lunes, 18 de julio de 2022

 

Cenital

PRIMERA MAÑANA

Tomás Aguerre
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Las noticias que importan.
18/07/2022

Nuevo aniversario del atentado terrorista contra la AMIA: vuelve el acto presencial. Este jueves hay cumbre de líderes del Mercosur en Paraguay. Reunión entre la ministra de Economía y los gobernadores. Sobreseyeron al ex presidente Macri en la causa por espionaje contra familiares de víctimas del ARA San Juan. Continúan las medidas de fuerza en el sector de neumáticos por falta de acuerdo paritario. Las notas del fin de semana. Una ola de calor recorre Europa y provoca incendios: cerca de 1000 fallecidos desde la semana pasada.

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1. AMIA

Hoy es un nuevo aniversario del atentado terrorista contra la AMIA cometido en nuestro país en 1994. El acto frente a la sede donde se produjeron las 85 víctimas fatales vuelve a la presencialidad después de dos años suspendido por la pandemia. A las 9.53 AM se escuchará el sonido de la sirena y se leerán los nombres de las víctimas.

La convocatoria se realiza bajo la consigna “Volvemos a Pasteur”.

La nueva conducción de la AMIA fue recibida el viernes pasado por el presidente Alberto Fernández en Casa de Gobierno.

La agrupación Memoria Activa convoca a un acto en Plaza Lavalle a las 9.30 para conmemorar el atentado y recordar a las víctimas bajo el lema: “28 años, la misma impunidad”.

2. Cumbre del Mercosur

Este jueves hay cumbre de líderes del Mercosur en Paraguay. Uruguay le pasa al país anfitrión la presidencia pro témpore de la organización, que es rotativa cada seis meses. Será la primera cumbre presencial luego de dos años de virtualidad por la pandemia. Se realizará en el Centro de Convenciones de la Conmebol en la ciudad de Luque, a 10 kilómetros de Asunción.

Es la reunión N°60 del Mercosur desde la creación. La reunión va a estar marcada por una serie de tensiones. La más reciente es el anuncio de Uruguay de los avances en la negociación por un Tratado de Libre Comercio con Beijing, que entra en conflicto con los estatutos del Mercosur.

A ello se suma la iniciativa de Brasil y Uruguay por la reducción del arancel común externo. En la Cumbre de las Américas de Los Ángeles presentaron un posicionamiento conjunto que sostiene que el nivel actual del arancel externo común no refleja las necesidades del bloque. Argentina y Paraguay sostienen la posibilidad de una reducción que no supere los 10 puntos.

Bolsonaro no participará de la cumbre. El presidente de Ucrania pidió participar de manera virtual con una presentación al inicio de la cumbre aunque no está confirmado.

Cada vez que digamos convención del Mercosur debemos recordar: esto.

3. Gobernadores

La ministra de Economía, Silvina Batakis, se reunirá hoy con los gobernadores de las provincias para exponer los principales lineamientos del plan económico. La reunión fue convocada por el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y se realizará desde las 11.30 en Casa Rosada.

La reunión será con “agenda abierta” y se espera que la ministra comunique a los mandatarios la hoja de ruta tras las primeras medidas anunciadas y su plan federal para el incremento de las exportaciones.

4. ARA San Juan

Los jueces Mariano Llorens, Pablo Bertuzzi y Leopoldo Bruglia absolvieron al ex presidente Mauricio Macri en la causa por espionaje contra los familiares de las víctimas del ARA San Juan. Además, los jueces sobreseyeron a los ex directores de la AFI, Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, y ocho funcionarios y agentes de la base de la AFI en Mar del Plata.

De acuerdo al fallo, “existe suficiencia probatoria para afirmar que las actividades desplegadas tuvieron como único objetivo la seguridad presidencial y/o la seguridad interior, y por esa razón se encuentran justificadas”. De esa manera, los ex funcionarios fueron sobreseídos por inexistencia de delito.

