sábado, 18 de noviembre de 2017

SOCIEDAD 18 de noviembre de 2017 Fue botado en 1983 en Alemania y reparado por completo en 2013 en Buenos Aires La historia del submarino perdido

El San Juan es un submarino de la clase TR-1700 fabricado por los astilleros alemanes Thyssen Nordseewerke, lo que lo hace miembro de una familia de naves que sirve, con muchas variantes, en decenas de Armadas de este mundo. El San Juan tiene además un lugar especial y tal vez inesperado en la historia reciente de nuestro país, porque para ser reparado en un astillero local prácticamente hubo que revivir una capacidad industrial argentina, perdida en los noventa del ajuste. 
El San Juan fue arrancado oficialmente en Alemania el 18 de marzo de 1982, días antes del comienzo de la guerra de las Malvinas. Fue botado en junio de 1983 y entró en servicio a fines de 1985. Este submarino era parte de un convenio con los alemanes para renovar la casi inexistente flota local e implicaba una transferencia de tecnología importante, ya que se contrataba construir tres más en los astilleros porteños. De hecho, en el resucitado Complejo Industrial Naval Argentino se conserva el casco terminado del Santa Fe, hermano gemelo del San Juan pero hecho por aquí.
La clase TR-1700 es muy flexible en su armamento y en el tipo de misiones que se le puede encargar, y es una familia de buenos navegantes. Tienen cuatro motores diesel conectados a una hélice y una planta eléctrica para navegar sumergidos. Con apenas 66 metros de eslora –de largo– y algo más de ocho de manga –de ancho– tienen la capacidad de moverse con gran sigilo y en silencio. Son, además, naves rápidas que llegan a los 25 nudos de velocidad bajo el agua. Algo que llama la atención es que, como tantos submarinos, el San Juan es más lento en superficie y sólo puede moverse a quince nudos. Su capacidad operacional es amplia y puede encarar misiones de un mes calendario, con una autonomía de 22.000 kilómetros si navega a ocho nudos exactos, unos quince kilómetros por hora. Esto es, por supuesto, en condiciones ideales, con el mar como un espejo.
Estos Thyssen vienen con una garantía de treinta años, si el mantenimiento es el correcto. Luego, hay que repararlos integralmente, una reconstrucción parcial que tiene sentido sólo por el costo de centenares de millones de dólares que tienen estas máquinas. En los años noventa, el astillero Domecq García fue cerrado personalmente por el ministro de Economía Domingo Cavallo, que gritó tanto que todavía es recordado por los veteranos del lugar. Cavallo, que por alguna razón parecía odiar el lugar, tuvo que aceptar que se terminara de reparar el Salta, porque parar todo significaba perder ese submarino. Esto le dio tiempo a los marinos y a los obreros navales para guardar sus herramientas y equipos en containers que rápidamente fueron ocultados en la inmensidad de la Armada.
Con el astillero cerrado y los obreros especializados abriendo maxikioscos o comprando remises, Néstor Kirchner se encontró con el problema de que había que reparar el Santa Cruz. Hacerlo en Alemania costaba una fortuna, con lo que se aceptó la oferta brasileña de hacer los arreglos en su astillero en Río de Janeiro. Era más barato, hubo “precio Mercosur”, pero hubo que pagar en dólares y bastante. La decisión fue resucitar esta capacidad técnica argentina, con lo que se recreó el Domecq García –y el Tandanor– en el CINAR. Los números cerraban bien, ya que el arreglo “de media vida” de un submarino le agrega otros treinta años a una nave de 500 millones de dólares.
El problema era que ya habían pasado casi veinte años desde que se había desbandado el grupo de profesionales. Aquí entra en la historia el ingeniero naval y ahora capitán de navío Ricardo Dasso, un hombre muy simpático que de muy joven fue enviado a Alemania a supervisar la construcción de otro de los Thyssen argentinos. Dasso aprendió alemán y volvió hecho un referente en la materia. Cuando se decidió resucitar la capacidad de reparar submarinos, hizo un trabajo de detective buscando a los obreros perdidos, con pistas como las tarjetas de navidad que le mandaban. Así logró reunir a quince de la vieja guardia, que entrenaron a 45 jóvenes para lograr el equipo de sesenta que se considera necesario. 
Lo que hicieron es medio increíble, porque la tarea arranca por cortar en dos el submarino, sacar todo lo que hay que cambiar o arreglar, y después volver a soldarlo con una precisión de esas en que te va la vida. El corte se hizo entre diciembre de 2008 y febrero de 2009, con sesenta días para marcar la línea de 24 metros de largo y exactamente un día para cortarlo a soplete, con doce equipos de dos personas en turnos de dos horas cada uno. El resultado fue de una precisión que los supervisores alemanes elogiaron. Ya abierto, se cambiaron nueve mil metros de tuberías y 37000 metros de cables, se sacaron y repararon los diesel, se lavaron tanques de todo tipo, se repasó y renovó la electrónica,  se cambiaron las placas de las 960 enormes baterías que impulsan el motor de inmersión y se revisaron 1295 válvulas. En noviembre de 2011 se cerró el casco con 32 pasadas de soldadura y se empezó a trabajar con la hélice, los planos de navegación, las escotillas y todo tipo de detalles. Para mayo de 2013 se probaba el submarino en seco y para el verano de 2014 se lo botaba rumbo a Mar del Plata, donde discretamente se repararon sus sistemas de armamento. 


