domingo, 2 de noviembre de 2014

LA CONTRA Falsos positivos Walter Goobar

La historia del cinematográfico tiroteo que este lunes protagonizó en la zona de Retiro la custodia del fiscal Carlos Stornelli contra una presunta horda de 16 temibles colombianos hace aguas por todas partes: nadie ha podido explicar cuál era el delito que pretendían cometer y que éste fuese tan rentable o arriesgado para justificar el alquiler de tres autos en Pilar, dos motos de alta cilindrada y que requiriera semejante dotación de personal armado solamente con punzones. El modus operandi no responde a un asalto, ni a un secuestro a punta de punzón y menos aún a un robo tipo piraña contra el auto blindado en el que se desplazaba el fiscal y ex ministro de Seguridad bonaerense, que en escasos 54 días de gestión desmanteló por completo la profunda reforma policial llevada a cabo por su antecesor, León Carlos Arslanian.
Es cierto que los antecedentes penales de los siete detenidos –que se entregaron sin oponer resistencia porque quedaron atrapados en el peaje de la autopista Illia y que, según las pruebas de parafina, no dispararon un solo tiro–, deben haber sido decisivos para que resultaran seleccionados o reclutados como extras en este dudoso casting para frustrados émulos de Pablo Escobar, pero, a menos que estuvieran filmando una nueva temporada de la exitosa serie El Patrón del Mal, nunca se necesitaron tantos extras colombiamnos para escenificar el robo de un auto. 
Si bien Pablo Escobar Gaviria comenzó su carrera criminal como simple ladrón de autos, el presunto enfrentamiento deja abiertas más intrigas que cualquier telenovela colombiana.
La ex ministra de Seguridad de la Nación y actual embajadora argentina ante la OEA, Nilda Garré, quien hasta ahora se había abstenido de opinar sobre temas de seguridad, rompió el silencio que se había impuesto y vía Twitter lanzó una andanada de sospechas por el tiroteo que involucra a la custodia de Stornelli.
Garré tuiteó: “Que la Policía dispare en una zona poblada es un disparate. Menos mal que no hubo víctimas. Stornelli dice que él quedo en la línea de fuego”. Y agregó: “Por qué Stornelli lleva tanta custodia de Policía Federal?”.
La custodia de Stornelli está conformada por miembros de la Policía Federal, que hoy depende del Secretario de Seguridad, Sergio Berni, quien en lugar de cuestionar la reacción de esos custodios que dispararon sobre los sospechosos desarmados, en pleno procedimiento reclamó la sanción del nuevo Código Penal, que incluye la polémica deportación para los extranjeros que delincan y sean sorprendidos “in fraganti” en el hecho. Sin embargo, debido a la situación irregular de ingreso al país por parte de los colombianos, la ley actual permite expulsarlos del país.
Berni no fue muy sutil en plantear la necesidad de la reforma y vincularla con lo ocurrido con Stornelli: habló de “infección de extranjeros que delinquen” y expresó: “Empieza la semana y ya hay siete delincuentes extranjeros detenidos”.
El incidente de Stornelli, las capuchas con las siglas PFA sobre las cabezas de los detenidos, los tweets de Nilda Garré, sumado al acuartelamiento policial en Caleta Olivia, ponen en blanco sobre negro el intento de generalizar la contrarreforma de las fuerzas de seguridad, que –con excepción de la Policía de Seguridad Aeroportuaria y la Metropolitana– han vuelto a autogobernarse. Hasta la Gendarmería ha perdido el respeto del que gozaba hace unos años.
El episodio de los colombianos huelo demasiado a una puesta en escena por parte de las propias fuerzas de seguridad destinada a sobredimensionar a un supuesto enemigo y conseguir carta franca para un combate simulado. Si hay alguien que de esto sabe mucho es el ex presidente colombiano Álvaro Uribe, quien hace menos de una semana estuvo en Buenos Aires para asesorar a los candidatos Sergio Massa y Mauricio Macri. Uribe –que posee el legajo número 82 de una de las agencias de inteligencia de EE.UU., lo que le ha valido el mote de “narcopresidente”– fue el inventor de los falsos positivos, una “táctica que consistía en asesinar estudiantes, campesinos y sindicalistas opositores y hacerlos aparecer como guerrilleros muertos en combate. De esta manera, Uribe sobredimensionaba a la guerrilla y las fuerzas de seguridad se llevaban los laureles y los presupuestos de las falsas victorias.
El jueves 23 de octubre, Macri y Massa se reunieron con el genocida Uribe, implicado con la formación de bandas paramilitares y también acusado de espiar a sus opositores en forma ilegal y ordenar crímenes de lesa humanidad durante los ocho años de su gobierno. Por si fuera poco, el presidente venezolano Nicolás Maduro lo acaba de sindicar como autor intelectual del asesinato del legislador chavista Robert Serra.

Macri y Massa presentaron a Uribe como el “campeón” de la lucha contra el narcotráfico. Quizá Massa y Macri no estén enterados, pero tres de los jefes de seguridad de su gobierno están siendo juzgados y uno de ellos, un ex general, fue extraditado a Estados Unidos por sus actividades como narco con los paramilitares de las Autodefensas Unidas de Colombia, tristemente conocidas como fuerzas paramilitares.
El propio hermano de Uribe, Santiago, ya fallecido, estaba acusado de formar parte de Los Doce Apóstoles, un grupo paramilitar, y la que fue su pareja también está siendo juzgada en Estados Unidos.
En los archivos de la DIA, la Agencia de Inteligencia de la Defensa de los Estados Unidos, Álvaro Uribe tiene el legajo número 82, que está rotulado como “Confidencial” y está a sólo tres puestos del de Pablo Escobar Gaviria, el extinto capo del Cartel de Medellín, que lleva el número 79. 
 La ficha 82, fechada el 23 de septiembre de 1991, dice textualmente: 
 “Álvaro Uribe Vélez. Político colombiano y senador dedicado a colaborar con el Cartel de Medellín a altos niveles gubernamentales. Uribe ha sido vinculado a negocios relacionados con drogas en Estados Unidos. Su padre fue asesinado en Colombia debido a sus conexiones con los traficantes de drogas. Uribe ha trabajado para el Cartel de Medellín y es amigo personal cercano de Pablo Escobar Gaviria. Él (Uribe) ha participado en la campaña política de Escobar para ganar el puesto de parlamentario suplente de Jorge Ortega. Uribe ha sido uno de los políticos que desde el Senado han atacado todas las formas del Tratado de Extradición (de Colombia con los Estados Unidos) (…)”, dice la ficha de la DIA.

