domingo, 15 de marzo de 2015
› CARLOS ZARATTINI, DIPUTADO DEL PARTIDO DE LOS TRABAJADORES DE BRASIL “Hacen una oposición salvaje”
Por Darío Pignotti
Desde Brasilia
“La marcha contra Dilma es el resultado de la unión de la derecha y la ultraderecha para intentar quebrar el orden institucional en Brasil.” Lo dice el diputado Carlos Zarattini, uno de los referentes del PT en el Congreso, quien reconoce la preocupación del gobierno frente a la “propaganda cargada de odio” que precede a los actos convocados para hoy, dos días después de las concurridas movilizaciones por la continuidad de la mandataria y en defensa de Petrobras.
Zarattini habló con Páginað12 sobre la coyuntura “complicada que enfrenta una presidenta tolerante con las protestas y abierta al diálogo, al contrario de lo que hacen la gente del PSDB (Partido de la Social Democracia Brasileña) y los grandes medios de comunicación exigiendo el juicio político a como sea”.
–¿El domingo puede dar inicio a una onda de protestas como las que afectaron la popularidad presidencial en 2013?
–Creo que esto que está pasando no llegará a ser como lo de 2013, con movilizaciones masivas que desgastaron a Dilma, que posteriormente supo responder a las demandas, se repuso y al final ganó las elecciones de 2014. Me parece que este domingo habrá algunos actos con más o menos público. Será un test para ver el efecto del inmenso despligue de publicidad negativa en las redes sociales y en la gran prensa.
Impeachment
Número dos del bloque oficialista, Zarattini es uno de los diputados bien informados sobre la controvertida relación entre el Palacio del Planalto y un Parlamento “donde tenemos una fuerte influencia de fuerzas conservadoras”, decididas a impedir la gobernabilidad y hasta forzar un juicio político con el pretexto del escándalo de corrupción en Petrobras.
–¿La amenaza de impeachment es un balón de ensayo?
–Por un lado sí, porque no veo que haya condiciones para que el Congreso lo vote en estos momentos. Y al mismo tiempo debemos reconocer que si no paramos esta ofensiva destituyente en algún momento el impeachment podrá volverse una realidad, una realidad que va a golpear al gobierno, y al mismo tiempo podría complicarle la vida al PSDB.
–¿De que modo afectaría al PSDB?
–El PSDB se siente cómodo jugando al golpismo, pero no está en condiciones de gobernar Brasil, porque sufre divisiones internas (guerra entre sus dos principales dirigentes, Aécio Neves y José Serra). Me parece que la gente más pensante del PSDB entiende que si fuerzan el caos podrían darse un tiro en el pie, porque si hubiera un juicio antes de los dos primeros años de gobierno (se cumplirán el 1º de enero de 2017) sería posible convocar a elecciones anticipadas en 2016 cuando nosotros podríamos llevar a Lula, que sigue siendo un candidato capaz de vencer a cualquier dirigente del PSDB.
–¿Cómo explicar el aislamiento político del gobierno?
–Hay que saber ver el contexto. Recordemos que las elecciones dejaron un país prácticamente dividido luego de que Dilma venció con una pequeña diferencia de votos sobre (candidato del PSDB) Aécio Neves. Muchos olvidan que Dilma es la presidenta legítima, así es la democracia, en democracia no hay tercer turno. La ultraderecha y el PSDB creyeron hasta último momento que iban a ganar las elecciones, y ante la frustración de la derrota resolvieron hacer una oposición salvaje, queriendo salirse de las reglas democráticas.
–Dirigentes del PSDB hablan de “desangrar” al gobierno y se distancian del impeachment.
–Es un juego doble para confundir. Esto es característico en (ex presidente) Fernando Henrique Cardoso, que a veces adopta posiciones desestabilizadoras y a veces habla como un moderado. Para mí Cardoso dice cosas provocativas y luego se desdice para tener algunos segundos de televisión, porque teme perder presencia. En 2005, durante el Mensalao (escándalo durante gestión Lula), Cardoso se posicionó como un duro insinuando el juicio político contra Lula y después se distanció diciendo preferir que Lula siga gobernando hasta desangrarse. Lula no se desangró y fue reelecto en 2006. Ahora, el PSDB hace lo mismo: Aécio está detrás de la organización de la marcha contra Dilma, pero declara que no participará.
Interferencias externas
Al finalizar el diálogo telefónico con Página/12, Zarattini, miembro de la Comisión de Relaciones Exteriores que viajará próximamente a Venezuela, comparó el cuadro brasileño con la actualidad en el país caribeño y Argentina.