PUNTOS DE INTERÉS JUVENIL DE LA REFORMA LABORAL QUE QUIERE CAMBIEMOS El apretón de manos del Estado y el empresariado Por Brian Majlin

Parece que no pero sí: la reforma laboral, aún en los artículos que no versan sobre pasantías y proyectos para inserción laboral de los jóvenes, está enfocada en ellos. En un mundo donde la tendencia global es de casi un 20 por ciento de desempleo juvenil –en Argentina es el doble y en algunas zonas de África, el triple– y la exigencia del universo de empleadores es “buena presencia y experiencia”, donde la docilidad y la flexibilidad multitarea son virtudes destacadas, esta reforma laboral –o ese borrador que circula hace semanas y pronto llegará al Congreso– aparece como una hoja de ruta que ha trazado el Gobierno en conjunto con los sectores empleadores.
Con un fin simpático –“generar empleo” en un mundo donde no sobra– y otro menos audible –“mejorar la competitividad de los empresarios para generar empleo”, es decir otorgarle beneficios al empresariado–, la reforma tiene un par de banderas más o menos visibles cuyos fines permanecen oportunamente silenciados. Al fin y al cabo, nadie se quedaría sentado a la espera de un trabajo en el que prometen azotarlo durante doce horas. Tampoco la ley –su borrador– presupone eso, claro. Es que, como dijo el titular de la Unión Industrial Argentina, Miguel Acevedo, “ya nadie espera hablar de trabajo esclavo ni de flexibilización laboral”. Se sabe: es tiempo de eufemismos y sometimientos más sutiles.
Parece que no pero sí: la reforma laboral, aún en los artículos que no versan sobre pasantías y proyectos para inserción laboral de los jóvenes, está enfocada en ellos. En un mundo donde la tendencia global es de casi un 20 por ciento de desempleo juvenil –en Argentina es el doble y en algunas zonas de África, el triple– y la exigencia del universo de empleadores es “buena presencia y experiencia”, donde la docilidad y la flexibilidad multitarea son virtudes destacadas, esta reforma laboral –o ese borrador que circula hace semanas y pronto llegará al Congreso– aparece como una hoja de ruta que ha trazado el Gobierno en conjunto con los sectores empleadores.
Con un fin simpático –“generar empleo” en un mundo donde no sobra– y otro menos audible –“mejorar la competitividad de los empresarios para generar empleo”, es decir otorgarle beneficios al empresariado–, la reforma tiene un par de banderas más o menos visibles cuyos fines permanecen oportunamente silenciados. Al fin y al cabo, nadie se quedaría sentado a la espera de un trabajo en el que prometen azotarlo durante doce horas. Tampoco la ley –su borrador– presupone eso, claro. Es que, como dijo el titular de la Unión Industrial Argentina, Miguel Acevedo, “ya nadie espera hablar de trabajo esclavo ni de flexibilización laboral”. Se sabe: es tiempo de eufemismos y sometimientos más sutiles.
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Junto a la UIA y el Gobierno, que evita hablar de precarización, de ajuste o de retrocesos en materia de derechos laborales, se pararon entidades que nuclean a empresarios rurales, bancos e incluso pymes. Del otro lado se alzan voces de académicos, de la Izquierda y algunos sectores del anterior gobierno. Y en el medio, la CGT, una central de trabajadores en puja: de un lado dicen que está todo acordado y que son leones domados que cuidarán su pedazo de carne (los fondos de las obras sociales); del otro, que no dejarán pasar la reforma. Y por lo bajo, se tejen encuentros y arreglos: muchos dirigentes sindicales reconocen la necesidad de ir a un cambio en convenios de trabajo que han quedado anticuados: la ley de trabajo es de 1976 y la mayor parte de los convenios por sector de 1975. Al cierre de esta edición, por caso, se supo que la UOM de Tierra del Fuego, la cámara de fabricantes argentinos de terminales electrónicas (Afarte) de esa provincia, el Gobierno nacional y el fueguino habían acordado la eliminación de paritarias en el sector hasta 2020.
Bajo la mentada modernidad se esconden puntos no tan modernos: suprimir el pago de horas extras mediante un banco que permita que un día trabajes seis y otro diez, revitalizar las pasantías y prácticas laborales –que pagan menos, tributan menos, son más flexibles en horarios y tiempos de duración–, aumentar la jornada laboral –justo cuando a nivel mundial se cumplen 200 años del comienzo de la lucha por la de ocho horas–, reducir drásticamente el pago de indemnizaciones por despido, defender la tercerización y la subcontratación. Es un perfeccionamiento de lo ensayado en los últimos años. Y su legalización y, precisamente, blanqueo: los empresarios serán perdonados en multas económicas y sanciones penales si blanquean a sus trabajadores en el año siguiente a la sanción de la ley.
Hay algo que sobresale: con el desarrollo tecnológico y científico se amplió exponencialmente la capacidad productiva de la Humanidad. Es decir que hay más alimentos, y mejores; más medicamentos, y mejores; mayor desarrollo en casi todos los sentidos, y hacen falta menos personas para las mismas tareas. Con todo eso, no se explica por qué sería necesario el aumento de la jornada laboral. Tampoco se explica el hambre en el mundo, pero no perdamos el foco.
La reforma tiene otro polo: el sistema previsional argentino, que implica que trabajadores activos sostengan a los pasivos. Los sostienen mal –cada vez más jubilados sobre población activa–, y el déficit fiscal in crescendo en el país parió una reforma tributaria y previsional que promete financiar a empresarios –y provincias– a costa de desfinanciar una vez más la Anses. Equilibrado eso con un recorte en aumentos a jubilaciones y pensiones, ahora actualizados por inflación. A todo eso se le añade el alejamiento de la edad jubilatoria, que resulta un ajuste fiscal por otros medios.
¿Y qué rol tienen los pibes que ingresen a este mercado laboral? El de precarios, inexpertos, flexibles, polifuncionales, en la carrera por una formación que nunca alcanza, y siempre dispuestos. Siempre contentos de tener, al menos, una paga mensual, son reemplazo efectivo para trabajadores “más costosos” y añosos. Eso para los trabajadores estables, y sin contar la nueva figura del trabajador autónomo económicamente dependiente que impone esta reforma laboral: un artilugio legal para evitar que los monotributistas que le facturan casi el ciento por ciento a un solo contratante puedan reclamar ante esa relación laboral encubierta.
Todos los caminos conducen a Roma, siempre que Roma sea la baja del costo laboral. La mano invisible del mercado, una alegoría fantasmagórica que acuñó Adam Smith y que ocultaba la regulación estatal –en acciones y omisiones– hacia uno u otro sector, queda al desnudo. Aquí y ahora, el Estado y el mercado se estrechan la mano. Y las reformas planteadas muestran, a todas luces, para qué.