Un supermartes para los halcones El conservador Partido Republicano llega, según los sondeos, más consolidado que los demócratas a las elecciones intermedias de esta semana. Incluso, podría pasar a ser mayoría en el Senado. Eduardo J. Vior. Periodista

Un supermartes para los halcones


A pesar de algunas incertidumbres regionales, todos los pronósticos para las elecciones legislativas de este martes 4 de noviembre indican que el Partido Republicano (Grand Old Party, GOP, en inglés) conquistará la mayoría del Senado de EE.UU. Combinado con el dominio que tiene en la Cámara de Representantes, surgirá entonces lo que se conoce como “gobierno compartido”: el Ejecutivo y el Congreso deberán acordar en todos los ámbitos legislativos, so pena de bloquearse mutuamente. En cualquiera de las dos alternativas se presenta un panorama interno devastador y la certeza de que el imperio descargará su crisis en el exterior.
Los republicanos están capitalizando la frustración del electorado con las políticas de Obama. El seguro de salud accesible (llamado popularmente Obamacare) funciona mal y no fue introducido en muchos Estados republicanos, porque los gobiernos estaduales tienen potestad para bloquear su introducción. La reforma migratoria, para documentar a 12 millones de extranjeros, está frenada por falta de acuerdo entre los partidos. La infraestructura está en un estado calamitoso. En varios Estados crece la resistencia contra la fracturación de rocas para extraer el petróleo y gas de esquistos. La economía ha crecido en el último trimestre un 3,5% anual, pero sólo por la reducción del déficit comercial y el aumento de los gastos militares.
En las elecciones del 4 de noviembre se renuevan 33 bancas de la llamada Clase II del Senado de EE.UU. Desde la sanción de la Constitución en 1789 el Senado se divide en tres clases de 33 o 34 senadores cada una que se renuevan alternadamente cada dos años. El cuerpo se compone de un total de cien senadores y se necesitan 51 para tener la mayoría. El mandato dura seis años. En esta elección se vota en 33 estados, pero solamente un senador en cada uno. Desde principios del siglo XIX la Clase II representa entre el 50% y el 60% de la población norteamericana. Además de las bancas de esta clase se renuevan otras tres por motivos diversos (muerte o retiro de los titulares).
De los 36 cargos que deben elegirse ahora, 21 pertenecen al Partido Demócrata y 15 al Partido Republicano. Este martes también se elegirán miembros de la Cámara de Representantes (cuya mayoría republicana está garantizada), los gobernadores de los mismos estados y numerosas legislaturas estaduales.
Para alcanzar la mayoría, los republicanos necesitan 51 senadores, seis más de los actuales. A los demócratas, en cambio, les bastaría con conservar 48, si los independientes Angus King (Maine) y Bernie Sanders (Vermont) continúan votando con ellos y el vicepresidente Joe Biden, como presidente del Senado, desempata en caso de paridad. Sin embargo, los independientes han insinuado que podrían aliarse con los republicanos. Si otros dos independientes (Greg Orman en Kansas y Larry Pressler en Dakota del Sur) obtienen bancas, podría formarse un bloque independiente de cuatro miembros con alianzas cambiantes, aumentando así la inestabilidad política.
Para conquistar el Senado, los candidatos del GOP deberán derrotar a algunos líderes demócratas, lo que su partido nunca consiguió desde 1980. Dada la paridad que se registra en Luisiana y Georgia, podría suceder además que haya que esperar los balotajes en enero, para definir la mayoría del Senado.
Si los republicanos conquistan la mayoría del Senado, aumentarían la parálisis política actual y la polarización del país. Intentarán desmantelar el “Obamacare” y trabar la agenda legislativa del Presidente, particularmente la reforma inmigratoria para documentar a los 12 millones de inmigrantes que viven sin documentos de identidad.
Para frenar este avance, los demócratas están concentrando sus esfuerzos en algunos estados claves, como New Hampshire y Carolina del Norte, donde la inyección de donaciones para la campaña elevó el costo de cada banca a cien millones de dólares. Al mismo tiempo, para evitar críticas, se despegan del presidente y han lanzado al ruedo a Bill y Hillary Clinton, que han apoyado a sus compañeros de partido en varios Estados. Esta última, en particular, está calentando los motores en vistas a la elección presidencial de 2016.
Subrayando la polarización y las dimensiones de la batalla que se está librando, incluso periódicos de izquierda liberal, como The Nation, están apoyando a los candidatos demócratas, para evitar que una mayoría republicana en el Senado traiga la parálisis o –lo que temen aún más– el cogobierno entre Obama y la derecha. En un editorial del pasado martes 28, el histórico vocero de la izquierda norteamericana refutó la noción extendida entre los progresistas de que, ante el sesgo conservador del gobierno de Obama, una victoria republicana no cambiaría nada.
“Los republicanos no sólo son una cuadrilla de demolición de las pocas conquistas que los trabajadores y las minorías han alcanzado bajo este gobierno –argumenta el editorial–, sino que podrían apoyar al presidente en iniciativas negativas que actualmente son frenadas por el presidente del bloque demócrata de senadores, Harry Reid, como por ejemplo el otorgamiento al presidente de facultades especiales en temas candentes como la Asociación Transpacífica (TPP, por sus siglas en inglés), que los dirigentes sindicales califican como ‘Nafta con esteroides’”.
“Podrían convenir también –continúa– bajar los impuestos de las grandes corporaciones. No hay que olvidarse tampoco –concluye– que Obama ya agitó varias veces la bandera de la reducción de ayudas sociales como señal para un acuerdo con los republicanos.”
El miércoles 5 se sabrá qué perfil tiene el Congreso de los Estados Unidos. Probablemente sea mayoritariamente republicano y se reedite el gobierno compartido entre el presidente y el Congreso. Si, contra todos los pronósticos, el GOP no conquista el Senado, sufriría una gran derrota, porque apostó mucho a este éxito y se muestra triunfalista. Sin embargo, se mantendría el actual empate y los temas centrales de la agenda política (implementación del seguro médico obligatorio, inversión en infraestructura, creación de nuevos empleos, reforma inmigratoria, reducción del gasto en defensa) continuarían postergados por lo menos hasta 2017. Por el contrario, si los republicanos triunfan e imponen a sus líderes en las principales comisiones (Relaciones Exteriores, Energía y Recursos Naturales, Servicios Armados, Bancos, Viviendas y Asuntos Urbanos, Medio Ambiente y Obras Públicas), se reforzará el bloqueo de las pocas buenas iniciativas de Obama, se retrocederá en los derechos adquiridos, así como aumentará la polarización interna y la agresividad externa. ¿Se imaginan al Senador John McCain presidiendo la Comisión de las Fuerzas Armadas y liderando las nuevas guerras junto con Obama? Las mejores perspectivas para los próximos dos años son de parálisis, las peores, de retroceso reaccionario. Ninguno de ambos pronósticos es, empero, para alegrarse, ya que, cuando el Ejecutivo y el Congreso no gobiernan, las burocracias (particularmente la militar y la de seguridad) y las corporaciones se conducen solas y, si hay problemas, el pato de la boda lo paga el resto del mundo.

31 de Octubre de 2014 Entrevista. Sebastián Andrade y Sebastián Smok. Integrantes de NOS DIGITAL “La idea es cambiar el eje de la comunicación” Felipe Deslarmes

