domingo, 27 de septiembre de 2015

Furia especulativa

Por Cristian Carrillo
El Gobierno ajustó esta semana algunos aspectos de la regulación sobre el sistema financiero y un pequeño grupo de especuladores volvió a sembrar pánico en los mercados de cara a las elecciones de octubre. El Ministerio de Economía, a través de la Comisión Nacional de Valores (CNV), anunció dos medidas que modifican la operatoria de los Fondos Comunes de Inversión (FCI) que buscan reducir la volatilidad de los precios y orientar el financiamiento a la economía real. Por un lado, se dispuso que estos fondos deban aumentar el monto invertido en proyectos productivos y de infraestructura de mediano a largo plazo y para pequeñas y medianas empresas. En tanto, a través de otra resolución, modificó los criterios de valuación de los bonos nominados en moneda extranjera para que sean considerados según el tipo de cambio oficial y no del resultante de la triangulación por el contado con liquidación. Esta última medida podría implicar un ajuste de 1,65 por ciento en el patrimonio de esta industria.
Las tensiones habituales a menos de un mes de las presidenciales obliga al Gobierno a intervenir en los mercados para contrarrestar las operaciones de algunos grupos concentrados que pretenden disciplinar a la próxima administración. Es importante el sentido de la oportunidad de esas medidas para evitar que sea utilizada a favor de quienes pretenden llegar a octubre en medio de un clima de desestabilización financiera. La sobreactuación de bancos y administradoras de los FCI, amplificada por varios medios de comunicación, dan cuenta de la delgada línea sobre la que deben moverse los entes reguladores en su tarea sin adicionar ruido en los mercados.
La medida que más revuelo generó fue la modificación en los criterios de valuación de los activos dolarizados en cartera de los fondos. En concreto, obliga a que los fondos valúen sus activos y derivados en dólares al tipo de cambio del Banco Nación, con el objetivo de eliminar un factor de potencial inestabilidad como es la volatilidad de los mercados de cambios paralelos. La iniciativa surge ante la evidencia de que muchos bancos adquirían títulos en dólares y después accionaban para mantener artificialmente la brecha cambiaria, que luego computaban como ganancia en sus carteras. De esta manera, la ganancia (o incremento del FCI) terminaba sólo reflejando el aumento del contado con liquidación. Las críticas a la medida se focalizaron en que el contado con liqui, que implica la compra de un bono o acción en el país y su venta en el exterior para conseguir dólares, es un precio de libre mercado. No obstante, ese valor está viciado, desde lo especulativo, por maniobras para mantenerlo alto, como desde lo técnico, por incluir gastos y comisiones en el arbitraje de los títulos.
La respuesta de los bancos y entidades especializadas en FCI fue deshacerse de sus tenencias sobrevaluadas y enviar señales de alerta sobre una supuesta destrucción de los ahorros invertidos en estos instrumentos que, en el último lustro, creció en un 1400 por ciento. Del patrimonio neto de los fondos comunes de inversiones (189.000 millones de pesos), los tres papeles que se utilizan para el contado con liquidación son tres (Boden 2015, Bonar 2027 y Bonar 2024) y representan el 5,9 por ciento de la cartera. Sobre este universo el ajuste implicará un recorte en la valuación del 33 por ciento, al pasar de los 14,10 que costaba el contado con liqui al 9,40 de cotización oficial, lo que implica un pérdida de 1,65 por ciento dentro del patrimonio de la industria. No obstante, las ventas de títulos fueron superiores, impulsadas también por un contexto externo desfavorable.
Una premisa en el mercado es que para que alguien venda tiene que haber alguien que compre. Según se conoció horas después de la propia boca de ex funcionarios y analistas del establishment, mismos bancos que alertaron sobre una destrucción de su patrimonio y aconsejaban a cuotapartistas minoristas a acogerse a un rescate de la inversión, asesoraban a otros clientes a aprovechar la baja en los precios para comprar barato. Fue un buen negocio para los que compraron, incluyendo a organismos públicos, que con esas adquisiciones logran reducir la exposición de cara a próximos vencimientos.

El aprendizaje...

Por Julia Strada y Hernan Letcher *
La reciente resolución de la ONU con 136 votos a favor y sólo 6 en contra (Estados Unidos, Canadá, Alemania, Israel, Japón y Reino Unido) ha significado un hecho histórico. La propuesta argentina de un nuevo marco para la reestructuración de deudas es una rotunda respuesta a las arbitrariedades del juez Griesa. Pero excede ampliamente el conflicto particular que desató el inédito fallo del juez neoyorquino. Se ha convertido en una salida del laberinto “por arriba”, que sienta precedentes históricos y que favorece, marcando un patrón de solidaridad con países hermanos, a otros tantos países que podrían ser potenciales presas de los fondos buitres y de juzgados defensores del sistema financiero internacional.
La trascendencia de esta resolución pone en tela de juicio aquellas voces que critican el supuesto aislamiento de la Argentina en un mundo multipolar, representando un duro golpe para los actores locales que miran a los países del norte, particularmente a los que votaron en contra de esta resolución, como principales socios de una Argentina que relegue su soberanía. La resolución tiene finalmente gran importancia dado que constituye el resumen del aprendizaje argentino. Vale la pena reseñar el contenido de estas nueve reglas votadas en la ONU.

