domingo, 24 de septiembre de 2017

EL PAÍS 24 de septiembre de 2017 · Actualizado hace 8 hs Encuentro con estudiantes universitarios organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación El negacionismo en el centro de la escena

Encuentro con estudiantes universitarios organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación
El negacionismo en el centro de la escena
En un encuentro organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación con investigadores y estudiantes universitarios de Ciencias Sociales de todas las provincias se instaló un discurso contra la Justicia, la Verdad y la Memoria. Para el encuentro, denominado "Ideas. Pensemos juntos el futuro", se invitó por tres días a alumnos destacados de Ciencias Sociales a debatir en el Centro Cultural de la Ciencia sobre “el país del futuro”, en el marco de una serie de debates y charlas magistrales de intelectuales extranjeros y nacionales.
En los sucesivos ejercicios que les propusieron a los alumnos, los moderadores consideraron “nocivas” las luchas por la Memoria, e incluso esgrimieron ideas a favor de la “reconciliación” y la “impunidad”.
En un encuentro organizado por el Ministerio de Cultura de la Nación con investigadores y estudiantes universitarios de Ciencias Sociales de todas las provincias se instaló un discurso contra la Justicia, la Verdad y la Memoria. Para el encuentro, denominado "Ideas. Pensemos juntos el futuro", se invitó por tres días a alumnos destacados de Ciencias Sociales a debatir en el Centro Cultural de la Ciencia sobre “el país del futuro”, en el marco de una serie de debates y charlas magistrales de intelectuales extranjeros y nacionales.
En los sucesivos ejercicios que les propusieron a los alumnos, los moderadores consideraron “nocivas” las luchas por la Memoria, e incluso esgrimieron ideas a favor de la “reconciliación” y la “impunidad”.
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“Todos los debates rondaban en torno al hecho de que recordar generaba reacciones tóxicas”, según contó a Página/12 una investigadora de Ciencias Sociales que fue seleccionada para participar del encuentro.
Uno de los ejercicios que les propusieron, según comentaron los jóvenes, constaba en asociar frases de algunos de los 13 intelectuales participantes con fotos del holocausto y de la marcha en contra del fallo de la Corte Suprema para brindar el beneficio del 2x1 en el cómputo de la pena a los genocidas.
“Algunas de las citas, que nos causaron rechazo, decían: ‘La memoria genera acciones de horror,  ‘La democracia es la dictadura de las mayorías´ y “Hay que aceptar cierto grado de impunidad en pos de la paz”, relató otro investigador, quien además alertó que “son frases que se podían vincular con una política de despojo y de olvido”.




24 de septiembre de 2017 · Actualizado hace 21 hs La astucia discursiva de Cambiemos en acción Macri y la dictadura

