martes, 15 de marzo de 2016

EVENTO CONTRA EL VACIAMIENTO DEL ESPACIO CULTURAL NUESTROS HIJOS Un abrazo al Espacio

Por María Daniela Yaccar
“Este lugar va a seguir funcionando como sea”, aseguró Hebe de Bonafini en el hall del Espacio Cultural Nuestros Hijos, al inaugurar la jornada “Este abrazo”. Desde que comenzó el gobierno de Mauricio Macri, el espacio cultural y educativo de las Madres de Plaza de Mayo en la ex ESMA no cuenta con apoyo del Estado. Cientos de personas se acercaron ayer para abrazarlo y defenderlo. Desde las 16 se desarrollaron talleres, actividades participativas y espectáculos. Se presentaron Los Musiqueros y Alejandra Pastor, quien invitó a Teresa Parodi en una canción, entre otros artistas. El cierre estuvo a cargo de Arbolito. “Es momento de luchar, no para decir que volveremos, porque no nos fuimos ni nos vamos a ir”, subrayó Bonafini.
La presidenta de Madres llegó al ECuNHi pasadas las 16 y fue ovacionada. Ingresó del brazo de Verónica Parodi, directora del espacio junto a María de los Angeles Ledesma. “Si lo hacemos juntos, va a salir bien”, dijo Bonafini. Los presentes habían hecho una ronda para escucharla. Informó que estaban conversando con “muchos lugares” y solicitó “apoyo real” a los asistentes: “Es mejor un pesito de cada uno que pedir mucho en un lugar”. Hizo una advertencia: que Macri “quiere traer de nuevo a la Marina a este lugar”. “Si vuelve, entre todos levantaremos un muro alrededor del ECuNHi. Con los asesinos nunca vamos a convivir. Y no tenemos interés en hablar con Obama ni con Macri. Son una manga de atorrantes que están rematando el país”, criticó.
“Vamos a defender este lugar a capa y espada. El (por Macri) no sabe con quién se metió. En cuarenta años nadie nos pudo sacar de la plaza, tampoco va a poder Macri”, remarcó. Los convenios que tenía el ECuNHi con PAMI y los ministerios de Trabajo, Cultura, Desarrollo Social y Educación se disolvieron. Si bien el espacio es de las Madres, mucho de lo que sucedía allí dependía de esos acuerdos. Los más de treinta trabajadores del lugar no están cobrando. “Vamos a seguir estando, haciendo y construyendo. Damos inicio a una nueva etapa. Necesitamos el apoyo de cada uno de ustedes”, instó Verónica Parodi.
Del abrazo participaron desde niños hasta personas que rozaban los noventa años. Muchos tenían una relación previa con el ECuNHi, eran personas cuyos derechos están amenazados. “Están rompiendo el tejido social”, opinó Luciano Burgos, coordinador de La Huella del Sur, un programa del Ministerio de Cultura que fue vaciado por el nuevo gobierno. La iniciativa apuntaba a la formación de elencos infantiles de teatro comunitario en zonas vulnerables. Ayer al ECuNHi habían llegado ochenta chicos del barrio Ejército de los Andes, Villa Independencia, William Morris y Villa Ilaza, que ofrecieron al aire libre la obra de teatro La niña y la luna. Del programa fueron despedidos 27 de 35 talleristas. “Tomamos la decisión de continuar el programa como podamos”, dijo Burgos. La nueva gestión nunca revisó el trabajo que realizaban.
El aire libre era de los chicos, que participaban del taller de circo Carpa Abierta. En tanto, en el hall donde se vendían discos y libros, había una multitud de adultos mayores preocupados: todos los que se quedaron –al menos por ahora– sin sus talleres de las más diversas disciplinas y gratuitos. PAMI aportaba los micros que los llevaban hasta el ECuNHi y Desarrollo Social financiaba a los docentes. Cientos de personas llegaban por día a través de este programa. Algunas destacaban ayer “la alegría de la merienda”, “el trato de los profesores” y “la inclusión de discapacitados”. “Esto nos salvó la vida. Somos gente grande de vuelta de un montón de cosas gravísimas. ¡Fuimos tan felices! Esto nos curó el alma y el físico. Por eso estamos tan mal de que cierre”, se lamentaba Alicia, rodeada de compañeras que estaban también decepcionadas.
Los artistas que participaron del abrazo lo hicieron desde la militancia, ya que no cobraron por sus presentaciones. Arbolito había ofrecido a la dirección del ECuNHi un recital gratuito. Ese fue el germen que finalmente se convirtió en el abrazo: “Cuando nos enteramos de que se había anulado la subvención estatal, tomó más sentido todavía el hecho de hacer algo”, sostuvo Pedro Borgobello. “Estamos entrando en un momento muy difícil, pero no es la primera vez que estamos en el lugar de la resistencia.” Por otro lado, un grupo numeroso de escritores e ilustradores de literatura infantil y juvenil, entre los que se encontraban Laura Devetach, Istvansch, Mario Méndez, Ema Wolf y Silvia Schujer, anunciaron la realización de otro abrazo al ECuNHi para el 9 de abril.
Las Madres siguieron de cerca todas las actividades. “Siento una gran emoción. No nos ganaron en nada. Tenemos el orgullo de los hijos que parimos y de que otros estén siguiendo su lucha. Acá podemos cantar, recitar y bailar. Estamos rodeadas de amor”, decía Mercedes “Porota” Meroño, luego de la presentación de la murga Los Revoltosos del ECuNHi, integrada por adultos mayores con trajes rojos y azules y sombreros.

EL PAIS Jujuy, 1852

Por Horacio Verbitsky
La privación ilegítima de la libertad de la dirigente social Milagro Sala fue planificada por el gobernador jujeño, contador Gerardo Morales, con la participación de su flamante Fiscal General de Acusación, Sergio Enrique Lello Sánchez, designado por Morales al mismo tiempo que creó una mayoría automática de cinco miembros sobre nueve en el Tribunal Superior de Justicia, ampliado entre gallos y medianoche.
El 18 de enero, recién asumido su cargo, Lello dispuso que la fiscal de menores Liliana Fernández de Montiel interviniera “en todos los procesos que se radicaren en contra de la señora Milagro Sala y los integrantes de la red de organizaciones sociales”. Esta escandalosa resolución, que retrotrae la situación de los ciudadanos jujeños a 1852, antes que la Constitución Nacional prohibiera en su artículo 18 el juzgamiento por comisiones especiales, fue mantenida en secreto y recién trascendió el lunes 7 de marzo, casi dos meses después, cuando el juez Gastón Mercau rechazó el pedido de nulidad de la causa. Mercau es el ex yerno de la presidente radical del Tribunal Superior, Clara de Langhe de Falcone, quien lo designó para encargarse de las causas contra Milagro Sala, en reemplazo de otro magistrado que firmó la primera orden de arresto y de inmediato pidió una licencia. Los defensores de Sala habían pedido la nulidad por violación del principio del juez natural, ya que ni Fernández de Montiel ni Mercau estaban habilitados para intervenir. Cuando el juez le dio traslado, la fiscal Fernández de Montiel respondió en tono pendenciero, acusando de ignorante al defensor Luis Paz, para quien pidió sanciones pecuniarias por presentar “planteamientos estériles que se traducen sólo en intentos de voltear el proceso”. Entre las cosas que los defensores de Sala desconocían, mencionó tres resoluciones del Ministerio Público de la Acusación que, según el juez Mercau “no pueden ser desconocidas por las partes”. No podrían, si hubieran sido agregadas al expediente, cosa que recién ocurre ahora. “Tampoco se encuentran publicadas en la página web del poder judicial de Jujuy, por lo que a esta defensa le asalta la duda sobre de qué modo imagina el magistrado o la fiscal que las partes deben conocer aquellas resoluciones”. El 18 de enero, el mismo día en que el fiscal de Estado y el hermano del gobernador, Walter Morales, denunciaban a Milagro Sala, Lello dispuso que la fiscal Fernández de Montiel siguiera a cargo aún después de finalizado su turno, por supuesto con una remuneración adicional, y le encargó todos los procesos que se radicaren en el futuro contra la fundadora de la organización barrial Túpac Amaru y la red de organizaciones sociales. “Esta resolución tiene los efectos de un nombramiento, y como todo nombramiento debe hacerse constar en la causa ya que es equiparable a la agregación de un poder o una designación de funcionario. Tomar conocimiento de que han designado a una fiscal con competencia para intervenir en futuras causas que se radicarían en el futuro, que tengan a una persona como imputada –evidentemente el fiscal general contaba ya con alguna información que esta defensa desconocía– genera una convicción de la ilegalidad de su intervención y la arbitrariedad de aquella resolución”, afirman los defensores de Milagro, que aducen sentirse estupefactos. Luego se refieren a Fernández de Montiel como “la fiscal de Sala” o “un stopper que en un partido de fútbol debe seguir a un jugador vaya donde vaya en la cancha” y anuncian que llevarán este “escándalo jurídico de dimensiones internacionales a conocimiento de todas las instancias regionales y de Naciones Unidas”. De familia radical, el penalista Lello asesoró al bloque de diputados de la UCR jujeña en 2012 para la derogación del inconstitucional Código de Faltas de 1951, cuya autoridad de aplicación era el jefe de policía, tal como pasaba con el Código contravencional porteño. En sus fundamentos exaltó el debido proceso legal, el principio de legalidad y el derecho de defensa en juicio y advirtió contra las detenciones arbitrarias. Cuatro años, en Jujuy son una eternidad.

