Por Edgardo Esteban*
La guerra de Malvinas es una parte de la historia reciente argentina de la que poco se habla. Los datos y testimonios reunidos a lo largo de un cuarto de siglo han logrado quebrar el silencio oficial y poner al descubierto un hecho espeluznante: durante la guerra los soldados argentinos no sólo tuvieron que combatir al enemigo, sino al hambre, el frío y la inaudita incompetencia, cobardía y crueldad de sus propios jefes militares. Lo que vino después, el regreso, la posguerra, estuvo determinado por la indiferencia de una sociedad traumada por su irreflexivo apoyo a la dictadura y el silencio y el olvido impuesto por los militares. Volver fue el comienzo de un doloroso camino para una gran cantidad de soldados sacudidos por el horror vivido y por el porvenir, que ya no sería el mismo.
De alguna forma se combatió a los excombatientes, dándoles la espalda, obligándolos a la marginación, sepultándolos en el olvido, la indiferencia. Resultado: a la fecha los ex combatientes suicidados llegan 400, mucho más que los 267 muertos en combate. Los que aún viven padecen distintas afecciones, de graves consecuencias, englobadas en la denominación "Trastorno de Estrés Postraumático"...
La indiferencia social posterior al conflicto contrastó con el fervor patriótico que el 2 de abril de 1982 generó el anuncio de la "recuperación" de las Islas Malvinas, en boca del dictador Leopoldo Galtieri. La Plaza de Mayo de Buenos Aires, teñida de color celeste y blanco, se colmó de miles de ciudadanos, entre ellos muchos reconocidos dirigentes políticos y sindicales. Aclamaban a Galtieri, quien decía: "si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla".
Al final de la guerra, el 14 de junio, todo cambió de golpe. Tras la derrota, esa misma gente trató de incendiar la casa de gobierno, echó a Galtieri del poder y no quiso volver a hablar de Malvinas. El final del conflicto cerró el capítulo de la dictadura y fue un factor decisivo para la reinstauración de la democracia, pero en cuanto a la guerra, la sociedad no se hizo cargo de sus responsabilidades.
Las autoridades y la sociedad se comportaban como si los soldados fuesen los responsables de la derrota. Hubo un acuerdo tácito para olvidar la guerra, esconder a los que regresaban y borrar de las mentes lo vivido. Para obtener la baja militar, los oficiales hicieron firmar a los soldados una declaración jurada, en la que nos comprometíamos a callar y por ende a olvidar. Hablar de la guerra, de lo ocurrido durante la guerra, fue lo primero que nos prohibieron. Así, el dolor, las humillaciones, la frustración, el desengaño, la furia, quedaron dentro de cada uno de nosotros hasta tornarse insoportables en muchos casos. Es que hablar, contar, era el primer, necesario paso para exorcizar nuestro infierno interior y empezar a curar las heridas. Pero no se podía, eran cuestiones de Estado. De modo que el regreso fue cruel, en silencio, a escondidas, como si fuésemos un grupo de cobardes. La bienvenida quedó para el hogar.
Asignaturas pendientes
Nadie discute hoy, ni ha discutido nunca, el justo reclamo argentino de soberanía que la República Argentina mantiene sobre las Islas desde 1833. Pero eso nada tiene que ver con el análisis descarnado de lo ocurrido en 1982. Durante mucho tiempo se ha preferido eludir la autocrítica de la derrota, de la que nadie quiso hacerse cargo. Galtieri y recientemente el almirante Jorge Anaya murieron sin haber hablado, sin enfrentar sus responsabilidades políticas y militares. Ninguna guerra es buena, pero ésta, por la improvisación e incompetencia, fue peor.
Al margen de los errores tácticos y estratégicos que definieron la suerte de la guerra, lo que aparece como inaudito son los injustificados malos tratos, las crueldades de algunos oficiales y suboficiales hacia sus soldados: por ejemplo, "estaqueos" (1) durante horas en la turba mojada, con temperaturas bajo cero. En su gran mayoría eran castigos por robar comida. Teníamos hambre, porque la imprevisión y la incompetencia eran tales, que a pesar de que "invadimos" unas islas semidesiertas, estábamos al lado de nuestras costas y permanecimos allí 30 días hasta que llegaron las tropas inglesas y empezaron los combates... ¡no había casi comida!.
El genocidio iniciado por los militares y sus apoyos civiles con el golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, continuó de algún modo en Malvinas. La misma crueldad, la misma incompetencia, el mismo desprecio por la vida ajena, la misma cobardía. En Malvinas, los militares cometieron aberraciones progresivamente denunciadas por quienes las sufrieron en carne propia: tortura física y psicológica; traición. Con alguna otra excepción, sólo la valentía y capacidad técnica de los pilotos de la Fuerza Aérea quedan fuera de estas calificaciones.
