jueves, 21 de abril de 2016

Verbitsky: el macrismo y los derechos humanos

El periodista y presidente del CELS, Horacio Verbitsky, dialogó con AGENCIA PACO URONDO sobre un nuevo aniversario del último golpe militar.
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Por Enrique de la Calle
APU: En diciembre del año pasado, llegó Mauricio Macri a la presidencia de la Nación, después de doce años de una gestión con una clara política basada en relación a la última Dictadura. ¿Qué puede decirse a sólo 100 días de comenzar su gestión? ¿Habrá cambios notables en comparación a lo que fue el kirchnerismo en la materia?
Horacio Verbitsky: Se pueden analizar varios aspectos. En primer lugar, desde el CELS lo dijimos antes y después de su asunción: Macri no va a dar marcha atrás con los juicios. No abrimos juicio de valor sobre sus convicciones. No lo va a hacer porque no puede hacerlo, aunque quisiera; el tema tiene mucho consenso en la sociedad y además está la identificación de la Argentina en la comunidad internacional con este proceso. Dar marcha atrás con esos juicios es imposible. Después están las declaraciones del secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, que dice que no adscribe a la teoría de los dos demonios; él ha asistido en persona a un juicio en Mendoza. No vemos ninguna posibilidad en ese sentido.
APU: Mientras se da esa situación, han ocurrido retrocesos en diferentes áreas de Gobierno muy sensibles para el tema.
HV: Claro, en estos días el Banco Central disolvió el área que se ocupaba de investigar la complicidad empresarial con la Dictadura. Se descabezó en el Ministerio de Justicia el programa de Memoria y Verdad; se disolvió en Seguridad al grupo de trabajo que estaba abocado a las identificaciones de cadáveres y que incluso participó en la resolución de un caso reciente, como el de Luciano Arruga. Ha habido una enorme cantidad de despidos en la Secretaría de Derechos Humanos. En resumen, hay una decisión de no interferir con los juicios mientras retacean todo el apoyo para que puedan avanzar esas investigaciones y profundizarse en torno a la complicidad civil. Además, la política general del gobierno actual va a incluir de forma inevitable una violación muy grande de derechos humanos. No en el sentido de la Dictadura, no va a haber desapariciones, por supuesto. Pero sí en el tema de la degradación de las condiciones sociales y económicas de una parte de la población. Sabemos cuáles son los efectos de la política de endeudamiento, de la baja en los salarios, del aumento de la desocupación. Son políticas que van a tener impacto sobre los derechos humanos.
APU: ¿Cómo vio la propuesta de sectores del oficialismo en torno a la prisión domiciliaria de represores juzgados?
HV: Tenemos datos actuales sobre los juicios de lesa humanidad: hay un porcentaje importante de represores juzgados que tienen el beneficio de la prisión domiciliaria. Es un porcentaje superior a los casos de delitos comunes. No es cierto que se le niega ese beneficio, se les da de forma generosa. Y está bien que sea así: la ley tiene que ser pareja para todo el mundo.
APU: Otro debate que volvió en las últimas semanas tiene que ver con la discusión en torno a la cantidad de desaparecidos. De hecho, hace poco se pronunció en ese sentido Darío Lopérfido, funcionario del gobierno de la Ciudad.
HV: Hasta el día de hoy se han identificado con nombre y apellido nueve mil personas, aproximadamente, como detenidas - desaparecidas. Siempre he utilizado esa cifra. Otras fuentes elevan el número hasta 30 mil. Si bien no está acreditado con nombre y apellido, todos conocemos muchos casos de desapariciones que no han sido denunciados. Conozco media docena de casos. Todo el esfuerzo por conocer la verdad de lo ocurrido en esos años es para mi bienvenido. Me parece inobjetable. Ahora, cuando aparece un funcionario con la enorme frivolidad de Lopérfido es otra cosa. Lopérfido cita al periodista Ceferino Reato y lo cita mal. Reato habla de nueve mil casos porque esos son los que cobraron indemnización. Eso dice Reato. Hay casos donde no es así. Pero el argumento de Reato tiene una lógica. El funcionario toma ese argumento para decir otra cosa, dice que inflaron el número para cobrar subsidios. Es una mentira y una frivolidad. Se pagó sobre casos que estaban acreditados. Dijo ese disparate para provocar, nada más que eso. Desde su propio gobierno criticaron esos dichos. Porque la intención del macrismo no es agitar ese avispero mientras se avanza en políticas que van a vulnerar los derechos humanos del presente.
APU: ¿Cómo analiza la visita del presidente norteamericano Barack Obama en una fecha emblemática como es el 24 de marzo?