LOS KIRCHNERISTAS SE JUNTARON A DEBATIR EN LAS 15 COMUNAS PORTEÑAS “Hay que recuperar voto a voto”

Por Ailín Bullentini
”Vamos a volver.” Ayer, la Casa de Cultura y Política Sofía Yussen fue punto de encuentro de la versión palermitana de la red de debates que organizó el kirchnerismo en todas las comunas porteñas. Y allí, ese sintagma, el que encierra la meta del movimiento liderado por Cristina Fernández de Kirchner frente a la actualidad argentina, se volvió comentario, cantito y arenga. “El 2017 es mañana. Tenemos que recuperar voto a voto para volver. Podemos hacerlo, tenemos liderazgo, tenemos pueblo”, enfatizó el legislador porteño y ex ministro de Trabajo Carlos Tomada. El ex juez de la Corte Suprema Raúl Zaffaroni descansó en la certeza de que “el pueblo no se queda quieto” para dar por hecho el regreso del kirchnerismo al gobierno nacional, y solicitó que, entonces, se creen “instrumentos para parar al colonialismo”: “No podemos seguir permitiendo este riesgo. Nos necesitamos a todos vivos, en la calle, protestando, resistiendo”, concluyó.

Tomada y Zaffaroni estuvieron acompañados por la legisladora porteña (Nuevo Encuentro) Andrea Conde y la ex ministra de Seguridad Cecilia Rodríguez. Los presentó el guionista cinematográfico Coco Blaustein ante un público en el que los jóvenes ataviados de remeras de La Cámpora, Nuevo Encuentro o Peronismo Militante, que no fueron mayoría.

La audiencia fue puntual y ocupó todas las sillas que la gente de “Casa Sofía” dispuso sobre la calle Fitz Roy. A la misma hora, plazas, unidades básicas y centros similares de otros barrios reunían a figuras kirchneristas de distintos palos en el marco de la iniciativa “15 Comunas, 15 convocatorias” para debatir cómo “#NosOrganizamosParaVolver”. En Palermo, las fachadas de casas vecinas y los autos estacionados sirvieron de asientos alternativos cuando las sillas se acabaron. Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota musicalizaron la espera hasta que los expositores se ubicaron sobre el escenario que improvisó la vereda.

“Nos está costando salir del shock que produce el despertarnos y que Macri sea presidente. Y nos cuesta ser oposición. En la respuesta al ¿por qué perdimos? está la manera en que tendremos que pararnos hacia adelante”, rompió el hielo Conde, quien advirtió que “la derecha está desplegando una ofensiva oscura sobre toda América Latina y hay que pararla”. “Perdimos por nuestros aciertos, vinieron por nosotros por la redistribución de la riqueza y ahora tenemos un desafío: el de volver. Tenemos a Cristina Fernández de Kirchner como jefa pero también necesitamos al pueblo empoderado en la calle”, arengó. La legisladora advirtió de un “movimiento nacional y popular con millones de diferencias” y al que le “está costando la unidad”.

Tomada propuso saltar las diferencias y pensar en que “el 2017 es mañana”. “Tenemos que recuperar voto a voto para volver. Podemos hacerlo, tenemos liderazgo, tenemos pueblo”, sostuvo el ex ministro e invitó a “todos” a “no permitir que destruyan la memoria” y citó a Rodolfo Walsh, quien “decía que el objetivo permanente de la oligarquía es destruir la memoria para obligar al pueblo a empezar cada vez de cero su lucha”. Calificó la gestión de Cambiemos como “un cambio de estructura” cuya dirección “siempre estuvo clara”. “Sabíamos que el destino de la patria, de nuestros hijos y de nosotros mismos estaba amenazado”, advirtió y remarcó: “De las consecuencias del ajuste y los despidos se tendrán que hacer cargo estos gobernantes. Nosotros vamos a seguir trabajando y militando, encontrándonos”. La gente lo aplaudió fuerte y lo felicitó cantando. “Vamos a volveeeer, vamos a volveeeeer”. A su lado, la ex titular de Seguridad durante el último tramo de la presidencia de Fernández de Kirchner lo abrazó.

Zaffaroni coincidió en varios puntos con Tomada, pero fue un poco más allá. Comparó al gobierno de Macri con un “virreinato” en el que “gobierna el colonialismo de las corporaciones”. “Tenemos a sus gerentes sentados en nuestros ministerios”, sostuvo.

Y luego pidió una reforma constitucional: “La oligarquía siempre tuvo que hacer cosas que dejaron manchas aberrantes en la historia para contener el avance de los movimientos populares. Nosotros nos fuimos gratis, no hicimos ningún esfuerzo institucional para evitar su regreso y ahora, por 400 mil votos, un sujeto asalta al Poder Judicial, amenaza al Senado con dinero, deroga leyes por decreto, todo permitido por una Constitución agujereada, que es una porquería”.

