jueves, 8 de mayo de 2014

Memorias del futuro

En mi nombre cuenta la vida de Manuel Gonçalves Granada, Angela Urondo Raboy, Macarena Gelman García Iruretagoyena, Leonardo Fossati Ortega y Jorgelina Paula Molina Planas. Se trata de historias de identidades perdidas y recuperadas, nudos fragmentados de memoria, historia y lazos familiares. Angela Pradelli habla acerca de la génesis del libro y también explica su intención de que sea destinado a las generaciones futuras como narrativas de agitación y reflexión, más que pedagógicas.

Por Luciana De Mello

Una pulsera de hombre, un canastito de mimbre, un gesto particular de la boca al sonreír, un dibujo con tinta china, la foto de un bebé a upa de un extraño, una tarjeta de Navidad hecha con plasticola de colores, un vestido de egresada, un poema para los amigos, una manera de llevar el pañuelo en la cabeza, la foto de un campamento. Fragmentos que llegan de las manos de otros y se vuelven parte viva de una memoria en construcción. El más mínimo detalle cuenta, y cuenta mucho. Hay que hacerle un lugar, ubicarlo en una fecha, en un nombre, en un espacio. Agregar un detalle es darle densidad, color, textura, olor, sonido, imágenes preciadas a ese universo –siempre endeble y sin embargo tan vivo– que es la memoria de la infancia. Hoy son ciento diez las personas que han podido recuperar su identidad, ciento diez veces que, como sociedad, hemos celebrado el reencuentro de los nietos con sus familias, que leemos y seguimos en los medios sus historias, que contestamos las preguntas de nuestros hijos cuando en la escuela les hablan sobre la última dictadura militar durante las semanas de la memoria, la verdad y la justicia. Sin embargo, todavía hay un camino muy largo por delante, no sólo porque aún quedan casi cuatrocientas identidades que restituir, sino también porque cada una de estas historias contiene, como un camafeo, la complicidad civil, el amor incondicional, las casualidades ¿milagros? de la vida, la complejidad humana en todo su abanico.

Ya hace años que los relatos de los nietos, de los hijos, atraviesan la sociedad manifestándose de maneras y lugares muy diversos y En mi nombre. Historias de identidades restituidas, de Angela Pradelli, viene a aportar otra reflexión sobre la posibilidad de narrar estas historias. “La narrativa no es pedagógica sino agitadora”, anota Pradelli, recordando la cita de Jerome Bruner. “Al narrar el pasado, la memoria le da densidad. Cuando escuchamos, leemos o contamos una historia, los hechos nos atraviesan el cuerpo y algo de la viscosidad y concentración de los acontecimientos se expresa también hoy en cada uno de nosotros.”

SERÁ JUSTICIA

Fue una noche fría pero acompañada en las calles de Comodoro Py. Protagonistas, militantes y mucha gente de a pie saltó, lloró y se abrazó cuando el tribunal se definió con estas palabras: “No hacer lugar a los planteos de prescripción penal interpuestos por las defensas, por tratarse los hechos juzgados de delitos de lesa humanidad implementados mediante una práctica sistemática y generalizada de sustracción, retención y ocultamiento de menores de edad, haciendo incierta, alterando o suprimiendo su identidad en ocasión del secuestro, cautiverio, desaparición o muerte de sus madres, en el marco de un plan general de aniquilación que desplegó sobre parte de la población civil, con el argumento de combatir la subversión, implementando métodos del terrorismo de Estado durante los años 1976 a 1983 de la última dictadura militar, artículo 118 de la Constitución”. Desde el contenido hasta la sintaxis de esta enunciación hace que no se pueda repetir de corrido sin que nos falte el aire. La importancia de este “pronunciamiento” radica en la forma en la que se nombran los hechos, las palabras que denotan la verdad. En 1985, durante el Juicio a las Juntas, no se había logrado probar que el robo de bebés hubiese sido una práctica sistemática. Hubo que esperar hasta el año 2012 para que la Justicia se pronunciara no sólo por los casos de nietos restituidos, sino por los que aún no lo están. “No están ni vivos ni muertos”, había dicho el dictador, y en 1985 la defensa usó los mismos argumentos: al no saber si los niños están vivos, tampoco está probado que hayan sido apropiados. Los niños, como los padres, simplemente no estaban. La palabra de la Justicia nombró por primera vez, les dio entidad jurídica a los quinientos hijos y nietos sustraídos por la dictadura. La condición de posibilidad de poder narrar en mayor escala estas historias de manera colectiva comienza en el 2002, cuando Néstor Kirchner pide perdón en nombre del Estado argentino. Más tarde, en el 2012, ese espacio narrativo que significan los juicios, las escenas de los juicios, es el que está abriendo y legitimando la historia hacia el resto de la sociedad, para que pueda comenzar a relatar, a hacer memoria, a desentrañar lo que fue el punto culminante de lo siniestro durante los años de plomo.

