La semana que pasó fue la más difícil para la CGT desde su reunificación hace dos meses. La decisión de la conducción cegetista de desactivar el paro desató críticas de propios y extraños. Sin embargo, Héctor Daer, uno de los tres secretarios generales de la central sindical, está seguro del rumbo que tomaron luego de que el Gobierno anunciara el pago de mil pesos en diciembre a jubilados que cobran la mínima y hogares con beneficiarios de Asignación Universal con Hijo, la exención de Ganancias sobre 15 mil pesos del aguinaldo y la convocatoria a una mesa de diálogo con empresarios, donde los gremialistas pedirán un bono de fin de año de 2 mil pesos para todos los trabajadores. Además de explicar que se puso el foco en los sectores más vulnerables, el referente del gremio de la Sanidad destaca Página/12 el rol de interlocución social que asumió la CGT y adelanta los pasos que se plantean de ahora en más: “Debemos atender el tema puntual de la emergencia para discutir a partir de ahí cómo se equilibra la balanza en la distribución del ingreso.”
–¿En qué estado está la negociación con el Gobierno a la que el próximo miércoles se sumarán los empresarios?
–La negociación está en una etapa de comienzo. Lo que vamos a discutir a partir del miércoles, cuando se sumen los empresarios, es cómo atravesar una coyuntura de emergencia social. El inicio del diálogo apuntó a los sectores más vulnerables y ahora debe continuar con la recomposición del poder de compra del salario de todos los trabajadores. Esto es el inicio de algo mucho más largo: queremos discutir cómo hacemos un país con mano de obra calificada que permita sostener una sociedad con un salario real importante y no con salarios bajos y trabajadores precarios.
–¿El bono para jubilados con la mínima y hogares con beneficiarios de la AUH está cerrado o todavía pueden conseguir más?
–En el caso de los que cobran la AUH planteamos que los mil pesos sean para hogares con un beneficiario y que aquellos que tengan más vayan acumulando un valor por cada uno de ellos.
–¿Cómo evalúa hasta aquí la negociación?
–No podemos plantearnos satisfacción por una reunión que genera paliativos. De todos modos, creemos que se cumplió el rol de interlocución social que nos propusimos para discutir estos temas. Con respecto a los jubilados, hubiéramos esperado que fuera para todos, pero los que cobran la mínima son los más vulnerables y el Gobierno también se plantea llegar a un millón de personas con la modificación de los haberes en función de la ley reparación histórica. El otro tema es el de la AUH, que se cruza con el pedido que habían hecho las organizaciones sociales cuando conversaron con nosotros y es que haya un aumento todos los planes que tienen que ver con realización de tareas. Ese tema también lo está trabajando el Gobierno y seguramente haya alguna discusión con los compañeros de los movimientos sociales y algún anuncio. Esta es también la emergencia, pero nosotros queremos discutir que los subsidios se traduzcan en trabajo y por eso avalamos también el proyecto de Ley de emergencia social.
–¿No es poco frente a lo que el Gobierno le dio a sectores económicos concentrados?
–Por supuesto que puesto en la balanza eso es mucho más. Somos críticos a la baja de las retenciones a la soja y a las mineras, pero la realidad es la que tenemos hoy: debemos atender el tema puntual de la emergencia para discutir a partir de ahí cómo se equilibra la balanza en la distribución del ingreso.
–¿Qué margen hay para discutir eso con un Gobierno con sus medidas generó un aumento de la pobreza y que cada vez que puede instala la idea de que para generar más empleo es necesaria la flexibilización laboral?
–En ningún momento vamos a coincidir con la flexibilización laboral. No vamos a corrernos de dos premisas muy claras: este salario real y estos convenios colectivos de trabajo y esta ley laboral. A partir de ahí debemos discutir todo porque de acá a fin de año también va a haber quienes se beneficien; quienes ocultaron su dinero, por ejemplo, lo van a poder blanquear. ¿Ese perdón fiscal, para muchos por cifras millonarias, qué significa? ¿Es un tema monetarista, es un tema recaudatorio o un tema que tiene ver con empezar a plantearnos un Banco Central que dé créditos a baja tasa para que las Pymes puedan producir? Esto también tiene que ver con lo que estamos planteando.
