sábado, 4 de octubre de 2014

Maltrato policial en la provincia de Buenos Aires: 73 casos en tres años

Entre septiembre de 2010 y diciembre de 2013 el Registro Nacional de Casos de Tortura y/o Malos Tratos relevó 73 casos de personas que habían sido víctimas de agresiones físicas por parte de la Policía Bonaerense y de otras fuerzas de seguridad durante los dos meses previos a la entrevista.
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De los 73 casos relevados por el Registro Nacional de Casos de Tortura y/o Malos Tratos, 69 eran varones y 4 mujeres, y el 86% de las víctimas tenía menos de 34 años, es decir, se trata de una población joven. Estos hechos de violencia que han sufrido implican distintos actos, gestos, modos de agredir físicamente a las personas.
A través del instrumento del RNCT las personas entrevistadas pudieron describir hasta 3 hechos de agresión física por parte de funcionarios públicos (policiales, penitenciarios o de minoridad) padecidos en los 60 días previos a la entrevista. Trabajando exclusivamente con los hechos en los que los agresores eran policías bonaerenses o miembros de otras fuerzas de seguridad - como Gendarmería -, 56 víctimas describieron 1 hecho de tortura física y 17 personas describieron 2 hechos, por lo cual cuentan con la descripción en detalle de 90 hechos de agresiones físicas policiales.
De allí concluyen que “las fuerzas de seguridad aplican más de una forma de violencia sobre los cuerpos de las víctimas, en promedio casi 2 actos por hecho. Las golpizas están presentes en la gran mayoría de las agresiones, esto es, las víctimas son golpeadas por varias personas durante un tiempo sostenido. Y luego registramos patadas, golpes de manos o puños y con elementos contundentes como palos, cachiporras o la culata de armas”.
“También relataron las víctimas”, agregan, “despliegues de violencia intensa no sólo física sino con una gran carga simbólica como la asfixia (submarinos seco y húmedo), tiros con balas de plomo, amenaza de fusilamiento y abuso sexual”.
A continuación publicamos algunos de los testimonios que recoge el informe:
"Cuando llegué a la comisaría me desnudaron y me pegaron. Estaba en un calabozo, entraron 2 policías y me pegaban patadas y con un palo haciéndome preguntas".
"Fue muy duro. Me dejaron en un calabozo y entraban y me daban con todo: patadas, piñas y muy duro con una cachiporra en la mano. Me duele mucho. Me quedaron moretones en el cuerpo, la cara hinchada, los labios partidos y no puedo mover el dedo (anular) de la mano (izquierda)".
"Me cayeron como 3 patrulleros, me pisaron la cabeza, la espalda, me pegaron piñas y patadas".
"Me pegaron cuando entré a la comisaría, los 2 policías que me habían detenido y otros 4. Me dejaron en una celda, entraban y me golpeaban con patadas y piñas".
Múltiples agresores
Quienes sufrieron este tipo de agresiones dan cuenta del hecho de que una de las características de la violencia física policial es la confluencia de varios agresores en simultáneo. “En 62 hechos las víctimas pudieron individualizar la cantidad de agentes que participaron en los mismos. En total contabilizamos 278 victimarios ejerciendo violencia física, lo que da un promedio de más de 4 agentes por hecho”, agrega el informe. “Esta brutal descarga de violencia suele implicar para las víctimas lesiones físicas, muchas veces de gravedad”.
Uno de los puntos de la investigación fue preguntarle a las víctimas si identificaban un desencadenante de las agresiones físicas. “Sus respuestas nos permitieron reconocer al menos tres motivos preponderantes en los hechos violentos”.
1 – “Por un lado encontramos agresiones que son asociadas por las víctimas a un fin utilitario por parte de la policía, aquella violencia que ejercen para obtener algo: una confesión, información sobre otras personas involucradas en el hecho o sobre la ubicación de armas o botines, para conseguir dinero u otros bienes de las personas detenidas. 'Los de la brigada me llevaron a un cuartito. Estaba esposado. Me pegaban en las rodillas, en las piernas y me hacían arrodillar y me pegaban piñas en la cara para que dijera dónde estaba mi compañero '”.
2 – “En segundo lugar encontramos agresiones físicas que son interpretadas por las víctimas como una represalia por parte de las fuerzas policiales ante su negativa a cumplir alguna orden o indicación como entregarles dinero o bienes, a proporcionar información o por resistirse a alguna medida. 'Cuando caí detenido la policía me pidió 26.000 pesos para salir. En la comisaría me volvieron a pedir plata y me pegaron porque dije que no '".
