jueves, 12 de febrero de 2015

ALEJANDRA GILS CARBO PRESENTARA MAÑANA A QUIENES QUEDARAN A CARGO DE LA UNIDAD AMIA Un equipo formado por varios fiscales

Por Raúl Kollmann
La procuradora Alejandra Gils Carbó presentará mañana a las 15 el nuevo equipo de fiscales que tendrá a su cargo la Unidad AMIA. De acuerdo con los trascendidos, será un equipo de cuatro fiscales, con un coordinador, pero los nombres se mantienen en estricta reserva. Gils Carbó se comprometió con los familiares de las víctimas y con la AMIA y la DAIA a designar fiscales que no son cercanos a ella, pero que tengan experiencia en investigaciones de crimen organizado y que estén dispuestos a trabajar en equipo. El team de fiscales decidirá su propia organización, lo que significa que es muy posible que se dividan el trabajo: una parte se ocupará del juicio por la causa llamada Encubrimiento, o sea la responsabilidad que hubo en el sembrado de pistas falsas; otra parte colaborará –si el fiscal a cargo del expediente lo desea– con la denuncia presentada por Alberto Nisman antes de morir y, lógicamente, otra parte del equipo deberá dedicarse a la investigación del atentado en sí mismo, a la pista internacional y a la conexión local.
Antes del anuncio público, mañana a las 15, Gils Carbó presentará el nuevo equipo a los familiares de las víctimas y seguramente también a la AMIA y la DAIA. Con todos ellos se reunió hace unos diez días para intercambiar opiniones y evaluar la forma en la que se haría la designación.
En aquellas reuniones se plantearon algunas cuestiones de importancia:
- Por de pronto, se pidió la designación de fiscales independientes, que no sean muy cercanos a la Procuración. También se requería que tuvieran experiencia en investigación de organizaciones criminales. Por lo que se sabe, algunos de los que se van a designar incluso investigaron partes del aparato del Estado y de Inteligencia.
- Memoria Activa, por ejemplo, sostuvo la idea de que debía haber un titular del equipo, es decir un liderazgo. En su momento, la Unidad AMIA estuvo integrada por dos fiscales, Nisman y Marcelo Martínez Burgos. No hubo convivencia posible y se terminaron acusando mutuamente. Incluso, Nisman formuló una imputación seria contra Martínez Burgos por reunirse con abogados vinculados a los acusados. Lo que requirió Memoria Activa es que se designara alguien a cargo del equipo. Según parece, la procuradora resolvió no entrometerse en ese aspecto: los integrantes del equipo dictarán su propia organización. Sí habrá una fiscal a cargo de la coordinación, o sea de organizar el trabajo.
- También los familiares pidieron que hubiera mayor transparencia en el manejo de la Unidad AMIA, incluyendo los aspectos económicos. Como se sabe, el propio fiscal Alberto Gentili, designado por Nisman, pidió que se dieran de baja los contratos de Diego Lagomarsino y Claudio Rabinovitch, a quienes la mayoría de los empleados de la Unidad no conocían y contaban con contratos siderales, 41.000 y 33.000 pesos mensuales respectivamente. “La autonomía de la Unidad AMIA era amplísima. La procuradora fue, y seguirá siendo, celosa custodia de esa autonomía, pero en el medio se generó un descontrol de los gastos y las designaciones que ahora quedó a la vista”, señalaron en la Procuración.
- La transparencia –según insistieron los familiares– debe abarcar el trato con las partes y los protagonistas del expediente. Los allegados de las víctimas consideran que Nisman privilegiaba a sus aliados, incluyendo –como se vio en los cables de Wikileaks– el vínculo con la Embajada de Estados Unidos y los Servicios de Inteligencia; algunos abogados de AMIA-DAIA, que se enteraban de las resoluciones antes que los propios familiares. Lo que se pidió es trato igualitario.
Con todos estos elementos, se enhebró la formación de un equipo de fiscales que –según trascendió– estuvieron de acuerdo en aceptar el cargo y trabajar conjuntamente.
Hay una cuestión que los propios fiscales elegidos deben resolver: cómo se dividirán el trabajo. Existe la idea de que se dividan las áreas, pero eso lo decidirán ellos mismos.
La Unidad AMIA con la conducción de Nisman abordaba los siguientes aspectos:
- La investigación del atentado en sí mismo. En este punto, el juez Rodolfo Canicoba Corral fue un duro cuestionador del trabajo de Nisman. Consideró que sus dictámenes estaban demasiado basados en informes de Inteligencia e insistió, por escrito, en que debía aportar pruebas judiciales. Además, le indicó que no había que estacionarse en la pista iraní, sino que debía avanzarse en la investigación de la pista siria y la conexión local.
- Es de máxima importancia el juicio por el llamado Encubrimiento. Las audiencias empezarán a mitad de año y están imputados el ex presidente Carlos Menem, el ex juez Juan José Galeano; los ex fiscales, el ex titular de la SIDE Hugo Anzorreguy y varios jefes de Inteligencia; el ex titular de la Unidad Antiterrorista Jorge “Fino” Palacios y el ex presidente de la DAIA Rubén Beraja. El origen de este juicio fue la denuncia realizada por el Tribunal Oral del caso AMIA, que consideró que la investigación fue “un armado al servicio de políticos inescrupulosos”. De eso se tratará el juicio: de pistas falsas, maniobras y desvíos en la causa AMIA.
- Respecto de la denuncia realizada por Nisman antes de morir, imputándoles encubrimiento a la Presidenta y el canciller, entre otros dirigentes, el fiscal natural del caso es Gerardo Pollicita, quien impulsará la acción en los próximos días. La Unidad AMIA colaborará con ese expediente sólo si Pollicita lo requiere.
- También está pendiente la apelación del Memorándum ante la Cámara de Casación. El fiscal natural es el fiscal ante la Casación, por lo que también la Unidad AMIA intervendrá sólo si se le requiere colaboración.
El equipo de fiscales deberá resolver si cada uno de los integrantes se ocupa de alguno de estos aspectos o si todos trabajan en la totalidad de las vertientes que tiene el caso AMIA. El momento de largada es mañana a las 15.

