miércoles, 29 de marzo de 2017

BONNIE AND CLYDE

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HORACIO QUIROGA

Horacio Quiroga adoraba a Martínez Estrada como a un hermano menor y le regaló una hectárea de su propia tierra en Misiones, para tentarlo de que fuera su vecino. La desmontó él mismo a machete limpio, le mandó por correo el título de propiedad y los planos de la casita de madera que podía...
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DESPEDIR ES PRO

"En el día de la fecha Yamil Minakowski, director de la Dirección General de Reciclado (DGREC) del Ministerio de Ambiente y Espacio Público (MAyEP) del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, despidió a 5 trabajadores y trabajadoras que se adhirieron al feriado nacional del 24 de marzo por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Con cinismo se hizo cargo de los despidos diciendo “que sirva de lección”."
Desde ATE Capital denuncian el despido de cinco trabajadores de Espacio Público por sumarse al feriado por el Día de la Memoria. Según el sindicato,…
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vidal...

El poeta falleció el 27 de marzo de 1942 preso en el Reformatorio de Adultos de Alicante. El Nobel Pablo Neruda escribió tras su muerte que recordar a Hernández "es un deber de España, un deber de amor”.
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LEOPOLDO MARECHAL DIXIT

Iciar Recalde
e hace imposible la intelección del caso. El error consiste, a mi juicio, en considerar su accesis al poder, en modo simplista, como el triunfo de un “partido político” habitual, alcanzado en elecciones y circunstancias habituales, cuando lo que triunfa entonces y accede al poder es nada menos que una “REVOLUCIÓN DOCTRINAL” encarnada en una mayoría de pueblo que ni siquiera se había organizado aún en “partido.” Lo que tal vez induzca en error a esa crítica es el hecho “despistante” de que una revolución integral, como la justicialista, llegase al poder, no según las vías históricas del asalto y la violencia, sino por las muy amables de la democracia y en la elección más inobjetable que se haya dado en nuestro sistema representativo. Es una primera marca de “benignidad” cuyo significado me reservaré por ahora. Claro está que por ser “multitudinaria”, esa revolución asume la mayoría de los gobiernos nacionales, provinciales y municipales; y no lo está menos que, por ser “DOCTRINAL”, esa revolución induce a sus gobernantes cierta “UNANIMIDAD” DE PENSAMIENTO Y DE ACCIÓN, que surge de la doctrina misma y no de la obsecuencia general frente a un dictador, según el esquema idiota que suele aplicar el cine yanqui a las revoluciones latinoamericanas. (...) Y eso hace chillar a la “minoría” que no puede o no sabe o no quiere admitir el hecho revolucionario. (...) Es lo que se designó más tarde con el nombre de “oligarquía” y en la cual el justicialismo vio a su antagonista nato desde las primeras escaramuzas." Leopoldo Marechal

RAMON CARRILLO

El eterno Ramón Carrillo. Impulsor del sistema solidario de salud pública
Mi querido Ponzio:
Yo no sé cuánto tiempo más voy a vivir, posiblemente poco, salvo un milagro. También puedo quedar inutilizado y sólo vivir algo más. Ahora estoy con todas mis facultades mentales claras y lúcidas y quiero nombrarte el albacea de mi buen nombre y ho­nor. Quiero que no dudes de mi honradez, pues pue­des poner las manos en el fuego por mí. He vivido gal­gueando y si examinas mi declaración de bienes y mi presentación a la Comisión Investigadora, encontrarás la clave de muchas cosas. Vos mismo intuíste con certe­za lo que pasaba en mí y me ofreciste unos pesos. Por pudor sempre oculté mis angustias económicas, pero nunca recurrí a ningún procedimiento ilícito, que esta­ba a mi alcance y no lo hice por congénita configura­ción moral y mental. Eran cosas que mi espíritu no po­dia superar.
Ahora vivo en la mayor pobreza, mayor de la que nadie puede imaginar, y sobrevivo gracias a la caridad de un amigo. Por orgullo no puedo exhibir mi miseria a nadie, ni a mi familia, pero si a un hermano como vos, que quizás (conociéndome) puedas comprenderme.
No tengo la certeza de que algún día alcance a defenderme solo, pero en todo caso si yo desaparezco, queda mi obra y queda la verdad sobre mi gigantesco esfuerzo donde dejé mi vida.
Esta obra debe ser reconocida y yo no puedo pasar a la historia como un malversador y ladrón de nafta. Mis ex colaboradores conocen la verdad y la severidad con que manejé las cosas dentro de un tremendo mundo de angustias e infamias. Ellos pueden ayudarte.
Mi capacidad de trabajo está muy reducida; vivo como médico rural en una aldea. Ahora de nuevo me quedé sin puesto, pues la Compañía donde actuaba le­vantó campamento. A mí, poco a poco, se me han ce­rrado las puertas y no pasa un día que no reciba un golpe. Poco a poco mi organismo ha comenzado a desintegrarse definitivamente. He aceptado todo con la resignación que me es característica. No tengo odios y he juzgado y tratado a los hombres siempre por su lado bueno, buscando el rincón que en cada uno de nosotros alberga el soplo divino.
El tiempo y solo el implacable tiempo, dirá si tuve razón o no al escribirte esta carta, ya que en el hori­zonte de mis afectos, no veo a nadie más capaz que vos de tomar esta tarea cuando llegue el momento, que llegará, cuando las pasiones encuentren su justo nivel.
Belém do Pará, 6 de septiembre de 1956.
Ramón

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