3 – “Y luego encontramos toda una serie de "motivos" que se relacionan con la sindicación de una indocilidad difusa en las víctimas como hacer pedidos o reclamos, generar algún esfuerzo o incomodidad a la policía, por tener "problemas" previos con las fuerzas por hechos o detenciones anteriores, entre otros. 'Tenía hacía 2 horas el precinto de las manos y por pedir que me lo sacaran me pegaron patadas en la cabeza y en las costillas '".
“En todos los casos las agresiones físicas (re)marcan las asimetrías entre víctimas y victimarios y remiten a la docilización de las personas detenidas. Y al mismo tiempo, la amplia variedad de desencadenante s de la violencia física da cuenta no sólo de la arbitrariedad de estas prácticas sino también de la crueldad que las signa, cuando lo que persiguen en última instancia es la producción de dolor. Esta diversidad de "motivos", además, agrega un plus de incertidumbre para las víctimas, en tanto cualquier gesto puede llegar ser causa de una respuesta violenta por parte de las fuerzas policiales”.
Desde la RNCT sostienen que “las torturas suponen una multiplicidad de prácticas violentas convergentes en un mismo hecho. En los testimonios sobre agresiones físicas esto se evidencia en las recurrentes referencias a otros tipos de malos tratos y/o torturas que releva el propio Registro de manera desagregada. De esta manera, no sólo son lastimados los cuerpos de las víctimas sino también se violentan sus pertenencias, se infunde el temor a nuevas violencias y se impacta en su subjetividad, en hechos que evidencian la absoluta disposición de la policía sobre las personas detenidas”.
El contexto de las agresiones y sus implicancias
La violencia física policial se despliega especialmente en tres circunstancias: durante la aprehensión en la vía pública, en el móvil de traslado a la dependencia policial o en la propia comisaría.
“En las dependencias policiales relevamos las formas de violencia más "complejas", en el sentido de que su ejercicio requiere cierto tiempo y/o elementos específicos, como el submarino, y también en una comisaría se produjo el caso registrado de abuso sexual”, agrega el informe.
A continuación, otros testimonios recogidos por la RNCT:
"Me agarraron entre 7 policías y 3 me pegaban patadas, me golpeaban. Me pusieron 2 veces una bolsa en la cabeza y me desmayé las 2 veces. Estaba todo marcado, con la costilla rota".
"En la comisaría me llevaron a un cuartito y empezaron a pegarme. Me hicieron arrodillar, esposado en la espalda. Me ponen dos bolsas blancas ajustadas al cuello y empiezan a pegarme en las costillas y en la cara. Me pegaban patadas, piñas".
"Estaba en la celda de la comisaría y entró un oficial. Me amenazó y empezó a tocarme los pechos. Paró porque yo empecé a gritar".
Además, “cuando las torturas físicas se producen en la vía pública (o durante allanamientos) muchas veces son presenciadas por personas cercanas a las víctimas. Esta situación suele ser subrayada como agravante, tanto por la humillación de ser vistas en esas condiciones como por la preocupación, el temor y el sufrimiento que genera en sus seres queridos”.
"Me pisaron los dedos y me partieron los dientes. Estaba con mi hijo y la mamá de mi hijo", cuenta una de las víctimas. "Me pegaron en la esquina de mi casa, enfrente de mi hija. Me detuvieron 3 policías de civil y me golpearon, me agarraron del pelo y me colgaron esposada de un poste", agrega otra. En algunos hechos se registró incluso la participación de civiles (transeúntes o damnificados) en las agresiones: "Me golpearon entre muchos policías y los familiares del damnificado. Me molieron a golpes y palos".
“Estos relatos son muestra de que la policía no tiene reparo en ocultar los malos tratos y las torturas que ejerce, lo cual nos remite a la impunidad con la que cuentan los victimarios y plantea el interrogante sobre el papel de la legitimación social en estos hechos”, concluye el informe.
Síntesis del documento
En su tramo final, en el análisis de las agresiones físicas policiales en la Provincia de Buenos Aires, la RNCT dice reconocer “hechos en los que se combinan distintos actos violentos con intervención de todos o casi todos los agentes presentes y que lesionan gravemente a las víctimas. Asimismo se registran otros tipos de tortura asociados y toda una serie de prácticas suplementarias que tienen como objeto la degradación y la sujeción de las personas detenidas. Y se trata de prácticas que por su arbitrariedad y su crueldad no sólo generan una gran incertidumbre y producen un intenso dolor en las víctimas, sino que se presentan como inevitables, recurrentes y sistemáticas”.