HV: En primer lugar, la fecha de la visita surge por azar. El viaje de Obama a la Argentina está subordinado a su paso por Cuba. Ante la reacción que provocó su llegada en esa fecha, desde el CELS propusimos no repudiar su visita, sino pedirle al gobierno de Estados Unidos una posición de compromiso con las investigaciones que se realizan sobre los crímenes de la Dictadura como también la apertura de los archivos de Inteligencia, Seguridad Nacional y las Fuerzas Armadas. En 2002, los organismos de DD. HH. logramos que se desclasificaran archivos del Departamento de Estado, pero no de la CIA, el FBI y otros organismos sensibles. En estos días tuvimos la noticia de que Estados Unidos aceptó el pedido. Es una muy buena noticia. Ahora, esto coincide con que se reanuda el endeudamiento externo de la Argentina y la claudicación ante los fondos buitre. Es una coincidencia desgraciada, que le da un sabor agridulce a esta situación. Muestra la ambigüedad de la situación. Por un lado, hay un reconocimiento de Estados Unidos al Nunca más, lo que demuestra que lo logrado es irreversible: no pueden desconocerlo ni Macri ni Estados Unidos. Pero ocurre en un momento donde el país entra en una lógica muy perjudicial para los intereses nacionales. La interpretación de esta visita oscila entre esos dos polos.
APU: ¿Cuál es su posición sobre el papel de responsabilidad de Estados Unidos en el golpe militar?
HV: Todas las investigaciones serias que hay al respecto no ponen el acento sobre el rol de Estados Unidos en el golpe. Estados Unidos tuvo un protagonismo muy importante en el golpe en Chile, no en Argentina, donde se dio a partir de lógicas internas. Por supuesto, una vez que se dio aprovechó la situación para incluir a la Argentina en su lógica de negocios y alineamientos políticos. Estados Unidos no es la fuerza decisiva para el golpe del 76. Los archivos que se desclasificaron en 2002 arrojan luz sobre cómo se organizó la represión, sobre cuestiones que Estados Unidos sabía, sobre la luz verde que el gobierno republicano le dio a la Dictadura. Henry Kissinger le dice al gobierno militar que "lo que tengan que hacer, háganlo rápido". Kissinger le dice eso pero no le dice qué tienen que hacer. De hecho, le plantea la preocupación que había en el Congreso norteamericano por esa situación. Aún Kissinger que ha sido responsable de golpes y atrocidades en otras partes del mundo. Después, durante el gobierno demócrata de Jimmy Carter, la dictadura fue denunciada y se suspendieron créditos por la violación de derechos humanos.
Un balance, a 40 años
APU: Se cumplen 40 años del último golpe militar. ¿Qué balance se puede hacer?
Horacio Verbitsky: Es una pregunta difícil. Por un lado, hay que decir que el golpe de la dictadura fue un proyecto exitoso en cuanto a la remodelación estructural de la sociedad argentina. Y fracasado en cuanto a la posibilidad de consolidación de una gobernabilidad permanente de los propios militares de la dictadura. Dio lugar a una democracia que, en los 33 años transcurridos, tiene diferentes etapas que expresan esa imposibilidad de afirmar un proyecto estable en forma permanente.
APU: ¿En qué consiste el proyecto exitoso de la dictadura?
HV: Con la motivación subjetiva y objetiva de enfrentar el desafío de las organizaciones revolucionarias la dictadura se propuso una meta mucho más ambiciosa, como fue erradicar y modificar las bases estructurales de la Argentina construida desde mediados del siglo pasado, en los 30 años anteriores al golpe. Argentina llegó a ser en ese período la sociedad más igualitaria de América Latina. El proyecto del golpe del 76 consistió en destruir todo ese tejido social, del cual las organizaciones revolucionarias eran un emergente, que por supuesto amenazaban la dominación tradicional en la Argentina y que permitió cohesionar a las Fuerzas Armadas porque le dio una motivación subjetiva muy fuerte. Pero la misión más ambiciosa y trascendente del golpe tenía que ver con los intereses de los grupos económicos y se expresa en la frase de Rodolfo Walsh que dice que los crímenes de la Dictadura no son el peor de sus crímenes. El peor de sus crímenes es la miseria planificada. Ese proyecto fue exitoso. Tuvo en el ciclo de endeudamiento iniciado en ese período un instrumento fenomenal. El endeudamiento externo es un gran ordenador de las relaciones internas de poder, porque siempre son unos sectores los que reciben los beneficios del crédito y otros los que lo van a pagar.
APU: Decía que los militares fracasaron en no poder garantizar la sustentabilidad política de ese proyecto. ¿Por qué pasó eso?
HV: A diferencia de lo que ocurrió en Chile y Brasil, no pudieron consolidar un régimen estable. Se debió a muchas causas. Por un lado, por la inhabilidad de ese grupo de militares para tener un manejo de la economía que aparte de dar satisfacción a los grupos económicos beneficiara de algún modo al resto de la sociedad. Se produjo una polarización social brutal. Después estaban las pugnas internas de la Junta Militar, derivadas en buena medida del ideologismo con el que se manejaban. Además, porque a pesar del terror había una tradición de resistencia popular en el país que logró manifestarse sobre todo a partir de 1979. Por otro lado, porque el método elegido para la represión era profundamente autodestructivo: la idea de que se podía hacer desaparecer a una enorme cantidad de personas sin que eso tuviera efectos, que los familiares iban a aceptarlo sin reaccionar, que la comunidad internacional no se iba a pronunciar. Se encerraron en su propia trampa. Por último, porque para salir del callejón en el que se metieron no tuvieron mejor idea que intentar la recuperación de las islas Malvinas. La dictadura terminó por hecatombe, por colapso, no por salida negociada.