› AL RECINTO CON CAMBIOS El Senado va por la media sanción para la AFI

Ayer el secretario de Inteligencia, Oscar Parrilli, brindó una rueda de prensa en el Senado en la que anunció nuevos cambios al proyecto enviado por el Ejecutivo.
Adelantó que entre las modificaciones está otorgarle mayor transparencia a los gastos reservados y reducir el plazo de 25 a 15 años para la desclasificación de información reservada. También se pasó de cinco a tres la clasificación de los archivos: secreto, reservado y público. Parrilli añadió que “toda persona con interés legítimo podrá solicitar a las autoridades pertinentes la desclasificación de la información".
La sesión del Senado está convocada para las 14 y el oficialismo deberá conseguir junto a sus aliados el quórum para dar inicio al debate, ya que la oposición no participará y hará una "audiencia pública" para analizar la muerte del fiscal Alberto Nisman. Sólo el bloque del Peronismo Federal anunció que bajará al recinto, pero lo hará una vez comenzada la sesión.
Esta mañana, el Jefe de Gabinete Jorge Capitanich calificó como "vergonzosa" la ausencia de la oposición en los debates y su acuerdo "para derogar una ley que no ha sido sancionada". "Deben cumplir con su responsabilidad y si están en desacuerdo con una iniciativa del Poder Ejecutivo lo tienen que manifestar en el recinto y votar en contra", aseguró.
"El debate sobre la creación de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) ha sido profundamente abierto y democrático. Hemos recibidos las opiniones y posturas de especialistas que han formulado observaciones. Dentro del Senado hay legisladores que han estudiado muy profundamente esta iniciativa y han promovido cambios, en los que también participaron organismos no gubernamentales", remarcó Capitanich.

