lunes, 25 de noviembre de 2019

MIRADA DE INDIO ¿Qué hizo nuestra familia para detener esa masacre?


Los hombres de tierra firme de Indias comen carne humana y son sodométicos más que generación alguna. Ninguna justicia hay entre ellos, andan desnudos, no tienen amor ni vergüenza, son como asnos, abobados, alocados, insensatos; no tienen en nada matarse ni matar; no guardan verdad si no es en su provecho; son inconstantes, no saben qué cosa sea consejo; son ingratísimos y amigos de novedades; précianse de borrachos y tienen vinos de diversas yerbas, frutas, raíces y grano; emborráchanse también con humo y con ciertas yerbas que los saca de seso; son bestiales en los vicios; ninguna obediencia ni cortesía tienen mozos a viejos ni hijos a padres; no son capaces de doctrina ni castigo; son traidores, crueles y vengativos, que nunca perdonan; inimícimos de religión, haraganes, ladrones, mentirosos y de juicios bajos y apocados; no guardan fe ni orden, no se guardan lealtad maridos a mujeres ni mujeres a maridos; son hechiceros, agoreros, nigrománticos; son cobardes como liebres, sucios como puercos; comen piojos, arañas y gusanos crudos donde quiera que los hallen; no tienen arte ni maña de hombres; cuando se olvidan de las cosas de la fe que aprendieron, dicen que son aquellas cosas para Castilla y no para ellos y que no quieren mudar costumbres ni dioses; son sin barbas y, si algunas les nacen, se las arrancan; con los enfermos no usan piedad ninguna, y aunque sean vecinos o parientes los desamparan al tiempo de la muerte o los llevan a los montes a morir con sendos pocos de agua y pan; cuanto más crecen se hacen peores; hasta diez o doce años parece que han de salir con alguna crianza o virtud; de allí adelante se tornan como brutos animales; en fin, digo que nunca crió Dios tan cocida gente en vicios y bestialidades, sin mezcla de bondad o policía.
Tomás Ortiz, fraile dominico, aconsejando la servidumbre de los indios frente al Consejo de Indias. Francisco López de Gómara. Historia general de las Indias.

Foto: Marcos Zimmermann


Foto: Marcos Zimmermann

Foto: Marcos Zimmermann

Son descendientes de aymaras, quechuas y chiquitos del Imperio Tihuanaco. Herederos de Huascar y Atahualpa. Integrantes del país del Tahuantisuyo. Son los pobres del altiplano. Traen consigo las penas de la mina, de la mita, de la encomienda y del yanaconazgo. Indios de sangre recorrida por el miedo y de pieles cocidas por la intemperie de tanto cuidar chivos, llamas, vicuñas y suris bajo el sol del mediodía. Y de regar maíz, coca y quinoa en los walipinis subterráneos durante las noches heladas. Gentes de tardes de luna y canto con cajas que truenan al viento ritmos y coplas que conjuran penas entre tonos y falsetes.


Foto: Marcos Zimmermann

Son también mujeres jóvenes en noches de chicha y amor a 4000 metros de altura y funerales de sus hombres devorados por las minas de estaño del cerro Posokoni, o de plata del cerro Rico. Huérfanos de padres carcomidos en los pulmones por el silicio y aplastadas sus cabezas por los derrumbes de la Pacha Mama, celosa por la presencia de alguna otra mujer en la mina. O por desidia de los patrones. Son, todos ellos, conocedores de la tristeza del singani que mataba en las casas de suicidio de El Alto donde, dicen, cuando la tristeza era mucha, se podía pedir ser encerrado por fuera en un cuarto con litros de ese alcohol para beberlo hasta terminar muerto. Dramas olvidados con el propicio de la distancia y la necesidad de dinero vuelto menester y garrote al mismo tiempo. Son, todos ellos, sobrevivientes de esas penurias, y muchas más que aquí no caben.

Foto: Marcos Zimmermann

Pero una vez, ellos fueron también luces. Poseedores de saberes arcanos, incomprensibles para los blancos. Custodios de campos a primera vista inertes pero llenos de claves y secretos sagrados, sin cuyo conocimiento un hombre no podía atravesarlos vivo. Sitios sobre los que los apropiadores marcaron divisiones extrañas a la geografía natural con teodolitos e impusieron estancias que enterraron bajo las cosechas voces y olores cargados de atributos de otro tiempo: gritos de malones, aroma a guanaco recién asado, bullicio de bacanales con aguardiente y hasta voces de chamanes con faldas, prediciendo amores y cataclismos. Misterios todos vueltos ahora cintas rojas atadas en las orejas de las llamas durante las Señaladas destinadas a promover progenie y fortuna. Nigromancia mudada en tabaco regado con chicha y enterrado muy dentro de la Pacha Mama donde es posible dejar deseos propios o pedidos grupales. Vinchas con medallas de plata arrancadas con destreza de la frente a los toros en los rodeos de Casabindo, que vuelven a hombres comunes héroes por un día. Celebraciones de la madre tierra en agosto. Bandas y misachicos en Pascuas. Desenfreno de diabladas de carnaval ornamentadas con albahaca en las orejas, chaschas en los pies y talcos en la cara. Y la esperanza de tantas niñas que bajan una vez al año de los cerros, en esos tiempos del Desentierro, para buscar en las quebradas al muchacho que las colmará de hijos y repetirá el ciclo de celo que mandan las estrellas y la tierra.

Foto: Marcos Zimmermann


Foto: Marcos Zimmermann

Pero estos indios son hermanos de muchos otros que sufrieron y sufren su mismo destino de sumisión y latrocinio. Son parientes de los “cincuenta putos” –así se refiere la crónica a los hechiceros con falda, respetados especialmente en América por su dualidad de género– que Balboa quemó en nombre de Cristo en una sola hoguera, en Cuareca. Son los araucanos devueltos por Valdivia a su terruño del sur del Biobío sin nariz, ni oreja, ni una mano, para que su vista aterrara a sus naciones e inculcara el escarmiento. Son los querandíes, cuyos cuartos de carne se disputaban los soldados de Pedro de Mendoza en Buenos Aires para cebar sus lebreles y alanos adiestrados en aperrear indios.