Las reglas

1. Un Estado soberano tiene derecho, en el ejercicio de su facultad discrecional, a elaborar sus políticas macroeconómicas, incluida la reestructuración de su deuda soberana, derecho que no debe verse frustrado ni obstaculizado por medidas abusivas. La reestructuración debe hacerse como último recurso, preservando desde el inicio los derechos de los acreedores.
La primera regla tiene directa relación con el trato de los “mercados” y del establishment financiero internacional hacia la Argentina por su salida a la crisis. Los sectores financieros de la economía global que se enriquecen sin producir han utilizado históricamente al endeudamiento de los países en desarrollo como un yugo para disciplinar a los pueblos. En el caso argentino ha sido la puerta de entrada para privatizar y ajustar, e incluso durante los 90, para generar los altos niveles de déficit fiscal que al mismo tiempo han sido calificados como riesgosos por los organismos internacionales de crédito. Como contracara, en estos años Argentina consiguió reestructurar exitosamente su deuda, y precisamente el fallo de Griesa en 2014 tuvo como objetivo de fondo hacer caer dicha reestructuración ya que eso constituiría un mensaje disuasivo hacia al resto de América Latina y también a una parte de Europa, de imitar la experiencia de nuestro país.
Por ello, la interpretación del camino adoptado por Argentina en tanto “mal ejemplo” ha sido un mensaje dirigido al resto de los estados nacionales y a su accionar en la política económica, postulando: que no es posible pagarle al FMI y liberarse al mismo tiempo de sus definiciones en materia económica; menos aun establecer críticas a la hegemonía de las finanzas en la economía mundial; tampoco es posible resolver una deuda como la del Club de Paris sin la intervención del FMI y acordando pagos condicionados por la inversión, ni recuperar YPF, ni implementar políticas económicas que privilegien las necesidades de las mayorías populares (como la AUH, paritarias, Progresar o ProCreAr).
2. El principio de que el deudor soberano y todos sus acreedores deben actuar de buena fe implica su participación en negociaciones constructivas de reestructuración de la deuda soberana y en otras etapas del proceso con el propósito de restablecer la sostenibilidad de la deuda y el servicio de la deuda de manera rápida y duradera y de obtener el apoyo de una masa crítica de acreedores mediante un diálogo constructivo acerca de las condiciones de la reestructuración.
El propio accionar de los fondos buitre nunca ha sido de buena fe. Se trata de fondos de inversión que, desde su origen, funcionan con una clara intencionalidad abusiva: comprar títulos de deuda pública de países sobreendeudados, los cuales poseen una baja cotización producto de su alta calificación de riesgo o por ser de países en default (por su improbabilidad de cumplimiento de los compromisos financieros), para luego litigar en tribunales afines y cobrar el ciento por ciento de los títulos, así como los intereses devengados hasta el momento. Estas prácticas eminentemente especulativas cobraron gran visibilidad en nuestro país en el contexto de la crisis de 2001. En el caso argentino, NML Capital Ltd, una unidad de Elliot Management Corp de Paul Singer, y Aurelius Capital Management, adquirieron en 2008 bonos de deuda argentinos en default pagando, se estima, cerca de un 10 por ciento de su valor nominal que ascendía a 428 millones de dólares, pero en 2014 Griesa los autorizó a reclamar por 1330 millones. En el caso específico de NML Capital, compró por 48,7 millones de dólares y hoy reclama 832 millones: una ganancia exorbitante del 1602 por ciento.
La inflexibilidad de los fondos buitre y la parcialidad de Griesa pretenden dar por tierra el esfuerzo argentino que sumó un 92,4 por ciento de acreedores a través del diálogo y de una oferta clara, tanto en el primero como en el segundo canje. La inexistente voluntad de “sentarse a negociar” de parte de los fondos buitre –con propuestas de Argentina de carácter constructivo, como la incorporación a un tercer canje, siendo posible el cobro en la mismas condiciones que el resto de los acreedores–, revela que ese 1 por ciento de acreedores opera en sentido contrario a los intereses argentinos pero además al de los acreedores que aceptaron ambos canjes.
3. El principio de la transparencia debe promoverse para aumentar la rendición de cuentas de los interesados, lo que puede lograrse compartiendo oportunamente tanto datos como procesos relacionados con la renegociación de la deuda soberana.
La necesidad de la transparencia se hace imprescindible para entender las operaciones e intereses en juego en las negociaciones. El caso de los seguros contra default es ejemplificador de la cuestión. Precisamente, el accionar de los fondos buitre estuvo particularmente interesado en la declaración de default argentino (aún sin razones para ello dada la solvencia para afrontar los compromisos de deuda) porque habían “apostado” a los seguros contra default (Credit Default Swaps –CDS–). El 2 de agosto de 2014, sólo tres días más tarde de la inédita decisión de Griesa de innovar con la declaración de default “técnico” para Argentina, se gatillaron los CDS de los Bonos Discount. Curiosamente, el Comité de Decisión de ISDA que gatilló los CDS estaba integrado por Elliot Management, Bank of America, Barclays Bank, Blue Mountain Capital Management, BNP Paribus, Citibank, Crédite Suisse International, Deutsche Bank, Goldman Sachs International, Eaton Vance Managements, JP Morgan, Morgan Stanley, Nomura International y Pacific Investment. Es decir, los propios fondos buitre siendo tenedores de seguros de default, propiciaron el “default técnico” argentino (esto fue evidente en el caso de Aurelius). Las sospechas sobre esta situación llevaron a la CNV a elaborar una presentación a la SEC para investigar sus conductas.