“Al analizar el contexto en el que se producen estos hechos señalamos la gravosidad y brutalidad que presentan en las distintas circunstancias, así como la impunidad con la que cuentan los victimarios. Y en este sentido es importante dejar al menos señalado el papel central del poder judicial en la (re)producción de estas prácticas, cuando inhibe denuncias, no otorga protección a los denunciantes, no condena a los torturadores”.

Casos a nivel nacional: cuando la agresión policial es la regla

Entre septiembre de 2010 y diciembre de 2013 el Registro de Casos de Tortura y/o Malos Tratos de la PPN relevó 67 casos de personas que habían sido víctimas de agresiones físicas por parte de las fuerzas policiales y de seguridad en el marco de su detención durante los 2 meses previos a la entrevista.
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De esos 67 casos relevados por el Registro de Casos de Tortura y/o Malos Tratos, 63 eran varones, 3 mujeres y 1 travesti. El 60% de las víctimas tenía menos de 34 años, es decir, se trata de una población joven.
A través del instrumento del RNCT las personas entrevistadas pudieron describir hasta 3 hechos de agresión física por parte de funcionarios públicos (policiales, penitenciarios o de minoridad)  padecidos en los 60 días previos a la entrevista. Trabajando exclusivamente con los hechos en los que los agresores eran policías (de diversas agencias) o miembros de otras fuerzas de seguridad, 60 víctimas describieron 1 hecho de tortura física, 6 personas describieron 2 hechos y 1 víctima 3 hechos, por lo cual cuentan con la descripción en detalle de 75 hechos de agresiones físicas por parte de policías y otras fuerzas.
El informe da cuenta de que “las golpizas están presentes en la gran mayoría de las agresiones, esto es, las víctimas son golpeadas por varias personas durante un tiempo sostenido. Le sigue en importancia el golpe puntual, la trompada o el cachetazo. Tanto en la golpiza como en el golpe puntual es recurrente la utilización de bastones y/o palos. Luego tenemos una variedad de actos, algunos que evidencian la gran violencia que se despliega en algunas detenciones como atropellar con el patrullero, empujar a una persona por una cornisa de 7 metros o alentar a la gente a apedrear a un detenido”.
“Otras entran en las variantes de las acciones desplegadas ante una persona ya reducida y retirada de la vía pública, acciones que se despliegan con saña: ahorcamientos, abusos sexuales, quemaduras, pata - pata, plaf - plaf, criqueo, gas pimienta en los ojos de una persona maniatada. Finalmente tenemos las que se despliegan habitualmente en los centros de detención policiales que tiene funciones penitenciarias como el puente chino en el marco de requisas”.
Estos son algunos de los testimonios que aparecen en el informe:
“Relató que el día 3 de Enero de 2012 fue detenido por agentes de la Policía Federal y llevado a la Comisaría Nº 48 ubicada en el barrio de Mataderos. (...) Refirió que no recuerda los hechos con exactitud porque se encontraba bajo los efectos de estupefacientes pero que reclamó sus zapatillas y comenzaron a pegarle golpes de puño, patadas y cachetazos. Posteriormente perdió la conciencia y cuando se despertó se encontraba en el Hospital Piñeiro donde lo estaban cosiendo sin anestesia a raíz de un corte profundo en el tórax”.
“Me pegaron en la calle, me tenían sentado y me daban piñas en la cara. También me daban piñas en el quiste que tengo en la cabeza. Les pedí un médico y me decían: '¿para qué querés un médico?'. 'Por que me agarran puntadas en el quiste'. Me decían: '¿A ver? ¿Dónde tenés el quiste? ¿Esto, esto maricón?'. Y me pegaban bifes en la cabeza”.
“En la comisaría me pusieron un cordón de las zapatillas en el cuello y me ahorcaron. Fue un policía por detrás de mi espalda mientras los otros policías se reían. Cuando me empecé a sentir mareado porque me faltaba el aire me soltaron. Luego me empezaron a dar patadas, piñas, y cachetadas en la cara. Hasta el comisario estaba ahí y se reía”.
“Arribados a la seccional, el agente que iba sentado en el asiento del acompañante del conductor descendió del vehículo y tomó a Juan con su brazo por el cuello para hacerlo salir del automóvil y, debido a que se encontraba esposado en ambas extremidades, cayó de bruces contra el suelo, produciéndose una lesión en la nariz y otra en la mano derecha. Juan indicó que, ya en el interior de la comisaría, fue golpeado por 6 agentes policiales aproximadamente, arrojándolo al suelo, dándole patadas y nuevamente, colocándole una rodilla en su pecho. Agregó que lo llevaron a una celda donde le quitaron las esposas de las muñecas e intentaron colocarle un chaleco de fuerza. Lograron hacerlo, y en ese momento un agente le dio un golpe con la palma de la mano (“como  embolsando el aire y mi oreja") muy fuerte en la cabeza, sobre la oreja derecha. (...) Juan agregó que al soplarse la nariz sintió, en el oído derecho, un 'vacío' y que a partir de entonces ya no pudo escuchar bien”.