Para el gobierno, caracterizar lo sucedido con Santiago Maldonado como desaparición forzada es equiparar a Macrì con la dictadura. A partir de esa falacia no hay límites para la descalificación de quienes reclaman verdad y justicia. El debate sobre Macrì y la dictadura es el más genial cazabobos de sus consultores, para el que no hay buena respuesta posible. El apartamiento del juez y las nuevas evidencias validan las denuncias pero el gobierno ya logró correr el caso del centro de atención.
Imagen: DyN
Es posible que la asociación entre el reclamo por la desaparición forzada de Santiago Maldonado y la caracterización del gobierno como una dictadura se haya originado en la falta de formación jurídica del presidente  Maurizio Macrì y de los voceros escogidos para responder al reclamo social, como Patricia Bullrich o Jorge Lanata:
  • La ministra hizo una defensa cerrada de la Gendarmería, de la que pretendió que había seguido las reglas del uso racional de la fuerza, que en este caso debería haber sido mínima, dada la absoluta desproporción de poder entre más de un centenar de gendarmes con pertrechos modernos y una decena de desharrapados con boleadoras y piedras. 
  • El showman roció con sus habituales insultos a quienes molestan al gobierno y dio por supuesto que desaparición forzada implicaba terrorismo de Estado. “¿Realmente pensás que Macrì tiene un plan sistemático para que la gente desaparezca? Que la Gendarmería con un mapa dijo vamos a secuestrar veinte mapuches y los metemos en un pozo y los vamos matando? La campaña internacional con esto es de un cinismo increíble, hijo de puta y cínico”. El tamaño de su ignorancia compite con el de su mala fe.
Tanto la Convención Internacional como la Interamericana sobre desaparición forzada sólo requieren que el delito lo cometan agentes del Estado o personas que actúen su autorización, apoyo o aquiescencia, “seguida de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona” o de “la negativa a reconocer dicha privación de libertad o del ocultamiento de la suerte o el paradero de la persona desaparecida, sustrayéndola a la protección de la ley”. Esto es exactamente lo que hizo el gobierno durante el primer mes posterior a la irrupción armada en la comunidad de Chubut. Como dijo el jurista de la Alianza Cambiemos Ricardo Gil Lavedra cuando la Convención Interamericana se incorporó al Código Penal como artículo 142 ter: “Trata de un caso individual que no forma parte de ese ataque sistemático”. Su texto amenaza con pena de hasta 25 años de prisión “al funcionario público o a la persona o miembro de un grupo de personas que, actuando con la autorización, el apoyo o la aquiescencia del Estado, de cualquier forma, privare de la libertad a una o más personas, cuando este accionar fuera seguido de la falta de información o de la negativa a reconocer dicha privación de libertad o de informar sobre el paradero de la persona”. Igual que el caso de Santiago Maldonado. La ley 26.679 también reformó el Código Procesal Penal: de modo que la investigación recaiga en la justicia federal y el juez deba “apartar a las fuerzas de seguridad que intervengan en la investigación” cuando miembros de las mismas “pudieran estar involucrados como autores o partícipes de los hechos que se investigan, aunque la situación sea de mera sospecha” y no podrá archivar la causa “hasta tanto la persona no sea hallada o restituida su identidad”, que es cuando cesa de cometerse el delito.

Del error a la intención

Desde que tomaron intervención en el tema personas menos zafias, como el consultor Jaime Duran Barba y el ministro de Justicia Germán Garavano, de línea directa con la fiscal Silvina Avila, esta asociación entre la calificación del caso y la identidad con la dictadura dejó de ser un error de ignorancia y se convirtió en un arma poderosa de campaña electoral, como aquellas recordadas preguntas telefónicas de 2011:
–¿Sabía usted que el padre de Filmus fue el arquitecto en la construcción de viviendas Sociales con Sergio Shocklender?  
Cualquiera fuera la respuesta, el llamado automático insistía:
–¿Igual lo votaría?
En 2011 la posverdad aún no se había naturalizado y la operación basada en una premisa falsa se realizó mediante call centers desconocidos, que Filmus y su abogado Carlos Arslanian lograron rastrear hasta encontrarse con Duran Barba, quien fue procesado por eso: Salomón Filmus era un jubilado que nunca tuvo nada que ver con la construcción. Hoy, en cambio, las afirmaciones disparatadas se difunden en los medios más poderosos, en boca de periodistas que asumen ese rol a cara descubierta con un entusiasmo bien remunerado por el gobierno, que al mismo tiempo se encarga de presionar para conseguir el despido o la censura de quienes no se prestan a ese juego. Los informes de Randall López en el programa de televisión Economía Política son la mejor escenificación de ese método perverso. Estas son algunas de las preguntas formuladas por el personaje del actor Martín Rechimuzzi, con un logo parecido al de CNN en su micrófono:
–¿Qué opina de la reciente nominación al Premio Nobel de la Paz de Maurizio Macrì por su trabajo en cerrar la grieta?
–¿Qué opina del alarmante dato que se reveló en las últimas horas, de que todos los juegos del parque de Milagro Sala estaban hechos con resina íntegramente hipoalergénica?
–¿Cómo evalúa la magnífica gestión de Maurizio Macrì?
–¿Qué opina de la última acusación contra Cristina Kirchner por el robo de 400 ballenas en la zona austral, cree que Cristina estaba al tanto de ese faltante?
–En las últimas horas se conoció que en la casa de Milagro Sala había 30 sillas robadas a la Municipalidad. ¿Usted cree que deben ser conservadas como prueba o devueltas al municipio?
–¿Cómo ve la iniciativa del diputado de Cambiemos de techar la avenida Corrientes para mejorar la seguridad?
–En los comedores de Pascual Kirchner en Santa Cruz no se servía la comida que se hacía ahí sino que se pedía por delivery. ¿Qué se debería hacer con esa comida?
–¿Cuánta indignación le produce esta medida?
–¿Le preocupan los grupos que están  agitando la gobernabilidad violentamente? El proyecto que se enviará para frenar estos ataques vandálicos incluye prohibición de corte de rutas, control de lecturas y reencarcelamiento de feministas. ¿Le parece suficiente o deberían buscarse más medidas?
–¿El voto electrónico es la solución para las empresas que tienen el voto electrónico?
Las respuestas de público real interrogado en la calle hacen llorar primero de risa y después de tristeza. Una vez estigmatizado el reclamo por una investigación imparcial de la desaparición forzada de Santiago Maldonado, durante un operativo de la Gendarmería, sin orden judicial y bajo la supervisión directa del jefe de gabinete del Ministerio de Seguridad, Pablo Noceti, quien lo anunció en dos reportajes antes de que ocurriera, no hay forma de salir de la trampa. Jaime Duran Barba escribió que “se necesita ser demasiado fanático como para imaginar que se puedan reunir Mauricio, Gabriela Michetti, María Eugenia Vidal, Horacio Rodríguez Larreta, Marcos Peña, para planificar la desaparición de alguien. Eso contraría sus convicciones de manera radical y son personas que empezaron a hacer política en el siglo XXI, cuando no existían soviéticos que auspicien guerrillas, ni norteamericanos que respalden a dictaduras militares. La discusión acerca de las maldades del capitalismo, las ideas fascistoides de Puerta de Hierro, Tacuara o los Montoneros es un anacronismo único en un mundo en el que no existe ni el Muro de Berlín ni grupos católicos fundamentalistas” (“Violencia e impostura”, Perfil, 9 de septiembre).
Las personas más temperamentales y con menor criterio político se ofuscan ante esta tergiversación y responden con bufidos que deleitan a sus adversarios, que los utilizan como confirmación de aquello que los provocó. Quienes se toman un tiempo para decodificar la astuta maniobra, dirán que nunca pensaron que Macrì fuera la dictadura ni conspirara con sus colaboradores para desaparecer a sus adversarios políticos. En cualquier caso el objetivo está logrado y el eje de la discusión se desplaza hacia un territorio ideal que se abstrae de los hechos.

