jueves, 27 de febrero de 2014

Informe sobre la actualidad latinoamericana

Jimmy Page/Jeff Beck/Eric Clapton-Stairway to Heaven

deep purple & led zeppelin & eric clapton & london shymphony orchestra -...

Santana & Clapton - Jingo

Samba Pa Ti - Santana (Live in Mexico)

Oro negro, delantales blancos

Por Mario Wainfeld
Los partidos sin hinchada visitante son un escarnio del fútbol local. Adoptemos, todo modo, esa escena como imagen para hablar de política. Cuando el gobierno argentino expropió a Repsol, el partido en España se jugó con las tribunas locales a pleno y cero tribuna visitante. El oficialista Partido Popular, el opositor PSOE, medios de derecha como El Mundo o de seudoizquierda como El País aguantaron los trapos de la mayor multinacional hispana. Bramaron contra la Argentina, el peronismo, su lejano general fundador, Cristina Kirchner y el odiado “populismo”.
En la Argentina fue diferente. La mayoría del arco político con representación parlamentaria votó a favor de la ley, pero hubo una fuerza de derecha (PRO) que la objetó. Radicales de la peor tradición alvearista hicieron número por la divisa española. Si hablamos de “formadores de opinión” o de economistas, las proporciones a favor del visitante fueron más elevadas. Corearon, con fervor barrabrava, consignas impropias. Denunciaron “confiscación”, prohibida por la Carta Magna, sin admitir que la norma hablaba de la expropiación, perfectamente lícita.
La Argentina siguió adelante con la reestatización de YPF. El acuerdo dado a conocer anteayer no quiebra su línea institucional, ni contraviene la ley. Al contrario.
El objetivo del pacto también estaba escrito desde el vamos. Así se escribió en este diario desde el principio. Harían falta inversiones extranjeras para recuperar la soberanía hidrocarburífera. Se trataría, claro, de empresas “con espalda”, multinacionales también. Pero no de un exótico (casi único) megaconglomerado de un país sin petróleo (eso es Repsol) manejando a su antojo las concesiones, sino de inversores controlados por un gobierno atento al interés nacional. Algunos, como Chevron, se arriesgaron a venir afrontando el riesgo de pleitos ulteriores de Repsol. Otros, como la mexicana Pemex, optaron por promover un cierre pactado entre YPF y Repsol. Otros están en lista de espera muy prestos a ingresar según aseguran en torno del CEO de YPF, Miguel Galuccio.
Contra lo que reza la vulgata dominante, lo ocurrido no es un viraje. El nuestro es un país capitalista, cuya actual gestión emprendió el arduo camino de defender el patrimonio de los argentinos, pulsear fuerte por el quantum de la deuda externa, ir pagándola y desendeudarse.
En ese itinerario se inscribe el anuncio realizado anteayer por el ministro de Economía, Axel Kicillof, que deberá ser convalidado por el Congreso.
- - -
Los primeros avances: En casi once años la política energética fue variando (lo que es inevitable), combinando aciertos y errores. Revivir a YPF fue retomar, no sin riesgos, la mejor tradición de las fuerzas nacional populares. Algunos estadios intermedios pecaron de incongruencia y de ineficacia. El déficit energético se debe a una mezcla de consecuencias del crecimiento, conducta depredadora de los concesionarios y traspiés del Gobierno.
El camino, adecuado, no está exento de ripios. Los logros en el corto plazo fueron bien descriptos ayer en Página/12 por Alfredo Zaiat y Raúl Dellatorre, a quienes se remite. En el momento actual crecen las perspectivas de exploración de Vaca Muerta, que es una de las mayores apuestas a futuro de la economía doméstica.
Un punto interesante, del que hablan pocos los expertos –gurúes de la “opo” y la “Corpo”– es la importancia que va cobrando la actividad energética en las provincias, socias de la remozada YPF. Cualquier conversación con un gobernador de esos territorios hace centro en el potencial futuro y aun el de estos momentos. Vaya un ejemplo de muestra: en Mendoza, que no es de las más ricas en ese aspecto, la actividad petrolera representa alrededor del 25 por ciento del producto bruto geográfico mientras la vitivinícola (un clásico) no llega al 15 por ciento.
En el corto plazo, que no coincide cabalmente con lo que resta del mandato presidencial pero se le superpone, los afanes del oficialismo son seguir acrecentando la producción y disminuyendo el déficit sectorial. También acumular divisas que fortalezcan la posición fiscal. En el largo plazo, las ilusiones sensatas son mucho mayores.
- - -