Panorama político Reformatorio Por Luis Bruschtein

“1- No podemos caer en la trampa que nos proponen ellos, que es hablar de nosotros todo el tiempo, tenemos que hablar de los problemas del país derivados de las políticas del macrismo. 2- Si no podemos atacar, tenemos que defender, sobre todo el territorio y su gente, y pensar. 3- Generar un espacio de discusión sobre el mundo en que estamos, el que se viene y la capacidad de enfrentar los desafíos. 4- Acumulación de fuerza sobre la base de la oposición. Si hay oficialismo tiene que haber oposición. Se va a ordenar en base a esto.” Alguien escuchó la entrevista de Cynthia García a Jorge Capitanich y posteó en las redes estos apuntes.
Por el contrario, el contexto de esas frases muy concretas de Capitanich es el desconcierto de una oposición que no encuentra la manera de ordenarse. Y termina por alinearse a fuerza de carpetazos, amenazas y chantajes del oficialismo. Así, los gobernadores acuerdan un desbarajuste que les va a caer a los jubilados para favorecer a la gobernadora María Eugenia Vidal. Y una parte de la CGT acuerda una reforma laboral con puntos que no están claros y otros que pegan en la línea de flotación del universo del trabajo.
Un mensaje circuló por whatsapp: “La reforma laboral está pensada dentro de la reforma previsional, dentro de la reforma del Estado y dentro de un presupuesto donde se traslada gran parte de los recursos del pueblo a pagar deuda externa” dice el titular de ATE Capital, Daniel Catalano. Es decir, la única plata que maneja el Estado es la que le va a sacar a los jubilados, la que consiga con deuda y reduciendo la masa salarial, o sea con despidos. Más que reformistas son reformatorios.
El secretario general de la Federación Gráfica, Héctor Amichetti posteó una crónica de la negociación entre el gobierno y la CGT: “El gobierno nacional comenzó proponiendo a la CGT un marco de acuerdo basado esencialmente en el blanqueo laboral, pasantías y formación profesional. Al elaborar y hacer público el texto de reformas incluyó modificaciones a la ley de contrato de trabajo que provocaron el rechazo de quienes habían sido invitados a acordar. Poco disimulada la táctica gubernamental: empiojar la cancha para luego mostrarse proclive al diálogo y las concesiones. Casi todos quedamos enredados en la práctica oficial que imita al tero. Infinidad de expresiones en contra de la reforma laboral mientras los huevos están puestos en el manotazo al bolsillo de los jubilados incluido en la reforma previsional.”
Amichetti está seguro que la ley para la reforma laboral no es la vía prioritaria para el gobierno y aclara en su posteo: “El recurso que ha decidido utilizar en ese sentido es la extorsión, una herramienta que se muestra eficaz a partir del avance de su proyecto económico que debilita el mercado interno, expone a la industria nacional y al comercio a una menor actividad y pone en riesgo las fuentes de trabajo. Comenzó con los petroleros: Flexibilidad del convenio para promover inversiones y “asegurar” puestos de trabajo. En la industria lechera condicionó inicialmente la ayuda económica a SanCor a la reducción de aportes a la Obra Social del gremio y más recientemente a modificaciones en el convenio que facilitan la polifuncionalidad del trabajador y reduce el costo de horas extras los fines de semana habilitando la contratación de franqueros.
“Si revisamos los últimos acuerdos paritarios del gremio de Comercio, UPCN y otros, veremos que junto al aumento salarial se ha incluido el compromiso de tratar claúsulas de convenio relacionadas a la polifunción y banco de horas, como asimismo ingresos relacionados al presentismo. La reforma tributaria amenaza con quitar aranceles que protegen la industria electrónica radicada en Tierra del Fuego, como moneda de cambio se impuso a la Unión Obrera Metalúrgica aceptar un congelamiento salarial por dos años para preservar puestos de trabajo. Hoy están de paro los compañeros del Satsaid, el Ministerio de Trabajo no solo intenta limitar el aumento de salarios, presiona además para que se incluyan modificaciones en el convenio a favor de los empresarios y en contra de los trabajadores.”
Desde la Corriente Federal de los Trabajadores, Amichetti propone “el rechazo contundente de todo el paquete de reformas” porque “resulta imposible defender el trabajo y el salario, los haberes jubilatorios y la viabilidad de las provincias y sus economías regionales si no se discute el proyecto económico”.
Hasta ahora, esta columna se escribió sola, con mensajes que circulan en las redes, pero que demuestran que existen ideas, consensos todavía difusos que no terminan de coagular en la oposición.
