miércoles, 21 de junio de 2017

EL PAÍS 21 de junio de 2017 · Actualizado hace 18 hs Opinión

La política encarnada
Había muy pocos seguidores atentos a Cristina que esperaban que hoy surgiera un anuncio concreto acerca de su eventual candidatura. No es ni ha sido ése nunca su estilo. Pisa sobre seguro. Y nada sería seguro si su propuesta política no se entiende. De otro modo, hubiese quedado reducida a la antagonista de Florencio Randazzo, papel que le queda chico y que sobre todo no se imbrica en absoluto con la idea que ella viene pergeñando desde mucho antes de que se delineara la interna para octubre. Lo esbozó en el escenario de Comodoro Py, y debe haber visto más de una cara de desconcierto.
Hoy todo fue más claro. Haber elegido el Día de la Bandera le proporcionó además la visión partida de ese estadio repleto con el acto oficial de Macri en Rosario, exclusivo para 600 invitados. Las dos caras de una misma moneda: con el pueblo adentro y con el pueblo afuera. Ella lo dijo de muchas maneras en su discurso, dándole vueltas a la idea de lo corporal. Dijo que estaba allí “para poner el cuerpo”, habló y llevó al escenario y contó las historias de gente “de carne y hueso”, gritó, con su disfonía, que había que ofrecer “el cuerpo, la cabeza y el corazón”.
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Cristina presentó Unidad Ciudadana de esa manera: como una herramienta política nacida en esta contingencia dramática del pueblo argentino, en este contexto en el que, según dijo, “cada día son más los sectores agredidos”. Hubo gente que no puede seguir estudiando, gente que da de comer cada día a más mujeres y niños, gente que ha perdido su casa, gente que fue privada de las pensiones por discapacidad, gente que debe despedir empleados porque no llega a pagar las tarifas, gente, en fin, que encarna el dolor de este modelo neoliberal que acaba de endeudarnos por cien años y que en un año y medio ha destruido las bases de independencia política, soberanía económica y justicia social que se habían plantado en los tres gobiernos anteriores.
Hoy Cristina fue más allá, cuando dijo que esto ya fue más allá de lo que puede resolver un partido político, por lo menos los que tenemos a disposición, por lo menos el PJ. La Unidad Ciudadana, un paso audaz, tan audaz que en su primer acto la tuvo a su líder casi en función explicativa, quedó formalmente presentada con Cristina entendida, según decenas y decenas de testimonios, como “la única capaz de enfrentar esto”. Pero esa Unidad Ciudadana quedó abierta en ese estadio cristinista como una puerta que serán los propios hombres y mujeres que adhieran a esa Unidad los que deberán abrir más para hacer pasar a muchos más, a los miles y miles que sufren esa “desorganización de la vida” a la que el neoliberalismo de Cambiemos somete a esta sociedad. Fue una Cristina pura, una vez más: no es ella la que describe su propia estatura como dirigente política. Es la permanente acción política renovada y readaptada a las circunstancias históricas la que la convierte en la mayor referente de la escena argentina.

EL PAÍS 21 de junio de 2017 · Actualizado hace 6 hs En un estadio desbordado, CFK lanzó Unidad Ciudadan

