martes, 9 de septiembre de 2014

NACIONES UNIDAS DEBATIRA HOY LA CREACION DE UN MARCO LEGAL PARA LAS REESTRUCTURACIONES DE DEUDA SOBERANA Un escenario mundial contra los buitres

La propuesta del G-77 + China, impulsada por la Argentina, cuenta con el apoyo mayoritario de los países en desarrollo, aunque otros como Estados Unidos, Japón, Canadá y algunos miembros de la Unión Europea no acompañarían el planteo.

Por Sebastian Abrevaya

Desde Nueva York

Después de décadas de infructuosos intentos por abordar concretamente el tema, la Organización de las Naciones Unidas tratará hoy específicamente la necesidad de instrumentar un marco legal para las reestructuraciones de deuda soberana. Tras desatarse el conflicto con los fondos buitre, que todavía sigue abierto, la Argentina impulsó en el seno del G-77 + China la creación de mecanismos de regulación multilateral, que hoy se debatirán en la última asamblea anual del organismo internacional. Hasta ahora, la propuesta cuenta con el apoyo mayoritario de los países en desarrollo, aunque otros como Estados Unidos, Japón, Canadá y algunos miembros de la Unión Europea no acompañarían el planteo. De todas maneras, tanto desde el G-77 como desde el gobierno argentino se mostraron confiados ayer en el resultado positivo de la reunión. Una vez aprobada la resolución, la ONU tendrá hasta fin de año para definir la modalidad de tratamiento y hasta septiembre del año próximo para aprobar el contenido específico del marco regulatorio.

“La Asamblea General decide elaborar y aprobar, mediante un proceso de negociaciones intergubernamentales y con carácter prioritario, en su sexagésimo noveno período de sesiones (septiembre 2014 hasta septiembre de 2015), un marco jurídico multilateral para los procesos de reestructuración de deuda soberana con miras a, entre otras cosas, aumentar la eficiencia, la estabilidad y la previsibilidad del sistema financiero internacional y lograr un crecimiento económico sostenido, inclusivo y equitativo y el desarrollo sostenible, de conformidad con las circunstancias y prioridades nacionales.” Así dice la parte resolutiva del texto que el presidente del G-77 + China, el boliviano Sacha Llorenti, pondrá hoy a consideración del resto de los 193 países miembros de Naciones Unidas. Por el reglamento del organismo, Llorenti será el único orador en defender el proyecto antes de su votación. Posteriormente, otros países harán uso de la palabra para manifestar su apoyo. El canciller Héctor Timerman será el representante de la Argentina y estará acompañado por la embajadora ante la ONU, Marita Perceval.

Se espera que antes se expresen los países que rechazan la iniciativa.

Ya en 1970, el economista y ex secretario general adjunto de la ONU, el sueco Göran Ohlin, escribió que la financiación para el de-sarrollo necesitaba algo parecido a una institución de “insolvencia honorable”. Desde entonces, han existido reiterados intentos de aprobar un sistema que regule los procesos de reestructuración de deuda de los países soberanos. En la primera Conferencia de Financiación para el Desarrollo, celebrada en marzo de 2002 en Monterrey, los Estados expresaron su compromiso de trabajar en un mecanismo internacional de renegociación de deudas. Incluso el Fondo Monetario Internacional en 2003 trabajó durante un tiempo en este tema, pero los esfuerzos no prosperaron debido a la oposición de Estados Unidos. A diferencia de la asamblea de la ONU, donde cada Estado cuenta con un voto, en el FMI los votos son proporcionales al PBI de cada nación, por lo que la negativa norteamericana implicó un obstáculo insalvable para la promoción de estos instrumentos.

Entre otros antecedentes se destaca la insistencia reiterada, desde el año 2004, del secretario general de Naciones Unidas para abordar esta cuestión, además de otros pronunciamientos de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (Unctad, por sus siglas en inglés), la Conferencia sobre la Crisis Económica y Financiera Mundial de 2009. Desde ese año, el G-77 viene insistentemente solicitando la inclusión de un párrafo sobre la creación de un grupo de trabajo sobre el tema de la deuda, el cual no pudo plasmarse en los proyectos de resolución por el rechazo de los países desarrollados.

Es por este contexto que desde el gobierno argentino consideran histórica la reunión de hoy, en la que podrían revertirse años de postergaciones. Como bloque, el G-77 + China está conformado por 133 países, de los cuales 132 tienen voto. Allí se encuentran casi todos los países de Latinoamérica y el Caribe, de Africa, China, India, entre otros. Aunque al tratarse de un grupo muy amplio no se espera el acompañamiento del total de sus miembros, los avales serían suficientes para conseguir una mayoría en la asamblea, conformada por 193 países.

El caso argentino contra los fondos buitre y el fallo del juez de Nueva York Thomas Griesa puso en evidencia la necesidad de no seguir aplazando una definición en pos de un improbable consenso. Existen incluso posturas diferentes en el propio gobierno de Estados Unidos, entre el Departamento del Tesoro y el Departamento de Estado. Mientras el primero rechaza abiertamente cualquier tipo de regulación, el segundo podría aceptar un debate al respecto, teniendo en cuenta que la situación actual puede resultar hasta perjudicial para la propia jurisdicción de Nueva York.

Entre otros puntos, la propuesta del G-77 sostiene que “las crisis de deuda soberana son un problema recurrente que entraña graves consecuencias políticas, económicas y sociales, que los procesos de reestructuración de la deuda soberana son un fenómeno frecuente en el sistema financiero internacional”. En una clara alusión a los fondos buitre y el bloqueo implementado por Griesa, también advierte que “los esfuerzos de un Estado por reestructurar su deuda soberana no deben verse frustrados u obstaculizados por los acreedores comerciales, incluidos fondos de inversión especializados como los fondos de cobertura, que adquieren deuda de Estados altamente endeudados con fines especulativos en los mercados secundarios a precios con grandes descuentos con la intención de litigar para obtener el reembolso de la totalidad del valor”. En ese contexto, afirma que el sistema financiero internacional “no cuenta con un marco jurídico riguroso para la reestructuración ordenada y previsible de la deuda, lo que aumenta aún más el costo de incumplimiento”.

De aprobarse hoy, todavía resonarán los ecos de este día cuando la Presidenta venga a inaugurar un nuevo período de sesiones de la Asamblea General de la ONU.



EL PRESIDENTE DEL G-77+CHINA, SACHA LLORENTI
“Todos los países valemos un voto”
Por Sebastian Abrevaya

Desde Nueva York

“Esto se discutía en el FMI o en el Club de París, donde no existe lo que hay en la ONU, que es la igualdad entre los miembros de la organización. En la Asamblea no hay poder de veto y todos los países valemos un voto. Es el escenario más democrático y legítimo del mundo multilateral. Y por primera vez se va a votar un tema que tiene que ver con la estructura financiera del mundo, con la posibilidad de construir un nuevo orden financiero internacional”, señala el presidente del G-77+China, Sacha Llorenti, quien será el encargado de plantear hoy la posición del grupo que nuclea a más de 130 países, entre los que se encuentra la Argentina. En diálogo con la prensa argentina, Llorenti consideró que esta votación va a “marcar un antes y un después” y que, de aprobarse el marco regulatorio sobre las reestructuraciones de deuda, se va a producir un avance no sólo en materia financiera, “sino también en materia de soberanía, crecimiento económico, desarrollo sostenible y derechos económicos y sociales”.

Lejos de una discusión meramente técnica, en la que se involucran solamente economistas y especialistas en finanzas, la decisión de que el tema de la deuda externa sea abordado por la ONU ya constituye un avance para el presidente del G-77. “Hay Estados que se oponen militantemente a que este tema se debata en ONU, prefieren que sea en el FMI, donde tienen mayor capacidad de voto, donde no interesa la igualdad entre los Estados o prefieren que nunca se trate este tema para continuar con la lógica especulativa de las finanzas del mundo”, responde el representante de Bolivia ante la consulta por el lobby ejercido por otras naciones contra el proyecto. Aunque no quiso hacer menciones precisas, es conocida la oposición de Estados Unidos, Japón y Canadá, entre otros. Existen varios países desarrollados de Europa que podrían abstenerse en la votación.

Si bien es un tema que los países en desarrollo han intentado reiteradas veces incluir en la agenda de Naciones Unidas, el conflicto argentino con los fondos buitre implicó un cambio en el escenario. “Ha desnudado una realidad global que demuestra que lo que le sucede a la Argentina le puede pasar a cualquier país en desarrollo, pero también a uno desarrollado. Ha desnudado la forma en que estos fondos buitre trabajan, simplemente buscando el lucro”, insiste Llorenti.

El apoyo del G-77 al caso argentino ya fue expresado hacia fines de junio, cuando el canciller Héctor Timerman y el ministro de Economía, Axel Kicillof, viajaron a la sede del organismo para detallar la situación. Por otro lado, en la última cumbre, realizada en Santa Cruz de la Sierra, el grupo de 133 países había expresado también la necesidad de crear mecanismos para resolver estos conflictos.

A diferencia de otras resoluciones, que generalmente salen por consenso y son de orden declarativo, el marco regulatorio será motivo de disputa y tendrá carácter vinculante. “Cuando existen intereses contradictorios y cuando tenemos una mayoría de países con una mirada puesta en una dirección y una minoría en otra dirección, el voto no sólo es un derecho: es una necesidad. Hemos hecho los mayores esfuerzos para acercar posiciones y estamos convencidos de que ese antes y después está marcado por esta resolución, porque éste era un tema casi vetado para la Asamblea General. Los dueños de estos temas estaban en el FMI y Club de París”, explica el embajador boliviano.