miércoles, 11 de febrero de 2015

“Las clases medias temían no poder distinguirse de los sectores populares”

Natalia Milanesio es la autora del libro Cuando los trabajadores salieron de compras, una investigación a través de la cual reconstruye los cambios que tuvieron lugar cuando vastos sectores se convirtieron en consumidores de modo masivo durante el peronismo clásico.
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Por Nahuel Placanica
A través de un abordaje integral, la investigación de Natalia Milanesio explora el consumo popular en los años del peronismo clásico indagando sobre las regulaciones estatales a la producción y el consumo, las transformaciones de la propaganda comercial, la inclusión social y regional del consumo y las tensiones generadas a partir de la irrupción del consumidor obrero en el mercado y el espacio público.
De esta manera, el trabajo de la autora permite una interpretación del peronismo y la clase obrera argentina desde la óptica del consumo, allí donde Pierre Bordieu supo encontrar la lucha de clases.
APU: ¿Qué lugar ocupaba el consumo popular durante los primeros gobiernos peronistas?

Natalia Milanesio:
 El aumento del consumo popular fue importantísimo durante el primer peronismo. Primero, el consumo fue parte del “círculo virtuoso” de industrialización, pleno empleo, altos salarios, y alta demanda que llevó a la incorporación efectiva de amplios sectores trabajadores al mercado como consumidores. Con trabajo y muy buenos salarios,  (el salario real creció el 62% entre 1946 y 1949, por ejemplo), que además fueron incrementados anualmente por el aguinaldo desde 1945,  los trabajadores tuvieron acceso a más y mejores productos de consumo masivo, desde alimentos hasta prendas de vestir y heladeras eléctricas. Esto tuvo un impacto fundamental en como el gobierno construyó su legitimidad: la propaganda oficial presentaba el aumento del consumo como un logro concreto que se contraponía con las paupérrimas condiciones de vida del pasado y con la situación de los trabajadores en otras partes del mundo.

El aumento del consumo fue, además, una manera concreta en que el gobierno peronista dio respuesta a deseos materiales no satisfechos entre la clase trabajadora y esto tuvo un efecto concreto en la identidad de clase y la identidad peronista.

APU: ¿Cómo experimentaban los sectores medios la inclusión al mercado del consumo de los sectores populares? ¿Estas tendencias se han extendido a lo largo del tiempo?

NM: Primero, los sectores medios experimentaron una sensación de invasión: básicamente la idea que los sectores trabajadores estaban “tomando” espacios que antes eran un cuasi monopolio de las clases medias y altas. La calle Florida en Buenos Aires y la ciudad de Mar del Plata son buenos ejemplos.

Segundo, el sentimiento de “confusión de clases”, es decir, las clases medias temían no poder distinguirse de los sectores populares. En diarios y revistas de la época así como en los testimonios orales es recurrente la figura de la empleada doméstica quien, vestida como la señora de la casa, no podía ser fácilmente distinguible de ésta.

Finalmente, muchos miembros de la clase media pensaban que muchos trabajadores eran “ostentosos” y resentían su estilo y su supuesto desenfado. Por supuesto estás eran percepciones e imágenes que circulaban en el imaginario colectivo, la realidad era más complicada tanto entre la clase media como los trabajadores. Es probable que algunas de estas tendencias se hayan extendido a lo largo del tiempo, pero han mutado, los contextos históricos determinan las interacciones entre las clases y los estereotipos sociales.

APU: En línea con lo anterior, ¿Puede pensarse un proceso de inclusión al mercado del consumo que no implique tensiones tan marcadas entre sectores populares y sectores medios?

