jueves, 16 de noviembre de 2017

EL PAÍS 16 de noviembre de 2017 · Actualizado hace 1 hora Pidió a los gobernadores que ajusten los salarios de los estatales Macri quiere sueldos más bajos

“Si le competimos con salarios más altos, el sector privado no va a poder generar la mano de obra que necesita para su crecimiento”, dijo el presidente Mauricio Macri al instar a los gobernadores a que rebajen los sueldos de los empleados públicos. Lo hizo durante la reunión en el que casi todas las provincias, excepto San Luis, firmaron el llamado “pacto fiscal”.
El audio de las palabras de Macri durante la reunión en la Casa Rosada fue publicado por el sitio La Política Online. Allí puede escucharse que el mandatario menciona "cosas que faltan, como ordenar las ciudades, que se han salido del curso y han creado impuestos inconstitucionales que afectan a la actividad" y luego plantea su reclamo por los sueldos en el sector público.
"Lo he hablado con varios de ustedes, el tema del empleo público y el nivel de salarios, porque si estamos creando todas estas condiciones para que se genere trabajo en el sector privado, el problema es que si les competimos con salarios más altos, el sector privado no va a poder generar la mano de obra que necesita para su crecimiento", lanzó Macri. Luego mencionó a la paritaria que se avecina y dijo “siempre nos da una oportunidad".
Esas palabras fueron omitidas en el comunicado oficial de Presidencia sobre el encuentro mantenido con los Gobernadores. El texto publicado en el sitio de Casa Rosada hace foco en el pacto fiscal firmado y en el llamado de Macri para achicar el gasto corriente y reducir impuestos como camino para aumentar la inversión.

Vals de mi hogar - Litto Nebbia

12 Litto Nebbia - Si no son más de las tres (El bohemio)

PSICOLOGÍA 16 de noviembre de 2017 Irene Greiser, directora de la carrera de Psicología Jurídica “Los jueces deberían analizarse”

Irene Greiser, autora de Sexualidades y legalidades (Ed. Paidós).
Irene Greiser, autora de Sexualidades y legalidades (Ed. Paidós). 
Imagen: Sandra Cartasso
Desde hace varios años, Irene Greiser se dedica a investigar temáticas vinculadas con la inserción social del psicoanálisis. Dirige la carrera de Psicología Jurídica, con orientación psicoanalítica, en el Colegio de Psicólogos de La Plata. Si bien esta psicoanalista, miembro de la Escuela de Orientación Lacaniana (EOL), comenzó estudiando las relaciones entre el psicoanálisis y la criminología –que Lacan tomó en sus primeros escritos–, desde hace un tiempo comenzó a vislumbrar como síntoma de la época “la violencia de género, y otra cuestión como la promulgación de las nuevas leyes, por ejemplo, la de identidad de género”, según señala la propia Greiser en la entrevista con PáginaI12. Parte de su investigación la volcó en el libro Sexualidades y legalidades (Ed. Paidós), donde Greiser establece desde el enfoque psicoanalítico una lectura minuciosa de las leyes de matrimonio igualitario, de identidad de género y contra la violencia de género, y cómo estas normativas realizan una nueva lectura de las modificaciones de los vínculos entre padres e hijos, entre hombres y mujeres, de la parentalidad (adopción) y de la sexualidad. “Y yo creo que ahí el psicoanálisis tiene algo para decir”, expresa la autora.
–¿Cómo fue realizar esta investigación teniendo en cuenta que el derecho y, en consecuencia, la ley tienen carácter universal o al menos colectivo, mientras que el psicoanálisis aborda la singularidad?
–Exactamente. Vengo trabajando hace años con un grupo de investigación en el que participan psicólogos, médicos y abogados. Es cierto que ese es el punto donde algunos hablan de entrecruzamiento discursivo. Yo planteo que no hay mucho de eso sino que hay dos caminos paralelos: la ley se rige con el “para todos”, pero el psicoanálisis siempre va a apuntar al “uno por uno”. ¿En qué punto un discurso llama al otro? Por ejemplo, las mujeres piden la perimetral. Y después, a veces, son ellas mismas las que lo transgreden. Entonces, los jueces enloquecen, se preguntan cómo puede ser que pidan la perimetral y después no la respeten. Ahí es justamente cuando piden la intervención del psicólogo. Nosotros siempre nos manejamos con el uno por uno.