APU: ¿Qué reflexión puede hacerse sobre la historia de los juicios a los represores?
HV: Ahí hay un camino muy zigzagueante, con avances y retrocesos. Hubo una exigencia muy grande por parte de los organismos de Derechos Humanos, un apoyo importante de la comunidad internacional y una decisión valiente del presidente Raúl Alfonsín en torno a la comisión investigadora en primer lugar y luego con el juicio a los miembros de la primera Junta Militar. Hubo en Alfonsín una gran dosis de pragmatismo, ya que entendía que era necesario poner a las Fuerzas Armadas a la defensiva e impedir que rápidamente estuvieran opinando sobre la marcha del gobierno, pidiendo medidas y finalmente derrocando a su gobierno como hicieron tantas otras veces en la historia. El juicio tuvo mucho que ver con esa decisión pragmática. Tal es así, que cuando pasó lo de carapintadas se apresuró con ponerle fin a esa experiencia. El propio pragmatismo le indicaba que era conveniente ponerle un freno. Critico el diseño de política de persecución criminal que hizo el gobierno de Alfonsín, es decir acotar la responsabilidad de lo ocurrido en los miembros de la primera Junta y las cúpulas de las organizaciones guerrilleras, con un rápido punto final; se dieron cuestiones paradójicas como que Jorge Videla fuera condenado por los crímenes cometidos en Rosario por el Cuerpo II del Ejército pero Galtieri fuera absuelto a pesar de que él era el jefe de ese Cuerpo. Solo se imputaba al jefe de la fuerza y no al resto de la línea de mando. No estoy de acuerdo con ese diseño pero es fácil decirlo hoy que han pasado tantos años.
APU: Esa historia zigzagueante incluye los indultos de Carlos Menem, la imprescriptibilidad del delito de apropiación de bebés, y luego la política de "Verdad, Memoria y Justicia" del kirchnerismo.
HV: La ley de Obediencia Debida de Alfonsín dejó igualmente a varios centenares de militares bajo proceso y los últimos meses del gobierno radical y los primeros de Menem fueron una batalla para influir en la Justicia y la Corte Suprema para que la aplicación de esa ley permitiera liberar a la mayor cantidad posible de militares. Menem decidió dos cosas: utilizó este tema para ampliar el número de miembros de la Corte y así se armó la mayoría automática; por otro, cortó el tema de cuajo, con los indultos. Una primera serie de indultos para los militares que estaban en proceso y una segunda tanda para los que habían sido condenados previamente. Igualmente, esas políticas no impidieron dos ventanas de oportunidad que permitieron la reapertura de causas: por un lado el saqueo de bienes y por el otro el robo de bebés.
APU: Promediando la década del 90 tienen lugar los juicios por la Verdad, que fueron otro momento muy importante.
HV: En 1995 tiene lugar la confesión del capitán Adolfo Scilingo. Eso generó una conmoción nacional e internacional que permitió la apertura de los juicios por la Verdad. Emilio Mignone, que era presidente del CELS, se presentó a la Justicia para pedirle al Estado que debía dar explicaciones sobre lo que había pasado, más allá de que no se pudiera sancionar a los responsables. Después, por las causas de apropiación de bebés son detenidos en 1998 Videla y Massera. Ese mismo año, el Congreso deroga la ley de Obediencia Debida aunque no puede declararla nula. Se abren causas en el país por el robo de bienes y la apropiación de bebés y también otras en otros países. Eso va configurando un estado de situación que hace que en el año 2001 la Justicia declare nula las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, a pedido del CELS. Cuando llega Néstor Kirchner a la presidencia en 2003 ya había más de 50 militares detenidos por el robo de bebés y había juicios por la Verdad. Kirchner toma ese estado de situación y decide darle impulso. En 2005, la Corte Suprema confirma la nulidad de las leyes de Obediencia Debida y Punto Final y así toman impulso las causas en todo el país. A fines de 2015 había 592 policías y militares condenados, y 300 absueltos, sobreseídos o con falta de mérito. Esta proporción es muy importante porque hay una idea de que estos juicios son una venganza: es obviamente falso, y esas estadísticas así lo demuestran.
Escándalo mundial
Así lo aseguró una investigación que incluye a personalidades de todo el mundo, entre ellas, Mauricio Macri. La insólita aclaración de presidencia de la Nación: "Dicha sociedad (…) estuvo vinculada al grupo empresario familiar y de allí que el Señor Macri fuera designado ocasionalmente como director". (Leer nota)
Cuenta de Macri: periodistas de La Nación y Clarín sabían y no dijeron nada (Leer nota)
Comunicado familia Kirchner: "Quien sí está mencionado, lamentablemente, es el presidente Mauricio Macri" (Leer nota)
"Panama papers": las notables ausencias (Leer nota)

