ACUERDO DE TEHERÁN CON OCCIDENTE, RUSIA Y CHINA
Un pacto nuclear con avances y desafíos futuros
En un mes la república de Irán deberá mostrar que moderó el enriquecimiento de uranio a cambio del fin de las sanciones a su economía.
Obama - El presidente de los Estados Unidos busca limitar el poderío iraní.
El 24 de marzo se cumple el plazo acordado entre Irán y los 5+1, compuesto por China, Estados Unidos, Francia, Reino Unido y Rusia, naciones con derecho a veto en la ONU, además de Alemania, para alcanzar la primera fase de amplio tratado que continuará en junio. El acuerdo debe contemplar el levantamiento de sanciones y la vía libre para que el país persa desarrolle un programa de energía nuclear pacífico. Occidente se quiere asegurar que Irán no aproveche su eventual capacidad de enriquecer uranio para construir una bomba atómica. Teherán siempre ha negado tener este objetivo y exige un levantamiento de las multas que ahogan su economía.
Días pasados, tras semanas de críticas de las voces más conservadoras por el rumbo de las conversaciones, y de posicionamientos que apelan a la defensa del interés nacional, como la reciente moción del Parlamento, el gobierno iraní recibió el apoyo de la máxima autoridad del país, el ayatolá Ali Jamenei. "Yo estaría conforme con el acuerdo previsto por el equipo negociador", dijo Jamenei.
El sábado pasado se difundió que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mantiene una relación epistolar con Jamenei para avanzar en esas negociaciones.
Las misivas no fueron confirmadas por las fuentes diplomáticas estadounidenses pero sí por funcionarios de la cancillería iraní, según el diario estadounidense Wall Street Journal.
Las fuentes iraníes confirmaron que en octubre Obama le envío la última carta en la que abordó como temas excluyentes "la posibilidad de cooperación entre Estados Unidos e Irán en la lucha contra el Estado Islámico si se podría llegar a un acuerdo nuclear entre ambos países".
El plan de negociaciones, alcanzado en Viena a fines del año pasado, indica que tras acordar los puntos principales, las partes tendrán otros tres meses para afinar detalles tácticos y de ejecución, que harán posible las restricciones al programa nuclear civil iraní, señalado por Estados Unidos, Europa e Israel como una pantalla para desarrollar armas nucleares.
Por eso, Obama volvió a advertir a la oposición republicana hace unas semanas, durante su último discurso del Estado de la Unión, que vetará cualquier intento de aprobar en el Congreso nuevas sanciones económicas contra la república islámica mientras continúen las negociaciones nucleares en Viena.
Pese a su deseo, días después de esa declaración, la comisión bancaria del Senado estadounidense aprobó un proyecto de ley a tratarse en marzo en el recinto, para endurecer las medidas económicas contra la república islámica en caso de no llegar a un acuerdo nuclear antes de junio.
Durante la pasada Conferencia de Seguridad realizada en Munich, el ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, aseguró que su país recibió en la última década más inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) "que cualquier otro país del mundo" y defendió la necesidad de que las partes "definan objetivos comunes". «
Días pasados, tras semanas de críticas de las voces más conservadoras por el rumbo de las conversaciones, y de posicionamientos que apelan a la defensa del interés nacional, como la reciente moción del Parlamento, el gobierno iraní recibió el apoyo de la máxima autoridad del país, el ayatolá Ali Jamenei. "Yo estaría conforme con el acuerdo previsto por el equipo negociador", dijo Jamenei.
El sábado pasado se difundió que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, mantiene una relación epistolar con Jamenei para avanzar en esas negociaciones.
Las misivas no fueron confirmadas por las fuentes diplomáticas estadounidenses pero sí por funcionarios de la cancillería iraní, según el diario estadounidense Wall Street Journal.
Las fuentes iraníes confirmaron que en octubre Obama le envío la última carta en la que abordó como temas excluyentes "la posibilidad de cooperación entre Estados Unidos e Irán en la lucha contra el Estado Islámico si se podría llegar a un acuerdo nuclear entre ambos países".
El plan de negociaciones, alcanzado en Viena a fines del año pasado, indica que tras acordar los puntos principales, las partes tendrán otros tres meses para afinar detalles tácticos y de ejecución, que harán posible las restricciones al programa nuclear civil iraní, señalado por Estados Unidos, Europa e Israel como una pantalla para desarrollar armas nucleares.
Por eso, Obama volvió a advertir a la oposición republicana hace unas semanas, durante su último discurso del Estado de la Unión, que vetará cualquier intento de aprobar en el Congreso nuevas sanciones económicas contra la república islámica mientras continúen las negociaciones nucleares en Viena.
Pese a su deseo, días después de esa declaración, la comisión bancaria del Senado estadounidense aprobó un proyecto de ley a tratarse en marzo en el recinto, para endurecer las medidas económicas contra la república islámica en caso de no llegar a un acuerdo nuclear antes de junio.
Durante la pasada Conferencia de Seguridad realizada en Munich, el ministro de Exteriores iraní, Javad Zarif, aseguró que su país recibió en la última década más inspecciones del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA) "que cualquier otro país del mundo" y defendió la necesidad de que las partes "definan objetivos comunes". «