EL MUNDO Mi vecino el exterminador

Por Santiago O’Donnell
El tipo tiene 47 años, cuerpo y cara de galán de telenovela turca y vozarrón de Papá Noel. “¡Bongiorno! ¡Soy Milan Lukic!”
Saluda alegre, contundente, arrasador, a través del teléfono desde una cárcel de máxima seguridad en Estonia. Allí, enviado por el tribunal de La Haya que juzga los crímenes de la guerra de partición de la ex Yugoslavia, purga una sentencia de cadena perpetua por torturas, asesinatos y limpieza étnica.
Rompe el silencio después de 25 años porque quiere buena prensa para salir de la cárcel y cree que la puede conseguir anunciando su deseo de radicarse en la Argentina, entre otras razones, para asesorar al gobierno en la recuperación de las Islas Malvinas. Dice que conoce un secreto que puede servir para que los británicos se convenzan de que a las islas les conviene devolverlas. Sí. Dice eso y también que nunca mató ni a una mosca.
Lukic ya lo tiene decidido. Dice que no quiere volver a pisar Bosnia, la tierra de sus padres, ni Serbia, el país por el que luchó. Quiere volver a donde escapó después del infierno, a esa llanura interminable, a esa inmensa metrópolis donde nadie conoce su cara ni su nombre, donde puede dormir aunque sea un rato sin que lo vengan a matar. Volver a su patria adoptiva que apenas llegó a conocer, allí de donde lo arrancaron en el 2005 para remitirlo a la Justicia internacional. A la tierra de los nazis y de los desaparecidos. A su lugar en el mundo. Argentina. Buenos Aires. Acá.
Declara, solemne:
–Nací en Serbia, pero mi corazón está en Argentina. Si salgo de prisión antes de morir, el único lugar donde quiero ir es Argentina.
–¿Pero usted cree que Argentina va aceptar recibir a un criminal condenado por limpieza étnica?
–¿Por qué no me aceptarían, después de cómo aceptaron a los soldados nazis?
–Pero ellos vinieron en secreto...
–No vinieron en secreto. Fueron más de 30.000 soldados alemanes. Ante Pavelic fue uno de los máximos asesinos y estuvo viviendo en Belgrano. Así que no veo ningún inconveniente en que yo pueda venir a vivir también.
Detrás de la voz de Lukic se escucha el ruido de fondo del receso de la tarde en el pabellón, tres horas para estirar las piernas, tomarse una sopa, y hablar desde un par de teléfonos públicos. Cuenta que gasta 400 euros por mes en tarjetas telefónicas y otros 300 en comida que compra en el almacén de la cárcel. Lo mantiene su última esposa, a quien conoció en La Haya. Tiene familia y dos niños pero pide que no dé detalles por un tema de seguridad. Dice que lo tratan muy bien y que la cárcel no está mal, pero exige que lo trasladen porque en Estonia nadie lo entiende. El año pasado sus abogados presentaron una demanda judicial: “Su incapacidad para comunicarse con otros convictos y empleados del penal conlleva un creciente dolor psicológico, que puede ser interpretado como tratamiento cruel e inhumano. Dicha barrera idiomática no le permite participar en programas sociales, laborales y de rehabilitación”. Quiere ir a un país más cosmopolita, tipo Francia o Alemania, o por lo menos a un país europeo donde no haga tanto frío.
A Lukic no le asusta la idea de pudrirse en la cárcel hasta el resto de sus días. “No, no! ¿Y quién te dijo que va pasar eso?” desafía. Al contrario, se ilusiona. Cree, o dice creer, que sale en cualquier momento. Explica que gracias a lo que está pasando ahora en Siria con el Estado Islámico y todo lo demás, por fin la gente se está empezando a dar cuenta de qué clase de personas eran esos musulmanes contra los que le tocó combatir en Bosnia. Además de lo que deduce del escenario político, dice que va a salir porque él cree mucho en los derechos humanos.
“La (Corte Europea de Derechos Humanos) de Estrasburgo y las leyes europeas no permiten condenas de más de 20 años. En Gran Bretaña puede ser 25, pero en Holanda puede bajar a 12. Digamos veinte años menos un tercio por buena conducta, llevo 10 años detenido, en tres o cuatro podemos estar tomando un café en la Recoleta.”
No se le ve cara. Habla por Skype a través de un número comprado en Estonia para que él pueda contactarse haciendo una llamada local. Me acompaña un intérprete que habla serbio-serbio, sin acento croata o esloveno, para que el entrevistado esté tranquilo cuando se le pregunta. En el 2005, al enterarme de su captura intenté entrevistarlo en el penal de Ezeiza. Sus jefes permanecían prófugos y se especulaba que estaría dispuesto a contar algunas cosas para ganarse el interés de La Haya y así evitar que lo devuelvan a Bosnia. No pudo ser. Llegué al penal con una autorización del juez firmada por Lukic pero a último momento el preso se arrepintió y se negó a recibirme. Diez años más tarde me contacta a través de su abogado argentino. Quiere hablar. Pero ahora sus jefes están presos y él está condenado. Para colmo ha escrito una autobiografía donde de a ratos es Rambo, de a ratos Heidi y de a ratos Marcelo Mastroianni. Un héroe ingenuo que las mujeres no pueden resistir. En el libro asegura una y otra vez que nunca hizo nada malo en su vida y que es una pobre víctima del odio y la confusión.
Suena el teléfono seis minutos después de la hora convenida. Suena, suena, clic de mouse, arranca:
–Hasta ahora no quise conceder una entrevista a nadie, como señal de protesta. Aún creo en la ley y en los derechos humanos. Por este motivo no quise aceptar ninguna entrevista, pero decidí hacerla contigo, aunque la primera vez te rechacé.
–¿Y por qué ahora sí?
–Por la honestidad de mis abogados Diego (Olmedo) y María (Vila Echagüe, ambos del estudio porteño Pizarro Posse y García Santillán) y por el pueblo argentino. Yo soy serbio, pero pasé un tiempo en Argentina y ahora me siento como un argentino. Ahora tengo muchas ganas de compartir aquello que sé con el pueblo argentino.
Lo que quiere compartir con los argentinos todavía está por verse, pero no hay dudas acerca de lo que sabe: sabe de exterminio.
Lukic fue condenado en el 2009 en una corte supranacional creada y financiada por la Organización de Naciones Unidas para juzgar crímenes demasiado atroces y políticamente cargados para la frágil judicatura de las jóvenes democracias surgidas de la partición yugoslava. Esa corte, por mandato, sólo se ocupa de los máximos responsables (ex jefes políticos y ex jefes militares) o, como es el caso con Lukic, de un puñado de sus criminales más notorios, los íconos de masacre étnica. El fallo, ratificado por un tribunal de apelaciones y otro de revisión de sentencia, dice que Milan Lukic mató –fusilando, quemando, ahogando o apaleando– a por lo menos 132 personas sólo por no compartir su nacionalidad. También dice que Lukic acumuló todas esas muertes en un par de meses a mediados de 1992, antes de cumplir los 25 años. Y dice que en dos ocasiones llevó a un grupo de familias musulmanas a una casa, la prendió fuego y con sus hombres fusiló a quienes lograron saltar por la ventana.
Lukic ya venía con antecedentes. En 1994 había sido condenado a 20 años de prisión por la Justicia serbia por la llamada masacre de Sjeverin, de octubre de 1992. Según testigos, en una ruta de esa localidad bosnia, una patota armada conducida por Lukic paró un micro, subió a pedir documentos y bajó a un grupo de 16 musulmanes, a quienes fusiló por el solo hecho de no ser serbios. Lukic también fue identificado por sobrevivientes como coautor de otra masacre similar, en una ruta cerca de la localidad bosnia de Strpci de enero de 1993. Esa vez, 18 musulmanes y un croata fueron bajados del micro y ejecutados; los asesinos nunca fueron juzgados. En cada aniversario de esas masacres, las familias de las víctimas reclaman que Lukic pague por lo que hizo. Pero eso no es todo.
Cuando se conoció la sentencia del tribunal de La Haya, Bakira Hacesic, la presidenta de la Asociación de Mujeres Víctimas de la Guerra, una ONG con base en Saravejo, lejos de festejar, criticó al tribunal por no haber condenado a Lukic por violación. Hacesic dice que fue violada por Lukic a punta de cuchillo. Es una de las decenas de mujeres que lo han denunciado por violación, tanto en la Justicia como en reportajes con los diarios británicos The Guardian y The Observer, y los estadounidenses Los Angeles Times y The New York Times. Un estudio de Naciones Unidas de 1994 afirma que el hotel que Lukic utilizaba como aguantadero durante la guerra, el Vlina Vlas de Visegrad, se convirtió en esa época en un centro de violaciones masivas y esclavitud sexual de mujeres musulmanes. La investigadora Alexandra Stiglmayer escribió un libro sobre el tema y se ofreció de testigo en La Haya. Según Hacesic, de las cerca de 200 mujeres que pasaron por el aguantadero de Lukic durante la guerra muchas fueron ejecutadas, otras tantas se suicidaron y menos de diez sobrevivieron. Bajo presión de Naciones Unidas para apurar el juicio y cerrar el tribunal, la acusación fiscal inicial en La Haya contra Lukic lo señala como autor de múltiples crímenes sexuales pero no lo acusa formalmente de esos delitos. Las protestas de la asociación de víctimas, Amnistía Internacional y Human Rights Watch hicieron que la fiscal general Carla del Ponte cambiara de opinión. Un día antes del comienzo del juicio de Lukic, la fiscalía presentó cargos adicionales por violación y esclavitud sexual. Pero el tribunal desechó los cargos, fallando que la defensa no tendría suficiente tiempo para prepararse adecuadamente.
Lukic dice que las mujeres mienten y que no lo acusaron de violación porque no tienen pruebas. Mentirosas y vendidas. Según Lukic, sus acusadoras saben muy bien quién las violó, pero lo acusan a él porque el verdadero violador les pagó para que acusen a otra persona.
–Usted entiende que denunciar una violación es muy difícil y duro...
–Sé que hay muchas mujeres que harían eso por dinero. Si ellas se prostituyen por 10 y 20 euros, si alguien les ofrece 400 euros o una pensión o una jubilación para el resto de su vida, pueden salir miles que lleguen a prestar una declaración falsa. No tenía ninguna razón para cometer alguna violación, porque mi mujer y mis novias son mucho más lindas que las mujeres musulmanas.
–¿Usted se da cuenta de que tiene una manera muy misógina y despectiva para hablar de las mujeres?
–No estoy de acuerdo con su punto de vista. Yo antes de la guerra tuve un par de novias musulmanas. En mi familia también hay musulmanas, no tengo esa mirada.
–Pero decir que muchas mujeres, por 400 euros denunciarían una violación, es una manera muy ofensiva de dirigirse a las mujeres...
–Lo que no puedo creer es cómo todo aquello que declaraban las mujeres serbias en el tribunal no se consideró cierto, y todo aquello que declararon las mujeres musulmanas sí. Este hecho me inclina a pensar que fueron sobornadas. Cuando trabajé en Suiza y Alemania, antes de la guerra, estuve con mujeres musulmanas; también cuando estuve en Višegrad. Por eso las acusaciones de violación no tienen justificación. ¿Por qué me acusaron? Porque algunos de los que perdieron a sus familiares quisieron vengarse acusándome a mí, para que me encarcelaran.