4. El principio de la imparcialidad exige que todas las instituciones y agentes involucrados en las reestructuraciones de la deuda soberana, incluso a nivel regional, de conformidad con sus mandatos respectivos, sean independientes y se abstengan de ejercer toda influencia indebida en el proceso y en otros interesados o de realizar actos que generen conflictos de interés o corrupción o ambos.
Paul Singer, líder de los fondos buitre.
También la experiencia argentina ha sido paradigmática en este sentido: como representante del sistema financiero hegemónico, Griesa buscó recurrentemente obstaculizar el pago de la deuda y embarrar la negociación, obviando todo tipo de imparcialidad. Tres elementos permiten mostrar su postura: (i) la interpretación de la cláusula pari passu y la entrega de la administración del “stay” a los buitres, (ii) la elección de Daniel Pollack como mediador ostensiblemente pro buitre y (iii) la pretensión de sumar a los “me too” a las demandas de los fondos buitres contra la Argentina (dejando en claro el objetivo originario del fallo: no eran 1330 millones de dólares, era quebrar la reestructuración con todos los acreedores reclamando el 100 por ciento). A ello debe sumarse la infinidad de intentos infructuosos de embargos como mecanismo de “apriete”, la declaración de la Argentina en desacato y el activo rol “a escondidas” para que el Citi pague por “única” (pero tercera) vez y salga del negocio, sin apelar la resolución de pari passu (aceptando implícitamente el dictamen de Griesa).
5. El principio del trato equitativo impone a los Estados la obligación de abstenerse de discriminar arbitrariamente a los acreedores, a menos que la diferencia de trato esté justificada conforme a derecho, sea razonable y se corresponda con las características del crédito, garantice la igualdad entre los acreedores y sea examinada por todos los acreedores. Los acreedores tienen derecho a recibir el mismo trato en proporción con su crédito y con las características de este. Ningún acreedor o grupo de acreedores debe ser excluido a priori del proceso de reestructuración de la deuda soberana.
La discusión en torno a la interpretación de la cláusula de igualdad de trato es el nudo gordiano del conflicto. En octubre de 2010, el fondo NML propone a Griesa que la Argentina habría violado la cláusula pari passu al sancionar la Ley Cerrojo, “legitimando” el pago de la deuda a los bonistas reestructurados y no así la de los demandantes. Griesa se inclinó en favor de esta irracional lectura de la pari passu en diciembre de 2011, considerando que la Argentina cometía una discriminación con los fondos buitres y los demás bonistas que decidieron no participar de los canjes de deuda de los años 2005 y 2010: “Para poder cumplir con la orden judicial, Argentina tiene que pagarle a los demandantes el 100 por ciento de esos 1330 millones al mismo tiempo o antes de que les pague a los tenedores de bonos reestructurados”. La exigencia de pago en las condiciones previstas originalmente en los contratos, significó una grave discriminación en relación a aquellos acreedores que aceptaron las condiciones de los canjes de deuda.
Ya habilitado el juego a los buitres por parte de Griesa, es la Corte de Apelaciones la que rechazó la propuesta de resolución de la controversia de la pari passu ofrecida por la Argentina (que consistía en pagar a los demandantes en los mismos términos y condiciones que la Oferta de Canje 2010). La posterior presentación argentina ante la Corte Suprema de Estados Unidos del pedido de certiorari solicitando la revisión de la sentencia pari passu de la Corte de Apelaciones, fue desestimado el 16 de junio de 2014.
6. El principio de la inmunidad soberana de jurisdicción y ejecución en materia de reestructuración de la deuda soberana es un derecho de los Estados ante los tribunales internos extranjeros, y las excepciones deberán interpretarse de manera restrictiva.
El principio de inmunidad soberana protege a los Estados de los intentos de usar la fuerza contra un país soberano y por lo tanto, de la ejecución de sus bienes inmunes. En el caso argentino, el intento de los fondos buitres fue reiterado, pero en todos los casos fallido:
- Mayo 2005: intento de NML Capital de impedir el Canje 2005, a través del embargo de los bonos.
- Marzo 2007: intento de ejecución del Tango 01 en una Corte de California.
- Octubre 2009: intento de embargar 200 millones de dólares de la Anses.
- Julio 2010: intento embargo de Bonos Globales propiedad de Argentina depositados en cuentas de Estados Unidos.
- Junio 2010: Acción en el Segundo Circuito para impedir el Canje 2010.
- Julio 2010: ENL y EM intentan restringir uso de 105 millones de dólares de reservas internacionales del BCRA depositados en la Reserva Federal.
- Abril 2011: Aurelius pide embargos sobre patentes y regalías de varias agencias de Argentina.