–¿Por qué la violencia de género es un síntoma de época?
–El psicoanálisis plantea la imposible relación sexual. O sea, no hay ninguna ley que regule ni que diga cuál es la fórmula para aparearse entre un hombre y una mujer. Ese es nuestro real. Lo que sucede es que ahí cada sujeto tiene que hacer su propia invención. Las leyes son ficciones jurídicas. Siempre son invenciones que van cambiando de acuerdo a la época. 
–No son inmutables...
–Exacto. Por ejemplo, la familia es una ficción jurídica. Hoy la familia ha cambiado. Ya no hay una familia tipo conforme al modelo mamá-papá con la norma heterosexual sino que tenemos familias homoparentales, monoparentales y, por otro lado, tenemos el avance de la ciencia que permite el alquiler de vientres y toda una serie de cuestiones, algunas de las cuales tienen que ver directamente con la biopolítica. En la época freudiana la virilidad tenía que ser amenazada para poder ponerla en ejercicio. Con el declive de la autoridad paterna, el hombre no se siente amenazado y, entonces, lo que hace –y es lo que yo planteo en el libro– es que en vez de sentirse amenazado por el padre, él amenaza a la mujer. Y es un régimen que se ha convertido en amenaza mutua porque hay mujeres que también amenazan a los hombres con que no les van a dejar ver a los niños. El chico se convierte en una herramienta de tironeo. El psicoanálisis surge como producto de un cierto declive de la autoridad paterna, como producto del capitalismo y como escolta de la ciencia, agrega Lacan. Hay dos saberes universales: uno es el de la ciencia que se impone como un universal. Y la variable singular y subjetiva la deja de lado. En ese punto, comparte lo que usted me preguntaba en relación al derecho, el “para todos”. Pero creo que es importante no superponer planos. O sea, el derecho si puede verificar un delito por más que un sujeto en su singularidad tenga la particularidad que sea, el juez tiene que sancionar y no comprender. Los juzgados no se pueden convertir en consultorios psicológicos.
–¿Por qué cree que, a pesar de que la legislación es de avanzada y progresista, se observa un incremento de la violencia de género?
–No sé. Tampoco uno puede hacer una cosmovisión de la violencia en el mundo. Son miles de factores. Lo que sí marco en el libro es que es un fenómeno de hecho. Y marco la impotencia de los movimientos populares para reducir esta violencia. No se trata tampoco de instaurar al padre. Es la época que nos toca vivir y hay que ver de qué manera cada sujeto puede hacer algo con eso.
–¿Cómo se puede interpretar desde el psicoanálisis la necesidad de formar un colectivo para luchar contra la violencia de género como el movimiento Ni una menos?
–Se ha formado un colectivo. Los movimientos de Ni una menos son la expresión espontánea: al salir a gritar están diciendo “Basta”. Ni una Menos es también una manera de decir “Basta” a esta cuestión de la contabilización de las víctimas. Pero también me parece importante remarcar que los jueces tomen algo de la expresión de estos movimientos que son multitudinarios. Hay que ver qué pasa en el uno por uno. Nosotros, como analistas, no escuchamos la voz de una multitud que se aúna en una misma consigna. Un psicoanalista escucha el uno por uno y ve qué solución puede encontrar ese sujeto para su problema.
–¿Por qué es importante diferenciar el discurso psicoanalítico del victimológico?