Nos digital (www.nosdigital.com.ar) es un portal periodístico realizado por un colectivo pluricultural de 12 personas que recientemente cumplió 5 años de existencia. Podría encuadrarse como una de las formas en las que se intenta recuperar el periodismo comprometido con el lector, con las historias populares o, como ellos se definen, “un grupo de periodistas jóvenes que, de manera autónoma y apartidaria, nos jugamos por la multiplicidad de voces (…) por un periodismo más amplio, más inclusivo; con la voluntad constante de una información sin pautas, sin intereses enajenados, sin manos negras y sin costados ocultos que la contaminen (…) recorriendo espacios comúnmente opacados, los caminos incómodos, los nunca transitados, aquellos olvidados”. Organizados como cooperativa, recién este año pudieron encontrar la forma de generar un primer sueldo. “Algo que nos llena de orgullo es haber logrado ese primer objetivo.” Como se reivindican como colectivo, ninguno firma una nota individualmente; las firman todos. 
–¿En qué contexto individual y colectivo se conformó Nos Digital?
Sebastián Andrade:
 –La idea surgió en julio de 2008, con un núcleo de chicos que estaban en el centro de estudiantes de la secundaria. En esa etapa proyectaban qué hacer el resto de sus vidas. ¿Trabajar, estudiar, en qué? Algunos se veían atraídos por el periodismo y empezaron con una revista que salió en papel un número. Se consolidó el grupo y pensaron en pasarlo a digital. Yo llegué en mayo de 2009. Estudiaba con algunos de ellos y me sumé. Estudié periodismo por curiosidad. Nadie de mi familia lo era. Desde el principio lo tomé como un hobby. Supe que para vivir de esto iba a tener que construir un espacio propio.
Sebastián Smok: –Yo llegué en marzo de 2009. Era un par de años más grande, pero teníamos gente conocida en común. Como todo grupo, fue variando.  Pero ya van 5 años de construcción. Tampoco en mi familia estaban vinculados al periodismo. Soy el primero de mi familia que pisó una universidad. Mis viejos son comerciantes, pero me impulsaban a que estudiara. Me metí en historia y no encontraba ni en lo academicista ni en el núcleo de la facultad un espacio donde me sintiese cómodo. Comencé escribiendo notas de Historia, ya que por entonces había una sección denominada así. Al final, largué la carrera a poco más de la mitad y empecé a estudiar fotoperiodismo.
S.A.: –Como esto empezó en el centro de estudiantes, un espacio de militancia y de construcción, decimos que somos una organización política. Y porque también es un espacio de trabajo, somos una cooperativa, con papeles y todo. 
S.S.: –Estamos muy orgullosos de haber logrado, desde marzo, el objetivo de poder pagar regularmente y con proyección, un primer sueldo. Y de que alguien que podría estar trabajando de telemarketer esté haciendo la revista. Un trabajo mucho más tranquilo, haciendo un gran aporte a la cooperativa y en un marco de respeto.
–¿Cuánto del hecho de conformar una cooperativa resulta influencia de la experiencia de las empresas recuperadas? 
S.S.: 
–El cooperativismo en la Argentina es algo que trabajamos bastante. De hecho, fue mi primera nota para Nos Digital. Aquellas eran empresas que ya estaban en funcionamiento, tenían un espacio, una cantidad de familias que mantener, con otras problemáticas diferentes a la nuestra. Pero tomamos esos ejemplos para entender que nuestro trabajo no podía ser solamente periodístico. Y, así como aquellos trabajadores, había que enfrentar, además de las tareas habituales, alguna de tipo administrativo en la organización. 
–Ustedes se definen como “una revista joven, autónoma, apartidaria, que permite la pluralidad de voces”, pero reconocen que son una organización política. ¿Es eso una nueva tendencia en la manera de hacer periodismo? 
S.A.: 
–Estas experiencias existen desde que existe el periodismo, desde Moreno para acá. Pero, sí, puede ser que se esté reconociendo que se puede hacer periodismo de otra manera. Surgimos en 2008, un año particular por la confrontación Gobierno/Clarín, y después Gobierno/ “campo”. Y empezamos a ver que había otra confrontación no tan visibilizada: periodismo autogestivo contra empresas periodísticas. El periodismo autogestivo, justamente por esa condición, conlleva una voluntad de construcción y de política particular respecto de permitirse a sí mismo un espacio en la comunicación. Y desde ahí surge la imposición de darle entidad a un sujeto al que nosotros llamamos “la calle”, que son las historias que mostramos. Respecto de eso, y en la búsqueda de una comunicación diferente, aparece lo de las firmas. Nuestras notas no estás firmadas. Mientras en los medios se hace un culto de la vanidad, del individualismo, nosotros decidimos sacarnos del medio y que quien tenga protagonismo sea el propio entrevistado, el que vivió la historia que queremos contar, dándole peso a lo que sucede. Creemos que es una falencia del periodismo de hoy, en general.
S.S.: –Lo de “apartidario y autónomo” refleja una necesidad de la época. Mientras todos tratan de encasillarte, para nosotros es clave decir que no vamos por un partido o por otro, que la lucha está en otro lado. Que no nos interesa ese debate.
S.A.: –En la política también pasa. Aparecen nombres y caras antes que ideas. 
–Y en lo periodístico, ¿cómo resuelven las diferencias? 
S.S.:
 –En la revista hay avances y retrocesos. En conjunto decidimos, revisamos, publicamos y criticamos si el enfoque fue correcto, si no debimos buscar otro personaje, etc. La autogestión nos permite decidir cómo se hace una nota, si tiene que esperar, si se publica ya, hasta qué poner, y discutirlo todo. 
–¿Cómo miden la apreciación del lector? ¿Eso condiciona la próxima edición?
S.A.:
 –Nunca lo pensamos así. Todos hablamos y eso es parte de la comunicación que construimos. 
S.S.: –No estamos condicionados por nada externo. Nunca impulsamos o dejamos de hacer una nota por el rebote que pudiera tener. A veces alguna repercute porque la subieron de tal lado, pero finalmente eso es algo efímero y no lleva a la construcción. ¿Suma? Qué se yo… No resta. Pero si apuntamos ahí, no vamos a ningún lado; y eso lo sabemos. Nuestra libertad, incluso respecto de la vanidad, es nuestro mayor orgullo.
–También plantean descreer de la objetividad, hablan de continuo debate, del compromiso social y de seguir “caminos incómodos elegidos por ser los nunca transitados”. ¿Cómo es esa construcción?
S.A.: 
–En la autogestión y en el periodismo te vas formando a medida que vas haciendo. Se me ocurre ahora un tema que salió poco y nada en otros medios: las dos subestaciones eléctricas de Berazategui que generan cáncer alrededor…
S.S.: –Esa es la mayor pelea que tienen los vecinos, que están bien organizados, y que aparte tienen a sus vecinos de Ezpeleta en esa situación. Hace menos de 20 años que está en funcionamiento esa planta al lado de sus casas. Y la cantidad de enfermos de cáncer aumentó entre 5 y 6 veces. Así, tanto podemos estar tocando un tema de clase media, como revistar que en los barrios matan pibes de forma sistemática a través del llamado “gatillo fácil”. Y de vez en cuando tenemos la oportunidad de hacer algún viaje y salir de la esfera de Capital y el Gran Buenos Aires, y mostrar toda la Argentina. Obviamente, por motivos económicos se nos hace difícil hacerlo todo el tiempo, pero estuvimos en Bariloche y en Neuquén con el tema gatillo fácil, y en octubre del año pasado estuvimos una semana en el Chaco impenetrable con los Qom, viendo cuál era la problemática, haciendo fotorreportajes… Tratamos de  expandir la frontera del propio colectivo. Las historias que nos quedan afuera son millones, pero eso no nos hace menos.
–¿Quiénes son sus referentes?
S.A.:
 –Desde lo literario, te diría que Ricardo Piglia. En otros aspectos, las fábricas sin patrón son una referencia, incluso en esto de hacer periodismo. Porque nos permitieron ver que se podía trabajar sin alguien que te dijera qué y cómo tenías que hacer cada cosa. Pero donde más aprendimos fue en el mismo hacer. Como pasa con los padres a los que les mataron un hijo, que sin saber se ponen a investigar y hacen lo que no hace la Justicia. Y descubren que fue un policía el que lo mató; que fue un “fusilamiento” aunque decían que había muerto en un “enfrentamiento”. Y vas viendo cómo funcionan de verdad los medios, a quiénes tienen de fuente, para qué lo hacen, por qué mienten, si fue o no el periodista, y si es que fue a buscar la noticia o sólo visitó ciertas fuentes. 
S.S.: –A mí me gusta mucho García Márquez. Y la verdad tomo mucho de él. Creo que las facultades te forman para lo que necesitan las empresas de medios: lo que enseñan en esos espacios no encaja en nuestra lógica. Descreemos de ese tipo de formación para lo que buscamos. 
S.A.: –Yo creo que sirven, pero tienen un trasfondo de explotación, de mercancía: existen pactos con diarios como las pasantías para que vayan alumnos por seis meses, los súper exploten y después no los tomen nunca, porque reciben nuevos que cubren los espacios libres que dejaron los que se fueron. Eso baja la calidad del diario y el nivel del trabajo. 
–¿Pretenden cambiar los valores de la construcción social que se identifican en la bajada de línea de los medios hegemónicos?
S.S.:
 –Un 6 7 8 contra Clarín no es una alternativa en la forma de construcción, en tanto no construís tu propia agenda y una agenda popular. Siempre estás jugando con lo mismo que te dan, aunque sea dándolo vuelta. Nunca podés construir algo nuevo si partís de ahí.  No es fácil, pero tratamos de que la agenda sea algo nuestro, pensado en que tiene que ayudar a construir una sociedad más justa, más inclusiva. En la elección de la agenda aparecen las escalas de valores, como cuál es el valor de la vida y el de la propiedad privada. Una tapa de Clarín con la cara de un chico apuntando con el arma responde a un estereotipo, que además te está apuntando a vos, porque la pistola apunta a la cámara, o sea al lector, o sea a mí. Eso es lo que nosotros no queremos de ninguna manera.