Respaldo de Amnistía
“La discusión que comenzará en la Asamblea General de las Naciones Unidas acerca de la necesidad de establecer un nuevo marco legal para las reestructuraciones de deuda soberana, propuesta por el Grupo de los 77 y China, es una oportunidad para reafirmar el principio de que todos los Estados tienen la obligación de cooperar para garantizar la plena realización de los derechos humanos”, señaló la organización de derechos humanos Amnistía Internacional en un comunicado. “Los Estados deben asegurar que los acuerdos sobre deuda externa no sean inconsistentes con sus obligaciones de garantizar niveles básicos de derechos económicos, sociales y culturales y que no conlleven la adopción deliberada de medidas regresivas. Al momento de asumir nuevas obligaciones, los Estados deben asegurar que éstas no deroguen ni afecten sus obligaciones fundamentales de derechos humanos”, manifestó AI. El organismo agregó que “los Estados deudores deben implementar salvaguardas que limiten el impacto de las resoluciones de controversias por parte de jurisdicciones extranjeras sobre los derechos humanos”.

Respaldo de Red Jubileo
La organización internacional Red Jubileo aseguró ayer que la discusión respecto del proyecto sobre reestructuración de deuda soberana, la cual se llevará adelante hoy en Naciones Unidas, permitiría desincentivar futuras maniobras de especulación de fondos buitre. La entidad urgió al gobierno de los Estados Unidos para que vote a favor de la iniciativa del G-77 más China. “Existe consenso global para frenar el comportamiento deprepador. La resolución es una oportunidad para convertir el consenso en acción. Posibilitaría empezar un proceso que nos permita desafiar la desigualdad y tener estabilidad real”, dijo Eric LeCompte, director de Jubileo, alianza norteamericana que agrupa a más de 75 organizaciones y a 400 comunidades religiosas contra los fondos buitre.

09/09/14 Página|12

Salió 48 horas después del lanzamiento de un producto del grupo Impuesto Netflix: “una ley a medida del Grupo Clarín”


Asi calificaron las legisladoras porteñas Paula Penacca y Claudia Neira al llamado “impuesto Netflix”. Sostienen que la norma mejora las condiciones de competencia de Cablevisión y que el gravamen "trasciende lo tributario y tiene un objetivo político".

Por Infojus Noticias

Las legisladoras porteñas del Frente para la Victoria Paula Penacca y Claudia Neira calificaron al llamado “impuesto Netflix” como "una ley hecha a medida del Grupo Clarín” porque "mejora las condiciones de competencia" para Cablevisión”, a la vez que consideraron que el objetivo del gravamen "trasciende lo tributario y tiene un objetivo político".

En ese sentido, subrayaron que la aprobación del impuesto se produjo 48 horas después del lanzamiento por parte del Grupo Clarín de Cablevisión Play, un servicio similar al que brindan las empresas afectadas por el nuevo gravamen.

El gobierno de la Ciudad publicó en el Boletín Oficial del 2 de septiembre una resolución que establece un "Régimen de Retención del Impuesto Sobre los Ingresos Brutos" del 3 por ciento a la contratación de servicios de suscripción online "para acceder a películas, TV y otros tipos de entretenimiento audiovisual que se transmiten por Internet”.

Esta extensión del impuesto a los ingresos brutos se aplicará a partir del 1 de noviembre a las empresas que no estén radicadas en la ciudad, como es el caso de Netflix, Itunes y Spotify, entre las más conocidas, y alcanzará también a servicios de consumo masivo como aplicaciones para dispositivos móviles que puedan adquirirse vía Google Play o App Store, entre otros.

“Mientras desde el Ejecutivo nacional se impulsan leyes que apuntan a la protección de los derechos del usuario, Macri promueve la ampliación del cobro de Ingresos Brutos a las empresas proveedoras de servicios audiovisuales por internet, en desmedro del bolsillo de los consumidores", explicó Penacca a Télam.

“Si bien no es un impuesto relevante”, agregó Neira, “no hay dudas que va a impactar en el bolsillo de los usuarios", y resaltó que “trasciende lo tributario y tiene un objetivo político”.

En el mismo sentido, Penacca señaló que el tributo que comenzará a regir desde noviembre "busca generarle un nuevo aumento a las ya de por sí millonarias ganancias que tiene el Grupo", y calificó como “muy llamativo” que la resolución del ente tributario porteño “esté fechada apenas 48 horas después del lanzamiento de Cablevisión Play”, un servicio análogo al de Netflix que brinda el operador de cable que controla el Grupo Clarín.

"Con esta resolución, Macri le hace un nuevo favor a sus amigos de Clarín, ya que la norma mejora las condiciones de competencia en el mercado de Cablevisión”, agregó la diputada.

Cablevisión Play, el servicio de contenidos online que Cablevisión ofrece a sus abonados, fue lanzado el 25 de agosto, mientras que las resoluciones 593 y 594 de la Administración Gubernamental de Ingresos Públicos (AGIP) que fijan el nuevo gravamen están fechadas el 27 de agosto, según consta en el boletín oficial de la Ciudad.

El jefe de gobierno porteño Mauricio Macri confirmó el viernes a radio La Red que “la AGIP extendió el Ingreso Bruto que pagan hoy los sitios de Internet locales a los sitios extranjeros” para que puedan “competir en las mismas condiciones”.



Sin embargo, el titular de la AGIP, Carlos Walter, explicó en declaraciones a radio Latina que Cablevisión, al igual que compañías como Direct TV o Telecentro, no paga Ingresos Brutos porque presta un servicio cultural y está radicada en la ciudad.

"No son casuales las fechas", aseguró Neira en diálogo con Télam y señaló que "no se trata de proteger a Netflix o a empresas similares, se trata de pensar cuál es el trasfondo político de esta extensión de los ingresos brutos, que todo indica que está hecha a medida de Clarín".

"Esta amistad tiene historia, ya que el PRO le facilitó los negocios a Clarín en, al menos, otras dos oportunidades”, destacó por su parte Penacca.

"El gobierno macrista permitió que infringieran la ley 1.877 del 2005 que prohíbe el cableado aéreo para la prestación del servicio de televisión por cable en determinadas zonas de la ciudad, fundamentado en el daño ambiental y al patrimonio histórico de la ciudad", recordó Penacca.

Y sostuvo que "a pesar de un amparo judicial presentado, las empresas siguen sin hacer las inversiones correspondientes para soterrar el cableado", por lo que no cumplieron la ley durante seis años sin sufrir ninguna penalidad por parte del gobierno porteño.

Por el contrario, en 2011, el macrismo impulsó y logró aprobar una nueva ley que benefició a estas mismas empresas con exenciones y créditos impositivos de hasta 4,5 millones de pesos por año, subsidiando con recursos públicos hasta 180 pesos por cada metro lineal de cable soterrado.

"Otra ocasión en la que Macri favoreció los negocios de Clarín fue cuando le adjudicó una licitación millonaria a PRIMA, una firma del Grupo, que proveyó de netbooks, notebooks y el servicio de conectividad al Plan Sarmiento", recalcó.

La diputada señaló que la contratación para proveer de computadoras personales a todos los alumnos de las escuelas primarias porteñas “implicó 919 dólares por cada unidad, mientras que el gobierno nacional pagó por igual servicio 323 dólares”, dijo en referencia al plan nacional Conectar Igualdad.

En 2010, la licitación a la que hace referencia la legisladora tuvo como único oferente a la firma Prima, propiedad del Grupo Clarín, que ofertó y se adjudicó 274 millones de dólares para la provisión de 178.000 equipos informáticos.

Por entonces, el ingeniero de la Universidad Tecnológica Nacional y perito judicial Ariel Garbarz, explicó que el gobierno porteño pagó "más de 3,3 veces el precio más caro" por esos equipos informáticos.

“Está muy bien que Macri elija libremente sus amistades, pero sería bueno que no lo haga a costa de los intereses de los porteños y porteñas”, concluyó la legisladora kirchnerista.