Un Club de los grandes: Volvamos al itinerario del kirchnerismo. Primero negoció con firmeza impar el canje de deuda con acreedores privados. Aunque no se verbalizara, estaba en el sabó la reapertura para los holdouts cuando se hubiera corroborado que el país cumplía los compromisos. Se cumplió con la segunda ronda y también se exploró durante años cancelar la deuda con el Club de París, un selecto conjunto de poderosos países acreedores. Algunos tienen créditos irrisorios: el sistema fiscal francés necesita menos de media hora para recaudar lo que le debe la Argentina. Los guarismos de Alemania o Japón son más importantes, desde ya. Pero los socios del Club son “uno para todos y todos para uno”: tienen espíritu de cuerpo.
Regularizar esos compromisos integró siempre la agenda del oficialismo, con fluctuante grado de prioridad. En la actual coyuntura, sube unos peldaños.
El endeudamiento para inversiones productivas u obra de infraestructura no contradice los lineamientos esenciales del “modelo”. Es una herramienta entre tantas. El “momentum” internacional no es el ideal: un tiempo atrás la tasa de interés hubiera sido más amigable. La discusión sobre el timing de las medidas siempre está en el tapete y es pertinente. De nuevo, no hay inconsecuencia sino adecuaciones en la etapa más difícil del kirchnerismo.
- - -
La mesa sigue tendida: Un equipo económico más afiatado y profesional que el precedente juega en varios tableros. La cotización del dólar oficial parece sosegada, las reservas se sostienen, el tráfico del dólar ilegal da señales de desaliento. Claro que las personas del común no viven ni comen cotidianamente en “la macro”. Sus preocupaciones cotidianas concuerdan con las del Gobierno: la inflación, el valor adquisitivo del salario, las prospectivas para el año, los niveles de empleo, actividad o consumo. El Gobierno conoce esos desafíos, los enfrenta y prioriza. La inflación y las convenciones colectivas son ejes esenciales de los próximos meses.
La Paritaria Nacional Docente (PND) es muy peculiar. No debería ser un caso testigo para las del sector privado... pero funge de tal en el imaginario dominante. Las percepciones compartidas son hechos que en este caso agregan una dosis de tensión en la mesa de negociaciones. La fecha de la PND añade complicación, rezongan razonablemente las cinco representaciones nacionales gremiales.
En un escenario trabado, las dos reuniones que pasaron a cuarto intermedio fueron vistas con cierto alivio por las dos partes. En conversaciones informales ambas reconocen al otro un afán de no “patear la mesa” que no bastará para cerrar trato. Pero sí para demostrar que hay afán compartido de sostener una institución avanzada, cuyo funcionamiento ha perdido funcionalidad según pasaron los años.
Anteayer, en una reunión que llevó cinco horas, no hubo una nueva oferta oficial. El porcentaje sigue siendo el 22 por ciento, fragmentado en tres pagos. La mejora es un pago adicional, por cuenta de la Nación, de dos mil pesos para cada docente. Hay tironeo por el monto, claro, pero más por la imputación a presentismo que integra la oferta. Los sindicatos resisten que el ausentismo (que consideran tema digno de debatir) se sustancie de ese modo. El Gobierno no da la impresión de estar dispuesto a imputarlo de otro modo. El método de aplicación, como todo lo atinente a esta negociación, sería endiablado. El Estado nacional no es el empleador, entonces deberían ser las provincias las que mediaran e informaran sobre el presentismo del millón de trabajadores implicados.
Mantener el tenso diálogo es un esfuerzo compartido, que el lunes próximo llegará seguramente a su fin. El cuidado de las partes procuró evitar que llegara el 1º de marzo con las acciones que ambas partes tienen en reserva si no hay acuerdo: la resolución del Ministerio de Educación laudando, la huelga nacional de docentes, la conciliación obligatoria. Todas están latentes.
El consenso transitorio tiene un valor simbólico: impide que el conflicto estalle antes del discurso presidencial de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso. Cristina Fernández de Kirchner no es jamás una oradora protocolar, menos en esa ocasión y ámbito. Sus anuncios y consideraciones siempre inciden en la coyuntura. Esta vez lo hará en un contexto que tiene un ingrediente que halaga al kirchnerismo: el de un feriado con consumo y turismo a todo vapor. Claro que, en el otro platillo de la balanza, está la dificultad para conservar indicadores que son su blasón y que aspira a conservar.
En lo atinente a la PND, las mayores probabilidades son del tercer cierre consecutivo sin consenso. Una señal insatisfactoria, otro dato acerca de las complicaciones de los años recientes.
mwainfeld@pagina12.com.ar