“Durante la detención lo tiraron 7 metros abajo desde una cornisa. Luego, una vez internado en el Hospital por las fracturas percibidas, lo golpearon en los pies y le tiraron agua caliente para que desista la denuncia penal realizada”.
“Durante la detención es atropellado por un patrullero, queda tirado en el piso, lo ponen boca abajo y le levantan la espalda tirándole del pelo para arriba. Le dan patadas en las costillas y piñas. Luego, fue llevado a la Comisaría 14 de San Telmo donde estuvo 1 hora y debido a los fuertes dolores que tenía y las lastimaduras, fue llevado de urgencia al Hospital Argerich. Allí lo operaron y queda internado 2 meses: tenía rotos 2 huesos, perdió masa encefálica, quedó con dificultades en el habla y en la garganta y muy frágil la espalda”.
“Lo detienen en su casa, eran de la PFA, pero no sabe precisar cuántos, le dan patadas, le pegan con palos en las piernas, en los brazos, estando en el piso y esposado. Le pegaron en 2 oportunidades con un palo, producto de estos golpes rodó por una escalera. Después de inmovilizarlo y esposarlo recibió cachetazos y aplicación de gas pimienta en el rostro”.
“Me dieron una patada fuerte en el pecho, no me dejaron marca pero estaba arrodillado y esposado y cuando me pegaron la patada me quedé sin aire por un minuto”.
Tortura en el patrullero y en los hospitales
En uno de los relatos se da cuenta de que ante una situación en que una detención violenta es observada y cuestiona da por terceras personas, el detenido es retirado de la vía pública y golpeado en el patrullero: "Luego de una razzia contra personas en situación de calle frente a un comedor que genera algunas protestas (...) el personal policial lo hizo subir al patrullero y lo trasladó a la Comisaría 6ta. Durante el trayecto, Juan se hallaba sentado en la parte trasera del móvil, entre dos agentes policiales, y el que se encontraba a la izquierda comenzó a darle golpes de puño sobre sus costillas, al iniciar la marcha por la calle Virrey Cevallos, cuando ya no era visto por la gente que se encontraba en el lugar de la detención".
El informe da cuenta que “se puede apreciar en estos relatos que los malos tratos y torturas de la policía en la vía pública se producen en situaciones en que las personas ya han sido aprehendidas y reducidas, y en que la acción de la policía lejos de promover el cese del conflicto que da motivo a la detención continúa y eleva el nivel de violencia.
“En varios casos las agresiones en espacios cerrados se dan en el marco de la aprehensión en tanto son el lugar donde se produce el delito o aquel en que se refugia quien es perseguido”, continúa el informe. Pero agrega que “vamos a destacar dos relatos donde el lugar cerrado revela una particular saña de quienes despliegan los malos tratos y torturas, demostrando un interés claro en producir daño y dolor, porque se trata de hospitales". “En la sala de rayos del Hospital Argerich, me encerraron después de hacerme los estudios y me pegaron entre dos”, cuenta una de las víctimas. “Mientras estaba en el hospital uno de los gendarmes me tiraba del brazo quebrado para que me duela”, agrega otra.
Agresiones una vez detenido en la comisaría
“En las dependencias policiales relevamos las formas de violencia más "complejas", en el sentido de que su ejercicio requiere cierto tiempo y/o elementos. En este sentido, ya hemos dado cuenta de una asfixia provocada con los cordones de las zapatillas y vemos a continuación la utilización de un casco como modo de provocar dolor y sufrimiento sin dejar marcas”.
Los relatos “destacan el carácter de la comisaría como “territorio propio”, sujeto a la “ley propia”, espacio de impunidad y soberanía reivindicado por los policías ante los detenidos”, agregan. “Lo que queda claro, al repasar los lugares donde se producen la agresiones físicas es que de la calle a la comisaría, pasando por patrulleros y/u otros lugares, la violencia y el maltrato es una práctica que va adherida a la propia acción policial”.