Mientras se produce ese desbande, el macrismo consiguió destituir a  Eduardo Freiler, un camarista molesto para el gobierno. El juez había sido sobreseído en la causa penal, pero el macrismo lo destituyó por un supuesto “mal desempeño”. De la misma forma el gobierno había inventado irregularidades en la compra de una propiedad para desplazar a la Procuradora Alejandra Gils Carbó. Y el hermano del secretario de Seguridad de la Nación Eugenio Burzaco, el delincuente Alejandro Burzaco, partícipe confeso en la millonaria estafa del Fifagate, denunció a dos ex funcionarios que no tenían relación con esa investigación. “Lo que está declarando no tiene relación con lo que investiga esta causa” le advirtió el juez norteamericano. “Ya lo sé” respondió Burzaco. La mención a la relación familiar, que en otro contexto sería amarillista, tiene sentido porque la denuncia del empresario corrupto tuvo un objetivo claramente político en consonancia con el gobierno del que forma parte su hermano, de perseguir judicialmente a sindicalistas y dirigentes opositores, a jueces y fiscales independientes y a funcionarios de la gestión kirchnerista.
El kirchnerismo, al igual que el resto de la sociedad, fue sorprendido por la avalancha de causas y el alto nivel de complicidad de la mayoría del Poder Judicial con esa campaña. El resto de la oposición quedó amenazada por esos linchamientos judiciales, mientras el kirchnerismo tardaba en reaccionar y se quedaba a mitad de camino cuando fueron detenidos de manera irregular y en medio de un circo humillante los ex ministros Julio De Vido y Amado Boudou. Muchos lo sintieron como falta de solidaridad, hubo recriminaciones públicas de alto voltaje como la de la esposa de De Vido y una carta de Aníbal Fernández. Y en las filas internas las críticas y las discusiones fueron intensas, mientras el gobierno lanzaba su batidora de reformas laboral, fiscal y previsional. Recuperando algo del tiempo perdido, dirigentes y legisladores del kirchnerismo se concentraron ayer frente a los penales de Marcos Paz y de Ezeiza, donde están detenidos Julio De Vido y Amado Boudou.
Dos días antes de las PASO, en Jujuy fue asesinado a balazos el joven Ariel Velázquez, de familia radical. El ahora gobernador Gerardo Morales usó el crimen para su campaña y acusó a Milagro Sala. Dos años y medio después, el jueves de esta semana, la fiscalía presentó la acusación contra el presunto responsable. No fue un crimen político, sino que fue usado políticamente por Morales. Y los acusados son delincuentes comunes. Pero con la complicidad de los medios concentrados nacionales, Morales consiguió producir una fuerte conmoción sobre la base de esa mentira, una mecánica que forma parte de la cultura política del macrismo. A pesar de todas las arbitrariedades y maltratos, Milagro Sala filtró una carta manuscrita desde el penal donde la tienen injustamente detenida. “Ustedes saben que soy una presa política” les dijo a los jueces y fiscales. Y la firmó: “Con las convicciones intactas, Milagro Sala, presa política”.
Frente a la ofensiva derechista y la avanzada judicial que arrinconó al kirchnerismo, toda la oposición aparece atribulada por la amenaza judicial y el chantaje económico a gobernadores y sindicalistas, a los que se suman pases de factura, viejas y nuevas rupturas y diferencias, sectarismos y debilidades. Acusan a Cristina de estalinista o de socialdemócrata, a los no cristinistas de traidores o panqueques y se exigen autocríticas mutuas inoperantes frente al acoso de un neoliberalismo que está de fiesta. El desconcierto ante el huracán de reformas regresivas mostró a una oposición invertebrada. Aunque aparecen entrelíneas los rasgos de reclamos y puntos comunes, la agenda la impone el macrismo y la oposición apenas logra una defensa desordenada cuando no la complicidad abierta. En el punto por punto que propone el oficialismo, que se traduce en una catarata de puntos y flancos de debate, ganó siempre el oficialismo. Va de máxima y después negocia lo que realmente le interesa. Con el punto por punto va produciendo las reformas restauradoras hacia el modelo de fondo. La oposición se defiende al tuntún, sin proyecto, como si creyera que se trata de un pichuleo por puntos. El ejemplo más claro es la desfinanciación de la Anses y el recorte a los jubilados. Es una exigencia del FMI y parte central del modelo insolidario que propone el neoliberalismo. No es un punto más del pichuleo. Si la oposición lo incluye como un punto más en la negociación de puntos a cambio de otros puntos será una demostración de inoperancia. Necesita discutir el proyecto, la filosofía, que está detrás de cada medida del gobierno. Ya pasaron dos años, se cerró el tiempo de gracia. No está en riesgo la gobernabilidad, la disputa está abierta.