Foto: Marcos Zimmermann

Estos collas son también cada uno de los aniquilados de las campañas del desierto argentino de Pedro Andrés García de 1810, de Martín Rodríguez de 1820, de Juan Manuel de Rosas de 1833, de Adolfo Alsina de 1870 y de Julio Argentino Roca de 1879. Son hermanos de los ranqueles de Yanquetruz, Pichun y Paine obligados a realizar caminatas forzadas desde Poitahue y Leubucó hasta Bahía Blanca después de quitarles sus tierras. Parientes de las mujeres de los guerreros de Huala y Panguitruz que no aguantaban ese esfuerzo y eran abandonadas a la intemperie después de cortarles los tendones de Aquiles para convertirlas en alimento de los pumas. Y también de otras mujeres que eran entregadas como siervas a familias patricias en Buenos Aires, de sus maridos separados de sus familias y destinados a los ingenios tucumanos y jujeños, de sus hijos arrancados de los brazos de sus madres y confinados como peones de estancia en las tierras que les habían robado a ellos mismos. Son, estos aymaras y quechuas, herederos del mismo padecimiento de aquel grupo de alacalufes y yaganes raptados en Tierra del Fuego y llevados a Paris para ser exhibidos como bestias en el zoológico humano erigido por Maurice Maitre en 1881. Son hermanos de los araucanos confinadas en Valcheta, primer campo de concentración de la Argentina, pidiendo a gritos comida a un grupo de galeses a través del cerco. Son Catriel, Pincén, Coliqueo y Sayhueque, perseguidos por los generales Uriburu, Levalle, Rasedo, Lagos, Vinter y Villegas por la Patagonia. Son los pampas, ranqueles, mapuches, selknam y tehuelches diezmados por la viruela, cercados por los alambrados y asesinados por los Remington y los Winchester para arrancarles sus testículos y venderlos por media libra a los ingleses. Son el cráneo de Calfucurá despellejado en las alforjas de Estanislao Zeballos, profanador de cementerios indios con la excusa de la ciencia. Son el cacique Inakayal, muerto de tristeza después de ser sometido por Francisco Pascasio Moreno a observar los esqueletos de su familia en las vitrinas del Museo de Ciencias Naturales de La Plata donde había sido confinado.

Foto: Marcos Zimmermann

Mucho más acá, son también la masacre pilagá de Rincón Bomba, Formosa, donde en 1947 fueron envenenados y ametrallados por un escuadrón de gendarmería cientos de hombres, mujeres y niños. Y hoy son Santiago Maldonado y Rafael Nahuel, héroes de la resistencia india, asesinados por desidia o voluntad, por la misma fuerza y por la espalda. En fin, son todas estas desgracias enhebradas las que se esconden en el fondo de los ojos de los indios de América cuando nos miran y ven en nosotros a los hijos de quienes perpetraron estas masacres. Todos hemos sentido ese desprecio. ¿Seremos ahora testigos mudos de una nueva barbarie?

Foto: Marcos Zimmermann

Hoy, las imágenes que provienen de Bolivia nos retrotraen a los momentos más oscuros de la historia de Latinoamérica. La clase blanca boliviana, cuyo mascarón de proa es una india traidora teñida de rubio, ha vuelto a desatar la masacre. Quienes propician tal exterminio indio, que está sucediendo en mismo momento en que escribo esta nota y que la prensa democrática no muestra, creen que la modernidad lleva implícita un vacío previo. La senadora Áñez y sus secuaces piensan seguramente que el concepto de nación del futuro requiere la destrucción completa del pasado. Que hay que silenciar la voz de los pueblos originarios porque es ella el vehículo por donde van y vienen sus secretos, el ojal por donde se filtran conspiraciones y sueños. Se debe suprimir todo lo pretérito. Y lo que no pueda aniquilarse, diluirlo en la miseria. El monstruo que quieren parir debe convertirse en una nación nueva, pura, justificada por un fanatismo bárbaro de biblia y sin una pizca de olor a indio.

Foto: Marcos Zimmermann

Habrá un día no muy lejano en el que los hechos que hoy vivimos serán vistos con el mismo horror a la barbarie de los actos más salvajes que enumeré más arriba. Es que, a pesar de todo, el mundo avanza. Y vendrán nuevas generaciones más libertarias, inclusivas, humanas. Y pueblos que se rebelen en grupo a la injusticia. Que se movilicen en masa por el bien común. Cuando llegue ese momento, ¿con qué rostro enfrentará la clase blanca latinoamericana ese nuevo tiempo? Porque, entonces, este fanatismo bárbaro de bala y crucifijo juntos será colectivamente contestado como es debido: con la razón, con la verdad y con más conciencia. Y nacerán generaciones nuevas educadas en el bien y en la deshonra que significará la mentira. Jóvenes que se interesarán por la verdadera historia de América y se avergonzarán de llevar apellidos como los beneficiarios de las tierras arrancadas por las tropas de Roca a los indios luego de la Campaña del Desierto. (O mejor dicho, en la campaña de exterminio de los pueblos que allí habitaban.) Aquellos 583 propietarios, muchos de ellos integrantes de la Sociedad Rural, que obtuvieron 18.668.000 hectáreas a 4 pesos. Todos apellidos hoy nobles: Alvear, Álzaga, Anchorena, Arguibel, Azcuénaga, Bemberg, Bianchi, Bonament, Bosch, Cambaceres, Casares, Casey, Castex, Chas, De la Plaza, De la Torre, Devoto, Diaz Vélez, Dorrego, Durañona, Echeverría, Eguía, Elizalde, Elortondo, Ezcurra, Fontán, Frers, Guerrero, Jurado, Larreta, Leloir, Lynch, Madero, Martínez de Hoz, Miguens, Newbery, Obarrio, Ocampo, Olivera, Ortíz Basualdo, Otamendi, Piñeiro, Quintana, Roca, Roldán, Shaw, Tornquist, Ugarte, Unzué, Vidal…