La derrota fue tan dura para la Junta Militar, que se vio obligada a nombrar a una Comisión Investigadora. Un digno general de la Nación, Benjamín Rattenbach, elaboró en 1983 un informe (2), a pedido de la Comisión de Análisis y Evaluación Político Militar de las Responsabilidades del Conflicto del Atlántico Sur. El informe califica la Guerra de Malvinas como una "aventura irresponsable" (ver "El Informe..."). Señala que cada arma funcionaba por su cuenta, que carecían de preparación y que la conducción estuvo plagada de errores. Sobre esta base, el Consejo Supremo de las Fuerzas Armadas condenó a Galtieri a 12 años de reclusión con accesoria de destitución; al almirante Jorge Isaac Anaya a 14 años de reclusión con accesoria de destitución y al brigadier Basilio Arturo Lami Dozo a 8 años de reclusión. En cambio, quedaron absueltos, por prescripción de los delitos, los jefes militares Osvaldo Jorge García, Helmut Conrado Weber, Juan José Lombardo, Leopoldo Alfredo Suárez del Cerro, Mario Benjamín Menéndez y Omar Edgardo Parada. En 1988, al cabo de la revisión en segunda instancia civil y federal de la condena a Galtieri y demás responsables militares, un tribunal ratificó las condenas por los delitos cometidos unificándolas en 12 años solo para los tres máximos jefes militares. No hubo otros condenados por responsabilidades en la Guerra de Malvinas. Finalmente Galtieri, Anaya y Lami Dozo fueron indultados en 1990 por el presidente civil Carlos Saúl Menem.
Militares que cometieron violaciones de los derechos humanos como tortura, tortura seguida de muerte, (Art. 144 del Código Penal) y robos, homicidios y delitos conexos cometidos como miembros de una organización delictiva (dirigida por las juntas militares que gobernaron durante el llamado 'Proceso'), cobran pensión actualmente como ex combatientes de Malvinas. En algunos casos no se los juzgo o se los absolvió; en otros se los indultó o sus procesos se cerraron a causa de las leyes de Punto Final y Obediencia Debida (3).
Entre los absueltos figuraba el entonces teniente de navío Alfredo Ignacio Astiz, miembro de los primeros comandos enviados a las islas Georgias del Sur, vecinas de las Malvinas y también bajo ocupación británica. Astiz se rindió con su tropa al enemigo sin efectuar la debida resistencia; fue capturado y remitido a Gran Bretaña. De regreso en el país y ya en democracia, fue juzgado en Argentina y condenado (en ausencia) en Francia por participar de secuestros y desapariciones durante la dictadura, entre ellos el de dos monjas francesas y de miembros de Madres de Plaza de Mayo. Otra de sus hazañas, realizada el 27 de enero de 1977 en la localidad de Palomar, cuando encabezaba un grupo de tareas que operaba en la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA), consistió en balear por la espalda a la adolescente sueca Dagmar Hagelin, cuando ésta corría asustada sin ofrecer resistencia. Estos actos de "valentía" en el servicio no los repitió Astiz en Malvinas: es conocido que ante el primer disparo del enemigo alzó la bandera de rendición y se entregó junto con su tropa.
El descarnado informe del general Rattenbach fue silenciado por sus camaradas, que no quisieron hacerse cargo del debate y sumir una autocrítica sobre lo ocurrido. Tampoco por los gobiernos civiles. Solo fue publicado en una edición del Centro de Soldados ex Combatientes de Malvinas de La Plata (CESIM). Como dice el escritor Osvaldo Bayer, autor del prólogo: "Malvinas es la única guerra del mundo donde murieron los soldados y se rindieron todos los generales, almirantes, brigadieres, coroneles, vicealmirantes, contraalmirantes, mayores, capitanes, sargentos, cabos primeros".(4)
Todos esos heroicos militares van muriendo en la cama, poco a poco, gozando de pensión completa. El cinismo continuó con la democracia, cuando se empezó a inaugurar monumentos a los "Héroes de Malvinas", mientras los ex soldados comenzaban a suicidarse. Los "héroes" en realidad fueron víctimas. Mientras oficiales y suboficiales siguieron cobrando sueldos, pensiones y retiros al margen de su responsabilidad en los hechos de la guerra (y en otros hechos, durante la represión dictatorial), los "soldaditos" en un primer tiempo tuvieron que salir a mendigar.
El día después
Las pensiones a los ex-combatientes de Malvinas sólo se establecieron en 1990, casi una década después de la guerra y gracias a la ley nacional 23.848, que beneficiaba a los ex soldados conscriptos, comenzaron a cobrar 150 pesos mensuales.
La difícil recuperación de las secuelas de la guerra y de la reinserción social, el "Trastorno de Estrés Postraumático" (TEP) afectó en diverso grado a todos los ex combatientes. El TEP es un estado depresivo crónico, propio de alguien que ha experimentado de forma directa la guerra. Genera una constante sensación de temor, angustia u horror y pesadillas, miedos, problemas de relación, irritabilidad, dificultades para conciliar el sueño, sobresalto, un elevado nivel de violencia e irritabilidad, inclinación por las adicciones, entre tantos síntomas.
Según datos estadísticos obtenidos en el 2004 por el Ministerio de salud de la provincia de Buenos Aires (5), un 77.9% de los ex combatientes sufre de trastornos de sueño. Un 10% reconoce haber padecido síntomas psicóticos tales como delirios, alucinaciones y manifestaciones paranoicas. Un 20% asegura sufrir algún tipo de fobia y un 60% se queja de trastornos de la memoria (olvido constante de nombres, fechas, situaciones, etc.). Un 32% declara padecer de ideas obsesivas ligadas a Malvinas y la relación de Malvinas con hechos posteriores. Un 28% de los ex combatientes encuestados tiene ideas recurrentes respecto al suicidio; un 10 % reconoce que ha realizado intentos de suicidio en una o más ocasiones. El 37% se reconoce violento; un 26% usa comúnmente armas de fuego.