–En otro libro planteo que el psicoanálisis tiene como un terrorismo de la responsabilidad. Lacan dice: “De nuestra posición de sujetos somos siempre responsables”. Quiere decir responsables en el sentido de la respuesta que cada sujeto le da al otro. En ese sentido es que el sujeto surge como respuesta. Y, en ese sentido, ubicar al sujeto como responsable es totalmente contrapuesto a ubicarlo como víctima del otro. La categoría víctima-victimario tiene que ver con el discurso jurídico. No es una categoría psicoanalítica. Por ahí, para un sujeto, desde el discurso jurídico se marca que ha sido víctima de determinada situación, pero un analista puede escuchar que el trauma pasó por un lado totalmente diferente. ¿Qué pasa con los jueces? En el libro señalo la importancia de que los jueces se analicen. Hay psicólogos que se enojan, pero es la tarea de ellos: tienen que fallar en determinado momento y, como todo fallo, falla. Los más responsables saben que, de pronto, de su fallo va a depender hasta el destino de un sujeto: si el chico va con la madre o no, por ejemplo. No es fácil la tarea de ellos. Pero respecto de la categoría víctima-victimario, cuando un juez tiene que recurrir a la intervención de un psicólogo, saca de “la bolsa de lo psi”. Si les sale un psicólogo creyente en las terapias vinculares va a ir con todos los “re”: que resocialicen, que revinculen, que reeduquen. Si ahí toca un psicoanalista, nosotros sabemos de los límites que tiene la reeducación. Tiene que ver fundamentalmente con lo ingobernable que es la pulsión. Entonces, hay que ver qué es lo que hace cada sujeto con eso. 
–El derecho se aboca a indagar en lo que pasa del lado de la víctima, pero ¿cómo se puede leer desde el psicoanálisis lo que ocurre del lado del violento?
–A ver: todo depende de qué tipo de causa. Siempre digo que un analista tiene que escuchar a un sujeto y no a una causa. El ambiente jurídico está acostumbrado a agarrar una causa, un papel, un legajo y muchas veces también lo hacen psicólogos que trabajan en hospitales. Se trata de escuchar a un sujeto. Cuando interviene un analista no escucha al sujeto desde “víctima” o “victimario”, “agredido” o “agresor”. No es así. Hay una cosa que vengo planteando en relación al abuso infantil: cómo se lo objetaliza al niño, porque no es fácil realmente comprobar el abuso sexual infantil. Y, por lo general, les hacen a los chicos muchas pruebas testimoniales. En el caso de que sí haya habido un abuso, a veces se reduplica la situación. Y Eric Laurent dice algo muy interesante: que la perversión queda del lado del Estado. ¿Qué quiere decir esto? Es por todos los dispositivos que monta el Estado para interrogar al niño. Dice “la perversión” porque lo que quiere el perverso es que el otro confiese el goce. Es decir, esta práctica del testimonio de la confesión. Y yo insisto desde hace tiempo es que si hay una sospecha de abuso, ¿por qué no reduplicar las pruebas y apuntar a la división subjetiva del violador? Y dejar un poquito de lado al niño. 
–Usted presenta una situación paradójica al mencionar la Ley de Matrimonio Igualitario cuando señala que las parejas heterosexuales cada vez más se unen sin pasar por la legalización matrimonial y, en cambio, las parejas homosexuales legalizan sus vínculos. ¿A qué lo atribuye?
–No me lo pregunté en particular, pero me parece que hay algo que da cuenta del estatuto de ficción que tiene la familia. Las parejas hetero se divorcian y, en una época, cuando salió el divorcio se decía que cualquier problema que un chico tenía en el colegio era “porque los padres son divorciados”. Ahora, las parejas que ya han pasado por varios matrimonios ya no quieren por la cuestión de bienes y demás. A nivel de los derechos, el matrimonio igualitario es un avance en los matrimonios homosexuales y una conquista importante. Es importante que nuestro país lo tenga. 
–Ahora en la legislación ya no se habla de “marido y mujer” sino de contrayentes que pueden ser hombre y mujer heterosexuales o gays, lesbianas y bisexuales. ¿Qué puede señalar el psicoanálisis respecto de la diversidad de identidades sexuales que deja entrever la ley de matrimonio igualitario?