Un sistema 

Macrì no es la dictadura y no sólo porque haya sido electo según los mecanismos constitucionales y las autoridades se renueven cada dos años en comicios sin proscripciones. También porque funciona el sistema de contrapesos y controles entre poderes. Su coalición está en minoría en ambas cámaras del Congreso y sólo gobierna cinco de las 24 jurisdicciones subnacionales. Tres de los cinco miembros de la Corte Suprema de Justicia ya estaban en funciones cuando asumió, igual que la Procuradora General de la Nación, y los sistemas supranacionales de protección de los Derechos Humanos están atentos a lo que ocurre en la Argentina. El jefe de gabinete de ministros exhibe un cumplimiento superior al de todos sus predecesores de su deber constitucional de concurrir todos los meses al Congreso para informar de la marcha del gobierno y producir los informes y explicaciones que cualquiera de las Cámaras solicite al Poder Ejecutivo. Las Universidades Nacionales se gobiernan por un sistema tripartito en el cual los tres claustros eligen por el voto a sus representantes. Las ONG ejercen su función de propuesta y control de políticas públicas. Es posible escribir artículos críticos como este sin que el medio que los publica sea clausurado. El derecho de asociación está garantizado, y las centrales y sindicatos de trabajadores son reconocidxs por el Estado. Además la vida cotidiana no está bajo el ojo censor de obispos y cardenales; la policía no decide sobre el largo de las faldas de las mujeres o el pelo de los varones ni hurga entre las sábanas de los hoteles a la caza de adúlterxs que son conducidxs en patrullero hasta su hogar, para ser devueltxs con escarnio al cónyuge engañado; tampoco está prohibido que los hombres circulen en bermudas y ojotas o que las parejas se besen en las plazas. Y cuando algún desubicado con o sin uniforme pretende impedir que una chica amamante en la plaza o dos se besen en un bar, la reacción social les hace saber con tetazos o besadas masivxs que no hay espacio en la sociedad argentina para esas actitudes trogloditas, el INADI emite dictámenes críticos y los colegios dictan clases alusivas a esos derechos. El propio Macrì va por el tercer matrimonio y tiene un pasado fiestero que no oculta. No existe censura cinematográfica ni teatral y los programas de televisión recorren la anatomía humana con deleite e insistencia. 