Archivo
En 2008, se presentó una denuncia por lavado de dinero que involucra a empresarios argentinos. Nunca fue investigada.  
El listado completo de los empresarios denunciados por Arbizu (Leer nota)
"Esta es la causa de lavado más importante de la Argentina" (Leer nota)

Misceláneas
Barracas: denuncian la muerte de una maestra por dengue (Leer nota)
Brasil: Folha pide la renuncia de Dilma y Temer (Leer nota)
Se presenta en Bahía Blanca “Profeta del genocidio” (Leer nota)

Ajuste
Biblioteca Nacional ¿qué hacer cuándo todo es amenaza? (Leer nota)
Para el Observatorio citado por Macri en el Congreso hay 1,5 millón más de pobres (Leer nota)

RELÁMPAGOS Salir de la cueva

Por María Pia López l “No está en juego la justicia y ni siquiera su apariencia judicial. Importa la imagen. Cuando la llamada revolución libertadora quiso escandalizar sobre el peronismo escribió el Libro negro de la segunda tiranía e hizo una exposición de los vestidos y joyas de Eva. Hoy la televisión cumple ese doble papel. Es libro y exposición. Testimonio del horror e imagen viva de lo que provoca el resentimiento”.
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Nunca más fue la consigna de la transición democrática: el modo en que la Argentina salía del horror prometiendo no regresar. De muchos modos se construyó, desde el Estado y contra el Estado. Con juicios y contra leyes de impunidad, con cuadros descolgados y escraches porque la justicia estaba pendiente. Con actas del horror y con ampliación de lo juzgable. Nunca más dijimos, aun los que discutíamos el prólogo del libro que llevaba ese nombre. El actual presidente dijoNunca más y supimos que no refería al terrorismo de Estado. O no solamente. Al desplazar, aunque fuera un tranco de pollo, cambiaba el sentido. Ese latiguillo se arrojaba sobre el pasado inmediato: el gobierno democrático anterior. Las políticas públicas del macrismo se sustentan sobre un relato -¡el ministerio del discurso tiene sus motores a pleno!- que dice que estamos saliendo de una pesadilla totalitaria, destinada no sólo a privar de libertades a las personas sino a acumular pilas y pilas de dinero malhabido. Persecución y corrupción, alianza de los campos y la patria contratista, todo eso sacado de lo que nombraban, la dictadura cívico-militar del 76, para caracterizar la década anterior. Nunca más, estaba implícito, al kirchnerismo. Porque se discurseó menos mirando a la calle multitudinaria, combativa y festiva del 24, que dirigida a los televidentes que escuchaban esa frase entre una y otra pasada –en loop- de la filmación de unos hombres contando dólares. Nunca más convertida en separador publicitario o en moraleja o en zócalo de la imagen de una cueva financiera. La frase en su contexto, digo. De eso se trata. Y el contexto de emisión era la pantalla y el interlocutor no eran los organismos ni los militantes ni activistas ni ciudadanos, sino los espectadores. Como nunca, ser espectador es sinónimo de un tipo de cautiverio: del tiempo, de la palabra. Nunca más: slogan de una publicidad dirigida al escandalizado, al que se azora frente a esos dedos que trajinan dólares. Fogwill, en El porteño de los ochenta, cuestionó el show del horror. Pensaba que la denuncia y explicitación de lo ocurrido en los campos, la obscenidad de las imágenes, venían menos a mostrar que a velar la profunda reestructuración de la sociedad argentina al servicio de la cual se había desplegado el terror. Una imagen de denuncia obliga a interrogar sus pliegues: ¿qué dice, qué obvia, qué elide, qué desplaza?
