domingo, 27 de enero de 2019

VENEZUELA

EL MUNDO 25 de enero de 2019 Como mucho una protesta

Imagen: EFE
Duró poco la excitación de la derecha latinoamericana. Una vez más anunciaban la caída de Maduro, el fin del régimen bolivariano en Venezuela, la instalación, finalmente, del gobierno que duró pocos minutos en 2002. (En aquel momento la revista brasileña Veja alcanzó a dar su portada con la caída de Hugo Chávez.)
Gobernantes, medios, parlamentarios, casi todos se preparaban para comprar pasajes y partir hacia la Caracas liberada. En Brasil, un columnista de Folha de Sao Paulo aconsejaba a Maduro que se fugara mientras tuviera tiempo. En Davos, presidentes de derecha se reunían para sacar comunicados de reconocimiento del nuevo presidente de Venezuela. (Ninguno se dispuso a viajar directo a Caracas.)
Bastaba la autoproclamación del joven y desconocido parlamentario de derecha para que, de repente, mágicamente, Venezuela tuviera un nuevo gobierno! Inmediatamente recibió el reconocimiento de Trump y de su grupo de Lima (como un conjunto de  rock). En algunas ciudades salieron algunos a la calle saludando al gobierno poschavista.
Tardó poco la euforia. Luego de anunciar que Venezuela tenía un nuevo gobierno, las páginas de los diarios de derecha cambiaron los titulares, fueron desplazando la agenda hacia otros temas.
En Brasil, desmintiendo las declaraciones de Bolsonaro en Davos, el vicepresidente en ejercicio de la presidencia dijo que, en caso de que tomaran preso al tipo cuyo nombre no alcanzaba a pronunciar, como mucho harían una protesta. 
Y así se fue el breve presidente, sin pena ni gloria, después de sus 15 minutos de fama.

2019....BLAUSTEIN DIXIT.

El 2019 está cabrón

¿Al kirchnerismo se le acaba el tiempo?