–Ahí hay cuestión que yo planteo también en el libro. Lacan ubicó al discurso analítico como el reverso del discurso del amo. No quiere decir ponerse en contra del amo sino interpretar el reverso como, de alguna manera, vendría a ser interpretar la mentira de la civilización. Y algo que digo en el libro es que estamos en una época de un cierto relativismo contemporáneo, en donde el todo vale. Creo que el tema de las diversidades se rige un poco por eso: “No me encasilles”, “Hoy soy hombre y mañana mujer, drag queen, alo o bi”. Me pregunto si no es una cierta banalización del sexo. Con Freud ya tenemos asentado que la anatomía no es el destino. Pero esa anatomía debe de ser leída. Esto nada tiene que ver con la psicopatologización. Una paciente me contaba, por ejemplo, que el chico se ponía medias rosas, zapatitos rosas, los vestidos de la madre y que ella no lo quería encasillar, que era lo mismo que si se disfrazaba de Batman. Y no es lo mismo asumir un personaje que banalizar y decir que disfrazarse de Batman es lo mismo que vestirse de princesita. Yo creo que, en un punto, la sexuación es difícil de ser eluida y por más que las leyes cambien, las leyes nunca le van a dar al sujeto la clave de su goce. 
–¿Por qué cree que sigue siendo discutido que un niño pueda ser criado en el marco de una familia homosexual?
–Hay muchos argumentos que caen por su propio peso. Por eso, yo también me metí un poco con estos temas ya que creo que estamos asistiendo a unas mutaciones en los lazos que son muy nuevas. Hay que esperar tiempo para ver qué efectos tiene esto. Por ejemplo, uno de los argumentos que dan los conservadores para oponerse a la adopción por parte de matrimonios homosexuales es que “el niño necesita la imagen de la madre y el padre”, digamos de las figuras masculinas y femeninas “para formar su identidad sexual” porque “si no se vería perjudicado”. Con este mismo argumento, uno podría rebatir: “Entonces, ¿cómo se entiende que de una familia heterosexual con una imagen madre-padre haya una elección homosexual?” O sea, yo creo que ese es un argumento que cae por su propio peso. Por la clínica y por la vida conozco hijos de matrimonios homosexuales y los chicos quieren y respetan a su madre y a su padre. Hay muchas veces que “en pos del interés superior del niño” los juristas meten cualquier cosa en eso. Creo que el problema de los niños no es si nacen de una probeta, de un alquiler de vientre sino que el problema grave de los niños es cuando son usados como sicarios o el abuso sexual infantil o cuando los niños son metidos en el mercado de la droga. Eso son los problemas serios. 
–¿Cree que la ley de identidad de género contribuyó a la despatologización social del transexualismo, por ejemplo?
–Con lo del transexualismo hay varias cuestiones. Sí hay una despatologización de la homosexualidad. Eso seguro. Pero ahí nos metemos en el avance de las técnicas científicas: hoy en día, un niñito de tres o cuatro años que dice “nací en un cuerpo equivocado” o “soy un varón que se siente nena” o a la inversa, parece una precipitación que muchas veces tiene que ver con una identificación al fantasma de la madre. No digo que todos los casos sean así sino que hay que escuchar uno por uno. Y me parece que hay una serie de técnicas que hoy permiten que el sujeto se pueda hacer el cuerpo en el quirófano. ¿Dónde está el límite de lo que pueden llegar a ser las técnicas científicas? Por eso, Lacan siempre ubicó al psicoanálisis como escolta de la ciencia. Nunca ubicó al psicoanálisis enarbolando la bandera de la ciencia. Escolta quiere decir que va detrás y toda esa subjetividad rechazada por la ciencia es el sujeto que recoge el psicoanálisis. Pero esto también es un terreno nuevo. Creo que hay que esperar a ver cuáles son los resultados.  
–¿Cree que la deuda que hubo con todas estas leyes fue la del derecho al aborto?
–Sí. Algo digo en relación a que hay avances en un montón de cuestiones pero no en torno al aborto. La lectura que puedo hacer como psicoanalista es que hay algo en donde no se puede admitir que una mujer se niegue a ser madre, como que hay un punto en el que se busca identificar a la mujer con la madre. Justamente, el psicoanálisis trata de dividir a la mujer de la madre. La mujer es otra cosa. La posición de madre tapona lo femenino. En ese punto, veo una negativa a que la mujer pueda rechazar ser madre, que su ser no esté jugado allí. Y de hecho, muchas mujeres no tienen jugado su ser en la maternidad.