“Un imprescindible freno al neoliberalismo”
La ex presidenta no confirmó si será candidata, aunque dijo “vengo a sumarme como una más, a poner el cuerpo y el corazón”. Cuestionó al gobierno de Macri y se rodeó de personas que sufren el ajuste.
“Esto es como el 17 de octubre pero al revés”, dijo, sonrió y los ojos de Olga se le achinaron. No era una ocurrencia, sino una referencia a la marea humana que desbordaba el estadio de Arsenal a la espera de la aparición de Cristina Fernández de Kirchner. Más de uno podrá decir que la comparación con aquella fecha histórica e iniciática del peronismo es una exageración. Sin embargo, los miles que ayer estuvieron presentes, acompañando y rodeando a su líder, participaron de otro nacimiento, el de Unidad Ciudadana (UC), el frente con el que Cristina busca poner “un imprescindible freno al neoliberalismo” del gobierno de Mauricio Macri, que “dejó a la Argentina sin futuro”.
Cristina no dijo aún si será candidata. Si bien es cierto que hay tiempo hasta el último minuto del 24 de junio próximo para definir su participación en los comicios, la mayoría sino todos los que estaban en el estadio esperaban escuchar de ella una definición. No lo hizo pero ¿podría no ser candidata cuando hace un acto donde es la figura central y la única oradora? La respuesta se conocerá en unos días más pero ayer, en Arsenal, el deseo general era ver su nombre en una boleta electoral. Muchos  entendieron que a eso se refería cuando dijo “vengo a sumarme como una más, a poner el cuerpo y el corazón”.
El entusiasmo y la alegría fue un denominador común entre los que participaron del lanzamiento de UC. Una característica que, se nota, no perdieron cuando se convirtieron en oposición. En todo caso, parecen haberlo redoblado ahora que está por comenzar la campaña electoral. Cristina no dijo nada de su destino electoral pero ello no evitó que se lo pidieran con el famoso “Cristina presidenta”. Ella, seria, les avisó que las que viene son legislativas y la multitud, con picardía, le retrucó: “Una más y no jodemos más”.
Las primeras columnas comenzaron a ubicarse en los alrededores del estadio antes del amanecer. Banderas argentinas, como lo había solicitado CFK, poblaban las calles de Avellaneda. Igual, alguna que otra agrupación mostraba la suya aunque una vez dentro del Club Arsenal prácticamente se guardaron. Fue una fiesta con todas las características que suele criticar la clase social y los medios que desprecian las expresiones populares: puestos de choripan, humo, redoblantes, vendedores de banderas y remeras con los rostros de ella y de él, Néstor Kirchner, junto a los de Hugo Chávez, Evo Morales y el Che Guevara. Todas pruebas que, para los ojos del senador Miguel Pichetto, demuestran que CFK lidera un movimiento de centroizquierda.
Cerca del mediodía se abrieron las puertas y el flujo humano fue incesante. Teresa llegó al estadio con sus 92 años a cuestas, en silla de ruedas y con una larga bandera argentina que la tapaba desde el cuello hasta sus pies: “Soy tucumana y estoy de visita pero no iba perderme el acto de Cristina. Me gustaría votarla, soy jubilada y tengo seis hijos, todos profesionales pero con los problemas que provoca esta gente ando preocupada por ellos. ¿A quienes votan mis hijos? ¡A Cristina mijito! pero porque donde está la mamá están ellos”, afirmó.
La locutora pide que la gente no se quede cerca de las puertas de ingreso, que se corra para que los miles que todavía pugnan por entrar lo consigan. El gentío se mueve y el estadio queda chico. Las tribunas repletas y el campo igual. Todos pispean las pantallas para saber cuándo ingresa Cristina. Eso hacía Mirta, una docente de Pilar, que portaba su bandera de los pueblos originarios a modo de capa. “Estamos festejando el día de la bandera pero, a diferencia del innombrable, con el pueblo”. A su lado está Martín, subdirector de la escuela y afiliado a Suteba. “Vinimos a verla a ella porque con ella estuvimos mejor. Vivíamos, que no es poco”, dice Martín y aclara: “Ahora nos dedicamos a estirar la comida para los chicos, cada día comen más y el gobierno de (María Eugenia) Vidal cada vez envía menos cupo. En mi caso tengo 510 pibes pero el cupo es para 364 y no podemos decirle que no hay para todos”. Mirta lo interrumpe y dice que “estamos acá porque no queremos más recortes, no queremos más deudas, queremos más educación pública, paritarias y futuro”, aseguró sin saber que, de alguna manera, estaba anticipando el discurso de su “conductora”, como la llamó a CFK.
CFK y quienes la acompañaron en el cierre del multitudinario acto en el estadio de Arsenal de Sarandí.
(Imagen: Leandro Teysseire)
A unos metros de allí, un grupo de adolescentes se sentaron en ronda aprovechando que todavía quedaba un espacio. Estudian en una escuela media de Punta Lara. Valentín, que vivió prácticamente toda su vida bajo el gobierno kirchnerista, dice que vino a “escuchar a la presidenta porque ella lucha por nuestros derechos” pero le falta un par de años para votar. Las legislativas de octubre las mirará desde su casa pero “en las próximas voy a votar a Cristina”, se esperanza.