Foto: Marcos Zimmermann

Sucederá entonces, en un tiempo no muy lejano, en una estancia inmensa, que un hombre de apellido también patricio estará sentado en la galería y oteará el cielo pensando en su cosecha. Su hijo adolescente estará leyendo historia a su lado, tratando de entender el mundo. En un momento, el muchacho cerrará el libro y le preguntará a su padre: «¿Qué hizo nuestra familia para detener toda esa masacre india?» El padre se reclinará entonces en su sillón y buscará argumentos. Dirá que los indios realizaban malones para robar vacas, que fueron siempre brutos, vagos, borrachos, que no se podría confiar en ellos y que solo servían para que los políticos aprovecharan sus votos para ganar elecciones… Repetirá nervioso alguna parte del decálogo del padre Ortiz ante el consejo de Indias, la frase de un periodista que escuchó en el canal de cable hace poco y, finalmente, dirá que todo se hizo en aras de la civilización y la de democracia… Recién entonces mirará a su hijo. Y, envuelto en pánico, verá en lo profundo de sus ojos la misma distancia, el mismo reproche, el idéntico miedo y el mismo desprecio que muchos hemos visto en los ojos indios.



LA AMENAZA Un dirigente rural del ARI de Carriò amenaza con un alzamiento contra las retenciones, que llama saqueo


Juntos por el Cambio ya tiene planes para convertirse en oposición virulenta y esmerilar al Presidente electo Alberto Fernández, aún antes de que asuma. Se trata de la máscara Campo + Ciudad, donde militantes y funcionarios de la Alianza Juntos por el Cambio que en diferentes ciudades del país acompañaron a Macri en la denominada marcha del millón ahora se declaran en alerta ante una posible suba de las retenciones. “Se genera un movimiento que por ahí no tiene fin. Y eso es ser protagonista del cambio. Vamos a estar parados en una posición constructiva pero defendiendo los valores. Y no vamos a ceder un centímetro en eso”, explica el ministro de transporte Guillermo Dietrich en un video que se comparte en la cuenta de Facebook de Campo + Ciudad.
“No somos un partido político, así que no podemos atribuirnos el rol de oposición. Pero sí nos posicionamos como atentos observadores de cualquier gobierno. Especialmente de uno que, en el pasado, se caracterizó por la voracidad fiscal y el atropello a las libertades ciudadanas”, se presentan desde su cuenta en Twitter. Ahí señalan que: “C+C se formó de cara a la masiva marcha del #19O, con intención de nuclear a muchísimas personas que querían sumarse desde el interior, descentralizar la movilización, apoyar desde cada punto del país”. Habiendo perdido las elecciones, ese espacio se prepara para representar a su núcleo duro y para intentar sumar a sectores medios despolitizados.


Ayer sábado 23, en la ciudad de Córdoba, «productores agropecuarios y otros actores que integramos C+C nos reunimos en mesas de trabajo destinadas a generar propuestas y coordinar posturas de cara a los próximos cuatro años”. Asistieron unas 200 personas de todo el país, cuenta Sebastián Quiroga de Campo + Ciudad. Quiroga es vicepresidente de la Coalición Cívica ARI del Departamento San Javier- Córdoba.  La representación de Campo + Ciudad “no es sólo la franja amarilla del mapa (refiere a las provincias donde Juntos por el Cambio ganó), vino gente de otras provincia, como Salta, Jujuy, Formosa, Santiago del Estero, San Juan, La Pampa; Chaco; Misiones; Corrientes”, dice el organizador y difusor.

Sebastiàn Quiroga con Elisa Carrió.

“En lo particular estoy dentro del grupo porque por mi profesión me dedico a hacer marketing digital y aporté a la difusión de todos estos videos y toda esta movida para contactar gente en todo el país”, cuenta Sebastián Quiroga, que es licenciado en telecomunicaciones. Remarca que no es su militancia partidaria opositora la que lo hace estar en el grupo. Uno de los videos que se encargó de difundir desmiente eso mismo que se encarga de remarcar una y otra vez al expresar: “No somos oposición a nadie ya que no somos un partido político, ni enarbolamos banderas partidarias”.


Las imágenes que aparecen en el video son de algunos puntos de los más de 200 que hubo en todo el país donde la gente salió el 19 de octubre en apoyo a Macri. “Si te fijás, en ninguna está Macri como protagonista. Este video fue un poco en agradecimiento a todos aquellos que salieron hace un mes a las rutas y plazas”, explica Quiroga. Más que agradecimiento, el video busca marcarle la cancha al Presidente electo Alberto Fernández antes de su asunción. Sobre la participación de organizaciones agrarias en Campo + Ciudad, remarca que no hay “ninguna en particular, más allá de que muchos de los productores que están en toda esta movida pertenecen a asociaciones”.