Bahía Blanca no apoya un festival contra la violencia Arjona sí, las mujeres no

El intendente Héctor Gay.
El intendente Héctor Gay. 
En Bahía Blanca, el intendente Héctor Gay, de Cambiemos, dejó sin escenario, sonido ni baños químicos a un emblemático encuentro de artistas contra la violencia machista previsto para el 25 de Noviembre en la plaza principal, algo que se venía realizando desde 2010 en la ciudad, con apoyo del Instituto de Cultura municipal. “El lunes, a menos de dos semanas del Encuentro, nos comunicaron que no nos van a dar absolutamente nada”, contó a PáginaI12 la artista plástica y gestora cultural Olga Corrales, una de las organizadoras del evento. La noticia se conoció junto a otros recortes en el área de Cultura del municipio PRO: por la reducción de horas extras se cerrarán los museos los fines de semana y se cancelaron talleres de arte que se daban a adolescentes en barrios periféricos, contó la activista feminista. Sin embargo, el ajuste fue selectivo: según publicaron medios locales, el gobierno de Cambiemos le pagó el hotel al cantante guatemalteco Ricardo Arjona –que, además, se caracteriza por sus canciones machistas– y a su equipo, que visitaron Bahía Blanca para dar un show.
El dato del alojamiento de Arjona fue publicado por el portal Bahía Política, aunque la información es oficial y se puede acceder a ella en el portal de datos abiertos. En esa web se consigna que la municipalidad pagó el “servicio de hotelería” de 6 habitaciones singles y 14 dobles para ser utilizadas del 2 al 4 de noviembre para la “presentación del Disco Circo Soledad”, del cantante guatemalteco. Arjona tocó la noche del viernes 3 en Bahía Blanca, en el estadio del Club Liniers, en un recital organizado por el empresario Juan Aliotti, cercano al intendente. Los tickets del show costaron entre 700 y 2.800 pesos y se estima que asistieron más de 4 mil personas, con lo cual, se calcula, embolsó más de 3 millones de pesos, según calcularon los medios locales. 
A pesar de que el espectáculo se trató de un emprendimiento privado, el jefe comunal contribuyó con los gastos de hospedaje del artista y su equipo, en la misma semana en la que su gestión anunció un recorte de horas extra en el área de Cultura, lo que tuvo como consecuencia que los museos municipales cierren durante los fines de semana. Luego, además, se informó sobre el retiro del apoyo al 8vo Encuentro de Artistas por la NO Violencia a Mujeres y Niñas, que el año pasado congregó a casi un millar de participantes, entre integrantes de organizaciones que trabajan por los derechos de las mujeres, contra el abuso sexual infantil, y en la prevención de noviazgos violentos en barrios más vulnerables. “Ni escenario, ni sonido ni baños químicos. Con nada nos van a apoyar”, cuestionó la artista plástica Corrales. Incluso, señaló Corrales, “estaba previsto ese gasto en el presupuesto destinado a eventos permanentes, que salió por decreto este año, un logro que se luchó desde el Consejo Consultivo de las áreas de artes de Bahía Blanca”, del cual ella forma parte.
“Es una situación indignante sabiendo los gastos selectivos y la política que se está ejerciendo. Negar los recursos que nos corresponden, no apoyar los Encuentros de artistas por la no violencia hacia las mujeres, en los que participan artistas de la región que colaborar con su arte, es un gran retroceso. Es evidente que no les importan la problemática de la violencia de género ni los femicidios”, agregó Corrales.  
