Hoy España, o, lo que no es lo msimo, el pueblo español entró en recesión.
El ajuste en salud y educación llega ya a 33.600 millones de euros.
La deuda pública y privada a 3,8 billones de euros.
Se construyeron 27 millones de viviendas para 17millones de familias, burbuja inmobiliaria que le dicen.
Su ex-presidentes y ex-ministros ocupan cargos en las mismas empresas multinacionales que originaron este caos económico para su pueblo.
25% de desocupados, el 50% de ellos jóvenes hasta 25 años.
Salvataje definen el FMI, el Banco Mundial, La Unión Europea "alemana"...
España ya forma parte de los pigs (cerdos) según estos organismo supranacionales que anularon al Estado y a la Nación española.
La sigla obedece a los países marginados del mundo capitalista a no ser que cumplan cn las directivas del mundo financiero: Portugal, Irlanda, Grecia, Spain, pigs...
El PARTIDO POPULAR( vaya nombre para un partido de la ultraderecha neoliberal ) y su cómplice, el "opositor" Partido Socialista Obrero español aún no salen de su asombro cuando el FMI, y el G 20 les dicen que el problema entre la empresa REPSOL y el Estado argentino, es eso, un problema bilateral.
No comment.
"Van a tener que hacer algo con el caso de España, es una economía grnade y sus bancos están bajo el agua". Simon Tilfor economista del Center for European Reform.
Y desde aquí seguimos esperando las imágenes con las plazas multitudinarias de indignados defendiendo al gobierno español y a REPSOL; como ocurrió hace apenas unos meses cuando la crisis ni siquiera se mostraba tan cruel como lo hará a partir de hoy.
GB
lunes, 23 de abril de 2012
domingo, 22 de abril de 2012
EL MUNDO SE BATIRA POR LA POSECION DEL PETROLEO: LENIN.
"La Cámara de Diputados se abocó al tratamiento del nuevo régimen legal en prolongados debates, de julio a setiembre de 1927.
Como el tema fuera traído en forma de despachos referidos a proyectos presentados en 1925 y 1926, los diputados yrigoyenistas anticiparon su desición de encuadrarlo en dos aspectos definitorios: considerara el petróleo un bien privado de la ación, y conceder su explotación en forma exclusiva al Estado nacional.
El proyecto con las proposiciones finales del yrigoyenismo, en la sesión del 3 de agosto decía lo siguiente: establecía la nacionalización de las minas; exploración, explotación y medios anexos de transporte marítimo, terrestre y fluvial a cargo exclusivo del Estado; expropiación de concesioens dadas a particualres por la Nación o las provincias; prohibición de la exportación de petróleo.
Contribuyamos a ahcer autónoma a la República de estas dos grandes organizaciones financiera: la Standard Oil y la Anglo Persian, hay quienes quieren ver esta Nación reformada de arriba a abajo, hay quienes quieren contemplar a la luz de los principios nuevos, el régimen jurídico, político, y económico del Estado argentino.
Hay fuerza popular, que es la nuestra, incontrastable, todopoderosa, que no cejará, que bregará, que luchará de todos modos para que la entraña de la patria no se desgarre en manos del mercader extranjero." Diputado nacional radical yrigoyenista, Diego Luis Molinari.
Asociarse con el trust exranjero para extraer nuestro petróleo es contrario al interés nacional y es mantener latente un grave peligro, que puede herir además de la economía argentina, su propia soberanía y comprometer su tranquilidad nacional.
Diputado nacional, radical yrigoyenista, Jorge Raúl Rodríguez.
Congreso del año 27 se le llamará a éste, como al de Tucumán se le llamó del año 16.
Allí se juró la libertad política; aquí habremos de defender la soberanía que de allí nos viene, y además, habremos de afianzar nuestra independencia económica, la única que yo conozco.
Diputado nacional , radical yrigoyenista, Raúl Oyhanarte.
El monopolio que nosotros proponemos, este monopolio del nuevo estado industrial, nace en virtud de esa tendencia económica, política y filosófica que lleva a poner en manos del Estado las grandes industrias y los grandes servicios para atemperar, en cierta manera , los efectos del capitalismo y de la lucha de clases.
Diputado nacional, radical yrigoyenista, Alcides Greca.
Los conservadores, antipersonalistas y socialistas planteaban:
Abramos las puertas al capital extranjero, que venga a pleno y vigoroso representando diversas naciones del mundo, que ellas contribuirán a la defensa nacional; al cuidar sus propios intereses han de cuidar los nuestros, mancomunados por la solidaridad de aspiraciones idénticas.
El socialismo a través de su diputado Enrique Dickman dirá: El Estado es un mal propietario, el Estado es un peor industrial, el Estado es un pésimo comerciante.
Y Nicolás Repetto, también socialista : Este monopolio a la criolla del petróleo argentino, que pretende también atribuirse el comercio del petróleo y de los derivados, sería una obra fantástica que podría conducirnos a las peores consecuencias.
La ley de 1927 había despejado el horizonte par quienes ansiaban resguardar el petróleo en manos exclusivamente argentinas. Aventó el peligro de las sociedades mixtas prohijadas por la bancada antipersonalista de acuerdo al pensamiento oficial alvearista, y estableció además, el monopolio de los medios de transporte.
La no expropiación de los yacimientos concedidos a empresas privadas fue consecuencia de la magra mayoría yrigoyenista en la Cámara, y al retiro del apoyo socialista independiente a la tesis expropiatoria, sin lo cual no podía alzanzarse la mayoría definitiva dentro del cuerpo.
Ante la opción de conseguir la nacionalziación como principio, o nada, el yrigotenismo sacrificó esa parte. No sin que lo advirtiera en otro momento el diputado Jorge Raúl Rodríguez al predecir maniobras represivas de las empresas extranjeras.: Si les conviene a los trusts no producir, será el caso de que el Congreso sancione nuestra excelente proposición de expropiarlas, que ehmos retirado temporariamente, pero que podrá la Cámara retomar en cualquier momento en defensa de los altos intereses del país.
FUENTE: REVISTA TODO ES HISTORIA, NOVIEMBRE DE 1974, LUIS C. ALEN LASCANO.
Prof GB
Como el tema fuera traído en forma de despachos referidos a proyectos presentados en 1925 y 1926, los diputados yrigoyenistas anticiparon su desición de encuadrarlo en dos aspectos definitorios: considerara el petróleo un bien privado de la ación, y conceder su explotación en forma exclusiva al Estado nacional.
El proyecto con las proposiciones finales del yrigoyenismo, en la sesión del 3 de agosto decía lo siguiente: establecía la nacionalización de las minas; exploración, explotación y medios anexos de transporte marítimo, terrestre y fluvial a cargo exclusivo del Estado; expropiación de concesioens dadas a particualres por la Nación o las provincias; prohibición de la exportación de petróleo.
Contribuyamos a ahcer autónoma a la República de estas dos grandes organizaciones financiera: la Standard Oil y la Anglo Persian, hay quienes quieren ver esta Nación reformada de arriba a abajo, hay quienes quieren contemplar a la luz de los principios nuevos, el régimen jurídico, político, y económico del Estado argentino.
Hay fuerza popular, que es la nuestra, incontrastable, todopoderosa, que no cejará, que bregará, que luchará de todos modos para que la entraña de la patria no se desgarre en manos del mercader extranjero." Diputado nacional radical yrigoyenista, Diego Luis Molinari.