La interpretación de este principio también implica no obligar a un país a su quiebra, no llevarlo al “suicidio”. La secuencia de demandas que desataría el fallo en favor de los 1330 millones de dólares de los buitres produciría un escandaloso incremento de la deuda externa. El peso de los intereses sobre las finanzas públicas tendría una incidencia infinitamente superior a la actual, debiéndose destinar ingentes recursos del presupuesto a esta cuestión.
También este principio hace frente al colonialismo jurídico, el cual se montó en el caso argentino sobre la importante resignación de soberanía que en un principio habilitó la Ley 21.305 de la última dictadura, al permitir la prórroga de la competencia territorial argentina a favor de jueces extranjeros, y que posteriormente se cristalizó con las refinanciaciones de deuda en los ‘80. Así, los planes Brady y Baker significaron no sólo el canje de deuda pública (privada estatizada) por bienes del Estado, sino también la emisión de miles de bonos de deuda luego adquiridos por inversores en todo el mundo. Los bancos internacionales exigieron cobertura judicial extranjera a esos nuevos acreedores ante eventuales incumplimientos. Esta intromisión de tribunales extranjeros significa un patrón de continuidad con la valorización financiera que el conflicto con los buitres y los nueve principios de la ONU viene a combatir.
7. El principio de la legitimidad implica que al establecer instituciones y realizar operaciones relacionadas con la reestructuración de la deuda soberana se deben respetar, en todos los niveles, los requisitos de inclusión y el estado de derecho. Los términos y condiciones de los contratos originales seguirán siendo válidos hasta que sean modificados mediante un acuerdo de reestructuración.
No es posible la intromisión sobre la fijación soberana de mecanismos de reestructuración y pago de la deuda a los acreedores. Distintas acciones de Griesa cuestionaron los términos acordados con los acreedores. El bloqueo del juez Griesa a la tarea del Bank of New York desconoció el mecanismo de funcionamiento de pago establecido en el convenio entre partes: el agente fiduciario es el responsable de pago de las deudas. En el caso de la Ley de Pago Soberano, el juez neoyorquino calificó de “ilegal” al proyecto de ley, que modificaba el agente fiduciario posibilitando cambiar la sede de pago a los bonistas, excediéndose nuevamente en jurisdicción y con desconocimiento de la soberanía argentina.
8. El principio de la sostenibilidad significa que las reestructuraciones de la deuda soberana deben realizarse de manera oportuna y eficiente y crear una situación de endeudamiento estable en el Estado deudor, preservando desde el inicio los derechos de los acreedores y a la vez promoviendo el crecimiento económico sostenido e inclusivo y el desarrollo sostenible, minimizando los costos económicos y sociales, garantizando la estabilidad del sistema financiero internacional y respetando los derechos humanos.
Aquella frase pronunciada por Néstor Kirchner al inicio de la reestructuración “Los muertos no pagan” resume la disputa de dos modelos económicos en el orden mundial: crecer para luego pagar, o cumplir con las obligaciones de deuda a costa de condicionar el proceso económico interno. La segunda opción, aplicada en la mayoría de los casos, presenta una inherente contradicción que resulta de pretender que una economía en recesión cumpla con exigencias crecientes.
El “mal ejemplo” argentino tiene la profundidad de golpear la línea de flotación del capitalismo financiero global: la experiencia argentina de salida de la crisis a comienzos de siglo confronta con la reafirmación de la justicia estadounidense del negocio financiero como la forma predominante de acumulación en el capitalismo contemporáneo. La agudización de la pelea que la Argentina lleva adelante con los fondos buitre es expresión de la feroz disputa entre fracciones de capital concentrado a nivel mundial.
9. La reestructuración por mayoría implica que los acuerdos de reestructuración de la deuda soberana que sean aprobados por una mayoría cualificada de los acreedores de un Estado no se verán afectados, perjudicados u obstaculizados de otro modo por otros Estados o por una minoría no representativa de acreedores, que deben respetar las decisiones adoptadas por la mayoría de los acreedores. Debe alentarse a los Estados a que incluyan cláusulas de acción colectiva en sus emisiones de deuda soberana.
Lo más emblemático del caso argentino ha sido quizás la escasa representación de acreedores que cuestionaron los canjes y operaron a través de Griesa: sólo el 0,45 por ciento del total. Sin embargo, la inexistencia de una “ley de quiebras” a nivel internacional facilitó la posibilidad de que una pequeña minoría condicionara la negociación de deuda. Esta regla hoy vigente en la resolución de la ONU aleja los fantasmas de demandas buitre que amén de su ostensible minoría logren poner patas arriba un proceso zanjado política y económicamente, como es la situación argentina respecto a su desendeudamiento.
Este amplio aprendizaje argentino, tanto durante el oscuro proceso de endeudamiento como en la posconvertibilidad con la batalla contra los buitres se ha traducido en los principios de la ONU. Como sostuvo Cristina Fernández de Kirchner: “Hemos cumplido con nuestra responsabilidad como miembros de la comunidad internacional ayudando a otros países hermanos para que no pasen por las mismas injusticias que tuvimos que atravesar nosotros los argentinos”. Desde el país que supo ser el mejor alumno de los dictámenes del capital financiero se fijan nuevas reglas mundiales para su regulación.
* Centro de Economía Política Argentina (CEPA).