Este viernes la activista inaugura la muestra retrospectiva “Manos Mugrientas”, en la Casa de la Cultura de la Universidad del Sur, en Bahía Blanca. El nombre de la exposición alude a los dichos de Mario Uset, también de Cambiemos e intendente de General Rosales, al que pertenece la localidad vecina de Punta Alta. Este año, luego de que Corrales hiciera una intervención artística el 3 de junio en la plaza central de Punta Alta, con grafittis que decían #Ni Una Menos y #Vivas Nos Queremos en un monumento y en algunas baldosas, el municipio la denunció penalmente. Ese mismo día, el intendente Uset increpó a la artista a través de su cuenta de Twiter: “Tus manos mugrientas no manchan la bandera de #NiUnaMenos, que es la bandera de todos. #Vergüenza nos da compartir con vos este lugar”, tuiteó el funcionario. En el texto de presentación de la exhibición que abrirá pasado mañana, Corrales explica: “Es una muestra que refleja las manos que se tiñen de arte, manos que vivieron las injusticias, manos rudas, fuertes, empoderadas, y orgullosamente mugrientas”.

ECONOMÍA 16 de noviembre de 2017 Opinión Un aumento de 700 por ciento

Imagen: Bernardino Avila
No hace falta ser matemático. Los aumentos de gas desde que asumió Mauricio Macri llegaron a un pico de un 600 por ciento. Si, por ejemplo, un usuario sufrió un aumento en el gas del 500 por ciento y ahora debe afrontar un 40 por ciento más, se le agregará a su presupuesto el 40 por ciento del 500 por ciento: un plus del 200 por ciento. Más el 500 por ciento original, un aumento total del 700 por ciento desde el 10 de diciembre de 2015. Nadie aumento su ingreso en esa magnitud. 
Una de las razones del sacudón inicial y de los ajustes permanentes en la tarifa la dio en la audiencia pública el ingeniero Andrés Repar, del Instituto de Energía Scalabrini Ortiz y miembro del Observatorio de Tarifas de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo. Dijo Repar que “según el Ministerio de Energía el precio del gas debe ser libremente negociado entre las partes, las distribuidoras y los productores”. Agregó que como el Estado debe dar un valor de referencia, ubicó el precio de 6,80 dólares el millón de BTU para el 2019 “según se desprendería de un supuesto mercado internacional y de un mercado nacional”. El reproche del especialista es que “difícilmente se trata de un mercado perfecto” y que “el valor de 6,80 está prendido con alfileres y no refleja ninguna realidad”. Lo peor, de acuerdo con su argumento, es que ya queda prefijada la escala en dólares, porque hoy, dos años antes, es de 4,50.  
Otro de los cuestionamientos de Repar fue que el Ministerio de Energía piensa de manera genérica en pagar lo que vale. “¿Qué quiere decir pagar por lo que vale? A largo plazo, si Vaca Muerta tiene éxito, el valor será más competitivo y no menos. Y a su vez la medida del éxito es un valor más bajo de aquí a 10 o 15 años.” Lo contrario representaría otra cosa: “Un beneficio inmediato para algunas empresas” porque “el mundo se mueve alrededor de los tres dólares”. 
Al hablar en nombre del Cepis, el Centro para la Promoción de la Igualdad y la Solidaridad que también forma parte del OTA de la Umet, el abogado Mariano Lovelli criticó “la manifiesta irrazonabilidad de la propuesta –que pronto lamentablemente será norma– del Poder Ejecutivo Nacional de aumentar una vez más el precio del gas que cada usuario y consumidor deberá pagar, sin que  dicho aumento tenga una razón de ser en mejora de la calidad y cantidad del servicio, en la promoción de la industria gasífera nacional que genera más empleo ni que genere una tarifa razonable, accesible y sostenible en el tiempo para todos los que deseen habitar el suelo argentino”. 
Dijo Lovelli que “la propuesta será norma porque la voluntad del Poder Ejecutivo es la de no escuchar las observaciones, críticas y propuestas que se realizan en estas audiencias”. Y terminó pidiendo que el Gobierno abandone el actual “sendero de precios” del gas y deje sin efecto el cuadro tarifario propuesto porque “traerá una catástrofe a millones de compatriotas”. 
El 700 por ciento no es pura matemática.

ECONOMÍA 09 de noviembre de 2017 Un experto independiente de la ONU criticó las reformas laborales en contextos de austeridad “Perjudican a los trabajadores”

“Los mercados laborales menos flexibles fueron los que resistieron mejor las crisis”, dijo Bohoslavsky (derecha).
“Los mercados laborales menos flexibles fueron los que resistieron mejor las crisis”, dijo Bohoslavsky (derecha). 