Asociarse con el trust exranjero para extraer nuestro petróleo es contrario al interés nacional y es mantener latente un grave peligro, que puede herir además de la economía argentina, su propia soberanía y comprometer su tranquilidad nacional.
Diputado nacional, radical yrigoyenista, Jorge Raúl Rodríguez.
Congreso del año 27 se le llamará a éste, como al de Tucumán se le llamó del año 16.
Allí se juró la libertad política; aquí habremos de defender la soberanía que de allí nos viene, y además, habremos de afianzar nuestra independencia económica, la única que yo conozco.
Diputado nacional , radical yrigoyenista, Raúl Oyhanarte.
El monopolio que nosotros proponemos, este monopolio del nuevo estado industrial, nace en virtud de esa tendencia económica, política y filosófica que lleva a poner en manos del Estado las grandes industrias y los grandes servicios para atemperar, en cierta manera , los efectos del capitalismo y de la lucha de clases.
Diputado nacional, radical yrigoyenista, Alcides Greca.
Los conservadores, antipersonalistas y socialistas planteaban:
Abramos las puertas al capital extranjero, que venga a pleno y vigoroso representando diversas naciones del mundo, que ellas contribuirán a la defensa nacional; al cuidar sus propios intereses han de cuidar los nuestros, mancomunados por la solidaridad de aspiraciones idénticas.
El socialismo a través de su diputado Enrique Dickman dirá: El Estado es un mal propietario, el Estado es un peor industrial, el Estado es un pésimo comerciante.
Y Nicolás Repetto, también socialista : Este monopolio a la criolla del petróleo argentino, que pretende también atribuirse el comercio del petróleo y de los derivados, sería una obra fantástica que podría conducirnos a las peores consecuencias.
La ley de 1927 había despejado el horizonte par quienes ansiaban resguardar el petróleo en manos exclusivamente argentinas. Aventó el peligro de las sociedades mixtas prohijadas por la bancada antipersonalista de acuerdo al pensamiento oficial alvearista, y estableció además, el monopolio de los medios de transporte.
La no expropiación de los yacimientos concedidos a empresas privadas fue consecuencia de la magra mayoría yrigoyenista en la Cámara, y al retiro del apoyo socialista independiente a la tesis expropiatoria, sin lo cual no podía alzanzarse la mayoría definitiva dentro del cuerpo.
Ante la opción de conseguir la nacionalziación como principio, o nada, el yrigotenismo sacrificó esa parte. No sin que lo advirtiera en otro momento el diputado Jorge Raúl Rodríguez al predecir maniobras represivas de las empresas extranjeras.: Si les conviene a los trusts no producir, será el caso de que el Congreso sancione nuestra excelente proposición de expropiarlas, que ehmos retirado temporariamente, pero que podrá la Cámara retomar en cualquier momento en defensa de los altos intereses del país.
FUENTE: REVISTA TODO ES HISTORIA, NOVIEMBRE DE 1974, LUIS C. ALEN LASCANO.
Prof GB
jueves, 19 de abril de 2012
Los cinco mecanismos del coloniaje mediático
El análisis de la cobertura del anuncio presidencial para alcanzar la soberanía hidrocarburífera del 16 de abril pasado permite evidenciar que los diarios de Bartolomé Mitre y Héctor Magnetto se alinean más en sintonía con los diarios españoles que con los intereses argentinos.
Por Cynthia Ottaviano (*) | Soberanía hidrocarburífera, nacionalización, control y manejo energético, recuperación histórica, autoabastecimiento, desarrollo económico con inclusión social y declaración de interés público son ideas y principios que ayer no estuvieron presentes en las tapas de los diarios Clarín ni La Nación. Por el contrario, el análisis de la cobertura del anuncio presidencial para alcanzar la soberanía hidrocarburífera del 16 de abril pasado permite establecer cinco mecanismos que evidencian el coloniaje mediático de los diarios de Bartolomé Mitre y Héctor Magnetto, más en sintonía con los diarios españoles que con los intereses argentinos.
MECANISMO 1. “Poner en pie de igualdad a un Estado soberano con una empresa privada.” El título principal de La Nación de ayer así lo demuestra: “Expropiarán el 51% de YPF y España amenaza con represalias”, amén de que el sujeto que determina la expropiación no está enunciado –cuando no es menor, ya que estuvo en manos de la presidenta de la Nación y tendrá que ser acompañado por el Congreso Nacional–, lo que aquí se puso en pie de igualdad es al sujeto tácito, es el Estado, que toma una decisión: la expropiación, con las consecuencias planteadas a partir de la supuesta pérdida de una empresa privada, ya que se plantea la falsa idea de que es una cuestión entre estados, cuando en realidad, se trata de un derecho del Estado argentino soberano y el interés económico de una empresa privada española (denunciada por incumplimiento de sus obligaciones y hasta de vaciamiento) apoyada por el gobierno español.
MECANISMO 2. “Asociar la medida al autoritarismo”: las palabras más usadas tanto en los títulos de Clarín y La Nación, como en sus volantas, copetes y textos de tapa son “intervención”, con sus variantes, “intervino” e “interventores” y “expropiación” con sus posibles “expropiar”, “expropian”, “expropiada”, “expropiarán” –mencionadas 12 veces sólo en las dos tapas–. Ponen en juego descripciones superficiales para evitar las razones profundas. Eluden detallar “la declaración de interés público con el objetivo prioritario de lograr el autoabastecimiento para garantizar el desarrollo económico con inclusión social”, como se informó, o de un empoderamiento del Estado, de todos, y lo describen como “una toma compulsiva de acciones” o como “un portazo al mundo” y hasta “una declaración de guerra del kirchnerismo contra España”, como definió Joaquín Morales Solá, muy cerca del concepto único que llevó el título del diario de la corona española, el ABC: “Expolio”, que significa “quitar una cosa con violencia o de forma injusta o ilegal”, cuyo sinónimo más certero para este caso desde la óptica del otro lado del Atlántico monárquico es “saquear o robar”.
MECANISMO 3. “Se trata de una decisión de Cristina Fernández tomada en soledad.” En la nota del diario La Nación se insiste en varios pasajes que no se trata de una decisión consensuada, del Estado soberano, sino que se personaliza la toma de la decisión, ahogándola en la individualidad, en “su voluntad de expropiar”, “su decisión”, realizada “a su juicio”.
MECANISMO 4. “Fortalecer a Repsol transformándola en España e incluso la Unión Europea.” Además del mencionado título en el que se pretende igualar la decisión de un Estado con el de una empresa, apoyada por un gobierno, a lo largo de toda la crónica se informa casi en exclusividad que se trata de un anuncio que “puso en alerta máxima al gobierno de España”, es su canciller, José Manuel García-Margallo, quien advirtió “represalias claras y contundentes”, es el “gobierno de Mariano Rajoy” el que convoca, o la Unión Europea la que “consideró grave la expropiación y podría tomar represalias”. Esa misma línea siguieron los medios españoles, en manos de la élite dominante, donde no se incluyó el punto de vista de Izquierda Unida, por ejemplo, donde con claridad consideró que no se trata de un “ataque a España”, ya que Repsol es una empresa privada de “distintas nacionalidades” (no sólo española) y que por esto “es una vergüenza” que se la haya defendido.
