Las autoridades del Fondo reconocieron que están preocupadas por el resultado de los próximos comicios y cómo podría incidir en el futuro del ajuste y las “reformas estructurales”, que el Gobierno les prometió a cambio del rescate P/2/3
Ni la inflación record ni el desempleo en ascenso. Tampoco la fuga de capitales o la parálisis industrial. Al Fondo Monetario Internacional le preocupan las elecciones. Las autoridades del organismo multilateral alertaron ayer que el resultado de los comicios “podría reducir el apetito de reforma”. Después de comprometer más de 28.000 millones de dólares para frenar la corrida cambiaria y despejar el riesgo de default, el FMI sostiene que la “incertidumbre relacionada con las elecciones” es el principal riesgo interno para Argentina. Los próximos desembolsos del Fondo no sólo están sujetos al cumplimiento del plan de ajuste fiscal y contracción monetaria sino también a la implementación de un conjunto de “reformas estructurales” que forman parte de la agenda permanente del prestamista. Por eso, aunque los informes redactados desde Washington DC celebran la implementación del programa de austeridad, las autoridades del organismo temen que una derrota electoral de Cambiemos bloquee la reforma del sistema previsional o la reforma laboral.
Las advertencias fueron realizadas ayer por el responsable del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner. “En Argentina, las elecciones generales que se realizarán en 2019 podrían reducir el apetito de reforma”, expresó el economista en un artículo que fue publicado en el blog Diálogo a Fondo. Las inquietudes de Werner con el resultado de las elecciones no alteraron sus proyecciones para el país. Al difundir su revisión para los pronósticos de los países latinoamericanos, el directivo del Fondo reiteró que Argentina finalizará 2019 con una caída en el nivel de actividad de 1,7 por ciento. La recuperación llegaría en 2020 cuando esperan que el PIB crezca 2,7 por ciento.
Ni la inflación record ni el desempleo en ascenso. Tampoco la fuga de capitales o la parálisis industrial. Al Fondo Monetario Internacional le preocupan las elecciones. Las autoridades del organismo multilateral alertaron ayer que el resultado de los comicios “podría reducir el apetito de reforma”. Después de comprometer más de 28.000 millones de dólares para frenar la corrida cambiaria y despejar el riesgo de default, el FMI sostiene que la “incertidumbre relacionada con las elecciones” es el principal riesgo interno para Argentina. Los próximos desembolsos del Fondo no sólo están sujetos al cumplimiento del plan de ajuste fiscal y contracción monetaria sino también a la implementación de un conjunto de “reformas estructurales” que forman parte de la agenda permanente del prestamista. Por eso, aunque los informes redactados desde Washington DC celebran la implementación del programa de austeridad, las autoridades del organismo temen que una derrota electoral de Cambiemos bloquee la reforma del sistema previsional o la reforma laboral.
Las advertencias fueron realizadas ayer por el responsable del Departamento para el Hemisferio Occidental del FMI, Alejandro Werner. “En Argentina, las elecciones generales que se realizarán en 2019 podrían reducir el apetito de reforma”, expresó el economista en un artículo que fue publicado en el blog Diálogo a Fondo. Las inquietudes de Werner con el resultado de las elecciones no alteraron sus proyecciones para el país. Al difundir su revisión para los pronósticos de los países latinoamericanos, el directivo del Fondo reiteró que Argentina finalizará 2019 con una caída en el nivel de actividad de 1,7 por ciento. La recuperación llegaría en 2020 cuando esperan que el PIB crezca 2,7 por ciento.
“Donde vemos el efecto de la incertidumbre política sobre las perspectivas de la economía argentina es, básicamente, en la medida que los inversionistas tienen que ver qué pasará a largo plazo”, explicó Werner durante una conferencia de prensa que tuvo lugar en la sede del FMI. “En las economías emergentes, un cambio importante en la dirección de la política económica siempre ha sido un riesgo considerable. Cuál será el marco de política que va a regir en la Argentina a partir del 2020 va a ser muy importante para una persona que quiera invertir para la próxima década”, consideró el economista. Desde su perspectiva el combo de austeridad, desregulación, apertura y flexibilización alcanza para recuperar la confianza de los mercados e impulsar un ciclo de crecimiento basado en la inversión. Expresa la misma lógica que acompañó el anuncio de la frustrada lluvia de inversiones. La evidencia histórica revela, en cambio, que las empresas locales o extranjeras sólo realizan desembolsos de capital cuando esperan un incremento de la demanda.
“El plan de estabilización del gobierno ayudó a atenuar las turbulencias financieras y estabilizar el tipo de cambio”, expresó Werner. Aunque la inflación alcanzó en 2018 su mayor marca en 27 años desde el Fondo consideran que el programa de austeridad será acompañado por una lenta reducción en los aumentos de precios que redundará en una mejora del poder adquisitivo. “La inflación y las expectativas de inflación se encuentran en una tendencia descendente desde octubre, y todo indica que seguirían disminuyendo lentamente en 2019. Esto permitiría una reducción gradual de la tasa de interés que, combinada con un aumento del salario real y de las exportaciones, generaría una recuperación de la actividad económica a partir del segundo trimestre de 2019”, consideró el jefe del Departamento para el Hemisferio Occidental. En la lógica del organismo, el aumento en los salarios reales no llegaría por las paritarias sino por menores aumentos de precios. A ese combo, el FMI suma una baja en las tasas y el aumento en las exportaciones para alcanzar “una recuperación a partir del segundo trimestre”.
El organismo espera, además, que el programa neoliberal anunciado por Jair Bolsonaro para Brasil impulse el crecimiento. Por eso, elevó de 2,4 a 2,5 por ciento sus proyecciones para el país vecino en 2019. “El programa de reforma favorable a los mercados del nuevo gobierno ayudó a impulsar la confianza de las empresas y a mejorar las perspectivas de crecimiento a corto plazo. Se proyecta que el crecimiento supere el 2 por ciento en 2019 y 2020 por primera vez desde 2013”, sostiene el informe elaborado por Werner.
Pero el FMI no discrimina. Aunque no oculta su entusiasmo con Bolsonaro, el organismo advierte que “la confianza del mercado podría deteriorarse en caso de que no avancen la reforma de las pensiones o la consolidación fiscal”. La preocupación de Werner es que “la fragmentación del Congreso podría crear obstáculos para la ejecución del ambicioso programa de reforma estructural. De continuar, la incertidumbre política podría desalentar las inversiones en el futuro y socavar las perspectivas de crecimiento de la región”.
@tomaslukin
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