NM: Es posible pero en el caso del proceso de inclusión a mediados del siglo veinte en Argentina, el peronismo fue un factor fundamental en el surgimiento y crecimiento de las tensiones. El gobierno peronista se presentó como defensor de la clase obrera por excelencia, como reparador de las injusticias históricas de los trabajadores y, de esta manera, dicotomizó el discurso político y social. En el imaginario peronista, la "oligarquía" era egoísta, vende-patria, y usurera y  los partidos de izquierda habían desprotegido a los trabajadores y sus intereses. Como consecuencia, el campo social y político se dividió sobre la base de estas tensiones.

APU: ¿Por qué el Estado peronista aumentó los controles sobre la calidad de los productos?

NM: 
Especialmente en el caso de los productos alimenticios, el control tuvo dos razones fundamentales: la defensa de la salud y la defensa del bolsillo. Inspecciones bromatológicas y la aprobación del Código Alimentario, por ejemplo, estuvieron ligadas a la protección de la salud de la familia obrera. Históricamente, los trabajadores habían tenido acceso a los productos de menor calidad mientras el peronismo buscó dignificar la dieta popular. Desde el punto de vista económico, los alimentos corresponden históricamente al 50 por ciento del presupuesto familiar. Asegurar al consumidor que el producto que compra es verdaderamente lo que indica la publicidad o la etiqueta es una forma de defender el poder de compra del salario: aceite de maní que se vendía como de oliva o girasol, o leche adulterada con agua no eran necesariamente peligrosos para la salud pero el consumidor obrero estaba injustamente pagando por el producto más de lo que realmente valía. El control de la publicidad, pesos, etiquetación, y envases, además de la calidad concreta de los alimentos, sirvió para defender al consumidor de potenciales fraudes.

APU: En el sentido de la pregunta anterior, ¿Ve algún paralelo con las reformas legislativas impulsadas por el gobierno nacional actual en la materia, por ejemplo, el fuero judicial creado específicamente para los consumidores?

NM: A simple vista la intervención del gobierno actual en la formación de precios y los subsidios e incentivos al consumo podrían hacer recordar las características del peronismo clásico pero, en realidad, hay diferencias. El consumo del peronismo clásico estuvo intrínsecamente ligado a una política exitosa de pleno empleo, industrialización y ausencia o baja inflación  en vez de un mercado laboral inestable, desempleo, recesión, retiro de capitales, inflación, e inestabilidad ligada a los mercados internacionales. Para el peronismo clásico, el consumo estaba más vitalmente ligado a la figura del trabajador industrial próspero y al derecho al bienestar.

APU: ¿Qué importancia reviste el estudio del consumo para la historiografía?

NM: En las historiografías europeas y Norteamérica, el consumo es un área de estudio fundamental. Los historiadores lo han abordado desde el punto de vista político, social, cultural, en el contexto del capitalismo, el comunismo, las cuestiones de género, el desarrollo de identidades. En la historiografía latinoamericana, en cambio, es un área que recién comienza a estudiarse: hay muchísimo por hacer. El caso argentino sigue este patrón: hay muy pocos trabajos y el campo tiene muchísimo para ofrecer. En mi caso, por ejemplo, la historia del consumo en Argentina está extremadamente influenciada por ideas provenientes de la antropología, la sociología y el análisis cultural del consumo. En este sentido,  el consumo es mucho más que un acto económico, es decir, es un fenómeno multifacético que incluye prácticas como comprar, usar, exhibir, ostentar y desear y que implica relaciones complejas entre los sujetos sociales y entre éstos y los objetos. En muchas de las historias orales que recopilé, por ejemplo, la compra de la primera heladera eléctrica o cocina a gas en hogares trabajadores quedó en la memoria como un hito en la historia de la familia: un signo de confort y de modernidad, un elemento de distinción, una herencia para los hijos.

Segundo, el consumo es un espacio y una práctica para la construcción de identidades sociales: a través del consumo los sujetos se expresan, se diferencian de otros y establecen formas de pertenencia y status social. El consumo es un mecanismo  de significación para decir quiénes somos o quienes queremos ser y para establecer barreras entre nosotros y los otros. Las clases medias durante el peronismo buscaron afanosamente diferenciarse de los trabajadores a través de la vestimenta, la estética del hogar, los gustos culturales: se presentaban así mismas como “decorosas” y estereotipaban a los obreros como “ostentosos”.