El ex presidente sostuvo en su evaluación sobre el fallo que “ganó la verdad. La verdad aún puede ganar en la Argentina” y que “cada vez falta menos para que la Argentina cambie para siempre”.

El ARA San Juan, un submarino clase TR-1700 de la Armada argentina, perdió contacto el 15 de noviembre de 2017, ocho horas después de que el jefe de operaciones informara sobre un principio de incendio en el tanque de baterías. Navegaba por aguas argentinas con 44 tripulantes a bordoFue hallado el 17 de noviembre de 2018 sobre el lecho marino a unos 800 metros de profundidad en el Atlántico Sur.

5. Neumáticos

El conflicto en el sector de neumáticos entre trabajadores y empresarios continúa esta semana. La semana pasada, fracasó la audiencia por el conflicto de revisión paritaria y el Sindicato del Neumático (SUTNA) definió una semana de protestas en las fábricas que comenzó el jueves pasado.

Los trabajadores reclaman un 71% de aumento salarial con revisión y el pago al 200% de horas extras de sábados y domingos, una propuesta rechazada por los empresarios.

El jueves y viernes estuvieron paralizados varios turnos de Pirelli, Bridgestone y Fate. Para hoy están previstas nuevas medidas en las tres empresas. La cámara patronal que agrupa a las tres firmas, que abastecen al 90% de los modelos de vehículos que se fabrican en el país, amenazan con posibles faltantes.

6. Las notas del fin de semana

7. Ola de calor en Europa

Una ola de calor provocó una serie de incendios forestales en Portugal, España y el suroeste de Francia, entre otros puntos de Europa. Más de 1000 fallecidos se atribuyeron a la ola de calor este fin de semana. Desde la semana pasada, las temperaturas se dispararon a 47ºC en Portugal y por encima de los 40ºC en España. En Francia más de 14.000 personas resultaron evacuadas por la destrucción de casi 10.000 hectáreas.

En Italia, el gobierno declaró el estado de emergencia en la llanura Padana. También se registraron incendios en Grecia y Marruecos. El Reino Unido declaró por primera vez en su historia una alerta roja frente a las altas temperaturas.

Un estudio publicado en junio concluye que es altamente probable que el cambio climático empeore el impacto de las olas de calor. Aquí algunas fotos de los incendios.

Arranquemos la semana con tranquilidad: en esta página podés jugar a adivinar si alguien está vivo o muerto según Wikipedia.

Nos encontramos mañana.

Tomás

 

Cenital

MUNDO PROPIO

Juan Elman
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Una vuelta a un mundo en desorden. Miradas, voces y lecturas para entender dónde estamos parados.
18/07/2022

¡Buen día!

1.

Mi mentira preferida de Boris Johnson es lo que hace con su pelo. Su melena ridícula y desprolija, con rayos de pelo parados que compiten entre sí, el primer indicio de que estamos frente a un hombre que no las trae todas consigo, es en realidad un invento: Johnson se despeina a propósito. Lo revelaron varias productoras de televisión que veían cómo Boris se desarmaba la melena antes de entrar a cámara. También se desajustaba el nudo de la corbata si hacía falta, o liberaba la camisa por arriba del pantalón.

Su torpeza, que completaba con el resto de su apariencia física y una elocuencia astillada, con gaffes permanentes, fue para él un dispositivo político. Una performance capaz de despertar simpatía y en cierta forma autoidentificación, activos fundamentales para cualquier político. No porque Johnson sea como el resto –nacido en el seno de una familia acomodada, estudió en el internado de élite Eton, luego en Oxford y siempre estuvo dentro del establishment– sino porque se ve vulnerable y es capaz de reírse de sí mismo aún en los espacios donde la seriedad es el código máximo y especialmente en un país cuya política es un espectáculo de solemnidad.