“Como puede verse en los relatos de las víctimas, otra característica presente en los hechos de violencia física policial registrados es la confluencia de varios agresores en simultáneo. En 68 hechos las víctimas pudieron individualizar la cantidad de agentes policiales que participaron en los mismos. El promedio de agresores por hecho es de más de 4, con hechos que llegan a congregar 12 policías”.
En este caso, se les consultó a las víctimas si identificaban un desencadenante o motivo de las agresiones físicas policiales. “En algunos casos se puede ver cierta naturalización de la violencia policial ya que vinculan las agresiones a las acusaciones que motivaron la detención. Así, frases del tenor de “me acusan de esto o aquello" o "dicen que hice tal o cual cosa", aparecen en muchos casos como el único motivo para las golpizas en el momento de la detención. En otros casos la golpiza es atribuida a represalias por gestos de resistencia o protesta al momento de la detención”.
Algunos de los testimonios recogidos por la RNCT:
“Me faltaban el respeto: 'qué te voy a dar a vos, pedazo de gato'. Y yo les contesté. Me ponen un casco de moto en la cabeza para que se sienta y de ahí me pegan patadas y piñas, me atan los pies con una cinta adhesiva y en las muñecas las marrocas. Uno de ellos se me subió encima de la panza y me daban golpes en la cabeza pero con el casco puesto. De tantos golpes en la costilla y la espalda me estaba ahogando".
"Cuando llegó a la comisaría le querían hacer firmar un papel y él se negaba. Le preguntaban '¿vas a firmar?'. Él se negaba y le apretaban las esposas y le decían 'acá no estás en tu país, acá tenés que hacer lo que te decimos nosotros'. Él decía que tenía que leer antes de firmar y entonces lo golpeaban nuevamente".
“Todos lo policías que llegaban nos golpeaban. Llegaban y decían 'estos son los colombianos' y nos  pegaban bifes en la cabeza. Nos decían '¿por qué no se van a robar a su país?'. 'Pero si yo no estaba robando, estaba fumando'. '¿Por qué no se van a fumar a su país?'”.
“Me detuvieron con otros 2 pibes que también les pegaron aunque menos. Ellos [los detenidos] decían: 'tengo derecho a que no me peguen' y los policías les decían: 'desde que estás detenido no tenés derecho a nada'. Todo esto fue para que nos hiciéramos cargo de la droga. Después me amenazaron, me dijeron: 'si hablás te vamos a cagar a palos, tenemos tu dirección'".
Síntesis del documento
En la parte de las conclusiones del informe en el marco de las agresiones físicas policiales en el ámbito Nacional/Federal, sostienen que “el abordaje exploratorio de las agresiones físicas policiales nos permitió describir una serie de prácticas policiales en que se combinan distintos actos violentos con intervención de todos o casi todos los agentes presentes y que lesionan gravemente a las víctimas”.
“Pero también la descripción de estas violencias nos permite avanzar sobre hipótesis que dan cuenta de su funcionalidad en el gobierno de la conflictividad en el territorio”, agregan. “Es así que se registra toda una serie de prácticas que tienen como objeto la degradación y la sujeción de las personas detenidas, las que es necesario seguir investigando.  De estos análisis exploratorios surgen prácticas de maltrato que parecen estar ligadas a las funciones de gobierno del territorio, prácticas que hablan de un conocimiento y una relación previa con las personas que son detenidas, tales como el hostigamiento, la extorsión y el armado de causas”.
“De esta manera, no sólo son lastimados los cuerpos de las víctimas sino también se violentan sus pertenencias, se infunde el temor a nuevas violencias y se impacta en su subjetividad, en un despliegue que va de la violencia “vindicadora” que se ubica en el plano de la “venganza social” ante el delito a una serie de negociaciones y tolerancias en función de cierta regulación del delito”.

"La policía siempre te pega"

Se dio a conocer el Informe 2013 del Registro Nacional de Casos de Tortura y/o Malos Tratos. “Los malos tratos y torturas por parte de las fuerzas de seguridad en detenciones en la vía pública y durante el alojamiento en dependencias policiales se registran con recurrencia y regularidad”.
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Provincia de Buenos Aires: 70 denuncias en tres años
Por Juan Ciucci
El Registro Nacional de Casos de Tortura y/o Malos Tratos por parte de las policías y otras fuerzas de seguridad, con funciones convergentes en el espacio público, analiza casos en la Ciudad de Buenos Aires y en la Provincia de Buenos Aires, particularmente el Conurbano Bonaerense. Y casos que la Procuración Penitenciaria releva por medio de sus Delegaciones en localidades de otras provincias del país.