OPINION El efecto Francisco

Por Washington Uranga
El papa Francisco está culminando hoy su visita a Estados Unidos participando de un acto en el marco del Encuentro Mundial de las Familias. Será un encuentro eminentemente religioso después de días muy intensos que tuvieron, tanto en Cuba como en territorio norteamericano, una fuerte marca política. El hecho de que Jorge Bergoglio haya elegido cerrar su periplo con una celebración de tono religioso, que además será la más masiva de todas, también debe leerse como parte de la estrategia del Pontífice. En Filadelfia se dará el más grande “baño de masas” (se esperan más de dos millones de personas) y se referirá a cuestiones claramente “pastorales”. Un doble límite para aquellos que critican su perfil “político” pero al mismo tiempo una nueva manifestación de respaldo popular que lo reafirma en su rol de liderazgo. Un broche de oro para un periplo exitoso que comenzó en Cuba y que culmina en Estados Unidos después de haber pasado en Nueva York por la Asamblea de las Naciones Unidas.

Difícil de descifrar

Para muchos analistas, este Papa se está convirtiendo en una figura indescifrable en términos políticos e ideológicos clásicos. ¿De derecha? ¿De izquierda? ¿Liberal? ¿Marxista? Dependiendo del lugar en que se ubique quien está haciendo el análisis, cada uno, más de uno y todos estos calificativos valen para Francisco. Es más. Si alguien se pone a analizar su historia personal y sus pronunciamientos en la Argentina sobre muchos de los mismos temas que ahora aborda (desde la diversidad sexual hasta su posicionamiento político) seguramente podrá leer contradicciones. Salvo en un punto: la defensa de los pobres que ha sido una constante siempre, antes y ahora. Los admiradores y defensores de Bergoglio sostienen que no hay ni en sus manifestaciones ni en sus prácticas ningún tipo de diferencias o contradicciones. Francisco, para ellos, es un auténtico Bergoglio. Existen otras miradas.
El periodista norteamericano Rush Limbaugh, habitual vocero de la derecha de aquel país, sostuvo sin pelos en la lengua que la exhortación apostólica Evangelii gaudium (La alegría del Evangelio), documento papal difundido en el 2013, es “puro marxismo”. El texto, mucho más “religioso” que la reciente encíclica Laudato si (Alabado sea) sobre la cuestión ambiental, incluía sin embargo una dura crítica al capitalismo salvaje. Stephen Moore, economista de The Heritage Foundation, dijo en Washington que el Papa “se ha mostrado muy escéptico con el capitalismo y el libre mercado y creo que eso es preocupante” y coincidió en que Francisco tiene “claramente tendencias marxistas”. George F. Will escribió en The Washington Post que “con el celo indiscriminado de un converso, (el Papa) abraza ideas impecablemente de moda, demostrablemente falsas y profundamente reaccionarias”. Y remató diciendo que sus propuestas “arruinarían a los pobres en cuyo nombre pretende hablar”.