Panorama económico Bienes Personales

El ajuste de las jubilaciones por el cambio de la fórmula de movilidad de los haberes coincidirá en 2018 con una caída de la recaudación del llamado impuesto a la riqueza. El Gobierno proyecta para el próximo año una disminución de los ingresos por el tributo a los Bienes Personales del 29,1  por ciento respecto del nivel estimado para este año. La ley de Presupuesto señala que la AFIP obtendría 19.458 millones de pesos en 2017, mientras que los pagos de los sectores de mayor patrimonio en el país descenderán a 13.802 millones en 2018. Son 5656 millones de pesos menos. Con eso hubiera alcanzado para sostener el denostado Fútbol para Todos, que supuestamente fue dado de baja porque el Estado necesita asignar esos recursos a otras prioridades. Sin embargo, no fue esa la interpretación de las autoridades cuando dispusieron el achicamiento de la carga impositiva para los contribuyentes más acomodados. Cuál sería la utilidad social de que personajes como Gianfranco Macri paguen menos Bienes Personales después de haber blanqueado una fortuna de 622 millones de pesos que tenía escondidos del fisco nunca fue explicado por el presidente Mauricio Macri ni por sus ministros.
La caída de la recaudación de ese gravamen ocurrirá por la decisión del Gobierno de reducir progresivamente la alícuota de tributación. Para el período fiscal 2016 se bajó de 1,25 por ciento a 0,75, este año se contrajo hasta 0,50 y en 2018 quedará en un insignificante 0,25 por ciento. Esto fue aprobado por ley el año pasado, con el apoyo del Frente Renovador y el Bloque Justicialista, junto con el proyecto de blanqueo de capitales y la Reparación Histórica para los jubilados. Allí también se estableció un premio a los “contribuyentes cumplidores”, que quedan eximidos del pago de Bienes Personales con la sola ratificación de sus declaraciones juradas de los últimos dos años. Además, se elevó el mínimo no imponible hasta 800 mil pesos en 2016, 950 mil en 2017 y 1 millón 50 mil en 2018. La combinación de esos beneficios para los más adinerados de la Argentina redundará en la pérdida de los mencionados 5656 millones de pesos el año que viene según la proyección del Ministerio de Hacienda en el Presupuesto.
El ajuste de las jubilaciones por el cambio de la fórmula de movilidad de los haberes coincidirá en 2018 con una caída de la recaudación del llamado impuesto a la riqueza. El Gobierno proyecta para el próximo año una disminución de los ingresos por el tributo a los Bienes Personales del 29,1  por ciento respecto del nivel estimado para este año. La ley de Presupuesto señala que la AFIP obtendría 19.458 millones de pesos en 2017, mientras que los pagos de los sectores de mayor patrimonio en el país descenderán a 13.802 millones en 2018. Son 5656 millones de pesos menos. Con eso hubiera alcanzado para sostener el denostado Fútbol para Todos, que supuestamente fue dado de baja porque el Estado necesita asignar esos recursos a otras prioridades. Sin embargo, no fue esa la interpretación de las autoridades cuando dispusieron el achicamiento de la carga impositiva para los contribuyentes más acomodados. Cuál sería la utilidad social de que personajes como Gianfranco Macri paguen menos Bienes Personales después de haber blanqueado una fortuna de 622 millones de pesos que tenía escondidos del fisco nunca fue explicado por el presidente Mauricio Macri ni por sus ministros.
La caída de la recaudación de ese gravamen ocurrirá por la decisión del Gobierno de reducir progresivamente la alícuota de tributación. Para el período fiscal 2016 se bajó de 1,25 por ciento a 0,75, este año se contrajo hasta 0,50 y en 2018 quedará en un insignificante 0,25 por ciento. Esto fue aprobado por ley el año pasado, con el apoyo del Frente Renovador y el Bloque Justicialista, junto con el proyecto de blanqueo de capitales y la Reparación Histórica para los jubilados. Allí también se estableció un premio a los “contribuyentes cumplidores”, que quedan eximidos del pago de Bienes Personales con la sola ratificación de sus declaraciones juradas de los últimos dos años. Además, se elevó el mínimo no imponible hasta 800 mil pesos en 2016, 950 mil en 2017 y 1 millón 50 mil en 2018. La combinación de esos beneficios para los más adinerados de la Argentina redundará en la pérdida de los mencionados 5656 millones de pesos el año que viene según la proyección del Ministerio de Hacienda en el Presupuesto.