Reproductor de audio

Deconstrucción

Para la socióloga María Pía López, lo que expresa el video es preocupante. La lucha articularía a las grandes ciudades adversas al peronismo o el actual Frente de Todos —por ejemplo Córdoba y la ciudad de Buenos Aires— en alianza con los sectores agropecuarios. “Cuando dicen Campo + Ciudad están tratando de forjar esa alianza que trasciende el interés sectorial inmediato, que es el que habían puesto en juego con las retenciones, y diciendo que esas retenciones pueden ser el punto de articulación con otros sectores que no sean afectados por ese sistema impositivo, como la población de las grandes ciudades”.
Un punto preocupante y perverso es para la ensayista que el video termine con la expresión Nunca Más, «que es la fundación misma de la transición democrática en  la Argentina. Sobre esa legitimidad de decir Nunca Más al terrorismo de Estado construimos acuerdos institucionales y políticas públicas. Que tomen ese Nunca Más para calificar como gesto autoritario el cobrar impuestos es muy grave”, señala. María Pía López recuerda que Macri, a través de la alianza Cambiemos, “ya intentó hacer esa operación diciendo que había que pasar del Nunca Más que habíamos construido en el ’83 al Nunca Más a la corrupción. Ahora aparece esta resignificación y son resignificaciones complejas, porque lo que están haciendo no es sólo por lo que afirman sino por lo que desplazan. Y lo que desplazan es el pacto democrático en Argentina”, concluye.
El 20 de noviembre se conmemoró el Día de la Soberanía Nacional. Aquel nacionalismo territorial expresado por Rosas junto a estancieros bonaerenses, frente a la invasión internacional de los ríos argentinos por parte de la escuadra de guerra anglo-francesa, podía ser anticolonialista y al mismo tiempo conservador. Años después, cuando el imperialismo británico se instaló con sus ferrocarriles, bancos y puertos, los estancieros de la Pampa húmeda abandonaron toda posición nacional porque sus privilegios los garantizó el imperio. Hoy ofrecen la identidad falsa Ciudad + Campo en nombre del país, estando en “alerta”, a lo que puede venir y llaman “saqueo”. La reconstrucción del país es con todos, como señaló Alberto Fernández, pero hay sectores que ya le están marcando la cancha para decirle que no quieren que sea con ellos.


EL GOLPE BUENO La inteligencia militar argentina invade campos reservados a Defensa, Seguridad y Presidencia


El elogio del Presidente de Estados Unidos Donald Trump a los militares bolivianos por “acatar su juramento de proteger no solo a una persona, sino a la Constitución”, forma parte de una tendencia a considerar que hay golpes de estado buenos y malos. Trump también opinó que las Fuerzas Armadas bolivianas pusieron “al Hemisferio Occidental un paso más cerca de ser completamente democrático, próspero y libre”.
Esta inclinación de los militares a ocupar espacios propios del gobierno civil también se verifica en la Argentina, aún bajo un gobierno tan amistoso con las Fuerzas Armadas como el de Maurizio Macrì. El 23 de abril de este año, el Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas circuló un Informe de Inteligencia 16, producido por su Dirección General de Inteligencia, sobre Venezuela y el “Factor Militar Extraregional”. El 17 de mayo, el director de legal y técnica de la Agencia Federal de Inteligencia, Hernan Martiré Palacio, dirigió una seca respuesta al Coordinador General de la Direción Nacional de Inteligencia Estratégica Militar del Ministerio de Defensa, el abogado cordobés de la escudería Aguad, Mauricio Colucci Camusso.
Por indicación del Director General Gustavo Arribas, le dijo que ese informe fue realizado por “un órgano que no pertenece al Sistema de Inteligencia Nacional y por lo tanto incompetente, contrariando normas federales vigentes”. Las Fuerzas Armadas no tienen permitido realizar inteligencia estratégica nacional (que corresponde a organismos del Poder Ejecutivo), inteligencia estratégica militar, asignada al Ministerio de Defensa, ni inteligencia criminal, propia del Ministerio de Seguridad.



Bussi y el Comando Sur

La protesta de la AFI remitió a otra, enviada un año antes a quien ocupaba entonces la posición de Colucci Camusso, la abogada María Noel Costa, otra protegida de Aguad, quien este año asumió como jueza del Tribunal Oral Federal 2 de Córdoba. Colucci Camusso aspira a un cargo en el Ministerio Público, que aún no consiguió, pero ninguno de los dos tiene capacitación en Inteligencia, lo cual favorece la ilegal intromisión del Estado Mayor Conjunto.


Actual jueza María Noel Costa.
– ¿Con la central de Inteligencia?
– ¿Uhhhh?


Su titular, general Bari Sosa, ha recibido a los sucesivos jefes del Comando Sur de Estados Unidos, almirantes Kurt Tidd y Craig Faller, cuyos lineamientos estratégicos sigue, como se ve en el informe prohibido de Inteligencia estratégica nacional. Hijo de Eusebia Jerez de Sosa, quien fue diputada nacional y candidata a la vicegobernación de Tucumán por el partido del ex dictador Domingo Bussi, está casado con una activa militante macrista en las redes sociales, Martha Cardoso, quien trabaja en la oficina de Federico Pinedo en el Senado. Coincide en esto con el jefe del Ejército, general Claudio Pasqualini. Su esposa, Maria Laura Renes, es hija del coronel Athos Renes, condenado a prisión perpetua por la masacre de Margarita Belén. María Laura es activa en los grupos negacionistas que consideran a los condenados por crímenes de lesa humanidad como presos políticos. Tanto la madre como la esposa de Sosa postean en favor del actual gobierno y en contra del kirchnerismo.

La dirigente bussista Eusebia Jerez de Sosa con sus hijos Bari, Augusto y María Teresa.

Sosa con el almirante Faller.
Sosa con el almirante Tidd.