La izquierda

Parte de la izquierda, sobre todo la de tradición marxista más ortodoxa, sigue recelando de Francisco. No termina de creer en la sinceridad de sus propuestas aunque los temas de agenda y también muchas de las posiciones coincidan con sus propios postulados. Existe casi una cuestión visceral de rechazo a la Iglesia Católica y a su institucionalidad. Y más allá de lo que diga, Bergoglio es el Papa del catolicismo, al que se considera retrógrado, reaccionario y aliado al poder antipopular. Para quienes así lo miran no bastan los “baños de masas” ni el respaldo popular que probablemente se leen como una expresión más de “alienación” religiosa.
Las manifestaciones de entusiasmo frente a las posiciones del Papa expresadas por el presidente Barack Obama y otros voceros norteamericanos operan a favor y en contra, según los casos. John Kerry, el secretario de Estado norteamericano, dice estar “profundamente satisfecho porque las prioridades de política exterior de Estados Unidos y los buenos oficios de la Santa Sede coinciden en muchos temas”. Y no se cansa de agradecerle a Bergoglio, como también lo hace Raúl Castro, la colaboración para el acercamiento entre Cuba y Estados Unidos. Bergoglio reedita con Obama y desde otro lugar ideológico, el diálogo y las coincidencias que en los años ochenta unieron a Juan Pablo II y Ronald Reagan, entonces para luchar contra el comunismo.
Frei Betto, un sacerdote católico brasileño identificado con la teología de la liberación y un gran aliado de Cuba y de Fidel Castro, sostiene en cambio que “toda la izquierda latinoamericana que conozco está muy feliz con el papa Francisco” porque “es el primer Papa que tiene claramente una opción con los pobres y que denuncia las causas de las injusticias, no solamente los efectos”.

¿Cómo ubicarlo?

Pero volviendo a lo anterior. ¿Se puede ubicar con sensatez al papa Francisco en algún “casillero” político ideológico? Fortunato Mallimaci, reconocido y prestigioso sociólogo de la religión argentino, dijo en declaraciones a la agencia Paco Urondo, que “un periodista del New York Times me preguntó si el Papa era liberal, conservador o de izquierda. Nada de eso. Es católico, porque es la catolicidad como otra manera de enfrentar esa concepción liberal y la marxista. Acabado hoy ese marxismo la Iglesia retoma su discurso antiliberal, anticapitalista para catolizar”, agregó. Y sostuvo que “el catolicismo no piensa la política alejada de la religión”. Para Eduardo Valdes, embajador argentino ante la Santa Sede, “el Papa no es marxista, ni populista, ni peronista. Es un cristiano en el sentido más profundo y quiere llevar adelante la palabra de Cristo y la conducta de San Francisco de Asís”.
Lo real es que el papa Jorge Bergoglio se ha transformado en una figura política de relevancia internacional que participa activamente de la agenda política, introduce temas en la misma, y fija posiciones desde una perspectiva católica, cristiana, pero también humanista e interreligiosa. Para hacerlo pone el acento en la defensa del hombre y de la vida, y muy especialmente en el cuidado de los pobres, los excluidos, los desplazados de cualquier tipo. El cuidado de las personas y sus derechos, es el punto que conecta todas las preocupaciones. Y su eslogan político son las tres T: techo, tierra y trabajo.
Puede ser prematuro hablar de Francisco como líder mundial. Pero nadie puede negar ya su incidencia. Por méritos propios para leer la coyuntura internacional y, desde allí, interpretar cuál puede ser el aporte de la Iglesia y el suyo personal. Pero además por la importancia que la religión (las grandes religiones) juegan en concierto mundial en el resquicio que dejan las crisis políticas e ideológicas.

En la Iglesia

Dentro de la Iglesia Católica también hay temblores de cambio. Muchos conservadores están “decepcionados”. Probablemente porque a la luz de algunos antecedentes (de los anteriores papas y los de Bergoglio obispo) esperaban otro discurso y mayor cercanía al poder hegemónico. No conciben una Iglesia enfrentada al poder. Lo dicen pero también recelan de lo que llaman “relativismo doctrinal” aludiendo a las aperturas de Francisco ante temas que habían sido tabú para la Iglesia (aborto, diversidad sexual, matrimonio) así el Papa hasta ahora no se haya movido un milímetro de la ortodoxia doctrinal. Lo que ha cambiado es la actitud pastoral poniendo el acento en el acercamiento a las personas concretas, a sus problemas y angustias.
En el aparato de la Iglesia hay quienes se preocupan porque ven llegar aires nuevos que quizá les hagan perder poder. Algunos, incluidos muchos obispos, prefieren no darse por enterados de que algo está cambiando o que cambió ya. Otros, en cambio, señalan que “hasta el momento Bergoglio no hizo nada” argumentando que habrá verdaderos cambios cuando se modifique la forma de gobierno y la estructura de poder todavía vigente y se avance hacia una conducción colegiada. Para ello se necesitan iniciativas muy fuertes de Francisco que, si bien ha dado indicios de caminar hacia allí, todavía están lejos de concretarse. Los “progresistas”, por calificarlos de alguna manera, están satisfechos con la agenda de Francisco y sus pronunciamientos. Confían en que se está produciendo un cambio que, admiten, era inesperado para ellos en el momento en que Bergoglio inició su pontificado. Basta escuchar las lisonjas hacia Francisco de teólogos como Leonardo Boff o Gustavo Gutiérrez.
Se sabe que los contenidos no son separables de las formas. Menos en este tiempo en que la cultura de la comunicación todo lo traduce en símbolos, en gestos, en imágenes. Y Francisco apoya su discurso en una gestualidad de cercanía, de jovialidad, de sencillez y austeridad que repercute muy positivamente en las audiencias en general, católicas o no. A tal punto es así que L’Osservatore Romano, diario oficial del Vaticano, ha comenzado a publicar, por primera vez en la historia de la Iglesia, caricaturas del Papa. Como el hecho de que el Bergoglio hay elegido vivir en una residencia austera este también es un símbolo de una nueva época