“A pesar de que no conozco tan profundamente como quisiera lo que está pasando en Venezuela y Argentina, considero que son procesos con algunas aristas similares al que se vive en Brasil. Indudablemente, en Venezuela la situación es más incierta que en mi país, porque hace años que ellos viven en permanente polarización. Y el gobierno del presidente Maduro, al contrario de lo que pasa en Brasil, tiene un sistema de medios que está en condiciones de responder a los ataques de la prensa opositora. En Argentina, la presidenta Cristina está mostrando capacidad e iniciativa política contra quienes le hacen el juego a la desestabilización.”
–¿Hay injerencia externa en la desestabilización regional?
–Siempre hay injerencia externa en estos casos, esto siempre es así en nuestros países. Estamos hablando de un proceso donde hay grandes intereses en juego, estamos hablando, por ejemplo de Petrobras que ya fue espiada por la agencia norteamericana NSA, y esto desató un escándalo (Dilma suspendió visita de Estado a Washington en 2013). Ese caso de la NSA tiene que ser investigado a fondo.
–¿Lo sorprendió la caricatura de Dilma a punto de ser degollada en la portada de O Globo?
–No, para nada. Globo siempre ha sido el principal agente desestabilizador de los gobiernos del PT. Estamos viendo, eso sí, cómo se acentuó la actitud hostil del grupo Globo viendo los artículos en su diario y sus canales de TV, orquestando manipulaciones como las del domingo pasado, cuando emitieron un informe con los cacerolazos anti Dilma, transmitiendo la idea de que fueron masivos y no lo fueron, porque se cincunscribieron a los barrios ricos de varias capitales. Globo hizo lo mismo el año pasado exagerando la protestas antes de la Copa del Mundo, sembrando alarma en los periodistas extranjeros, pero éstos se desengañaron cuando vieron que acá no reinaba el caos.
–¿Los pronunciamientos golpistas del Club Militar traducen la posición de las fuerzas armadas?
–El Club Militar está integrado por varios generales y coroneles retirados antidemocráticos, es gente que sigue reivindicando la dictadura (1964-1985). Dilma ya fue llamada terrorista por esa gente. Ese club no es reflejo de la realidad existente hoy dentro de unas fuerzas armadas donde no vemos señales golpistas. Debemos separar claramente a los retirados de los activos.
–¿Es posible afirmar que no quedan golpistas en actividad?
–Tal vez haya gente en actividad que ve la desestabilización con simpatía, pero esos sectores no son mayoritarios.
APOYO DE LA DOS VECES RIVAL DE LA ACTUAL MANDATARIA POR LA PRESIDENCIA DE BRASIL Marina defendió a Dilma del embate destituyente
La ex candidata a la presidencia de Brasil, Marina Silva, apoyó ayer a la presidenta Dilma Rousseff al criticar a los movimientos que piden la destitución de la presidenta alegando que con ese proceso no lograrán resultados positivos. También apoyaron a la mandataria el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, y el presidente del gobernante Partido de los Trabajadores (PT), Rui Falcao. Estas declaraciones fueron realizadas en el marco de las manifestaciones organizadas por la oposición previstas para hoy, en las que se protestará por las dificultades de la economía y el caso de desvío de fondos multimillonarios de la empresa estatal Petrobras.
Silva, que quedó tercera en la disputa electoral en 2014, defendió que se le otorgue al gobierno un plazo inicial para que Dilma demuestre por qué fue elegida. “Mucha gente saldrá a las calles para protestar. Hay una campaña pidiendo el impeachment de la presidenta que fue electa hace pocos meses. Comprendo la indignación y la revuelta, pero no me parece que ésa sea la solución. Tal vez el resultado no sea el pretendido retorno al orden, sino una profundización del caos”, escribió la ex senadora en su página web, reconociendo que la insatisfacción de la población pasa de la desesperanza a la desesperación.
La líder ecologista reconoció, no obstante, que el pedido de juicio político contra la mandataria sería, de hecho, una sanción al gobernante Partido de los Trabajadores (PT), fuerza política que integró durante muchos años y que abandonó cuando dejó el Ministerio de Medio Ambiente durante el gobierno del ex presidente Luiz Inácio Lula da Silva. “El impeachment sería un castigo al PT, sin duda. Sería una respuesta en el mismo modelo creado por el partido cuando estaba en la oposición: gritarle fuera a cualquier gobierno, con o sin pruebas de corrupción, por el criterio ideológico de que eran gobiernos antipopulares o contrarios a los intereses de los trabajadores”, añadió.