MECANISMO 5. “Inocular miedo para que nada cambie.” Se sabe, el miedo se usa como un gran disciplinador social. La intención concreta es paralizar, para que reine el statu quo ante el terror de las consecuencias enunciadas o directamente aplicadas en el pasado. Se recurre a palabras como “amenaza”, “represalias”, “alerta máxima” y “ruptura”, se mencionan “víctimas” y “juicios múltiples y diseminados por diversas capitales importantes”, plasmando siempre el punto de vista español y soslayando el argentino, el único que aquí cuenta, ya que aquello que los españoles desean para nosotros no es lo mismo que lo que desean para ellos mismos: en el artículo 128 establecen que “toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cuando fuere su titularidad está subordinada al interés general” y “se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general”. Además de la doble moral del gobierno español, lo que aquí cuenta es el alto grado de coloniaje mediático “made in Argentina”.
(*) Nota publicada hoy por Tiempo Argentino.
GB
Por Cynthia Ottaviano (*) | Soberanía hidrocarburífera, nacionalización, control y manejo energético, recuperación histórica, autoabastecimiento, desarrollo económico con inclusión social y declaración de interés público son ideas y principios que ayer no estuvieron presentes en las tapas de los diarios Clarín ni La Nación. Por el contrario, el análisis de la cobertura del anuncio presidencial para alcanzar la soberanía hidrocarburífera del 16 de abril pasado permite establecer cinco mecanismos que evidencian el coloniaje mediático de los diarios de Bartolomé Mitre y Héctor Magnetto, más en sintonía con los diarios españoles que con los intereses argentinos.
MECANISMO 1. “Poner en pie de igualdad a un Estado soberano con una empresa privada.” El título principal de La Nación de ayer así lo demuestra: “Expropiarán el 51% de YPF y España amenaza con represalias”, amén de que el sujeto que determina la expropiación no está enunciado –cuando no es menor, ya que estuvo en manos de la presidenta de la Nación y tendrá que ser acompañado por el Congreso Nacional–, lo que aquí se puso en pie de igualdad es al sujeto tácito, es el Estado, que toma una decisión: la expropiación, con las consecuencias planteadas a partir de la supuesta pérdida de una empresa privada, ya que se plantea la falsa idea de que es una cuestión entre estados, cuando en realidad, se trata de un derecho del Estado argentino soberano y el interés económico de una empresa privada española (denunciada por incumplimiento de sus obligaciones y hasta de vaciamiento) apoyada por el gobierno español.
MECANISMO 2. “Asociar la medida al autoritarismo”: las palabras más usadas tanto en los títulos de Clarín y La Nación, como en sus volantas, copetes y textos de tapa son “intervención”, con sus variantes, “intervino” e “interventores” y “expropiación” con sus posibles “expropiar”, “expropian”, “expropiada”, “expropiarán” –mencionadas 12 veces sólo en las dos tapas–. Ponen en juego descripciones superficiales para evitar las razones profundas. Eluden detallar “la declaración de interés público con el objetivo prioritario de lograr el autoabastecimiento para garantizar el desarrollo económico con inclusión social”, como se informó, o de un empoderamiento del Estado, de todos, y lo describen como “una toma compulsiva de acciones” o como “un portazo al mundo” y hasta “una declaración de guerra del kirchnerismo contra España”, como definió Joaquín Morales Solá, muy cerca del concepto único que llevó el título del diario de la corona española, el ABC: “Expolio”, que significa “quitar una cosa con violencia o de forma injusta o ilegal”, cuyo sinónimo más certero para este caso desde la óptica del otro lado del Atlántico monárquico es “saquear o robar”.
MECANISMO 3. “Se trata de una decisión de Cristina Fernández tomada en soledad.” En la nota del diario La Nación se insiste en varios pasajes que no se trata de una decisión consensuada, del Estado soberano, sino que se personaliza la toma de la decisión, ahogándola en la individualidad, en “su voluntad de expropiar”, “su decisión”, realizada “a su juicio”.
MECANISMO 4. “Fortalecer a Repsol transformándola en España e incluso la Unión Europea.” Además del mencionado título en el que se pretende igualar la decisión de un Estado con el de una empresa, apoyada por un gobierno, a lo largo de toda la crónica se informa casi en exclusividad que se trata de un anuncio que “puso en alerta máxima al gobierno de España”, es su canciller, José Manuel García-Margallo, quien advirtió “represalias claras y contundentes”, es el “gobierno de Mariano Rajoy” el que convoca, o la Unión Europea la que “consideró grave la expropiación y podría tomar represalias”. Esa misma línea siguieron los medios españoles, en manos de la élite dominante, donde no se incluyó el punto de vista de Izquierda Unida, por ejemplo, donde con claridad consideró que no se trata de un “ataque a España”, ya que Repsol es una empresa privada de “distintas nacionalidades” (no sólo española) y que por esto “es una vergüenza” que se la haya defendido.
MECANISMO 5. “Inocular miedo para que nada cambie.” Se sabe, el miedo se usa como un gran disciplinador social. La intención concreta es paralizar, para que reine el statu quo ante el terror de las consecuencias enunciadas o directamente aplicadas en el pasado. Se recurre a palabras como “amenaza”, “represalias”, “alerta máxima” y “ruptura”, se mencionan “víctimas” y “juicios múltiples y diseminados por diversas capitales importantes”, plasmando siempre el punto de vista español y soslayando el argentino, el único que aquí cuenta, ya que aquello que los españoles desean para nosotros no es lo mismo que lo que desean para ellos mismos: en el artículo 128 establecen que “toda la riqueza del país en sus distintas formas y sea cuando fuere su titularidad está subordinada al interés general” y “se reconoce la iniciativa pública en la actividad económica. Mediante ley se podrá reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general”. Además de la doble moral del gobierno español, lo que aquí cuenta es el alto grado de coloniaje mediático “made in Argentina”.
(*) Nota publicada hoy por Tiempo Argentino.
GB
Los twitteros del rey
Los diarios Clarín y La Nación se hicieron eco de la mirada del Estado español, en manos de un rey que nadie eligió (salvo el genocida Franco) y de las bravuconadas del ‘jefe de gobierno’, Mariano Rajoy, un franquista de nueva generación.
Por Víctor Ego Ducrot (*) / ¡Qué mala suerte, poca fortuna! Me aprestaba a comenzar con este texto cuando desde el televisor sonó la voz del intendente de la Capital Federal, refiriéndose al tema YPF. Me levanté unos instantes para verlo, se lo notaba paliducho. ¿Andará con gripe? ¿Será por eso que se metió con un tema tan complicado para sus comprobadas capacidades?
Entonces miré por la ventana y seguía allí; no Mauricio sino la montaña de basura que sobrevive sobre la esquina de mi casa, como en muchas otras esquinas de la Ciudad, y me pregunté: ¿por qué el alcalde no se dedica a lo que le compete; se lo imaginan lidiando con el abastecimiento energético del país? Seguro un asunto mucho más complejo que varias decenas de bolsas con desperdicios, entre cáscaras de bananas pegoteadas sobre la vereda, cuatro sillas desvencijadas y algunas pobres ratas que de noche procuran hacerse su agosto.
