viernes, 3 de julio de 2020
INDOMABLE EL PREMIO NOBEL DEL PERIODISMO
Salud
Intratables. El enojo de Fabián Doman con un médico, al que sacó del aire: "La prepotencia nos sobra"
https://revistamestiza.unaj.edu.ar/bemberg-o-peron-la-expropiacion/
4 DE FEBRERO DE 1955: ENTREGA DE LA CERVECERÍA QUILMES A LOS OBREROS
EL PAÍS Los Bemberg según Perón
Por Juan D. Perón
La familia Bemberg en la Argentina es algo así como un inmenso pulpo venenoso que todo lo va emponzoñando y ocupando. La corrupción de funcionarios públicos fue su especialidad. La “coima” es una institución bembergiana. Penetró el Poder Ejecutivo, el Poder Legislativo y el Poder Judicial. No hubo rincón de la Administración Pública donde Bemberg no llegara con su corrupción.
Mediante este procedimiento delictuoso llegó a amasar una gran fortuna; como Al Capone, se dedicó a la cerveza y constituyó el más extraordinario monopolio, para estar también fuera de la ley en este aspecto. Sus abogados fueron también famosos como lo son en el foro los que se dedican a esta clase tan torcida del derecho. Bemberg fue tomando todas las cervecerías del país después de arruinar a sus legítimos dueños por la competencia desleal. Tomó todas las fábricas de levadura y monopolizó las malterías. Era desde ese momento el “Rey de la Cerveza”; como tal, había terminado con todos.
Obtenido esto, se dedicó a la yerba mate y tal vez habría creado otro inmenso monopolio si las cosas no hubieran cambiado con la muerte de “Don Otto”. A la muerte de este señor sus herederos iniciaron juicio sucesorio, de esto hace casi veinte años y con gran sorpresa para el fisco, su fortuna se reducía sólo a seiscientos mil pesos. Terminado el juicio, frente a tan insólita y absurda simulación, el Consejo Nacional de Educación denunció la evasión de impuestos y el asunto pasa a la justicia federal. Allí el juicio durmió el sueño de las cosas olvidadas durante quince años, en los que los herederos Bemberg han de haber movido algunas “influencias” para que “no se hablara más del asunto”. “Hijos de tigre, tenían que salir overos”.
En 1946, cuando recibí el gobierno y no tenía ni noticias del “caso Bemberg”, un señor José Luis Torres inició una campaña en los diarios y por folletos, sobre esta defraudación al fisco. En ese entonces se había creado el Ministerio de Educación, en reemplazo del antiguo Consejo Nacional de Educación, que era quien percibía los impuestos a la herencia y las herencias vacantes. Pedí al ministro que estudiara el asunto y cumpliera la ley. Desde entonces el juicio marchó. Sería largo historiar todo lo que se comprobó en ese juicio que, por otra parte, ha sido publicado en extenso. Las demandas eran de dos caracteres: una por defraudación al fisco y otra por monopolio. Eran tan abrumadoras las pruebas que ambos juicios aunque largos y laboriosos, terminaron condenando a la sucesión Bemberg y ordenando la liquidación de sus bienes en rebeldía porque todos los Bemberg habían desaparecido del país.
Se comenzó la liquidación pero mientras se estaba en ello, se comprobó que algunos testaferros actuaban para adquirir para Bemberg lo que el mismo Bemberg vendía. Esta superchería hizo que el Congreso tomara cartas en el asunto y dictara una ley especial sobre cómo debía hacerse la liquidación. Mediante esta ley, dictada en resguardo de la justicia misma, fue posible que el Estado tomara cartas en el asunto y procediera a una real liquidación de los bienes. Mediante ello también fue posible que el Sindicato de Cerveceros y afines de la República Argentina, que agrupa a todos los obreros de Bemberg, pudieran comprar las cervecerías y los establecimientos afines, pagando un precio justo y convirtiéndose en propietarios, mediante el sistema cooperativo. Tenemos más cerveza y es del Pueblo.
También en este caso los “libertadores” prometieron devolver a Bemberg, que los “financió”, sus bienes, despojando a los obreros que compraron de buena fe, mediante un fallo definitivo de la justicia una ley nacional que dispuso la liquidación. Aunque estos “libertadores” han dado muestras de desconocerlo todo, imagino que entre ellos habrán algunos que tensan algo de juicio y conozcan algo de derecho, aunque generalmente en las dictaduras militares el derecho suele ser la cosa más olvidada, másdesconocida y más aborrecida: los dictadores son el derecho. Por eso, Cicerón afirma: “La fuerza es el derecho de las bestias”.
Mediante este procedimiento delictuoso llegó a amasar una gran fortuna; como Al Capone, se dedicó a la cerveza y constituyó el más extraordinario monopolio, para estar también fuera de la ley en este aspecto. Sus abogados fueron también famosos como lo son en el foro los que se dedican a esta clase tan torcida del derecho. Bemberg fue tomando todas las cervecerías del país después de arruinar a sus legítimos dueños por la competencia desleal. Tomó todas las fábricas de levadura y monopolizó las malterías. Era desde ese momento el “Rey de la Cerveza”; como tal, había terminado con todos.
