martes, 6 de junio de 2017

EL PAÍS 06 de junio de 2017 · Actualizado hace 3 hs Marcha de trabajadores de prensa Del Obelisco al Ministerio de Trabajo

En la antesala del Día del Periodista, la Mesa Nacional de Trabajadores de Prensa reveló que durante los últimos dos años hubo una pérdida de 2500 puestos de trabajo en el sector, 1400 de los cuales ocurrieron en la ciudad de Buenos Aries. En este marco, el espacio que agrupa a los sindicatos y federaciones de todo el país anunció para jueves próximo una movilización al Ministerio de Trabajo para denunciar “la crisis” laboral y salarial, y "en defensa de los estatutos y convenios" que rigen para ese ámbito.
Durante una conferencia encabezada por dirigentes del Sindicato de Trabajadores de Prensa de Buenos Aires (Sipreba), la Federación Argentina del sector (Fatpren) y la Federación de Trabajadores de la Cultura y la Comunicación (Fetraccom), a los que se sumó el titular de ATE, Hugo “Cachorro” Godoy, se denunció al Gobierno de “no haber convocado al diálogo” salarial a dirigentes de esos espacios “ni tomar medidas para atender la situación que ahora se profundiza” en los medios.
Por este motivo, el jueves 8 habrá una movilización desde el Obelisco hasta la sede que la cartera laboral tiene en Callao 114, donde se denunciará "la emergencia que afronta una auténtica libertad de expresión con pluralidad de voces”, según se consignó en un comunicado. La marcha comenzará a las 14 pero previamente se convocó a un cese de tareas de tres horas a partir de las 13:30 en todos los medios gráficos de la ciudad de  Buenos Aires.
Según datos tomados por los gremios en todo el país, la pérdida de puestos de trabajo se dio por despidos, jubilaciones anticipadas y retiros voluntarios que son utilizados "como parte del recorte" de personal por parte de las empresas periodística. A esto se le suman los que están en riesgo: "En Télam peligran entre 150 y 200 puestos de trabajo", advirtió Fernando "Tato" Dondero, titular de Sipreba.
El dirigente denunció, además, la existencia de "un techo" en las paritarias y exigió a las empresas "que haya realmente discusión salarial real en función del deterioro del poder adquisitivo de 2016, que lo cuantificamos entre un 15 y 20 por ciento”. Los gremios coincidieron en que esta situación "no solo afecta a los periodistas y sus familias” sino también a “la diversidad y pluralidad de voces y la calidad del sistema democrático”.

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EL PAÍS 05 de junio de 2017 · Actualizado hace 1 día Opinión Ajedrez y peligros en un país más ancho y largo