Los estudios (6) ayudan a entender las particularidades de la población de ex combatientes: el 41% alcanzó la escolaridad primaria; el 60% no tiene resuelta en forma estable su situación laboral; el 36% padece discapacidad física y/o psíquica. Si bien el 99% cuenta con obra social, el 72% no concurre al médico y el 91% no recibe atención específicamente psiquiátrica y psicológica. El 88% nunca concurrió a un centro de salud. Entre el 25 y el 39% de los ex combatientes (varía según su zona de residencia), padece el TEPT.
Las formas más frecuentes de TEPT en estos ciudadanos son: trastornos depresivos severos con intentos de suicidio o idea suicida persistente; violencia familiar; bajo o nulo control de los impulsos; intoxicación por drogas o alcohol; abstinencias; episodios de descompensación psicótica, trastornos de ansiedad en sus distintas formas. La fantasía suicida, los intentos concretos de suicidio, o bien las conductas de autodestrucción y auto agresión se verifican en casi todos los casos de urgencia. Al margen del altísimo número de suicidios consumados, hay un número de casos de "suicidio encubierto" (sobredosis, accidentes, etc.), de los que no se tiene un registro claro.
En los últimos años la situación de los ex combatientes de Malvinas mejoró notablemente. Los Centros de de ex combatientes (organizaciones creadas por los propios soldados, unas 30 ONG en todo el país), han logrado acceder a la participación en la discusión de políticas públicas con el Estado, con objeto de revertir la situación. 26 años después de terminada la guerra, recién ahora se está realizando un relevamiento socio-sanitario nacional de los ex combatientes, para atender aquellos casos de alta vulnerabilidad, a cargo del INSSJP-PAMI, obra social que atiende a los ex combatieres y a su grupo familiar.
Con el incremento de las pensiones, la situación económica de los ex combatientes ha mejorado. A partir del 2004, el estado nacional otorga una pensión de 1.700 pesos, equivalente a tres jubilaciones mínimas y en muchos casos los estados provinciales también otorgan pensiones y coberturas en las obras sociales provinciales. A partir de enero de 2007, la provincia de Buenos Aires, que tiene el 50 % del padrón –unos 5.500 ex soldados-, otorga una pensión equivalente a tres salarios mínimos del estado provincial, unos 1.500 pesos. En la provincias de Corrientes, Chaco, Entre Ríos, Ushuaia, entre otras, la situación es similar.
También existen encuadres para el acceso al trabajo. En la provincia de Buenos Aires, los ex soldados tienen prioridad para ocupar cargos auxiliares (porteros) en la Dirección General de Escuelas, donde trabajan 1.000 ex combatientes. Así mismo, en el 2007 el ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) reconoció un error en la liquidación de los haberes de las pensiones devengadas en años anteriores, estimado en 30.000pesos por ex combatiente.
Durante 10 años no hubo ningún tipo de asistencia ni ayuda, por lo que se reclama una ley de reconocimiento histórico por el periodo que abarca desde 1982 hasta 1990.
Los militares fueron a Malvinas cobrando salario y con cobertura social, en tanto que los conscriptos se encontraban cumpliendo con la Ley de servicio militar obligatorio, derogado en 1994.
El ahora
En el año 1992, una década después, escribí "Iluminados por el fuego" (7), libro que sin dudas contribuyó a abrir un debate sobre lo ocurrido en Malvinas. Hasta ese momento poco o nada se sabía sobre los suicidios y los traumas de posguerra entre los soldados, y la película (8) realizada luego por Tristán Bauer mostró la cotidianidad de la guerra; el hambre, las torturas a soldados por sus propios jefes. Desde entonces se multiplicaron las denuncias de los soldados sobre los malos tratos.
En 2007, tras un profundo trabajo de investigación y denuncia por parte del Subsecretario de Derechos Humanos de la Provincia de Corrientes, Pablo Andrés Vassel y la decisión colectiva de los ex combatientes (realizan congresos provinciales cada tres meses), se llevó a cabo una recopilación para el libro " Memoria, verdad, justicia y soberanía, Corrientes en Malvinas" (9), donde se denuncia la muerte de cuatro conscriptos –uno ametrallado; los otros por desnutrición y un enorme número de estaqueados. Vassel comenzó a recopilar estos testimonios en 2005, luego del preestreno en Corrientes de "Iluminados por el fuego", al que asistieron numerosos ex combatientes. Vassel narra que después de la proyección hubo un debate y que al comentar los vejámenes lo sorprendió que todos confirmaran las denuncias de la película, pero que al respecto ésta se había quedado corta. Así nació la idea de reunir las denuncias.
Poco tiempo después Vassel filmó y armó con ellas el cuerpo central de los casos. Los primeros testimonios fueron presentados en el 2007 al entonces presidente Néstor Kirchner, en su carácter de Comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas, y a la ministra de Defensa Nilda Garré. Posteriormente, el (FECHA), el documento fue presentado a la jueza Federal de Río Grande (Tierra del Fuego, jurisdicción de las Islas Malvinas), a cargo de la jueza federal Lilian Herraez.