Infojus Noticias

Relatos de un cine industrial

“No es lo mejor de Szifrón (se me ocurre que su trabajo más logrado hasta ahora es Tiempo de Valientes). Pero refleja bien su trabajo: ocurrente, gracioso, preciso, entretenido, irónico. Le escapa a la solemnidad y el golpe bajo del otro exitoso de ésta década: Don Juan Campanella”.
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Por Juan Ciucci
Años de producción cinematográfica en nuestro país, un saldo ganado de esta década ganada, van poblando de películas de variada calidad las salas nacionales. Algunas han alcanzado un éxito de público notable, superando incluso el millón de espectadores como fue el caso de El secreto de sus ojos, Metegol, Corazón de león, Tesis sobre un homicidio, y ahora Relatos Salvajes. Pero cerca de esa cifra también estuvieron Dos más dos, Elefante blanco, Un cuento chino, Igualita a mí o Séptimo.
De mano de la gran cantidad de películas estrenadas (138 en 2010, 129 en 2011, 145 en 2012 y 166 en 2013), el cine nacional logró saltar las barreras de años de menosprecio hacia las producciones locales. Es por todo esto que no llama tanto la atención que una de las películas del año sea argentina. Se ha recuperado el gusto por nuestro cine, algo que necesariamente sucedió con el crecimiento de la industria en el país. Esto no habla necesariamente de la calidad de esas películas, que deben promediar un buen desempeño dado el acompañamiento del público.
En otros años se volvió a hablar de un nuevo cine nacional, con esos directores que cada tanto vuelven a ser nuevos. El último nuevo nuevo fue sin industria presente, con películas de bajo presupuesto donde diversos autores dejaron rastros de una marca generacional estética y social.
En estos años nos cuesta pensar en las películas kirchneristas (algo de esto debate Yasenza con Rodríguez). Hace unos días, en una charla con amigos, concluíamos en esta alta producción fílmica como marca de la era k, y no en una película en sí. Ahora, si debiera decir qué película es la del kirchnerismo, sin dudas elijo Infancia clandestina, entre otras cosas por las discusiones que puede plantear sobre un tema muy presente en estos años. Lo que resulta problemático, porque habla del kirchnerismo por cómo habla del pasado. Faltan aún películas que hablen de estos años, de esta historia que vamos haciendo, y quizás debamos esperar un poco más. Ficciones decimos, muchos documentales vienen retratando al kirchnerismo en el poder con diversas miradas.
De Relatos Salvajes digo que es una buena película, pensada para el gran público, que demuestra el gran alcance que la industria tiene y puede tener en nuestro país. No es lo mejor de Szifrón (se me ocurre que su película más lograda hasta ahora es Tiempo de Valientes). Pero refleja bien su trabajo: ocurrente, gracioso, preciso, entretenido, irónico. Le escapa a la solemnidad y el golpe bajo del otro exitoso de ésta década: Don Juan Campanella. Viene construyendo un universo muy propio en cine y TV, por lo que podemos hablar de su sello, cuando no de su estilo.
En este caso Szifrón cuenta además con un seleccionado de enormes actores (Erica Rivas, impecable), de esos que estas megaproducciones pueden permitirse. Pero también resulta que el gran número de películas filmadas han fogoneado a tantos actores en la experiencia cinematográfica, que hasta las segundas figuras cumplen un papel excepcional. Esta falencia de experiencia ante la falta de industria puede verse, por ejemplo, en Gatica, el mono donde Favio tuvo que lidiar con un pobre desempeño general de actores que debutaban en la pantalla grande.

Este presente del cine nacional permite una película como esta, superior a las entretenidas que otros países producen y que copan durante semanas las salas de nuestro país. Parece una pavada decir que sea la película más importante de nuestro cine, y peor aún que algunos salgan a decir que no lo es. Relatos Salvajes entretiene al público que se acerca a las salas para eso, y lo hace muy bien. Su falta de pedantería para construir un mensaje unívoco y solemne en el plano moral la salvan de algunas críticas que le exigen algo que nunca prometió. En eso la honestidad de Szifrón es brutal, y su aporte muy necesario para sostener la producción cinematográfica nacional. Esa que permite que existan tantas cosas, algunas entretenidas, algunas brillantes, muchas mediocres, en un arte que necesita del movimiento, el pulso vital que lo mantiene en vida.

lunes, 8 de septiembre de 2014

TAQUE DE GRUPOS CONCENTRADOS A LAS POLITICAS OFICIALES Y LA SITUACION DE LAS PYMES El discurso y las reales intenciones

Las pymes reconocen una recuperación en las ventas, pero perdieron rentabilidad.

El tono beligerante de la cúpula empresaria y el malestar de las pymes, dos expresiones de preocupación pero con intereses opuestos.

Por Raúl Dellatorre

Algunos de los acontecimientos recientes en el área económica pusieron en alerta al Gobierno sobre una visible ofensiva en varios frentes que buscaría reeditar, según la hipótesis, el clima de inestabilidad creado entre fines del año 2013 y principios del actual. Aquella situación derivó en la devaluación arrancada al Gobierno y posterior puesta en marcha de diversos mecanismos de emergencia para controlar los desequilibrios en materia de precios y en las variables financieras. En las últimas semanas, el regreso de las remarcaciones de precios en productos de consumo masivo e insumos básicos, la renovada presión sobre el dólar, más algunas frases grandilocuentes de la dirigencia empresaria, parecieron converger en generar un clima de descontrol e inestabilidad. Las discusiones en torno de las leyes que atienden derechos del consumidor frente a abusos de sectores dominantes reflejaron ese tipo de planteos. La suspensión, incluso, de la habitual celebración por el Día de la Industria reflejó la intención de determinados grupos de poner en el escenario una expresión de extremo distanciamiento con las políticas del Gobierno. Esta semana habrá reacciones de otros sectores empresarios, fundamentalmente pymes, que si bien reconocen dificultades en el plano económico, no coinciden con el diagnóstico que pretenden imponer estos grupos dominantes y, mucho menos, con el tipo de políticas que proponen para salir de esta coyuntura: una vuelta sin escalas al esquema de reglas neoliberales que reinó durante los ’90.

La actualización de normas y sanciones para regular las relaciones entre el consumo y la producción desataron una reacción casi histérica de los grupos más concentrados no sólo en cuanto a su poder económico, sino también en su concepción. El Foro de Convergencia Empresarial, el núcleo de seis cámaras que representan el bloque central del establishment, se pronunció sobre los proyectos comparándolos con la abolición de la propiedad privada. “Con mayor intervencionismo del Estado, se determinaría la vida o la muerte de la propiedad privada”, dramatizó el nucleamiento. Una sentencia que podría justificar cualquier declaración de guerra posterior contra el Gobierno. El desatino en los dichos muestra congruencia con otras actitudes que una franja del empresariado mostró en las últimas semanas que tendieron a complicar el panorama económico, cuando diversas dificultades vinculadas con el frente externo (fondos buitre, crisis de exportaciones a Brasil) obligaron a tomar recaudos pero no a prenunciar el estallido de una crisis.

La presidenta de la Nación aprovechó el cierre del encuentro tripartito del Consejo del Salario del último lunes para advertir sobre la conducta de empresas automotrices que empezaron a retacear la entrega de modelos comprometidos en el programa Pro.Cre.Auto, que apuntaba a facilitar la renovación de autos con precios rebajados y financiamiento extendido. Pero el mayor nivel de ventas de autos parece no ser la preocupación principal de las terminales, que habrían elegido retener las unidades a la espera de un aumento de precios, quizás de la mano de una devaluación.

Una situación similar empieza a verificarse en el sector bancario. Mientras que el Gobierno busca alentar el financiamiento a las pymes a través de los créditos a tasa subsidiada para inversión productiva, muchas empresas medianas y pequeñas se encuentran con la respuesta de las entidades de que “ya no hay cupo” cuando concurren a pedir la habilitación de esa línea. Fuentes de las propias entidades admiten que “la instrucción que le bajan” es no abrir esa ventanilla de créditos más allá de una lista muy exclusiva de clientes. El criterio imperante hoy en el sistema financiero, coinciden analistas tanto del sector como los que estudian la actividad industrial, “es trabajar con baja escala y muy rentable”. Sólo así se explica que mientras la economía argentina sigue siendo una de las que exhibe las menores tasas de financiamiento con respecto a su PBI, la rentabilidad de los bancos pueda elevarse en un 60 por ciento de un año a otro.

La evolución del negocio para las pymes, este año, tuvo otros elementos negativos, además de la falta de crédito pese a las políticas oficiales de promoción: el impacto negativo multiplicado, podríamos decir, que tuvo la devaluación de enero. Vale recordar que la devaluación se produjo luego de una aceleración interna de precios provocada por los formadores de precios en los meses previos, que se consolidó con los aumentos, aunque a menor tasa pero adicionales, que se aplicaron después del 23 de enero. Con las paritarias, los salarios recuperaron, en forma retrasada, el poder adquisitivo que les recortaron estos aumentos, cuando éstos alcanzaron a productos de consumo masivo. En tanto, para el grueso de las pymes, estos fenómenos se tradujeron en incrementos en los insumos por encima de la devaluación, aumentos de salarios que habrían equiparado a la devaluación pero con retraso, pero imposibilidad de trasladar esos aumentos a sus propios productos. En su mayoría proveedoras de grandes empresas, no lograron que éstas les convaliden los aumentos, con lo cual quedaron por debajo del alza de sus insumos y de los salarios que pagan.

Entidades del sector pyme denuncian una pérdida notable de la rentabilidad de sus empresas por estos factores. Niegan que exista un “parate” en las ventas como algunas expresiones quieren mostrar (ellos hablan de una recuperación del mercado interno, aunque todavía sin alcanzar los máximos históricos), pero admiten la existencia de un “malestar” muy grande en este nivel de empresas con una situación que los llevó, en algunos casos, a “trabajar a pérdida”, aunque haya ventas.

En un cuadro de situación en el que los grupos más concentrados luchan por hacer trastabillar la política de crecimiento, pareciera imprescindible poder percibir claramente la diferencia entre las razones del malestar de los sectores pyme y las intenciones de aquellos que pretenden representar al empresariado en general. Entre las razones de estas molestias, una es que las políticas oficiales destinadas a fomentar el consumo interno o la actividad de las pymes está mediada, en su aplicación, justamente por el sector alineado con esos grupos concentrados, que las convierten en ineficaces. Por ejemplo, los bancos o las automotrices.