Este sábado pasado se realizó el primer congreso nacional de El Manifiesto Argentino. Con la presencia de unos 200 delegados de más de 30 ciudades y 11 provincias, y con figuras que enaltecieron la larga jornada (Leopoldo Moreau, Eduardo Barcesat y Jorge Cholvis, entre otros) y una emotiva solidaridad con la marcha #Niunamenos, los tópicos tratados fueron prácticamente todos. Un centenar de expositores, y miles de seguidores en internet y las redes sociales, consagraron el lanzamiento nacional de esta corriente política.
De ahí al Chaco y ya en domingo, hubo seis horas de carretera para llegar a votar en las PASO provinciales y –también de paso– mirando de reojo los comicios del otro lado del río, donde la intendencia capitalina de Corrientes implicó otra dura pulseada.
El clima general de la república, es evidente, ofrece claroscuros variables y líneas de análisis para todo tipo de intrépidos, ansiosos y diletantes. Fundamentalmente porque si algo está claro es que nada está claro.
El peronismo está en peligro: fuera del poder y fragmentado, es un hecho que incluso en varias provincias que gobierna está cautivo de chantajes del gobierno nacional, y también de sus propias eternas derechas. 
El macrismo también está en peligro: con una sociedad descontenta que ya no se traga el cuento de la “pesada herencia”, se lo ve enervado porque Odebrecht, Correo, Soterramiento y otros sustantivos calientes son nubes amenazantes y tormentosas en el cielo paradisíaco que quieren ver el presidente y sus achichincles. 
Y ni se diga el radicalismo oficial, tan lejos de Yrigoyen y Alfonsín como penosamente entregado al indigno mendigarle candidaturas al PRO.
Quizás por todo eso en el campo que interesa a esta columna, el nacional y popular, las oscuridades no se aclaran ni ahí, y eso es lo preocupante. Porque más allá de presiones y encuestas –y de las cada vez más obvias, desesperadas operaciones mediáticas de Clarín, La Nación y TN–, los runrunes en todos los mentideros de la política no pasan de los planos conjeturales.
Y entonces es como si todo el país estuviera –y está, y eso es lo fantástico– pendiente de la decisión de la expresidenta. Quien según varias encuestas parecería estar empardada en un 30-35 % con el macrismo bonaerense, lo que no sería carta de triunfo seguro pero tampoco de derrota ídem. Salvo que en octubre se conjuguen los planetas de todo el antikirchnerismo, como sueñan, relamiéndose, en el Grupo Clarín-Nación, Comodoro Py y la Rosada, en ese orden que es el orden del verdadero poder, hoy, en la Argentina.
Así las cosas, en el país político cada quien sigue con obsesiva atención el lento girar de la bolita que no termina de caer en el número deseado y apostado. Al menos en la Provincia de Buenos Aires, donde se supone –muchos lo suponen y acaso erróneamente– que se definirá todo, o sea lo que llaman “la madre de todas las batallas”. Cálculo posible pero también cuestionable a ojos de quienes miran –miramos– al país como una fenomenal complejidad de 24 distritos y no de uno solo por grande que sea.
Y esto les cabe a todos. Porque tanto en la Alianza Cambiemos-UCR como en el entorno de la indiscutida líder del peronismo contemporáneo, lo único que parece claro es que todos los alfiles esperan el movimiento de la dama a ver si da batalla personalmente, o por interpósitos candidatos. 
Con ansiedades de signo obviamente opuesto, por un lado los propios parecen apostar cada vez más al sí de la dama. Por el otro, parece cada vez más evidente que los grandes multimedios rodean ya al PJ y al ex ministro Florencio Randazzo, desesperados por investirlo como futuro posible rey aunque un poco lo detestan y otro poco lo desprecian.
Lucha, entonces, sorda y sórdida si las hay. Y de dificilísimo pronóstico porque, de hecho, todavía el reloj urge menos a la dama que a los peones.
Pero el país es mucho más que nuestra megaprovincia, y sería bueno, y aún más sería excelente, que no lo olviden los armadores. El futuro Congreso de la Nación, hoy degradado por el macrismo que gobierna a decretazos como cualquier vulgar dictadura, necesitará de representantes en números que no aporta solita la gran provincia. 
Cuando se recorre el país real, el país completo y verdadero, queda claro que ganar o perder la gran batalla bonaerense no lo es todo. Y es emblemático el caso de Córdoba, la provincia más abandonada y dilapidada por el kirchnerismo. Y que fue la que garantizó el triunfo de Cambiemos en 2015 y ahora todo indica que, si no se atiende la voluntad de los cordobeses del campo nacional y popular, puede suceder lo mismo, o peor. 
Idem en por lo menos una docena de provincias que entre todas suman tanto como Buenos Aires. Y que sería necio perder, pero se perderá si se siguen tomando decisiones en la Capital Federal y con criterios portuarios que los llevan a sostener insostenibles, resistidos en sus propias provincias pero acaso bancados por quién sabe qué merodeadores de la dama. O sea.

SOCIEDAD 06 de junio de 2017 · Actualizado hace 6 hs Tres policías están acusados de disparar balas de plomo Sentencia para la Sala Alberdi