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El Centro de Economía Política Argentina (CEPA) analizó la evolución de la recaudación de Bienes Personales desde 2003. Ese año ingresaron 1600 millones de pesos. El siguiente fue un 4 por ciento más y en 2005, 9 puntos más. Desde entonces hasta el final del kirchnerismo, el aumento de lo percibido por este impuesto estuvo siempre en los dos dígitos, en un rango del 15 al 42 por ciento de suba interanual. En 2015 la recaudación llegó a 18.200 millones de pesos, un 27 por ciento por encima de 2014. En 2016, con los cambios descriptos más arriba, los ingresos de este tributo avanzaron apenas 7 por ciento, mientras en lo que va de este año -de enero a octubre- el alza fue de solo el 8 por ciento. 2018 será el primer año con una baja nominal, del 29,1 por ciento, hasta 13.800 millones.
La generosidad del Gobierno para disminuir el impuesto a los que más tienen no había sido una promesa de campaña en 2015. En cambio, Macri sí había asegurado que en su presidencia ningún trabajador pagaría impuesto a las Ganancias. El amplio proyecto de reforma tributaria que envió ahora el Poder Ejecutivo al Congreso nada dice sobre la cuestión. La CGT supo hacer un paro general en marzo de 2015 por la incidencia del impuesto a las Ganancias en los trabajadores, en una pulseada que en este momento parece haber abandonado. Incluso el titular de la UOM, Antonio Caló, consideró esta semana que el acuerdo en Tierra del Fuego para congelar por dos años los salarios en su gremio es “un buen arreglo”, dado que la alternativa eran despidos masivos.
La filosofía detrás del proyecto de reforma tributaria que ya analiza el Congreso es estimular a las empresas con menores cargas impositivas para supuestamente favorecer la inversión y generar más empleo. Como esa elección no es gratis, dado que el Estado perderá recaudación, la forma de compensarlo es achicar los pagos a jubilados y titulares de la seguridad social por unos 115 mil millones de pesos en 2018. En resumen, unas 17 millones de personas que dependen de ingresos fijos soportarán el peso de incentivar al capital privado. Es la misma lógica que aplicó el menemismo en los 90, cuando la desocupación escaló al record de casi 20 por ciento mientras la rentabilidad de sectores concentrados de la economía crecía en forma exponencial.
Pero no es necesario retroceder dos décadas para comprobar que las políticas de reducción de impuestos a las empresas no derraman riqueza, sino que la concentran. Son, en definitiva, mecanismos de redistribución regresiva del ingreso por los cuales las mayorías populares pagan más tarifas, pagan por el fútbol, sufren pérdidas de poder adquisitivo de los salarios por paritarias que no compensan la inflación, los jubilados reciben menos aumentos, crece la desocupación y empeora la desigualdad social. Del otro lado, avanza la rentabilidad privada sin que ello produzca mejoras para los trabajadores. Los datos del sector rural son elocuentes en este sentido. La quita de retenciones a las exportaciones que fijó el Gobierno al inicio de su gestión significó en 2016 una transferencia directa de 3236 millones de dólares para el campo. Con los derechos de exportación que había hasta el final del mandato del gobierno anterior, el año pasado la recaudación por retenciones hubiera sido de 7805 millones de dólares, pero lo efectivamente ingresado a partir de las rebajas fueron 4574 millones. Así lo estimó el CEPA en base a datos oficiales. El documento del centro de estudios que comanda Hernán Letcher aporta otra información fundamental, surgida del Indec: el empleo promedio del primer semestre de 2017 en agricultura, ganadería, caza y silvicultura cayó en 7900 puestos respecto de igual período de 2015. Bajó a 325 mil empleos, desde los 333 mil de hace dos años.
“En el agro el efecto ‘no derrame’ ha sido contundente. El sector aumentó sus precios y mejoró la rentabilidad por la quita de retenciones, pero eso no lo llevó a contratar más trabajadores, sino que hizo exactamente lo contrario, con una caída de 7900 puestos en el promedio semestral”, sostiene. En la minería se observa la misma evolución. La quita de retenciones significó para el sector el ahorro de pagos al Estado por 662 millones de dólares. Aun así, la actividad no elevó la cantidad de trabajadores con mayores inversiones. Por el contrario, el empleo en la explotación de minas y canteras bajó en 9325 puestos, desde los 87.952 promedio del primer semestre de 2015 a 78.628 en el mismo lapso de este año. Finalmente, en la industria la ocupación no dejó de caer desde que arrancó el gobierno de Cambiemos, a pesar de que la rebaja de las retenciones a las exportaciones le permitió a la actividad fabril dejar de tributar 794 millones de dólares en 2016, sobre los 1090 millones que le hubieran correspondido con las alícuotas vigentes hasta 2015.
No hay funcionarios que den explicaciones sobre el fracaso de esta estrategia económica. Pero sin reacción de los damnificados, el Gobierno no va a cambiar, como se aprecia con las reformas tributaria, laboral y previsional que institucionalizan la desigualdad y hacen cada vez más profunda la grieta entre los ganadores y los perdedores del modelo.