Macri cesó con su perorata, para darle paso a las preguntas de “los señores periodistas”. Por supuesto abrió el fuego una voz en nombre de Canal 13 y de TN, lo que –gracias muchachos– me ayudó a retomar el hilo del texto que hacía unos segundos había dejado apenas si esbozado con el título.
El rey de España tiene a sus centuriones 2.0 vernáculos y gauchitos, prestos a ensillar con diligencia. El lunes, la agencia pública de noticias de la provincia de Buenos Aires <www.agepeba.org> daba cuenta de cómo, casi con las últimas palabras de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner aún en cadena nacional, “los muchachos de Héctor Magnetto y de los Mitre no se hicieron esperar. No les hace falta que España, cuyo jefe de Estado, un rey cazador de elefantes y designado por Francisco Franco, les dé la orden. No, ellos lo hacen por motivación propia, como cuando tergiversan a Obama, como cuando ensalzan a fuentes británicas en torno a la cuestión Malvinas. Rápidamente, los diarios Clarín y La Nación se hicieron eco de la mirada del Estado español, en manos de un rey que nadie eligió (salvo el genocida Franco, como decía) y de las bravuconadas del “jefe de gobierno”, Mariano Rajoy, un franquista de nueva generación. Twitteó Clarín “…#YPF: el Gobierno español estudia una ‘respuesta adecuada’ a la expropiación http://clarin/4a28…” Y La Nación “…Peligrosísimos avances contra la propiedad y las libertades http://bit.ly/IPgaqb”; más: “En España hablan de Cristina como ‘La Reina del Sur’ con ‘Hambre de dólares’ http://bit.ly/Iz2x7Q”.
Los twitteros mayores del rey vienen de un fuerte entrenamiento, lo que los convierte en aspirantes a campeones de armadura entre los caballeros de la reina (¿le concederá ello algún derecho especial a la mano de las princesas solteras? Vaya uno saber). Sus escuderos, se supone, fueron los encargados de vestirlos el día que acometieron con los ensayos generales, entre los cuales sólo recordaré dos.
El 2 de abril pasado, no cualquier día, La Nación le dio la palabra al responsable militar del hundimiento del Crucero General Belgrano, durante la guerra de las Malvinas. “Se trata del vicealmirante Tim McClement, segundo al mando del submarino Conqueror” –aclaran los lanceros del rey–, quien sin inmutarse dijo que él hizo (hundir al Belgrano) “lo que había que hacer”, y que no se arrepentía del hecho que le costó la vida a más de 300 argentinos. Por toda explicación acerca de la ilegalidad de ese acto de guerra, conforme a las normas del derecho internacional especializado, el diario de Mitre apenas si recuerda: “los argentinos (ellos, los de La Nación no, sólo los argentinos) sostienen que el Belgrano navegaba fuera del área de exclusión de 200 millas en torno a las Malvinas fijada por Londres y en dirección hacia la costa continental argentina”.
El domingo pasado, la ya citada AgePeBa publicaba muy temprano y no sin cierto tono burlón, que “Obama desmiente al ‘partido obamista’ de Argentina.” Para ese medio bonaerense, el presidente de los Estados Unidos cuenta con “seguidores locales”, que “no pueden con su genio; pero ¡oh!, se olvidaron las palabras de su jefe. ‘Este asunto (el del comercio exterior) no es el centro de la relación’, destacó ayer Barak Obama, en el marco de su entrevista con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner”. ¿Qué afirmaron hoy Clarín y La Nación? “Obama hizo un planteo por las trabas a las importaciones… Las restricciones al comercio fueron ejes del encuentro…”, fue la sentencia elegida por los muchachos de Héctor Magnetto. “Obama expresó preocupación por las trabas comerciales. Así lo informó la Casa Blanca…”, subrayaron los de Bartolomé Mitre.”
Al otro día, con más precisiones y además con el don de la presencia personal sobre el escenario de los acontecimientos, el canciller Héctor Timerman, se encargó de informar que el propio Obama habíase quedado sorprendido por las expresiones de esos diarios. Por si no bastaba, la presidenta también se refería al caso, casi a la vez que los “twitteros” del rey (de Obama también) acometían con los cruces de lanza y espadas ya señaladas hace unos párrafos antes.
El proceso de recuperación soberana del petróleo de los argentinos está en marcha. Los aspirantes a caballeros de la reina y pretendientes de los lechos nupciales con princesas solteras seguirán con lo suyo. No será ello lo que pueda sorprendernos, aunque el embajador Alfonso Diez Torres, jefe de la delegación de la Unión Europea en la Argentina, enviara una carta al editor general de Clarín, Ricardo Kirschbaum, en la cual desmintió la primera plana que afirmaba “La Unión Europea viene al país para reclamar por YPF.”
Ni mucho menos las acometidas destempladas y sobreactuadas de La Moncloa, una casona al mando de franquistas redivivos y al socaire de una crisis económica y social que recién comienza; y ni qué hablar de la prensa hegemónica española, tanto la de cepa confesamente derechista como la derechista encubierta: el viernes pasado, en un programa de la TV del país del jabugo y el cante, los colegas de casi todos los diarios de circulación nacional por aquellas tierras exprimieron sus entendederas pero no pudieron ir más allá de los insultos que son tales por ignorancia de quienes los pronuncian (los argentinos y el gobierno de Cristina son “populistas”), de la desinformación absoluta (la gestión española en Aerolíneas fue “muy buena”), y no me acuerdo de cuántas cosas más.
Se dio vuelta la taba, ¡qué buena suerte, cuánta fortuna, para cierre de este texto! Cuando empecé con las presentes líneas fui interrumpido por la vocecita de Mauricio Macri; pero ahora, en cambio, cuando apenas si me queda espacio en la página para seguir escribiendo, desde el televisor suena la de Axel Kicillof, el viceministro de Economía que ayer se sumó a la intervención provisoria de YPF, mientras expone en una reunión del Senado de cara al tratamiento del proyecto de ley para el futuro de los hidrocarburos argentinos anunciado el lunes por la presidenta de la República.
Sí, ya sé. Somos todos marxistas, judíos, pobres, maricones y negros de mierda, como lo estará por escribir cierto twittero del rey.
(*) Texto publicado hoy por el diario Tiempo Argentino.
GB
Entonces miré por la ventana y seguía allí; no Mauricio sino la montaña de basura que sobrevive sobre la esquina de mi casa, como en muchas otras esquinas de la Ciudad, y me pregunté: ¿por qué el alcalde no se dedica a lo que le compete; se lo imaginan lidiando con el abastecimiento energético del país? Seguro un asunto mucho más complejo que varias decenas de bolsas con desperdicios, entre cáscaras de bananas pegoteadas sobre la vereda, cuatro sillas desvencijadas y algunas pobres ratas que de noche procuran hacerse su agosto.
Macri cesó con su perorata, para darle paso a las preguntas de “los señores periodistas”. Por supuesto abrió el fuego una voz en nombre de Canal 13 y de TN, lo que –gracias muchachos– me ayudó a retomar el hilo del texto que hacía unos segundos había dejado apenas si esbozado con el título.