El registro es llevado adelante por el Grupo de Estudios sobre Sistema Penal y Derechos Humanos, la Comisión Provincial por la Memoria y la Procuración Penitenciaria de la Nación desde la Dirección de Protección de Derechos.
Los tres organismos han llevado adelante durante 3 años relevamientos en el marco del Registro, con diferentes instrumentos focalizados en la indagación en el espacio carcelario, donde además de casos de malos tratos y torturas ejercidos por personal penitenciario, se registraron casos en los que habían participado de los actos de violencia estatal de las fuerzas de seguridad-policías al momento de la aprehensión y/o en espacios de detención.
Todo lo cual les permitió “comprobar que el proceso de victimización producto del padecimiento de torturas tiene sus comienzos en los primeros contactos con la policía”, según dejan constancia en el informe. “Los malos tratos y las torturas por parte de las fuerzas de seguridad en aprehensiones, detenciones en la vía pública y durante el alojamiento en dependencias policiales se registran con recurrencia y regularidad en los casos de personas que han sido recientemente detenidas”, agregan.
Tanto en el ámbito federal - nacional como en el de la Provincia de Buenos Aires se realizaron relevamientos en comisarías, alcaidías penitenciarias y pabellones de ingreso a cárceles.  En el apartado sobre tortura y malos tratos policiales se realizaró  un análisis exploratorio a partir de 140 casos de víctimas de agresiones físicas relevadas por el RNCT en el ámbito de trabajo de la PPN y la CPM.
En las conclusiones del documento (tanto para fuerzas federales como provinciales), les permitió reconocer “hechos en los que se combinan distintos actos violentos con intervención de todos o casi todos los agentes presentes y que lesionan gravemente a las víctimas”. Asimismo se registran “otros tipos de tortura asociados y toda una serie de prácticas suplementarias que tienen como objeto la degradación y la sujeción de las personas detenidas”.
Aclaran que “se trata de prácticas que por su arbitrariedad y su crueldad no sólo generan una gran incertidumbre y producen un intenso dolor en las víctimas, sino que se presentan como inevitables, recurrentes y sistemáticas”.
Algunos de los testimonios remarcan que “la policía siempre te pega. Ni llegaron a esposarme y empezaron a pegarme piñas y patadas en la calle" o que "como siempre, te pegan de a varios, te pegan con todo".
Al analizar el contexto en el que se producen estos hechos señalan “la gravosidad y brutalidad que presentan en las distintas circunstancias, así como la impunidad con la que cuentan los victimarios. Y en este sentido es importante dejar al menos señalado el papel central del poder judicial en la (re)producción de estas prácticas, cuando inhibe denuncias, no otorga protección a los denunciantes, no condena a los torturadores”.

“Buscamos fortalecer al sector independiente de la cultura”

Entrevista al secretario de Gestión Cultural del Ministerio de Cultura, Sebastián Schonfeld, en la presentación del Fondo Argentino de Desarrollo Cultural, que otorgará $ 15.000.000 en ayudas para fortalecer el sector cultural en todo el país.
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El Fondo Argentino de Desarrollo Cultural, que otorgará $ 15.000.000 en ayudas e incentivos económicos para fortalecer el sector cultural en todo el país, fue presentado por la ministra de Cultura de la Nación, Teresa Parodi, el secretario de Gestión Cultural, Sebastián Schonfeld y la jefa de Gabinete de Cultura, Verónica Fiorito.
“Este fondo es una política pensada para que el Ministerio de Cultura de la Nación pueda dar respuesta e intensificar las posibilidades de trabajar en lo cultural con el acompañamiento del Estado”, explicó Parodi.
Este programa, impulsado por la Secretaría de Gestión Cultural, brinda a artistas, creadores, productores, gestores, profesionales, empresas, organizaciones no gubernamentales y cooperativas la posibilidad de presentar proyectos, programas o actividades que requieran ayuda total o parcial para su concreción.
Estos fondos concursables son una transferencia directa de recursos del Estado a la sociedad. Su objetivo es profundizar las políticas públicas de jerarquización de las producciones culturales argentinas. Las postulaciones se tramitan hasta el 7 de noviembre ingresando enwww.cultura.gob.ar/fondocultural2014
“La cultura la hacemos todos, el Estado solo va a los lugares donde la estamos desarrollando; ilumina y potencia eso, y acerca los medios para facilitar la democratización, para que exista la igualdad, y ese es un trabajo en equipo”, agregó la Ministra.
Los postulantes, sean personas físicas o jurídicas, podrán optar entre cuatro líneas de acción –movilidad, sostenibilidad, infraestructura e innovación–, que abarcan 14 modalidades de apoyo, surgidas de un diagnóstico exhaustivo de cada sector cultural.