Silva celebró que la oposición actúe con cautela respecto de los pedidos de salida de Rousseff, ya que la mayoría de los partidos de la oposición tomaron distancias con respecto a estas iniciativas. “El gobierno no es malo, pero tenemos la responsabilidad de mantenerlo, no e él, sino a la democracia”, dijo Silva.
Por su parte, el ministro de Justicia de Brasil, José Eduardo Cardozo, afirmó que sería una equivocación profunda pedir la destitución de Rousseff sin ninguna base jurídica e inmediatamente después de celebrar elecciones. “Pedir la destitución huele a golpe y a una revancha de los partidos de la oposición por no haber asimilado la derrota en las elecciones del año pasado”, dijo. Según el ministro, la legislación brasileña establece un “hecho jurídico imputable” al presidente para iniciar un proceso de destitución, y recalcó que no hay nada que pueda ser imputado a Dilma.
En este sentido, el pasado jueves el partido opositor Solidaridad, creado en 2013, anunció que a partir del domingo promoverá una recolección de firmas para solicitar el proceso de destitución, y el viernes el diputado derechista Jair Bolsonaro presentó un pedido formal ante la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados. Un pedido de esa naturaleza puede ser presentado por cualquier ciudadano brasileño, aunque debe ser admitido a trámite por la Mesa Directiva de la Cámara de Diputados, cuyo presidente, Eduardo Cunha, ya afirmó que se archivará de inmediato cualquier iniciativa de ese tipo.
El presidente del PT, Rui Falcao, rechazó ayer cualquier intento de destituir a Dilma. “Creemos que no podemos permitir que haya violencia ni un estímulo al ‘rompe-todo’ y ruptura de la legalidad. Tuvimos una elección. Quien quiera cambiar al presidente deberá esperar a (las elecciones de) 2018”, dijo el dirigente de izquierda, al comentar las protestas contrarias que encabezarán hoy distintos grupos opositores. “Las instituciones en Brasil están funcionando a pleno y sancionando a corruptos y corruptores”, expresó. Además, el presidente del PT anunció que la fuerza política se reunirá a fin de mes para analizar las protestas de mañana.
En las manifestaciones previstas para hoy, que se realizan en el marco de los festejos por los 30 años de la restitución democrática en el país, varios sectores pretenden demandar la destitución de la presidenta, aunque otros grupos tan sólo anunciaron su intención de protestar contra la corrupción o contra las medidas de recorte anunciadas por el gobierno. El presidente del Partido Social Democracia Brasileña (PSDB), Aécio Neves, convocó a los ciudadanos a salir a las calles para defender la democracia. “La calle es del pueblo, como el cielo es de los aviones. Por lo tanto, salga a la calle para defender la democracia”, dijo Neves en un video.
OPINION Lo que propone la derecha
Por Emir Sader
Sigue la derecha, con sus medios de comunicación, sus partidos, sus gobiernos, sus políticas económicas. Pero, ¿qué es lo que la derecha tiene para proponer al mundo hoy? ¿Qué balance hace de su desempeño? ¿Qué perspectiva ofrece hoy la derecha?
Sobre guerra y paz, ahí está la política de Estados Unidos que, desde que pasó a ser la única superpotencia, no hace otra cosa sino multiplicar las guerras por el mundo. Que no logra terminar con las dos guerras que ha iniciado hace ya más de una década, en Afganistán y en Irak, que están netamente en peor situación que antes de que fueran invadidos y destruidos como países.
Como conducción de la economía, la crisis en el centro mismo del capitalismo ya dura más de siete años, sin perspectivas de su superación. Su modelo de centralidad del mercado, de libre comercio, de Estado mínimo, hace que Europa destruya lo que de más generoso había producido: el Estado de Bienestar Social. Políticas económicas que han salvado a los bancos, han llevado a la quiebra de países y a la expropiación masiva de los derechos de los más vulnerables.
¿Qué se propone la derecha en América latina? El continente que tiene los únicos países del mundo que han disminuido la desigualdad, aun en medio de su brutal alza en el mundo, tiene una derecha que trata de inviabilizar la continuidad justamente de los gobiernos que logran esa proeza. Pero, ¿qué propuesta tiene la derecha en Argentina, en Venezuela, en Ecuador, en Brasil, entre otros países?