El rey de España tiene a sus centuriones 2.0 vernáculos y gauchitos, prestos a ensillar con diligencia. El lunes, la agencia pública de noticias de la provincia de Buenos Aires <www.agepeba.org> daba cuenta de cómo, casi con las últimas palabras de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner aún en cadena nacional, “los muchachos de Héctor Magnetto y de los Mitre no se hicieron esperar. No les hace falta que España, cuyo jefe de Estado, un rey cazador de elefantes y designado por Francisco Franco, les dé la orden. No, ellos lo hacen por motivación propia, como cuando tergiversan a Obama, como cuando ensalzan a fuentes británicas en torno a la cuestión Malvinas. Rápidamente, los diarios Clarín y La Nación se hicieron eco de la mirada del Estado español, en manos de un rey que nadie eligió (salvo el genocida Franco, como decía) y de las bravuconadas del “jefe de gobierno”, Mariano Rajoy, un franquista de nueva generación. Twitteó Clarín “…#YPF: el Gobierno español estudia una ‘respuesta adecuada’ a la expropiación http://clarin/4a28…” Y La Nación “…Peligrosísimos avances contra la propiedad y las libertades http://bit.ly/IPgaqb”; más: “En España hablan de Cristina como ‘La Reina del Sur’ con ‘Hambre de dólares’ http://bit.ly/Iz2x7Q”.
Los twitteros mayores del rey vienen de un fuerte entrenamiento, lo que los convierte en aspirantes a campeones de armadura entre los caballeros de la reina (¿le concederá ello algún derecho especial a la mano de las princesas solteras? Vaya uno saber). Sus escuderos, se supone, fueron los encargados de vestirlos el día que acometieron con los ensayos generales, entre los cuales sólo recordaré dos.
El 2 de abril pasado, no cualquier día, La Nación le dio la palabra al responsable militar del hundimiento del Crucero General Belgrano, durante la guerra de las Malvinas. “Se trata del vicealmirante Tim McClement, segundo al mando del submarino Conqueror” –aclaran los lanceros del rey–, quien sin inmutarse dijo que él hizo (hundir al Belgrano) “lo que había que hacer”, y que no se arrepentía del hecho que le costó la vida a más de 300 argentinos. Por toda explicación acerca de la ilegalidad de ese acto de guerra, conforme a las normas del derecho internacional especializado, el diario de Mitre apenas si recuerda: “los argentinos (ellos, los de La Nación no, sólo los argentinos) sostienen que el Belgrano navegaba fuera del área de exclusión de 200 millas en torno a las Malvinas fijada por Londres y en dirección hacia la costa continental argentina”.
El domingo pasado, la ya citada AgePeBa publicaba muy temprano y no sin cierto tono burlón, que “Obama desmiente al ‘partido obamista’ de Argentina.” Para ese medio bonaerense, el presidente de los Estados Unidos cuenta con “seguidores locales”, que “no pueden con su genio; pero ¡oh!, se olvidaron las palabras de su jefe. ‘Este asunto (el del comercio exterior) no es el centro de la relación’, destacó ayer Barak Obama, en el marco de su entrevista con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner”. ¿Qué afirmaron hoy Clarín y La Nación? “Obama hizo un planteo por las trabas a las importaciones… Las restricciones al comercio fueron ejes del encuentro…”, fue la sentencia elegida por los muchachos de Héctor Magnetto. “Obama expresó preocupación por las trabas comerciales. Así lo informó la Casa Blanca…”, subrayaron los de Bartolomé Mitre.”
Al otro día, con más precisiones y además con el don de la presencia personal sobre el escenario de los acontecimientos, el canciller Héctor Timerman, se encargó de informar que el propio Obama habíase quedado sorprendido por las expresiones de esos diarios. Por si no bastaba, la presidenta también se refería al caso, casi a la vez que los “twitteros” del rey (de Obama también) acometían con los cruces de lanza y espadas ya señaladas hace unos párrafos antes.
El proceso de recuperación soberana del petróleo de los argentinos está en marcha. Los aspirantes a caballeros de la reina y pretendientes de los lechos nupciales con princesas solteras seguirán con lo suyo. No será ello lo que pueda sorprendernos, aunque el embajador Alfonso Diez Torres, jefe de la delegación de la Unión Europea en la Argentina, enviara una carta al editor general de Clarín, Ricardo Kirschbaum, en la cual desmintió la primera plana que afirmaba “La Unión Europea viene al país para reclamar por YPF.”
Ni mucho menos las acometidas destempladas y sobreactuadas de La Moncloa, una casona al mando de franquistas redivivos y al socaire de una crisis económica y social que recién comienza; y ni qué hablar de la prensa hegemónica española, tanto la de cepa confesamente derechista como la derechista encubierta: el viernes pasado, en un programa de la TV del país del jabugo y el cante, los colegas de casi todos los diarios de circulación nacional por aquellas tierras exprimieron sus entendederas pero no pudieron ir más allá de los insultos que son tales por ignorancia de quienes los pronuncian (los argentinos y el gobierno de Cristina son “populistas”), de la desinformación absoluta (la gestión española en Aerolíneas fue “muy buena”), y no me acuerdo de cuántas cosas más.
Se dio vuelta la taba, ¡qué buena suerte, cuánta fortuna, para cierre de este texto! Cuando empecé con las presentes líneas fui interrumpido por la vocecita de Mauricio Macri; pero ahora, en cambio, cuando apenas si me queda espacio en la página para seguir escribiendo, desde el televisor suena la de Axel Kicillof, el viceministro de Economía que ayer se sumó a la intervención provisoria de YPF, mientras expone en una reunión del Senado de cara al tratamiento del proyecto de ley para el futuro de los hidrocarburos argentinos anunciado el lunes por la presidenta de la República.
Sí, ya sé. Somos todos marxistas, judíos, pobres, maricones y negros de mierda, como lo estará por escribir cierto twittero del rey.
(*) Texto publicado hoy por el diario Tiempo Argentino.
GB
La tajada de sandía Por Olmedo Beluche [Panamá]
El 15 de abril de 1856 se produjo la primera insurrección popular panameña contra la presencia norteamericana. Hecho de dimensiones históricas que ha pasado a conocerse como El Incidente de la Tajada de Sandía, y que tuvo como saldo 14 norteamericanos y un francés muertos, y 18 heridos; mientras que por el lado panameño murieron 2 personas, con media docena de heridos; además de la destrucción de propiedades extranjeras, en particular de la Panama Railroad Company.
El suceso se inició cuando un norteamericano, de nombre Jack Oliver, y apodado New York Jack, tomó un pedazo de sandía del puesto atendido por el pariteño José Manuel Luna y no lo quiso pagar. Ante el reclamo de Luna, Jack respondió con la conocida frase yanqui: “bésame el culo”. A lo cual el frutero le dijo sabiamente: “Cuidado, aquí no estamos en Estados Unidos, págame el real y estamos al corriente”.
Uno sacó su cuchillo y el otro su pistola. Se arremolinó la gente por bando y bando, pues ese día había cerca de 1,000 norteamericanos en ruta a California traídos por la llamada “Fiebre del Oro”. La gresca fue subiendo de tono y para el atardecer se había convertido en una pequeña guerra, en la que el pueblo de los arrabales de la ciudad, apoyado por la gendarmería panameña, acorraló en la estación del ferrocarril a los norteamericanos, quienes atrincherados respondían con armas de todo calibre, incluso un pequeño cañón.