Las trampas del autoritarismo

Esto no mengua en nada la crítica al modo en que se ejerce ese poder y a las excepciones al estado de derecho que se verifican con alarmante frecuencia, pero que no pueden ser asimiladas al estado de excepción. Este reconocimiento no es a favor de Macrì sino de un debate fructífero entre quienes se oponen a su gobierno y el resto de la sociedad, porque si las premisas son falsas el edificio que se construya sobre ellas será frágil y en riesgo de derrumbe, como ocurre con el discurso de los psicóticos, cuya lógica impecable no los sostiene, porque sus cimientos están fisurados. 
La manipulación electoral quedó en evidencia en la carga de datos de las últimas PASO, que hubiera sido más grave de regir el voto electrónico por el que se desvive el gobierno. La dádiva, el ayuno y la amenaza se ejercen sobre los gobernadores e intendentes de la oposición para que condicionen las posiciones de los legisladores que les responden. El Poder Ejecutivo designó por decreto a los dos nuevos jueces de la Corte Suprema, aunque debió retroceder por la fuerte reacción que ello provocó y cumplir a medias con los procedimientos regulares, y consiguió atraer a otros para contar con una mayoría confiable. Desde que asumió, Macrì se entromete en el órgano independiente que la Constitución creó en su artículo 120 y reclama a gritos la renuncia de su titular Alejandra Gils Carbó. También sostiene que los jueces laborales que fallan a favor de los trabajadores forman parte de una mafia conducida por el diputado kirchnerista Héctor Recalde y anuncia que deberán irse y ser reemplazados aquellos jueces que no comprendan el cambio de época. Como no tiene los dos tercios necesarios para destituir a la Procuradora en juicio político, ha recurrido al amistoso Colegio de Abogados de la City de Buenos Aires, cuyos clientes son los CEOS de las grandes empresas hoy en el gobierno. A través de una sus máscaras políticas, el Colegio pidió la inconstitucionalidad de la ley del Ministerio Público que sólo admite el juicio político como mecanismo de remoción. El Poder Ejecutivo se allanó a esa pretensión, lo cual implica postular la inconstitucionalidad de sus propias leyes, cosa que no tiene precedentes. Esa operación está en marcha y se activará si Alejandra Gils Carbó es procesada por la compra de un edificio a precio de mercado, por la que ella misma ordenó investigar a un empleado infiel. Con la complicidad del presidente de la Corte Suprema, que demoró la jura de un nuevo representante de la oposición, consiguió una transitoria mayoría calificada en el Consejo de la Magistratura y la usó para suspender a un juez que le molestaba, mientras amenaza a otros con el mismo trato. En acuerdo con una fuerza de tareas judicial asentada en Comodoro Py, hostiga con una profusión de causas de dudosa consistencia a la ex presidente, reservándose la carta de una proscripción según sean las previsiones electorales. No sólo se proponen condenarla por decisiones políticas, sino también por traición a la Patria e incluso homicidio. Para ello la Gendarmería realizó un nuevo peritaje sobre la muerte del fiscal Natalio A. Nisman. En mayo, antes de que se iniciara, Clarín anunció que sus conclusiones dirían que el ahorrista en dólares fue asesinado. Un post irónico dice que si siguen metiendo gente en el baño, el peritaje podría decir que murió sofocado en el tumulto. Ante las decisiones de las Naciones Unidas y de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos por la detención arbitraria de Milagro Sala y la desaparición forzada de Santiago Maldonado el gobierno reitera los gestos de acatamiento. Pero en la práctica la líder de la organización Túpac Amaru sigue privada de su libertad en un régimen que el juez Pablo Pullen Llermanos niega que sea de prisión domiciliaria, ya que convirtió en cárcel una casa que la Túpac Amaru había destinado a unidad de rehabilitación de chicos con adicciones. Marcos Peña Braun ha tenido la inteligencia de convertir sus informes al Congreso en material de campaña, dada la atención selectiva que brinda a esas sesiones una prensa ávida de la publicidad oficial, que se prodiga según el grado de adhesión a las políticas del gobierno. Este diario es discriminado en forma brutal (el gobierno anterior hizo lo mismo con Perfil). Además las presiones oficiales también se ejercen para censurar notas y suprimir periodistas, en empresas cuyos propietarios son vulnerables por razones ajenas a la libertad de expresión. Presiones similares condicionan las actitudes sindicales. En este momento hay inspecciones integrales de la AFIP en gremios del sector llamado independiente o Los Gordos (UOCRA, Gastronómicos, SMATA) que son los más presionables, además de la que fue enviada a Víctor Santa María. Y frente a los reclamos de trabajadores ocupados o desocupados, sindicalizados o no, la respuesta estatal se inclina cada día más por la represión y la criminalización, para lo cual ha adquirido abundante parafernalia de seguridad y prepara reformas legislativas de talante autoritario. Y en entrevistas con medios amistosos, desde la presidencia se han dirigido en forma intimidatoria al CELS. Afirman que no quieren confrontar con la familia de la víctima pero “prometen ‘exponer’ al CELS, al que mantienen en el centro de su fastidio. ‘Ya habrá tiempo para eso’”, amenaza este gobierno tan distinto a la dictadura. 