San Martín, prócer de los descalzos Por Pedro Patzer Ilustración: Ricardo Carpani

La historia oficial, la que heredamos de Mitre, nos hizo creer que San Martín era un hombre de bronce, un prócer lejano. Y consagró su lucha a la inmovilidad de las estatuas y al amarillo de los manuales escolares. Correctos himnos y solemnes retratos lo hicieron santo del espada, antes que mostrarlo como un hombre rebelde: “Es cierto que tenemos que sufrir escasez de dinero, paralización del comercio y agricultura, arrostrar trabajo y ser superiores a todo género de fatigas y privaciones; pero todo es menos que volver a uncir el yugo pesado e ingenioso de la esclavitud” Lo conservadores vistieron a San Martín como un patriota ingenuo para ocultar su desnudez revolucionaria: “Me he consagrado ardientemente a la causa de la revolución. Ni mi salud valetudinaria, ni sacrificio alguno es capaz de arredrarme” Porque por más que insistan los solemnes señores, San Martín está ausente de los aristócratas institutos y de los aburridos museos, su espíritu está presente en la esperanza de los oprimidos, en los que sueñan la auténtica emancipación económica y cultural de la Patria Grande: “Mis promesas para con los pueblos en que he hecho la guerra están cumplidas: hacer su independencia y dejar a su voluntad la elección de sus gobiernos” San Martín vive en las pintadas que recuerdan a Kosteki y Santillán, en las ollas populares, en los libros y canciones que hacen un puente espiritual entre las patrias chicas, obras que nos ayudan a cruzar la cordillera del pensamiento colonizado y alcanzar el otro lado: el pensamiento libertador. “En el último rincón de la tierra en que me halle estaré pronto a sacrificar mi existencia por la libertad”

No busquen a San Martín en los cuarteles, búsquenlo en el amor del maestro que da clases en la villa: “Deseo que todos se ilustren en los sagrados libros que forman la esencia de los hombres libres”. No busquen a San Martín en los nacionalistas búsquenlo en los que sueñan un continente hermanado, una Patria Grande justa, sin olvidados: “Cada gota de sangre americana que se vierte por nuestros disgustos me llega al corazón” Busquen a San Martín en el espectro de Túpac Amaru, en la marcha de Guevara en la selva , en los sueños populares de Mariano Moreno, Yrigoyen y Perón, en el puño alzado de Evita, en la “canción con todos” de Tejada, en la pasión del Padre Mugica hallando al Dios del pobrerío, en la guitarra de Yupanqui, en la poesía de Discépolo y Manzi, en la pintura de Berni, en los trenes según María Elena Walsh. Escuchen a San Martín tarareando “Los Dinosaurios” de Charly García. Por favor, no se pierdan al San Martín que habita en el amor de la enfermera del hospital público, el San Martín que se puso el hombro la fábrica recuperada. No dejen de abrazar al San Martín que es el joven científico que trabaja para erradicar el chagas, o a la San Martín que pelea contra la trata de personas: “Para defender la Libertad se necesitan ciudadanos, no de café, sino de instrucción y elevación moral” Hablen con el San Martín que milita en barrios carenciados, ¿Acaso San Martín no fue también Claudio "Pocho" Lepratti, aquel “ángel de la bicicleta” asesinado en la crisis del 2001 por la policía santafecina?. Abrace al sabio San Martín que jamás blandiría la espada contra un hermano “El general San Martín jamás derramará la sangre de sus compatriotas, y sólo desenvainará la espada contra los enemigos de la independencia de Sud América”. Un San Martín que jamás humillaría a su patria y mucho menos ante la ambición extranjera: “pero lo que no puedo concebir es el que haya americanos que por un indigno espíritu de partido se unan al extranjero para humillar a su patria y reducirla a una condición peor que la que sufríamos en tiempos de la dominación española: una tal felonía ni el sepulcro la puede hacer desaparecer..."