Un sistema al margen de la ley y la Constitución

Sosa avanzó “sobre facultades que han sido legalmente asignadas a esta AFI”, a la Dirección Nacional de Inteligencia Criminal de la Secretaría de Seguridad (DNIC), a la Dirección Nacional de Inteligencia Estratégica Militar del Ministerio de Defensa (DNIEM) y a la Secretaría de Asuntos Estratégicos de la Jefatura de Gabinete de Ministros, según la nota de mayo de 2018, dirigida por Martiré Palacio a María Noel Costa. En aquel momento se refería a una directiva secreta del general Sosa, quien convocó a las fuerzas a su cargo a participar en un grupo de trabajo de inteligencia, parte de un nuevo Sistema de Alerta Estratégica (SAE). Comunicaba la designación como responsable del SAE del Director General de Inteligencia Conjunta del Estado Mayor Conjunto, para analizar “cambios importantes en  el carácter o nivel de amenazas a la seguridad”. La AFI le informaba al Ministerio de Defensa que el Estado Mayor Conjunto estaba usurpando las competencias de ambos organismos.
La creación de ese Grupo y de ese Sistema fue el primer paso para la realización de inteligencia sobre cuestiones de seguridad que, como le recordó la AFI, las leyes 23.554, de Defensa Nacional, y 24.059. de Seguridad Interior excluyen “del ámbito de competencia de las Fuerzas Armadas”. El leguleyo de la AFI también reiteró que corresponde a la dependencia que conduce Gustavo Arribas formular el Plan de Inteligencia Nacional y los acuerdos con agencias extranjeras, rubros en los que se adentra el Estado Mayor Conjunto. La Inteligencia Estratégica Militar es competencia exclusiva de la DNIEM que ocupaba Costa. La conclusión del abogado de la AFI, reiterada este año, fue categórica: “Se advierte que el Estado Mayor Conjunto pretendería establecer un sistema de Inteligencia al margen de la ley, cuyo marco de actuación se encontraría por fuera del Sistema de Inteligencia Nacional, sin conducción legalmente instituida ni régimen de control legítimo”. El acto es inconstitucional, “contrario al régimen legal instituido y a normas federales y de rango superior”. La relación con agencias extranjeras es evidente en el Informe prohibido, originado en el cut & paste de materiales estadounidenses. Por lo menos esta vez no hay mapas escritos en inglés, como ocurría durante la presidencia de Fernando de la Rúa.


Venezuela, Rusia, China e Irán

El informe de inteligencia afirma que desde el primer gobierno de Hugo Chávez, en 1999, Venezuela estableció fuertes relaciones con Cuba, inclusive militares. A partir de 2001 ha desarrollado alianzas económicas y militares con Rusia y China, que contrarrestan el predominio de Estados Unidos. A partir de 2005 se fortalecieron los lazos con Irán. Esas son las líneas de trabajo que el Comando Sur establece para los militares latinoamericanos y del Caribe, que no coinciden con su misión y competencias.
El 2 de diciembre de 2018, sigue el informe ilegal, un funcionario de Estados Unidos declaró que era posible una invasión a Venezuela en 96 horas. En menos de ese lapso, Rusia desplegó allí dos aviones TU-160. “Dos gobiernos corruptos malgastando fondos públicos y reprimiendo la libertad mientras los pueblos sufren”, dijo el Secretario de Estado Mike Pompeo, según el informe del Estado Mayor Conjunto argentino. También afirmó que Venezuela posee la mejor defensa aérea de América Latina, que haría muy difícil una invasión, y que posee unos 4.500 efectivos de infantería cubanos, que usan uniformes venezolanos. El informe producido por el general Sosa concluye que “Venezuela nunca debería abandonar el desarrollo de una capacidad militar suficiente” de modo que si Estados Unidos intentara una invasión “le resulte más cara que pagar el precio de su petróleo en el mercado”. Además de ilegal, esta conclusión no parece muy lúcida. Asegurar el abastecimiento energético es un objetivo estratégico que Estados Unidos no subordina al costo de una operación militar. Tampoco parece entender la diferencia entre flujo y stock. El Informe de Sosa afirma que Estados Unidos mantendrá la escalada del conflicto contra Venezuela y que por lo menos hasta diciembre de 2019, no será resuelta con el Instrumento Militar en Operaciones de Guerra.


El Informe ilegal.



El chiste de Evo

Esta reaparición militar en terrenos prohibidos implica dejar de lado el tajante repudio a cualquier intervención política de las instituciones castrenses, que caracterizó la actitud estadounidense luego de las dictaduras centro y sudamericanas. En Uruguay, el presidente del Centro Militar, coronel Carlos Silva Valiente, dijo que la búsqueda de detenidos desaparecidos en dictadura (1973-1985) es un “gastadero de plata y un curro”, expresó que en Uruguay no hubo dictadura, cuestionó las leyes sociales del gobierno del Frente Amplio y advirtió que están dadas las condiciones para un golpe de Estado porque no hay democracia, y confesó que la gente le pide que vuelvan los militares. En vísperas de las elecciones de hoy, donde se elegirá al nuevo Presidente, el Centro Militar envió un mail en el que afirma que «culminará el proceso de redención de los derechos y valores del pueblo oriental, heridos, socavados, despreciados por 15 años de asonada frenteamplista», para «imponerle al Uruguay un perfil del todo ajeno a su historia, a sus más queridas tradiciones, a sus más profundos principios; pero también será el inicio de un compromiso en favor de la restauración de los vínculos que desde siempre unieron a los uruguayos y que la larga prédica y praxis del marxismo casi ponen al borde de la irremediable bancarrota».
En Brasil, el capitán Jair Bolsonaro, electo Presidente gracias a la proscripción de Lula, disolvió su partido y creó uno nuevo, Alianza por el Brasil, cuyo logotipo está formado con cartuchos. Bolsonaro también se fotografío con otra composición macabra, realizada con la misma materia prima.