Al final, se impuso el pueblo, las autoridades y las leyes nacionales y a los sobrevivientes se les permitió partir. Pero se abrió un proceso judicial con ribetes internacionales que, al cabo de los años, terminó con el pago de una indemnización de más de 400 mil dólares por parte del gobierno de Colombia, de la cual Panamá era una provincia, al gobierno de Estados Unidos.
La pregunta clave respecto al Incidente de la Tajada de Sandía es: ¿Qué factores se conjugaron para producir aquel estallido social del pueblo panameño contra la presencia norteamericana? El historiador Aims McGuinness (”Aquellos tiempos de la California”) nos aporta tres elementos decisivos.
La pérdida de los panameños del control y los beneficios de la ruta transístmica
Pero aquel esplendor colonial llegó a su fin hacia finales del siglo XVII e inicios del XVIII, cuando reiterados ataques de piratas ingleses motivaron al imperio español a dejar de lado la ruta por Panamá en beneficio del río La Plata. Para mediados del siglo XIX, el Istmo llevaba siglo y medio de decadencia demográfica y cultural, salvo algún comercio de mercancías inglesas provenientes de Jamaica rumbo al sur. De este período data la expresión lanzada por Rufino Cuervo: “El que quiera conocer a Panamá que corra porque se acaba”.
Pero el expansionismo norteamericano vino a cambiar las cosas. Entre 1845 y 48, Estados Unidos se extendió hacia el oeste tragándose la mitad del territorio mexicano a punta de pistola. Y, casi por casualidad, hacia 1848 se descubren importantes yacimientos de oro en California, naciendo la llamada “Fiebre del Oro”, debidamente incentivada por el gobierno norteamericano, para forzar la migración de decenas de miles que colonizaran el lejano oeste.
A California se podía llegar atravesando el territorio norteamericano, con todas las dificultades que muestran las películas de vaqueros. Pero había una ruta más rápida, aunque tampoco exenta de dificultades por Nicaragua y por Panamá. De manera que, el inicio de la Fiebre del Oro produjo un renacimiento de la zona de tránsito. Decenas de miles de viajeros empezaron a llegar a nuestras costas volviendo a reactivar el transporte en botes por el río Chagres y de mulas por el antiguo Camino de Cruces.
Incontables testimonios de la época señalan lo inhóspito del clima, los peligros del camino, la falta de alojamientos y restaurantes. Pero, mal que pese, al inicio todo el negocio, con su correspondiente inflación de precios, estuvo en manos de los habitantes del Istmo. Esto fue cambiando, pues los empresarios norteamericanos se dieron cuenta que podían “hacer su agosto” y empezaron a abrir sus propias instalaciones. Por ejemplo, se dice que el poblado de Chagres, creció como dos pueblos diferentes, uno a cada orilla del río. Las chozas de paja de los panameños, de un lado, y un moderno pueblo con hoteles, cantinas y casinos, del otro, controlado por norteamericanos.
En 1850, el general Tomás Herrera atisbaba el problema en ciernes: “Chagres, Gorgona, Cruces y Panamá progresan extraordinariamente y sólo se sufren las molestias que de vez en cuando ocurren entre los norteamericanos y los hijos del país. Parece que los naturales han reconocido ya la necesidad de obrar con energía. Esto es bueno, pero temo que el Gobernador y demás autoridades no proceden con celo y energía se forme una, cuyos resultados pueden ser de funestas consecuencias” (Araúz, C. y Pizzurno, P. “El Panamá colombiano”).
El control principal de la ruta transístmica a manos de empresas norteamericanas se dio cuando en 1848 el gobierno de la Nueva Granada firmó con la Pacific Mail Steamship Co. el contrato para la construcción de un ferrocarril, creándose la Compañía del Ferrocarril de Panamá. La obra se inició en 1850, inaugurándose por tramos, quedando completamente abierta para enero de 1855 (Araúz y Pizzurno).
De modo que los actores principales del Incidente de la Tajada de Sandía son elementos populares que se sentían desplazados del negocio por la Compañía del Ferrocarril. Aims McGuinness da cuenta de múltiples quejas al municipio, entre ellas de los boteros de la ciudad que perdieron sus negocios con el vapor Taboga, propiedad de una de estas empresas norteamericanas.
De ahí que la sublevación popular identificara con claridad a la Compañía del Ferrocarril como causante de sus miserias, recibiendo la furia del arrabal. Era la confirmación de lo que ha sido la triste historia panameña: el control de nuestro principal recurso, la posición geográfica, a manos extranjeras.
La conciencia política del arrabal y la revolución liberal
Aims McGuinness nos aporta otro elemento clave para la comprensión de los sucesos: la revolución liberal de mitad del siglo XIX. La Revolución de 1848 en Europa tuvo indudables consecuencias en la Nueva Granada (Colombia), la principal fue la irrupción en el gobierno del liberalismo radical, también llamado “Draconiano”.
En Panamá el liberalismo colombiano tuvo un bastión importante, destacándose la figura de Justo Arosemena, inspirador del federalismo, no sólo panameño, sino luego extendido a todos los Estados Unidos de Colombia. Pero hubo sectores mucho más radicales, asentados en el arrabal de Santa Ana, que dieron origen al llamado “liberalismo negro”, cuyo líder histórico fue Buenaventura Correoso.
Según McGuinness, esto forjó una conciencia de sus derechos entre esa población pobre de la ciudad de Panamá, y llevó al ejercicio de importantes cargos públicos a gente de “color”. Lo cual chocó con el racismo consuetudinario y el desprecio que los norteamericanos sentían por la población istmeña. Aims da cuenta de una carta firmada por centenares de viajeros norteamericanos quejándose ante el gobierno de Colombia porque autoridades negras o mulatas les obligaban a cumplir las leyes del país.
No olvidemos que, para esa época, en la mente de los yanquis gobernaba la filosofía del Destino Manifiesto, por la cual los norteamericanos se creían llamados por Dios para llevar la civilización a los bárbaros (hoy le llaman “democracia”). Y que la eliminación de la esclavitud en Norteamérica todavía tardaría unos 20 años más.
Este choque entre dos visiones distintas, entre una población marginada que había adquirido plena conciencia de sus derechos y unos migrantes cargados de prejuicios es otro de los combustibles sociales que hicieron ignición el 15 de abril de 1856.
El filibusterismo y la unidad latinoamericana
Desde la debacle del imperio colonial español, con las guerras de independencia, a inicios del siglo XIX, Centroamérica, y en particular Nicaragua y Panamá, eran vistas con codicia tanto por Inglaterra como por la emergente potencia Norteamericana. Ambas naciones eran concientes que el control del Istmo catapultaría sus intereses comerciales.
Hacia la década de 1840, Inglaterra parecía el principal peligro pues había iniciado un proceso de influencia y colonización sobre todo el Caribe centroamericano, desde Belice, pasando por Nicaragua, hasta lo que hoy es la provincia de Bocas del Toro en Panamá. Aquí inclusive habían movido sus fichas con algunos capitalistas que oficiaban de agentes comerciales de los ingleses para proponer en diversos momentos la creación de una ciudad “anseática”, es decir, separarla de la soberanía neogranadina para, en nombre de una falsa autonomía, sujetarla a Inglaterra cuya cabeza de playa se hallaba en Jamaica.