El texto denuncia que algunos efectivos militares de carrera, oficiales y suboficiales, trataron a los soldados conscriptos de manera similar, o con los mismos criterios y métodos de terror, que había utilizado la dictadura militar ante el conjunto de la población. Simulacros de fusilamiento, torturas sistemáticas, vejámenes repetidos y desprecio absoluto por la vida. Varios soldados correntinos murieron de hambre, y ésto no fue una circunstancia inevitable de la guerra, sino consecuencia de un tratamiento humano indigno, ya que todos los testimonios hablan de que el personal de cuadro no sufría privaciones.
Por ejemplo, el ex combatiente Jorge Delgado recuerda: "El hambre que teníamos era una constante, porque estábamos muy mal alimentados; la carne y la verdura se repartían entre los oficiales y suboficiales". Marcos Ojeda agrega: "Al mes del combate el 90% del regimiento estaba con desnutrición, incluso mi compañía tuvo un deceso por esa causa. Yo siempre pesé 70 kilos y cuando terminó la guerra estaba en 52 kilos y medio". Mario Romero: "Nosotros estábamos a un kilómetro del puerto, y ahí pegado había un lugar donde los ingleses faenaban las ovejas y tiraban las vísceras. Los soldados iban y alzaban eso (...) buscaban cáscaras de papa, de naranja, y comían; juntaban y comían. Llegó un momento en que parecía que no éramos soldados, éramos linyeras buscando comida. Se tomaban sanciones contra quienes hacían esto. Los estaqueaban o lo enterraban en un pozo, con sólo la cabeza afuera".
A mediados de agosto de 2007, la jueza Herraez y la secretaria Cecilia Incardone se instalaron en la ciudad de Corrientes, en el Juzgado Federal. Allí tomaron los primeros 23 testimonios y se presentó una segunda denuncia con 15 nuevos casos de estaqueamientos de soldados de la provincia de Corrientes, dos de Chaco, uno de Santiago del Estero, tres de Rosario y uno de Buenos Aires. Este último, "Cacho" Núñez, un ex soldado del Batallón de Infantería de Marina 5 (de Río Grande), compartió la pena con el suboficial retirado del ejército Guillermo Insaurralde, castigado... porque se compadeció y lo liberó del cepo. Fue muy importante el testimonio de un ex conscripto de la Fuerza Aérea, Alberto Fernández, de Casilda (Santa Fé), quien fue enterrado hasta el cuello en la turba helada a causa del acto "indisciplinario" de tomar un paquete de galletitas para alimentarse.
El expediente cuenta con tres cuerpos de 200 fojas cada uno. La Fiscalía interviniente está a cargo de Marcelo Rapoport. La causa está en la etapa probatoria, todavía sin procesados, aunque a raíz de las revelaciones el ministerio de Defensa separó a algunos militares, como el subteniente Gustavo Malacalza, subdirector del Liceo San Martín. También la Armada inició sumarios internos.
De los casos analizados por la Justicia el más grave es el de Rito Portillo, un soldado ametrallado por un cabo. Los militares lo hicieron figurar como muerto en combate y amenazaron con un Consejo de Guerra a un compañero de Portillo que intentó denunciar lo que había sucedido. Entre los muertos por desnutrición está Remigio Antonio Fernández, de quien recuerda uno de los testimonios: "Era un compañero mío, muy flaquito, muy quedado diría yo. No se la supo rebuscar, y falleció en la trinchera, arrolladito".
Perder el miedo
Muchas de las historias reunidas en el libro fueron relatadas por primera vez en 25 años. "Hubo tres formas de presión sobre los ex combatientes: la imposición de silencio de los jefes militares, que los amenazaron para que no hablaran al volver de Malvinas; la campaña de desmalvinización posterior y el olvido que se impuso en los ’90", señala el libro. Una de las consecuencias del silencio ha sido el alto número de suicidios de ex combatientes (400), que supera al de los caídos durante la guerra (271).
Pero además de las políticas impulsadas desde el Estado, el tema de los soldados de Malvinas siempre ha provocado frialdad social. "Para mí, tiene que ver con que Malvinas expresa las contradicciones de los argentinos: el haber salido a la Plaza de Mayo a apoyar a Galtieri, y luego el hecho de que mucha gente asocia el tema a una reivindicación de la dictadura. Esto deja a los soldados en una situación difícil, porque para los militares, ellos son civiles, pero para los civiles son militares", sostiene Vassel.
En noviembre pasado, Vassel y Orlando Pascua, Miembro del Centro de ex combatientes de la provincia de Corrientes (CESCEM), acompañados por el ex combatiente Roque Zabala, estuvieron nuevamente en Río Grande, donde anexaron a la causa tres casos de estaqueamientos detectados en la provincia de Santa Fe y entregados a la Justicia por la Secretaría de Estado de Derechos Humanos de esa provincia, a cargo de Domingo Pochettino y Alfredo Vivono, más dos testimonios de ex conscriptos que residen actualmente en Río Grande. Uno de ellos señala claramente al "famoso" teniente Jorge Taranto (o Baroni) por sus actitudes aberrantes para con los soldados conscriptos.