A falta de alternativas, propone el retorno a sus mismas políticas neoliberales, esas que han llevado a esos países a las peores crisis de su historia. Que han llevado a América latina a la quiebra de sus economías, a la alienación de sus bienes públicos, a la expropiación de los derechos de los trabajadores. Además de ya haber gobernado –en Argentina, en Brasil, en Uruguay, en Bolivia, en Venezuela, en Ecuador—, y de haber fracasado, sigue gobernando, con sus políticas, en otros países.
México fue el que quedó de los casos ejemplares que los organismos internacionales presentaban como exitosos. Fue el primer país en firmar un Tratado de Libre Comercio (Nafta) con Estados Unidos y con Canadá. El balance a 20 años de su entrada en vigencia no podía ser peor. La situación en México no permite otro análisis que no sea que el tratado ha sido bueno –como siempre– para la parte más fuerte, para EE.UU., y pésimo para México.
Pero otros países siguen el modelo neoliberal, como es el caso de Perú, que presenta, a lo largo de los últimos años, altos niveles de crecimiento de su PBI, pero sin que se alteren los pésimos índices sociales del país, haciendo que se sucedan presidentes que rápidamente pierden el apoyo popular y son derrotados al final de sus gobiernos.
¿Qué puede proponer la derecha para Argentina, por ejemplo? ¿Qué actitud puede tener frente a los gobiernos que han recuperado el país de la peor crisis de su historia? Van a cuestionar el modelo de crecimiento económico con distribución de renta? ¿Van a salirse de los procesos de integración regional? ¿Van a disminuir el tamaño del Estado, para volver a promover la centralidad del mercado? ¿Retomarán las políticas de paridad con el dólar? ¿Abolirán las políticas sociales, que han hecho que Argentina se recuperase de los terribles retrocesos impuestos a su pueblo por la dictadura militar y por el gobierno neoliberal?
¿No fue la derecha, con el gobierno de Cardoso, la que llevó Brasil a su más profunda y prolongada recesión, con un inmenso endeudamiento con el FMI, de los cuales Brasil sólo salió con el gobierno de Lula?
¿No fue la derecha la que prácticamente privatizó Pdvsa, la empresa estatal venezolana de petróleo, que intentó derrumbar el gobierno legítimamente elegido de Hugo Chávez con un golpe en 2002?
¿No fue la derecha la que intentó privatizar el agua en Bolivia, intento frustrado por la formidable movilización del pueblo boliviano, liderado por Evo Morales? ¿No fue esa misma derecha que intentó dividir al país, para buscar bloquear los extraordinarios avances del primer gobierno indígena de Bolivia?
¿No fue la derecha la que entregó las riquezas ecuatorianas en manos de Chevron, promoviendo una brutal contaminación de la Amazonia ecuatoriana? ¿No fue la derecha de ese país la que tuvo como candidato a la presidencia al más grande banquero de ese país?
¿No fue la derecha la responsable por los peores gobiernos que ha vivido el continente, las dictaduras militares y los gobiernos neoliberales? ¿No es la derecha la que quiere imponer un freno a los avances que los gobiernos progresistas han logrado y forzar un retroceso de gigantescas dimensiones en esos países?
Porque no puede decir qué haría, en caso de ganar, la derecha se limita a las críticas, a la difusión de un escenario pesimista sobre la economía y sobre el país, al denuncismo vacío. Porque sólo si al país le va mal, le puede ir bien a la derecha.
RECALDE, KICILLOF, VALLEJO, RIVADENEIRA, ERREJON Y MATIAS La mesa para los jóvenes
La última mesa del Foro Internacional por la Emancipación y la Igualdad tuvo, en la primera tarde de ayer, a sus participantes más jóvenes. El ministro de Economía, Axel Kicillof; la legisladora chilena Camila Vallejo; la ecuatoriana Gabriela Rivadeneira; el español Iñigo Errejón Galván y la portuguesa Marisa Matías expusieron largamente sobre “La Nueva Generación ante la disputa del presente”, el eje del panel en el que fueron moderados por Ricardo Forster, el secretario de Coordinación Estratégica para el Pensamiento Nacional y organizador del evento. A las experiencias personales, los panelistas sumaron recorridos detallados de los procesos políticos de los que son emergentes o forman parte: el kirchnerismo, el movimiento de estudiantes y trabajadores chilenos por una educación libre y pública, la “revolución ecuatoriana”, Podemos y las experiencias que los emulan en Portugal. A último momento se sumó el flamante precandidato del Frente para la Victoria a la Jefatura de gobierno porteño, Mariano Recalde. “Esta era política parió una juventud organizada que no va a parar hasta conseguir todo lo que falta. Vamos por todo”, arengó el titular de Aerolíneas Argentinas en uno de sus primeros actos de campaña.
