miércoles, 20 de agosto de 2014

ALTOS OFICIALES BONAERENSES DABAN COBERTURA, UNIFORMES, BOTINES DE ROBOS E INFORMES La banda de polichorros era polifuncional

Por Raúl Kollmann
Los siete efectivos de la Bonaerense que supuestamente participaban de una banda en La Matanza afrontan imputaciones que abarcan medio Código Penal. Por ejemplo, les facilitaban los uniformes a los demás integrantes de la organización; falsificaban los libros de actas con operativos que en verdad no se hacían y que a la misma hora y en la misma zona eran zonas liberadas para robos de la banda; le informaban a la organización si los estaban investigando o no; tomaban botines secuestrados de otras bandas y se los entregaban a la propia para que los redujeran; amparaban desarmaderos donde se colocaban los vehículos robados por sus cómplices y, aunque todavía no está probado, es posible que hayan participado de secuestros. De hecho, en uno de los allanamientos se encontraron valores entregados a cambio de la liberación de un secuestrado. A raíz de la pesquisa, fueron separados de sus cargos dos comisarios mayores –casi el grado más alto de la Bonaerense–, a quienes todavía no se les imputa conocimiento de la banda y los delitos, pero en cualquier caso se les adjudica, como mínimo, desconocimiento de lo que estaba ocurriendo debajo de sus narices.
Los siete oficiales detenidos son de importancia: cuatro subcomisarios, un oficial principal, un subinspector y un capitán. Todos eran parte de la Departamental de Investigaciones de La Matanza, que abarca a ese inmenso municipio, pero también a otras dos zonas calientes del conurbano: San Martín y Tres de Febrero. Para dar un ejemplo, es la zona del caso, nunca esclarecido, del asesinato de la niña Candela Rodríguez, en el marco de bandas de piratas del asfalto y narcotráfico. En general, un subcomisario tiene el poder de mover las dotaciones de policías, asignarlos a tal o cual investigación y a tal o cual horario, lo que le permite manejar las supuestas complicidades con delitos. Tener cuatro subcomisarios en una misma banda implica un enorme poder.
Pese al hermetismo, trascendió que la punta del ovillo surgió en una investigación sobre un secuestro. Se siguió el hilo conductor de un teléfono que se usó en aquel caso de secuestro y las escuchas permitieron sumar evidencias. La pesquisa estaba en ese momento en manos del fiscal federal Sebastián Basso, quien le llevó las evidencias al juez Jorge Rodríguez. Después, participó personal de Asuntos Internos de la Bonaerense, la SIDE y el Ministerio de Seguridad provincial.
Según cuentan los que participaron de la investigación, algunos de los siete policías extorsionaban a otras bandas, es decir que amenazaban con detenerlos si no entregaban parte de un botín, por ejemplo, obtenido en un robo a un camión. De esa forma, la organización de los polichorros se quedaba con lo que conseguían en sus robos y también lo que robaban otras bandas. Además, los cuatro no-policías entraban y salían de las dependencias de la Bonaerense con total libertad e incluso participaban de operativos en los que directamente se llevaban parte de lo secuestrado. El uso de uniformes por parte de los no-policías, suministrados por los policías en actividad, estaría probado y justamente el objetivo era que participaran de operativos y se llevaran botines de otras bandas.
Sin embargo, la envergadura de los oficiales que intervinieron, todos oficiales jefes, hace pensar que hubo de por medio delitos de mayor rango. Por de pronto, estaría probado que la banda incursionaba en todo lo que tenía que ver con automotores: esto significa robo, corte, desarmado y venta de repuestos. La especialidad eran vehículos de alta gama, por lo general importados, en los que hay una escasez de repuestos nuevos. Un ejemplo fue el secuestro del padre de Carlos Tevez que empezó como robo de una camioneta Dodge importada, justamente en la zona dominada por estos policías. Los repuestos se venden por Internet: una caja de cambios de una camioneta mediana, importada, se cotiza en unos 40.000 pesos.
Pero la sospecha es que la banda de polichorros se dedicaba a un delito de otro nivel: los secuestros exprés. A veces orientándose por el nivel del auto de la víctima, siempre vehículo importado, a veces guiándose por algún dato. La existencia de esta organización explica que la zona oeste La Matanza-San Martín-Tres de Febrero haya sido escenario de la mayoría de los casos conocidos y de gran parte de los que no se denunciaron.
Además de la banda de los once –siete policías y cuatro no-policías–, el Ministerio de Seguridad decidió pasar a disponibilidad a dos comisarios mayores, es decir dos hombres del segundo máximo rango en la Bonaerense. Uno era el jefe de la Departamental de Investigaciones de La Matanza y el otro, el jefe zonal, o sea el oficial encargado de supervisar toda la estructura policial del oeste del conurbano. En principio, el apartamiento es porque la organización de polichorros funcionaba en su jurisdicción. Si se descubre un vínculo con los hechos delictivos –se habla de una escucha telefónica– habrá una acusación penal del fiscal.
Quienes conocen el expediente sostienen que ésta es una investigación que está todavía lejos, muy lejos, de terminar.