–Lo que se anunció de Ganancias dista mucho de la promesa de eliminar el impuesto…
–Yo no lo voté a Macri, con lo cual no me hago cargo de las promesas incumplidas; algunos sí lo han votado y entonces ahora le reclaman que las cumpla. Lo que se anunció es un paliativo que va a ayudar a que este impuesto totalmente distorsivo sobre el salario tenga la agresión que ha venido teniendo. Deducir 15 mil pesos del aguinaldo va a permitir que los compañeros dejen de tributar alrededor de 5 mil pesos. El bono para los sectores más vulnerables, sumad al que vamos a discutir, puede llegar a dar una cifra cercana a 20 mil millones de pesos que volcados al consumo harán girar la economía y que empiece a girar la economía es la única manera de que no caiga el empleo.
–Desde el empresariado se pronunciaron en contra del bono de fin de año o pusieron reparos, ¿qué posibilidades concretas hay de que se implemente?
–Muchos empresarios no tienen responsabilidad social, muchos la balconean y otros estarán haciendo su propia paritaria con el Gobierno para ver de qué manera pueden prorrogar algún vencimiento impositivo o negociar. Los empresarios deben comprender que hay que cubrir el bache en términos sociales y que una vez que la economía se pone en marcha es en beneficio del conjunto de la sociedad. El Gobierno nos dio su punto de vista coincidente en este tema.
–Pero desde el Gobierno dijeron que lo anunciado es lo máximo que se puede hacer en función del estado de las cuentas fiscales, lo cual daría la idea que no tiene planes de darle un bono a los estatales.
–Hay ocho provincias que ya anunciaron bonos. Nadie puede imaginarse que si hay un bono para privados, la provincia de Buenos Aires no vaya a darlo también a los estatales. Los compañeros de los organismos descentralizados también vienen conversando el tema y queda sólo la administración central, donde seguramente van a llegar a un punto que tendrá que ver con lo que resulte el próximo miércoles. Como los empresarios, algunos gobernadores estarán haciendo también su paritaria con el Gobierno para que les giren fondos.
–¿La implementación del bono cierra la posibilidad de reabrir las paritarias?
–Sí, porque el escenario es muy heterogéneo. Hay actividades que están muy complicadas para reabrir las paritarias. Queremos establecer un piso para todos los trabajadores y que la implementación del bono se articule a través de las paritarias, donde cada gremio negociará la posibilidad de mejorarlo.
–¿El paro está descartado?
–Habrá que ver qué pasa el miércoles, pero de seguir la evolución de todo esto, no estaríamos realizando una medida de fuerza.
–¿Cómo interpreta las críticas por haber desactivado el paro?
–Las críticas no tienen la magnitud que algunos le están dando. Algunos compañeros creen que al Gobierno hay que golpearlo con una medida de fuerza y otros creemos que tenemos una responsabilidad política. A este gobierno le quedan poco más de tres años, entonces o intentamos con nuestra impronta hacer que no baje el salario real ni flexibilicen y tenemos latente la acción gremial, o empezamos a erosionarlo políticamente en forma sistemática a través de continuas medidas de fuerza.
–¿La decisión de sentarse a negociar con el Gobierno puede poner un freno al acercamiento que la CGT tuvo con los movimientos sociales tras su reunificación?
–No, para nada. Hay una cuestión estratégica: la CGT asumió la representación de los trabajadores formales e informales, que son los que representan las organizaciones sociales.
–Desde los movimientos sociales hubo críticas…
–Hubo críticas también de compañeros que dijeron que resolvimos la situación de los que no están dentro de la CGT y no la de los trabajadores formales. Queremos ir en busca de resultados para todos.
–¿Se diluye también la posible unidad de acción con las CTA?
–La CTA es muy crítica de todo esto y es muy testimonial. Nosotros seguimos adelante, constituimos la unidad y estamos muy lejos de ir a una elección, hacernos trampa y dividirnos.
–¿No hay riesgo de ruptura? Pablo Moyano amagó con dejar su lugar en el Comité Directivo.
–No, el secretario general del gremio de Camioneros avaló totalmente la unidad. Pablo es un compañero que le pone mucho énfasis a sus declaraciones y a veces las utilizan quienes se benefician del deterioro de la CGT. La CGT es el único poder real que el poder económico y los sectores concentrados de la economía tienen enfrente.