Es esta tensión entre su imagen de incompetencia y su innegable inteligencia para explotarla lo que lo convierte en un personaje atractivo. El propio Johnson jugaba con eso cuando intercalaba gaffes e inconsistencias con un despliegue bastante impresionante de su erudición, con citas textuales de la ilíada en su idioma original y otras referencias que domina desde Oxford.

Según The Economist, su renuncia como Primer Ministro de Reino Unido, es “la caída del payaso”. Es un rótulo que lo acompaña desde el inicio de su carrera política. Y hay voces serias que defienden la idea de que a Johnson hay que entenderlo como un payaso: un hombre atolondrado pero que se hace el tonto y cuya principal función –y clave de éxito– es que ayuda a aliviar y distraer a la sociedad ante la evidencia de una realidad trágica.

2.

Johnson dice que su peor metida de pata fue al inicio de su carrera como periodista, cuando inventó una cita en una nota para The Times, al que había entrado como pasante gracias a conexiones familiares, y fue despedido.

Encontró refugio rápido, y un par de años después llegó a Bruselas como corresponsal para The Daily Telegraph, un diario conservador con llegada al gobierno de Margareth Thatcher. A Johnson lo leía la propia Dama de Hierro y sus columnas causaban sensación. Este es el primer hito de su carrera. Sus ángulos eran mordaces y un poco ridículos, pero maridaban bien con la narrativa euroescéptica del thatcherismo. Escribía, por ejemplo, sobre cómo los italianos incumplían las normativas de la Comunidad Europea al fabricar preservativos demasiado pequeños, o cómo esas normativas impedían también que la industria de las papas fritas experimentara con algunos sabores nuevos.

“Era como tirar piedras al otro lado del jardín”, dijo en una entrevista en 2005 en la que rememora sus andanzas como corresponsal. “Oía romperse los cristales en el Reino Unido, como si todo lo que escribía desde Bruselas explotara en el partido Conservador. Eso me daba una extraña sensación de poder”. Muchas de sus notas contenían información que luego era desmentida por voceros, pero no importaba: los textos eran divertidos y se leían. Más tarde escribiría novelas y hasta una biografía de Winston Churchill, publicada en 2014. Las reseñas dicen que sus libros eran pésimos.

Johnson volvió a Londres en 1994. El diario quería que escribiera sobre política, pero él no tenía mucha idea qué decir. No tenía opiniones formadas. Según Sonia Purnell, que escribió su biografía, Johnson le confesó su secreto a uno de sus colegas en su nueva sección, James Landale. “Seguro debes tener alguna”, le dijo. “Bueno, estoy en contra de Europa y de que castiguen al capital”, le respondió Johnson. “Estoy seguro de que sacarás algo de eso”, saldó su compañero.

Pero unos años después se aburrió del periodismo y saltó a la política. Tenía ambiciones mayores. En su infancia decía que quería ser el “rey del mundo”: tener estatuas, ser recordado, poner su nombre en la Historia.

3.

Según se encargó de difundir su hermana Rachel, cuya carrera sí se consolidó en el periodismo antes de saltar a la política, Boris odia a la Unión Europea desde su infancia, cuando se llamaba Comunidad Económica Europea y donde su padre, Stanley Johnson, trabajaba como delegado del gobierno británico, que se sumó al bloque en 1973. Fue en Bruselas donde el matrimonio de sus padres se deshizo y su madre, Charlotte, comenzó con problemas de depresión.

Esa foto es de 1974. Boris es el chico de mirada perdida que parece agarrado de un colectivo imaginario, a la izquierda del cuadro. Lo siguen Leo, Rachel, sus padres y Jo, que es una versión prolija de Boris y fue su ministro hasta que renunció en una de las trifulcas partidarias por el Brexit. “Estoy dividido entre la lealtad familiar y el interés nacional”, dijo entonces, y dejó la política.