El escándalo de la FIFA que se ventila en EE.UU. tiene un protagonista excluyente Qué hay detrás del llamado Burzacogate

Ya no debería decirse que se trata del FIFAgate. Es el Burzacogate. El desmesurado protagonismo que ha tomado el testigo coimero ante la Justicia de Nueva York así lo sugiere. En la primera semana de audiencias que acaba de terminar, quedan claros dos escenarios. Parecen ubicados uno distante del otro, pero el ex CEO de Torneos y Competencias logró juntarlos con sus confesiones ante los tribunales de Brooklyn. El primero es local, con el Fútbol para Todos y sus ex funcionarios como blanco de sus imputaciones. En la Argentina se juega un partido donde el empresario ataca y sus acusados se defienden, salvo los muertos. Pablo Paladino, el ex coordinador del programa FPT, volvió a decir lo que piensa. Julio Grondona, a quien eligió como su blanco preferido y el abogado Jorge Delhon que se suicidó el martes, ya no pueden responderle. El segundo escenario es Estados Unidos, donde se disputa la verdadera Superliga de este leading case internacional. Algunas preguntas de la fiscalía a Burzaco que se escucharon en el juicio contra tres ex dirigentes de la Conmebol parecen risueñas. “Qué es River Plate?” “¿Quieres volver a tu casa un día?”. ¿Cuál es el verdadero trasfondo de este proceso jurídico que durará seis semanas? ¿La ratificación del descrédito de la ya desacreditada FIFA o el del fútbol y la Copa Mundial de Rusia?
Los hechos son los hechos. Un sobornador confeso como Burzaco esparció acusaciones y comentarios filosos durante toda la semana desde un tribunal de EEUU. De Lionel Messi a Grondona, de River a Boca, casi no dejó personajes, situaciones y hasta clubes sin tocar. Un acuerdo con sus enjuiciadores en Estados Unidos lo obliga a hacerlo. Pero es tanto y tan diverso lo que ha declarado que la pregunta es: ¿se trata de una investigación sobre la FIFA y su ex dirigencia o una más amplia sobre la reputación que tiene el fútbol actual?
Ya no debería decirse que se trata del FIFAgate. Es el Burzacogate. El desmesurado protagonismo que ha tomado el testigo coimero ante la Justicia de Nueva York así lo sugiere. En la primera semana de audiencias que acaba de terminar, quedan claros dos escenarios. Parecen ubicados uno distante del otro, pero el ex CEO de Torneos y Competencias logró juntarlos con sus confesiones ante los tribunales de Brooklyn. El primero es local, con el Fútbol para Todos y sus ex funcionarios como blanco de sus imputaciones. En la Argentina se juega un partido donde el empresario ataca y sus acusados se defienden, salvo los muertos. Pablo Paladino, el ex coordinador del programa FPT, volvió a decir lo que piensa. Julio Grondona, a quien eligió como su blanco preferido y el abogado Jorge Delhon que se suicidó el martes, ya no pueden responderle. El segundo escenario es Estados Unidos, donde se disputa la verdadera Superliga de este leading case internacional. Algunas preguntas de la fiscalía a Burzaco que se escucharon en el juicio contra tres ex dirigentes de la Conmebol parecen risueñas. “Qué es River Plate?” “¿Quieres volver a tu casa un día?”. ¿Cuál es el verdadero trasfondo de este proceso jurídico que durará seis semanas? ¿La ratificación del descrédito de la ya desacreditada FIFA o el del fútbol y la Copa Mundial de Rusia?
Los hechos son los hechos. Un sobornador confeso como Burzaco esparció acusaciones y comentarios filosos durante toda la semana desde un tribunal de EEUU. De Lionel Messi a Grondona, de River a Boca, casi no dejó personajes, situaciones y hasta clubes sin tocar. Un acuerdo con sus enjuiciadores en Estados Unidos lo obliga a hacerlo. Pero es tanto y tan diverso lo que ha declarado que la pregunta es: ¿se trata de una investigación sobre la FIFA y su ex dirigencia o una más amplia sobre la reputación que tiene el fútbol actual?
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Ayer declaró por cuarto día consecutivo el empresario argentino (ver aparte). Se quebró en llanto por segunda vez, mientras daba su testimonio como testigo del fiscal Samuel Nitze. Sus imputaciones se repitieron en varias direcciones. En Buenos Aires, el ex coordinador del FPT, Pablo Paladino, le dijo a PáginaI12 sobre la denuncia de coimas que recibió el martes y sus consecuencias en nuestra Justicia federal: “Me presenté en la fiscalía de Gerardo Pollicita para ponerme a disposición. Ya hablé todo lo que tenía que decir. Mucho no tuve que agregar porque todo estaba en el expediente que llevó adelante la jueza María Servini. Esto viene de parte del gobierno nacional, porque ya tenían armada la formación de la causa otra vez. No tengo dudas de que es eso. Pollicita estuvo en Boca en 2007 y con la declaración de Burzaco escribió una presentación de no sé cuántas carillas en un día”.
¿Qué tienen en común el caso que se ventila en la corte de Brooklyn del FIFAgate y el proceso del Fútbol para Todos que lleva adelante un tribunal de Comodoro Py? Que Burzaco es argentino y el principal testigo de cargo de la acusación en EEUU. contra los tres únicos dirigentes sudamericanos que no se declararon culpables: el paraguayo y ex presidente de la Conmebol, Juan Angel Napout; el brasileño y ex titular de la CBF, José María Marín y el ex presidente de la Federación Peruana de Fútbol, Manuel Burga.
Sus confesiones han sido nutritivas para alimentar el expediente de la jueza Servini y las renovadas imputaciones de Pollicita contra el staff del FPT y Burzaco más otros ejecutivos de Torneos y Competencias. Queda la pieza de caza mayor que son los ex funcionarios kirchneristas de quienes dependía el programa: los ex jefes de Gabinete Aníbal Fernández y Juan Manuel Abal Medina. Les pidió la indagatoria, inhibición de bienes y prohibición para salir del país. Y que se los cite a declarar junto a 16 personas más.
Con la derivación que tuvieron las imputaciones de Burzaco ante la jueza Malena Chen de Nueva York queda abierto el resultado en Comodoro Py. La magistrada condenó hasta ahora a dos ex dirigentes: el guatemalteco Héctor Trujillo y el británico Costas Takkas, a ocho y quince meses de detención respectivamente. Penas muy bajas si se considera los veinte años de prisión que podrían haber recibido por los cargos que enfrentaban de crimen organizado, fraude electrónico y lavado de dinero.
La asimilación del juicio norteamericano en la Argentina está apoyada en las confesiones de Burzaco, quien dijo temer por su vida si regresara al país. Durante una de las audiencias en Brooklyn trascendió que uno de sus acusados, el peruano Burga, se habría pasado una mano por el cuello. Una señal que el ex CEO de TyC interpretó como de amenaza de muerte. El abogado del ex dirigente de la FPF señaló que se rascaba el cuello porque tiene dermatitis. Fue otra postal bizarra de lo que está sucediendo en EEUU.
“Le pagamos a Boca”, “River es el mejor club del mundo”, “Le pagamos a Messi y a otros jugadores”, son algunas de las respuestas que dio Burzaco al fiscal Nitze y los abogados de la defensa durante sus cuatro días de declaraciones. De las imputaciones por pago de coimas a ex funcionarios del Fútbol para Todos, pasó a comentarios más banales sobre el fútbol argentino en general, su patio trasero durante un par de décadas. ¿Qué tendrán que ver con el FIFAgate? La respuesta la tiene una jueza de Nueva York. El concepto de extraterritorialidad jurídica del gobierno de Estados Unidos sigue en su apogeo. En el caso del fútbol está demasiado claro desde que estalló el escándalo de la FIFA.