Visegrad es una pequeña ciudad de Bosnia y Herzegovina. Allí vivió Milán Lukic casi toda su juventud. Allí, en los años 90, estalló una guerra que enfrentó a serbios como él contra croatas y musulmanes, y que terminó con la desintegración de Yugoslavia. Allí, durante esa guerra, Lukic dirigió un grupo paramilitar que se hacía llamar Las Aguilas Blancas o Los Vengadores. Fue entonces cuando ocurrieron casi todos los crímenes que se le adjudican. Visegrad está en la ruta entre Belgrado y Sarajevo, cerca de la frontera serbia, en un valle surcado por el río Drina. Su principal fuente de trabajo es un planta hiroeléctrica río arriba, apenas cruzando la frontera, que abastece a toda la región. Hasta que estalló la guerra en 1992, dos tercios de los 21.000 pobladores de Visegrad era musulmán mientras que el tercio restante era de origen serbio, como Lukic. Durante siglos habían convivido más o menos armoniosamente. En su entrada se alza uno de los monumentos más emblemáticos de Bosnia: un puente de piedra estilo otomano construido en 1571. Ese puente inspiró al escritor Ivo Andric, cuya novela El puente sobre el Drina lo llevó a ganar el Premio Nobel de Literatura.
Los Vengadores tomaron protagonismo en la primavera de 1992, después de la derrota del ejército musulmán y croata de Bosnia y la ocupación de Visegrad del ejército serbio de Yugoslavia, que provocó el exilio masivo de la población musulmana. Después de un par de semanas, el ejército yugoslavo se retiró de las calles de Visegrad. Nombró autoridades civiles, les entregó el gobierno de la ciudad e invitó a los exiliados musulmanes a retornar a su ciudad. Miles aceptaron por miedo a perder sus casas. Cuando volvieron, se encontraron con una ciudad gobernada por un consejo ciudadano de la minoría serbia, con Los Vengadores como su brazo armado. El ejército se cuidaba de no atacar a los musulmanes, pero dejaba hacer. Cuando llegó el final de la guerra en 1995, 14.000 musulmanes habían dejado Visegrad por muerte o por exilio, prácticamente toda la población musulmana de la ciudad, y los sobrevivientes pedían a gritos la cabeza de Lukic.
Los problemas de Lukic empezaron inmediatamente después del fin del conflicto armado. Fue uno de los primeros detenidos por crímenes de guerra. En 1994 fue extraditado desde Bosnia a Serbia para ser juzgado por la masacre de Sjeverin. Los pasajeros del micro habían sido visto por última vez en la central eléctrica de Visegrad, bajo custodia de Los Vengadores. Sus cadáveres nunca fueron encontrados. Desde el momento mismo en que Lukic fue detenido se empezó a hablar de una maniobra de los serbios para evitar que cayera en manos de las Naciones Unidas, y de un montaje para mostrar que Yugoslavia perseguía a criminales de guerra a partir de detenciones de criminales de poca monta como Lukic. Las sospechas crecieron cuando la Corte Suprema de Serbia lo absolvió de culpa y cargo, después de que los tres testigos que habían involucrado a Lukic –dos policías y un paramilitar– cambiaron sus testimonios para decir que ahora no recordaban haberlo visto en el micro. Los jueces también incorporaron el argumento del fiscal, quien señaló que las familias no habían podido demostrar que los desaparecidos estaban muertos.
Las cosas empeoraron para Lukic en 1996, cuando el periodista Ed Vulliamy lo retrató en la prestigiosa publicación inglesa The Guardian. No fue un perfil halagador. “Para muchos en Bosnia, Lukic es el hombre que posiblemente tiene más sangre en sus manos”, escribió Vulliamy. La descripción del periodista no ahorró detalles. Dijo, en esencia, que Lukic había transformado al querido puente sobre el Drina, antes un símbolo de conexión entre diferentes culturas, en un mudo testigo del salvajismo provocado por el odio racial. Según la crónica hubo quienes vieron desde sus ventanas cómo Lukic tiraba personas al río y después él y sus Vengadores los ametrallaban desde el puente y las orillas. El artículo le puso cara, nombre y apellido a la limpieza étnica practicada en la guerra y el Tribunal Internacional no tardó en abrir una investigación. Dos años más tarde La Haya acusó a Lukic de exterminio.
Decenas de testigos describen a Lukic como el patrón de Visegrad, como el joven que sembraba el terror cada vez que aparecía, rodeado por sus secuaces, manejando el emblemático Volkswagen Passat rojo que le había robado a un conocido matrimonio musulmán de la zona que él mismo había asesinado. Pero Lukic dice que están todos confundidos. Dice que Los Vengadores lo echaron porque él no quería maltratar a los musulmanes y que fueron ellos, pero sin él, los autores de todas las masacres.
–Todo esto fue por culpa de las Aguilas Blancas, que son unos perros de la guerra. Ellos me enviaron a Belgrado, donde había personas muy viles. Cuando me expulsaron de ese grupo de Aguilas Blancas, tuve que pagar por ello.
–¿Quién fue según usted el que dio la orden de sacar a todos los musulmanes de Višegrad?
–El gobernador de Višegrad, Risto Perisic y Branimir Savovic, el jefe de policía. A través de los mercenarios de las Aguilas Blancas ejecutaron todo tipo de robos y violaciones, además de la limpieza étnica. Juntaron mucho dinero y cuando terminó la guerra, ellos pudieron comprar a la gente, con uno o dos millones de dólares, para que no los inculparan ni a ellos ni a sus soldados.
–¿Usted cree lógico que haya decenas de personas que estén dispuestas a acusarlo a usted por algo que no hizo, para cobrar un dinero de los verdaderos culpables de violar a sus hijas, matar a sus padres y sacarles sus tierras?
–No comprendo bien porque usted me pregunta esto. Yo estaba a 20 kilómetros de distancia de Višegrad y no conocía a mucha gente ahí. Un empleado no puede dar órdenes a sus superiores. Además, ¿usted está seguro de lo que está diciendo sobre las víctimas musulmanas? Lo digo porque hubo el caso de unos 20 musulmanes de Višegrad que dijeron que los habían matado en la guerra, pero lo que verdaderamente hicieron fue cambiarse los nombres y irse a vivir a Austria.
–¿Hubo o no una guerra ahí entonces?
–Hubo una guerra civil en Bosnia. Pero no solamente perdieron tierras o fueron violados los musulmanes. Hubo unos 10000 muyahidines que ahora están en Siria y fue contra ellos contra los que luchamos, no contra los civiles.
A pesar de la mala prensa, en los 90 Lukic continuó con su vida en los alrededores de Visegrad sin sufrir demasiados contratiempos. Eso sí: fue detenido un par de veces por contrabando y asociación ilícita, pero las dos veces salió libre de culpa y cargos. También fue acusado en los diarios locales de manejarle un negocio de tráfico de drogas a Radovan Karadzic, el ex líder político de los serbios bosnios durante la guerra. Pero Lukic no tenía por qué preocuparse: su primo Sreten Lukic, también vecino de Visegrad, ocupaba la cartera de viceministro del interior a cargo de la policía de la República Serbia. Además, ya era conocida la relación que Milan Lukic mantenía con los jerarcas Karadzic y el General Ratko Mladic, ex comandante del ejército serbio bosnio. Karadzic fue detenido en el 2008 y Mladic en el 2011. Ambos están siendo juzgados en La Haya por genocidio.
A principios de 2003 Lukic se habría peleado con Karadzic y a partir de entonces ya nada sería igual. En marzo de ese año su primo Stretan fue destituido, arrestado y enviado a La Haya, donde fue condenado a 22 años de prisión por limpieza étnica en Kosovo. Al mes siguiente la policía serbio bosnia irrumpió en la casa de la familia Lukic en Visegrad y asesinó a Novica, un hermano de Milan. Para justificar el allanamiento e ljefe de policía acusó a Milan Lukic por contrabando de drogas y asociación ilícita. Según los abogados de Lukic, los policías que ejecutaron a su hermano a quemarropa fueron sobreseídos en tiempo récord. El 15 de mayo de 2004 un abogado de Lukic se vio en la necesidad de aclarar en el diario bosnio Oslobodjenje que su cliente no era un narcotraficante, sino un informante del tribunal internacional de La Haya en una investigación sobre los supuestos nexos entre el narcotráfico y Karadzic. Bosnia ya no era un lugar seguro para el ex Vengador. Era tiempo de partir. Según su pasaporte, Lukic pasó por Suiza y Alemania antes de mudarse a Sudamérica, donde vivió cortas temporadas en Venezuela, Colombia, Brasil y la Argentina. Un mes después del arresto de Milan Lukic en Buenos Aires, su primo Sredoje, otro conspicuo miembro de Los Vengadores, se entregó en Serbia y fue enviado a La Haya, donde fue juzgado junto con Milan y condenado a 30 años de prisión. El año pasado Milan Lukic sumó una nueva condena cuando una corte bosnia lo condenó en ausencia a nueve años de prisión por su rol en otra masacre de civiles, esta vez en la localidad de Klujc.
–Cuando lo arrestaron en Argentina, muchos especularon de que iba a revelar secretos sobre la Mladic y Karadzic y sin embargo no fue así. Durante el juicio, en ningún momento los incriminó.
–Nunca podría decir nada de ellos, porque no los conocí hasta que nos juntamos en La Haya.
–Pero usted escribió en su libro sobre un encuentro con Mladic...
–Sí, lo vi cuando su grupo de fuerzas armadas se juntó con un grupo armado donde estaba yo, pero nunca tuvimos nada en común.
–Usted fue también acusado de tráficar drogas para Karadzic.
_-Esto ocurrió antes del asesinato de mi hermano. Yo nunca vi la cara de Karadzic en mi vida. Las revistas y los diarios hablan mucho, pero deben estar pagados por ese dinero sucio que proviene de los criminales que han organizado todo este asunto. Yo no tengo que ver nada con Karadzic.
–¿Existe un pacto de silencio con Mladic y Karadzic, para no hablar de los crímenes de la guerra?
–Digo ya por tercera vez que nunca tuve nada con ellos. No puedo entonces haber tenido ningún pacto de silencio. Me gusta Mladic como persona, porque luchó por su pueblo. Pero yo tengo nada que ver, son todas habladurías de las revistas sensacionalistas.
Lukic cayó preso el 8 de agosto del 2005 en el café de la esquina de Junín y Vicente Lopez. Un grupo de agentes lo había sorprendido en un momento vulnerable, mientras se abrazaba con su entonces esposa y con la hija de ambos, de cuatro años. Las mujeres, escoltadas por un amigo de la familia, acababan de bajar de un remise. Venían del aeropuerto. Habían llegado de París en el vuelo de Air France. Hacía un par de años que la familia no se reunía. El se puso su mejor ropa para esperarlas: pantalón gris, camisa negra, zapatillas plateadas. No ofreció resistencia.
–Me llama la atención los apoyos que perdió durante estos últimos años. ¿Le preocupa eso?
–¿Dónde vio usted que yo perdiera el apoyo?
–Por ejemplo, en la página que usted tiene para recaudar dinero, no pusieron ni un centavo.
–¿Cómo lo puedes saber si es una cuenta privada?
–No, está publicado en Internet...
–Si estás tan preocupado por mi financiamiento, puedes poner la primera contribución, así otros lo verán y se animarán a hacerlo.
Su detención en Buenos Aires no fue una más. Lo pescó la SIDE, el servicio de inteligencia que depende directamente del Presidente de la Nación, que entonces era Néstor Kirchner. Normalmente a los fugitivos internacionales los persigue Interpol Argentina, una división de la Policía Federal que depende del ministerio del Interior. La federal nunca trabaja con la SIDE por culpa de una vieja pelea por espacios de poder. Los agentes de la SIDE declararon que dieron con Lukic siguiendo a su esposa. Si tenían información previa no se lo dijeron al juez, pero cuesta creer que fueron al aeropuerto sólo por una corazonada. Algo habrá sospechado la esposa de Lukic, o el hombre que la fue a buscar al aeropuerto, un tal Roberto Horacio Szwec, porque hicieron “medidas distractivas” y cambiaron dos veces de auto antes de llegar al café de la Recoleta.