Tercero,  el consumo es un campo de conflicto y de disputa entre sujetos y sectores con distintas identidades de clase, de género, políticas, raciales, nacionales. Por ejemplo, la creciente independencia económica y participación en el mercado de consumo de las mujeres a mediados de siglo generó profundas tensiones de género, desde disputas por la administración del dinero hasta acusaciones esgrimidas por los hombres contra las mujeres por pasar más tiempo en las tiendas que en el hogar y, por ende, desertar a sus roles de esposas, madres, y amas de casas.

“Otra vez, una parte del Poder Judicial se arrodilla frente a Magnetto”

El titular del AFSCA, Martín Sabbatella, se refirió al fallo que suspende la adecuación de oficio del Grupo Clarín. El trámite había sido solicitado por periodistas de la empresa.
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“Avergüenza ver cómo algunos miembros del Poder Judicial se vuelven a arrodillar frente a Magnetto y le hacen favores a una corporación económica que demostró una y otra vez no querer cumplir las leyes de la Democracia”, señaló Martín Sabbatella en relación a la nueva medida cautelar que favorece al Grupo Clarín con la interrupción de la adecuación de oficio de esa compañía.
“Queda probado una vez más que una parte de la corporación judicial está aliada y al servicio de grandes empresarios para favorecer la concentración y consagrar privilegios que la ley prohíbe; esa parte del Poder Judicial trabaja para garantizarle a Magneto que pueda violar la ley de medios”, opinó el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, y consideró que “la historia los recordará como mandaderos del poder económico y mediático, que tergiversaron argumentos jurídicos con el sólo objetivo de garantizar la impunidad y los privilegios de grupos concentrados”. “Es grave que una corporación económica aspire a hacer trampas y evadir la ley; pero mucho más grave e inconcebible es que una parte del Poder Judicial ayude a que esa corporación lo logre”, afirmó.

Según publicó hoy el Centro de Información Judicial (CIJ), el juez Pablo Cayssials, titular del Juzgado Nacional en lo Contencioso Administrativo Federal N° 9, dispuso la suspensión de la resolución 1121/14 de AFSCA, en virtud de la cual se había ordenado la transferencia de oficio del Grupo Clarín. Fue en el marco de una causa iniciada por los periodistas Julio Blanck, Nelson Castro, Jorge Fernández Díaz, Jorge Lanata, Alfredo Leuco, Marcelo Longobardi, Joaquín Morales Solá, Magdalena Ruíz Guiñazú y Eduardo van der Kooy.

“El argumento mentiroso que avala el juez es que la adecuación de oficio podría vulnerar la libertad de expresión y significar una censura indirecta contra esos periodistas, lo cual está demostrado que es absolutamente falso; ya no dicho por quienes trabajamos junto a la presidenta Kirchner por la aplicación de esa ley, sino por la propia Corte Suprema de Justicia de la Nación”, explicó Sabbatella al recordar los fundamentos del fallo del máximo tribunal que convalidó la constitucionalidad de toda la ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
“Volver hacia atrás en lo ya analizado y resuelto por la Justicia en su máxima instancia es de una enorme gravedad institucional y persigue el único objetivo de quitarle al Estado las herramientas legales con las que cuenta para garantizar la pluralidad, la libertad, la diversidad y el trabajo de miles de periodistas, técnicos y profesionales de la comunicación en todo el país”, señaló el funcionario nacional y agregó: “El único riesgo contra la libertad de expresión es la concentración empresaria; por eso nuestra ley es un ejemplo en el mundo en la lucha por garantizar que surjan más y más voces”.