07/09/14 Página|12

Descontrolados Por Raquel Roberti

Las historias de Relatos salvajes sugieren que “todos podemos perder el control”. Por qué podría ser verdad y por qué algunos estallidos son más tolerados socialmente que otros.

Es el tema del momento. En la calle, en el bar, en los hogares, en todos lados se habla de las historias que recrea Relatos salvajes, la película de Damián Szifrón que bate récords de taquilla con la ayuda del boca a boca y de una inteligente campaña de marketing. No es la primera vez que el séptimo arte revoluciona la sociedad de esa manera, pero lo llamativo en este caso es la identificación plena y empática de los espectadores con los personajes. Quien más, quien menos, vivió alguna de las situaciones que refleja el film, desde descubrir que la grúa se llevó el auto hasta fantasear con liquidar al marido infiel y su parentela. Y esa identificación tanto con víctimas como con victimarios plantea varios interrogantes, el más importante y que sugiere Relatos… ¿todos podemos perder el control?

“En algún punto todos podemos perder el control, vernos superados por una situación determinada; pero el tipo de respuesta es variable, puede ser una pelea, un episodio de pánico o derivar en una enfermedad de tipo coronaria o úlcera”, señala a revista Veintitrés el médico psiquiatra Juan Manuel Bulacio, presidente de la Fundación Investigación de Ciencias Cognitivas Aplicadas (ICCAp) y ex jefe de la sección de estrés y trastornos de ansiedad del servicio de psiquiatría del Hospital Francés (ahora César Milstein).

¿De qué depende que una persona responda de una manera u otra? Según el especialista, de varios factores, entre ellos la capacidad de controlar los impulsos más primarios, aquellos que la llevarían a reaccionar al estilo Un día de furia; del temperamento, ya que normalmente algunos son más irritables que otros, y de cuán afianzado esté el sistema de valores y creencias.

Para Enrique Carpintero, psiquiatra y director de la revista Topía, todo ser humano tiene “dos tipos de pulsión, la vida y la muerte, que se ponen en juego permanentemente, construyendo su historia y la relación de esa persona en el colectivo social, ligado a una cultura y época histórica. Hoy el elemento determinante es una cultura que produce efectos ligados a la violencia destructiva y autodestructiva; los síntomas característicos son de la negatividad de la violencia: violaciones, suicidios, depresión, bulimia, anorexia, etcétera. Se ve todos los días la violencia hacia el otro, donde el conflicto con un peatón puede terminar en la muerte”. Pero, aclara el médico, “cada persona tiene particularidades, no somos todos violentos. Hay personas de umbral bajo a la frustración y se van a manifestar con violencia. Y hay personas que se contienen, pero al vivir frustración tras frustración pueden llegar a eso de la gotita que rebalsó el vaso, lo cual señala que el vaso estaba lleno”.

Un vaso repleto de tensiones acumuladas que Relatos salvajes recrea a través de seis episodios, en los que perder la paciencia, el control, frente a la desigualdad o la injusticia, parece ser placentero en algún sentido. Impotencia ante los mecanismos burocráticos que someten al ciudadano a la más feroz de las violencias: el desconocimiento de la individualidad, del derecho de uno; exposición a los mecanismos económicos que rigen las relaciones sociales y marcan desigualdades arbitrarias, entre otras situaciones, enmarcan las reacciones de violencia que, en más de un caso, despiertan el aplauso de los espectadores en una especie de catarsis por las cosas que no tienen resueltas. En conjunto, hay pasos de comedia, sorpresa, tensión, escenas de thriller, de western y una idea que sobrevuela el largometraje: un sentido de justicia individual. ¿Es un espejo que refleja la sociedad actual?

Según Bulacio, esas reacciones “se dan típicamente ante una sobrecarga, lo que denominamos estrés crónico. Cuando hay una exigencia que demanda un sobreesfuerzo, genera una respuesta aguda o crónica. Según la predisposición de la persona, puede sobrevenir un evento de pánico, una depresión, un trastorno físico o, lo más grave, una reactividad física”. El especialista explicó que ante un estímulo se activa el organismo para responder, pero cuando esa respuesta no parece alcanzar para resolver el problema, el impulso se vuelca a lo físico: “Se llega a una pelea primitiva cuando el lóbulo frontal deja de censurar o bloquear el acto impulsivo. Que se den esas situaciones es un signo de que vivimos en estrés crónico y aunque no se llegue a un día de furia hay una tendencia a la irritabilidad, a la pelea. Ante la imposibilidad de pelear con el impulso, la persona termina peleándose con el que tiene al lado”.

Hasta aquí las razones por las cuales todos podemos perder el control. Pero, ¿por qué algunos estallidos son tolerados por la sociedad más que otros? El ejemplo justo es el episodio interpretado por Ricardo Darín en Relatos…, a quien la grúa le lleva el auto. En la oficina de la empresa controladora de tránsito, Darín insiste en que la línea amarilla del cordón estaba sin pintar mientras el empleado argumenta que “el acta dice que estaba mal y eso es prueba suficiente”. Darín paga la multa y pregunta: “¿Qué se siente ser un chorro?”. Y así, hasta que estalla y rompe cuanto vidrio se le cruza en el camino.

La historia no está tomada por Szifrón al azar. En la ciudad de Buenos Aires se acarrean 14 mil autos por mes y el costo del acarreo es de 450 pesos. El año pasado se labraron más de un millón de multas por mal estacionamiento y las multas también sobrepasan los 400 pesos.

Imposible no identificarse con la reacción del personaje de Darín que, en las salas, cosecha aplausos. ¿Por qué ese tipo de reacción despierta más empatía que otras? Para Bulacio la respuesta está en “la claridad del estímulo y el sistema de valores, que influyen en la tolerancia o no. Cuando el estímulo es más ambiguo, como el ejemplo de la grúa, se siente injusto, irritante y despierta mayor capacidad de respuesta, da más lugar a la confrontación. En cambio, si el estímulo es claro hay menos lugar para la interpretación y la respuesta”.

Pero, advierte Carpintero, “aquel que explota no se descarga, queda más cargado que antes; cuando termina la explosión se encuentra con una frustración mayor y realimenta un círculo vicioso. Explotar es una reacción ligada al inconsciente, a lo pasional. Spinoza hablaba de pasiones alegres, de amor, solidaridad, etcétera, y de pasiones tristes que llevan a la impotencia, la violencia, la envidia, el odio. Si predominan las tristes, el hombre queda enredado en esa misma impotencia y violencia”.

Para el director de Topía, estos incidentes “son un síntoma de época, pero no en la Argentina sino en el mundo; la negatividad, las adicciones, la depresión son el síntoma paradigmático de la cultura actual”.

–¿Hay alguna salida posible? –le preguntó Veintitrés.

–En términos singulares, hay que ver la historia de cada uno para repensar cuestiones y poder, dentro de este clima, construir espacios individuales, sociales, familiares, de solidaridad y de lucha en cuanto a romper estos lazos no solidarios. La ruptura de los lazos sociales es una característica de nuestra cultura, porque el individualismo implica que el otro no existe. Y la película avanza en personas que intentan resolver por actos individuales en lugar de buscar la solución en relación con los otros. Pero no modifican nada, al contrario, el problema se agranda.

Todo influye en ese equilibrio precario, en ese estrés crónico en el que vive la humanidad, hasta los medios de comunicación. Según Bulacio, intervienen de manera negativa en aquellos que mantienen “una actitud pasiva frente a lo que pasa y su respuesta y valoración depende más de lo exterior que de sí mismos. Los medios influyen en el estrés crónico cuando realzan la capacidad individual de responder”.

Coincide el psicólogo social Alfredo Moffatt, para quien “estamos impregnados de violencia, en la televisión todo es una situación violenta, y nos impregna porque en un momento de crisis, de vacío existencial, de desconcierto, lo que vende es sexo y violencia, las dos cosas más antiguas de la humanidad. La realidad se arma en base a un proyecto de país, de familia, pero ahora ¿con quién y adónde construir? La familia casi no existe, el afuera es todo desconocido y de desconocido a enemigo hay un paso. Vivimos en un clima de violencia. Cuando se habla, no se dialoga sino a golpes. La historia dice que hay un punto donde se destruye casi todo el sistema, vamos hacia una etapa muy peligrosa. Pero siempre en las situaciones de extremo peligro hay uno que dice ‘paremos que nos vamos a la mierda’. Estas situaciones se solucionan con redes vinculares, sentarse a dialogar ya es salir. Yo digo que si tenés un enemigo y querés perderlo, lo mejor es que te sientes a tomar un café con él. Porque, como en la locura, poner la situación fantasmal, temida, confusa, en un relato, es incorporarla a la realidad y quitarle los elementos del miedo”.

Relatos Salvajes puso sobre el tapete la realidad de que "todos podemos perder el control".

Dialogar, dicen los especialistas, tener en cuenta al otro, puede servir para no llegar a la reacción violenta. Indudablemente es un ejercicio de difícil ejecución, sobre todo cuando a veces superar los contestadores automáticos y llegar a un ser humano parece una tarea titánica e imposible. Pero si ejecutando ese postulado se logra una sociedad más amable, más vivible, sin duda vale la pena. 