–¿Qué crítica hacen de lo que suele encasillarse en la sección de policiales y qué alternativa proponen?
S.S.: 
–Para empezar, nunca llamaríamos así una sección. En todos los casos que contamos, los policías son los asesinos o, con suerte, encubridores. Llamarla “policiales” los pondría como protagonistas fuertes de la historia de otros.
S.A.: –En nuestra mirada toman protagonismo los verdaderos investigadores, que son los familiares. Los que se ponen al hombro la investigación, salvo excepciones, no son el fiscal, el juez o los abogados. Son las propias familias, las madres a quienes les desaparecen o matan un hijo: se encargan de la familia, cargan con la muerte y con la investigación.
–Caso emblemático podría ser el de Susana Trimarco… 
S.A.: 
–O los familiares de Luciano Arruga, de quien se sabe gracias a la hermana, que junto a la madre se pusieron al hombro la investigación. Esta joven recorrió primero los medios alternativos, irrumpió en un programa de CQC en vivo, para que el domingo siguiente, después de que se armara el escándalo, apareciera el tema en ese programa. Y, así todo, se negaron a sacarlo en Clarín porque ya había salido en Página 12. Esa es la parte de mercancía que nosotros hablamos antes. “Esta nota no vale porque ya fue publicada”. Y había un chico desaparecido hacía 6 meses.
–Volvamos a aquello de cómo entendían ustedes lo que comúnmente llaman casos policiales…
S.S.: 
–Decíamos esto de que las madres, la familia, poniéndose en su espalda la investigación es lo que define que salgan a la luz los temas. Y hablamos de gente que de un día para el otro le cambian la vida completamente. Y además del dolor que conlleva esa situación, tienen que seguir viviendo con el sufrimiento de ver al asesino de su hijo pasear por el mismo barrio, padecer el hostigamiento al resto de sus hijos, a su pareja, a los amigos de sus hijos. Como en el caso emblemático de Diego Núñez, a quien mataron, y luego metieron preso al hermano un año y tres meses sin ninguna causa. 
S.A.: –Un caso de trata que abordamos fue el de Milagros Gonzales, una chica que estuvo desaparecida por trata. Fue poco tiempo, en Burzaco, y hubo policías implicados en eso. Y así como decíamos que valoramos la vida, no defendemos ni a un pibe que chorea ni a un pibe que mata. Y me cuido de no llamar chorro sino un pibe o persona que delinquió, porque no creo que “sea” un chorro, como si existiera en su ADN. 
–Que es un poco a lo que apunta esa tapa de Clarín a la que hacían mención... 
S.A.:
 –Exacto. Y, sí, buscamos apuntar a la Policía que creemos que está metida siempre, y porque a medida que nos fuimos metiendo en los temas fuimos viendo que hay un objetivo claro de la Policía en los barrios, sobre todo para la muerte. Reclutan chicos para que roben para ellos, como el caso de Luciano Arruga, de Jonathan Kiki Lezcano en la Villa 20. Y están también vinculados a reclutar mujeres para la trata. Trabajamos mucho el tema villas porque fuimos conociendo gente a la que le habían matado los hijos. Y hasta llegamos a ver que muchos de los pibes muertos se conocían entre sí. Y los matan por matar.
–¿Como una forma de disciplinamiento?
S.A.: 
–Exactamente. No es el caso aislado de un policía suelto cada uno de los que mataron. No es un policía loquito que salió a la calle disparando. Por eso también nos cuestionamos si llamarlo “gatillo fácil”; como si se le hubiera escapado un tiro a alguien. Eso es terrorismo de Estado. Y ocurre hoy en las villas y en las cárceles. 
S.S.: –Está lleno de casos como el video que salió a la luz hace poco del policía en Tucumán pegándole a un tipo esposado mientras otro lo filmaba. Como también salen videos de cómo se inician a los jóvenes que entran en la fuerza: formas que también tienen un contenido de violencia exagerada y compulsiva.
–¿Cómo analizan ustedes el cliché de las drogas en las villas?
S.S.: 
–Eso es algo sensible. Nosotros coincidimos que hay una superestructura que está por encima de la Policía. Y que la Policía, a su vez, quizás hasta sea un instrumento de esa superestructura que involucra obviamente a la política. 
S.A.: –En las villas, muchos te pueden marcar una casa que vende. “Esa casa es de un transa”, te dicen. ¿Y qué hay en la puerta? Un policía. 
–¿Coinciden con que desde los medios buscan reforzar la estigmatización de la pobreza obteniendo chivos expiatorios para reforzar esa idea?
S.S.:
 –Sí, claro. Pasó lo mismo que con Melina. En medios como C5N comenzaron a poner fotos sugestivas, con zócalos que decían “fiesta sexual”, y explicaban que no estudiaba ni trabajaba, como una forma de justificar que la mataran o violaran. Es una locura. La estigmatización llega por todos los frentes. Tal vez la sociedad esté cargada de prejuicios sociales, raciales y los medios reflejan y reproducen esa lógica. Nosotros no. 
S.A.: –La idea tiene que ser combatir eso; romper con la estigmatización. Cuando hablamos de agenda, también tiene que ver con eso; con poder ver desde otro lado y romper esas lógicas. El periodismo es un oficio que te da la posibilidad de ir aprendiendo a medida que lo ejercés. La visión que tenía antes de entrar por primera vez en la villa y la que tuve al salir fue totalmente diferente. Aquella vez no debo ni siquiera haber llevado el celular, para que no me lo robaran. Tenía la idea de que entrás y automáticamente te roban. Y, en verdad, ves pobreza, miseria, punteros y demás, pero hay formas de construir que valen la pena. Tampoco se trata de endiosar a la pobreza o a los pobres.
S.S.: –Está claro igual que en la villa la mayor violencia no es física, sino que lo violento es justamente que la gente tenga que vivir en una situación tan precarizada. Prácticamente todos los barrios porteños son violentos. Está la posibilidad de un robo, de un asalto, pero la violencia está en el modo de vivir. Lo violento está en que todos los días de tu vida tengas una cloaca metida en tu casa porque tenés residuos cloacales debajo de tu casa hasta que vienen a llevárselos. Eso es violento.
S.A.: –Para mí, lo interesante, más que si nosotros hacemos un análisis de cómo es la realidad, es seguir poniéndole voz a una sociedad entera y compleja. Como cuando fuimos a Bariloche, nos mostraban que la avenida Brown divide la ciudad turística del “Alto”, lo que acá sería el centro y el conurbano. En esa calle, todas las noches se para la Policía. Por supuesto que del lado de la ciudad que está la zona más rica, donde hay cervecerías paquetas, restaurantes de lujo y demás. En una de esas cervecerías la gerente tuvo que hablar con el comisario para que dejaran de pegarles a los que trabajaban ahí cuando cruzaban la calle porque se les veían los golpes. Y el comisario firmó una especie de carnets para que los dejaran pasar. A los que no tienen carnet les siguen pegando. Esa es la lógica que sigue la Policía. 
–El Alto es también el lugar que dejaron a los mapuches desplazados… 
S.A.:
 –Sí. Primero está la violencia de tener que irte de dónde estás por la fuerza. Y, después, por la fuerza se aseguran de que no puedas mantenerte o de que sufras violencia física. Y no es sólo ahí, en Córdoba están peleando para que se elimine de una vez la figura de “merodeo”, porque sigue funcionando como en la dictadura, cuando les decían a las Madres “circulen” porque no podían estar reunidas, y empezaron a rondar la pirámide de la Plaza de Mayo. Esa misma figura sigue en uso hoy en Córdoba con los chicos. Entonces, nos preocupa la continuidad de la dictadura a la que nosotros vemos palpable, con otro sujeto, desde las fuerzas policiales.
–Volviendo a la dinámica del grupo, ¿sienten que tienen que tener dos trabajos, uno que les dé de comer y otro que les haga sentir vivos? 
S.S.:
 –En mi caso es así. Uno para mantenerme y otro para crecer intelectualmente y desde el alma. Pero está claro que lo que estamos haciendo es una construcción, donde no perseguimos acumulación alguna. Sabemos que va a requerir un tiempo, que quizá sea extenso; pero tal vez el año que viene ya podamos contar con tres personas asalariadas, pasando a ser un cuarto de los integrantes, un número más interesante. Decidimos que el dinero reunido no fuera una propina para los doce que hacemos Nos, sino conformar un sueldo en serio, y eso también es una decisión política. 
S.A.: –Yo creo que no es una decisión el hecho de tener dos trabajos. Produciendo una revista, diversificar voces es también un trabajo. Estamos transformando materia. Y debería ser una lucha conseguir parte de los recursos que hoy van destinados a las megaempresas periodísticas, incluso desde el mismo Estado. Nosotros queremos decir que también existimos, que estamos haciendo un servicio que merece ser valorado, y lo que pedimos tampoco es lucro. Pretendemos sobrevivir haciendo esto. Ese es el punto sobre el que se para la ley de medios audiovisuales. Hay otra torta, la de los medios gráficos, donde nosotros también decimos “existimos y queremos participar”. Y me parece que hay que valorar la construcción de autogestión, el mostrar un espacio que tiene que ser de solidaridad. No vamos a vivir sólo por nosotros mismos, sino que vamos a poder vivir porque pueden vivir un montón de otros que nos marcaron el camino; y otros a los que nosotros también quizá les marcamos el camino: los medios autogestivos también son fábricas.
S.S.: –Tal vez la democratización de la palabra, la multiplicidad de voces, tenga que ver con eso. Y me parece que no sólo en los medios sino que tiene que ser la calle la que valore todas las voces. No es que porque haya más medios habrá más democracia. Habrá más democracia cuando haya más poder en el pueblo. Puede haber un montón de medios y que todos sigan hablando de sí mismos. Creemos que la calle tiene que dejar de repetir estas imágenes de la tapa del diario y los zócalos de la televisión. La idea es cambiar el eje de la comunicación. No desarmar un monopolio para que nos pongan a nosotros a ocupar ese espacio.