Héctor Recalde criticó el proyecto de reforma laboral que ya ingresó al Senado "Favorece a las grandes empresas"

Para Héctor Recalde no vienen buenos tiempos en las relaciones de trabajo si se aprueba la reforma laboral que pretende el gobierno de Mauricio Macri. El diputado nacional kirchnerista no dudó en afirmar que la norma beneficia a las empresas más grandes y que los cambios introducidos “son insuficientes”, por lo cual apuntó a los legisladores para que haya cambios.
Por Radio Cooperativa, Recalde estimó que “aumentará la litigiosidad” y que por ende se verá perjudicada “la seguridad jurídica de las empresas” si prospera el proyecto. Remarcó que hay resistencia del movimiento obrero y, en tal sentido, ponderó el acto del lunes próximo en el que confluirán la CGT, las dos CTA y grupos operativos.

Para Héctor Recalde no vienen buenos tiempos en las relaciones de trabajo si se aprueba la reforma laboral que pretende el gobierno de Mauricio Macri. El diputado nacional kirchnerista no dudó en afirmar que la norma beneficia a las empresas más grandes y que los cambios introducidos “son insuficientes”, por lo cual apuntó a los legisladores para que haya cambios.
Por Radio Cooperativa, Recalde estimó que “aumentará la litigiosidad” y que por ende se verá perjudicada “la seguridad jurídica de las empresas” si prospera el proyecto. Remarcó que hay resistencia del movimiento obrero y, en tal sentido, ponderó el acto del lunes próximo en el que confluirán la CGT, las dos CTA y grupos operativos.
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Con todo, Recalde opinó que el hecho de que el debate parlamentario se inicie en el Senado y no en Diputados representa “un acuerdo con el presidente del bloque kirchnerista de acompañar lo acordado con la CGT”; aunque afirmó que “hay cosas contradictorias”, porque en lo global “la reforma laboral favorece a las grandes empresas y no a las pequeñas".
El abogado laboralista vio como un buen avance que la licencia por paternidad suba de dos a quince días, pero que hay cosas “que están contraindicadas”, como las pasantías y el blanqueo. “Me preocupa la falta de reparación a los trabajadores en negro”, dijo. Al mismo tiempo, consideró que el cálculo de las indemnizaciones “mejoró un poco”, aunque “no lo suficiente”, dado que “no entran bonificaciones al cálculo del haber mensual” en base al cual se determina la cifra indemnizatoria.
También criticó el apuro por querer tratar la ley. “Sería bueno no apurarse”, resaltó Recalde. En ese sentido, dijo que no es bueno “que la quieren aprobar antes que juren los nuevos legisladores”, y apuntó al caso de Cristina Fernández de Kirchner. Respecto de la ex presidenta, manifestó que “tiene mucha experiencia en debates de política laboral, como en la ley Banelco”, en alusión al rechazo de la entonces senadora por Santa Cruz de una reforma laboral sospechada de haberse logrado con coimas.
En cuanto al acuerdo de la Casa Rosada con los gobernadores, citó a León Gieco para explicarlo, al graficar al Gobierno como “un monstruo grande que pisa fuerte”. De allí que los gobernadores firmaran el pacto fiscal “porque están condicionados a tener recursos para poder cumplir con los sueldos y los servicios”.
De cara al futuro, pidió que, tanto en la CGT como en el peronismo, “haya unidad en la diversidad, con comunes denominadores” para enfrentar la embestida macrista. “No quiero ser un falso profeta, pero dije que esto iba a terminar mal para los trabajadores", cerró. 

viernes, 17 de noviembre de 2017

me cache en dié...

...perdí la cachuza, Firpo, ese rante del colo me la chafó...
y yo que era un campión del orfiquema, justo a mí me vino a pasar, Firpo...
y bueh, ya tendremo la revancha no?, el negrito cele, alfredito y el pibe me habían dicho: ojo con el colo que sentrenó toda la semana pa chafarte la cahuza...atenti!, y yo nada, como si oyera llover la ví pasar.
Firpo, vamo al carniza a ver si nos da 5 de gofio?
y me pongo la xeneize así lo emociono y me da la yapa.
Tené ragú? yo también, anoche la abuela, la ñata, no nos dejó nada, meta planchar meta planchar y casi ni le pagan.
Qué macanón che!.
Por lo menos a la Lucía Colángelo sí le garpan.
Viste que ojo celeste tiene?
Es la de los ojo ma lindos de tooodo el convoy  y los convoyes de la manzana.
El pibe, el Mario, labura con el lechero, yo no, le rajo...se anotó solo en el cole de la otra cuadra viste?
El viejo LAbura con el mío en el Abasto, anda con funyi y camiseta blanca y le gusta ir a pescar.
Es tucumano, mi viejo no Firpo, él es de acá dice que nació en el barrio.
Y la hermanita de Mario,  la Mechi, la colorada ta en la murguita del barrio.
Palermo da pa todo no Firpo?
Sí, sí, dejá de ladrar que ya se que tené ragú, te pica el bagre como a mí.
Firpo, qué nombre te puso mi viejo.
Dice que es por el boseador ese, porque vo te la pasá peliando y con ese ojo negro, justo justo te embocaron el nombre.
Firpo, suena lindo eh?
Pero no te pelié con los de la perrera, con esos no!
Son bravo y te la ganan.
Vení quedate siempre acá, al ladito y ya sabé cuando vaya al cole vo no salí del patio o lA pieza.
Bueno vamo vamo al carniza que viene mishia el día.
Uhhh mirá quiEn viene allá el tano Ambrosio y el organito con la conchi e' la lora.
Ehhh Tano !! Salute!!
Perdí la cachuza y me voy a buscar 5 de gofio....
Chau Tano!! Va fangulo!! Che!!
GB