Dice y se aplana sobre afectos que circulan: dice del goce de contar dinero, de las montañas de billetes, de los sueños infantiles del Tío Rico, de la fantasía anarquista y arltiana de una imprenta capaz de falsificar plata. Dice, por un lado, que lo que se toca es tan de ensueño como el cuerpo prohibido, que es objeto de deseo desesperado -¿o no resuena en el fondo de la experiencia social el otro grito: ¡¡¡¡queremos dólares!!!?-, y que otros tienen y manosean y cuentan y acumulan. ¿Qué es lo más agraviante que puede pasar? Que no tengan derecho a hacerlo, ni a tocar ni a acumular, porque no es suyo. Si no, y ahí está la extraordinaria eficacia de la imagen: nuestro. De cada uno de los televidentes. Que vio cercenado su derecho al dólar de cada día mientras otros lo tenían, y en esas cantidades. O sea, lo que cuentan es producto de una sustracción. Aunque no se pueda probar ni haya ningún indicio de que provengan de negocios oscuros ni soterrados tráficos con el Estado. No importa. No está en juego la justicia y ni siquiera su apariencia judicial. Importa la imagen. Cuando la llamada revolución libertadora quiso escandalizar sobre el peronismo escribió el Libro negro de la segunda tiranía e hizo una exposición de los vestidos y joyas de Eva. Hoy la televisión cumple ese doble papel. Es libro y exposición. Testimonio del horror e imagen viva de lo que provoca el resentimiento. Sobre ese resentimiento funciona la credulidad en las actas del juicio. El vestido lujoso y el totalitarismo denunciado son rasgos de lo mismo. ¿O no está en juego eso en las imágenes de la casa de Milagro y el linchamiento de la Tupac? Cuando se decide no discutir el proyecto político en juego es porque se está jugando con la movilización de los sentimientos indecibles de la población.
El goce de otros es vivido como privación y, por lo tanto, es pasión del resentimiento. La fuerza política derrotada en las elecciones contesta esa atmósfera de escándalo con frases que parecen sacadas del santoral de las buenas intenciones y que, aunque verdaderas, no son eficaces: somos el amor contra el odio o la patria es el otro. En el fondo, son verdaderas porque nombran el deseo de una comunidad tramada sobre pasiones que no sean las del resentimiento y de lógicas que excedan la idea de acumulación y propiedad. No son eficaces, porque se dijeron a la vera de la expansión de una subjetividad del consumo, la apología del desarrollo y del sueño de un buen capitalismo. No son eficaces, porque se privaron de presentar una visión realista del modo en que coexisten política, capital, tramas opacas de la economía, flujos de dinero y de exacción, controles territoriales. Si nosotros somos el amor, presentado con la plenitud del bien –como dicta ese enunciado-, entonces cualquier imagen monetaria, vil, mercantil, mella y daña el proyecto político, que no puede decir su nombre verdadero –el que le da la existencia ambigua y ambivalente de la vida social-, sino su seudónimo melodramático. Maniqueo: es el puro bien para algunos, el mal total para otros. Así estamos. Discutiendo qué significa Nunca más –porque para algunos es respecto de todo mal, pero más que nada del más reciente- y a la vez tratando de preservar los enunciados político-democráticos –como la cifra de treinta mil- de la razón contable. O sea, tratando de sacar la política de la cueva financiera. En todo sentido.
RELAMPAGOS. Ensayos crónicos para un instante de peligro. Selección y producción de textosNegra Mala Testa y La bola sin Manija. Para la APU. Fotografías: M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs)