› OPINION Peligro de naufragio

 Por Eric Nepomuceno


Para los que aprecian vivir en turbulencia permanente y dormir cada noche cercado por un mar de incertidumbres, Brasil es una especie de paraíso. Para quien aprecia ver todas sus pocas proyecciones positivas ser trituradas por la trayectoria cada vez más errática de un gobierno sin lastre ni rumbo, nada mejor que el Brasil de hoy. Para los que no aprecian ni una cosa ni otra, son tiempos duros de vivir en mi comarca de América.
Esta semana, por ejemplo, hubo un poco de todo, siempre en dirección al desastre. La olímpica desconfianza en la capacidad del gobierno de gobernar llevó el dólar a valorizarse casi 10 por ciento frente al real. En los últimos doce meses, esa valorización roza el 50 por ciento. Es verdad que el dólar viene valorizándose frente a casi todas las demás, pero un nocaut como el que se aplica a la moneda brasileña es único.
También esta semana se supo que, en los últimos doce meses, alrededor de un millón de puestos laborales fueron cerrados en Brasil. Así, parte muy significativa de la tan sonada “nueva clase media” surgida en los últimos once años, es decir, alrededor de 40 millones de brasileños que ascendieron de la clases D y E para la C, corre el grave riesgo de retroceder.
Hay una clara insatisfacción en las clases medias urbanas, hay una clara y muchas veces sórdida campaña de los medios hegemónicos de comunicación contra la presidenta Dilma Rousseff y su gobierno, hay un desaliento creciente en las bases sociales que siempre respaldaron al Partido de los Trabajadores y, por si fuera poco, hay, dentro del mismo PT con la presidenta que eligió, una profunda decepción con la presidenta que eligió.
Y el gobierno no reacciona. No logra. No sabe cómo. Y, cuando intenta, resulta mal.
El PT está consciente de que está perdiendo su trinchera más valiosa: las calles brasileñas. Las manifestaciones comandadas por la derecha y por la extrema derecha, especialmente en San Pablo, llevan mucho más gente a las calles que las convocadas por el PT.
El partido, que siempre contó (es una marca promedio histórica) con 25 por ciento de apoyo consolidado en la opinión pública, en los últimos diez meses vio esa participación bajar a 15 por ciento. Los partidos de oposición, sumados, tenían 10 por ciento de aprobación hace un año. Ahora, tienen 11 por ciento. Es decir: lo que el PT perdió se quedó en el aire, sin herederos. Y mientras tanto, el gobierno sigue sin rumbo, y el PT no encuentra espacio para recuperarse.
Es verdad que Dilma Rousseff logró, en la semana que termina, una importante victoria en el Congreso: sus vetos a leyes aprobadas por los diputados, proyectos delirantes que costarían, a un presupuesto nacional ya absolutamente deshidratado, siderales 40 mil millones de dólares, fueron mantenidos tanto en la Cámara como en el Senado.
En un primer momento, se sintió la brisa de algún aliento. Una victoria en la Cámara de Diputados, comandada por un golpista, significaría una barrera contra los movimientos que pretenden, por la vía parlamentaria, decretar la destitución de la mandataria.
A la vez, Dilma intentó llevar a cabo una reforma ministerial, para satisfacer el hambre inmoral del PMDB, su principal aliado, y mantener cierta gobernabilidad. La victoria alcanzada en la manutención de los vetos indicaría ser este un buen camino.
Dulce, ingenua ilusión. El sistema político brasileño es mucho más burdo y tosco de lo que parece. Y, una vez más, iniciativas que el gobierno considera fundamentales tropiezan en la realidad. En lugar de calmar sectores del PMDB y armar un centro de protección al acorralado gobierno, el intento de reforma tuvo que ser suspenso. La capacidad de chantaje del PMDB es demasiado grande para los ineptos estrategas de Dilma. Gracias a esa inepcia, ni el mismo Lula, con su todavía consistente capital político, logra ayudar, por más que actúe presionando al aliado desleal.
Lo más grave, sin embargo, se nota en dos otros frentes. Uno, el judicial. Las investigaciones llevadas a cabo por un tribunal de primera instancia controlado por un juez de provincia, muy mediático, adulado por los defensores del “fuera Dilma”, “muerte al PT” y “cárcel para Lula”, prosiguen en ritmo frenético. Lo que se filtra a la prensa, atropellando cualquier noción básica de sigilo procesal, no hace más que minar, día a día, la imagen del PT y de sus principales dirigentes.
El otro frente es el mismo PT, donde crecen las voces que defienden, pura y llanamente, que el partido abandone Dilma a su suerte, a menos que ella acepte dar un vuelco radical y volver a abrazar su programa electoral, honrando las promesas traicionadas. Que vuelva a gobernar para el pueblo, y no para el capital. Que vuelva a abrazar el proyecto que cambió la cara del país.
Considerando la persistente necedad demostraba hasta ahora por la presidenta, es más fácil que Julieta Venegas se ponga bajo mi ventana y me dedique una serenata en la próxima noche de luna llena.
Es decir, hoy mismo. Porque, en el Brasil actual, las próximas noches de luna llena son imprevisibles.

