En los últimos tres años cerraron 100 empresas en el sector de manufactura del cuero, 30 curtiembres, 300 fábricas de calzado y 500 textiles.
El cóctel de medidas recesivas asestó un duro golpe a actividades intensivas en mano de obra, como el sector de manufacturas de cuero.
Imagen: NA
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“Las empresas están cerrando porque, si bien existe una esperanza de que esto cambie en un año, muchas ya no tienen energía para llegar”, es el resumen de la realidad pyme que dio a PáginaI12 Raúl Zylberstein, empresario marroquinero y titular de la Federación Económica porteña. El Indec informó el jueves una caída de 9,7 por ciento de la actividad industrial en el primer bimestre, donde volvieron a destacarse la división de productos textiles, con un retroceso de 18,7 por ciento interanual, y de prendas de vestir, cuero y calzado, con el 7,2 por ciento. En ambas la utilización de la capacidad instalada se encuentra por debajo del 40 por ciento. El resultado, según cifras de las cámaras del sector y gremios, es el cierre en los últimos tres años de 100 empresas en el sector de manufactura del cuero, 30 curtiembres, 300 fábricas de calzado y 500 textiles. “El problema es la caída del consumo, las elevadas tasas de interés, los tarifazos y la apertura importadora. No hay una pyme que tenga como prioridad una rebaja de impuestos o de los aportes patronales. Ese es un debate que buscan imponer el Gobierno y las grandes empresas. No es lo que más nos pega”, explicó a PáginaI12 Ariel Aguilar, empresario textil y vicepresidente de Confederación General Empresaria (Cgera).
El cóctel de medidas que aplicó el gobierno de Cambiemos asestó un duro golpe a las actividades intensivas en mano de obra, como el sector de manufacturas de cuero y textiles, las más castigadas en los últimos tres años. Desde el Gobierno las invitan a reconvertirse, en su mayoría a importadoras, como el caso de textiles y calzado, y en otros como exportadoras de materia prima, como el marroquinero. Los números que difundió el Indec dan cuenta de esa primarización de las exportaciones y, por ende, de la producción. En el rubro textil, los hilados de algodón cayeron en el bimestre un 30,9 por ciento interanual, seguido por el retroceso de 14 por ciento en tejido y acabado. Mientras que la preparación de fibras para uso textil, la primera transformación del hilado, creció 29,4 por ciento. En cueros y manufacturas, el capítulo prendas de vestir cayó 10,9 por ciento en el bimestre y calzado y sus partes, un 3,4 interanual. Por su parte, el curtido del cuero mejoró en un 6,1 por ciento interanual.
El 90 por ciento del cuero se exporta sin manufacturar, pero en los últimos meses se exporta así casi la totalidad. Es un viejo anhelo de los grandes productores agropecuarios que, en la voz del ex titular de la Sociedad Rural y actual secretario de Agroindustria, Luis Miguel Etchevehere, presionan para que se les quite las retenciones a la venta de cuero sin manufacturar. “Como hicimos con la carne”, insiste Etchevehere ante las pymes del sector. El resultado es la pérdida de puestos de trabajo en una actividad, tanto textil como marroquinera, intensivas en mano de obra. En los últimos tres años se perdieron 20.000 puestos de trabajo en el rubro.
“La situación es tal como muestran los números: trágica. Ya se perdió mucho dinero en actividades de mano de obra intensiva que producen para el consumo local. El consumo se cayó completamente y no hay perspectiva de que esto cambie. Los trabajadores algunos se quedan con las máquinas como indemnización y algunos empresarios, con 50 o 60 años, tienen que empezar de cero”, detalló Zylberstein. El secretario de la Cgera explica que hay una situación de apoyo mutuo en el sector. “Nos respaldamos entre nosotros y los empleados, pares y amigos. Siempre decimos: Si se da vuelta, empezamos otra vez todos juntos”, explica el marroquinero, que enfrenta una delicada situación en la firma que creó hace varias décadas su padre. “En 2009 dejé de enfocarme en la exportación y el turismo y me concentré en el mercado interno. Ahora con un dólar a 42 pesos, viene y me dicen: volvé a exportar. No es un commodity. Hay que hacer un trabajo previo para ganar mercados”, explicó el empresario, quien alerta también por las grandes deudas impositivas que se van generando ante el Fisco, lo que impide levantar cabeza en el actual contexto.
El diagnóstico de Aguilar coincide en que el principal problema de las pymes es el congelamiento del consumo. “El tema acá es que el gobierno te corre el eje de la discusión y nos intenta convencer de que el problema es la carga tributaria o los costos laborales”, detalla el vice de la Cgera. “Pero cuando hablamos nosotros, los primeros puntos que se ponen sobre la mesa son, en orden de importancia, la caída de consumo interno; las exorbitantes tasas de interés, que pega en el crédito al consumo, la cadena de pagos y cualquier tipo de inversión; el aumento de las tarifas y la importación. Las importaciones algo bajaron en los últimos meses debido a que la gente no tiene ni para comprar ni adentro ni afuera”, agrega. El empresario textil reconoce que los impuestos son un problema, “pero que está después de estos cuatro ejes”. “Y la reforma laboral no sale de los pymes. La instaló el gobierno y las grandes empresas. Porque ni aunque me regalen los impuestos, se puede seguir”, concluyó Aguilar.