24 de septiembre de 2017 · Actualizado hace 2 hs Un “guión” pensado de antemano para probar que Nisman fue asesinado El cuento del análisis de Gendarmería

Imagen: EFE
El informe sobre la muerte de Alberto Nisman entregado el viernes por la Gendarmería –fuerza que no tiene ninguna trayectoria en el mundo de las autopsias ni los estudios médicos– se basa en una secuencia especulativa sobre la cual no hay evidencia científica alguna. Se supone que dos personas entraron al departamento del fiscal porque él les abrió la puerta. Es que no hay nada forzado y él cerraba las puertas por dentro, como quedó comprobado. Las visitas le habrían dado una bruta paliza, pero sin desordenar nada: le fracturaron la nariz, le pegaron en la zona de los riñones y en las piernas. Todos esos golpes –detectados por un grupo de peritos sin experiencia médica– no fueron advertidos ni por la médica policial, que analizó el cuerpo en el propio baño, ni por los dos experimentados profesionales que hicieron la autopsia unas horas más tarde, ni por trece médicos forenses designados por la Corte Suprema. Es decir que la Gendarmería sugiere que los médicos con más autopsias del país no vieron una fractura de nariz que, además, debió dejar un hematoma. 
El siguiente paso fue la supuesta administración de ketamina –tampoco detectada por los toxicólogos del máximo tribunal– a un fiscal que estaba ya desmayado por los golpes. No hay constancia alguna de la cantidad ni de cómo se le administró, ya que no registra rastros de inyección, la única manera de dormir a un individuo con ketamina. Estas manipulaciones son parte del arsenal usado para concluir lo que los poderes nacional e internacional exigían que fuera la conclusión: que a Nisman lo mataron. Es su forma de continuar la ofensiva contra el gobierno anterior, ya que le adjudicarán la responsabilidad, e incluso meterán en la bolsa a Irán y Venezuela, que integraron el comando sicario, según especulan sin una sola prueba. 

Se necesitaba mucha elucubración para contrarrestar las pericias anteriores que no dejaban demasiado resquicio para la hipótesis del homicidio. 
  • No había rastros de pelea ni en el departamento ni en el baño. 
  • No había desorden
  • Las gotas de sangre salpicaron hacia los cuatro costados, lo que indicaba que no había ninguna otra persona en el baño
  • No hay pisadas
  • No hay huellas, salvo de Nisman y del informático Diego Lagomarsino, en una taza, en la que tomó café el sábado
  • No hay ingreso forzado
  • Nadie vió a personas sospechosas o ajenas al edificio
  • Nisman le pidió el arma a Lagomarsino, pero antes lo hizo con el custodio Rubén Benítez y el ex comisario Bogoliuk. Es decir que buscó el arma.
  • Nisman ingresó a su computadora el domingo 18 de enero a las 7.30 de la mañana y terminó revisando una página sobre el regreso de la muerte