También en Río Grande, los miembros de la Comisión de Derechos Humanos de la Provincia del Chaco María Cristina Barrios, María Luisa Chomiak y María Elena Vargas, presentaron cuatro denuncias de ex combatientes chaqueños, quienes quieren que la jueza que lleva la causa se apersone también en esa provincia para tomar declaraciones a otros ex combatientes. La presentación la realizó finalmente la propia Legislatura Provincial chaqueña, denunciando ante la jueza fueguina distinto tipo de vejámenes sufridos por soldados durante la guerra, cometidos por miembros del Estado. Los diputados provinciales dispusieron un plazo de 90 días para posibilitar que otros ex combatientes puedan testimoniar. La provincia del Chaco, junto con las de Buenos Aires y Corrientes, es las que más soldados aportó a la guerra.
De esa manera, totalizan 41 los casos denunciados ante la Justicia Federal de Primera Instancia de Río Grande, con jurisdicción sobre las Islas Malvinas. La presentación sostiene que las Fuerzas Armadas pueden aprender mucho del testimonio de los soldados, puesto que para ellos su participación en Malvinas es el hecho más importante de sus vidas; que allí lo pusieron todo, que el hambre, el frío, la incompetencia, no fueron suficientes para quitarles su ánimo de combate y que esos relatos no hacen más que encarnar un profundo deseo de verdad y justicia.
Se trata de establecer la verdad de lo ocurrido. Algo que la sociedad les debe a los caídos y a los que combatieron con dignidad en Malvinas. Se trata de hacer justicia, para separar nítidamente a aquellos que combatieron con honor, incluidos algunos oficiales y suboficiales, de quienes consideraban un acto de valentía estaquear a un soldado hambriento.
El trabajo fue presentado al ex presidente Néstor Kirchner, acompañado de una carta que dice: "debe conocerse en nuestro país la verdad sobre estos hechos y sobre todas las tropelías cometidas por la última dictadura militar, para tener en claro la memoria sobre los padecimientos de nuestro pueblo; la necesidad de contar la verdad sobre la forma en que se condujo la guerra y el trato que se les dio a los patriotas que ofrecieron sus vidas a los 18 años, sugiriendo una comisión investigadora para recibir el testimonio de los soldados".
La presentación judicial, por su parte, hace hincapié en que fue un genocidio planificado, dado que están implicadas las tres fuerzas y los altos mandos y que esos hechos no fueron producto del desvarío y la crueldad de cuatro o cinco oficiales o suboficiales. Por ejemplo, un soldado del Regimiento de Curuzú Cuatiá fue estaqueado en el Liceo Militar General Roca de Comodoro Rivadavia antes de viajar a Malvinas, con lo que el argumento de la ausencia de instalaciones "adecuadas" para el "acto disciplinario", revela toda su falsedad.
La denuncia generó las siguientes acciones oficiales:
- Se ultiman detalles jurídicos para que la Nación, por decisión del ex presidente Néstor Kirchner, se presente como querellante en la causa a través de la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación, a cargo de Eduardo Luis Duhalde.
- La Comisión de Derechos Humanos de la legislatura de la provincia del Chaco creó una Comisión Investigadora. En las primeras dos semanas de trabajo se recolectaron cinco nuevos casos, presentados en el juzgado de Río Grande a fines de 2007.
- La Provincia de Santa Fe creó a su vez una Comisión Investigadora.
- A instancias de la Subsecretaría de Derechos Humanos de Corrientes tomó contacto con la ministra de Defensa Nilda Garré, a quien le entrego una copia de la investigación: 220 páginas y 10 horas de documento fílmico con los testimonios.
Obran en el expediente 41 casos 'y un número muy importante de testimonios', dijo Vassel, quien agregó que 'sabemos de nuevos casos, descubiertos en Tucumán, Salta, San Luís, Córdoba, Corrientes, Misiones y Buenos Aires. Estamos esperando la mejor oportunidad para presentarlos a la causa'. "En la actualidad hay 41, que podrían llegar a 60 en los próximos meses", detalla Vassel, que durante este año seguirá viajando por el país recopilando denuncias como las de ex combatientes de la provincia de Chubut, que narran como eran picaneados en los pies por sus superiores, con los equipos de comunicaciones de 12 voltios.
Acompañando las denuncias de los ex combatientes, organismos de derechos humanos como Abuelas y Madres de Plaza de Mayo realizaron en Buenos Aires el 8 de diciembre pasado una conferencia de prensa y la presentación del libro de la Subsecretaria de Derechos Humanos de la provincia de Corrientes. En el prólogo del libro Estela de Carlotto, presidente de Abuelas, manifiesta su compromiso con la verdad histórica de Malvinas: "Felizmente la memoria esta presente y activa en nuestro pueblo. Esta vez es la provincia de Corrientes la que nos da el ejemplo de que no debemos olvidar los acontecimientos, ni a las victimas, ni a los responsables de las atrocidades infringidas durante los años de la dictadura militar". Y agrega: "El escarnio, el abandono, el valor de estos conscriptos que con el pecho abierto al amor por la Patria, fueron a defenderla pero indefensos. Nos concierne a todos los pobladores del país saber que no es posible el olvido, que 26 años después la leyenda es un dolor abierto y que debemos saldar estas deudas. Queda entonces esperar que la justicia actúe, que los indiferentes se involucren y que los lectores del libro tomen partido para la construcción entre todos de un país digno, libre y soberano".