Diversos incidentes con los ingleses, por entonces la principal potencia naval del mundo, llevaron a la diplomacia neogranadina a firmar, en 1846, el nefasto Tratado Mallarino-Bidlack, por el cual la Nueva Granada ofrecía a Estados Unidos paso libre de impuestos a cambio de que sirviera de garante a su soberanía sobre el Istmo de Panamá. La intención inicial era que el tratado sirviera de contención a los intereses expansionistas de los ingleses, los cuales se verían confrontados con los norteamericanos. Pero a la larga fue una mala jugada que dio pie al intervencionismo norteamericano.
Muchos historiadores panameños, interesados en justificar los hechos del 3 de Noviembre de 1903, inventando un inexistente movimiento nacionalista panameño a lo largo del siglo XIX, presentan este tratado como si el asunto de la soberanía se refiriera a sofocar una sublevación de los istmeños contra Colombia. Esta interpretación es desmentida, tanto por el contenido del tratado, como por las circunstancias políticas de la época, como por la propia diplomacia colombiana que va a chocar en diversos momentos con Washington respecto a la interpretación y los alcances del Mallarino-Bidlack.
El hecho es que, una década después de firmado ese pacto, el expansionismo que se había tornado concreto y peligroso era el norteamericano. Uno de los subproductos de la guerra contra México fue el surgimiento de bandas paramilitares norteamericanas que empezaron a actuar en la región para imponer por la fuerza sus intereses. Eran bandas privadas, parecidas a lo que hoy serían las empresas de “seguridad”, al estilo de Blackwater, que funcionan en Irak y otros países. Se les llamó filibusteros.
El más conocido filibustero fue William Walker, contratado por empresarios norteamericanos para imponer su control en Nicaragua, y que terminó autoproclamándose presidente de ese país, justamente en 1855. Walker pretendió que Nicaragua fuera anexionada a Estados Unidos como un estado más. Lo cual no logró, siendo derrocado en 1856 y posteriormente ejecutado hacia 1860 en Honduras.
La lucha contra Walker había revivido los sentimientos de unidad latinoamericanos y, de hecho, es la lucha unificada de los centroamericanos la que le derroca y expulsa de Nicaragua.
El historiador Aims McGuinness afirma que de esta época data el concepto “latinoamericano” por oposición al “anglosajón”, y un renovado sentimiento de unidad hispana contra la dominación norteamericana, que había quedado dormido tras el fracaso de Simón Bolívar. El panameño Justo Arosemena sería uno de los primeros en apelar a esta idea a mediados del XIX.
Y no estaban errados quienes así creían, pues las indagaciones judiciales posteriores informan que los filibusteros jugaron un papel central en el enfrentamiento. Uno de ellos, Joseph Stokes, muerto en la estación del ferrocarril, liderizó la resistencia armada contra las autoridades panameñas. Lo cual fue reconocido por Horace Bell, otro de los filibusteros, quien llegaría a ser cronista en la ciudad de Los Angeles, California.
La fuerza demostrada por el pueblo panameño durante el “incidente”, no constituyó simplemente una respuesta frente a la marginación y el racismo yanquis, sino que fue una lucha consciente contra cualquier intento anexionista de los norteamericanos, un acto de solidaridad con el hermano pueblo de Nicaragua, y un gesto hacia la unidad latinoamericana.
Hoy debemos conmemorar aquella gesta, no como un hecho inusual en nuestra historia, sino como el primero de una larga lista de luchas generacionales (a las que se suman la Huelga Inquilinaria de 1925, el Movimiento Antibases del 47, el 9 de Enero de 1964, etc.) por la soberanía panameña y la unidad latinoamericana que, en el fondo son la misma cosa, ya que una es imposible sin la otra.
Lamentablemente, nuestras élites gobernantes, entonces como ahora, siempre han sido proclives a entregar nuestra soberanía sobre el Istmo a cambio de unas pocas monedas, como Judas. Pocos meses después, en septiembre de 1856, el gobernador conservador y oligarca veragüense, Francisco de Fábrega, solicitó la primera intervención armada del ejército norteamericano en Panamá, apelando al Tratado Mallarino/Bidlack, para que le asegurara las elecciones que temía perder a manos de los liberales radicales del arrabal.
Hoy los oligarcas panameños regalan nuestras sandías con los Tratados de Libre Comercio y nuestro canal con una ampliación que pretenden que el pueblo pague para beneficio de bancos, navieras y empresas constructoras transnacionales. “Pro Mundi Beneficio”, es su lema. La consigna del pueblo panameño es otra: Un canal panameño, para beneficio de los panameños y latinoamericanos.
Olmedo Beluche, sociólogo, profesor de la Universidad de Panamá
Texto gentileza de Rebanadas de Realidad
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Prof GB
miércoles, 18 de abril de 2012
El pozo de América
Por Rodolfo Kusch
El 14 de abril, día de las Américas, se festeja la creación de la Organización de los Estados Americanos. Y esta institución tiene un propósito muy plausible: desea lograr la unidad de todos los esfuerzos emprendidos por nuestras naciones americanas. Indudablemente América necesita de la unidad para seguir adelante, pero el problema está en la clase de unidad que se quiera lograr. Existen muchas formas de unidad, una consiste simplemente en la unidad de intereses, otra de orden espiritual y así se dan muchas más. Pero en general se da la primera, la que logra unir todos los intereses de orden material. Veamos las consecuencias.
Si concebimos una América en la cual la unidad esté dada únicamente por la de sus intereses materiales a los efectos de llevarla adelante, y nada más, es como si viéramos a nuestro continente como un simple fenómeno geográfico. En este caso no es otra cosa que un simple suelo sobre el cual estamos parados y que nos sirve sólo para no caernos en un pozo. América no pasa de ser entonces (siempre dentro de la representación que nos hacemos de ella) una simple tarima sobre la cual llevamos a cabo la experiencia de nuestras vidas.
En realidad, en nuestro siglo XX, un país es una tarima en la cual sus habitantes ensayan la experiencia de una nacionalidad, concebida como una pura institución que puede colocarse sobre cualquier plataforma. Nuestro ideal consiste hoy en día en crear culturas y civilizaciones que sean trasladables a otras partes, ya sea a Asia, Africa o Australia. Fuimos educados para pintar un cuadro, para construir un puente o para levantar una empresa que sirve aquí en América, o también en Asia. Da lo mismo.
Pero en realidad se plantea un problema. Este concepto del suelo geográfico como mera tarima (sobre la cual construimos nuestra casa o nuestro negocio, donde hacemos nuestros estudios o nuestro comercio) nos lleva a tener miedo.
¿Miedo a qué? Pues a que nos saquen la tarima y nos caigamos en el pozo. ¿Y qué hay dentro del pozo? Pues nada menos que cien millones de indios, negros y mestizos a quienes no les importa tanto el arte, ni la ingeniería, ni las teorías económicas, como la solución inmediata de sus vidas.
Es que esa tarima o suelo de América, del cual Sarmiento dijera que era un puro desierto, tiene un equivalente psicológico en la muralla china. Precisamente ésta se había construido para que de este lado los hombres pudieran continuar con su empresa y del otro quedaran los salvajes que intentaban invadir el imperio. Pero la muralla de nada sirvió, fue apenas un recurso para que los chinos ganaran alguna seguridad interna porque no dejaban de pensar que ella al menos no dejaba ver las salvajes estepas que se extendían del otro lado. Se trataba entonces, antes que de una construcción arquitectónica, más bien de un evidente exorcismo.