Marketing feroz

La película de Szifrón tuvo una previa a full: la distribuidora Warnes Bros organizó una enorme campaña publicitaria con afiches en calles y ómnibus, gigantografías de los personajes, un tráiler tan anticipado como repetido y banners, clips y fotos al por mayor en las redes sociales. El operativo tuvo buenos resultados, ya que alimentó la intriga de los espectadores que se volcaron a las salas –228, más de las que tuvo Metegol y El secreto de sus ojos– para saciar su curiosidad.

La campaña comenzó en mayo pasado, casi al mismo tiempo en que Relatos salvajes fue seleccionada para competir por la Palma de Oro en el Festival de Cannes y las noticias no se hicieron esperar: en Francia la ovacionaron de pie. Más alimento para la ansiedad de los locales, que especulaban sobre un producto en el que intervenían el autor de Los simuladores y el director de Todo sobre mi madre pero esta vez en calidad de productor.

Se entiende, entonces, que hasta el sábado 30 de agosto, a diez días del estreno, la hubieran visto casi un millón de espectadores, aunque la cifra no confirma que sea la mejor película de la historia, etiqueta que muchos le colgaron antes de que se estrenara.

Infonews

El sueño siempre postergado de la nueva capital Por Mempo Giardinelli



Desde hace algunas semanas se viene instalando un tema recurrente de la política argentina: el traslado de la Capital a una ciudad del interior.

Treinta años después del presidente Raúl Alfonsín, quien en 1984 lanzó la idea de llevar la Capital Federal a la rionegrina Viedma, ahora Cristina Kirchner, y su vocero en este asunto, el presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez, abren el debate. “La capital del futuro debe ser Santiago del Estero”, dijo Domínguez, ya precandidato a la sucesión presidencial por el kirchnerismo en 2015.

Como no podía ser de otra manera, la idea generó un rechazo inmediato en la oposición. Rápida y brevemente se manifestaron en contra dirigentes como Hermes Binner, Pino Solanas y Laura Alonso. Por supuesto, otros destacaron que “hay problemas mucho más urgentes que resolver”, declaración habitual de la izquierda argentina.

Claro que en general el rechazo fue más bien frío y poco apasionado, seguramente debido a la marcada indiferencia al respecto por parte de los medios y periodistas que les dicen a los opositores lo que deben decir. Y se enfrió aún más cuando empezó a rodar el chisme de que era una nueva artimaña de la Presidenta para distraer al auditorio, si bien desde el kirchnerismo duro nadie se pronunció con vehemencia. Salvo la senadora del Frente para la Victoria, Silvina García Larraburu, quien sorprendió retomando la idea del presidente radical de trasladar la capital a Viedma.

Por cierto, uno de los pocos dirigentes de la oposición que se manifestó con serenidad fue Ricardo Alfonsín, actual diputado e hijo del recordado presidente, quien dijo estar “conceptualmente de acuerdo”, aunque estimó que “el momento no es oportuno”.

Como sea, el asunto quedó como en un freezer, aunque según una encuesta de la consultora Equis el 44 por ciento de los encuestados dijo estar de acuerdo con la idea, mientras un 30 se manifestó en desacuerdo. Entre los argumentos a favor: que habría mayor oferta de trabajo en el interior. En contra: el costo del traslado, que fue determinante del fracaso en los ’80.

Así las cosas, y al menos a juicio de quien firma este artículo, es una lástima que la idea se bastardee porque sigue siendo una cuestión esencial para esta república. Por razones geopolíticas, históricas, culturales, económicas y de ordenamiento y mejor administración futura, hay argumentos de peso para que la ciudad de Buenos Aires deje de ser capital nacional. Ellos constan en las actas de la memorable sesión del Senado del 29 de Mayo de 1987 cuando se aprobó la propuesta de trasladar la Capital Federal a Viedma.

En un artículo días después sostuve –como ahora– que había que apoyar enfáticamente el cambio de sede de los tres poderes de la república, aunque Viedma no era la mejor elección, porque no se integraría el país si la capital sólo cambiaba de puerto y no tenía sentido repetir esa mala costumbre de imperios y colonias.

Como fuere, ese sueño de Alfonsín fue una de las mejores ideas de aquel gobierno tan zarandeado como incomprendido en sus mejores intenciones y debió tener mejor suerte. Hubiera descentralizado a este inmenso país neurotizado por una ciudad –Buenos Aires– tan hermosa como frívola. Pero en la realidad no supieron enfrentar la incomprensión y la ignorancia: una pésima docencia al respecto permitió que el argentinísimo miedo reaccionario a los cambios frustrara la iniciativa.

Con argumentos más pasionales que objetivos, y más necios que racionales, y con una visión minúscula del futuro, se impidió aquel último intento serio de quebrar la macrocefalia porteña y de iniciar nuevas conductas políticas. Incluso la hoy Ciudad Autónoma de Buenos Aires se hubiera beneficiado, aliviada entre otras cosas del peso muerto que significa ser depósito del resentimiento del interior.

No es algo nuevo. La historia argentina está atravesada por la necesidad de sacar la Capital de Buenos Aires. Por lo menos desde que Sarmiento soñó a mediados del Siglo Diecinueve con su Argirópolis, capital de los Estados Unidos de América del Sur instalada en la isla Martín García, pequeño paraíso perdido en medio del Río de la Plata. Aquel breve libro publicado en 1850 y de marcada y fantástica intención utópica, rescataba entre otras cosas el valor de las piedras (fundamento de las civilizaciones duraderas, y material del que carecía la barrosa Buenos Aires) porque “no hay gloria sin granito que la perpetúe”.

Después hubo proyectos para llevar la Capital a Rosario, San José de la Esquina, Santa Fe, Huinca Renancó y otros pueblos y ciudades del interior. Pero más allá del sitio, si se pensara seriamente –es un decir, si la política argentina fuera capaz de ello– no sólo habría que trasladar la Capital al interior sino, y sobre todo, separar los tres poderes republicanos.

Hay quienes sostienen que Córdoba o Tucumán deberían ser sede de la Corte Suprema de Justicia, mientras que Paraná o Santa Fe –donde se reformó y juró la Constitución nacional– del Congreso y el Poder Legislativo. De ser así, forzosamente debería instalarse el Ejecutivo en el interior, sea en Santiago del Estero (que fue la primera ciudad que se fundó en este país) o en alguna más pequeña de las muchas que también se han propuesto alguna vez como Río Cuarto, Rafaela, Santa Rosa y sigue la lista.

Pero en la Argentina, ya se sabe, los grandes temas y las mejores ideas suelen dejarse para después. Quién sabe cuándo.

08/09/14 Página|12

 

SEGUNDA PARTE DE LA ENTREVISTA EXCLUSIVA A JULIAN ASSANGE “La gente empezó a ver que el sistema de vigilancia masiva alcanzó un nivel sin precedentes”



En esta nueva entrega de Página/12 del diálogo en la Embajada de Ecuador en Londres, el fundador de WikiLeaks cuenta cómo su organización evitó que Edward Snowden –el espía que reveló el espionaje de Estados Unidos a millones de comunicaciones de ciudadanos, empresas y hasta presidentes aliados– fuera extraditado a su país y terminara preso. Y explica de qué manera la revolución tecnológica diluyó la frontera entre lo privado y lo estatal.

Por Santiago O’Donnell

Desde Londres

En junio del año pasado, el entonces espía fugado estadounidense Edward Snowden conmovió al mundo con una serie de revelaciones sobre cómo Washington espiaba millones de comunicaciones telefónicas y de Internet de ciudadanos de ese país y del extranjero, así como a jefes de Estado y empresas de países aliados, y organizaciones pacifistas y defensoras de derechos humanos. En esta segunda parte de la entrevista exclusiva de Página/12 con Julian Assange en la Embajada de Ecuador en Londres, donde se encuentra asilado, el fundador y director del sitio de publicación de filtraciones WikiLeaks cuenta qué hizo su organización para evitar que Snowden fuera extraditado a Estados Unidos y valora la importancia de haberlo logrado. También habla de una de las decisiones geoestratégicas más importantes del gobierno de Brasil que preside Dilma Rousseff: la compra de 36 aviones caza a la empresa sueca Saab. Y cuenta cómo la revolución tecnológica ha diluido los límites entre lo privado y lo estatal, sobre todo en la industria militar.

–Haciendo un repaso de lo que sucedió en estos dos años que usted pasó asilado en esta embajada, es inevitable hablar del rol de WikiLeaks en el caso Snowden (Edward, ex contratista de la Agencia Nacional de Seguridad, la estructura que coordina todas las agencias de Inteligencia de Estados Unidos, quien reveló documentos acerca del espionaje masivo que practican Estados Unidos y sus aliados).

–No está claro que las revelaciones acerca de la NSA (Agencia Nacional de Seguridad, por sus siglas en inglés) han sido del todo positivas. Y digo esto porque aparecieron encuestas que muestran que la gente tiene miedo de hablar de asuntos políticos vinculados con el gobierno de Estados Unidos a través de medios electrónicos. Entonces esas revelaciones han asustado a la gente, llevándola a censurar sus comunicaciones. El resultado, claro, es que la planificación y el debate político se han aplastado. Para que una autoridad controle no hace falta que haga nada, sólo hace falta que genere una sensación de miedo, porque las personas toman decisiones basadas en sus percepciones antes que en la realidad. Me preocupa que estas revelaciones hagan que la gente no sepa cómo actuar para aliviar el miedo, sin caer en la autocensura en sus comunicaciones.