LA OPOSICION NO ACOMPAÑARA LOS PROYECTOS QUE IMPULSA EL OFICIALISMO Decididos a rechazar todo el paquete

Los bloques opositores en el Senado se aprestan a rechazar todo el paquete de leyes que propone el kirchnerismo, que va desde los cambios a la Ley de Abastecimiento a nuevas leyes que crean fueros para el consumidor. Con diversos argumentos, el PRO, la UCR y el peronismo disidente se preparan para oponerse a las iniciativas. El socialismo todavía no ha fijado posición, mientras que en Proyecto Sur indicaron que no votarán ninguno de los proyectos, dado que otras veces votaron con el kirchnerismo y que “el que se quemó con leche, ve una vaca y sale corriendo”.
“Rechazamos los proyectos del Poder Ejecutivo porque buscan institucionalizar la persecución de empresarios y productores que piensan diferente del Gobierno”, sostuvo el presidente de la bancada de la UCR en el Senado, Gerardo Morales. “Una ley al estilo populismo venezolano va a generar más desabastecimiento y menos empleo. Como siempre, el hilo se va a cortar por lo mas delgado: los trabajadores”, indicó.
En tanto, la senadora PRO Gabriela Michetti adelantó a Página/12 que su bloque rechazará todas las iniciativas. “Los proyectos de ley que envía el Poder Ejecutivo al Congreso no tienen ninguna posibilidad de transformarse en herramientas útiles para mejorar la vida de los ciudadanos argentinos. La Ley de Abastecimiento es una normativa del año 1974 que cuando se aplicó generó siempre contracción económica, pérdida de empleos, más inflación.” ¿Y las leyes en defensa del consumidor? “Las otras dos leyes son aumento del gasto público disfrazado de pelea contra las empresas que abusan de consumidores y usuarios –aseguró Miche-tti–. La normativa y la cantidad de organismos que hoy tiene la Argentina para hacerles frente a estos problemas son absolutamente suficientes si el Gobierno quisiera utilizarlos para tal fin. Una vez más, el Gobierno pretende que los argentinos creamos que nos está defendiendo de quienes abusan de posiciones de poder, cuando en realidad está tapando los verdaderos problemas que tiene cada familia hoy con su salario, que pierde poder adquisitivo todos los días a causa de la inflación.”
“El Ejecutivo pretende controlar todas las etapas del ciclo económico a través de una ley que no encuentra ningún asidero con nuestro régimen constitucional”, afirmó el senador Pino Solanas. Cuando este diario le preguntó por los proyectos sobre el consumidor, respondió: “No lo he analizado a fondo” y pidió consultar a Alcira Argumedo. “Está todo en un paquete donde querés poner un parche o tener un instrumento de amenaza sobre lo que pueda pasar con el cierre de fábricas –advirtió Argumedo–. No nos parece pertinente que sea en este momento. La cuestión de consumidores no fue una experiencia muy buena: les impusieron sanciones a los que no daban las cifras del Indec. Esto no quiere decir que no estemos a favor de la facultad regulatoria del Estado.”
El senador socialista Rubén Giustiniani advirtió: “Todavía no tomamos posición en el interbloque”. El peronista disidente Adolfo Rodríguez Saá, en tanto, consideró que “estas leyes pueden afectar muchos derechos que merecen la posibilidad de ser discutidos, porque le otorga facultades al Ministerio de Economía bastante importantes, donde se crean nuevos tribunales, se crean nuevas competencias y se avasalla a las provincias. Por lo tanto, además de escuchar a los que están a favor, vamos a escuchar a los que están en contra”. Por su parte, Roberto Basualdo consideró: “Esta iniciativa es ridícula, profundiza la recesión”.