El pasaporte que utilizaba Lukic como documento en la Argentina tampoco es un pasaporte común y corriente. Según el examen que le hicieron los peritos de la Corte Suprema, no se trata de un pasaporte falso, sino de uno “genuino y sin alteraciones”. Es decir, el papel y los sellos de seguridad son verdaderos, pero los datos son falsos. En lugar de Milan Lukic figura el nombre “Goran Djukanovic”. Fue emitido por la República de Yugoslavia, que ya no existía más pero sí existía cuando fue emitido y su validez no había vencido. Además de dólares, euros y plata argentina, Lukic portaba dinero colombiano, dos celulares y un pasaje “Brasil-Yugoslavia” según el expediente judicial. ¿Cómo consiguió semejante pasaporte?
“Antes los pasaportes no eran lo que son ahora. En los Balcanes era muy común que en casos como el mío, en que estaba siendo buscado por sicarios y peligraba mi vida; fue justo cuando mataron a mi hermano. Pagué 200 euros a gente que hace ese tipo de trabajos y así pude viajar a Argentina.”
Que Lukic diga que no hizo nada de lo que lo acusan y por lo que ha sido condenado no es demasiado sorprendente. Pero no deja de ser llamativo que uno de los jueces que lo juzgó en La Haya le creyó, o al menos le dio el beneficio de la duda. Se trata del jurista francés Jean-Claude Antonetti, ex vicepresidente de la Cámara de Apelaciones de París y ex consejero legal del presidente Jaques Chirac y del primer ministro Nicolas Sarkozy. Antonetti integró el tribunal que revisó la sentencia de Lukic y votó en disidencia que había que rehacer el juicio a Lukic y permitir que la defensa presente nuevos testimonios supuestamente exculpatorios. Al mismo tiempo Antonetti renunció al tribunal de la Haya en señal de protesta por lo que el jurista consideró una injusticia que había perjudicado a Lukic: el presidente de la cámara de apelaciones que había confirmado la sentencia de Lukic también había presidido el tribunal de revisión de sentencia que le negó la posibilidad de reabrir el juicio. A diferencia de los otros ocho magistrados y dos fiscales de la causa, Antonetti afirmó que a él los testigos de Lukic le resultaron creíbles y en cambio los acusadores no lo convencieron. “Consistentemente, Milan Lukic argumentó que no estuvo presente durante la comisión de los delitos y lo probó con testigos de distinto origen. A pesar de su coartada, los jueces de la Cámara de Juzgamiento y de la Cámara de Apelaciones consideraron que los testigos de la coartada no eran creíbles, prefiriendo considerar la credibilidad de los testigos de la fiscalía. El detallado/meticuloso trabajo al que me he dedicado me ha permitido tener extremadamente muy serias dudas acerca de la credibilidad de los testigos de la fiscalía, cuestionándome yo mismo al final a cerca de sus verdaderas motivaciones. Muchos de esos testimonios me suenan incoherentes/inconsistentes, ilógicos y hasta aberrantes. Sin embargo, mis colegas sintieron que les daba credibilidad indubitable,” Antonetti escribió en su fallo-despedida.
–No entiendo: usted reconoce o no que mató a alguien?
–Yo nunca maté a nadie. Pero cuando estas en la guerra, disparas en mitad del bosque y no sabes si tu disparo habrá matado a alguien. Tengo unos 18 amigos musulmanes que atestiguaron que yo durante la guerra ayudé, con aportaciones económicas y en todo lo que pude.
–Pero si usted es un héroe nacionalista y de guerra, nunca mató a nadie? ¿Cómo hizo para ser un héroe, si nunca mató a nadie?
–Los serbios, en toda nuestra historia, nunca hemos proclamado como héroes a aquellos que matan a las personas. Mi comportamiento, en ese momento y en todo momento, fue el de un caballero.
–Pero ¿tuvo muchos combates?
–Estuve en la guerra solamente durante tres meses. Nunca estuve en medio del combate. Realicé como fuerza especial, incursiones tras las líneas enemigas, para ver dónde estaban los enemigos. Estuve en peligro muchas veces, Siempre estuve tratando de escapar.
–Leí en su libro que usted en alguna ocasión, cruzando las líneas enemigas entró en una mezquita donde estaban durmiendo los combatientes musulmanes. Esa vez, explica, usted acabó matándolos junto a sus compañeros...
–Yo estaba en un grupo de fuerzas especiales y cuando traspasabas las líneas enemigas, no te enfrentabas a civiles sino a soldados. En esos momentos disparé, pero no sé si acabé matando a alguien.
–Pero si usted estaba disparando contra personas que estaban dormidas, como no va a saber si mató o no a alguien?
–En combate, cuando luchas contra el enemigo, no importa si está dormido o despierto.
–¿Se acuerda si ese día mató?
–Primero neutralizamos a un par de soldados que estaban vigilando la entrada de la mezquita...
–¿Se acuerda si mató a alguien?
–Todos dormían. Algunos eran muyahidines de Arabia Saudí. No sé si algún tiro mío mató a alguien.
–¿Usted vio bajar algún cadáver por el río Drina?
–No acabo de entender la pregunta. Vi muchos muyahidines en el bosque y los alrededores, pero nunca vi ningún cadáver en el río Drina. Vi, sin embargo, cómo los musulmanes mataban a ciudadanos serbios en Gora_de, lanzándolos luego al río Drina. Estos cuerpos acababan apilándose en una planta eléctrica.
–¿Vio los cadáveres en la planta eléctrica?
–Algo escuché...
–¿Nunca participó o vio alguna matanza?
–En Visegrad, los Aguilas Blancas estaban en el hotel Vilina Vlasellos eran mercenarios e hicieron trabajos sucios. Pero yo nunca vi ni participé en sus acciones.
–Pero en 1998 usted le dijo a un periodista de un medio serbio que tenía su comando central en el Vilina Vlas...
–Esta es la primera entrevista que concedo y usted el primer periodista con el que hablo. Otros periodistas han llegado a publicar que yo maté a 3000 musulmanes, pero eso y otros comentarios que aparecieron son falsos, porque usted es el primer periodista con el que hablo por voluntad propia.
–¿Nunca fue al Vilina Vlas?
–Sí, por supuesto. Estuve en ese hotel muchas veces, antes y después de la guerra. Pero durante la guerra no podía entrar como soldado, porque esos mercenarios lo habían tomado y los soldados oficiales no podíamos entrar.
A pesar de las objeciones de Antonetti, al final, claro, la mayoría prevaleció y quedó firme la sentencia del juez Patrick Robinson. Lukic la escuchó en silencio, mientras sacudía su cabeza en señal de no poder creerlo, sin esposas ni traje rayado, sino de traje y corbata, apretando las cuentas de un rosario cristiano ortodoxo con los dedos de su mano derecha. “Los crímenes que perpetraron Milan y Sredoje Lukic en este caso se caracterizaron por un cruel y despiadado desprecio por la vida humana”, leyó el juez. “En la demasiado larga y desgraciada historia de falta de humanidad de un hombre hacia otro hombre, los incendios de la calle Pionriska y de la calle Bikava deben figurar entre casos los más destacados. A fines del siglo veinte, un siglo marcado por guerra y derramamiento de sangre a una escala colosal, estos hechos horrorosos sobresalen por la crueldad del ataque incendiario, por la evidente premeditación y calculo que los definieron, por la mera brutalidad y crueldad de llevar a un grupo de personas como ganado a la trampa mortal de ser encerrados en las dos casa, impotentes ante el infierno por venir, y por el grado de dolor y sufrimiento inflingido en las víctimas mientas se quemaban vivas.”
–El juicio en La Haya fue totalmente falso. No creo en los derechos ni la ley que ahí se defendieron. Ahora, alejado de todo eso, tengo la esperanza de que la auténtica verdad triunfe tarde o temprano.
–¿Qué cree que tiene que pasar para que usted salga de la cárcel?
–Tengo aún esperanza. Sé que durante el conflicto estaba en el lado correcto. Miren ahora todas las desgracias que en Siria, por ejemplo, se asocian con aquellos musulmanes que están sembrando el caos. En su momento luché contra los muyahidines por una buena causa y creo que algún momento toda mi situación actual se resolverá. La verdad aparecerá, como en el caso de Assange (Julian, editor de Wikileaks, asilado en la embajada de Ecuador en Londres). Todos están contra él, yankis, suecos, Inglaterra, pero él al final ganó el proceso (un Grupo de Trabajo de Naciones Unidas dictaminó que está detenido arbitrariamente porque no lo dejan salir de la embajada), porque la verdad está de su lado. Yo creo en Dios y creo que me va a ayudar. No el Dios serbio, sino el cristiano que es Jesús.
Fueron tres horas y media de entrevista en dos días seguidos y buena parte se la llevó la traducción.
–¿Duerme bien de noche?
–Pienso mucho en mi familia y mis hijos, a los que hace mucho que no puedo ver. No tomo nada para dormir en prisión y hago lo que puedo para conciliar el sueño, pese a que no es como cuando uno estaba en libertad.
–¿Y tiene pesadillas?
–No tengo pesadillas porque no hice nada. Sueño en cambio a veces, con mujeres lindas argentinas y brasileñas, tomando tragos en las terrazas de la playa.
–Estando en la cárcel debe tener mucho tiempo para pensar...
–No tengo tantos ratos para pensar. No siempre estoy solo. Estoy acompañado por un serbio tuerto de 75 años que fue condenado por el tribunal de La Haya. Estamos con en la misma celda, con más personas de Serbia y ahí charlamos de nuestras cosas.
–¿Qué le gusta de Argentina?
–Cuando me detuvieron todavía no tenía abogado la defensora oficial vio que mi esposa y mi hija no tenían a dónde ir y se las llevó a dormir a su casa. Después mis abogados me dieron dinero de su propio bolsillo, la traductora me trajo comida. Esas cosas no se olvidan nunca, de la misma manera que tampoco podré olvidar el cariño y el calor de la gente. Además, a mí en la Argentina me salvaron la vida. Cuando me arrestaron, me encarcelaron y los jueces fueron muy justos conmigo. Durante mi arresto y posteriormente, nunca utilizaron la violencia contra mí. El 6 de septiembre (del 2005) vino un hombre de Serbia que había matado a mi hermano, expresamente a la Argentina para matarme. Yo entonces hablé con mis abogados y ellos a su vez le explicaron al juez la situación. Entonces se ordenó que me cambiaron de celda y me pusieron bajo más seguridad. Ahí me salvaron. Los últimos días de mi estadía en Argentina, un juez bosnio indicó que tenían que mandarme a Sarajevo, ya que el pueblo musulmán quería juzgarme. Yo me puse en contacto con mis abogados, y Diego y María intervinieron en el Ministerio de Relaciones Exteriores, llamaron al embajador en La Haya que puso una nota que hizo que me trasladaran a allí y no a Sarajevo. Ahí me salvaron otra vez. Aunque me arrestaron y atraparon en Argentina, no me importa, yo quiero volver. Yo voy a ayudar al pueblo argentino. Tengo un secreto que quiero que vea la luz y que en ese momento no podía contar. Pero a mi regreso lo contaré.
–¿Qué secreto?
–Hay algunos secretos, sí. Los hechos que yo conozco ayudarán a librar Las Malvinas de los ingleses. Sé que va a ser importante lo que vaya a salir de esta entrevista. Sobre todo por lo que tengo que contarle sobre cómo Argentina se va a librar de los ingleses en Malvinas, de forma pacífica. Tengo un secreto por revelar cuando regrese y también cuando el candidato Señor Trump gane las futuras elecciones.
–¿Por qué?
–Tengo mucha fe en Trump, porque él reconoció que el verdadero eje del mal, proviene de los musulmanes, provinente de Arabia y el Norte de Africa. Él me parece una persona respetable, un hombre de negocios con buen criterio. Creo que cuando llegue al poder, podrá iniciar nuevas campañas contra los islamistas y podremos ser liberados.
santiagoodonnell.blogspot.com