Acérquense al San Martín que la oligarquía del pensamiento ha tratado de escondernos, aquel que decía: “Hace más ruido un sólo hombre gritando que cien mil que están callados” no se pierda al San Martín que arengaba a sus tropas: “La guerra se la tenemos que hacer como podamos: si no tenemos dinero; carne y tabaco no nos tiene que faltar. Cuando se acaben los vestuarios, nos vestiremos con la bayetilla que nos tejan nuestras mujeres y sino andaremos en pelotas como nuestros paisanos los indios, seamos libres y lo demás no importa”. Pídale consejos al San Martín anciano que por años manejó trenes o trabajó en la mina o fue tejedora, o fue médico de pueblo, pídale al San Martín que tuvo almacén por cincuenta años que les cuente cuántas veces le fío al vecino, sin especular con las tantas tragedias económicas del país “Al hombre honrado no le es permitido ser indiferente al sentimiento de la justicia” No crea que San Martín era hijo del diccionario de la real academia española, ya que el pueblo donde nació tiene nombre guaraní “Yapeyú” que según algunos significa: "el fruto que ha llegado a su tiempo" ¿Acaso el alma de San Martín haya sido ese fruto, eco de siglos de rebeliones que maduran en un hombre, destinado a cambiar la Historia? Yapeyú, río indígena que dio nombre al pueblo natal del libertador se parece a la sangre de este José de indios y criollos, este José de soldados y desamparados, este José de los próceres postergados de nuestra cultura: “He estado, estoy y estaré en la firme convicción de que toda la gratitud que se debe esperar de los pueblos en revolución, es solamente el que no sean ingratos” Por favor, cada vez que le vengan con las zonceras de siempre y le hagan creer que San Martín era un héroe almibarado, recuerde sus palabras: "En defensa de la patria todo es lícito menos dejarla perecer" San Martín no es un condenado a muerte en los fríos y grises monumentos, véalo al San Martín cuidando el cerro para que no lo envenene la minería o peleando para que el glifosato y la soja no hagan de la fértil tierra un inhóspito desierto. No considere a San Martín un cómodo exiliado en la Billiken, él no sólo habita las hermosas páginas de la liberación continental sino que vive en los actuales párrafos, hay un San Martín que combate al paco en los barrios, un San Martín que trabaja en los comedores comunitarios, un San Martín que a veces le cuesta llegar a fin de mes, pero jamás se lo escucha decir “este país de mierda”. “Para defender la causa de la independencia no se necesita otra cosa que orgullo nacional” .

Un San Martín que camina junto al chango que recorre doce kilómetros para ir a la escuela, hay un San Martín en el político que considera fundamental la unión Latinoamericana y no las relaciones carnales con el imperio. Hay un San Martín en el que alfabetiza porque en su corazón resuenan sus palabras: "La biblioteca destinada a la educación universal, es más poderosa que nuestros ejércitos" Hay un San Martín que sigue adelante pese a todo, sin culpar al otro: “Si hay victoria en vencer al enemigo; la hay mayor cuando el hombre se vence a si mismo" Un San Martín que nos enseña:"La conciencia es el mejor juez que tiene un hombre de bien", un San Martín que halla en Bol
ívar un hermano con la misma vocación emancipadora, y por eso, relega su gloria personal (ante las traiciones de Rivadavia y sus muchachos pro-ingleses) y se pone a las ordenes del prócer venezolano “No hay revolución sin revolucionarios, los revolucionarios de todo el mundo somos hermanos” Hay un San Martín tan lírico que se hizo protagonista de la Poesía de Neruda: “San Martín, otros Capitanes, fulguran más que tú ,llevan bordados/ sus pámpanos de sal fosforescentes ,otros hablan aun como cascadas,pero no hay uno como tu ,vestido./ De tierra y soledad, de nieve y trébol./ Te encontramos al retornar del río, te saludamos en forma agraria/ de la tucumanía florida, y en los caminos, a caballo te cruzamos/ corriendo y levantando tu vestidura, padre polvoriento./ Hoy el sol y la luna ,el viento grande maduran tu linaje/ tu sencilla composición, tu verdad era verdad de tierra/ arenoso amasijo estable como el pan, lamina fresca de greda/ y cereales... pampa pura.” un San Martín que se escapa de la hermética academia y marcha junto a los que día a día, en sus barrios, pueblos, trabajos, escuelas, hacen la Historia. “Yo no puedo ser sino un instrumento accidental de la justicia y un agente del destino”

Febrero 2014
www.pedropatzer.blogspot.com.ar