y el corazón al pasado, no es un recuerdo estéril que habla risas o lágrimas. La memoria, nos dijeron, es una de las siete guías que el corazón humano tiene para andar sus pasos. Las otras seis son la verdad, la vergüenza, la consecuencia, la honestidad, el respeto a uno mismo y al otro, y el amor.
Por eso, dicen, la memoria apunta siempre al mañana y esa paradoja es la que permite que en ese mañana no se repitan las pesadillas, y que las alegrías, que también las hay en el inventario de la memoria colectiva, sean nuevas.
La memoria es sobre todo, dicen nuestros más primeros, una poderosa vacuna contra la muerte y alimento indispensable para la vida. Por eso, quien cuida y guarda la memoria, guarda y cuida la vida; y quien no tiene memoria está muerto.
Quienes arriba fueron poder nos heredaron un montón de pedazos rotos: muertes aquí y allá, impunidades y cinismos, ausencias, rostros e historias emborronadas, desesperanzas. Y ese montón de escombros es el que nos ofrecen como tarjeta de identidad, de modo que decir "soy" y "somos" sea una vergüenza.
Pero hubo quienes fueron y son abajo. Ellos y ellas nos heredaron no un mundo nuevo, completo y acabado, pero sí algunas claves y pistas para unir esos fragmentos dispersos y, al armar el rompecabezas del ayer, abrirle una rendija al muro, dibujar una ventana y construir una puerta.
Porque es bien sabido que las puertas fueron antes ventanas, y antes fueron rendijas, y antes fueron y son memoria. Tal vez por eso temen los de arriba, porque quien tiene memoria en realidad tiene en su futuro una puerta.
Somos muchos y muchas los que al buscar la memoria estamos buscando partes de nuestro rostro. Quien nos pide que olvidemos, nos pide que sigamos incompletos, usando las prótesis que el Poder oferta.
Este día, en Argentina, en México y en otras partes del mundo, hay muchos y muchas guardianes de la memoria reuniéndose para una ceremonia tan antigua como la palabra: la del conjuro del olvido y la desmemoria, la de la historia.
Hoy, quienes tienen a la Argentina como patria, nos enseñan que quien camina la memoria, en realidad camina la vida. Y queremos que todos y todas ustedes sepan que escuchamos sus pasos y que, al escucharlos, recordamos que el principal atributo del ser humano sigue siendo la dignidad.
Digna Argentina: los zapatistas de México te saludan.
Vale. Salud y que nunca más la estupidez se permita democratizar el miedo y la muerte
Desde la Ciudad de México.

Subcomandante Insurgente Marcos
México, Marzo del 2001
6 de la tarde, hora de México

P.D.- No se acaben el churrasco, porque siempre me dejan la pura salsa chimichurri. Con el mate pueden proceder a discreción, pero no se acaben las empanadas. Nos vemos luego en la calle de Corrientes para echarnos una cascarita de fútbol y tararear un tango, porque la memoria también se guarda con el juego, la música y el baile.

1976 Por Norberto Galasso (2001)

"En el campo popular, todos acordamos acerca del carácter sanguinario e inhumano de la dictadura militar implantada un día nefasto de marzo, hace 25 años. De allí que, no obstante el tiempo transcurrido, permanezca fervoroso nuestro repudio y salgamos de nuevo a la calle a manifestar nuestra acusación contra los verdugos.

"Sin embargo constituiría un grave error nuestro enjuiciamiento a la conculcación de los derechos humanos, dejando en un cono de sombra otros aspectos de aquel "proceso" que también son de naturaleza siniestra.

La dictadura militar fue muerte, desaparición, tortura, secuestros, etc. pero fue también una victoria de la clase oligárquica y aplastamiento del proyecto popular, la represión de los Videla y Massera no derivó en la política económica entreguista y antipopular de Martínez de Hoz, sino que la política económica entreguista y antipopular de Martínez de Hoz, necesitó como condición insoslayable, la represión de los Videla y Massera.

"En el campo popular, todos acordamos acerca del carácter sanguinario e inhumano de la dictadura militar implantada un día nefasto de marzo, hace 25 años. De allí que, no obstante el tiempo transcurrido, permanezca fervoroso nuestro repudio y salgamos de nuevo a la calle a manifestar nuestra acusación contra los verdugos.

"Sin embargo constituiría un grave error nuestro enjuiciamiento a la conculcación de los derechos humanos, dejando en un cono de sombra otros aspectos de aquel "proceso" que también son de naturaleza siniestra.

La dictadura militar fue muerte, desaparición, tortura, secuestros, etc. pero fue también una victoria de la clase oligárquica y aplastamiento del proyecto popular, la represión de los Videla y Massera no derivó en la política económica entreguista y antipopular de Martínez de Hoz, sino que la política económica entreguista y antipopular de Martínez de Hoz, necesitó como condición insoslayable, la represión de los Videla y Massera.