Era un ambiente ultracompetitivo. La periodista Marie le Conte relata que Boris una vez se fracturó el dedo por pegarle una patada a una mesa de ping pong, después de perder un partido con Rachel. Los cuatro fueron a Oxford y estaban presionados para destacar. Hay uno solo de los hermanos que escapó al ojo público: Leo, que es empresario. “No soy político. No soy rubio. No soy Tory (conservador). Nací sin el gen de la autopromoción, o al menos con este defectuoso”, dijo en una entrevista. También es anti-Brexit, como Rachel.

La familia vivió en Londres, Bruselas y Nueva York, donde nació Boris. Le Conte los retrata como una familia de clase alta pero venida a menos, obsesionada con recuperar su lugar a través del reconocimiento público.

Hay quienes leen ahí una metáfora poderosa sobre Reino Unido: un país venido a menos, obsesionado con recuperar su lugar a través del Brexit.

4.

Su ascenso en el Partido Conservador, en el que militaba su padre, fue escalonado pero certero. En el 2001 ganó una banca como diputado cuando todavía era editor del semanario The Spectator. Era joven, tenía presencia mediática y el escaño estaba en una zona segura para los tories: era un aterrizaje controlado. Ganó visibilidad cuando fue apuntado como Ministro de Artes en el gabinete en las sombras, una de las particularidades de la política británica, donde la oposición tiene siempre listo un equipo de gobierno. Los tories ya se habían acostumbrado a ser oposición: era el apogeo del Nuevo Laborismo y Tony Blair, quien fue, para Margareth Thatcher, su “mayor logro”.

NOS APOYA

Johnson se va del gabinete opositor en 2004, a raíz de un affair que tiene con una periodista que al principio niega, un modus operandi conocido a esta altura. En 2008 se presenta a la alcaldía de Londres y, para sorpresa de toda la opinión pública, gana. Muestra su cara más liberal y cosmopolita, tolerante con las minorías y cerca del centro. El hartazgo con el laborismo a nivel nacional, ahora en manos de Gordon Brown, opera como viento de cola, y Johnson derrota a Ken Livingstone, que gobernaba la capital desde hacía ocho años.

Su mayor legado fue la red de bicicletas y la organización de los Juegos Olímpicos, que le dio notoriedad global. No se destacó, pero estuvo a la altura. En 2012 volvió a reelegir. Y fue desde la alcaldía donde Johnson lanzó su mayor reto y apuesta política, cuando se convirtió en la cara de la campaña del Brexit.

Las fechas acá importan. En 2013, como una apuesta para ganar adeptos en el ala derecha del Partido Conservador, David Cameron, primer ministro desde el 2010, plantea la posibilidad de un referéndum para decidir sobre la permanencia en la UE. Un año después, en las elecciones para el Parlamento Europeo, el partido UKIP, cuya única propuesta es retirar a Reino Unido de la Unión, se convierte en el más votado. Su líder, el estridente Nigel Farage, comienza a presionar a Cameron, que por lo demás está confiado en que va a ganar la opción de la permanencia. En 2015 hay elecciones generales donde los tories arrasan, Cameron reelige como primer ministro y el referéndum queda para junio de 2016.

Es ahí donde entra Johnson en escena. Su decisión es tardía, lo que revela que estuvo especulando hasta el último momento, pero finalmente anuncia que va a apoyar la salida. Se convierte así en la cara de la campaña Leave, que para entonces no tenía referentes serios y competía contra un campo que tenía a los dos principales líderes nacionales –David Cameron y el laborista Jeremy Corbyn– como exponentes. En Brexit: The Uncivil War, la película de Toby Haines que narra la campaña, Johnson aparece retratado como una marioneta de Dominic Cummings, el cerebro detrás de la victoria al que Boris completa con su carisma.

Más allá de la lectura de Haines, la incorporación de Johnson se reveló crucial para la campaña, que prometía volver a tomar el control (take back control). Boris abandona a partir de ahí sus credenciales más liberales y comienza a hablar de seguridad social estatal y en contra de los inmigrantes. Su euroescepticismo, por lo demás, no era impostado.