Bolsonaro sancionó una excluyente de responsabilidad para quienes matan en estado de necesidad, en legítima defensa, en estricto cumplimiento de un deber legal, o en ejercicio regular de un derecho. Invocó para eso su propia plataforma electoral, donde decía que «los policías necesitan tener certeza de que en ejercicio de su actividad profesional serán protegidos por una retaguardia jurídica, garantizada por el Estado». Es el mismo concepto del protocolo sancionado por la presidentítere del golpe boliviano, Jeanine Áñez.
Esta disposición a privilegiar la fuerza sobre las instituciones se extiende incluso a Estados Unidos, refleja la mala relación de sus Fuerzas Armadas con Trump y se inscribe dentro del malestar con las deficiencias de una democracia con la que no se come, se cura ni se educa. Los índices de pobreza de Estados Unidos, el endeudamiento con tarjetas de crédito, el remate de viviendas, la desprotección médica, son tan graves como en muchos lugares del Tercer Mundo y eso explica la popularidad de los precandidatos demócratas que denuncian esa situación, Bernie Sanders y Elizabeth Warren.
Desde su forzado exilio en México, Evo Morales repitió un viejo chiste latinoamericano: “En Estados Unidos no hay golpes militares, porque no tienen embajada de los Estados Unidos”. Esta inveterada certidumbre está en duda ahora.
En noviembre de 2016, la cadena de televisión CBS News entrevistó al académico de la Universidad de Harvard Yascha Mounk, coautor de una investigación según la cual “muchos ciudadanos de países democráticos están insatisfechos y piensan que vivir en democracia no es tan importante. Están más abiertos a otras alternativas, incluso extremas, como el gobierno militar”. En 1995, sólo 1 de cada 16 estadounidenses decían que un gobierno militar sería bueno o muy bueno. Hoy son 1 de cada 6. Peor aún, esta tendencia se acentúa entre los más jóvenes: sólo uno de cada cinco millenials dicen que un gobierno militar sería ilegítimo, exactamente el 19%. La misma tendencia se manifiesta en Europa: el 36% de los millenials consideran ilegítimo un gobierno militar, contra el 53% de los ciudadanos mayores. Los millenials no tienen experiencia de lucha contra el fascismo o el comunismo, por eso la democracia no les parece tan importante, es la explicación de Mounk.


Yascha Mounk: 1 de cada 6.



La mala costumbre

La semana pasada el diario Washington Post publicó un artículo de Erica De Bruin, profesora de la Universidad Hamilton y autora del libro Cómo impedir los golpes de Estado. “Los funcionarios de Estados Unidos han adquirido la mala costumbre de apoyar la intervención militar en asuntos políticos, irónicamente en nombre de la democracia”, dice. De Bruin recuerda que ya en 2013 el gobierno de Barack Obama consideró que el derrocamiento del electo Presidente egipcio Mohamed Morsi no era un golpe, sino expresión de la voluntad popular que “restauró la democracia”. Pero, dice la académica, no hay evidencias de que los golpes de Estado y otras formas de intervención militar produzcan gobiernos más democráticos. El propio Egipto es buen ejemplo de eso.
Este año el gobierno de Trump reincidió, al apoyar el llamamiento de Juan Guaidó a los militares de Venezuela para que derrocaran al Presidente Nicolás Maduro y favorecieran así “una transición pacífica a la democracia”, como dijo el Secretario de Estado Mike Pompeo. Lo más común es que los golpes reemplacen un dictador con otro, refuta De Bruin. Su conclusión es que la supervivencia a largo plazo del gobierno democrático depende de resistir la tentación de confiar en los militares para controlar a los posibles gobernantes autoritarios.
Más significativo es el artículo sobre el tema publicado en la Military Reviewedición de mayo-junio de 2018. Se trata de la publicación profesional del Ejército de los Estados Unidos. Allí el director de la Carrera de grado y profesor de historia en la Universidad de Comando y Estado Mayor del Ejército, con sede en Fort Leavenworth, Kansas, Robert F. Baumann, comenta el libro El Golpe Democrático, del académico turco-estadounidense Ozan Varol.


La paloma de la guerra.


Uno de los principales ejemplos de Varol es el derrocamiento en 2017 de Robert Mugabe, quien a sus 93 años llevaba 37 en el gobierno del país cuya independencia de Gran Bretaña condujo, cuando aún se llamaba Rhodesia, en homenaje al conquistador, empresario y traficante de diamantes Cecil Rhodes. Para Varol, los ejércitos basados en la conscripción tienden a compartir los sentimientos de la población en general y en consecuencia estarían más inclinados a simpatizar con quienes protestan en las calles. En cambio los ejércitos formados por voluntarios mostrarían mayor distancia psicológica de la población general.




Pero más interesante que los casos que propone Varol son los comentarios de Baumann, porque esos sí reflejan el pensamiento de los militares estadounidenses de hoy. “Si la sociedad se disolviera en el caos y el desorden, crecería la posibilidad de que las Fuerzas Armadas tuvieran que ser parte de la solución”, dice. Baumann cita un trabajo publicado hace casi tres décadas por el historiador militar Peter Maslowski, quien detectó una tensión entre ciertos valores militares como la subordinación y los valores ciudadanos, tales como el derecho a disentir. “Aunque los estadounidenses dan por sentado con toda razón que sus Fuerzas Armadas se mantendrán alejadas de las cuestiones políticas, no es así como funcionan las cosas en la mayor parte del mundo”.
La tensión entre Trump y los militares llevó hace un año a la renuncia del Ministro de Defensa, general Jim Mattis, por la decisión presidencial de retirar las tropas estadounidenses de Siria y reducir el contingente desplegado en Afganistán, en contra de su consejo.
El retiro de tropas de Medio Oriente, resistido por el establishment militar y por el propio partido Republicano, coincide con la renovada atención que Trump dedica a lo que allí llaman el Hemisferio Occidental. Fue su asesor de seguridad nacional John Bolton quien definió el nuevo eje del mal, lo que llamó la troika de las tiranías de Cuba, Venezuela y Nicaragua, que se ilusionó con ver caer. Quien cayó fue Bolton, por el ostensible fracaso de su política hacia Venezuela, donde no se produjo ni un masivo levantamiento popular ni una fractura de las Fuerzas Armadas. Trump habla como un matón, pero los que tienen los fierros desconfían de él.