Y nosotros andamos en lo mismo. Si no construimos murallas, al menos exorcizamos la realidad. La detenemos con la novedosa tesis matemática o estética, con los últimos adelantos técnicos o con la última teoría económica. Estas son construcciones que nos permiten conseguir la seguridad a fin de que nos cure ese miedo de descender al pozo, de toparnos con su realidad.
¿Alguna vez conseguiremos una unidad sobre otra base que nos permita cruzar la muralla y andar entre los salvajes sin recurrir al exorcismo fácil que brindan las actitudes intelectuales?
Rodolfo Kusch
[publicado en la Revista Identidad, Rosario, febrero de 1985]
Agenda de Reflexión.
Prof GB
Ayuda memoria para los amigos radicales.
El 19 de octubre de 1922, el entonces presidente Alvear designó al frente de YPF, al coronel Mosconi, que explota los yacimientos de Comodoro Rivadavia.
La producción diaria pasa de 942 mts. cúbicos en 1922 a 2.000 en 1930.
El activo de YPF casi se duplicó entre 1922 y 1925.
En 1926, Mosconi inaugura la primer refinería de petróleo en La Plata , provincia de Buenos Aires.
“En 1922, nuestro país, que poseía ricos yacimientos en la Patagonia , importaba el combustible líquido necesario para su vida, su defensa y su seguridad. Los cañones de nuestros buques hubieran quedado inmovilizados y nuestros aviones encerados en sus hangares tan pronto terminaran las reservas existentes si por cualquier circunstancia la República viese cortar sus rutas marítimas y el aprovisionamiento…Si esto se produjese en caso de conflicto armado la suerte de sus armas quedaría resuelta inmediatamente. Esto importaba una situación de peligro.”
Considera que YPF es un instrumento de liberación nacional es partidario de una política de monopolio nacional (pero no estatal) de la industria petrolera, que rechazaría cualquier concesión a sociedades extranjeras
A fines del año 1927, Alonso Baldrich, ingeniero civil, administrador de yacimientos de Comodoro Rivadavia, denuncia la invasión de la Standard Oil que, según él, pretende “ahogar nuestra independencia económica sin al cual es ficticia la independencia política”.
Acusa igualmente a las compañías extranjeras de maquinaciones antinacionales, sobre todo por sus campañas contra el Estado e YPF, y la corrupción de sus funcionarios locales. En conclusión, el general Baldrich reclama la total e inmediata nacionalización de los recursos petrolíferos.
Un ministro francés al recibir la noticia del golpe de Estado, habría dicho al embajador argentino en París, Alvarez Toledo: “Señor embajador, su revolución huele a petróleo”. El diputado radical Néstor Aparicio afirma que la nacionalización del petróleo es la única causa de la insurrección militar en nuestro país.”
Waldo Frank, en EE.UU., vuelve a tomar esta tésis: “los monopolios internacionales habrían financiado el golpe de estado.“
En 1943, el economista Félix Well presenta a los intereses petroleros extranjeros como a “la partera de la insurrección”.
El 3 de mayo de 1927 se funda la “Alianza Continental para la Nacionalización del Petróleo”, sus dirigentes son los jóvenes radicales: Moisés Lebensohn, Federico Monjardin y Diego Luis Molinari, el general Baldrich es consejero honorífico y el director de YPF el general Mosconi propone una campaña de seis meses “para defender la soberanía argentina cada vez mas amenazada por al penetración del capitalismo norteamericano”.
A partir de 1927 se produce en el mundo una competencia muy intensa entre las dos sociedades mas importantes: la Standard Oil de New Jersey y la británica Royal Dutch Shell.
El acuerdo de Achnary al que vino a sumarse la Anglo-Iranian , pone término provisionalmente a la competencia agotadora en setiembre de 1928.
Se forma un frente único entre ambas compañías quienes se reparten los diferentes mercados consumidores en relación con la situación existente al momento de la firma del acuerdo.
Pretenden controlar la comercialización y la producción a nivel mundial.
A la Argentina las cupos que le tocan son: 45,8 para Standard Oil, 27,6 para la Shell , 14,6 para YPF, y el resto para otras compañías.
El precio de venta al consumidor es fijado unilateralmente por la compañía mas poderosa.
El 1ª de agosto de 1929 el gobierno radical decide bajar el precio de la nafta y dar a YPF la facultad de imponer un precio uniforme en el mercado argentino
Las empresas extranjeras denuncian al intromisión del Estado como lesiva a la libre empresa es un grave atentado afirman…
El general Mosconi plantea que las sociedades extranjeras sean proscriptas de la explotación del subsuelo argentino.
El proyecto votado por diputados es bloqueado por el Senado en 1929, mientras la Standard Oil obtiene concesiones de la provincia de Salta para explotar sus yacimientos.
El 7 de octubre Yrigoyen envía un mensaje urgente al Senado para que trate aquél proyecto de Ley que tiende a nacionalizar el petróleo.
La Alianza denuncia a los senadores como traidores al servicio del capital extranjero.
Durante la campaña electoral de marzo de 1930 el partido Radical hace hincapié en la defensa del petróleo, la soberanía, con la consigna: “Ni un centímetro de tierra, ni una gota de petróleo”.
La agencia comercial soviética, la Iuyamtorg , establecida legalmente en nuestro país en 1922 bajo la forma de una sociedad anónima, hacia 1927 le permite a la Argentina tener un saldo favorable con la URSS , de 12 millones de pesos; en 1930, se compromete a entregar petróleo soviético a la Argentina a cambio de alimentos y materias primas.
Tras el golpe de Estado sus oficinas son allanadas bajo la acusación de llevar a cabo un “plan de subversión roja”
Inclusive los abogados radicales de la firma soviética, Honorio Pueyrredón y Mario Guido son también acusados de “rojos”.
El economista Alejandro Bunge, consejero de la UIA , que participa activamente del golpe de 1930, forma parte del consejo de administración de la Andes Petroleum Corporation.
Después del golpe de Estado se convierte en ministro de Hacienda y Obras Públicas del gobernador provisional de Santa Fe.
El ministro de Obras Públicas de Uriburu, Octavio Pico, preside dos sociedades de explotación petrolera, la Compañía Argentina de Comodoro Rivadavia y la Petrolífera Andina. Es miembro también del directorio de la refinería El Condor del que forma parte Horacio Beccar Varela, ministro de Agricultura.
Este último pertenece también al consejo de administración de la Compañía antes mencionada de Comodoro Rivadavia de la que es accionista.
Ernesto Bosch, ministro de Relaciones Exteriores, es presidente de la Compañía Industrial , Comercial y Petrolífera, filial de la Anglo Persian , profesor de derecho minero de la Facultad de Derecho de Buenos Aires y abogado de la Standar Oil.
Se destituye por decreto a las autoridades de YPF, se detiene al general Mosconi y se le abre una causa judicial, se confirman las concesiones provinciales a la Estándar Oil.
Dice el nuevo gobierno dictatorial y sus aliados civiles que “ha triunfado la libertad de comercio y de empresa.”
Se ha iniciado al Década Infame.
Prof GB
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