Imagen: Leandro Teysseire
El Experto Independiente en Deuda Externa y Derechos Humanos de la ONU, Juan Pablo Bohoslavsky, criticó las reformas laborales aplicadas en contextos de austeridad fiscal, como pretende hacer el gobierno de Mauricio Macri. “Hay pocos indicios de que las reformas mejoran la situación económica de los países, mientras que sus efectos negativos en materia de derechos humanos están probados. Por detrás de este tipo de medidas en muchos casos están los organismos financieros internacionales, existe un sesgo ideológico e intenciones no declaradas”, advirtió Bohoslavsky. En la charla organizada por la Fundación Friedrich Ebert, además participaron expertos de la OIT, del CELS y de la Uocra que apuntaron contra el proyecto del oficialismo.
Desde fines de los 80, países de todo el mundo pasaron por experiencias de reformas laborales. Una oleada se produjo en los 90, a la cual Argentina se subió parcialmente con el tren de la flexibilización y la precarización. La crisis mundial que comenzó en 2008 dio nuevo impulso a las reformas, especialmente en Europa. “En muchos casos, las medidas de austeridad y las reformas del mercado de trabajo han contravenido las obligaciones internacionales de los Estados en materia de derechos humanos, han menoscabado los derechos laborales y se han traducido en un retroceso de la igualdad de género en el ámbito laboral. Las reformas han contribuido a un aumento de la desigualdad y la precarización e informalización del empleo, han fomentado la discriminación en el mercado de trabajo contra los jóvenes y los mayores y las personas pertenecientes a grupos sociales marginados y la reducción de las prestaciones por desempleo y otras prestaciones sociales relacionadas con el trabajo”, analizó Bohoslavsky.
“La flexibilización laboral tiene cero y muy poco impacto positivo sobre el empleo. En cambio, sí modifica fuertemente la lógica de las relaciones laborales. La suspensión de derechos a corto plazo causa destrucción a largo plazo”, agregó Christoph Ernst, experto de Empleo de la OIT. Desde la Uocra plantearon que “hay que recordar que Argentina no salió de la crisis de 2001 precarizando sino todo lo contrario. Tengamos en cuenta el componente empírico de la historia reciente”. Por su parte, Diego Morales, del CELS, resaltó que “abogados laboralistas y representantes de sindicatos de las dos CTA y la CGT realizamos una presentación ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, porque vemos que hay un proceso de debilitamiento de los mecanismos de protección social”.
Además de describir sus efectos negativos sobre el mundo del trabajo, Bohoslavsky advirtió que “la idea de que los derechos laborales se ejercen en detrimento del desarrollo económico ha sido cuestionada en lo teórico y empírico. En cambio, se ha demostrado que las reformas laborales impuestas por las políticas de austeridad no mejoran los resultados económicos; por el contrario, causan grandes perjuicios a los trabajadores, que seguirán sintiendo sus efectos durante muchos años”. El especialista también recordó que la reducción de derechos laborales suele formar parte del menú de condicionalidades que negocian los países necesitados de tomar deuda externa con los organismos financieros.
Bohoslavsky detalló cómo las reformas laborales a la baja afectan derechos laborales y sociales. Pero incluso desde el plano estrictamente económico estas medidas no tienen el resultado que a priori parecen buscar. “Es imposible confirmar empíricamente la mejora económica luego de los cambios de la normativa laboral. De hecho, suele verificarse la baja del consumo y en consecuencia el deterioro del empleo”, señaló el experto de la ONU. A contramano del sentido común, Bohoslavsky planteó que “los mercados laborales menos flexibles fueron los que resistieron mejor las crisis y los de más predisposición a la innovación”.
En relación al proyecto de reforma impulsado por el Gobierno, desde la Uocra detallaron que “la iniciativa se carga al artículo 12 de la ley de Contrato de Trabajo, que define el principio de la irrenunciabilidad –un trabajador no puede renunciar a derechos consagrados en el convenio colectivo al que pertenece–, de manera que se reinstala la renegociación individual de las condiciones de trabajo en el ámbito laboral”.