Carlotto da en el clavo: los ejes deben ser memoria, verdad y justicia. Memoria, por los caídos, por los que no soportaron tanta desidia y por todos aquellos que dieron la vida allá y acá por la soberanía. Verdad, porque sin ella ninguna sociedad crece ni se desarrolla. Justicia, para que no exista más impunidad.
La sociedad argentina jamás será justa; en país no será distinto, previsible, lógico y pacífico si no condena la impunidad y a quienes violan la Constitución y los Derechos Humanos. Los argentinos necesitamos ganarle a nuestra propia guerra, esa que deambula en nuestra mente y que nos acecha. Malvinas exige que se castigue a todos los culpables, que se proteja y asista a los ex combatientes. Que se recuerde tanto a los que murieron en las islas, como a los que volvieron y como consecuencia de la indiferencia y el olvido se quitaron la vida.
* Edgardo Esteban: Escritor, periodista, ex combatiente en la guerra de Malvinas entre Argentina y Gran Bretaña (1982). Autor del libro "Iluminados por el Fuego", y coautor del guión de la película del mismo nombre.
Fuente: Le Monde Diplomatique, febrero 2008
Para Pensar la Patria
Por Enrique Oliva, mayo de 2005
El INSTITUTO MALVINAS comienza hoy la publicación de cinco notas sobre los sucesos de la Guerra de las Malvinas, ocurridos entre el 2 y el 6 de mayo de 1982. Será un resumen de las notas e informes escritos por Enrique Oliva con el seudónimo de François Lepot, como enviado especial a Londres del diario Clarín de Buenos Aires. El texto completo de estos trabajos pueden leerse en el libro "Malvinas desde Londres", de Editorial Ciudad Argentina.
La intención de esta publicación es dar a los jóvenes de hoy la versión de un compatriota analizando cómo la Gran Bretaña trató el conflicto a través de sus medios de comunicación, rigurosamente presionados para estimular al belicismo de su pueblo. Un pueblo que, en ningún momento de aquellos dramáticos días, se manifestara públicamente en apoyo a la aventura colonial de
la señora Margaret Thatcher. Todo lo contrario, se expresó en las calles, casi cotidianamente, en demostraciones contrarias a la guerra, al envío de la flota con armas nucleares y la agresión colonialista a la Argentina, no obstante encontrarse bajo un régimen de facto. Ese pueblo del Reino Unido, como todos los pueblos del mundo, comprendía que el colonialismo fue y es una forma de explotación por la fuerza bruta, todo en beneficio de las multinacionales, no solo inglesas, sino de otros gobiernos de grandes países de capitalismo salvaje.
Malvinas: Del "Belgrano" al "Sheffield" (I)
Londres, Domingo 2 de Mayo de 1982
Estados Unidos y su guerra económica-militar
Es cierto que las sanciones económicas aplicadas por Estados Unidos a la Argentina no son graves, pero sí son dramáticamente graves las medidas de tipo militar que adoptó.
Ayer se difundió por la BBC una nota de su corresponsal en Buenos Aires, John Paley, diciendo: "Los Estados Unidos se hicieron acreedores (en la Argentina), en este momento, de más hostilidad que Inglaterra... Los descendientes de norteamericanos en Argentina creen injusto que este país los identifique con el bando británico".
Asimismo, nadie deja de recordar a Vietnam. Allí fueron los norteamericanos a defender colonias francesas, cuando ya estaban vencidos los galos, y se quedaron solos aguantando todo el peso del disparatado conflicto.
Cabe recordarse que el poeta Ho Chi Ming no fue siempre comunista y tuvo marxistas entre sus adversarios internos. Pero cuando los norteamericanos lo acorralaron, junto a su estrecho colaborador el legendario general Giap y al actual jefe del gobierno de Vietnam del Sur, Phan Van Dong, comenzaron a recibir ayuda masiva de China y Rusia.
Con Cuba ocurrió lo mismo. Si bien Raúl Castro, hermano de Fidel, era comunista, los correligionarios de éste no estuvieron en las sierras. Fidel y sus hombres, al tomar La Habana, entraron con pañuelos de cuello con la imagen de la virgen y celebraron con una multitudinaria misa donde Castro recibió la comunión. Pero también al enfrentarlo Estados Unidos, en defensa de los intereses yanquis que dominaban a Cuba, poniéndolo entre la espada y la pared, se declaró comunista. Poco después confesó: "No sé bien qué es el marxismo. Ahora estoy leyendo una biografía muy interesante de Marx".
Recuérdese que la primera salida al exterior de Fidel Castro al triunfar su revolución, fue a Estados Unidos. Habló con el presidente y en el Congreso. En todas partes pidió comprensión. Explicó que se necesitaban cambios en su país y expuso su plan para levantar a Cuba del atraso. Para ello requería que las multinacionales y las mafias le dejaran hacer. como también las mafias que lo dominaban todo. No lo entendieron. Él quería seguir siendo amigo de los yanquis que tanto lo ayudaron en la lucha armada, pero lo dejaron sin alternativa.
Títulos Destacados de la prensa Inglesa del Día
Como noticia de "última hora" todos los medios encabezaron hoy con la noticia de que fue torpedeado el crucero "Belgrano". Nadie alcanzó a hablar del hundimiento.
