Por Federico Kucher
La actividad económica, lejos de los augurios de recuperación para la segunda parte del año publicitados por el Gobierno, sigue en caída libre. La construcción cayó al 13,1 por ciento en septiembre respecto del mismo mes del año pasado y computa una merma del 12,8 por ciento en lo que va de 2016. Se trata de la actividad más afectada por el plan de ajuste de Cambiemos. Las ventas de insumos para el sector registraron en septiembre bajas de más del 21 por ciento y el cemento, que había repuntado en agosto gracias a factores climáticos, volvió a contraerse al 11,5 por ciento. La construcción perdió 61.008 puestos de trabajo registrados desde agosto de 2015, estadísticas en las que no se anotan los recortes en el empleo informal.
El Indec publicó el informe de actividad de la construcción y confirmó que las expectativas generadas entre los funcionarios de Cambiemos por las subas de las ventas de cemento en agosto fueron fruto de efectos de la estadística. Prat Gay festejó “el brote verde” y aseguró que se iba a repetir en los próximos meses. Pero septiembre muestra nuevas caídas de dos dígitos para el sector.
El centro de estadísticas oficial dejó de informar el detalle de los bloques de la construcción, es decir las series desagregadas por obra privada en vivienda, obra vial, obras petroleras y otras obras de infraestructura. También dejó de entregar el dato comparativo con el mes anterior.
En la mayoría de los rubros de la construcción se observan tensiones. En el caso de viviendas del sector privado, el desarme de programas como Procrear fue clave para explicar el menor incentivo para avanzar en nuevas edificaciones. En las obras viales y otras obras de infraestructura, las que se asocian a inversiones del sector público, se registró también un fuerte freno por el recorte del presupuesto en gastos de capital. Por eso asfalto marcó un retroceso del 3,2 por ciento en septiembre en relación con igual mes de 2015. Las obras petroleras, en tanto, anotaron dificultades por la baja del precio internacional del petróleo, lo cual puso en suspenso el desarrollo de complejos como Vaca Muerta.
Las ventas de insumos para construcción evidencian la continuidad de las distorsiones en el segundo semestre del año. En septiembre, los despachos de artículos sanitarios de cerámica bajaron 14,5 por ciento interanual, mientras que los de hierro redondo para hormigón cayeron al 21,5 por ciento, y pisos y revestimientos cerámicos lo hicieron al 12,9. Ladrillos huecos fue otro negocio que marcó fuertes dificultades, al bajar 14,0 por ciento, en tanto que pinturas para construcción lo hizo al 9,1. No hubo ni un rubro de insumos, de los 9 que releva el Indec, que haya aumentando las ventas en septiembre respecto de 2015.
El empleo de las constructoras, con el parate de la actividad, resultó muy afectado en los últimos meses. En agosto de 2015, según la series del centro de estadística oficial, había 453.605 trabajadores formales. En enero de 2016, la plantilla de personal ya era de 408.111 empleados y en agosto de este año se redujo a 392.517. Caídas semejantes en el empleo y la rama a de la construcción no se anotaban desde el estallido de la crisis de la convertibilidad a finales de 2001.
El Indec incluyó en su informe una encuesta cualitativa a los empresarios del sector respecto de cómo creen que evolucionará el sector en los próximos meses. El 42 por ciento de las constructoras que realizan obra privada dijo que seguirá igual o empeorará, mientras que la perspectiva ascendió al 48 por ciento de las constructoras que destinan sus proyectos a ejecutar obras del sector público. Los funcionarios dicen que sube. Los datos duros dicen que baja. Y los empresarios pura incertidumbre.
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