› DANIEL ARROYO, REFERENTE DEL FRENTE RENOVADOR, SOBRE LAS POLITICAS SOCIALES ACTUALES Y SUS CONSECUENCIAS “Mayor pobreza, desempleo y degradación social”

Por Raúl Dellatorre
El gobierno de Mauricio Macri no sólo definió el perfil de su política económica con las medidas que resolvió en estos tres meses de gestión, sino que las consecuencias sociales empiezan a percibirse. Daniel Arroyo, referente del Frente Renovador (liderado por Sergio Massa) en la provincia de Buenos Aires, evaluó en una entrevista con Página/12 estas políticas y las consecuencias que ya pueden verificarse. Habló de salto en el desempleo y la pobreza, de políticas de gobierno que sólo benefician a las franjas de más altos ingresos, pero señaló que no ve riesgos, en lo inmediato, de una explosión social. “Sí hay una implosión, el impacto hacia adentro de los barrios humildes, por el grado de violencia interna, pero si no hay conflicto político no hay explosión social; y hay degradación social pero no impericia política del gobierno: consigue las leyes, avanza con su política.” Ex viceministro de Alicia Kirchner entre 2003 y 2007, explica sus diferencias con el kirchnerismo pero la ausencia de coincidencias con Cambiemos.

–¿Qué evaluación hace de esta primera etapa de la gestión de gobierno de Cambiemos?

–En estos primeros meses, días podríamos decir, es indudable que se incrementó la pobreza. Aumentó el desempleo por los despidos en el sector público y en el privado y, además, por el parate que tuvo la actividad de sectores como la construcción, que afectó a sectores que, sin tener trabajo, vivían de las “changas”. Si a ese panorama le agregamos la reducción que se verifica en el consumo, se conjugan todos los síntomas de una recesión. Las medidas que tomó el gobierno se decidieron mirando la realidad con un solo ojo: dieron respuesta e hicieron lo que les pedía el mercado, pero dejaron de lado los problemas que afecta a la mayoría, como la inflación. Demostraron saber qué hacer con el mercado pero no con el Estado. Estamos ante un proceso de ajuste brutal, pero a veces la discusión interna del gobierno sobre un supuesto gradualismo o políticas de shock nos pueden hacer perder de vista lo principal: las consecuencias que van a tener sobre la pobreza y el desempleo.

–¿En qué medida esa sesgo se relaciona con la presencia masiva de representantes de los grupos económicos concentrados en el gabinete?

–Sólo en parte. Más que la composición de gabinete, lo que define las medidas es la concepción que tienen. Creen en la teoría de derrame, creen estar creando las condiciones para que haya inversiones y que si eso ocurre, va a haber mayor producción, más empleo. La experiencia demuestra que no funciona así la economía. Si es que hay mayor inversión por estas medidas pro mercado, se va a dirigir seguramente a la minería, a la producción primaria, a sectores que no generan empleo. La creación de empleo se da principalmente en actividad manufacturera, y en otras actividades donde se necesita el rol promotor del Estado.
Lo mismo sucede con la inflación. Tienen la concepción de que disminuyendo la emisión monetaria va a bajar, y no es así. Lo que se dio es un aumento y una dispersión de precios tan grande que hoy, un mismo producto, en un radio de tres cuadras se lo puede encontrar a tres precios distintos, con diferencias de 100 por ciento entre el más caro y el más barato. Eso quiere decir que se perdió la referencia de los valores. Y a eso, que baje la emisión monetaria no lo resuelve. El núcleo del problema es la concepción neoliberal de que la economía derrama sobre lo social, que el equilibrio económico resuelve las cuestiones sociales. Y es el Estado el que debería estar presente ahí. Y no lo está.

–¿Considera que el Estado perdió capacidad de intervención frente a las necesidades sociales no resueltas?