Esteban Ruffa y Germán de los Santos acusan a tres uniformados de la ex Metropolitana.
Esteban Ruffa y Germán de los Santos acusan a tres uniformados de la ex Metropolitana. 
Imagen: Luciana Granovsky
“Esperamos que se resuelva a favor no solo nuestro sino de todo el campo popular y de la comunicación”, dice Esteban Ruffa, fotógrafo de la Agencia Anred, quien desde hace cuatro años carga en su pierna la bala de plomo que la Policía Metropolitana y la Federal le dejaron como recuerdo de la represión desatada la noche del 12 de marzo de 2013 tras el desalojo de la Sala Alberdi. Mario Fumaroni fue otro de los heridos con plomo aquella noche. El tercero fue Germán de los Santos, fotógrafo de DTL! Comunicación Popular, la bala le atravesó la pierna a la altura del muslo. Las pruebas que aportó fueron las de su cámara, las imágenes que tomó al igual que Esteban y otros reporteros gráficos. Imágenes con las que construyeron parte fundamental del material probatorio con el que el Tribunal Oral en lo Criminal N°7 porteño resolverá hoy la sentencia contra tres uniformados de la Metropolitana acusados de gatillar sus escopetas contra la gente. El fallo será el primero que revise la actuación represiva de la extinta Metropolitana en manifestaciones populares.
En el banquillo estarán el entonces oficial mayor Gabriel Pereira de la Rosa y los oficiales Miguel Antonio Ledesma y Maximiliano Nelson Acosta, todos incorporados a la flamante Policía de la Ciudad en servicio pasivo, a la espera del fallo del tribunal. La abogada de la querella, María del Carmen Verdú, pidió una condena de 20 años al sostener que se trató de una tentativa de homicidio agravada por su rol de policías. El fiscal Oscar Ciruzzi pidió tres años y tres meses de prisión más inhabilitación por cuatro años al considerar que se trató de un caso de abuso de armas y lesiones graves. Las defensas van por la absolución.
En las audiencias, los testigos de la Metropolitana y de la Policía Científica de Gendarmería –algunos de ellos integrantes de la Policía de la Ciudad actualmente– reconocieron la presencia de los policías en el lugar y que las escopetas Mossberg 12/70 que cargaban pueden disparar tanto postas de goma como de guerra. Sin embargo, recurrieron al “olvido” al momento de reconocer quiénes eran los oficiales que disparaban registrados en los videos. “Están constatadas las heridas, la presencia de los policías en el lugar y que las balas fueron de plomo. Las defensas no lo discutieron en el juicio, no les convenía. Lo único que les quedó fue decir que no fueron ellos”, advirtió De los Santos.  
La querella conformada por los fotógrafos de Anred y DTL! y patrocinada por Correpi realizó un largo camino de cuatro años en el que debió sortear declaraciones de incompetencia por parte de la jueza de primera instancia Wilma López, demoras burocráticas y la reconstrucción de la prueba a partir de los registros que los comunicadores tomaron esa noche. En el camino quedaron los pedidos de la querella por las responsabilidades políticas, además de las acusaciones contra quien era el jefe de la Dirección General de Conducción Operativa de la Federal y actual superintendente de la Policía de la Ciudad, Guillermo Calviño, y el entonces comisario mayor Pedro Carnero, quien ahora ocupa la Dirección General de Comisarías de la policía porteña.
–¿Qué análisis hacen del rol de la justicia ante un hecho de represión policial como el que vivieron? 
Germán de los Santos:–Fue un largo camino, fueron una escuela estos 4 años. Es una situación desgastante que te corre del eje de tu vida diaria. Nos tuvimos que plantar en cada una de las instancias en las que realizaron maniobras para que esta causa quede cajoneada y ante la postura del entonces gobierno porteño, encabezado por Mauricio Macri, de negar la represión con balas de plomo y relativizar nuestra presencia en el lugar. Nuestra respuesta a esa gran mentira fue recopilar todo el material audiovisual para certificar que estuvimos ahí y que las balas salieron del cordón policial de la Metropolitana.
Esteban Ruffa: –La jueza Wilma López, que estuvo a cargo de la instrucción de la causa, se llegó a declarar incompetente para intentar que la causa por las heridas que nos provocó la Metropolitana pasará a un juzgado de menores, dentro de una causa abierta por la detención de un menor de edad aquella noche. Por otra parte, no nos acompañaron ni el fiscal de la instrucción ni la jueza en el pedido por las responsabilidades políticas de Macri, (el ex ministro de Cultura Hernán) Lombardi y (el ex ministro de Seguridad Guillermo) Montenegro.