Obtenido esto, se dedicó a la yerba mate y tal vez habría creado otro inmenso monopolio si las cosas no hubieran cambiado con la muerte de “Don Otto”. A la muerte de este señor sus herederos iniciaron juicio sucesorio, de esto hace casi veinte años y con gran sorpresa para el fisco, su fortuna se reducía sólo a seiscientos mil pesos. Terminado el juicio, frente a tan insólita y absurda simulación, el Consejo Nacional de Educación denunció la evasión de impuestos y el asunto pasa a la justicia federal. Allí el juicio durmió el sueño de las cosas olvidadas durante quince años, en los que los herederos Bemberg han de haber movido algunas “influencias” para que “no se hablara más del asunto”. “Hijos de tigre, tenían que salir overos”.
En 1946, cuando recibí el gobierno y no tenía ni noticias del “caso Bemberg”, un señor José Luis Torres inició una campaña en los diarios y por folletos, sobre esta defraudación al fisco. En ese entonces se había creado el Ministerio de Educación, en reemplazo del antiguo Consejo Nacional de Educación, que era quien percibía los impuestos a la herencia y las herencias vacantes. Pedí al ministro que estudiara el asunto y cumpliera la ley. Desde entonces el juicio marchó. Sería largo historiar todo lo que se comprobó en ese juicio que, por otra parte, ha sido publicado en extenso. Las demandas eran de dos caracteres: una por defraudación al fisco y otra por monopolio. Eran tan abrumadoras las pruebas que ambos juicios aunque largos y laboriosos, terminaron condenando a la sucesión Bemberg y ordenando la liquidación de sus bienes en rebeldía porque todos los Bemberg habían desaparecido del país.
Se comenzó la liquidación pero mientras se estaba en ello, se comprobó que algunos testaferros actuaban para adquirir para Bemberg lo que el mismo Bemberg vendía. Esta superchería hizo que el Congreso tomara cartas en el asunto y dictara una ley especial sobre cómo debía hacerse la liquidación. Mediante esta ley, dictada en resguardo de la justicia misma, fue posible que el Estado tomara cartas en el asunto y procediera a una real liquidación de los bienes. Mediante ello también fue posible que el Sindicato de Cerveceros y afines de la República Argentina, que agrupa a todos los obreros de Bemberg, pudieran comprar las cervecerías y los establecimientos afines, pagando un precio justo y convirtiéndose en propietarios, mediante el sistema cooperativo. Tenemos más cerveza y es del Pueblo.
También en este caso los “libertadores” prometieron devolver a Bemberg, que los “financió”, sus bienes, despojando a los obreros que compraron de buena fe, mediante un fallo definitivo de la justicia una ley nacional que dispuso la liquidación. Aunque estos “libertadores” han dado muestras de desconocerlo todo, imagino que entre ellos habrán algunos que tensan algo de juicio y conozcan algo de derecho, aunque generalmente en las dictaduras militares el derecho suele ser la cosa más olvidada, másdesconocida y más aborrecida: los dictadores son el derecho. Por eso, Cicerón afirma: “La fuerza es el derecho de las bestias”.
CUANDO ARGENTINA (EN 1945-1955) ERA VENEZUELA (DE CHAVEZ Y MADURo)
"La política peronista en el área de los instrumentos comerciales
y financieros.
En una revista de la época (DE FRENTE, 1954) se analiza el papel del IAPI como un instrumento esencial para el logro real de la independencia económica. El intercambio desigual que caracteriza la etapa (leoimperialista (entre otro»
elementos) imponía el control de la zona de choque entre nuestro sistema de producción y el de los países capitalistas hegemónicos, enfrentando a la política discriminatoria de esos países que unificados imponían los precios mundiales (es decir, a
un comprador único) un vendedor único con capacidad de negociación en condiciones ventajosas.
"Desde que ese organismo centralizó las compras de la
producción del agro y la comercialización de las cosechas,
la palabra "seguridad" es sinónimo de la producción agraria.
Los precios se fijan antes de que se recojan las cosechas, pudiendo los productores conocer a priori el monto de su compensación por el trabajo realizado" (De Frente, 1854, Nro. 40).