–Pero el costo valió la pena.

–Es un costo muy alto. Aunque los medios deben seguir un principio más amplio, que es documentar cómo evoluciona nuestra civilización. Y tomadas en su conjunto, la revelaciones fueron beneficiosas para la evolución de nuestra civilización. Hay un costo que se paga por sostener un ideal y en algunos casos puede ser negativo, pero uno se pone muy selectivo y el ideal se pierde.

–¿Lo hubiera hecho de otro modo?

–Por supuesto que habríamos publicado las revelaciones. Hemos desarrollado mucha experiencia sobre cómo manejar estos temas en los medios y la velocidad que es necesaria para que las publicaciones sean efectivas. Menos del 2 por ciento del material de Snowden ha sido revelado, y eventualmente la gente entra en un estado de fatiga. No se trata solamente del público sino de lo que el gobierno o la industria u otros actores importantes pueden hacer para frenar los abusos de la NSA. Entonces, varios gobiernos latinoamericanos quieren mantener su independencia y pueden usar las revelaciones, instruir a sus agencias de inteligencia y sus capitanes de la industria para poner un freno a los abusos, y proteger a la población y proteger su soberanía. Así que, sí: hay maneras de hacerlo que son mucho mejores.

–¿Me puede llevar al momento en que aparece el pedido de ayuda para Snowden, que está varado en Hong Kong? Ya le entregó todos sus documentos a un pequeño grupo de periodistas, y medio Estados Unidos lo busca para extraditarlo y juzgarlo como espía.

–En un momento, Snowden no pidió ayuda en relación con Hong Kong.

–¿Usted lo conocía de antes? ¿Habían estado en contacto?

–Sin comentarios.

–Entonces vamos al pedido de ayuda, en junio del año pasado. Arranquemos de ahí.

–Nos piden ayuda para salir de una situación difícil en Hong Kong. Fue la persecución de inteligencia más grande de la historia de la Humanidad. Es cierto que la persecución de Bin Laden fue más grande, pero duró diez años. Pero, en un mes, ésta fue más grande por la capacidad de vigilancia masiva de la NSA y (la agencia británica) GCHQ, así que en ese sentido fue la más grande.

–Entonces le llega el mensaje pidiendo ayuda. Sé que tuvo que dejar muchas cosas de lado para ocuparse del tema.

–Así es. Estaba en el medio de una publicación, tenía temas judiciales en cinco o seis jurisdicciones y estaba en el medio de una campaña electoral, a un mes de la votación (compitió por un asiento en el Congreso australiano, sacó menos del 1 por ciento de los votos).

–¿Entendió enseguida la importancia de Snowden y dejó todo de lado para ayudarlo, o fue algo más gradual?

–Dejamos todo y nos pusimos a trabajar, pero teníamos dudas. Nos parecía que era deber de The Washington Post y The Guardian (los diarios que habían publicado sus primeras revelaciones), que tienen mejores recursos para hacerlo. Pero ellos decidieron abandonarlo en Hong Kong. Le quitaron sus activos y después lo abandonaron.

–¿Usted ya sabía eso?

–Ya habíamos visto cómo The Guardian lo había hecho con otras fuentes, así que no fue una sorpresa. Pensamos: ¿por qué otra vez tenemos que limpiar la chanchada de otra gente? La respuesta fue: porque nadie más lo va a hacer. Aparentemente nadie más tenía la voluntad o la capacidad para hacerlo, así que teníamos que hacerlo. ¿Por qué? El gobierno de Estados Unidos ha estado intentando fijar un precedente muy negativo al torturar y sentenciar a Chelsea Manning (la fuente de Cablegate) a 35 años de prisión. Y ataca agresivamente a WikiLeaks y es mayormente responsable del enfrentamiento diplomático en que me encuentro. Entonces queríamos establecer un precedente positivo. Había distintas variantes de lo que podía suceder. Primero, Snowden podía ir preso. Entonces, el mensaje a los potenciales filtradores sería que si trabajan con los medios de comunicación, serán abandonados y enviados a la cárcel por la mitad de sus vidas o más. Eso tendría un efecto muy negativo y llevaría a que más información sobre los abusos de la industria masiva de vigilancia y de los militares sería suprimida. La otra posibilidad era que la gente viera que a quienes revelan esta información les va bien. Que quedan libres y son celebrados. Pensamos que ese resultado sería un incentivo muy grande para que otras fuentes se decidan a revelar información. Por eso, desde un punto de vista filosófico, político e institucional, quisimos hacerlo.

–Pero pagaron un costo importante. Por ejemplo, usted perdió el contacto personal con su editora de publicaciones (Sarah Harrison, enviada por Assange a Hong Kong a sacar a Snowden de China, que luego acompañó durante seis semanas a Snowden en la terminal de un aeropuerto en Moscú y que después permaneció con él tres meses en Rusia; y que por consejo de sus abogados nunca más regresó a Gran Bretaña y que actualmente reside en Berlín, donde sigue trabajando para WikiLeaks).

–Ella está exiliada del Reino Unido, pero está bien.

–Pero usted ya no puede verla cara a cara, básicamente porque ella ayudó a Snowden y sé también que WikiLeaks puso a sus abogados a defender a Snowden a un costo importante para la organización.

–Pusimos muchos recursos.

–¿Piensa que haber salvado a Snowden de la cárcel (actualmente asilado en Rusia) ha sido uno de los grandes éxitos de WikiLeaks?

–Lo pensé, porque invertimos muchos recursos y pagamos un precio alto. Por ejemplo, sólo pude participar en dos de las once reuniones de campaña de mi partido político, lo cual generó luchas internas dentro de mi partido en Australia. Nuestro abogado perdió trabajos y sufrí distintas presiones por haberlo hecho. Pero creo que el juicio de la historia dirá que hicimos lo correcto.

–La cooperación que WikiLeaks le prestó a Snowden es pública y notoria, porque durante los cuarenta días en que Snowden estuvo encerrado en la zona de tránsito del aeropuerto de Moscú, en un limbo diplomático, la única información que se tenía de él era la que revelaba WikiLeaks a través de sus comunicados. Pero no he leído muchas declaraciones de Snowden agradeciéndole a WikiLeaks o reconociendo que la ayuda de WikiLeaks fue crucial para que él pudiera preservar su libertad. ¿Es una cuestión de ego, o él no quiere quedar muy pegado a una organización que es tan atacada por Estados Unidos como WikiLeaks?

–Snowden ha hecho un reconocimiento público muy claro. Dijo que somos la organización más valiente, y agradece mucho nuestra protección y demás. Fue una declaración muy fuerte. Pero usted tiene razón.

–Una declaración fuerte hubiera sido entregarle algunos documentos para que WikiLeaks los publicara.

–No quiero hablar directamente de nuestras fuentes, pero no llevó información a Rusia. Nosotros le aconsejamos que no lo hiciera. Sí cuestiono las decisiones tomadas por las personas a quienes Snowden les confió el material (el entonces columnista de The Guardian, Glenn Greenwald; la documentalista alemana, Laura Poitras; y el periodista del The Washington Post, Barton Gellman). Snowden hizo una o dos declaraciones fuertes. Uno podría preguntarse por qué sólo fueron una o dos.

–Pero el metamensaje que le llega a la gente es que Snowden publica con los diarios y no con WikiLeaks, o sea que WikiLeaks es innecesario.

–Bueno, le sacaron sus materiales. Entendemos que él quería hacerlo con nosotros, pero le dijeron que estaba bajo una vigilancia tan intensa en la embajada que sería problemático hacernos llegar la información.

–Pero WikiLeaks sigue siendo más seguro que The Guardian y The Washington Post, y realizó varias filtraciones estando usted encerrado en la embajada.

–Así es. Era mentira que no podían hacernos llegar los documentos de manera segura. Pero la gente que le mintió a Snowden tenía razones para hacerlo.
Vigilancia y soberanía

–En los últimos dos años que usted pasó en esta embajada, ¿qué ha cambiado en el mundo de la vigilancia masiva?

–Nada ha pasado. Mejor dicho, sigue creciendo, pero el crecimiento se va acelerando constantemente en los últimos diez años. Lo que ha cambiado es nuestra percepción de lo que está pasando. El cambio de percepción es que ahora la gente que está afuera de la industria masiva electrónica, empieza a ver lo que hace la industria de vigilancia masiva electrónica de la misma manera que lo vemos nosotros, que es que este sistema de vigilancia masiva transnacional basada en la alianza de los cinco ojos de países cristianos de habla inglesa (Estados Unidos, Gran Bretaña, Canadá, Australia y Nueva Zelanda) ha alcanzado un nivel sin precedentes de capacidad de vigilancia, a tal punto que es más que simplemente un fenómeno tecnológico para ser estudiado, más bien es un hecho geopolítico que afecta las estructuras evolutivas de nuestra civilización. En la industria de la inteligencia, esa vigilancia masiva durante años se ha llamado “vigilancia estratégica”, del mismo modo que los sistemas de armas nucleares se llaman “armas estratégicas” porque afectan las relaciones de poder entre continentes y civilizaciones. Cuando Estados Unidos, por ejemplo, está interceptando el 98 por ciento de todas las telecomunicaciones entre América latina y el resto del mundo, eso tiene consecuencias estratégicas en la relación entre estas dos civilizaciones: Estados Unidos y América latina.