–El comienzo del juicio oral se retrasó seis meses ¿Aún sostienen que se trató de un favor al Gobierno porteño para que el debate no sea contra policías de una fuerza en actividad?
G. S.: –El argumento fue una “cuestión de agenda” del tribunal, pero viendo el escenario político, el Gobierno porteño necesitaba no tener mala prensa en el momento en el que se debían fusionar la Policía Metropolitana y la Federal para que nazca la Policía de la Ciudad. Esta es la primera causa que llega a juicio oral y público por una represión de la Policía Metropolitana en manifestaciones. No ocurrió ni con la represión del Parque Indoamericano, donde hubo tres muertos; ni con las que se sucedieron en el Parque Centenario y el Hospital Borda. 
E. R.:–Cuando se lanzó la Policía Metropolitana se habló de una fuerza de prevención que no utiliza balas de plomo, una fuerza renovada, pero se terminó mostrando que se trataba de un rejunte de varias fuerzas. Con la Policía de la Ciudad ocurre lo mismo.
–Habían solicitado el juzgamiento de mandos altos de la Federal como Calviño y Carnero...
G. S.:–Nos tocó ver cómo la gente que actuó aquella noche como funcionarios de la Metropolitana o la Federal ahora ascendieron escalafones en la Policía de la Ciudad. Y eso da miedo. Los pedidos contra Calviño y Carrero eran por “omisión funcional” e “incumplimiento de deberes de funcionario público”, porque a sabiendas de que se estaba disparando con plomo no tomaron ninguna medida para impedirlo y cercar la zona para que las pruebas no se pierdan. A los pocos minutos de la represión, un camión de limpieza barrió con toda la zona sin dejar rastros. 
–¿Qué expectativas tienen de la sentencia en este contexto de conflicto social, de mayor represión y protocolos antipiquetes?
E. R.: –El alegato de María del Carmen Verdú fue contundente, con apoyatura en los materiales audiovisuales, dejan clara la responsabilidad material. El tribunal está en una encrucijada y esperamos que resuelvan en base a los hechos, a los testimonios de los compañeros de otros medios alternativos, que fueron contundentes, y no desechables como los de las fuerzas que recurrieron al “olvido”. Esperamos que se resuelva en favor no solo nuestro sino de todo el campo popular y de la comunicación. Si se resuelve en favor de la fuerza abre la posibilidad de que cualquier oficial, de cualquier fuerza, esté habilitado a ejercer un abuso sin límite ante una situación represiva.  Es algo que ya estamos viendo: policías en los colegios, detenciones arbitrarias en los barrios, detenciones y abusos en las calles. 
G. S.: –Las pruebas que aportamos obligaron a las defensas de los policías a no poder negar lo que sucedió, a circunscribirse a relativizar la presencia de los efectivos en ese momento o decir que dispararon con goma y no con plomo, pero sin negar que hubo disparos de plomo. Si la decisión de los jueces es adversa, quedará en evidencia que no hay errores sino que se trata de una decisión totalmente política. 
–¿Qué esperan de la sentencia como comunicadores populares? 
E. R.: –Si nos tiraron a nosotros es porque molestamos, porque provocamos al poder de turno y tenemos un papel muy importante que desempeñar. La comunicación popular está presente en las calles y vamos a seguir para poner un coto al Estado, para que no se atribuya la capacidad de reprimir sin límites. Esto nos organiza más, nos empuja hacia adelante, nos da más ganas de construir nuestros medios. 
G. S.:–Veámos las acciones que ha tomado el Poder Ejecutivo para que periodistas y comunicadores no registremos lo que van a hacer las fuerzas de seguridad. Lo del protocolo antipiquetes con el “corralito para la prensa” es un eufemismo. Volvamos a la tarea del fotógrafo Sergio Kovalevsky, un fotógrafo independiente que pudo con la valentía de estar en el lugar, desmantelar la estrategia del Grupo Clarín, que evitaba publicar las imágenes que tenía sobre lo que había pasado en el hall de la estación Avellaneda (el 26 de junio de 2002), cuando (el ex comisario Alfredo) Fanchiotti mintió y dijo que ellos no habían entrado y que los piqueteros se habían matado entre ellos. ¿Qué pasa si no estaba Kovalevsky? ¿Qué pasa si los medios alternativos, comunitarios, populares dejaran de existir? Es por eso que el Gobierno nacional actúa de esta manera tratando de cerrar radios y tv comunitarias y haciéndonos sufrir, lo que sufrimos en las calles.