Categoría: Relámpagos

Elogio de la militancia periodística

Por Juan Manuel Ciucci l "No es un planteo sobre la independencia del periodismo, sino sobre la acción militante de los trabajadores de prensa. Una batalla por el sentido, en una sociedad que sufre los embates de corporaciones hegemónicas de comunicación".

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    ¿Qué hacer (con el goce)?

    Por Roque Farrán l “Cada quien sabe dónde puede operar con el goce irreductible que lo singulariza; no todos podemos con todo. Hace bien saberlo: efecto pacificador del contragolpe de la verdad a la que se accede en el acto”.

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      Frente, sensibilidad y crítica

      Por María Pia López l “La oradora le pidió a esa multitud que fuera también una fuerza fundadora. De apertura de un nuevo tiempo”.

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        Cómplices del horror

        Por Natalia Torrado l "La sensación que con gran inteligencia (especialmente mediática) se ha logrado instaurar es la de que la política hoy sobra. Incluso constituye un exceso vergonzante".

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          Milagro Sala: la presa sacrificial de la época

          Por Melina Gaona l “Desde enero queda claro que la Tupac de una u otra manera iba a terminar herida o apagada en este período. El tema está en la voluntad por erradicarla y en cómo hacerlo”.

            Heredarás tu (pesada) siembra

            Por Sebastián Russo l “La pesada herencia pues no es tanto justificación como anhelo constitutivo. Invocarla como excusa, como coartada, no es más que evidenciar un triunfo, el de la delgadez (liviandad) de las identidades (políticas, pero no solo), atrapadas y confeccionadas bajo la lógica cibernética, consumista, individualista, que el anterior gobierno no solo no desarticuló sino en parte alentó”.
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             Yo soy una fuerza del Pasado/ Sólo en la tradición está mi amor
            Pier Paolo Pasolini