31 de Octubre de 2014 La cosecha de la droga afgana Brian Cloughley

Todas las noticias que llegan de Afganistán son deprimentes, parece como si el país estuviera hundiéndose día tras día en el caos más absoluto. El nuevo presidente, Ashraf Ghani, es un buen hombre, con ideas progresistas para su pueblo, pero se ha hecho cargo de un país destrozado por más de una década de guerra y una corrupción olímpica. Uno de los peores desarrollos ha sido el enorme incremento en la producción de la amapola del opio que, según las Naciones Unidas y John Sopko, el Inspector General Especial de Estados Unidos para la Reconstrucción de Afganistán, ha alcanzado hitos “sin precedentes”. 
Puede decirse que Sopko, la persona menos popular en el Washington oficial (y, por tanto, en función de eso mismo, un hombre honesto), le dijo al Secretario de Estado John Kerry y al Secretario de Defensa Chuck Hagel que “el reciente nivel de récord del cultivo de adormidera pone en duda la eficacia y sostenibilidad a largo plazo de los anteriores esfuerzos [para controlar y reducir la producción]”. Pero los “anteriores esfuerzos” de Estados Unidos y otras fuerzas extranjeras en Afganistán han sido tan deficientes como absurdos. Si la catástrofe no fuera tan grave, sería algo hilarante. 
El Departamento de Estado le replicó a Sopko diciendo: “El cultivo de adormidera se ha desplazado esencialmente de las áreas donde la presencia del gobierno cuenta con amplios apoyos y la seguridad ha mejorado, hacia zonas más remotas y aisladas donde la gobernanza es débil y la seguridad inadecuada”, lo cual es tan engañoso que roza la mendacidad. Después, el Departamento de Defensa llegó mucho más lejos aún por el camino del desvergonzado intento de eludir culpas declarando que: “En nuestra opinión, el fracaso en la reducción del cultivo de adormidera y en el aumento de su erradicación se debe a que el gobierno afgano no apoya esos esfuerzos”. 
Mr. Sopko nos aporta la información de que en 2001-2003, Estados Unidos gastó más de 7.000 millones de dólares en programas antidroga en un país que en estos momentos produce el 80% del opio del mundo. Durante los trece años de frenético despilfarro de dinero, Estados Unidos hizo en efecto varios intentos por controlar la producción de la droga, y hace exactamente siete años relaté cómo y por qué esos esfuerzos estaban condenados al fracaso. Aquí va una versión reducida (no “redactada”) del artículo con algunas cifras explicativas que figuran entre corchetes: 
¿Han oído hablar Loren Stoddard? Sería mejor que siguieran sin saber nada del personaje, pero para aclararles cuán absurdas y desastrosas son las políticas de Washington en Afganistán, es conveniente que consideremos su actuación. El Bush de Washington es un ejemplo del ignorante en muchas cosas, y el Stoddard de Kabul viene a continuación como ejemplo del sujeto magníficamente desinformado en todo lo relativo a Afganistán. 
A pesar de su falta de conocimientos sobre el país, sus costumbres y su cultura, a Stoddard le han nombrado director del programa de la Usaid (siglas en inglés de la Agencia de Estados Unidos para el Desarrollo Internacional) en Afganistán. Antes de esto, “ayudó a Wal-Mart a introducirse en Centroamérica” cuando era el Supremo de la Usaid en esa desafortunada región. Así pues, ya lo creo que está cualificado para dirigir los proyectos de la ayuda estadounidense en un país del que ignora prácticamente todo. Prepárate, Wal-Mart, para sacar ventajas de tu devoto admirador. 
De una forma muy irónica, David Rohde, del New York Times, informaba que “El miércoles [21 agosto de 2007], Stoddard y Rori Donohoe, el director del Programa de Medios de Vida Alternativos de la Usaid en el sur de Afganistán, asistieron al primer ‘Festival Agrícola de Helmand’. El evento, que costó 300.000 dólares, financiados por Estados Unidos en Lashkar Gah [45.000 habitantes], era un raro cruce entre la feria de un condado del medio oeste estadounidense y un bazar centroasiático, y se concibió para mostrar a los afganos que había alternativas a las adormideras”. La frase “fue un chico o una chica” utilizada por el sofisticado Stoddard es sólo un ejemplo de su profunda ignorancia del país en el que dirige una agencia responsable de miles de millones de dólares de los contribuyentes estadounidenses, de los cuales desperdició 300.000 en un jolgorio inútil. 
Si Stoddard imagina por un segundo que las mujeres de Lashkar Gah en la provincia de Helmand (o de cualquier otro lugar en Afganistán) pueden tener vacas en propiedad, está loco. Si piensa que una mujer puede participar en una rifa para ganar una vaca (“se rifaron un generador, una vaca y una cabra”), está demostrando tan absoluta carencia de conocimientos de las costumbres regionales que sólo cabe ofrecerle una profunda compasión. No había mujeres en el absurdo ‘Festival’ de Stoddard. Las mujeres no acuden a las reuniones sociales en Afganistán. Stoddard ni siquiera sabía, obviamente, que la esposa del presidente de Afganistán, que es doctora, no aparece en público. 
Y lo irrisorio no es sólo la ignorancia de Stoddard acerca de las costumbres nacionales afganas. “Hizo referencia a ferias agrícolas financiadas por los estadounidenses, a la introducción de cosechas legales bien pagadas y a la planificada construcción de un nuevo parque industrial y aeropuerto como prueba de que estaban creándose alternativas a los cultivos de adormidera”. 
Ese hombre vive en las nubes. ¿Un parque industrial? ¿En una provincia en la que apenas hay electricidad y no tiene infraestructura comercial de ninguna clase? Debería perdonársele a uno que imaginara que Stoddard debía haber estado inhalando productos que le habían transportado a un umbral de alta credulidad. 
No hay cosechas legales “bien pagadas” en la provincia de Helmand. Se exportan algunas nueces a los países del Golfo, pero, por lo general, la gente cultiva las plantas necesarias para su propio sustento y para vender un poquito a sus vecinos, y utilizan la mayor parte de sus campos para cultivar adormidera porque los señores de la guerra y los criminales (muchos de los cuales son ministros del gobierno) la pagan razonablemente bien. 
Sin duda que algo del dinero acaba en manos de los malvados y asquerosos fanáticos religiosos talibán que se mueven entre Pakistán y Afganistán, matando a su antojo y volándose a sí mismos por los aires con asesina futilidad; pero el dinero de la droga no tiene que ver con las causas de la insurgencia como nos quieren hacer creer quienes aspiran a confundir las mentes. Los miles de millones de dólares (no sólo millones; estamos hablando aquí de dinero real) [2.000 millones de dólares en 2012; 3.000 millones en 2013] que salen de las adormideras afganas van a parar a los brutales señores de la guerra afganos y a los generales del ejército afgano; a muchos miembros del propio gobierno del presidente Karzai (algunos de ellos son brutales señores de la guerra y generales); a los uzbecos, pakistaníes, iraníes, tayicos, turcomanos y, cada vez más, a los intermediarios chinos de etnia Han del oeste de la República Popular de China (esto le crea a China un gran problema); a las tribus pakistaníes que han estado haciendo contrabando de droga desde que ésta se inventó; a los rufianes independientes de todo tipo y, sobre todo y son los que más se lucran, a los criminales occidentales que parecen inmunes a todos los esfuerzos de las agencias policiales británicas y estadounidenses para ponerles tras las rejas. 