“La medida apunta al fortalecimiento del sector cultural porque consideramos que apoyar al sector es garantizar la diversidad. Diseñamos esta batería de ayudas para complementar la oferta que ya estaba disponible y también atendiendo a las necesidades puntuales que el sector plantea hace mucho tiempo”, sostuvo el secretario de Gestión Cultural, Sebastián Schonfeld.
El fondo incluye subsidios a la movilidad en el país y en el exterior; fomento de la comercialización asociativa; apoyo al posicionamiento de marcas de diseño, a los circuitos culturales, y a las ferias y los festivales; ayudas a la promoción de catálogos de sellos discográficos, a las colecciones de editoriales independientes, y a la edición de catálogos de artes visuales.
También se otorgará financiamiento para mejorar la infraestructura de museos y espacios culturales, y para impulsar proyectos de base tecnológica, y laboratorios de experimentación y creación colectiva.
Próximamente, en la línea del Fondo Argentino de Desarrollo Cultural, el Ministerio de Cultura de la Nación publicará la primera edición de la Guía del Financiamiento Público para la Cultura y las Artes, para la cual se ha realizado un trabajo de relevamiento y catalogación de las ayudas existentes.
Fondo Argentino de Desarrollo Cultural
-4 líneas / 14 modalidades para todo el sector cultural
-Cantidad mínima de ayudas: 150 proyectos / 1000 pasajes
-Monto total que se distribuirá: $ 15.000.000
-Período de la convocatoria: 1.º de octubre al 7 de noviembre de 2014.
-Fecha de realización de proyectos: 1.º de febrero al 31 de julio de 2015.
-Postulaciones en línea: Se realiza completamente en formato digital, a través de la página web del Ministerio de Cultura de la Nación: www.cultura.gob.ar/fondocultural2014.
1. LÍNEA MOVILIDAD
Objetivo: Contribuir a la movilidad y la circulación de artistas, creadores, productores y profesionales vinculadas al sector cultural. Esta línea busca la creación y el fortalecimiento de redes y circuitos locales, regionales e internacionales que favorezcan a la distribución, circulación y promoción de las producciones culturales del país.
Destinatarios: Artistas, creadores, productores, gestores y profesionales vinculados al sector cultural que cuenten con una carta de invitación o inscripción oficial. (Personas físicas o jurídicas).
Dos modalidades:
-Ayudas a la movilidad dentro del país.
-Ayudas a la movilidad al exterior.
Consultas: fondo.movilidad@cultura.gob.ar
2. LÍNEA INFRAESTRUCTURA
Objetivo: Contribuir al mejoramiento físico de espacios culturales, museos y sitios patrimoniales privados o del tercer sector, a través de remodelaciones, ampliaciones y adquisición o modernización de equipamiento. Esta línea busca mejorar el desarrollo de la programaciones, el fortalecimiento institucional y la  protección, conservación, exhibición, catalogación, almacenamiento y difusión del patrimonio.
Destinatarios:  Espacios culturales, museos y sitios patrimoniales con o sin fines de lucro, en todos los casos privados y/o del tercer sector. (Personas jurídicas).
Dos modalidades:
-Ayudas a la infraestructura cultural / Monto máximo por ayuda: $250.000
-Ayudas a la infraestructura de museos y sitios patrimoniales privados y del tercer sector / Monto máximo por ayuda: $250.000
Consultas: fondo.infraestructura@cultura.gob.ar
3. LÍNEA SOSTENIBILIDAD
Objetivo: Impulsar el desarrollo y el fortalecimiento de artistas, creadores, productores, gestores, profesionales, emprendimientos, y pequeñas y medianas empresas vinculados al sector cultural. Esta línea busca favorecer la comercialización y la promoción de las producciones culturales del país, ayudando así a la consolidación y la creación de nuevos mercados, y a la sostenibilidad de los proyectos, artistas, empresas y emprendimientos afines.
Destinatarios: Artistas, creadores, productores, gestores, profesionales, emprendimientos, y pequeñas y medianas empresas vinculadas al sector cultural. (Personas físicas o jurídicas).