–El Estado es muy potente en Argentina. Tiene una gran capacidad para intervenir y resolver necesidades, pero no se lo está usando. El actual es un gobierno que no cree en ese rol del Estado. Este gobierno, antes de asumir, generó la ilusión de que después del levantamiento del cepo iban a entrar veinte mil millones de dólares en inversiones en forma inmediata. Una vez en el gobierno explicaron que no iba a ser ahora, por la inflación y hasta tanto se arreglara la deuda con los holdouts, que entonces iban a llegar en el segundo semestre. Ahora ya están explicando que no va a ser este año, sino en 2017. El problema es que, incluso si alguna vez llegan, no va a ser para generar empleo ni políticas sociales.
Si tomamos los últimos datos estadísticos disponibles, que son del año pasado, Argentina estaba con un 28 por ciento de pobreza, un 34 por ciento de informalidad laboral y un millón y medio de jóvenes que no trabajan ni estudian. Esto indicadores, en los últimos meses, seguramente se agravaron. Pero a este sector no le llega ninguna de las políticas que implementó el gobierno de Mauricio Macri. Yo diría que hoy hay 4 Argentina en situaciones socioeconómicas diferentes. Una, la de los más pobres, que viven de los planes sociales, principalmente. La segunda, que llamaría la de los vulnerables, trabajadores informales que viven de un empleo no registrado, de changas o de alguna de las formas de cuentapropismo, generalmente mal remunerados. La tercera, que es el sector formal: empleados, profesionales, comerciantes, pequeños empresarios, y en cuarto lugar la clase alta. Todas las políticas que definió este gobierno son para favorecer a las dos de arriba. Incluso el aumento de las asignaciones familiares, que sólo alcanza a los trabajadores registrados. Igualmente los cambios, aunque mal hechos, en el impuesto a las ganancias de la cuarta categoría. Las dos Argentina de más abajo no están contempladas. Incluso cuando anuncia medidas para los de más abajo, como la eliminación del IVA a los alimentos, se toma su tiempo para ponerlas en práctica.

–Esta falta de respuesta a los sectores más necesitados va a generar tensiones sociales. ¿Existe riesgo de que la situación derive en una explosión social?

–Yo no veo en este momento condiciones para una explosión social. Sí veo que se está produciendo una implosión social, quiero decir que hay tensiones que se vuelcan en las relaciones internas, en los barrios, malestar en la vida cotidiana. Esto se ve, por ejemplo, en un partido de fútbol entre vecinos de una barriada humilde que, por ahí, ahora es más frecuente que termine a las piñas cuando hace un tiempo no sucedía. U otras reacciones violentas en gente que habitualmente no se comportaba así. Es una forma de degradación social que se empieza a advertir en esos vínculos directos, pero para que se transforme en explosión social tiene que haber conflicto político. Mientras esto sucede por abajo, el gobierno consigue sacar las leyes, resuelve por decreto, sigue avanzando con sus políticas. Degrada socialmente a la población más vulnerable, pero no muestra impericia política. Cuando aparezca el conflicto político, podríamos pasar a otra etapa.

–Uno de esos temas que el gobierno parece estar logrando sacar adelante pese a estar en minoría en el Congreso es el acuerdo con los fondos buitres. ¿Cuál es su opinión sobre este tema?

–En principio, la valoración sobre estos sujetos financieros: son buitres de verdad, por como especulan, maniobran y consiguen que un juez les reconozca semejantes beneficios. Pero no había otra salida al tema que buscar un acuerdo de pago, ya con una sentencia en contra y agotadas las instancias de apelación. Ahora, suponer que ese acuerdo significa el inicio de un ciclo de mejora es falsear la realidad, porque no lo es. El peligro real es que sea el inicio de un ciclo de endeudamiento del país, como ocurrió en otras etapas y eso hay que evitarlo. Nadie debería tentarse con estas políticas, el potencial conflicto que se genera es altamente significativo.

–¿La falta de inversiones es, como dice el gobierno, un problema de confianza?

–Me parece que tiene más que ver con la ausencia de un plan estratégico. Por eso es necesario el rol orientador del Estado, incentivando la inversión en determinadas cadenas productivas que tengan que ver con el modelo de desarrollo económico y social del país. Pero mientras la mirada siga siendo más neoliberal que desarrollista, la inversión más atractiva seguirá siendo la especulativa.

FINANZAS › LA FUERTE CAIDA DE LA ECONOMIA DE BRASIL Y LA CRISIS DE PETROBRAS Petrolao especulativo

Por Federico Kucher
El precio de la acción de Petrobras en la Bolsa porteña subió 80 por ciento entre principios de febrero y la segunda semana de marzo, al pasar de 22 a 40 pesos. Las ganancias de la compañía en el mercado bursátil de Nueva York fueron del 75 por ciento y en el Bovespa, la Bolsa de Brasil, ascendieron a algo más del 70 en el mismo período. La petrolera brasileña, una de las empresas más endeudadas del mundo, atraviesa una fuerte crisis patrimonial debido al descenso del precio del crudo a nivel internacional a partir del 2014, lo que pone en riesgo la viabilidad de grandes proyectos de infraestructura como el presal. La investigación judicial a la firma por casos de corrupción fue otro elemento que generó importantes distorsiones para las finanzas de la empresa estatal.
Economistas consultados por este suplemento aseguraron que la suba bursátil de las últimas semanas no se asocia a un principio de recuperación en el balance financiero de Petrobras sino que es el resultado de la especulación del mercado con que se avance en un proceso de privatización de la petrolera, al tiempo que se acelere el recambio de las principales autoridades del poder ejecutivo de Brasil aprovechando el momento de debilidad del PT.
“Existe una fuerte movida política alrededor de la situación de Petrobras. La intención de la derecha es evitar una nueva candidatura de Lula, por lo que ahora aparece vinculado a los casos de corrupción de la petrolera. Se judicializó la política. El allanamiento en su casa en los últimos días fue un verdadero montaje de los medios, en un episodio realmente grave que derivó en peleas y gente sangrando”, indicó Eduardo Crespo, investigador de la Universidad Federal de Río de Janeiro. Aseguró que este avance de los sectores de derecha en Brasil hace acrecentar rumores acerca de lo qué puede pasar con la petrolera. “Petrobras es una de las empresas con más deuda del mundo. Frente al escándalo y demás no sería raro que se salga a vender parte del patrimonio para cubrir los pasivos y subir la calificación de riesgo. En la Argentina, por caso, ya anunciaron que van a desprenderse de los activos. La posibilidad de que caiga el PT o avancen los juicios contra sus principales figuras ayuda a subir el grado de especulación respecto de la privatización de la firma”, indicó.
Crespo apuntó que la crisis de Petrobras se debe evaluar en un contexto de tensión general de la economía brasileña, en donde el programa ortodoxo implementado a principio de 2015 con suba de tasa de interés, recorte de gastos públicos y devaluación generó consecuencias nocivas en materia de crecimiento y empleo. “El escenario de Brasil es catastrófico. Se prevé que sigan las caídas para 2016, que pueden volver a estar cerca del 4 por ciento, una cifra similar al retroceso registrado el año pasado. Esta contracción del 8 por ciento no está muy lejos de lo que pasó en la Argentina en 2002. Las propuestas de ajuste anunciadas en 2015 tuvieron resultados obvios. Con el consumo parado, las exportaciones paradas, y encima le agregas un recorte del gasto público, lo que vas a provocar evidentemente es recesión”, dijo. Y detalló que las dificultades de la petrolera estatal potencian estas distorsiones de actividad económica. “Con el escándalo de Petrobras la situación económica se complica aún más, puesto que la empresa representa cerca del 15 por ciento de la inversión total de Brasil. Las dificultades de la compañía, por tanto, tiene un impacto relevante en el mercado interno, en donde las inversiones tampoco aparecen a través de otros sectores. El Gobierno lanzó un plan de reducción de impuestos esperando que las empresas inviertan, pero por supuesto que no ocurrió ante un escenario de demanda estancada”, concluyó Crespo.

› LA ECONOMIA Y EL TEMOR AL DESEMPLEO AL TOPE DE LAS PREOCUPACIONES Los 100 días de Macri

Por Raúl Kollmann
Cuando al final de esta semana se cumplen 100 días de la administración de Mauricio Macri, la sociedad tiende a dividirse. Como es obvio, sigue existiendo una expectativa con un gobierno que recién empieza, pero una expectativa preocupada. Ni en la Argentina ni en ninguna otra parte del mundo, quienes votaron a un candidato cuatro meses atrás cambian de opinión tan rápido. No se pierde la esperanza. Lo que está influyendo fuertemente es la inflación y por eso la mayoría de los consultores registran una caída de la aprobación de la gestión del Presidente –algunos perciben una caída de diez puntos, otros un poco más y otros un poco menos– y la preocupación viene por el retorno a la escena de un fantasma que dejó de estar presente después de los años ‘90: el temor a perder el empleo. Respecto del acuerdo con los fondos buitres, los encuestadores recuerdan que el rechazo al juez Thomas Griesa fue uno de los factores de mayor popularidad del gobierno kirchnerista. Sin embargo, ahora se instaló mediáticamente una aprobación de lo que llaman volver al mundo. Desde ya que sólo una pequeña parte de la opinión pública conoce los detalles del acuerdo, lo que lleva a que sean más los que están de acuerdo que los que están en desacuerdo.