El esfuerzo antidroga en Afganistán es una farsa. En aquel momento [octubre de 2007], se hablaba de fumigar desde el aire para erradicar la cosecha de primavera del año siguiente. Desde luego, eso beneficiaría a los insurgentes que ya han convencido a gran parte de la población afgana de que la ocupación de las fuerzas extranjeras es sencillamente una repetición de los años en que las tropas de la antigua Unión Soviética salían a bombardear los pueblos. 
Si las naciones con tropas en Afganistán fueran serias en el propósito de erradicar el narcotráfico, deberían echar mano de sus mejores cerebros (lo que automáticamente excluye a Stoddard) y elaborar un plan que sea factible (no un fatuo “paquete perfecto” [la frase de la Usaid de aquel momento]) para erradicar la adormidera, meter en la cárcel a los matones de la droga e introducir indemnizaciones controladas. Eso sí, todo vale para culpar a los afganos por producir adormidera, opio y heroína. Lo que están haciendo es satisfacer la demanda del mercado. Después de todo, no habría producción de droga en Afganistán si no fuera un mercado muy bienvenido en el próspero Occidente amante de las drogas. El mundo de la droga es muy plano, en efecto. 
Ese era el estado de la producción afgana de drogas en 2007. Y según hemos escuchado en 2013 a la ONU y al admirable Sopko, desde entonces ha aumentado en proporciones de escándalo. Pero, ¿va alguien a rendir cuentas por el despilfarro de 7.600 millones de dólares del dinero de los contribuyentes estadounidenses? ¿O –mucho más importante– por las vidas de todos los miles de soldados que han muerto o se quedado minusválidos por nada en la horrible e inútil guerra afgana? 
En cuanto a todo esto último, ya pueden esperar sentados.

31 de Octubre de 2014 Mano dura en la unión europea Europa militariza el control migratorio

Estos días se está produciendo la operación de cooperación policial organizada por el Consejo Europeo contra las personas migrantes y que ha sido bautizada como Mos Maiorum. Hay toda una tradición del arte del sarcasmo policial, que conocemos gracias a la amplia publicidad que han recibido las diferentes redadas masivas. Pero a nadie le ha pasado desapercibida la combinación de acritud y brutalidad que ha podido alumbrar semejante bautizo: una operación a gran escala de detención ilegal, interrogatorios, amenazas y probable pérdida de libertad y expulsión del territorio de la UE. Nada del otro mundo en el día a día de las políticas de fronteras y de extranjería de la Unión. Nada, tampoco, en lo que atañe a su violación del art. 67, 1 y 2, del Tratado del funcionamiento de la UE, allí donde se lee que la UE “garantizará la ausencia de controles de las personas en las fronteras interiores” y que habrá de “garantizar un nivel elevado de seguridad mediante medidas de prevención de la delincuencia, el racismo y la xenofobia y de lucha en contra de ellos”. Ni a su olímpico desprecio de los derechos humanos.
Gracias a statewatch.org hemos conocido el diseño, objetivos, participantes y procedimientos de la operación, que de lo contrario hubiera permanecido oculta. Han llamado Mos Maiorum (es decir, la “costumbre ancestral”, la ley patriarcal no escrita de la antigua Roma) a una operación que no es otra cosa que una cacería indiscriminada de personas inermes y carentes de toda tutela jurídica, sometidas al arbitrio policial. Esto asimila a las personas migrantes, en buena parte refugiados y solicitantes de asilo, a “invasores” de un supuesto suelo patrio europeo y a potenciales destructores de las mores europeas. Cuando sabemos que a la cabeza de la operación, como corresponde a la presidencia italiana de la UE, está el actual ministro del Interior italiano, Angelino Alfano –amalgama de comportamientos cuasi mafiosos y racismo– entendemos que con esta operación se lleva a cabo una medida que apunta a una transformación bélica y fascista de las políticas migratorias de la Unión. Italia, el país de la infame ley Bossi-Fini, el país que aún no ha juzgado las responsabilidades políticas por los 83 muertos provocados por el  hundimiento del Kateri i Radës en el canal de Otranto en 1998. Y también el país que dejó morir por imperativo legal a cientos de personas el año pasado frente a las costas de Lampedusa, es junto a España y Grecia el laboratorio de una forma militar y fascista de la soberanía que, desde los Estados nacionales, se torna en una “coalición de los negreros” para el conjunto de la Unión.
Si atendemos a la aberración humanitaria pero también económica que suponen las redadas masivas a escala europea, que se llevan produciendo desde 2011, nos será más fácil entender que lo que les sucede a las personas migrantes en las fronteras externas e internas –en las ciudades y pueblos de la UE– es un principio de ordenación y sometimiento que aguarda a la mayoría de las y los ciudadanos de la UE. Solo hay que fijarse en las restricciones unilaterales a la residencia y los derechos plenos de ciudadanos de la Unión en países como Alemania o Bélgica para saber lo que nos espera a todos bajo esta “orientación”. El panorama europeo a este respecto es devastador. Allí donde miremos, vemos Grosse Koalitionen de xenófobos, explícitas o implícitas, allí donde un Valls remeda a un Sarkozy, que a su vez pujaba con los Le Pen, con el éxito que conocemos, o donde Amanecer Dorado hegemoniza la discusión sobre la inmigración mientras, con la excepción de Syriza, el resto de partidos se disputa las cotas de bestialidad contra las personas migrantes.
Mientras, en Ceuta y Melilla disparando y golpeando hasta la muerte, acosando y encarcelando en centros de internamiento en las ciudades de España, comprobamos que democracia y garantías se sostienen únicamente por la resistencia de las y los ciudadanos y por la inercia de los procesos administrativos y judiciales. Cometeríamos un error si pensáramos que se trata de una “mala” política migratoria y de fronteras que hay que achacar a las “elites europeas”. A este respecto no hay una distinción entre soberanías nacionales y despotismo de las elites de Bruselas. Ha sido el Consejo Europeo, es decir, el verdadero órgano intergubernamental que domina la vida de la Unión, el que está socavando el espacio democrático europeo movido por una coalición de intereses comunes: convertir en miedo y el rechazo de la austeridad, la corrupción y el vaciamiento de las instituciones representativas en pánico xenófobo contra el Sur global; y hacer de la violencia soberana contra los extranjeros el modelo en pruebas de un fascismo europeo que rompa el espinazo a la ciudadanía traumatizada por la austeridad y el despotismo de las elites, que enfrente a unos ciudadanos contra otros, mientras la guerra, convencional o no, cerca y penetra por los cuatro puntos cardinales de la Unión. La alternativa real es la de la recuperación de la democracia y de los derechos en primera persona por parte de la ciudadanía europea (lo que incluye necesariamente a las personas migrantes, e implica una refundación del proyecto europeo) o la rendición ante los demonios, coloniales y criminales de la vieja Europa.