En mi nombre. Historias de identidades restituidas. Angela Pradelli, Paidós, 196 páginas
Las historias que se cuentan en En mi nombre son las de Manuel Gonçalves Granada, Angela Urondo Raboy, Macarena Gelman García Iruretagoyena, Leonardo Fossati Ortega y Jorgelina Paula Molina Planas. Y no es un dato menor que Angela Pradelli haya elegido Paidós para publicar: “Yo quería que el contexto que acompañara estas historias fuera un contexto que tuviera que ver con la educación y con la escuela”, señala, y luego comenta que Rosa Rotemberg, editora de ensayos, ya había tomado la decisión de publicar el libro aunque no existiera colección donde enmarcarlo. Es así que En mi nombre es el primer libro de narrativa que edita Paidós. El primero de una lista que seguramente irá creciendo con el tiempo, porque lo que llama la atención y luego a la reflexión apenas se leen las primeras páginas del libro son las notas al pie donde se explican términos como “Robo y apropiación de niños”, “Desaparecido”, “Equipo Argentino de Antropología Forense”, “Montoneros”, “Leyes de Punto Final y Obediencia Debida”, “Conadep”. A simple vista, la lectura evidencia que En mi nombre es un libro hacedor de memoria para estos tiempos y para las generaciones que vienen, cuando el origen de cada uno de estos términos remita a un punto ya muy lejano en la historia. “El conocimiento de la verdad tiene un sentido incluyente, y no al revés. La verdad no se impone porque no es autoritaria. Las evidencias, como las pruebas, los testimonios y los documentos nos van llevando hacia la verdad, la enriquecen, la sostienen, pero la memoria es más, es una construcción subjetiva y social de la que todos somos responsables”, anota Pradelli en el prólogo del libro. “Quizás alguien acerque un hilo que se desconocía, un hilo colgante que pueda atarse a otros cabos de las historias, y la memoria entonces hará nuevos desplazamientos. Con la incorporación de nuevos nombres y fechas, la memoria, que compone con varios instrumentos en su búsqueda de la verdad, se moverá otra vez y las biografías seguirán creciendo.”

HISTORIAS DE AMOR

La reconstrucción de estas identidades es, para sus protagonistas, una labor de amor y de alegría más allá del dolor y el horror del pasado que encarnan. Saber que nadie los abandonó, que sus padres los amaron y sus abuelas los buscaron dejando la vida en ello, representa uno de los relatos de amor más conmovedores de nuestra historia. Manuel, cuando habla de su abuela, reconoce que tuvo con ella una relación desbordada: “Era tanto lo que yo sentía por ella que no podía siquiera demostrárselo. Para ella significaba mucho verme, y saber que yo estaba bien le dio cierta calma. Pero para mí eso no era nada. Ella me buscó, me encontró y yo me preguntaba a mí mismo, ¿y ahora vos qué hacés? Pero yo sentía que no podía hacer nada comparable a lo que había hecho mi abuela”.

¿Qué hacer con lo que se ha encontrado, con lo que representa el hallazgo de la verdadera identidad –no sólo para los nietos– sino en la vida de los otros que los rodean? Esta es una de las primeras preguntas que cada uno de los protagonistas se ha hecho al conocer la verdad. Muchos de ellos trabajan con Abuelas, en el Espacio Memoria y Derechos Humanos, han escrito libros, expuesto sus pinturas, son actores, bailarines, científicos, madres y padres de niños a los que les han podido contar, poco a poco, quiénes fueron sus abuelos, por qué ahora llevan otro apellido, cómo era en otros tiempos este país donde viven ellos ahora.