–Usted ya me había anticipado esto en nuestra última charla, hace casi dos años, pero me costaba creerle. Las revelaciones de Snowden le confirmaron al mundo todo lo que usted había anticipado.

–Entre los documentos de la NSA (siglas en inglés de la Agencia de Seguridad Nacional) que filtró Snowden hay diagramas que muestran exactamente eso: que la NSA intercepta el 98 por ciento de las llamadas que salen de Latinoamérica. Desde una perspectiva más amplia, mirando a todo el mundo, los cinco continentes, el porcentaje de comunicaciones que Estados Unidos alcanza a interceptar también se acerca al 98 por ciento.

–Leyendo sus últimos trabajos, vemos que los dueños de las grandes empresas de Internet, a pesar de su imagen rebelde y su discurso libertario, son parte de este sistema de vigilancia y colaboran activamente con el gobierno estadounidense.

–Formalmente son parte de lo que Estados Unidos llama su base industrial de defensa. Esas compañías cumplen tareas especializadas para la maquinaria bélica estadounidense. Google, en particular, forma parte de la base industrial de defensa.

–Suena engañoso, porque una cosa es un general en uniforme militar tratando de ganar una guerra, y otra cosa es ser un actor clave en el complejo militar industrial vistiendo vaqueros y zapatillas, y diciendo que está a favor de la paz y el amor.

–Si uno observa el gran cambio después de la Segunda Guerra Mundial, lo más importante es que a partir de la informatización del gobierno y la industria, el grado de flexibilidad con que las organizaciones se organizan ha aumentado significativamente. Antes estaba muy claro qué era parte del gobierno y qué no era parte del gobierno. Ahora, la distinción se volvió borrosa. Ya no hay extremos claros en las estructuras organizativas y los ecosistemas son más fluidos. Por ejemplo, más del 80 por ciento de la NSA es manejada directamente por contratistas de industria privada. Y esta cifra no incluye subcontratistas y empresas privadas que trabajan indirectamente para la NSA.

–Bueno, Snowden trabajaba para un contratista privado de la NSA y ya vimos el nivel de acceso a documentos secretos que tenía.

–Sí.

–Yo pensaba que las empresas, cuando crecen mucho, se hacen multinacionales y dejan de tener fronteras. Pero las filtraciones de WikiLeaks me demostraron que la embajada estadounidense considera como propias a estas multinacionales y las defiende como cuestión de Estado.

–No es tan así. Dejan de ser actores nacionales. Esta es la trayectoria para todas las empresas de Occidente: a medida que crecen, crecen las posibilidades de que el gobierno se convierta en un cliente y la empresa le venda sus productos al gobierno. También buscan oportunidades en el mercado exportador y quieren asistencia para entender cómo funcionan esos gobiernos y mercados extranjeros y quieren poder de negociación para competir en igualdad de condiciones, o a veces desde una posición ventajosa por la oportunidad de explotar un mercado extranjero. Entonces llaman a sus contactos en el gobierno. En Estados Unidos, eventualmente eso lleva a una fuerte relación entre la gran empresa y el Departamento de Estado, que actúa como su informante, provee inteligencia sobre mercados extranjeros y actúa como su negociador. Pero nada es gratis. Entonces las empresas entran en una relación de quid pro quo con el gobierno. Pero después pasa algo más importante, que es que los ejecutivos más importantes de la compañía ingresan a los mismos círculos sociales que los grandes actores del gobierno. Mandan a sus chicos a las mismas escuelas, forman parte de sus directorios, sienten que comparten el mismo destino. Y eso no eso sólo nacional, porque empresas como Bank of America, Google, son empresas que en su estructura dirigencial están basadas en Occidente. No sólo en Estados Unidos sino en el Reino Unido, a veces Francia, y se extienden a lo largo de Occidente. Entonces, Occidente se une como civilización y sus empresas multinacionales tienden a no estar basadas exclusivamente en uno solo de esos países, se extienden por todo Occidente, sobre todo en países de habla inglesa.

–Pero el Cablegate mostró que la embajada estadounidense defiende como propias a empresas multinacionales como Monsanto. ¿Los otros gobiernos de Occidente también defienden a Monsanto o a Google como propias?

–No, defienden como propias a las empresas que basan la mayoría de sus operaciones en su país, y Google y Monsanto están centradas en Estados Unidos. Pero le voy a dar un ejemplo: Suecia es uno de los exportadores de armas más grande de mundo. Está cabeza a cabeza con Israel como mayor exportador de armas en relación con el tamaño de su población. Y produce algo llamado avión caza Gripen. El avión caza Gripen es fabricado por una empresa llamada Saab, que está controlada por la familia más poderosa de oligarcas suecos: la familia Wallenberg. Brasil recientemente decidió una compra de aviones Gripen...

–En lugar de comprar aviones estadounidenses...

–Eso fue lo que dijo la prensa internacional. Pero los aviones estadounidenses habían quedado fuera de competencia desde hacía mucho tiempo. La verdadera opción era el avión francés, el Rafale. Las presiones eran muy fuertes y Dilma tenía que decidir, entonces se dijo que había elegido al Gripen por encima del Boeing F-18, pero esa decisión ya había sido tomada mucho tiempo antes. Era el Gripen sueco o el Rafale francés producido por Dessault. En los cables aparece una discusión dentro del Departamento de Estado acerca de la conveniencia o no de apoyar la compra del Gripen, porque podría competir con ventas del F-35 de Lockheed-Martin, y la conclusión fue que las ventas de Gripen son buenas para Estados Unidos porque el 51 por ciento del caza Gripen se fabrica en Estados Unidos, incluyendo el motor y el sistema de armas. Aquí podemos ver la consecuencia de la alianza militar y de inteligencia entre dos países. Significa que la integración militar-industrial entre Suecia y Estados Unidos es tal que Estados Unidos quiere que haya ventas de lo que aparentemente es un caza sueco, pero en realidad es un caza estadounidense porque la mayoría de sus componentes (51 por ciento) es de ese país.

–¿Y por qué Dilma, después de las revelaciones de Snowden (sobre cómo Estados Unidos espía a Brasil), compra aviones con mayoría de componentes estadounidenses, en vez de optar por una tecnología aparentemente más independiente, como sería la francesa?

–Es una pregunta muy interesante. Históricamente, durante muchos años, las grandes empresas de armamentos como Saab, que produjo aviones Gripen en las dos guerras mundiales, han estado coimeando a gente en todo el mundo para vender sus productos. El último escándalo fue en 2011, cuando intentaron coimear al gobierno sudafricano para vender sus cazas, pero el asunto se hizo público y la venta se cayó. Este año hubo un referéndum en Suiza para decidir si compraban o no esos aviones. El referéndum salió en contra de la compra, pero se supo que los suecos habían usado su embajada en Suiza para canalizar influencias que pudieran afectar el resultado de ese referéndum. Se puede especular si hubo coimas privadas, pero también hay coimas públicas: de todo el dinero que se le va a pagar a Suecia (4500 millones de dólares), más de mil millones deben volver a Brasil en subcontratos con la industria privada brasileña.

–Entonces, los suecos le ofrecieron a Dilma un paquete más atractivo que los franceses.

–Puede ser un poco las dos cosas. Es posible que sea mejor negocio y también que hayan existido coimas. El avión sueco es mucho más barato que el francés, pero no es un avión muy bueno. Y la presión de Estados Unidos es casi nula comparada con una compra de aviones franceses. Pero, desde el punto de vista geoestratégico, es una movida extraña. El Gripen será bueno para atacar a la Argentina, pero prácticamente no sirve para otra cosa. ¿Qué pasa si Brasil quiere usar ese avión para atacar a Colombia? Todos los repuestos del avión provienen de Estados Unidos, Suecia está muy alineado geoestratégicamente con Estados Unidos y todo el asunto lo controla una sola familia, la familia Wallenberg, cuyos intereses están estrechamente ligados a Estados Unidos. Y Colombia es el principal aliado militar de Estados Unidos en Sudamérica. O supongamos que Brasil quiere usar el avión en una disputa vinculada con un colapso de gobierno en uno de los protectorados británicos en el Caribe. Suponiendo que esa acción pone a Brasil en conflicto con Gran Bretaña, otras partes del Gripen –como el sistema de radares y el asiento eyectable– provienen de Gran Bretaña, y por supuesto Gran Bretaña es el principal aliado de Estados Unidos. Entonces no es un avión que pueda ser usado en muchos casos. No se pueden conseguir repuestos en el mercado libre, como sí se consiguen para el avión francés.


JULIAN ASSANGE ANALIZA EL CONFLICTO CON LOS FONDOS BUITRE EN EL MARCO DE LAS POLITICAS DE “EXTRATERRITORIALIDAD” DESARROLLADAS POR EE.UU. EN LOS ULTIMOS DIEZ AÑOS
“Lo que pasa con Argentina me tocó vivirlo en carne propia”
Recluido en la Embajada de Ecuador en Londres por la presión judicial a la que lo someten Estados Unidos y Suecia, el fundador de WikiLeaks recibió a Página/12 para hablar de su situación, las perspectivas que abren las nuevas tecnologías y las implicancias del conflicto entre la Argentina y los fondos buitre.