¿Al kirchnerismo se le acaba el tiempo?
Una mirada más que severa sobre los límites que está mostrando el kirchnerismo de cara a las presidenciales, expresada desde dentro del propio kirchnerismo. Quién está en mejores condiciones de ganar votos en el célebre tercio de ciudadanos flotantes.
Soy un convencido que las elecciones del 2015 no las ganó el macrismo. Las perdimos nosotros. Son múltiples los ejemplos pero no es el sentido de estas líneas. De la misma forma las del 2019 no dependen tanto de Mauricio Macri y sus secuaces -más allá de tropelías, torpezas y barbaridades que realizan todos los días- sino de los (¿des?) aciertos nuestros en hacer lo correcto. Desde ese lugar se asienta mi pesimismo. En que no tenemos la inteligencia, madurez, capacidad o herramientas para acometer las tareas necesarias. A continuación, una sumatoria de situaciones que entiendo que robustecen mi afirmación. El orden no es de jerarquía o prelación. Simplemente fueron apareciendo al correr del teclado.
1.- La militancia y su (in)capacidad. El universo K de CABA es el más numeroso y mejor organizado. Más allá de crisis y retrocesos es manifiesta la dificultad para aprovechar esta virtud. No podemos dar la más importante batalla que se libra en la cabeza de los porteños: la cultural. No hemos querido,  podido, generar los materiales y las condiciones para debatir cabeza a cabeza con paciencia y serenidad las discusiones que la monstruosa maquinaria mediática instaló en estos años. El anquilosamiento del PJ porteño y la ausencia de estructuras en Unidad Ciudadana colaboraron con ello. Pero perdimos esa posibilidad. Que miles o centenares cada fin de semana salieran a las esquinas a contener con sabiduría las agresiones y transformarlas en  otra cosa -¿en neutralidad?- no fue, o no sería poco.
2.-El encierro en redes. Obviedad de la que todos somos testigos. Un video, documentos, una declaración,  audio, programa, chiste, etc. etc. nos aparece a las 8 de la mañana. Se repite al mediodía. A la tarde aparece otra vez. A la noche nos manda a dormir. Enviado por variedad de compañeres y amigues: el whatsapp se ha convertido en una temible herramienta de encierro y aislamiento donde sólo hablamos entre nosotros. Donde no captamos una maldita nueva relación. O sea una posibilidad nueva de voto. Y lo que es peor, ha achicado nuestro lenguaje haciéndolo más rústico, sectario, ideologizado, repleto de frases hechas y vivas a Perón, Evita, Néstor y Cristina. Muy justas pero reiterativas. Y los LOMJE, HLVS, etc., tan conmovedores cuando marchamos a Ezeiza o en los actos por Trelew, hoy sólo dan cuenta de nuestra edad y capacidad de reiteración.
3.- La ausencia de conducción. No haré ejercicio de obsecuencia hacia CFK para decir lo siguiente. La ausencia efectiva y cotidiana de una conducción estratégica dificulta la tarea. Acumula exceso de interpretaciones. Hace perder tiempo en especulaciones. Y nos hace desgastar en estupideces. La ex Presidenta se ha entrevistado con cantidad de dirigentes y cuadros de todas las tendencias cuya difusión hubiese sido trascendente. La falta de definiciones puntuales sobre temas trascendentes también entorpece la tarea. La ausencia de una Mesa Federal del universo K tampoco ayuda. Por suerte los PJ de Nación y la provincia de Buenos Aires llevan relativamente bien su cometido. En el caso de CABA el silencio de las autoridades es estruendoso. Pagaremos cara esta ausencia. A los 100 años de la Semana Trágica nuestro PJ-CABA no dijo nada. Como dijo Carlos Tomada no se le pueden pedir peras a Juan Manuel Olmos. Para no hablar de las ausencias sonoras en los ruidazos, las marchas por el cierre de las escuelas nocturnas, otros etc.
4.-Por qué perdimos. Nos agarramos (mal) de lenguajes de la izquierda para evitar la verdad: “¡Que autocrítica ni autocrítica!”, vociferamos para enfrentar la pregunta: por qué perdimos. Insisto. No ganaron ellos, perdimos nosotros. ¿Cuántas razones juntamos? ¿Estamos de acuerdo en esas razones? ¿Hasta dónde llegamos? Lo que es peor: ¿podemos interpelar a la sociedad con ese puñado de razones? ¿Alcanza con eso? ¿Con eso damos vuelta los votos del 2007 y del 2011 que se nos fueron? ¿O no queremos saber que esos que nos votaron después votaron a Macri? ¿O todo depende de los horrores que siga desatando Cambiemos? Triste futuro si es así.
  1. -La ausencia de un discurso y una masa crítica para debatir. Es un poco consecuencia de todo lo anterior. El encierro no refresca la mente. Si no tratamos el tema de la corrupción -con cualquiera de las interpretaciones posibles-, si no lo explicitamos y lo ponemos sobre la mesa no ganamos nuevos votos. Lo mismo pasa con el problema de la seguridad, ausente en nuestra agenda. Son los temas con los que ellos se vienen, larga y eficazmente preparados. Aparte de sus trolls y y fake news. NO ESTAMOS PREPARADOS PARA ESO.
6.- El desconocimiento del fenómeno macrista. Han pasado  tres años y no pareciera que tuviéramos una cabal comprensión de ello. Sino lo entendemos no podremos neutralizarlo. Ni ganar las elecciones.  En las redes -salvo  muy buenas y contadas excepciones- sólo se leen puteadas a sus votantes. Mucho mejor si son de clase media. Algunas de dudoso gusto. Doy fe que mi hermano Eduardo es una inteligente excepción, a veces con mucho humor. La tarea a realizar es ímproba.
7.-La pérdida no definitiva de la batalla cultural. Perdimos la 125. Ellos fueron el campo y la Patria. Ganamos la Ley de Medios. No lograron instalar el zócalo de “La Ley de Medios K”. Hoy asistimos azorados a cómo se acepta que las tarifas estaban bajas o el “se robaron todo” sin saber responder nada. La ausencia de una organización (palabra maldita) política conspira contra ello. Déficit de nuestro gobierno y su continuidad. No hay una sola forma de plantear esta resolución. Es tan tonto el que se pasa 8 horas frente a la PC como el melanco que clama por paredones, tiza y carbón.
8.-El bloqueo mediático. Es rigurosamente cierto. Pero lo usamos también para justificarnos. No puede ser invocado como única causa. Desde el 2011 cometimos la tremenda  torpeza de no ir a los canales de ellos. Todo el tiempo regalamos ese espacio siendo que hubo honradas excepciones que demostraron que se podía ganar por puntos y también por knockout: Daniel Filmus, Horacio González, Ricardo Forster, Aníbal Fernández, Edgardo Depetris y a veces los Moyano entre otros  fueron demostración de ello.
9.- ¿Y nosotros qué? Tuvimos dos diarios. Más otro semanal, Miradas al Sur. Radio de las  Madres, Rebelde, Cooperativa, la 750, Del Plata, y la 710 en su porción de programación. Más Radio América. Algunos de “nuestros” empresarios dieron, dan,  verguenza. ¡Seis radios AM! Nunca en la oposición se tuvo tanto. Otra vez: falta de conducción política. No podemos echarle la culpa al bloqueo con este potencial mediático.