            La herencia es un campo de batalla. Lejos de la idea de un traspaso natural o legado osmótico, heredar es un trabajo, una disputa con y desde los sedimentos (partículas, entes, espectralidades) legables. Un batallar tanto con/desde los fantasmas del pasado, como con y desde los sujetos que en presente, en presencia -de cuerpo y carne expuesta-, disputan por el legado. Son peleas des-carnadas, que se “llevan la vida” de los contendientes. Ni el victorioso siquiera queda indemne de las consecuencias de tales conflagraciones, que -por otro lado- no tienen fin. Conseguir y mantener el poder heredado. Obtenerlo y hacerlo perdurar. Los muertos y los vivos, los espectros y/de los sujetos, pugnarán, discutirán, condicionarán la corona, su obtención, su manutención. El muerto-vivo exigirá se le haga honor, incluso a su mejor versión: la ideal, perfecta, inexistente en vida. Los vivos harán pesar al heredero la pragmática de hacer justicia, honor a su lugar, ante las aptitudes de otros que le enrostrarán sus cualidades. Esta lucha no cesa, no puede cesar, ni debe ni puede abandonarse, aunque se lo desee. Perder la huella es lo que está en riesgo: el alivianamiento, aligeramiento, desanclaje con la densidad vital, aquella que nos ubica en la trama de los tiempos.
            Las herencias, por tanto, son pesadas. No pueden no serlo. Pobre, lamentable de aquella que no lo sea. Y nada peor que una herencia lamentable. Un lamento (por triste) Lamentable (por exigua, vergonzosa) Nada peor, ya que una tal herencia, liviana, nos dejaría a la intemperie, desolados. Flaca la herencia, escasas las armas. Pero podrá decirse –es de hecho lo que se dice-: mejor, así nos inventamos de cero; tabula rasa. Linda cantinela posmodernista: matar al padre, al referente, inventarse solo, ser (ahora sí, finalmente) uno mismo. Sí-se-puede. “Sé vos mismo”: celebrable, auto-engendrable promesa publicitaria. Pero lo sabemos, y no deberíamos dejar de recordarlo, vociferarlo (ya que su propio estatuto marketinero es el de la asimilación, la naturalización): tales auto construcciones, la de los sonrientes self-made-mans/women, no son más (ni menos) que ensoñaciones que la industria cultural nos ha (sí) legado (claro está, he allí indubitables padres/madres/tíos lucas) Constituirse sin herencias, pretender hacerlo, o en tal caso algo light, de fácil deglutición, es una –sí- herencia arraigada y amasada por tal ideario, el mismo que insta en combo a aislarse en el presente (abjurar del pasado), aislarse de los otros (self-made), aislarse en suma de todo aquello que resulte denso, trabajoso, pesado.
            La “pesada herencia”, cual dictum del management político, pues, no es tanto justificación como anhelo constitutivo. Invocarla como excusa, como coartada, no es más que evidenciar un triunfo, el de la delgadez (liviandad) de las identidades (políticas, pero no solo), atrapadas y confeccionadas bajo la lógica cibernética, consumista, individualista, que el anterior gobierno no solo no desarticuló sino en parte alentó. La asunción espectral del pasado, la apelación comunitarista, el llamado a la tarea forzosa, extensa (pesada) de tales apuestas potentes y/por anacrónicas, que el kirchnerismo azuzó, no pudieron desprenderse del legado de la época, que el macrismo encumbró sin retóricas ni prácticas de sopesamiento alguno.
            La herencia, que es un juego de máscaras, una puesta en escena vital, espectral, de figuras de tiempos distintos que se entrecruzan en el escenario de un campo de batalla, es de(s)velada y desahuciada por el macrismo. La herencia, como escenario y campo de batalla, de hecho, uno como el otro, uno en tanto el otro, como formas fundamentales de lo político, es trasmutada a una enunciación desgranada, entorpecedora y ancla de un barco de cara al futuro, al progreso, destino trágico de la condena al suceso argento mitológico. Heredar es (debe ser) volverse otro. Es volverse extraño para sí y para el otro. Extraño para ese otro que se ha devenido. Sí mismo, con resabios supervivientes y apariciones indescifrables del que se hereda. Indescifrables, por otras, por opacas, pero también por nuevas, renovadas, re-vueltas.
            Heredar, pues, una voz. Su capacidad de aglutinar, a los vivos, a los muertos, a unos con otros, contra (algunos) otros. “Su palabra, (será) mi palabra” dijo Perón de Cooke. Nada así ocurrió con CFK. Y si acaso fuese “el pueblo empoderado” su Cooke, y la voz de aquel fuera la suya, no terminó de conformar (dibujar, bocetear: siendo el que el pueblo es siempre un figura, viva) tal anhelada entidad.
            El pasado, soberano implacable, retorna en huellas, gestos. Inesperada e intempestivamente mostrará el hocico, y su brutal castigo virtual quedará boceteado en sus apariciones. Alerta hay que estar a los ecos, trasmutaciones (fuerzas) del pasado. En su traducción, interpretación, reinvención, consistirá la (otra, misma) batalla por dar.
            RELAMPAGOS. Ensayos crónicos para un instante de peligro. Selección y producción de textosNegra Mala Testa y La bola sin Manija. Para la APU. Fotografías: M.A.F.I.A. (Movimiento Argentino de Fotógrafxs Independientes Autoconvocadxs)
            Violencia Institucional
            "El macrismo introdujo una variante: los golpes eléctricos podrán hacerse a la vista de todos. Cuando el gobierno de la Ciudad equipó a la Policía Metropolitana con las pistolas 'Taser x 26' habilitó la tortura pública”. (Leer nota)

            Quilmes: emboscada policial a jóvenes estudiantes de un secundario (Leer nota)
            El autogobierno militar en la protección civil (Leer nota)


            Política
            Máximo Kirchner: "Cristina fue muy clara cuando dijo que no se retiraba porque es una militante política" (Leer nota)

            Medios
            No alimentar a Google (Leer nota)
            Ley de medios: una comisión para una nueva norma (Leer nota