Cien años más tarde -el imperialismo norteamericano, después de voltear al Gral. Torres en Bolivia y a Salvador Allende en Chile- aunó su esfuerzo al de la oligarquía argentina para cerrar el camino a "cordobazos", "rozariazos", etc. y elecciones con triunfos populares, que percibían como una cuchilla que pasaba muy cerca de sus gargantas. Aprovecharon, por supuesto, la frustración del 73 causada por los antagonismos internos del peronismo, la muerte de Perón y otros factores, pero estamos ciertos que la conspiración no empezó en febrero de 1976 sino en abril de 1973. y por eso su hombre clave es "Joe" Martínez de Hoz, con su pasado enraizado en la Sociedad Rural y su presente, de estrecha ligazón con Rockefeller.
"En aquellos vientos se originan las tempestades de hoy, después que el alfonsinismo administró "el modelo" y "el menemismo" lo profundizó: una nueva oligarquía integrada por grandes consorcios asociados al capital extranjero (a la cual solo le interesa el mercado interno cuando está cautivo), una sumisión total a los dictados de los organismos internacionales que nos coloca en posición de país colonial, una profundización notable de la expoliación capitalista, basada en la alta desocupación, que tira hacia abajo los salarios y anula conquistas sociales provocando una feroz redistribución del ingreso a favor del capital, en fin, un modelo económico nefasto y un escenario político donde faltan dos generaciones, una por muerte y otra, por temor y escepticismo, donde una dirigencia política caduca reitera discursos retóricos ante la absoluta indiferencia del pueblo, la desaparición de proyectos colectivos, solidarios y nacionales, reemplazados por proyectos individuales que priorizan los sobres negros a la difícil tarea de transformar una realidad.
"Si el repudio al "proceso" solo consistiese en restaurar las garantias individuales, nuy amplio sería el camino por delante para las propuestas "progresistas". Pero, precisamente, las propuestas "progresistas" se frustran porque el "proceso", si bien dio un paso atrás al convocar a elecciones en 1983, mantuvo el control que había logrado en los resortes fundamentales de la economía del país, incluso perfeccionándolo en los œltimos años. Y dentro de ese marco, no hay política posible a favor del campo popular por lo cual llevamos dos décadas de frustración en frustración.

Por la misma razón, confiamos en que las víctimas del modelo podremos nuclearnos en los próximos años para gestar un gran frente de liberación que apunte a destruir los eslabones de expoliación que impiden tomar el nuevo camino.

1976.



El escritor Rodolfo Walsh se enteró del golpe por las comunicaciones policiales. Desde su departamento interceptaban las radios para descubrir información sobre el inminente golpe. Fue el 24 de marzo de 1976 que vivió el escritor Rodolfo Walsh. Un año después escribió la "Carta de un escritor a la Junta Militar" y el 25 de marzo de 1977 fue secuestrado por un grupo de tareas.

Por Luis Bruschtein

"¡Comando, comando, móvil 1!" decían unas voces y les contestaban: "QAP, QAP, móvil 1", "Adelante móvil 2", "hay movimiento de tropas en dirección a Casa de Gobierno"; "¡QSL, QSL, entendido, entendido!". Era la noche del 23 y la madrugada del 24, el escritor Rodolfo Walsh y Lilia Ferreyra, su mujer, interceptaban las comunicaciones radiales de las fuerzas de seguridad. De pronto las voces se multiplicaron, transmitían nerviosismo. "Ahí está el golpe" dijo para sí Walsh, que un año después escribiría la "Carta de un escritor a la Junta Militar" y luego sería secuestrado por un grupo de tareas de la ESMA. "En esa semana la atención estaba puesta en si iba a haber un golpe o no --recuerda Lilia Ferreyra--. Entonces en el área de Información de Montoneros estábamos muy pendientes de las escuchas de comunicaciones para tratar de encontrar información sobre lo que se podía estar gestando". 

La pareja ocupaba un departamento de un ambiente, de tres metros por 2,60, con un minibaño y una kitchenet. Era un primer piso con una sola ventana que daba a un patio interno de un edificio de diez pisos. Pero la ventana tenía que estar siempre cerrada para que no escucharan los vecinos. Había una cama de dos plazas, los estantes de una biblioteca que había pertenecido a Leopoldo Lugones, regalada por la nieta del escritor, Pirí, que también está desaparecida, una mesa plegable, dos sillas y una heladerita. "En el departamento teníamos un pequeño aparato de alta frecuencia que interceptaba las transmisiones de las fuerzas de seguridad --recuerda Lilia Ferreyra--; esa noche del 23 yo estaba en casa y Rodolfo había salido a una cita. Como todos los días, cuando él llegaba yo le contaba lo que había escuchado. Esa noche comenzó con la rutina de siempre, cenamos a las 9 y nos dispusimos a escuchar por onda corta el noticiero de la BBC de Londres de las diez de la noche, en una pausa de la escucha de las comunicaciones de las fuerzas represivas. Rodolfo hablaba inglés perfectamente y me traducía lo que escuchaba". 