Página 12

LOS PAGOS BIEN ENTENDIDOS EMPIEZAN POR CASA "Vamos a proteger a los que entraron en los canjes"

Durante su habitual conferencia en Casa de Gobierno, Jorge Capitanich afirmó que la iniciativa del Poder Ejecutivo que ya fue enviada al Congreso busca “proteger al 92,4 por ciento de los bonistas que ingresaron a los canjes” de 2005 y 2010, y consideró que "es inequitativo que un grupo minúsculo de 1 por ciento, con anuencia de un juez, con interpretación errónea, equivocada e irracional, provoque un obstáculo para el cumplimiento de este compromiso".
En este sentido, añadió que Thomas Griesa "es un ariete para fulminar el proceso de reestructuración de la deuda" pública argentina y le recomendó "ser neutral y generar las condiciones de negociación por medio de un stay, así podría avanzar el proceso para abarcar al cien por ciento de los bonistas".
"Por lo tanto -añadió el jefe de ministros-, cuando hablan de desacato, incumplimiento, no advierten que la Argentina es un país soberano y tiene inmunidad soberana." Remarcó también que con el proyecto, "lo que Argentina hace es lisa y llanamente ratificar su condición de país soberano y establecer mecanismos para garantizar el pago" de la deuda reestructurada, e insistió en "la responsabilidad de Estados Unidos por la actuación de unos de sus poderes, que ha impedido garantizar la seguridad jurídica".
Además explicó que el proyecto enviado al Congreso "establece un sistema de depósito para la totalidad de los bonistas que reestucturaron su deuda", contempla "un cambio de agente fiduciario" y propone "mecanismos para que los depósitos lleguen a los acreedores".

LOS PAGOS BIEN ENTENDIDOS EMPIEZAN POR CASA Kicillof: "Es una ley de pago, no un cambio de jurisdicción"

Luego de rechazar las calificaciones de "improvisación" o "cortina de humo" esbozadas por dirigentes de la oposición, el ministro aseguró que "los fundamentos de la ley han sido elaborados con afán explicativo y con antecedentes históricos, económicos y financieros".
El funcionario indicó que la decisión de enviar el proyecto al debate en el Congreso tiene que ver con "la envergadura del conflicto que ha planteado el sistema jurídico norteamericano para el cobro, no el pago, de los bonistas" e insistió en que el objetivo de la norma es que "la Argentina puede seguir pagando y los bonistas puedan seguir cobrando".
Kicillof recordó que "el incendio financierio" lo dejó en el país el defualt de 2001 y destacó que los bonos comprados por los fondos buitre fueron emitidos en 1994. "Son bonos heredados de la convertibilidad, que luego entraron al Megacanje, cuya máxima expresión fue la crisis de 2001", resumió.
Página 12

Luis Alberto Spinetta - Madres de Plaza de Mayo

Invisible - Las Golondrinas De Plaza De Mayo

Pescado Rabioso en Velez "Poseido del Alba" 4/12/09