Sabbatella señaló que “la ley de medios no es la única norma transformadora que el Poder Judicial impide aplicar”,  y concluyó: “Un sector grande de la Justicia funciona como un poder conservador que se dedica a frenar los avances transformadores de los otros poderes del Estado; son como una especie de vetadores compulsivos de los cambios que el Gobierno y el Congreso promueven a favor del Pueblo. Y ese compartimiento es fruto de un poder que no se democratizó y que tiene a muchos de sus miembros colonizados por las corporaciones económicas y mediáticas”.

"Es lamentable que Piumato forme parte de una estrategia desestabilizadora"

Vanesa Siley es la secretaria de la Seccional Capital Federal del Gremio de Judiciales. Sobre la marcha del 18F: "Son sectores que siempre han operado contra los trabajadores judiciales".
Por Enrique de la Calle
APU: ¿Cuál es la visión de la seccional sobre la “marcha de los fiscales” del próximo 18 de febrero?
Vanesa Siley: En principio, es bueno saber quiénes son los personajes que convocan a la marcha. Entre ellos están Guillermo Marijuán, Ricardo Sáenz, Carlos Stornelli, José Campagnoli. Después hay otros que no salieron personalmente a convocar, como Germán Moldes, que es la cabeza en las sombras de este grupo. Todos ellos tienen un rasgo en común que es su relación con los servicios de inteligencia, con los grupos económicos y mediáticos. En el poder judicial hay sectores conservadores y otros populares. Este grupo se opuso a la democratización de la justicia, rechazaron la reforma del código procesal penal, que es parte de ese debate, ya que se pasa al sistema acusatorio. Es un sector que se enfrentó con Alejandra Gils Carbó.
La Seccional 2 - Capital Federal, del gremio de empleados judiciales, siempre enfrentó a esos sectores judiciales. Por eso rechazamos esta convocatoria que tiene un claro perfil opositor al gobierno y a cualquier avance del campo popular. Por supuesto creemos que cualquiera puede marchar y expresarse en el espacio público. Pero no hay que engañar a la sociedad.
APU: ¿Qué opina sobre el apoyo de Julio Piumato, secretario general del gremio, a la marcha?
VS: No sé si Piumato adhiere en términos personales o gremiales. Como seccional no fuimos invitados a participar en las discusiones. Tampoco sé si hubo discusión sobre este tema. Además, no hubo un comunicado de la comisión directiva del gremio, por lo que no sé si es una posición oficial. Hasta acá es un acompañamiento personal.
APU: ¿Qué le genera que un dirigente gremial acompañe ese tipo de marcha?
VS: Es lamentable. La tradición histórica del movimiento obrero organizado es luchar contra los sectores concentrados de la economía, contra la derecha, porque ellos luchan contra nosotros. Que un dirigente sindical acuerde la estrategia desestabilizadora con esos sectores es lamentable. No podemos ignorar que existe una estrategia desestabilizadora. Es una marcha que hay que leer en un panorama más general, que vas más allá de la muerte del fiscal Nisman. Los trabajadores no podemos acompañar esa marcha porque jamás podemos formar parte de una estrategia desestabilizadora.
Además, en términos específicos de los trabajadores gremiales, hay que decir que siempre estos sectores mafiosos han operado contra nuestros intereses. Siempre hemos luchado, en términos gremiales, contra estos sectores. La marcha del 18 de febrero no la conducen los trabajadores, la conducen esos sectores mafiosos.
APU: Se trata además de fiscales muy cuestionados por muchos sectores de la sociedad.
VS: Algunos de ellos fueron señalados por la agrupación Memoria Activa, por ejemplo, por entorpecer la causa por encubrimiento del atentado a la AMIA. Moldes tiene relación con el Grupo Uno, de Manzano. Además estuvo vinculado con la causa de tráfico de armas en los 90. El Poder Judicial esconde a estos personajes de la visión de la gente común.
APU: Por último: se refirió a la relación entre Poder Judicial y servicios de Inteligencia. ¿Cómo analiza los cambios propuestos en relación a la ex SIDE?
VS: No tenemos un análisis minucioso del tema. Soy abogada laboralista, por lo tanto no soy una especialista en el tema. Además, en la justicia de la Ciudad no tenemos fueros penales, tenemos delitos transferidos de la justicia nacional pero son menores. En términos políticos entiendo que hay una necesidad y un compromiso para reformar la SIDE. Hay todo un entramado que da cuenta del poder concentrado en la Argentina y que es necesario reformar. La SIDE es parte de ese entramado. Es un debate largo que hay que dar. El CELS ha propuestos cambios que se han considerado. Las discusiones se dan cuando tocan, no se eligen.