“Esta es una mesa que reúne a quienes han entrado en el mundo de la pasión política para crear alternativas a las derechas”, introdujo Forster, quien, en su rol de moderador, aprovechó las últimas exposiciones del foro que culminó ayer para resumir aquellos días en el Cervantes. “Todos los participantes del foro son exponentes de la lucha por una sociedad más justa”, apuntó y comparó: “Ese es el espíritu del foro y también el del Ministerio de Cultura que confió en él”.
Tal vez la exposición más política de los tres días de conferencias fue la de Recalde, quien se sumó a la mesa de “los jóvenes”. Flamante precandidato a la jefatura de Gobierno porteño, el titular de Aerolíneas Argentinas e integrante de la mesa chica de La Cámpora ubicó a Néstor Kirchner y a Cristina Fernández en el centro del “renacer de la política” local. “Somos una generación que se enfrentó al imperialismo diezmada por la apatía, el individualismo y el neoliberalismo. A nosotros, que resistimos los ’90, que no confiábamos en nadie, nos llegó nuestro Perón”, enmarcó su arenga.
La llegada del kirchnerismo al poder “parió a una generación política que cuenta con una columna joven cada vez más fuerte, ideológica y organizada que llegó para disputar el presente y el futuro”, aseguró y, en ese sentido, añadió: “No vamos a parar hasta no ver un pobre en la Argentina, hasta ver más derechos, a la Latinoamérica unida y que las Malvinas vuelvan a ser argentinas”.
Recalde expuso sobre juventud y política casi al cierre de la mesa –la ponencia final fue de la portuguesa Matías–. La apertura estuvo a cargo de Kicillof, quien también tejió ideas en torno del kirchnerismo. Su generación, revisión, “viene de la militancia política”: “Somos hijos de la vuelta de la democracia, de la primavera alfonsinista. Eso fue lo que nos puso a militar y desde entonces no paramos. Esta primavera que vivimos lleva 12 años y seguimos”.
Para Kicillof, aquel momento de recuperación de la democracia fue “imborrable”, así como lo es el “resurgimiento de la República desde 2003”: “Entendimos entonces que el Estado debe ser un elemento de emancipación, que cuando representa los intereses de un pueblo es un instrumento poderoso. Y eso hemos construido en estos años: un gran instrumento de inclusión social”.
Entre aplausos y cantos peronistas (“Atención, atención, Camila te saludan los soldados de Perón”), Vallejo tomó la palabra. “Es tan diferente Argentina a la que cuentan los medios masivos de comunicación”, se asombró la jovencísima militante de las Juventudes Comunistas Chilenas que, tras liderar el movimiento de estudiantes y trabajadores por una educación gratuita y libre en Chile, ocupa una banca en la Asamblea Legislativa de ese país vecino. “Dicen los medios que lo que sucede en Argentina es populismo. Confunden populismo con el empoderamiento del pueblo, que aquí tiene un nivel de conciencia y movilización admirable”, elogió Vallejo. Desde su exposición, consideró que la lucha política es “transgeneracional” y que la prueba está en el movimiento que integró por la reforma educacional: “Logramos hacer síntesis de una larga lucha. Los movimientos no son espontáneos. Viene de muchos años de lucha, es la necesidad del pueblo chileno de tener un proceso de emancipación mayor”, apuntó e insistió en la necesidad de dar la “disputa política”. “Soy una convencida de que la mera conflictividad social, sin disputa política, no tiene sentido.”
Para la portuguesa Matías ése es el camino. “Tenemos que mirarnos en la izquierda y decirnos que tenemos que pelear la gran política”, propuso. Antes, y con la experiencia de Podemos a flor de piel, Errejón Galván coincidió: “Es mentira que la política es mala. Tenemos que recuperarla y ponerla bajo el control y servicio de los intereses colectivos”. Rivadeneira tomó el guante: “Sabemos que tenemos que luchar de pie por la verdadera libertad y emancipación de nuestros pueblos”, dijo en nombre de “todos los jóvenes” de Ecuador.