Cuando el Leave se impone en el referéndum, Cameron renuncia y Johnson se convierte en el favorito para reemplazarlo. Pero entonces es traicionado por su mano derecha en el partido, Michael Gove, que declara que Johnson está incapacidato para gobernar el país y convence a decenas de otros parlamentarios. Boris baja entonces su candidatura. Solo tiene que esperar a que la sucesora de Cameron, Theresa May, fracase.

5.

Incapaz de conseguir el apoyo suficiente para aprobar su proyecto de Brexit, May renunció a principios de 2019. Johnson la había acompañado como ministro de Exteriores hasta la presentación del proyecto, que fue la excusa para abandonarla. El argumento de Johnson era que May estaba cediendo mucho a Bruselas, una lectura que terminó primando en la bancada conservadora.

Johnson arrasó en la elección interna del Partido y se convirtió en primer ministro en julio de 2019. Ese año estuvo a punto de llevar al país a una salida de la Unión Europea sin acuerdo, pero finalmente consiguió un arreglo de manera agónica, que evitó el choque. El precio a pagar es un protocolo que deja a Irlanda del Norte con ciertas regulaciones. Unos años después, ya en su ocaso, Johnson se va a arrepentir y va a buscar cambiar el protocolo por la fuerza.

Luego del acuerdo, firmado en octubre, Johnson convoca a elecciones generales. Su relación con el Parlamento, donde los conservadores habían perdido la mayoría por culpa de May, estaba agotada. En diciembre de 2019, Cummings, que había asumido como mano derecha, se ocupa de pensar otro lema, enfocado en terminar de completar el proceso formal de salida de la Unión: Get Brexit Done. Es simple y potente. Y hay otro viento a favor: Jeremy Corbyn, el candidato laborista, se encuentra desgastado y en guerra con su propio partido. En las elecciones Johnson lleva a los tories a la mayoría más holgada desde los años de Thatcher. Pero, por sobre todo, consigue la victoria en distritos tradicionalmente laboristas, que votaban a la izquierda desde hace décadas.

Unos meses después, Reino Unido sale de la Unión Europea y Boris Johnson finalmente consigue poner su nombre en la historia. Cummings tenía para entonces planes más ambiciosos: quería remodelar toda la burocracia estatal y convertir a Reino Unido en una potencia tecnológica, además de renovar la infraestructura de todo el país. Pero Cummings rompe con Boris antes del primer año de pandemia, cuando la gestión ya estaba a la deriva. El manejo de la crisis sanitaria fue errático y provocó que Reino Unido sea uno de los más afectados por muertes en todo el mundo. Después de dilatar medidas rápidas, Johnson las terminó tomando cuando él mismo casi muere contagiado, después de un par de noches en terapia intensiva.

Un año después de la salida de Cummings, aparecieron reportes de que Johnson y sus colaboradores organizaron fiestas en la residencia del Primer Ministro, mientras el país todavía seguía con restricciones. Johnson repitió su modus operandi, primero lo negó y después dijo que solo había ido a una, pensando que era un evento de trabajo. Luego se comprobó que había mentido. El partido votó para removerlo y Johnson zafó por muy pocos votos.

Apenas unas semanas después volvió a meter la pata, cuando dijo que no sabía de la conducta de Chris Pincher, el número 2 de la bancada conservadora que fue denunciado por abuso sexual, cuando lo nombró. Pero era mentira, y sus propios ministros lo empujaron a renunciar.

Con su salida, los conservadores se quedan sin el líder carismático que parodió al establishment como nadie, aunque su popularidad ya estaba desinflada. Su sucesor, o posiblemente sucesora, deberá hacerse cargo de un país cuya economía está destinada a seguir sufriendo por los próximos años y su lugar en el escenario internacional, ahora lejos de la Unión Europea, se parece más a un seguidismo de Washington que a un cuarto propio.

Muerto el bufón, queda solo la tragedia.

Nos leemos pronto.

Un abrazo,

Juan