El bicentenario Times, como siempre, encontró justificativos para defender desde la esclavitud y piratería, a las conquistas por la fuerza de colonias por toda la tierra. Por supuesto, todo en nombre de la civilización, el orden y la democracia. Para esa justificación usaban la idea de "white mansburden" ("la carga del hombre blanco") como si fuera un penoso trabajo el tomar colonias para cumplir "con el deber de humanizar". De explotar no se decía nada, aunque fuera la real y única intención de las agresiones armadas.
Hay un secreto a gritos, comentado en todos los círculos pero sin que nadie lo difunda por los medios. Es que el submarino que torpedeó al "Belgrano" era nuclear. Eso si que es un acontecimiento histórico: ¡Ha debutado la guerra atómica marítima!
No obstante el fracaso del bombardeo de Puerto Argentino, se destaca que "va a pasar a la historia militar como uno de los golpes más hábiles", dice el Daily Star.
En este conflicto casi nadie, y en muy raras ocasiones, la prensa inglesa usa la palabra colonia o colonialismo. Cuando se menciona a Malvinas, "acostumbrada a vivir en libertad y democracia", se la llama "parte del territorio británico", aunque esté exactamente a 8.250 millas marítimas (15.279 kilómetros).
Irlanda e Italia, por criticar al colonialismo se han convertido en los países europeos más agredidos como fascistas por Londres. Si se trata de naciones fuera del viejo mundo, se atribuye la inquietud a "provocaciones comunistas".
El "peligro rojo" está siempre latente y ante el menor atisbo, rápidamente se inician ataques esgrimiendo "valores superiores" para silenciarlo. Según The Guardian, "Reagan dice que la lucha contra el marxismo está en peligro". El Herald Tribune también habla del lamento de Ronald Reagan porque al ponerse junto a Gran Bretaña ha perdido un gran aliado (Argentina) en la lucha anticomunista.
Una nota en el Times títula: "Pym (el canciller inglés) incrementa la presión diplomática en Estados Unidos", declarando que "la crisis de Malvinas es un problema mundial y no sólo un problema británico". El "problema mundial" se presenta descaradamente como una obligación universal de contribuir con la Gran Bretaña en esta batalla que llama contra la agresión, y por la democracia y la libertad. Ayer ha declarado también Pym que: "Los argentinos necesitaban una lección", dice The Sun.
Según The Daily Telegraph, "Estados Unidos podría ajustar la tuerca económica sobre Argentina", explicando que la administración Reagan está estudiando incrementar las sanciones para ponerse a tono con las impuestas por los países del Mercado Común".
En el Daily Star de hoy leemos: "¡Pym: Los jefes de la Junta corren asustados!" Y agrega: "Hay un montón de gente corriendo preocupada en Buenos Aires. Los hechos del fin de semana, más la captura de Georgias del Sur, los tiene consternados".
También el Herald Tribune editorializa hoy sobre "principios", como si fuera de los "principios" del colonialismo no existieran otros valores anteriores.
The Times, tampoco se pierde la oportunidad de hablar de principios y se los desea hacer ver a Juan Pablo II. Hoy publica una nota titulada: "Los dilemas de la visita del Papa". Habla de "una cierta resistencia en virtud de la posibilidad de que el Pontífice anule su visita si Gran Bretaña y Argentina están en guerra. En algunos círculos se dice que debería venir, bajo cualquier circunstancia, como testigo de principios importantes".
El Daily Express trae hoy una nota capciosa. Se titula: "Excesos en la guerra de palabras". Y dice: "La desinformación tenía por objetivo desmoralizar al enemigo y era una especialidad de los nazis en la Segunda Guerra Mundial. Parece que los argentinos continúan con la tradición".
Es un descaro hablar de desinformación como práctica de nazis y ahora copiada por los argentinos. Estas técnicas los ingleses las han sublimado y pérfidamente.
Y como no podía faltar, se habla de algo muy inquietante en todo el mundo, referido a la posibilidad de que Argentina se declare imposibilitada de pagar los servicios de su deuda externa, a causa de las sanciones aplicadas contra sus intereses, precisamente por todos los países acreedores.
Aunque muy suave, sin darle el alcance de su real gravedad, hoy The Times trae un artículo titulado: "Los pagos de la deuda podrían suspenderse". Es una nota desde Nueva York de Nicholas Hirst. Dice que "los banqueros están preocupados pues si el conflicto en Malvinas empeora, Argentina podría declarar una moratoria en los pagos de su deuda a los acreedores norteamericanos...".
Malvinas: Del "Belgrano" al "Sheffield" (III)
Londres, Martes 4 de Mayo de 1982
Hoy la prensa matutina, como el único vespertino (The Standard), ponderaban el éxito de haber hundido el Crucero Belgrano, "fuera del área de exclusión". El hecho fue anunciado recién ayer al anochecer por el ministro de defensa John Nott en la Cámara de los Comunes, cuando ya era inocultable por saberlo desde la víspera el mundo entero. Todos los medios, en mayor o menor grado, festejaban ahora esa victoria naval, aunque sin mayores detalles.
"The Sun", el diario más leído por los ingleses, en su primer edición tituló con grandes letras en tapa: "¿Se ahogaron 1.200 argies?". Otro título sensacional dice: "Campanas de muertos para los argentinos".