El juicio político, de Nixon a Trump

En 1975, el juicio político al Presidente Richard Nixon se realizó con el argumento del espionaje a la sede del partido demócrata, en el edificio Watergate, pero sería imposible entenderlo sin tomar en cuenta que Nixon condujo a su país a la derrota más humillante en el Sudeste Asiático, no en uno sino en tres países, Vietnam, Laos y Camboya. Del mismo modo, no tiene mayor interés perderse en los detalles del juicio político que ahora intentan los demócratas contra Trump por el Rusiagate y el Ucraniagate, como explica en esta misma edición Mónica Peralta Ramos. Ese procedimiento avanza porque Trump colisionó con el establishment militar y con el sistema financiero global, cuyo candidato es precisamente Joe Biden, aquel en cuya historia Trump quiso husmear con ayuda del Presidente de Ucrania. La apuesta de Trump para que las transnacionales deriven sus inversiones de Asia, África y América Latina a Estados Unidos, tuvo más éxito del previsto, y la desocupación es la más baja en medio siglo, si bien en empleos basura y con bajas remuneraciones, que se compensan contrayendo deudas difíciles de pagar, que abonan desde la indiferencia hasta la furia contra los políticos.


La Argentina encabeza el ranking

A ningún país debería interesarle más que a la Argentina que la situación mundial no escale hacia niveles superiores de confrontación violenta, dada la enorme riqueza petrolera de Vaca Muerta, donde ya operan empresas estadounidenses y chinas, a lo que se suman los nuevos yacimientos de shale gas y petróleo descubiertos en la provincia de Santa Cruz, cerca de la frontera con Chile; la existencia cerca de Vaca Muerta de una estación china de rastreo satelital, desde la cual se supervisó la primera misión de la humanidad a la cara oculta de la luna, y de una base estadounidense, construida con el pretexto de asistencia humanitaria, en una zona desierta, no muy lejos de Vaca Muerta ni de la estación china. Ni el gobierno ni las fuerzas que se le oponen parecen haber tomado conciencia de que la Argentina ha quedado envuelta en el ajedrez estratégico que hoy enfrenta a Estados Unidos con China, en el plano económico, y con Rusia en la confrontación militar, con renovada dimensión nuclear. No hay en la Argentina de hoy ningún político con la visión que en 1961 impulsó al Presidente Arturo Frondizi a tender puentes entre el Che Guevara, a quien recibió en secreto en la residencia de Olivos, y el gobierno estadounidense de John F. Kennedy. Tampoco a él le sirvió de mucho, porque fue derrocado meses después y la Argentina se precipitó de la peor manera al torbellino de la Guerra Fría.
Mas allá de los detalles, el nuevo juicio a Trump tiene características inéditas. Por un lado, involucra directamente a los miembros de los servicios de inteligencia y del departamento de Estado en las acusaciones contra el Presidente, siendo el denunciante principal un miembro de la CIA simpatizante del partido demócrata que habría trabajado con Biden en distintas ocasiones y tiene fuertes conexiones con algunos diputados demócratas. Otro hecho saliente es el abierto involucramiento de los medios de comunicación considerados liberales (New York Times, Washington Post, CNN, etc.) en la filtración de información secreta provista por los organismos de inteligencia y en la divulgación de fake news para perjudicar a Trump. Otro punto consiste en el cuestionamiento por funcionarios de su gabinete y/o de los organismos de inteligencia contra decisiones de política exterior de Trump. Así, el juicio político tiene cierto tufillo reminiscente a golpe blando, sólo que esta vez al interior de los Estados Unidos.