DURAS CRITICAS POR EL BENEFICIO A BLAQUIER Un fallo “llamativo”
La falta de mérito del empresario Carlos Blaquier dictada por la Cámara Federal de Casación en dos causas en las que tenía procesamiento firme por delitos de lesa humanidad fue repudiada por dirigentes sociales, funcionarios y legisladores. El secretario de Derechos Humanos, Martín Fresneda, consideró “llamativo que en una semana se dictaran tres fallos en beneficio de cómplices civiles de la última dictadura”, en referencia además al rechazo del pedido de indagatoria de Héctor Magnetto y Ernestina Herrera de Noble por la apropiación de Papel Prensa y a la falta de mérito dictada por un abogado recusado por sus antecedentes a favor de Vicente Massot, dueño del diario La Nueva Provincia de Bahía Blanca y acusado del homicidio de dos obreros gráficos. La diputada jujeña Milagro Sala, de la organización Tupac Amaru, afirmó que estas decisiones “dan cuenta de la complicidad de sectores del Poder Judicial con el empresariado que colaboró con la devastación de este país”. El titular de la Procuraduría de Crímenes contra la Humanidad, Jorge Auat, advirtió que los fallos a favor de Blaquier y Massot “son preocupantes”, porque “vuelven a instalar la idea de impunidad” en la sociedad, y agregó que “fallos como éstos no hacen más que reflejar que una parte de la estructura judicial se resiste a las investigaciones de delitos durante el terrorismo de Estado”.
El fallo que firmaron Gustavo Hornos, Juan Carlos Gemignani y Eduardo Riggi benefició a Blaquier y a su ex gerente Alberto Lemos, que tenían procesamiento confirmado por la Cámara Federal de Salta por los delitos de homicidio, privación ilegal de la libertad y tormentos en perjuicio de 26 víctimas, entre ellos el ex médico de la planta y ex intendente Luis Arédez, trabajadores y vecinos del ingenio Ledesma de Jujuy.
“Parece que la Justicia no quiere avanzar sobre este delito y en investigar la responsabilidad de los civiles implicados en el terrorismo de Estado. Estos fallos son malas noticias para las víctimas y para toda la sociedad”, afirmó Fresneda y aseguró que la secretaría “avanzará hasta la última instancia judicial posible”. El secretario de Promoción de Derechos Humanos, Luis Alen, adelantó que se analizará el fallo para “estudiar ir a la Corte Suprema y tomar otras medidas para que la causa continúe viva”. “Está visto que las causas sólo avanzan en este momento cuando nos referimos a integrantes de las Fuerzas Armadas y de seguridad, pero cuando se trata de civiles comprometidos en hechos de lesa humanidad las estructuras judiciales se resisten”, lamentó Alen.
En el mismo sentido opinó el fiscal general Auat, quien recordó que uno de los objetivos que se planteó la Procuraduría fue “ampliar la investigación a todo el fenómeno criminal de la dictadura, porque no fue sólo la cuestión de los cuarteles”. Auat admitió que ese obstáculo “nunca fue totalmente superado” y que el escenario actual “habilita a adoptar una estrategia que signifique superar esas dificultades”. “Si hablamos de terrorismo de Estado es fundamental analizarlo en su totalidad”, sostuvo, y citó a Theodor Adorno para remarcar que “la Justicia que no abarca la totalidad del crimen deja un sabor amargo a injusticia”. Para el titular de la Procuraduría “el objetivo de los investigadores es la Justicia y eso se logra solamente abarcando la totalidad del crimen”, en tanto la suspicacia “es una consecuencia lógica que surge de datos objetivos”.
Desde las organizaciones jujeñas Tupac Amaru, Frente Unidos y Organizados por la Soberanía Popular y Red de Organizaciones Sociales, las críticas apuntaron hacia “la complicidad de algunos sectores del Poder Judicial con los cómplices civiles de la dictadura militar”. “Desde nuestro espacio político y desde las organizaciones sociales vamos a continuar acompañando a los organismos de derechos humanos, levantando las banderas de la Memoria, la Verdad y la Justicia, y vamos a seguir exigiendo la democratización del Poder Judicial. Estas decisiones contrarias a la verdad no hacen más que dañar la democracia”, destacó Milagro Sala.
El diputado Carlos Raimundi, del Frente para la Victoria, contextualizó los fallos a favor de civiles “en un principio común y es que, lamentablemente, no se pudo llevar adelante una profunda reforma judicial”. “La Justicia Federal mantiene sus vínculos con los poderes concentrados y, en el caso de Blaquier, se suman los intereses locales. Recordemos que varios jueces se excusaron de juzgarlo”, destacó, y cuestionó las conductas “feudales” que aún existen en la República Argentina.
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