Miradas

Para casi todos los encuestadores, el inicio de un gobierno crea expectativas, porque se confía en que el país va a estar mejor. Federico Aurelio, titular de Aresco, evalúa que “la sociedad argentina hoy está expectante que los tiempos venideros sean bastante más positivos de la valoración que hacen del presente. Hay una brecha. El 70 por ciento piensa que el país está mal, pero cuando se le pregunta cómo están las cosas en su casa, la mitad dice que bien y la mitad dice que mal. En este marco hay una preocupación de que la situación del país no siga deteriorando la situación personal de cada uno, con el deseo ambivalente de un país mejor para que uno pueda estar mejor”.
“Las medidas de gobierno que afectaron las tarifas, el incremento de la inflación que generó la devaluación y otros factores que han afectado el bolsillo era esperable que iban a generar un mayor desacuerdo que acuerdo. Sin embargo, el tiempo de espera y expectativas que la sociedad le da al gobierno en el inicio de gestión permite paliar este desacuerdo y el 54 por ciento de los argentinos valora positivamente la gestión del gobierno de Mauricio Macri. Lo relevante no es que la gestión del gobierno de Mauricio Macri ha caído 5 puntos porcentuales del mes de enero a febrero, sino el desafío que tiene el gobierno nacional de darle certidumbre a la incertidumbre y a la preocupación de los argentinos sobre el futuro”.

Cambio

Hugo Haime, titular de Haime y Asociados, sostiene que “para analizar a la opinión pública hay que entender que la mitad de la población votó por un cambio respecto del anterior gobierno. Entonces la situación es que hay un apoyo al gobierno de los que votaron a Macri y hay un segmento de los que votaron a Scioli que no están críticos. Entonces, yo definiría la situación como de expectación y preocupación. Expectación porque es poco tiempo el que transcurrió desde que asumió Macri y preocupación porque por primera vez en mucho tiempo la inflación ocupa el primer lugar en los problemas del país. Yo diría que en diciembre había alegría y esperanza y ahora hay optimistas, desanimados y enojados. Por ahora, un 54 por ciento opina bien de Macri. Disminuyó desde diciembre, pero le da espaldas para tomar decisiones. A fines de marzo, comienzos de abril, será buen momento para saber si los indicadores se mantienen o continúan disminuyendo “.

Economía

“Desde hace algo más de un mes –señala Roberto Bacman, titular del Centro de Estudios de Opinión Pública– la economía ha ocupado nuevamente el centro de la escena y se ha convertido en la principal preocupación de los argentinos. Pero es especialmente la inflación la que ha logrado quitarle el sueño a un segmento importante de la sociedad. Lo más importante es que esta situación ha comenzado a impactar en la vida cotidiana de la gente; solo basta tener en cuenta algunos ejemplos de lo ocurrido en estos primeros días del mes de marzo: las verbalizaciones de los entrevistados se refieren –fundamentalmente– al aumento de los precios de los productos de la canasta básica familiar, de los útiles escolares y la fuerte suba en la tarifas de la energía eléctrica. Estas percepciones no hacen más que agudizar día a día esta preocupación. Por otro lado, es importante señalar que un viejo desvelo de la década del noventa vuelve a hacerse presente: la preocupación por la desocupación que sin lugar a dudas sigue escalando en el mapa de las percepciones espontáneas de la opinión pública, a punto tal que casi 3 de cada 10 argentinos al día de hoy la tiene como una de sus principales preocupaciones. Los datos conocidos esta semana acerca de indicadores objetivos que dan cuenta del aumento del nivel de desocupación a lo largo y a lo ancho del país, es otra realidad que confirma las percepciones detectadas.”

Normal

“Los primeros 100 días del gobierno de Macri han sido bastante buenos para el gobierno –sostiene Manuel Mora y Araujo, de Ipsos-Mora y Araujo—. Como solemos ver en la Argentina en estos 30 años de democracia, la mayoría de los ciudadanos se alinean detrás del nuevo gobierno y orientan sus expectativas a su éxito. Eso incluye a muchos de quienes no lo votaron. Esto sucedió en todos los casos anteriores de la democracia, los gobiernos electos –generalmente con un caudal del orden del 50 por ciento de los votos– en los primeros días consiguen una tasa de apoyo en la opinión pública que se acerca al 70 por ciento, y termina estabilizándose por encima del 50 por ciento. Ahora bien, el estado de la economía no despierta opiniones muy favorables . En cuanto a las medidas que el gobierno ha venido tomando en estos primeros 100 días, algunas son bien recibidas y otras no tanto. Pero eso no mella la confianza en el gobierno. Claramente, al tope de las preocupaciones está el tema de la inflación. Pero esto, acompañado de una expectativa de que las cosas mejorarán en los próximos meses, lleva a la conclusión de que se espera que el gobierno encontrará la respuesta al problema inflacionario.”

Bien

Eduardo Fidanza, de la consultora Poliarquía, es quien ve mejor al gobierno de Macri: “El Gobierno mantiene un alto nivel de popularidad. Según los datos de la última medición de Poliarquía, casi el 70 por ciento aprueba la gestión de Macri; la imagen del presidente también es alta: más de dos tercios de la población tienen buena opinión acerca de él. Prevalece la creencia de que la situación del país es regular o mala. Sin embargo, a la hora de mirar el futuro, la mayoría de los argentinos es optimista. La economía preocupa hoy a la gente más que la inseguridad. En forma espontánea, más del 50 por ciento de la población menciona problemas económicos, como la inflación, el desempleo y los bajos salarios. La mayoría considera que la situación económica actual es regular o mala, pero casi dos tercios cree que la economía va a estar mejor dentro de un año. Podría denominarse a este estado anímico optimismo realista. La gente tiene claras las dificultades actuales, pero acompaña el discurso del gobierno, que afirma que en el segundo semestre disminuirá la inflación y se reactivará el aparato productivo”.

Números

Enrique Zuleta Puceiro, de Opinión Publica Servicios y Mercados, habla de números. “Cuando preguntamos a los encuestados por la gestión del presidente Macri, un 52,1 manifiesta posiciones positivas, un 23,3 regulares y un 20,6 negativas. Si bien es veinte puntos menos que en el primer día de su asunción, el porcentaje de apoyos a su gestión sigue siendo de 70,9 frente a un 27,4 de rechazos. O sea una cosa es preguntar cómo ve que funciona el gobierno de Macri y otra cosa preguntar si lo apoya o no. Yo diría que hay una esperanza preocupada. Por supuesto que pesa la sensación de desconcierto, desarticulación interna, que exhibe el peronismo y la virtual desaparición de cualquier otra alternativa.”

Mix

“El gobierno nacional a 100 días de gestión concentra un mix de valoraciones –analiza Analía Del Franco, cabeza de la consultora Analogías—. Mientras que la imagen de Mauricio Macri como dirigente se mantiene en los valores de asunción ( 66 por ciento de imagen positiva), descendió 10 puntos el nivel de aprobación de la gestión y la de la política económica, hoy 59 y 50 por ciento respectivamente. Las medidas económicas como quita del cepo, quita de retenciones e inclusive el acuerdo con los fondos buitres mantienen un alto nivel de aprobación, sin embargo no se percibe correlato importante de estas medidas en propio beneficio, o sea en la economía cotidiana. Las expectativas positivas disminuyeron en estos tres meses. Mientras que en diciembre se observaba que un 60 por ciento de la sociedad era optimista tanto para su futuro personal como para el país, en la actualidad este optimismo ha descendido más de 10 puntos.”

Descenso

Para Ricardo Rouvier, referente de Rouvier y Asociados, “la opinión pública está, por una parte, expectante sobre el gobierno, aunque su estado es diferente a los primeros días. Hay un descenso. Por otra parte crece la preocupación por la inflación, con las derivaciones negativas que esto tiene sobre los ingresos y el empleo. Existe una base de alrededor de un 60 por ciento de apoyo, confianza y adhesión al gobierno, pero esto es menor a la expectativa favorable que había en las primeras semanas. Hay aspectos del gobierno que no son conocidos por su silencio, y tiene que ver con la administración del Estado sobre la evolución de los precios de los bienes y servicios. Respecto a esto, la población lo siente como un vacío, se percibe una defección. Los formadores de precios hacen lo que quieren y eso se traduce en una debilidad del gobierno. Durante el verano el gobierno perdió más de 10 puntos de popularidad, pero aún mantiene una mayoría de adhesión. Los salarios corren por detrás de los precios y esto se advierte unánimemente”.

Mala perspectiva

“No hay grandes cambios respecto al momento de la elección –señala Artemio López, titular de Equis—, aún persiste el sistema de preferencias de opinión pública existente al momento de votar. Sigue la polarización de percepciones que parte a la mitad las opiniones favorables o críticas de la gestión y figura de Mauricio Macri. Hay un dato significativo: el líder del PRO no ha logrado captar la aprobación de quienes en noviembre de 2015 no lo votaron, fenómeno expansivo que siempre sucede con los presidentes electos en sus primeros tres meses de gestión. Macri no lo ha logrado. En perspectiva, veo una merma notable del nivel de actividad, empleo, poder adquisitivo del salario (del orden de los 10 puntos) y la consecuente caída de consumo en un contexto inflacionario del 40 por ciento anual ( 50 por ciento en alimentos y bebidas), lo que terminará impactando muy negativamente sobre la opinión pública. El deterioro es habitual en contextos de crisis socioeconómica, obsérvese el caso cercano de Dilma Rousseff que paso del 60 por ciento de imagen positiva al 9 por ciento tras el primer semestre de su segundo mandato.”