10.- CGT y movimientos sociales. Tema delicado. Pero que no podemos soslayar. Como la derecha y la izquierda pegan no podemos hablar. Otra vez regalamos espacio. Pero sabemos lo que sabemos. Y lo puteamos a Tognetti porque los putea. Y a Feimann por hdp.
Habrá más. O no. Lo cierto es que si no modificamos buena parte de o todos estos comportamientos el 2019 está cabrón, como dicen los mexicanos. Última consideración. Creo que nuestro tercio tiene perfiles más cerrados, más contundentes. El tercio de ellos puede ser más laxo en sus fronteras. Quiero decir que el tercio macrista irradia mejor que el nuestro. Esto hace aún más difícil la tarea para disputar el tercio del medio.
Todo está para ser debatido. Hay tiempo. Pero no es infinito.

AÑO 1976 - ARGENTINA

EE.UU-VENEZUELA-PETROLEO

Venezuela en el centro de la mira de Estados Unidos


AGENCIA PACO URONDO-VENEZUELA HOY.

"No hay que sumarse a esta locura, mañana Estados Unidos podría poner un presidente en la Argentina"

El diputado de Venezuela, Saúl Ortega Campos, dialogó con la prensa argentina y habló sobre el intervencionismo norteamericano que sufre su país y señaló: "Estados Unidos ha decidido dar un golpe de estado en Venezuela. Tenemos la fuerza para enfrentar esta canallada".

"Exigimos que se respete la soberanía del pueblo venezolano"

Los organismos de derechos humanos se expresaron sobre la situación que vive Venezuela. "Cualquier injerencia en este sentido es inaceptable, de allí la responsabilidad que cabe a funcionarios, dirigentes y medios de comunicación a la hora de informar y opinar al respecto", señalaron. 

EL PAÍS 26 de enero de 2019 Al FMI no le gustan las urnas alergia electoral

Las autoridades del Fondo reconocieron que están preocupadas por el resultado de los próximos comicios y cómo podría incidir en el futuro del ajuste y las “reformas estructurales”, que el Gobierno les prometió a cambio del rescate P/2/3
Ni la inflación record ni el desempleo en ascenso. Tampoco la fuga de capitales o la parálisis industrial. Al Fondo Monetario Internacional le preocupan las elecciones. Las autoridades del organismo multilateral alertaron ayer que el resultado de los comicios “podría reducir el apetito de reforma”. Después de comprometer más de 28.000 millones de dólares para frenar la corrida cambiaria y despejar el riesgo de default, el FMI sostiene que la “incertidumbre relacionada con las elecciones” es el principal riesgo interno para Argentina. Los próximos desembolsos del Fondo no sólo están sujetos al cumplimiento del plan de ajuste fiscal y contracción monetaria sino también a la implementación de un conjunto de “reformas estructurales” que forman parte de la agenda permanente del prestamista. Por eso, aunque los informes redactados desde Washington DC celebran la implementación del programa de austeridad, las autoridades del organismo temen que una derrota electoral de Cambiemos bloquee la reforma del sistema previsional o la reforma laboral. 
Las advertencias fueron realizadas ayer por el responsable del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner. “En Argentina, las elecciones generales que se realizarán en 2019 podrían reducir el apetito de reforma”, expresó el economista en un artículo que fue publicado en el blog Diálogo a Fondo. Las inquietudes de Werner con el resultado de las elecciones no alteraron sus proyecciones para el país. Al difundir su revisión para los pronósticos de los países latinoamericanos, el directivo del Fondo reiteró que Argentina finalizará 2019 con una caída en el nivel de actividad de 1,7 por ciento. La recuperación llegaría en 2020 cuando esperan que el PIB crezca 2,7 por ciento. 