Por qué será que nadie "es" Ismael

"Yo soy Nisman", "Je suis Charlie Hebdo", son consignas que fueron furor en las redes sociales en las últimas semanas. Sin embargo, la nueva muerte de un joven pobre (¿otra vez a manos de la policía?) fue ignorada por casi todos.
Por Rodrigo Lugones
Conocí a Ismael allá por los años 2009/2010 (no soy muy bueno con las fechas). En ese momento tocaba con Javier, su cuñado (un gran bajista del cual me distancié, unos años más tarde, por cuestiones personales). Charlamos en varias oportunidades y hasta nos hemos tomado alguna cerveza mientras charlamos de rocanrol. Le gustaban Los Gardelitos y La Renga. Un pibe como cualquiera.
Vivía en Libertad y solía ir muy seguido para la casa de Javi, sobre todo a la tarde, en ese momento en el que el sol pega lo suficiente como para aplacarlo con una "fresca". No fuimos amigos, fue una relación circunstancial y mediada la que mantuvimos y, sin embargo, esto no evita la sorpresa que me despertó la noticia, la bronca, y la sensación de impotencia. Cuando vi su foto en las redes sociales su cara me remitió a algún conocido. Suele pasar, cuando uno es habitué de ciertos ambientes, cuando uno se relaciona en ciertos entornos, conoce mucha más gente de la que puede recordar y es difícil que pueda identificarla.
Mi duda permaneció conmigo hasta ayer, cuando charlaba con un amigo sobre el hecho, y me dijo que quién había muerto era, sin más, que el “cuñado de Javi”. Las fuerzas de (in)seguridad, una vez más - parece - llevaron adelante, de manera natural, el plan que, consciente o inconscientemente, el sistema tiene para los pibes humildes (como lo hizo con Walter, Luciano y Rubén).
Sin embargo, paradójicamente, nadie "es" Ismael. Todos dijeron "ser" Nisman, todos, hipócritamente, fueron Charlie Hebdo (claro, el pensamiento dominante es eficaz, efectista, tuitero). Pero, al día de hoy, todavía no vemos miles de hashtag que marquen tendencia mundial pidiendo justicia por un pibe muerto, de barrio, negro, y del palo del rock and roll. Obviamente, la autoconciencia pacata es selectiva, no "confunde".
Las limitaciones del actual proceso político sin duda son muchas. Sin embargo, su valor reside en lograr poner en el centro de la escena los principales debates que las sociedades contemporáneas deben dar (vemos hoy como Podemos y Syriza toman rumbos similares a los latinoamericanos). Lo que logra el espíritu de este tiempo es generar discusiones "hacia adentro", incluso, del mismo espacio político. Porque una construcción real rebasa los límites de sus propias imposibilidades, y crea lo nuevo.
Lo que necesitamos, para que no haya más Ismael, ni Luciano, ni Rubén, es profundizar un camino de transformación política, que cuestione los fundamentos y los supuestos básicos sobre los que se estructura la sociedad argentina. La batalla es cultural, ideológica, política, económica, y por la búsqueda de justicia (justicia social, justicia legal). No podemos permitir retrocesos de estas características, que nos hablan de una lógica perimida, retrógrada, reaccionaria. Es en estos acontecimientos donde esa vieja frase de Gramsci toma su radical potencia: "lo viejo no termina de morir, y lo nuevo no termina de nacer".

Discurso de Eva Perón 17-10-1951