De tanto en tanto el cántico “vamos a volver” se volvía una sola voz en el estadio que le respondía a la locutora que repetía las consignas de la Unidad Ciudadana. El cantito unificaba, no porque hubiese batalla de grupos sino porque es el que expresaba con mayor claridad el deseo de todos los presentes. “Yo quiero que sea candidata. La quiero votar ahora y para presidenta”, aseguró Olga, la del 17 de octubre al revés. Está a punto de jubilarse como empleada pública y se siente orgullosa de que el nacimiento de la UC se produzca en Avellaneda porque “esta es la cuna de la resistencia y donde ahora le peleamos a Vidal y a Macri”. Nora y Marcela, dos amigas y compañeras de trabajo, la palmean y la felicitan. Marcela se pone seria y afirma que “queremos volver a vivir como antes, con nuestros hijos con trabajo, con estudio y sin tener que sufrir para llegar a fin de mes”. PáginaI12 les pregunta si es necesario que Cristina sea candidata. Las tres, al unísono, gritan: “¡Siiiiiiiiiiiiiii!”. 
Todos querían saber de qué se trataba el cambio de estilo del acto. Preguntaban por el escenario. Si la podrían ver e incluso si la podrían tocar. “Allá, por allá entrará”, le dice el padre a su hijo que lleva sobre sus hombros. El niño, de unos 10 años, mira y levanta los brazos cuando descubre el lugar por donde ingresará CFK. Quiere saber cuándo. Esa respuesta no la tiene el padre pero no faltaba mucho.
Ana está apoyada en una de las estructuras metálicas que sostienen una de las grandes pantallas. Es bióloga y participa en un grupo de los denominados autoconvocados. “Necesitamos que el campo nacional y popular vuelva a ser protagonista para desplazar a esta élite económica, política y mediática que ostenta el poder y gobierna para unos pocos”, dice y acomoda su cabello. A su lado está Marcelo, uno de los que coordina lo que se denominó Red de Construcción Ciudadana que tiene como objetivo el “sacar del sillón al que piensa como nosotros pero no está haciendo nada y también convencer a los desencantados con el gobierno macrista para que regresen”, afirma pletórico de voluntarismo. 
De repente hay un silencio en el estadio. Por las pantallas gigantes se ve que ingresa Cristina y ese corto silencio se hace añicos con vítores, gritos y cánticos a su favor. CFK ingresa, saluda y camina hasta ese escenario circular que muchos asimilaron a la escenografía que utiliza el macrismo. Pero no fue igual.
Como suele ocurrir, cuando habla CFK se produce silencio, tanto que se pudo oír las aspas de los drones cuando sobrevolaban el campo. Esta vez hubo espacio para el diálogo entre la multitud y la única oradora del acto.
“Sobre la Argentina cayó el fantasma del desempleo, de la flexibilización laboral, la caída del salario, las tarifas impagables y ahora nos desayunamos con que nos quieren dar una deuda por cien años”. No pudo continuar, de todos los rincones surgió una sola voz que gritaba “¡hijos de puta!”. CFK no se amilanó y no lo dejó pasar: “No quiero insultos. Pongamos la energía en organizarnos y movilizar a los ciudadanos. Los insultos se los dejamos a ellos”, dijo y una ovación le impidió continuar con el discurso.
Si bien Cristina aseguró que el modelo neoliberal beneficia a unos pocos y que perjudica a todo el resto de la población: “¿Acaso cuando van al súper a algunos le hacen rebajas porque son de un partido diferente?”, preguntó y recibió un “noooo” rotundo y extenso.
El detalle que se diferenció de los actos tradicionales e incluso de los que hace el macrismo es que, por un lado, los dirigentes políticos estuvieron en una de las tribunas, ocupando un lugar secundario. Pero sobre todo, Cristina habló y presentó personas de carne y hueso, que sufren la crisis que provocó el modelo del presidente Macri. No sólo fueron nombres de los que nadie sabe nada, como suele ocurrir con las puestas en escena macristas.
La tribuna de los dirigentes estaba a la espalda de Cristina. Entre otros,  dirigentes políticos como Daniel Scioli, Fernando Espinoza, Víctor Santa María, Martín Sabbatella, Carlos Tomada, Agustín Rossi, Sergio Berni, el radical Leopoldo Moreau, Aníbal Fernández, Gabriel Mariotto. Las diputadas Diana Conti, Teresa García, Juliana Di Tullio y sus compañeros de bloque, Rodolfo Tailhade, Máximo Kirchner,Axel Kicillof, Edgardo Depetri, Carlos Castagneto, Eduardo “Wado” de Pedro, Andrés “Cuervo” Larroque, Abel Furlán y Héctor Recalde. Hubo sindicalistas como Hugo Yasky y Daniel Catalano y también intendentes como Jorge Ferraresi (Avellaneda), Mario Secco (Ensenada), Martín Insaurralde (Lomas de Zamora), Verónica Magario (La Matanza), Leonardo Nardini (Malvinas Argentinas), Juan Patricio Mussi (Berazategui), Walter Festa (Moreno), Julio Pereyra (Florencio Varela), Alberto Descalzo (Ituzaingó) y Gustavo Menéndez (Merlo). Los intelectuales Ricardo Forster, Horacio González y la cantautora Teresa Parodi también dieron el presente. 
El acto terminó con el Himno Nacional cantado por Mercedes Sosa. Los dedos en V se alzaron de a miles, hubo ojos humedecidos, abrazos y el “oh, juremos con gloria morir” sonó a promesa. La desconcentración fue tranquila, lenta y los carteles de la avenida Mitre mostraron un solo mensaje: “Vuelve”.
Norma trabaja en el Estado nacional. Llegó con su pareja al estadio por fuera de cualquier estructura u organización política. “Me gustó que los dirigentes estuvieran separados y que sea la gente la que esté alrededor de Cristina. Me pareció muy inteligente que Cristina terminara el acto con toda esa gente que hizo subir. Me conmovieron sus historias porque, como ella dijo, todos vivimos o conocemos a alguien que padece historias similares. Yo soy científica y en el Estado sufrimos persecución y estigamtización pero igual resistimos los recortes, los aprietes y los despidos”, dijo antes de emprender el retorno a la Ciudad de Buenos Aires.

