Por Raúl Kollmann
La procuradora Alejandra Gils Carbó presentará mañana a las 15 el nuevo equipo de fiscales que tendrá a su cargo la Unidad AMIA. De acuerdo con los trascendidos, será un equipo de cuatro fiscales, con un coordinador, pero los nombres se mantienen en estricta reserva. Gils Carbó se comprometió con los familiares de las víctimas y con la AMIA y la DAIA a designar fiscales que no son cercanos a ella, pero que tengan experiencia en investigaciones de crimen organizado y que estén dispuestos a trabajar en equipo. El team de fiscales decidirá su propia organización, lo que significa que es muy posible que se dividan el trabajo: una parte se ocupará del juicio por la causa llamada Encubrimiento, o sea la responsabilidad que hubo en el sembrado de pistas falsas; otra parte colaborará –si el fiscal a cargo del expediente lo desea– con la denuncia presentada por Alberto Nisman antes de morir y, lógicamente, otra parte del equipo deberá dedicarse a la investigación del atentado en sí mismo, a la pista internacional y a la conexión local.
Antes del anuncio público, mañana a las 15, Gils Carbó presentará el nuevo equipo a los familiares de las víctimas y seguramente también a la AMIA y la DAIA. Con todos ellos se reunió hace unos diez días para intercambiar opiniones y evaluar la forma en la que se haría la designación.
En aquellas reuniones se plantearon algunas cuestiones de importancia:
- Por de pronto, se pidió la designación de fiscales independientes, que no sean muy cercanos a la Procuración. También se requería que tuvieran experiencia en investigación de organizaciones criminales. Por lo que se sabe, algunos de los que se van a designar incluso investigaron partes del aparato del Estado y de Inteligencia.
- Memoria Activa, por ejemplo, sostuvo la idea de que debía haber un titular del equipo, es decir un liderazgo. En su momento, la Unidad AMIA estuvo integrada por dos fiscales, Nisman y Marcelo Martínez Burgos. No hubo convivencia posible y se terminaron acusando mutuamente. Incluso, Nisman formuló una imputación seria contra Martínez Burgos por reunirse con abogados vinculados a los acusados. Lo que requirió Memoria Activa es que se designara alguien a cargo del equipo. Según parece, la procuradora resolvió no entrometerse en ese aspecto: los integrantes del equipo dictarán su propia organización. Sí habrá una fiscal a cargo de la coordinación, o sea de organizar el trabajo.
- También los familiares pidieron que hubiera mayor transparencia en el manejo de la Unidad AMIA, incluyendo los aspectos económicos. Como se sabe, el propio fiscal Alberto Gentili, designado por Nisman, pidió que se dieran de baja los contratos de Diego Lagomarsino y Claudio Rabinovitch, a quienes la mayoría de los empleados de la Unidad no conocían y contaban con contratos siderales, 41.000 y 33.000 pesos mensuales respectivamente. “La autonomía de la Unidad AMIA era amplísima. La procuradora fue, y seguirá siendo, celosa custodia de esa autonomía, pero en el medio se generó un descontrol de los gastos y las designaciones que ahora quedó a la vista”, señalaron en la Procuración.
- La transparencia –según insistieron los familiares– debe abarcar el trato con las partes y los protagonistas del expediente. Los allegados de las víctimas consideran que Nisman privilegiaba a sus aliados, incluyendo –como se vio en los cables de Wikileaks– el vínculo con la Embajada de Estados Unidos y los Servicios de Inteligencia; algunos abogados de AMIA-DAIA, que se enteraban de las resoluciones antes que los propios familiares. Lo que se pidió es trato igualitario.
Con todos estos elementos, se enhebró la formación de un equipo de fiscales que –según trascendió– estuvieron de acuerdo en aceptar el cargo y trabajar conjuntamente.
Hay una cuestión que los propios fiscales elegidos deben resolver: cómo se dividirán el trabajo. Existe la idea de que se dividan las áreas, pero eso lo decidirán ellos mismos.
La Unidad AMIA con la conducción de Nisman abordaba los siguientes aspectos:
- La investigación del atentado en sí mismo. En este punto, el juez Rodolfo Canicoba Corral fue un duro cuestionador del trabajo de Nisman. Consideró que sus dictámenes estaban demasiado basados en informes de Inteligencia e insistió, por escrito, en que debía aportar pruebas judiciales. Además, le indicó que no había que estacionarse en la pista iraní, sino que debía avanzarse en la investigación de la pista siria y la conexión local.
- Es de máxima importancia el juicio por el llamado Encubrimiento. Las audiencias empezarán a mitad de año y están imputados el ex presidente Carlos Menem, el ex juez Juan José Galeano; los ex fiscales, el ex titular de la SIDE Hugo Anzorreguy y varios jefes de Inteligencia; el ex titular de la Unidad Antiterrorista Jorge “Fino” Palacios y el ex presidente de la DAIA Rubén Beraja. El origen de este juicio fue la denuncia realizada por el Tribunal Oral del caso AMIA, que consideró que la investigación fue “un armado al servicio de políticos inescrupulosos”. De eso se tratará el juicio: de pistas falsas, maniobras y desvíos en la causa AMIA.
- Respecto de la denuncia realizada por Nisman antes de morir, imputándoles encubrimiento a la Presidenta y el canciller, entre otros dirigentes, el fiscal natural del caso es Gerardo Pollicita, quien impulsará la acción en los próximos días. La Unidad AMIA colaborará con ese expediente sólo si Pollicita lo requiere.
- También está pendiente la apelación del Memorándum ante la Cámara de Casación. El fiscal natural es el fiscal ante la Casación, por lo que también la Unidad AMIA intervendrá sólo si se le requiere colaboración.
El equipo de fiscales deberá resolver si cada uno de los integrantes se ocupa de alguno de estos aspectos o si todos trabajan en la totalidad de las vertientes que tiene el caso AMIA. El momento de largada es mañana a las 15.