Golpiza

Lo que le dieron a la Gendarmería era un guión escrito, un resultado marcado antes de iniciar la pericia. Por lo tanto había que buscar cómo encajar las piezas. 
La Gendarmería tiene un cuerpo de peritos con trayectoria en temas como balística, porque siempre les dieron los estudios en casos de gatillo fácil en que estaba apartada la Federal o alguna fuerza policial provincial. Lo mismo respecto de pericias de voz o, hasta cierto punto, comunicaciones. Pero la Gendarmería no tiene la menor trayectoria en lo que tiene que ver con autopsias, análisis médico de muertes, porque justamente la última palabra siempre fue del Cuerpo Médico Forense, dependiente de la Corte Suprema. 
Uno de los obstáculos mayores que afrontaban los gendarmes es que no hay ningún rastro de pelea. Resulta poco aceptable que un hombre de 1,90 de altura, como Nisman, no haya opuesto ninguna resistencia a un disparo realizado a menos de un centímetro. 
La solución que encontraron los gendarmes es que a Nisman lo tuvieron groggy gracias a una paliza singular. En primer lugar, concretada por alguien a quien el fiscal le abrió la puerta. No se puede sospechar en este caso de Lagomarsino porque cuando el informático subió al departamento de Nisman estaba acompañado por el custodio, Néstor Durán. Ambos subieron juntos en el ascensor, algo que quedó filmado por la cámara del propio ascensor.
Como no hay ningún vestigio de cerradura violada, el fiscal le abrió la puerta a sus agresores, según la versión tácita de la Gendarmería. Y, además, Nisman no se dió cuenta del peligro, porque después le dieron la paliza. Todo ocurrió sin romper nada ni desordenar nada. La madre de Nisman, Sara Garfunkel, testimonió: “Cuando entramos al departamento estaba todo en su lugar, como cuando yo fui de visita dos días antes”. 
Los especialistas del CMF registraron dos golpes. Uno, en la cabeza, producto de la caída. El segundo en una pierna, de antigua data. 
En cambio los de la Gendarmería, que no tienen experiencia ni trayectoria en autopsias, sostienen que le fracturaron la nariz, algo que se le habría pasado a la doctora Gabriela Piroso, de la Policía Federal, que fue la primera que revisó el cuerpo en el propio baño. Unas horas más tarde, a las ocho de la mañana del lunes 19 de enero, dos veteranísimos forenses hicieron la autopsia: Héctor Di Salvo y Fernando Trezza, ambos del CMF. Tampoco vieron la fractura de nariz. Y finalmente, trece forenses, la gran mayoría del cuerpo de la Corte, tampoco percibieron algo tan obvio como una fractura reciente de la nariz que, por supuesto, deja hematoma. A esto se agrega que, según los gendarmes, también tenía un golpe al costado del cuerpo. 
Los especialistas de la defensa de Lagomarsino afirman, en cambio, que los gendarmes no tienen los equipos para hacer esos análisis y que usaron radiografías que no sirven para ese estudio. No sólo consideran que no tiene ninguna fractura sino que, en caso de existir, tiene que ser muy anterior. 

Ketamina

Para seguir el guión prefijado, los gendarmes diseñaron una especulación en base a un químico que supuestamente se le encontró a Nisman en el hígado. La sustancia no fue detectada por el equipo de toxicología de la Corte, encabezado por Ana María Perkins, una profesional reconocida, presidenta de la Asociación Argentina de Farmacia y Bioquímica Legal. 
Lo impactante es que la Gendarmería no pudo ni puede determinar la cantidad de ketamina, algo esencial para poder sostener que Nisman estaba indefenso. No es lo mismo, por ejemplo, tener 0,2 gramos de alcohol en sangre que 2,5 gramos. Pese a no saber qué cantidad tenía Nisman, la Gendarmería resolvió, sin base alguna, que efectivamente lo tenían virtualmente dormido. 
A esto se agrega que para dormir a una persona con ketamina se necesitan dosis enormes, unos 245 gramos, en un cuerpo grande como el de Nisman y la forma de suministrar la sustancia es mediante una inyección. El fiscal no tenía vestigios de ningún pinchazo. 