Una segunda edición del "Sun", lleva un título tipo catástrofe, con letras de 7 centímetros de alto, diciendo jubilosamente: "GOTCHA". Esta palabra no figura en el diccionario de la lengua inglesa, pero se usa como "te la dí", "te agarré", más el significado más vulgar es "te cagué". Es la abreviatura de la frase "II ve got you". Los subtítulos agregan: "Nuestros muchachos le dieron a un crucero... convirtieron al ’Belgrano’ en una ruina inútil".
El "General Belgrano" estaba espiando al borde de la zona de 200 millas cuando nuestro submarino nuclear "Conqueror" atacó disparando dos torpedos "Tigerfish".
El Daily Record de Escocia le reprocha a Margaret Thatcher el haber dicho "¡tiren a matar!".
The Sun es el diario más escandaloso de Gran Bretaña, habituado a atacar al Papa. Su propietario, el magnate australiano Rupert Murdoch, enriquecido con el comercio de la pornografía, es también dueño del diario que aparece como el más serio y representativo del conservadurismo británico: The Times.
La Cámara de los Lores y el "Belgrano"
"Hemos causado un masivo vuelco de la opinión mundial cometiendo el gobierno asesinato masivo en alta mar", dijo lord Jenkins en la Cámara de los Lores.
En los Comunes también se trató el tema. "La mayoría de los británicos no se regocijó como la primer ministro (la palabra regocijo es intencionalmente referida a la que ella empleara luego de la toma de las Georgias), con esta pérdida de vidas, sin declaración de guerra y fuera de la zona de las 200 millas", dijo Anthony Benn.
Sin embargo, inesperadamente, hubo una estremecedora información a las 21:30, cuando la BBC difundió un escueto comunicado reconociendo que había sido hundido el destructor "SHEFFIELD" y derribado un "Harrier" en aguas de las Malvinas, sin agregar más detalles, cuando nadie sabía que se operaba en esa región, sin dar ningún detalle.
La fuente oficial y dramáticamente difundida, pero sin detalles, fue una información para quitar el sueño a muchos ingleses. Recién mañana se conocerán, quizás, los pormenores.
En medios financieros vinculados a Argentina, como analistas privados y profesores y estudiantes universitarios (encabezados por Oxford, éstos públicamente muy enemigos del colonialismo), se manifestaron sorprendidos y decepcionados por la decisión del gobierno de Buenos Aires de anunciar al mundo que Argentina cumplirá con el pago de su deuda externa. Nadie se explica la renuncia a un arma tan poderosa para aislar a Gran Bretaña con la amenaza de una crisis mundial. La feliz noticia para los poderosos británicos fue "inesperada", pero no ocultaron privadamente su satisfacción.
La buena nueva fue difundida en forma destacada por los diarios más influyentes y antiguos de Gran Bretaña. The Times, que registró y aplaudió la expansión del desaparecido Imperio Británico desde su fundación en 1788, titula: "Argentina continuará cumpliendo con el pago de su deuda externa sin dificultades" (sic). E informa que la novedad "la dijo en una entrevista en Buenos Aires Jorge Bustamante, subsecretario de economía. Ese ministerio estaba diseñando medidas que apuntaban a la preservación del crédito exterior y las reservas argentinas".Lo mismo dice Financial Times, que desde 1888 es la Biblia de la especulación financiera inglesa.
Siniestra maquinación
Los medios diplomáticos latinoamericanos en Londres están tensos por la "evidente" intención inglesa de estimular un ataque militar chileno contra Argentina.
Del tema se asegura que hablaron el general Haig y el canciller Pym (a quien correspondería la idea). Este obtuvo la promesa de "discreta ayuda" de parte del secretario de estado norteamericano.
"Sería dar una puñalada por la espalda a un país vecino que lucha contra el colonialismo", dijo a Clarín un indignado diplomático peruano. Luego amplió su opinión: "Yo no creeré nunca que el pueblo chileno pueda cometer una traición al continente de este calibre. Pero temo al enorme poder que posee sobre el general Pinochet, tanto el gobierno de Washington como el de Londres.
El plan es sin dudas siniestro. Al respecto, un funcionario del Ministerio de Defensa británico admitió que, de concretarse, haría perder un poco el sentido anticolonialista de la lucha que quiere imponer Argentina"."Gran Bretaña ayudada en silencio". Nota de David Shears desde Washington. "Chile reacciona ante la crisis de Malvinas, con una mezcla de restricción oficial y un descarado apoyo público a Gran Bretaña".
Se refiere al buque tanque auxiliar británico vendido recientemente a Chile, que se incorporó a las fuerzas británicas. "Desde el comienzo, Chile se resistió a apoyar la posición Argentina, y le negó respaldo en la OEA".
Como subtítulo de la nota anterior, se dice:
"Precaución de Pinochet". El presidente dijo en forma aún más evasiva: "Chile mantiene su estricta adhesión a las normas de las leyes internacionales para lograr soluciones pacíficas a las controversias", en referencia al conflicto de Malvinas. Su precaución surge de la necesidad chilena de mantenerse en términos pacíficos, tanto como sea posible, con Argentina, ya que ambos países comparten una frontera de 3.000 kilómetros, pero la opinión pública es más efusiva.