EL PAÍS 06 de junio de 2017 · Actualizado hace 4 hs Renunció el responsable de la ciberseguridad nacional A Martino se le colgó el sistema

El ex policía vinculado al Fino Palacios exonerado de la Federal y la Metropolitana que el Gobierno había reciclado en el Ministerio de Modernización dejó su cargo. Su salida se produce tras la filtración de datos de inteligencia del mail de Patricia Bullrich.
Tras la filtración de datos del mail de Bullrich dejó su cargo Eduardo Martino.
Tras la filtración de datos del mail de Bullrich dejó su cargo Eduardo Martino.El gobierno nacional aceptó la renuncia del director de Infraestructuras Críticas de Información y Ciberseguridad (ICIC), Eduardo Jorge Martino, quien había sido nombrado en ese cargo a pesar de haber sido exonerado por irregularidades durante su pasado en las policías Federal y Metropolitana, y ser uno de los hombres del Jorge “Fino” Palacios en esas fuerzas. La salida de Martino se atribuyó a "motivos personales", pero se produce tras la filtración de documentos sobre procedimientos de la Dirección General de Inteligencia robados de una cuenta de mail de la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, el último de una serie de ataques de esas características de hubo en los últimos meses.
Martino había presentado su renuncia el 31 de mayo de este año y fue oficialmente aceptada hoy, según consignó la  Resolución 256 del Ministerio de Modernización, a cargo de Andrés Ibarra. La medida publicada en el Boletín Oficial no precisa los motivos del alejamiento pero, según trascendió, el ex policía esgrimió “motivos personales”. En la resolución solo se le "agradece” su “destacada y valiosa colaboración brindada” desde el 4 de mayo de 2016.
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El ex oficial de policía llegó a ese cargo de la mano del secretario de Seguridad, Eugenio Burzaco, a pesar de haber sido antes apartado de las policías Federal y Metropolitana. En la Federal fue uno de los 107 oficiales y 475 agentes que en 2004 fueron separados de la fuerza por tener causas judiciales en curso o sumarios administrativos abiertos. La decisión fue tomada por el entonces presidente Néstor Kirchner, en lo que fue la mayor purga en la Federal hasta entonces.
Cinco años después, el gobierno porteño lo recicló en la cúpula de la Policía Metropolitana como superintendente de Comunicaciones y Servicios Técnicos. Su nombramiento y el de otros oficiales fue cuestionado en su momento al entonces jefe de esa fuerza, el ahora secretario Burzaco, quien decidió apartarlo después de tener que dar explicaciones al respecto en la Legislatura de la ciudad.
Las denuncias habían consignado que Martino era un oficial que respondía a Jorge “Fino” Palacios, acusado por encubrimiento del atentado a la AMIA, denunciado por tener vínculos con reducidores de autos y narcotraficantes, procesado por escuchas ilegales y hombre de confianza de Mauricio Macri.
La actividad de Martino en lugares vinculados a la seguridad no solo se restringió su presencia en las fuerzas públicas: también fue director técnico de la empresa de seguridad Alesa S.A., de la que también era socio, tal como lo consignó Página/12 en 2010.
Uno de los últimos cuestionamientos que se le hizo a Macri un año antes de ser elegido como Presidente de la Nación fue la instalación en de cámaras de seguridad en el Obelisco. Detrás de esta medida también estuvo Martino. Andrés Pérez Esquivel, sociólogo e hijo del Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, había cuestionado la presencia de ese sistema de presunta seguridad y señaló a Martino como su impulsor: “El encargado de la instalación del sistema y de quien depende el funcionamiento de las cámaras es Eduardo Jorge Martino, que cumplía funciones durante la dictadura en la Policía Federal”, dijo por entonces.
Luego de confirmada la renuncia de Martino al cargo de cómo jefe de e Infraestructuras Críticas de Información y Ciberseguridad de la Nación, el Gobierno no anunció quién será su reemplazante, si un especialista u otro hombre de confianza del macrismo.
Congelados en las escuelas porteñasAl menos 45 establecimientos están sin calefacción
Los docentes, con la colaboración de los padres, hicieron un relevamiento de los colegios que no están calefaccionados. Dos de ellos son jardines de infantes. El problema es que no tienen gas porque no se hicieron las obras o se demoran los arreglos. Los caloventores que reciben para paliar el frío dañan en muchos casos la instalación eléctrica.

NIK MIENTE

Nik se defiende tras publicar una foto de Baradel con datos falsos: “No me di cuenta; hice copy paste como todos los días”
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