Rompiendo el monopolio de nuestro comercio de exportación e importación que hasta entonces ejercían los trusts cerealeros, se posibilita la defensa de los productores directos, la transferencia de divisas para el fomento industrial, y la planificación de una política transformadora de la situación agraria en donde, como luego señalaremos, cumple una función importantísima la promoción de las organizaciones cooperativistas. El papel del IAPI, como el de cualquier instrumento de dominio estatal, debe ser juzgado en función de una visión de "proceso", que atienda a las debilidades y limitaciones y ubique las tendencias en desarrollo para superarlas. El IAPI no pudo de golpe transformar totalmente la situación anterior. Aún cuando el colono teóricamente estuviera en condiciones de vender directamente al organismo oficial, hubo casos, tal como lo señala Reinaldo Frigerio, en que por la demora del IAPI para liquidar los importes de las cosechas compradas, muchos chacareros arrendatarios vendieron anticipadamente al acopiador. Téngase en cuenta que estos tenía ya instalado el aparato necesario para el almacenamiento y conservación, y el personal capacitado para las operaciones de administración. El fomento a las cooperativas era la tendencia impulsada por el gobierno para erradicar esta situación y sepultar para siempre la usura del acopiador. Según Antonio Cañero, las ventajas que se desprendían de la nueva política de comercialización, fueron las siguientes:
1) El productor agropecuario al encontrar un comprador oficial a un precio determinado y único podía sustraerse de su tradicional dependencia respecto del comerciante de granos. Por otra parte, un sistema ágil y completo de crédito bancario otorgado a través del Banco de la Nación Argentina, le sumi nistraba los elementos para liberarse de la tutela que ejercía la intermediación financiera. 2) El país utilizaba un importante instrumento para de fender sus "términos del intercambio” con el resto del mundo, en un momento en el que las principales potencias habían constituido organismos combinados que operaban como ver daderos "carteles” —tal como la Combined Food Board— que al eliminar la competencia entre los compradores regulaban los precios del mercado. La posesión de este instrumento posi bilitó la política de comercio exterior basada en convenios "bilaterales. 3) El Estado se apropiaba, en momentos excepcionales del mercado internacional, de las ganarías de la exportación de cereales que de otra manera hubieran ingresado a los grandes monopolios internacionales y sus aliados internos. 4) Como organismo importador,, el IAPI centralizó la ad quisición en el exterior de algunas materias primas esenciales y de bienes de capital sobre todo en los .años de inmediata posguerra en que los vendedores de estos productos eran tam bién organismos estatales de los diferentes países que los ofrecían al mercado mundial. 5) El IAPI fue un elemento central para la adquisición de los ferrocarriles, servicios públicos, buques para la flota mer cante y petrolera* escuelas fábricas, múltiples obras públicas, etcétera"
Juan Pablo Franco Fernando Alvarez El Peronismo/antecedentes y gobierno cuadernos de antropología 3er mundo
Rompiendo el monopolio de nuestro comercio de exportación e importación que hasta entonces ejercían los trusts cerealeros, se posibilita la defensa de los productores directos, la transferencia de divisas para el fomento industrial, y la planificación de una política transformadora de la situación agraria en donde, como luego señalaremos, cumple una función importantísima la promoción de las organizaciones cooperativistas. El papel del IAPI, como el de cualquier instrumento de dominio estatal, debe ser juzgado en función de una visión de "proceso", que atienda a las debilidades y limitaciones y ubique las tendencias en desarrollo para superarlas. El IAPI no pudo de golpe transformar totalmente la situación anterior. Aún cuando el colono teóricamente estuviera en condiciones de vender directamente al organismo oficial, hubo casos, tal como lo señala Reinaldo Frigerio, en que por la demora del IAPI para liquidar los importes de las cosechas compradas, muchos chacareros arrendatarios vendieron anticipadamente al acopiador. Téngase en cuenta que estos tenía ya instalado el aparato necesario para el almacenamiento y conservación, y el personal capacitado para las operaciones de administración. El fomento a las cooperativas era la tendencia impulsada por el gobierno para erradicar esta situación y sepultar para siempre la usura del acopiador. Según Antonio Cañero, las ventajas que se desprendían de la nueva política de comercialización, fueron las siguientes:
1) El productor agropecuario al encontrar un comprador oficial a un precio determinado y único podía sustraerse de su tradicional dependencia respecto del comerciante de granos. Por otra parte, un sistema ágil y completo de crédito bancario otorgado a través del Banco de la Nación Argentina, le sumi nistraba los elementos para liberarse de la tutela que ejercía la intermediación financiera. 2) El país utilizaba un importante instrumento para de fender sus "términos del intercambio” con el resto del mundo, en un momento en el que las principales potencias habían constituido organismos combinados que operaban como ver daderos "carteles” —tal como la Combined Food Board— que al eliminar la competencia entre los compradores regulaban los precios del mercado. La posesión de este instrumento posi bilitó la política de comercio exterior basada en convenios "bilaterales. 3) El Estado se apropiaba, en momentos excepcionales del mercado internacional, de las ganarías de la exportación de cereales que de otra manera hubieran ingresado a los grandes monopolios internacionales y sus aliados internos. 4) Como organismo importador,, el IAPI centralizó la ad quisición en el exterior de algunas materias primas esenciales y de bienes de capital sobre todo en los .años de inmediata posguerra en que los vendedores de estos productos eran tam bién organismos estatales de los diferentes países que los ofrecían al mercado mundial. 5) El IAPI fue un elemento central para la adquisición de los ferrocarriles, servicios públicos, buques para la flota mer cante y petrolera* escuelas fábricas, múltiples obras públicas, etcétera"
Juan Pablo Franco Fernando Alvarez El Peronismo/antecedentes y gobierno cuadernos de antropología 3er mundo
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