Siete modalidades:
-Fomento a proyectos de comercialización asociativa / Monto máximo por ayuda: $100.000
-Apoyo al posicionamiento estratégico de marcas de diseño / Monto máximo por ayuda: $60.000
-Fomento a redes, circuitos y colectivos culturales / Monto máximo por ayuda: $50.000
-Fomento a festivales, ferias y mercados artísticos y culturales / Monto máximo por ayuda: $50.000
-Ayuda a la promoción de catálogos de sellos discográficos independientes / Monto máximo por ayuda: $60.000
-Apoyo a colecciones de editoriales independientes / Monto máximo por ayuda: $60.000
-Apoyo a la edición de catálogos de artistas visuales / Monto máximo por ayuda: $40.000
Consultas: fondo.sostenibilidad@cultura.gob.ar
4. LÍNEA INNOVACIÓN
Objetivo: Impulsar el desarrollo de artistas, creadores, profesionales, emprendimientos y pequeñas y medianas empresas vinculadas al sector cultural que realicen sus actividades empleando nuevas tecnologías y avances científicos. Esta línea busca favorecer proyectos que impulsen la innovación, y realicen acciones y actividades vinculadas a la producción, investigación, experimentación y creación artística de base tecnológica.
Destinatarios: Artistas, creadores, productores, gestores, profesionales, emprendimientos y pequeñas y medianas empresas vinculadas al sector cultural.
Tres modalidades:
-Fomento a proyectos y emprendimientos de base tecnológica / Monto máximo por ayuda: $150.000
-Apoyo a proyectos artísticos de base tecnológica / Monto máximo por ayuda: $80.000
-Apoyo a laboratorios de experimentación y creación colectiva / Monto máximo por ayuda: $80.000.
Consultas: fondo.innovacion@cultura.gob.ar

SECRETOS

El presidente ruso, Vladimir Putin, contó ayer la forma como conoció a Henry Kissinger: “Nos conocimos en San Petersburgo, a principios de los noventa, lo recibí en el aeropuerto y él empezó a preguntarme dónde trabajaba. Yo comencé a contarle, pero, naturalmente, no le dije la estructura concreta donde trabajaba. Entonces comenzó a insistir: ‘¿Y antes, y antes?’ Al final me harté y le dije que había trabajado en los servicios secretos soviéticos. Me miró (y me dijo): ‘Todas las personas decentes empiezan en los servicios secretos, yo incluido’”.

Presentación del libro Los Buitres de la Deuda

La Agrupación 25 de Mayo invita a los compañeros y vecinos a la presentación del libro Los Buitres de la Deuda de Mara Laudonia, que se realizará el miércoles 8 de octubre a las 17:30 hs, en el bar Lo de Néstor, ubicado en Bolívar 548 de la Ciudad de Buenos Aires.
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La autora del libro es Licenciada en Economía y periodista especializada en economía y finanzas. Actualmente, es jefa de la sección de economía en la agencia de noticias Télam.La importancia de este encuentro es conocer la historia reciente de la deuda externa argentina, a partir del recorrido por temas como la reestructuración de la deuda, el pago al FMI, las peleas por las reservas, el canje de la deuda y el embargo y liberación de la fragata Libertad.
El libro es de Editorial Biblos y se publicó en 2013, sin embargo, la actualidad y relevancia de los temas que desarrolla hace que su lectura sea importante para conocer mejor la historia reciente de la deuda externa argentina en un proceso encarado por un "gobierno con un proyecto político nacional y popular".
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La Cámpora criticó a Clarín y a la oposición con un diario apócrifo



La agrupación juvenil distribuyó una versión falsa del matutino con la que criticó a la oposición por su postura con los fondos buitres. La opinión de la organización kirchnerista.
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En el marco de una serie de actividades militantes destinadas a concientizar sobre el conflicto planteado por los fondos buitre, durante el día de hoy realizamos una entrega de materiales en diversos puntos del país. El material consiste en una parodia que busca retratar no sólo cuáles serían las consecuencias inmediatas de acatar el fallo del Juez Griesa sino también la forma en la que algunos medios de comunicación “reflejan” esa realidad de acuerdo a los intereses que defienden.
Miles de compañeros en todos los puntos del país distribuyeron el material que busca instalar el debate en la sociedad respecto a cuáles son los riesgos que corre nuestro país si las medidas adoptadas en el futuro fueran las que solicitan los fondos buitre y replican sus representantes locales. Quienes todos los días recorren canales de televisión, el recinto donde no sólo hacen política sino desde donde les definen la agenda, aseguran que el conflicto con los fondos buitre es una consecuencia del “desmanejo” del Gobierno y que lo que corresponde es cumplir con un fallo que obliga a la Argentina a suicidarse económica, política y socialmente.
Con este material pretendemos dar un debate de cara a la sociedad acerca de cuáles son las consecuencias reales de los programas de quienes pretenden gobernar la Argentina entregando la soberanía a cambio de una supuesta “confianza” de los mercados