EL PAÍS 21 de junio de 2017 · Actualizado hace 7 hs PepsiCo cerró una planta y dejó a 600 trabajadores en la calle

Otra fábrica que baja su persiana
Los trabajadores se enteraron del cierre por medio de un cartel que la empresa pegó en la puerta de la planta para notificarlos del "cese de operaciones". Realizan una vigilia en la puerta de la fábrica para "defender los puestos de trabajo". Esperan una respuesta del Ministerio de Trabajo.
Imagen: Twitter
Los 600 trabajadores de la planta de PepsiCo ubicada en el partido bonaerense de Vicente López, donde se hacen los snacks más populares del mercado, se encontraron ayer a la noche con un cartel que les informaba el “cese de operaciones” de la fábrica y los “libraba de brindar servicio manteniendo el goce de haberes” hasta tanto se resuelva su situación. Los trabajadores, que convocaron a una vigilia urgente, aseguran que la planta se encuentra operativa y que hasta el lunes realizaron sus tareas normalmente. El objetivo de la multinacional, dijeron los empleados, sería la flexibilización laboral. El cierre de la planta de PepsiCo se da en el marco de la caída del empleo y de la actividad industrial y confirma las mediciones que señalan al sector en lo alto del ranking de despidos y desvinculaciones.   
“En este momento somos 600 familias que estamos en la calle y nos vamos a quedar en la puerta para preservar nuestra fuente de trabajo y ver que no se lleven nada”, contó Camilo Mones, uno de los delegados de los trabajadores, sobre la vigilia que realizan los empleados desde ayer a la noche cuando se enteraron del cierre por medio del cartel que había pegado la patronal en el portón de entrada.

ECONOMÍA 21 de junio de 2017 · Actualizado hace 5 min Argentina, excluida por Morgan Stanley

Arnaldo Bocco: “Hay mucha fragilidad económica”
El economista y ex presidente del Banco Central asegura que la reacción de los mercados de hoy muestra que no hay sustentabilidad en el planteo económico del Gobierno de Cambiemos.
Imagen: Pablo Dondero
El director del Departamento de Economía y Observatorio de la Deuda Externa de la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), Arnaldo Bocco, indicó que la caída del MerVal y la fuerte suba que registró hoy el dólar son un síntoma no sólo de la decisión de Morgan Stanley de no calificar a la Argentina como “economía emergente”, sino de la “fragilidad del planteo económico del Gobierno”. “No hay sustentabilidad, hay problemas fiscales y sobreendeudamiento”, dijo a Página/12.
Para el ex presidente del Banco Central “Macri hizo muchas cosas por el mercado internacional, pero muy poco para equilibrar la situación interna”. Bocco pronosticó que la situación empeorará en los próximos meses ya que “más allá de lo que dice el Gobierno sobre el crecimiento de la economía”, los índices reflejan una magra expansión de apenas el 0,3 por ciento, “lo cual es nada frente al retroceso que padeció en el último año y medio”. “Además, crece el desempleo, la pobreza y la desigualdad”, detalló. 
El economista de la UMET remarcó el cambio de comportamiento de los fondos de inversión, derivado de la decisión de Morgan Stanley de no “premiar” a la Argentina por sus esfuerzos por convencer a los mercados de la continuidad de las políticas pro mercado. “Hay una gran cantidad de actores que empiezan a salir de la especulación financiera y fueron directo a comprar dólares en billete. Es un cambio muy fuerte”, señaló.
“El Gobierno hizo una mala administración de lo macroeconómico. Lo único que hicieron fue aumentar la deuda externa de una manera descomunal, más de 70 mil millones de dólares. No se entiende el arreglo que hicieron con los holdouts, no se entiende tampoco el bono que emitieron a 100 años ahora”, agregó.
Consultado sobre si la emisión de este bono estuvo relacionada, quizá, con el conocimiento previo del Gobierno de Cambiemos sobre la decisión de Morgan Stanley, Bocco no descartó que los funcionarios de Hacienda “hayan sabido de antemano porque, si no, no se entiende por qué lo hicieron”. “Es un bono muy exótico, ningún país con las características de la Argentina ha emitido algo así”, amplió.
Por último, Bocco pronosticó como “probable” que se “encarezca el crédito externo” en un momento en que el Gobierno sostiene la situación a través de un “colchón que se lo están dando fondos altamente especulativos y que pueden salir de un momento a otro”. “No tengo dudas de que el gobierno va ir por una reforma del sistema previsional y por una reforma del empleo público. Lo están pidiendo a gritos porque no tienen otra forma de sustentar este modelo”, concluyó.