Sangre

Otro de los obstáculos para instalar la conclusión de homicidio es que Nisman tenía sangre en ambas manos. Tiene que ver con lo que sostuvieron los criminalistas: disparó con la mano derecha, pero sosteniendo esa mano con la izquierda. Cuando se produce el impacto, la sangre salta para atrás desde el orificio y eso es lo que mancha las manos. El fenómeno se conoce como back splatter.
Para los gendarmes, en realidad disparó uno de los sicarios y explican que Nisman se manchó las manos o, mejor dicho, que el supuesto homicida le manchó las manos, una hipótesis descabellada. 
En la pericia anterior, por cinco votos a uno, se estableció que las salpicaduras de sangre quedaron en la bacha, en el inodoro y hasta el bidet, lo que muestra que no había ninguna persona atrás ni al costado. Es uno de los elementos que los llevó a concluir que Nisman estaba solo en el baño. 
Por otra parte, la mancha de sangre fresca del lado interno de la puerta del baño demuestra que la puerta estaba cerrada en el momento del disparo. La madre del fiscal testimonió que esa puerta casi no se podía abrir porque la cabeza de su hijo estaba apoyada ahí y lo mismo dijeron los médicos que llegaron. Eso demuestra que había escasas chances de que alguien saliera, pero mucho menos que saliera sin dejar ninguna pisada. 

Arma

La siguiente elucubración de los gendarmes tiene que ver con que, según suponen, los sicarios armaron una escena simulando un suicidio. Estaban solos en el baño y podían hacer lo que quisieron.
Sin embargo, el arma del disparo apareció bajo el hombro izquierdo. La Gendarmería dice que porque los homicidas lo colocaron allí, cuando mucho más razonable era colocarlo en la mano o cerca de la mano. 
Tampoco se entiende cómo es que los supuestos homicidas super-profesionales utilizaron una vieja pistola que Lagomarsino tuvo guardada durante años sin disparar un tiro. Está probado que Nisman no sólo se la pidió prestada al informático sino que intentó convencer también a su custodio, Rubén Benítez, que le diera un arma y se comunicó con el ex comisario Ricardo Bogoliuk, pero éste estaba en Mar del Plata. 

Horario

Uno de los elementos más llamativos del estudio es que los gendarmes se animan a contradecir la data de muerte fijada en las tres instancias anteriores: la médica policial, que le tomó la temperatura al cuerpo en el baño; la autopsia hecha en la morgue y la junta médica de los forenses de la Corte. Todos coincidieron en que Nisman murió en la mañana del domingo, entre las ocho y las 12. Eso coincide con un tiempo posterior a su ingreso a la computadora, a las 7.30 de la mañana. 
Todo indica que en el guión que les dieron, los gendarmes tenían que meter, sí o sí, a Lagomarsino en la escena. Por lo tanto, contradijeron a los forenses y fijaron la data de muerte a las tres de la mañana del 18 de enero, utilizando un método –el potasio, humor vítreo– específicamente dejado de lado en la junta médica anterior porque los resultados son controvertidos. Eso sí, aclaran que podría ser en seis horas más o seis horas menos, lo que llevaría la punta del horario de muerte a las 21 del sábado 17 de enero.
Hoy está probado que Lagomarsino se fue a las 20.36 de Le Parc, algo que quedó grabado por las cámaras de seguridad. Y después de esa hora Nisman habló por teléfono con uno de sus custodios, Néstor Durán, y chateó con dos periodistas, Laureano Pérez Izquierdo de Infobae y Natascha Niebieskikwiat de Clarín. El chateo termino a las 21,17, hora en que Lagomarsino ya había llegado a su edificio, lo que las cámaras registraron un par de minutos después de las 21. El chateo fue personal, con códigos e ironías propios del diálogo entre esos dos periodistas y el fiscal. 
A la mañana siguiente, pasadas las siete de la mañana, Nisman seguía con vida porque entró a su computadora a revisar sus mails, notas periodísticas, la imagen de una chica con la que había estado cuatro noches antes y finalmente ingresó a una nota sobre el regreso de la muerte posteado por Claudio María Domínguez. 
Ninguno de todos los elementos encaja con la partitura que les dieron a los gendarmes. No importó. Tocaron la música que les dijeron que debían tocar. No les importó desafinar porque órdenes son órdenes.