EL PATRON DE LA VEREDA "Mauricio Macri toda la vida ha sido un turbio

Fernández, en diálogo por Nacional Rock, recordó que “en los '80 cuando eran dueños de SOCMA se quedaron con cientos de millones de dólares de seguros de cambio”.
Además, el jefe de Gabinete señaló que Macri, en aquella época, “estuvo con el contrabando agravado de autos que fue despejado por una Corte automática menemista que convalidó un delito tributario con uno penal".
En este sentido, Fernández agregó que “después tuvo escuchas a la oposición, a la gente de AMIA y a su propio cuñado; la UCEP que le pegaba a los viejos, a las mujeres embarazadas, a los pibes para sacarlos de las calles".
Y agregó: "El alquiler de Buenos Aires Design a 145 mil pesos. ¿Qué más querés que te cuente?".
En tanto, sobre el patrimonio de Máximo Kirchner y la publicación este sábado en la tapa de Clarín, el jefe de Gabinete dijo que “es un sinsentido, porque solo quieren agraviar, no tiene otra razón de ser”.
"Es una berreteada de las tantas a las que nos van a someter en todos estos días porque el agravio a la Presidenta y su familia es una de sus vocaciones más importantes", recalcó.

CFK en la ONU por la igualdad de género



"Aún aquellas que ocupamos un alto grado en la primer magistratura del país, las criticas que recibimos no son críticas políticas sino criticas sexistas”, señaló Cristina en la reunión de la que también participaron la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, y la premier alemana, Ángela Merkel.
“Soñar con la igualdad de género en un país inequitativo, con grandes brecha sociales, es simplemente retórica o ilusión”, advirtió la jeda de Estado durante su breve intervención en la Reunión de Líderes Mundiales sobre Igualdad de Género y Empoderamiento de la Mujer, realizada esta mañana en la sede del organismo bajo la conducción del presidente de China, Xi Jinping.
La presidenta, antecedida por su par brasileña, aprovechó los tres minutos de discurso brindados a cada mandatario para destacar las políticas de inclusión social desplegadas por su gobierno durante la última década, y remarcó la necesidad de terminar con la “discriminación cultural” contra las mujeres.
"Quiero hacer un firme llamado a los corazones y a las mentes para derrumbar tabúes y prejuicios respecto de nosotras y que las críticas que recibamos sean exactamente del mismo tenor que las que reciben ustedes los hombres, que no tengan que ver con nuestro sexo”, subrayó Cristina ante otros pares como el presidente de Francia, Francois Hollande; su par de México, Enrique Peña Nieto; y el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon.
Asimismo, instó a “romper fronteras estructurales que han considerado a la mujer durante siglos un ser inferior o menos inteligente que los hombres” y pidió promover políticas de género “destinadas a la cultura”.
“Que empoderar a la mujer no sea solamente una cuestión de obligación por firmar convenciones, sino que sea la profunda convicción en el corazón de los hombre y aún de las propias mujeres que muchas veces nos discriminamos entre nosotras”, agregó. “Esa debe ser la lucha y las mujeres debemos encararla con mayor fuerza”.
Una vez concluida su intervención, la jefa de Estado regresó al hotel Mandarin, ubicado frente al Central Park de Manhattan, en la zona conocida como Columbus Circle, donde se hospeda desde ayer por la mañana cuando arribó a esta ciudad procedente de Buenos Aires acompañada por el Canciller, Héctor Timerman; el secretario Legal y Técnico de la Presidencia, Carlos Zannini; y el titular de la Agencia Federal de Inteligencia, Oscar Parrilli.
En Nueva York se unieron a la comitiva la embajadora argentina en Washington, Cecilia Nahón; la titular de la misión ante la ONU, Marita Perceval; y desde hoy a la mañana se incorporó el ministro de Economía y Finanzas, Axel Kicillof.