EL PAIS › EDGARDO MOCCA, DIRECTOR DE LA NUEVA REVISTA HORIZONTES DEL SUR “Hay que pensar cómo ampliar el proyecto”

Los procesos políticos en el mundo, la región y en Argentina constituyen la temática central de Horizontes del Sur, la revista que este martes presentará el politólogo Edgardo Mocca en la Biblioteca Nacional, junto a su director, Horacio González, el economista Ricardo Aronskind y el titular de la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual, Martín Sabbatella. El nuevo proyecto editorial buscará intervenir en los debates de la coyuntura política nacional y “compartir algunas experiencias que tienen un hilo común en dirección a la integración regional y al ejercicio de soberanía”.
Mocca viene de dirigir la revista Umbrales, una publicación más analítica y con una menor definición política que Horizontes del Sur. En este proyecto, todos los números traerán un esquema de tres planos: el mundo, la región y el país. El primer número dedica la primera sección a mirar la crisis internacional, sobre todo en Europa y a analizar la evolución de los sistemas políticos en ese continente, con artículos como los reportajes a los integrantes del partido español Podemos, Iñigo Errejón y Juan Carlos Monedero y al ex juez Baltasar Garzón. En el caso del análisis regional, sostiene Mocca, la revista no es “una mera línea de agitación, sino de percepción de los problemas”, mientras que en Argentina, la mirada está puesta sobre la situación de la época y las perspectivas para las elecciones presidenciales de 2015. González, Aronskind, Sabbatella, Aldo Ferrer, Alvaro García Linera y Eduardo Rinesi son algunos de los nombres que aparecen en este primer número dedicado a los procesos transformadores de Sudamérica.
–¿Quiénes integran esta revista y a quiénes se busca convocar?
–Nos proponemos convocar a figuras del ámbito político e intelectual. No hablamos solo de un intelectual distanciado del compromiso público, sino que es un grupo de personas que tienen formas de participación académica y de participación política. La revista no tiene pretensiones de ser un órgano de análisis neutral sino que tiene un compromiso con un proyecto y un horizonte. No presupone tampoco un acatamiento ni una cerrazón a una mirada crítica, sino que es un compromiso político.
–¿Por qué sacar ahora una publicación así?
–La idea apareció primero en el nivel de graduados de Ciencia Política, después la extendimos. En el ámbito político, nuestra relación más estrecha es con Martín Sabbatella. Quisimos hacer un primer número lo más general y lo más representativo de hacia dónde va la revista. Para nosotros era muy importante sacarla ahora porque creemos que es una etapa fundamental del proceso político argentino y regional, como lo están mostrando las tensiones en la disputa electoral de los países que recientemente hicieron elecciones, Brasil, Bolivia y Uruguay.
–¿Qué evaluación hacen de esos resultados?
–Decidimos no incluir a Brasil y a Uruguay porque hablar de esa realidad sin tener el dato de los resultados de la elección quedábamos en un compromiso con el lector, pero las elecciones son un momento de verdad política que se instala en un contexto de muchas tensiones. Parece que hay un nivel de confrontación que amenaza con desestabilizar todo el sistema, pero cuando se va a los resultados de las elecciones uno se da cuenta de que las tensiones son minoritarias, muy fuertes y con mucho peso económico y mediático pero con poca consistencia popular. En Uruguay fue una sorpresa la elección, toda la crónica previa hablaba de una elección más reñida y de una elección con un alto nivel de incertidumbre para el ballottage, pero lo más importante es lo de Brasil.
–¿Qué representa ese triunfo de Dilma Rousseff?
–Se da por sentado que ganó Dilma, pero la verdad es que hubo momentos de mucha zozobra. No es una zozobra cualquiera, Brasil es el país cuyo rumbo decide a dónde va la región. Aécio Neves desarrolló una campaña con una retórica contra el Mercosur, a favor de un acercamiento a Estados Unidos. Un triunfo en esas condiciones, donde la oposición no hace simulación sino que dice claramente qué va a hacer, nos permite dar cuenta de cuán cerca estuvimos de otro resultado que hubiese afectado mucho el proceso argentino. Brasil es un jugador global. Es un resultado extraordinariamente importante que lo vamos a valorar en el curso de los tiempos que siguen.
–¿Cuál es la influencia de esos resultados en Argentina?
–Son muy influyentes, pero eso no quiere decir que sean determinantes. Pero sin duda influyen porque hay fenómenos de clima político. Si uno lee el diario La Nación, el más doctrinario de la derecha argentina, en los últimos días de la campaña se hace un llamado desesperado a respaldar la candidatura de Neves. Todos los actores del drama político argentino son conscientes de la influencia de los resultados electorales de nuestros vecinos, particularmente de Brasil.
–¿Cuáles son esos fenómenos de clima político?
–En Argentina, desde el verano hasta esta primavera hay un gradual y moderado cambio de clima, de una situación de exasperación límite a otro donde las encuestas dicen que la imagen del Gobierno es buena, que mejora. Las encuestas no muestran una candidatura opositora que a esta altura pueda despuntar como una alternativa, la oposición está en una situación vacilante y de deterioro interno. Está todo en un limbo identitario donde no se entienden bien las alianzas y las diferencias. A mí me gustaría tener una oposición mejor, escuchar argumentos, gente con capacidad de hablar. Hay un campo de intervención política crítica que además obligaría a las fuerzas favorables al Gobierno a tener un nivel de mayor exigencia. Esto no existe en Argentina.
–¿Un ejemplo de oposición crítica es el de Podemos en España que aparece en la revista?
–Podemos sería Evo Morales en la oposición. Hay un proyecto claro en Europa funcionando en España que es el del neoliberalismo. Había una ilusión en España de prosperidad general basada en el flujo de capitales internacionales, en la deuda, en la especulación con las hipotecas. Podemos es claro porque también es claro lo que pasa en el gobierno y que quienes lo cuestionan tienen un proyecto alternativo. En el reportaje, Errejón y Monedero miran mucho lo que está pasando en esta región. Podemos viene en un crecimiento en los sondeos de opinión muy alto. Hay mucho desencanto con el PSOE. La gente que históricamente siguió a los socialistas va viendo que las cosas van más o menos igual gobierne el PSOE o el Partido Popular. Una promesa por fuera de ese sistema madura.
–Respecto del escenario argentino, ¿la revista también es un ámbito para plantear y pensar desafíos de cara a 2015?
–Creo que un proyecto político como el argentino tiene que aprender mejor a construir y defender el poder. Todos estos procesos regionales se han caracterizado por hacer camino al andar. Muchas de las decisiones que se han tomado han tenido más que ver con el conflicto y con el modo de sostener un rumbo y un poder que con una planificación previa. Hay que pensar cómo ampliar el poder el proyecto, cómo afirmarlo más, cómo comunicarlo mejor, cómo tener más sensibilidad ante los problemas. Nunca es suficiente porque en esta confrontación está en juego cómo se distribuye la torta. El mensaje de la revista está para las cabezas que creen que ya está y se cambió. En cierta medida estamos en otro lugar, pero si se mira, hay problemas como la propiedad de la tierra, la salud de la tierra como proveedora de alimentos, como territorio de terrible especulación financiera. Acá en esta revista no cargamos esto sobre el Gobierno, pero no podemos decir que eso está solucionado. O el caso de la informalidad laboral. También se hacen muchas cosas, se fortalecen organismos de control, pero no podemos decir que la hemos superado.
Informe: Aldana Vales