Walsh se había aficionado a la criptología y gracias a ese hobby había descifrado el código de transmisión de los cubanos anticastristas que se entrenaban en Guatemala para invadir la isla. Fue a principios de los 60, cuando trabajaba en La Habana en la agencia Prensa Latina. Por curiosidad se había puesto a descifrar las incongruencias que arrojaban las teletipos de la agencia en el tiempo muerto y así los cubanos detectaron los planes de invasión. "En esas escuchas interceptamos muchos mensajes en código que después descifrábamos --relata Ferreyra--; él me enseñó a mí después a descifrarlos. Estos mensajes cifrados surgían generalmente de las comunicaciones con el interior del país. Allí escuchamos una vez la orden de detención de gente de la Universidad de Bahía Blanca y otras informaciones que más tarde fueron difundidas a través de la Agencia de Noticias Clandestina (Ancla)". "Poco después de la medianoche se empezaron a escuchar las voces más agitadas, eran del comando radioeléctrico por lo general. A la madrugada ya se preguntaban abiertamente, desde los móviles hasta el comando, por los tanques que estaban yendo por el bajo en dirección a la Casa Rosada. Esa fue la confirmación de que el golpe estaba en marcha".

Vi


"A diferencia de la opinión de otros, Rodolfo tenía la certeza de que se avecinaban tiempos terribles --señala Ferreyra--; quizás por su propia comprensión de lo que podía ser el uso desbordado de la fuerza militar que él había llegado a percibir durante la investigación de Operación masacre. Así lo entendió en ese momento y lo vertió un año más tarde en la "Carta de un escritor a la Junta Militar": que un gobierno militar, una dictadura, siempre sería mucho peor que un proceso democrático, aunque fuera deficiente y confuso como el de ese momento. El decía que el ejercicio del poder directamente por las Fuerzas Armadas sería peor, como lo había demostrado la misma historia con la Revolución Libertadora. Esto lo hablábamos y también lo había discutido con otros compañeros". Era un tema que estaba sobre la mesa. El general Videla había anunciado el golpe varios meses atrás y en las reuniones se había convertido en el punto central de la agenda. "Desde varios meses atrás, Rodolfo había planteado la necesidad de prever una situación política general donde las condiciones del trabajo de prensa iban a ser mucho más difíciles y que había que prever formas de difusión por vías clandestinas" señala Lilia Ferreyra. Después del 24 de marzo empezó a emitir sus primeros despachos la Agencia de Noticias Clandestina. "Esa noche combinábamos la intercepción de las comunicaciones con las emisiones en onda corta de las radios internacionales, fundamentalmente la BBC de Londres y Radio Colonia --apunta Ferreyra--, estábamos la mayor parte del tiempo allí porque a las nueve de la noche había que estar adentro, era peligroso para Rodolfo estar en la calle. Siempre nos dejaba perplejos la calma y el control con que hablaba el que estaba a cargo del comando radioeléctrico; su calma contrastaba con el nerviosismo de las voces que transmitían los móviles. 

Esa noche del 23, las voces habían perdido la calma. En algún momento nos fuimos a dormir porque, pese a la tensión, la variante del golpe era algo que se esperaba, no era una sorpresa". El 24 a la mañana había comenzado una nueva etapa. "Salí a comprar los diarios con todas las precauciones que tomábamos para evitar espías o seguimientos, en la calle había un ambiente de temor y expectativa, se veía en la cara de la gente. Algo se había roto, estaba cambiando. Nosotros seguimos la información en los diarios, la radio y la televisión, también vivimos ese día con una carga muy distinta, algo cambiaba, con la incertidumbre o la certeza de que se avecinaban tiempos más difíciles. En esos días nos habíamos encontrado con Vicky, la hija mayor de Rodolfo, con Horacio Verbitsky y Paco Urondo, pero el 24 todas las citas y el trabajo cotidiano se paró. El eje de lo que se hablaba o se hacía era el golpe. Después de ver un noticiero en la televisión, recuerdo que Rodolfo reflexionó: 'Si éstos llegan a ganar, este país se va a poner

Fuente: Página/12, 24/03/2000 (suplemento especial)

jueves, 22 de marzo de 2018

Vuelo.

La luna cuelga de un asta de toro.
Y la noche también.
Válgame Dios tanta oscuridad.
Tanto cero en un corazón.
Tanta derrota posible.
Yugo en la vejez.
Aquí, allá, porqueses, resacas.
Rojiza la tinta del cuaderno.
Alzadas manos en derrota.
Sudadas frentes en aguaceros.
GB

Dice Juan Gelman.

"Mataron y mataron compañeros y nadie te enseña a hacerlos de nuevo".

Dice Juan Gelman.

"Cada lágrima es un problema sin solución."