21 de junio de 2017 · Actualizado hace 3 hs Sube el dólar y caen las acciones argentinas Golpe de desconfianza

El país no fue incluido en el índice de mercados emergentes del banco internacional Morgan Stanley y la noticia implicó un golpe de desconfianza entre los inversores argentinos y extranjeros. La catarata de inversiones prometida por el Gobierno no va a concretarse al menos en el mediano plazo.
El dólar aumenta más de 25 centavos y se ubica en un nivel record de 16,64 pesos. Las acciones argentinas que cotizan en la plaza bursátil de Nueva York marcan caídas de hasta un 8 por ciento. La desregulación de los movimientos de capitales del último año y medio empieza a generar una fuerte volatilidad para la economía. El país no fue incluido en el índice de mercados emergentes del banco internacional Morgan Stanley y la noticia implicó un golpe de desconfianza entre los inversores argentinos y extranjeros. La respuesta del mercado es la salida de divisas especulativas, el refugio en  moneda fuerte y el retroceso de los precios en la bolsa.
El índice MerVal, que agrupa a las principales acciones de la bolsa porteña, registra una baja del 4,7 por ciento. Las empresas dedicadas al negocio bancario son algunas de las que computan las mayores caídas. El Grupo Financiero Galicia marca una baja del 6,4 por ciento, al tiempo que  el Banco France lo hace al 4,8 por ciento y el Banco Macro al 1. Otras caídas importantes son del 7,3 por ciento de Pampa Energía, del 6,4 de Transener, del 6,3 de Transportadora Gas del Norte, del 8,4 por ciento de Agrometal y del 6,1 de Central Costanera. En Nueva York las empresas argentinas anotan un importante derrumbe y empresas insignia como la petrolera YPF llegaron a bajar 18 por ciento en las operaciones previas a la apertura del mercado (Premarket).
El Morgan Stanley decidió ayer a última hora no incluir a la Argentina entre las economías con categoría de emergente. En el mercado daban por descontado que iba a aprobarse el cambio y se esperaba una lluvia de inversiones del extranjero para la compra de acciones locales. Pero no hubo modificación y el país continuará en situación de economía fronteriza al menos hasta 2019. 
Esto generó un shock  en la plaza bursátil porque la regulación impide a muchos fondos de inversión de Estados Unidos comprar activos de países fronterizos. La catarata de inversiones prometida por el Gobierno no va a concretarse al menos en el mediano plazo. Otra vez sopa.
En la city muestran pesimismo por la noticia e incluso aseguran que en las próximas semanas puede haber un cambio de tendencia en la entrada de capitales especulativos de los últimos meses. Plantean que esto le pondría un piso al tipo de cambio por arriba de 17 pesos. Mencionan que esta semana el Central no consiguió renovar Lebac por 122 mil millones de pesos y que esa masa de billetes podría presionar aún más el dólar ante la incertidumbre.
Otro efecto que se podrían observar para el segundo semestre, según especialistas del sector financiero, es un aumento en la tasa de interés que debe pagar el país para emitir nueva deuda. Economistas heterodoxos apuntan también que podrían registrarse nuevas presiones sobre el proceso inflacionarios por efecto del aumento del dólar.  
Los más pobres, los más afectados.-
Toda la información día tras día.
VICTORHUGOMORALES.COM.AR