Ni la inflación record ni el desempleo en ascenso. Tampoco la fuga de capitales o la parálisis industrial. Al Fondo Monetario Internacional le preocupan las elecciones. Las autoridades del organismo multilateral alertaron ayer que el resultado de los comicios “podría reducir el apetito de reforma”. Después de comprometer más de 28.000 millones de dólares para frenar la corrida cambiaria y despejar el riesgo de default, el FMI sostiene que la “incertidumbre relacionada con las elecciones” es el principal riesgo interno para Argentina. Los próximos desembolsos del Fondo no sólo están sujetos al cumplimiento del plan de ajuste fiscal y contracción monetaria sino también a la implementación de un conjunto de “reformas estructurales” que forman parte de la agenda permanente del prestamista. Por eso, aunque los informes redactados desde Washington DC celebran la implementación del programa de austeridad, las autoridades del organismo temen que una derrota electoral de Cambiemos bloquee la reforma del sistema previsional o la reforma laboral. 
Las advertencias fueron realizadas ayer por el responsable del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner. “En Argentina, las elecciones generales que se realizarán en 2019 podrían reducir el apetito de reforma”, expresó el economista en un artículo que fue publicado en el blog Diálogo a Fondo. Las inquietudes de Werner con el resultado de las elecciones no alteraron sus proyecciones para el país. Al difundir su revisión para los pronósticos de los países latinoamericanos, el directivo del Fondo reiteró que Argentina finalizará 2019 con una caída en el nivel de actividad de 1,7 por ciento. La recuperación llegaría en 2020 cuando esperan que el PIB crezca 2,7 por ciento. 
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“Donde vemos el efecto de la incertidumbre política sobre las perspectivas de la economía argentina es, básicamente, en la medida que los inversionistas tienen que ver qué pasará a largo plazo”, explicó Werner durante una conferencia de prensa que tuvo lugar en la sede del FMI. “En las economías emergentes, un cambio importante en la dirección de la política económica siempre ha sido un riesgo considerable. Cuál será el marco de política que va a regir en la Argentina a partir del 2020 va a ser muy importante para una persona que quiera invertir para la próxima década”, consideró el economista. Desde su perspectiva el combo de austeridad, desregulación, apertura y flexibilización alcanza para recuperar la confianza de los mercados e impulsar un ciclo de crecimiento basado en la inversión. Expresa la misma lógica que acompañó el anuncio de la frustrada lluvia de inversiones. La evidencia histórica revela, en cambio, que las empresas locales o extranjeras sólo realizan desembolsos de capital cuando esperan un incremento de la demanda.
“El plan de estabilización del gobierno ayudó a atenuar las turbulencias financieras y estabilizar el tipo de cambio”, expresó Werner. Aunque la inflación alcanzó en 2018 su mayor marca en 27 años desde el Fondo consideran que el programa de austeridad será acompañado por una lenta reducción en los aumentos de precios que redundará en una mejora del poder adquisitivo. “La inflación y las expectativas de inflación se encuentran en una tendencia descendente desde octubre, y todo indica que seguirían disminuyendo lentamente en 2019. Esto permitiría una reducción gradual de la tasa de interés que, combinada con un aumento del salario real y de las exportaciones, generaría una recuperación de la actividad económica a partir del segundo trimestre de 2019”, consideró el jefe del Departamento para el Hemisferio Occidental. En la lógica del organismo, el aumento en los salarios reales no llegaría por las paritarias sino por menores aumentos de precios. A ese combo, el FMI suma una baja en las tasas y el aumento en las exportaciones para alcanzar “una recuperación a partir del segundo trimestre”. 
El organismo espera, además, que el programa neoliberal anunciado por Jair Bolsonaro para Brasil impulse el crecimiento. Por eso, elevó de 2,4 a 2,5 por ciento sus proyecciones para el país vecino en 2019. “El programa de reforma favorable a los mercados del nuevo gobierno ayudó a impulsar la confianza de las empresas y a mejorar las perspectivas de crecimiento a corto plazo. Se proyecta que el crecimiento supere el 2 por ciento en 2019 y 2020 por primera vez desde 2013”, sostiene el informe elaborado por Werner. 
Pero el FMI no discrimina. Aunque no oculta su entusiasmo con Bolsonaro, el organismo advierte que “la confianza del mercado podría deteriorarse en caso de que no avancen la reforma de las pensiones o la consolidación fiscal”. La preocupación de Werner es que “la fragmentación del Congreso podría crear obstáculos para la ejecución del ambicioso programa de reforma estructural. De continuar, la incertidumbre política podría desalentar las inversiones en el futuro y socavar las perspectivas de crecimiento de la región”. 
@tomaslukin