Por Santiago O’Donnell

Desde Londres

Tranquilo, sonriente, rozagante, barba y pelo largo onda Beatles en la época de Let It Be, así luce por estos días Julian Assange. Tras dos años de encierro en el pequeño departamento del barrio Knightsbridge que alberga a la Embajada de Ecuador en Londres, donde se encuentra asilado, el director del sitio de publicaciones filtradas WikiLeaks, salvo por cierta somnolencia en la mirada, apenas da muestras del desgaste sufrido. Atrás quedó el yuppie juvenil, nervioso y desconfiado, de las primeras semanas en la embajada. Ahora se mueve más despacio y habla más despacio y con voz más grave, casi gutural, que alza apenas lo suficiente como para ser escuchado desde muy cerca. Ahora sorprende cada tanto con una risa franca que antes no se le oía, salida del fondo de una pancita incipiente que antes no existía.

Feliz de haber jugado un rol clave para preservar la libertad del famosamente arrepentido ex espía Edward Snowden, optimista con respecto al fin de su enfrentamiento con Washington en un futuro cercano y orgulloso de que su organización lo haya sobrevivido, se lo ve incluso con mejor semblante que dos años atrás, como si el encierro recién empezara. Mientras la Justicia sueca sigue demandando su extradición para interrogarlo por presuntos delitos sexuales y Estados Unidos lo busca para juzgarlo por terrorismo mediático, Assange se mantuvo activo en su estrecho confinamiento, comandando una lista de nuevas filtraciones (la última, sobre una ley secreta de Australia, hace apenas veinte días), coordinando el rescate de Snowden en Hong Kong, coescribiendo dos libros, fundando un partido político en su Australia natal y compitiendo en las elecciones de ese país, apoyando campañas en favor de activistas por los derechos humanos en Africa y de ciberactivistas en Europa y Oceanía, y participando en un video con el grupo musical boricua Calle 13, entre otras apariciones públicas vía Skype con figuras conocidas, según él, para romper el intento de Estados Unidos de pintarlo como un paria.

Todos estos menesteres le dejan poco tiempo para la amplia requisitoria periodística que su figura atrae, y que quedó demostrada quince días atrás cuando un chisme infundado en un tabloide británico sensacionalista sobre su inminente partida de la embajada dio la vuelta al mundo y llenó de periodistas y cámaras la vereda de la sede diplomática. El propio Assange y el canciller ecuatoriano Ricardo Patiño desmintieron el rumor con una conferencia de prensa conjunta.

Sin embargo, tras rechazar o ignorar cerca de 500 pedidos de reportaje en el último año, según la cuenta de uno de sus colaboradores más cercanos, el domingo pasado aceptó un soborno de queso francés y chocolate belga para sentarse a una entrevista de algo más de dos horas con Página/12, en la que habló de lo que pasó en el mundo de espionaje, en América latina, en WikiLeaks y en su vida personal durante estos largos 24 meses a la sombra. En este texto se refiere a la pelea entre el gobierno argentino y los fondos buitre, a la tensión entre los oligopolios mediáticos y la libertad de expresión en Ecuador, al avance de los sistemas de vigilancia masiva en las redes sociales, a los efectos de la revolución tecnológica en la geopolítica mundial. También cuenta por qué tiene ganas de vivir en América latina y su secreto para combatir la depresión.

–Deme su opinión sobre la pelea argentina con los fondos buitre. Sé que habló del tema con funcionarios argentinos que visitaron esta embajada.

–Es un caso complejo y hay que entender qué hay detrás. Me parece interesante preguntarnos por qué el gobierno estadounidense apoya estas acciones, cuando al comienzo del juicio parecía que el Departamento de Estado quería relaciones tranquilas con la Argentina y no apoyaba a los fondos buitre, y ahora sí los apoya aunque claramente está causando tensiones con la Argentina. Parece responder al deseo de Estados Unidos de sentar un precedente para que empresas estadounidenses puedan embargar activos de gobiernos extranjeros, lo cual genera un incentivo genuino en favor de las empresas estadounidenses a la hora negociar con gobiernos extranjeros. Esto en general. En el caso argentino en particular, parece que además la están penalizando por una decisión geopolítica que no le gustó.

–¿Quiere decir la negociación con Irán?

–Sí.

–El gobierno estadounidense dice que su sistema judicial es independiente y que no tiene nada que ver con la decisión, pero usted dice que el Departamento de Estado apoya los fallos.

–Las acciones adoptadas para hacer cumplir el fallo valen más que las declaraciones diplomáticas. A nivel social, los jueces son personas y las personas tienen amigos. Se mueven en circuitos sociales y profesionales; si esos circuitos estan en contra de una determinada decisión, el juez que tomó esa decisión debe pagar un costo, mientras que si la decisión recibe apoyo en esos circuitos, el juez obtiene un beneficio. No conozco a este juez (Thomas Griesa)...

–No es sólo un juez, el fallo fue confirmado en la cámara y la Corte Suprema lo ratificó al negarse a escuchar la apelación de la Argentina.

–Por eso, es más que un juez en particular. Si lo miras desde una perspectiva más amplia, en los últimos diez años Estados Unidos se ha embarcado en un programa de extraterritorialidad. En vez de invadir países a la fuerza, ha ido introduciendo la capacidad de cumplir funciones típicamente de Estado en otros territorios, combatiendo la inmunidad soberana, forzando tratados de policía corporativa, estableciendo que los otros países se vean obligados a extraditar ciudadanos a Estados Unidos cuando Estados Unidos quiera, y obliga a esos países a desplegar a sus policías para confiscar pruebas o clausurar servicios de Internet a pedido de Estados Unidos. La mitad de esas medidas se refieren a leyes criminales y la otra mitad a reclamos comerciales.

–Así que esta decisión en favor de los fondos buitre encaja perfectamente en la estrategia.

–Sí. Me tocó vivirlo en carne propia. Mi fiscal, el fiscal federal que lleva la causa contra WikiLeaks, está basado en Alexandria, Virginia, que es una extensión del centro de poder que es Washington DC. Se trata del mismo fiscal que lleva la causa contra el neozelandés de Kim Dotcom y que imputó a personas de 69 países. O sea, su fiscalía es un centro de extraterritorialidad. Nadie me acusa de haber hecho algo dentro de Estados Unidos. La única acusación es que publicamos documentos estadounidenses. A Kim Dotcom tampoco lo acusan de hacer algo en Estados Unidos, sino que los productos de Fox y EMI y de otros gigantes de marcas registradas estadounidenses terminaron en el sistema de compartir archivos MegaUpload (que maneja Kim Dotcom) y por eso tratan de extraditarlo desde Nueva Zelanda a Estados Unidos. No lo acusan de tener una empresa en Estados Unidos o de que haya violado alguna ley estadounidense directamente, sino indirectamente. Esto significa que una empresa estadounidense o sus accionistas pueden llegar a Nueva Zelanda desde el otro extremo del mundo y ejercer un poder coercitivo para llevar a alguien a ser juzgado en Estados Unidos. Si alguien controla las leyes y a la policía de un determinado país, entonces controla a ese país. Por la manera en que los datos fluyen a través de Internet, todos estamos conectados jurisdiccionalmente a Estados Unidos porque usamos Google, que es una empresa estadounidense. Y en América latina más, ya que el 98 por ciento de las telecomunicaciones de la región pasan por Estados Unidos. Acá en Gran Bretaña han extraditado a varias personas. A Baba Ahmed lo extraditaron por escribir artículos sobre el yihadismo. Hablando de libertad de expresión, escribes un artículo sobre los jihadistas y te extraditan y te procesan por terrorismo.

–En nuestra última entrevista, hace más de un año y medio, usted dijo que Facebook era abominable y que WikiLeaks suele difundir su información a través de Twitter. ¿Es porque Twitter es menos vulnerable al espionaje y la vigilancia masiva que Facebook?

–También tenemos una página de Facebook y ponemos nafta Shell en nuestros autos. Algunas de estas cosas están tan masificadas que no podemos ignorarlas completamente. Es cierto que históricamente Twitter ha defendido a sus usuarios con fuerza. Pero desafortunadamente Twitter se ha convertido en tal preocupación, que la tremenda presión que ejerce el gobierno estadounidense está empezando a surtir efecto. Nadie operando a nuestro nivel debería confiar en Twitter. Twitter borró la cuenta de Anonymous en Suecia, con 21 mil seguidores eliminados de un plumazo. También cerró varias cuentas de las firmas de relaciones públicas que representan al Estado Islámico. Tiene un robot que vigila si estás compartiendo archivos con derecho de autor y cierra tu cuenta si compartes videos del Estado Islámico. Esto no quiere decir que yo apoye al Estado Islámico pero apoyo que todo el mundo sepa lo que el Estado Islámico está haciendo. Si el Estado Islámico quiere confesar ciertas cosas entonces la gente necesita saber eso. Así que las mismas restricciones políticas y legales que padecen otros sitios de Internet están llegando a Twitter y lo están convirtiendo en un instrumento de control social de sus usuarios. Y Face- book es mucho peor, mucho peor en cuanto a la censura automática a gran escala que somete a sus usuarios.

–En un ecosistema tan contaminado, Twitter no podría ser muy distinto a los demás.

–Sí, son susceptibles a las presiones políticas de Estados Unidos y durante mucho tiempo lograron resistir, pero paso a paso han ido cediendo territorio a esas fuerzas.