            DESTACADO

            Sociedades fantasmas: 20 dirigentes o empresarios macristas involucrados

            El listado incluye al presidente de la Nación, a funcionarios nacionales y del gobierno de la Ciudad, a dirigentes de Cambiemos (un intendente bonaerense) y a empresarios y sindicalistas cercanos.
            http://www.cronista.com/__export/1458512651446/sites/diarioelcronista/img/3dias/2016/03/20/macri-entrevista-tv-4.jpg_1328648940.jpg
            Por Enrique de la Calle

            El escándalo por las sociedades en paraísos fiscales de figuras de la política golpea duramente al macrismo, ya que varios dirigentes de ese espacio figuran en sociedades en Panamá. El listado, caso por caso:

            - Mauricio Macri: figura en dos sociedades, una de ellas fue revelada por los "Panamá Papers". Desde el gobierno dijeron que "es todo legal". Por su parte, los especialistas en lavado de dinero advierten que ese tipo de empresas se usan para no pagar impuestas. Los medios internacionales se sorprendieron por la "suave" cobertura que recibe el caso en la prensa local;

            - Claudio Avruj, secretario de Derechos Humanos: por ahora, el funcionario dijo que "no tiene cuenta en empresa offshore". Los grandes medios, por el momento, decidieron no insistir en la investigación;
            - Carlos Augusto Lo Turco es Subsecretario Legal del Ministerio de Hacienda y Finanzas Públicas. Figura como presidente y director de Marbira SA;

            - Jesús María Silveyra es Subsecretario de Mercados Agropecuarios del Ministerio de Agroindustria. Figura como secretario y director de Trafimex SA Holding Corporation;

            - Clarisa Lifsic es Secretaria de Promoción de Inversiones del Ministerio de Comunicaciones. Figura como directora en cuatro empresas radicadas en Chipre desde mediados de los años ´90, de las cuales tres continúan activas a la fecha. Orsett Investments Limited (creada en 1995), Emerging Ukranian Limited (creada en 1998 y cerrada en 2006), Ukranian Dolphin Limited (abierta en 1997) y Prior Investments Limited (abierta en 1995);

            - Hugo Darío Miguel es Subsecretario de Planeamiento en la Secretaría de Tecnología de la Información y las Comunicaciones del Ministerio de Comunicaciones. Es tesorero y director de la empresa TESACOM Panamá SA;

            - Jorge Braulio Norverto es Subsecretario de Ciberdefensa en el Ministerio de Defensa, desde el 20/01/2016. Socio de la firma “La Jotabe, LLC”, inscripta en el estado de Florida, EEUU (paraíso fiscal norteamericano);

            - Maria Paula Schiappapietra es Subsecretaria de Comercialización de la Economía Social de la Secretaria De Coordinación y Monitoreo Institucional del Ministerio de Desarrollo Social. Figura como titular de la empresa actualmente inactiva Los Didis, radicada en Florida (Estados Unidos);
            - Darío Lopérfido, ministro de Cultura porteño: comparte sociedad offshore con Antonio de la Rúa, el hijo del ex presidente argentino;

            - Néstor Grindetti, intendente de Lanús y ex secretario de Hacienda del gobierno porteño durante la administración de Macri. Podría ser interpelado en la Legislatura local;

            - Jorge Macri, jefe comunal de Vicente López;

            - Waldo Wolff, diputado nacional de CAMBIEMOS;
            - Daniel Ivoskus, diputado bonaerense de Cambiemos. Como casi todos los afectados, aseguró que la cuenta "no registró ningún movimiento";

            - El hijo de Fernando Niembro, candidato a diputado nacional. La empresa fantasma se creó en simultáneo con otra local que tuvo contratos con el gobierno de Macri por 20 millones de pesos (¡no tenía un solo empleado!). Niembro debió renunciar a su candidatura y ahora está siendo investigado por la Justicia argentina por lavado;

            - Daniel Angelici, presidente de Boca y operador judicial de CAMBIEMOS;

            - Gerónimo Momo Venegas, dirigente sindical afín al macrismo;

            - Nicolás Caputo, "hermano de la vida" del presidente Macri y empresario muy cercano al gobierno nacional.

            - Familia Macri: el padre de Mauricio, Franco, figura con 7 sociedades; por su parte, el hermano del presidente, Gianfranco, cuenta con 8 firmas activas en Panamá. La mayoría de las empresas fueron constituidas apenas dos días después de que el actual Presidente se convirtiera en Jefe de Gobierno porteño en 2007.