La Argentina en el tablero global

Desde la guerra de las Malvinas, la Argentina no estaba inserta de modo tan decisivo en el tablero mundial. La importancia para el país de las nuevas definiciones estratégicas de Estados Unidos se aprecia en el Informe presentado este mes al Capitolio por la Comisión de Seguimiento de las Relaciones Económicas y de Seguridad entre Estados Unidos y China. Fue aprobado por unanimidad de sus doce miembros. El mandato de la Comisión es “monitorear, investigar e informar al Congreso de las consecuencias sobre la seguridad del comercio bilateral y de las relaciones económicas» con China. La Argentina descuella con 26 menciones, igual que Canadá, contra 17 de Venezuela, 8 de Cuba, 7 de Brasil, 5 de México, 4 de Chile, 3 de Bolivia, 2 de Paraguay y Uruguay y 1 de Ecuador. La cantidad es muy significativa, porque indica que las alternativas de la guerra comercial y tecnológica entre Estados Unidos y China repercuten inevitablemente en la Argentina. Pero también importa la calidad de esas menciones. Estas son las principales:
  • Beijing contempla que su Ejército Popular de Liberación alcance en fortaleza y prestigio a las Fuerzas Armadas de Estados Unidos y disuada a otros países de oponerse a los objetivos nacionales chinos. La estrategia militar china ha evolucionado hacia la «defensa avanzada», lo más lejos posible de sus propias costas. China está desarrollando las capacidades críticas para enfrentar a la US Navy en mares lejanos. Para eso está construyendo «una red de baluartes estratégicos en el extranjero, consistentes en bases militares y puertos comerciales que puedan apoyar operaciones militares». El documento provee dos ejemplos: «China estableció su primera presencia militar permanente de ultramar en Djibouti, en 2017 y en la Argentina en 2018″ (el carácter militar de esa presencia en la Argentina es una presunción).
  • China incrementa sus tarifas a las exportaciones de los Estados Unidos y las reduce a las de productos competitivos de otros países. Aun sin haber reducido la tarifa del 3% a los porotos de soja de Brasil y la Argentina, China ha redirigido hacia ellos sus anteriores compras a Estados Unidos.
  • Tecnologías de Vigilancia: China está exportando a los países de América Latina y el Caribe Tecnologías de Vigilancia que podrían debilitar el desarrollo de sociedades democráticas. En febrero de 2019, Uruguay comenzó a instalar 2.100 cámaras de vigilancia donadas por el gobierno chino, mientras que la Argentina planea instalar en octubre de 2019 sistemas chinos de vigilancia por 24 millones de dólares. La Argentina y Uruguay se suman así a Ecuador, México y Bolivia, como operadores regionales de esas tecnologías, que según la comisión, pueden usarse para limitar las libertades básicas y reprimir a la oposición política en países con tendencias autoritarias como Venezuela, debilitando la gobernabilidad democrática.
  • Poder Civil Nuclear: además de los proyectos de transporte e infraestructura digital, China ha utilizado su Iniciativa Belt and Road, para cultivar mercados para sus reactores nucleares y elevar su perfil internacional. Hasta ahora, China sólo ha exportado su reactor autóctono Hualong Uno a Paquistán «y está negociando la construcción de otro en la Argentina».
  • El espacio electromagnético: El Ejército Popular de Liberación estableció una estación de control satelital y de misiones espaciales en la Patagonia, Argentina, en lo que fue «su primera presencia permanente en  el Hemisferio Occidental. Beijing tiene un contrato de arrrendamiento por 50 años y los expertos evalúan que las instalaciones, que son operadas por la Fuerzas chinas de Apoyo Estratégico, podrían emplearse para hacer inteligencia sobre satélites de Estados Unidos y de otros países, lanzamientos de misiles y movimientos de drones. «También podría interferir o poner en riesgo los sistemas de comunicaciones, redes electrónicas y sistemas electromagnéticos en el Hemisferio Occidental».
  • Durante años, China tendió una red global de estaciones terrestres para rastreo y observación espacial, basada en alianzas diplomáticas, que también utilizó para extender su presencia militar de ultramar. Dado que esto obligaba a confiar en el despliegue de costosos barcos de comunicaciones para rastrear naves espaciales en órbitas no visibles desde territorio chino, en la década de 1970 China inició esfuerzos para emular el estilo de redes de monitoreo de ultramar de Estados Unidos. En la actualidad opera estaciones de seguimiento en Chile, Suecia, Australia, Namibia, Pakistan y Kenya. «En 2015, Beijing se aseguró un acuerdo para un centro de control satelital y de misiones espaciales mucho más grande y capaz, en la Patagonia, Argentina. El centro de control espacial en la Argentina, que China consiguió construir y operar en un momento en que la Argentina estaba muy endeudada con China, representa una significativa expansión de la capacidad china de rastreo y control espacial por medio de una red global de estaciones terrestres y puede ser un nuevo modelo de bases de ultramar chinas».
  • Como resultado de la fusión de organismos satelitales y organismos militares espaciales, la base es operada por el Departamento de Sistemas Espaciales de la Fuerza Estratégica de Apoyo, que es la parte del Ejército Popular de Liberación responsable de telemetría, rastreo y comando de las misiones militares chinas al espacio, así como de las actividades contra espaciales.
Durante la reunión sostenida en México con el encargado del Hemisferio Occidental en el Consejo de Seguridad Nacional de Estados Unidos, Mauricio Claver, Alberto Fernández sólo escuchó un pedido: «Sabemos que necesitan de la relación con China y lo entendemos. Pero absténganse de permitir que la empresa china Huawei desarrolle el 5G (la tecnología de comunicaciones de la Internet de las cosas, que revolucionará el mundo). Podrían capturar así sus datos estratégicos», que Estados Unidos se reserva para sí y para Israel. Será interesante ver la evolución de este conflicto. En la Argentina, Huawei está realizando las pruebas de 5G en sociedad con el Grupo Clarín, cosa que también fastidia al mogul mexicano Carlos Slim, propietario de la competidora Claro.
Curiosamente, el Informe no menciona las represas Kirchner y Cepernic, en Condor Cliff y Barrancosa, que una empresa estatal china construye en la provincia de Santa Cruz, con un presupuesto que ronda los 4.300 millones de dólares, y con el empleo previsto de 6.000 trabajadores. Es la principal inversión china en el exterior y la obra pública más importante en la historia argentina. Sólo menor que Yacyretá y Salto Grande, pero no compartida con ningún país limítrofe. La primera turbina debía entrar en operaciones este año, como alivio a la restricción externa, pero el gobierno frenó su construcción por motivos inconfesables. Al asumir Macrì, las obras se paralizaron para realizar una auditoría minuciosa, que no encontró ninguna irregularidad técnica ni económica. El objetivo no era limitar la penetración china, sino correr al socio argentino, Electroingeniería, y reemplazarlo por la constructora del hermano de la vida Nicky Caputo, cosa que los chinos no aceptaron, ni siquiera después de que el gobierno dispusiera encuadernar al vicepresidente de Electroingenieria, Gerardo Ferreyra, para forzar a negociar a su socio principal, Osvaldo Acosta. Ante su negativa, Acosta también fue detenido por la mafia oficial.
Como señaló el portal estadounidense Fair, dedicado a analizar el comportamiento de la gran prensa estadounidense, esos medios escondieron en forma sistemática que el Lava Jato no empezó en Brasil, sino en Estados Unidos, y que su primer objetivo fue sacar del mercado a la constructora Odebrecht, la mayor transnacional sudamericana que competía con las grandes empresas estadounidenses por los mayores contratos. Más conocido es que el juez Sergio Moro fue formado en Estados Unidos y que el embajador de Estados Unidos en la Argentina, Edward Prado, es un ex juez que dedicó años a la formación de sus colegas de Latinoamérica para cumplir con el objetivo que el POTUS fijó en su documento de estrategia nacional de seguridad: perseguir a los dirigentes corruptos y asegurar que las empresas estadounidenses puedan competir por las mejores licitaciones. Feliz con los resultados de su emprendimiento, Prado y su esposa se concedieron unos días de descanso. Mirá dónde y cuándo fueron:
Embajador Prado, en la frontera con Bolivia, a una semana del golpe

Al demonio

Indiferente a los cambios del mundo, la Inteligencia del Ejército celebró su día, el 15 de noviembre, con una bizarra ceremonia en Campo de Mayo. La filmación con que se cierra esta nota muestra cómo se alimenta la paranoia antisubversiva, como si no hubieran transcurrido casi medio siglo y las Fuerzas Armadas siguieran investidas de la autoridad y el designio de combatir al demonio. Una ardua tarea le espera al designado ministro de Defensa, Agustín Rossi.