SANTA FE › LA MASACRE DE ONCE MILITANTES PERONISTAS Y EL SECUESTRO DE OTROS CUATRO EN 1976. Dos coroneles detenidos y falta otro

Pavón era oficial en el Comando de Operaciones Tácticas que coordinaba a los grupos de tareas.
 
 Por Juan Carlos Tizziani
Desde Santa Fe
Ya están presos dos de los tres coroneles que el juez federal Reinaldo Rodríguez había ordenado detener hace casi un mes, el 7 de octubre. Se trata de Carlos Enrique Pavón y Roque Angel Martello, imputados en una causa que investiga la masacre de once militantes peronistas y el secuestro y torturas de otros cuatro, entre octubre de 1976 y abril de 1977. El tercero aún no fue detenido, a pesar del exhorto que el juez despachó a su colega de turno, en Capital Federal, para que se "cumpla la medida" y se lo traslade a Santa Fe, lo que podría ocurrir en los próximos días. Los tres militares son investigados por su participación en operativos que la dictadura presentaba como supuestos "enfrentamientos", pero que el fiscal federal Walter Rodríguez sostiene que eran ejecuciones sumarias y los acusó por "homicidios calificados": a Pavón en tres casos y a Martello en dos.
Pavón era oficial en el Comando de Operaciones Tácticas (COT), que coordinaba a los grupos de tareas o "fuerzas conjuntas". Y Martello, jefe del servicio de inteligencia de la Policía de la provincia, conocido por su sigla: D﷓2. Pavón es el mismo que irá a juicio el año que viene ante el Tribunal Oral de Santa Fe por la "supresión de identidad" de la hija de un matrimonio desaparecido, María Carolina Guallane (Paula Cortassa), cuando tenía un año y medio, en 1977. Y Martello, uno de los 68 imputados en el tercer juicio por crímenes de lesa humanidad cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada. El Tribunal Oral Nº 5 de Capital lo juzga por la desaparición de una militante montonera, Laura Susana Di Doménico, secuestrada en Santa Fe el 24 de setiembre de 1976 y vista por última vez en la Esma.
La investigación apunta a esclarecer una serie de hechos, cuatro, en 1976:
* 6 de octubre: el ataque a una casa en Rivadavia al 7200, zona norte, en el que murieron Luis Alberto Fadil, su esposa Alicia Beatriz Ramírez y el compañero de ambos, Mario Oeste "Coqui" Galuppo.
* 22 de octubre: ejecución de un tiro en la cabeza de Nilda Peters, en una vivienda en calle Alvear al 5400.
* 27 de octubre: otro ataque a una casa en 4 de Enero al 7200, en el que murió Luis Eduardo Goicochea de tres balazos ﷓uno de ellos en la nuca﷓ y fueron secuestrados sus compañeros, Mario Rossler ﷓herido de un tiro en la espalda﷓ y Eduardo Almada.
* 1º de diciembre: la ejecución de Yolanda Rosa Ponti, cuando viajaba en un micro urbano en la esquina de 25 de Mayo y Lisandro de la Torre, en un hecho en el que murieron un sargento del Ejército, el chofer del colectivo y un transeúnte. A fines de octubre, en el barrio de Guadalupe, ya había sido secuestrado la pareja de Ponti, Reinaldo "Chino" Benítez.
Y los restantes en 1977:
* 3 de enero: la persecución y asesinatos de Nora Gladys Meurzet y Antonio Martín Mendicute, en la calle Pedro Ferré al 3300.
* 4 de enero: el fusilamiento de un dirigente de la JP, Héctor Marcelo "Pica" Acoroni. Su cuerpo apareció acribillado en las cercanías de la Universidad Nacional del Litoral y estuvo 35 años como NN, hasta su identificación, en setiembre de 2012.
* 19 de enero: la desaparición del ingeniero Osvaldo Angel Seggiaro y el secuestro y torturas a Cristina Gabriela Castelví, quien sobrevivió.
* 11 de abril: el asesinato de Nilda Elías, referente del Movimiento Villero Peronista, en su casa del barrio Santa Rosa de Lima, delante de sus tres hijos y de su madre, Otilia Acuña.
Pavón está acusado por los homicidios de Fadil, Ramírez y Oreste Galuppo el 6 de octubre de 1976 y a Martello por los asesinatos de Meurzet y Mendicute, el 3 de enero de 1977. En las indagatorias, Pavón se negó a declarar y Martello rechazó las imputaciones y dijo desconocer a las víctimas. Los abogados de ambos ya pidieron las excarcelaciones, que el fiscal Rodríguez rechazó, y ahora deberá resolver el juez. El requerimiento de la defensa suele ser previo a la solicitud de detención domiciliaria.
Rosario/12 ya informó que en la causa estaban imputados 19 represores: cinco militares y catorce policías, pero dos de ellos ya fallecieron y otro zafó por su estado de salud. Los coroneles son José María González (ex jefe del Area 212), Jorge Roberto Diab (ex subjefe del Destacamento de Inteligencia Militar 122), Pavón y Martello. El quinto es el que aún no fue localizado.
Y los policías, los comisarios Juan Calixto Perizzotti (ex coordinador del Area 212), Ricardo Ferreyra (ex jefe de la comisaría 4ª, pero en la causa está imputado por un hecho anterior cuando era subjefe de la comisaría 1ª), Jorge Alberto Patricio Villalba (ex jefe de la comisaría 7ª), Juan Carlos Baez (ex oficial de la comisaría 5ª) y siete integrantes del Comando Radioeléctrico: Luis Alberto Bellini, Roberto José Martínez Dorr, Raúl Giménez, Rubén Angel Vázquez, Abel Antonio Romero, Carlos Héctor Albornoz y Rodolfo Antonio Reible.