Hace muchos años que Angela Pradelli viene siguiendo estas historias en los medios, historias de una complejidad en términos de trama, personajes, fechas y giros que la mayoría de las veces sentía que no llegaba a comprenderlas del todo. Esa fue la motivación, el origen de la necesidad de contarlas. “Yo me quedaba siempre afuera de las historias. Siempre había algo que no entendía. Tenés una página y a veces media para contar una historia muy complicada. Por ejemplo, la de Jorgelina. Yo había terminado el libro y veo en el canal Encuentro su historia. Es un micro de quince minutos para cada historia. Y no entendía nada. Es muy compleja la de Jorgelina para contarla en quince minutos. Ella misma me dijo que cuando la vio no entendió. La primera entrevista que hicimos con Manuel estuvimos no sé cuántas horas. Me contó que cuando va a las escuelas a contar su historia le cuesta mucho avanzar porque siempre algún chico le dice: ¿pero cómo, no era que tu mamá tal cosa, o que tu abuela tal otra? No la puede terminar de contar. En general son muy difíciles de entender. Y de contar para que el otro lo entienda. Yo lo que hacía era dársela a gente cercana para que la leyera y les pedía sobre todo que me dijeran si la habían entendido. Si había algo que faltara para terminar de comprender.” Durante el proceso de escritura del libro, Angela fue corrigiendo junto con cada uno de ellos, quería que no hubiese un solo dato errado. Recuerda una vez que Leonardo la llamó por teléfono para corregirle algo: la carpeta con todos los datos de su caso no se la habían entregado las Abuelas, sino que se la había dado el juez. Leonardo le pedía disculpas a Angela porque era un dato menor, que no hacía a la historia –le dijo– pero que sin embargo, para él, era muy importante. La autora recuerda las palabras de él del otro lado del teléfono y todavía se emociona: “Por dos cosas te lo digo, primero porque creo que esto lo van a tomar en los juicios, como material. Y segundo porque yo se lo tengo que regalar a todos los conocidos, familiares y amigos a los que todavía no les pude contar la historia”. A pesar de que hoy Leonardo dirige la sede de Abuelas en el Espacio de Memoria y Derechos Humanos que funciona en la ex ESMA, mucha gente no sabe algunos detalles, o sólo saben que es el hijo de Leonardo Fossati e Isabel Ortega, que nació en una comisaría de La Plata y que después lo encontraron, como hitos de esa historia, de esa narración, de esa vida, que no tiene demasiados pliegues respecto de lo que él sufrió, de cuánto tardó en encontrarla. Para Angela es muy interesante cómo, al conocer la verdad, los nietos fueron cambiando respecto de cómo tomaban esa historia personal, cómo la sentían, cómo ha sido el proceso del cambio del nombre, que en muchos casos se fue dando de manera progresiva.

FICCIÓN Y VIDA

Es posible, reflexiona Bruner en La fábrica de historias, pensar que la ficción no se refiere a ninguna cosa específica del mundo, sino que sólo le otorga su sentido a las cosas. Y ocurre que, sin embargo, es justamente ese sentido de las cosas, que suele provenir de la narrativa, el que hace posible a continuación la referencia a la vida real. Quizá sea por esto mismo que Pradelli eligió este epígrafe de Rodolfo Walsh con el que abre el libro, y que no puede ser más pertinente como faro que alumbra, de manera fragmentaria pero constante, la lectura de En mi nombre: “El testimonio y la denuncia son categorías artísticas por lo menos equivalentes y merecedoras de los mismos trabajos y esfuerzos que se le dedican a la ficción. En un futuro tal vez se inviertan los términos y lo que realmente se aprecie en cuanto a arte sea la elaboración del testimonio o del documento que, como todo el mundo sabe, admite cualquier grado de perfección. Evidentemente, en el montaje, la compaginación, la selección en el trabajo de investigación, se abren inmensas posibilidades artísticas”.

El trabajo narrativo que encierra este libro es de un gran valor literario, y no sólo por el hallazgo de las voces, cinco voces bien diferenciadas, sino también por los silencios que contiene. Por momentos hay párrafos de los que el lector se cae, queda suspendido, no puede continuar con la lectura porque la misma escritura no lo permite. La narración de las historias recrea esos fragmentos de las que están hechas. La elección del tiempo, de la persona, de los saltos en la cronología de la historia hace que En mi nombre se vuelva un relato personal para el lector, no es posible que lo que se está leyendo pase inadvertido y quede “afuera” de uno cuando se cierra el libro. Y los retratos de Martina Bertolini hacen su parte, porque revelan, a través de la imagen, esos haces de luz que la palabra muchas veces no alcanza a evidenciar: las manos francas de Manuel, la mirada luminosa de Josefina y Leonardo, la sonrisa vehemente de Angela y Macarena. Son importantes estos registros, porque hablan también de la alegría que resulta de conocer el propio origen. Para entender cómo escribir la historia de cada uno, Angela supo, desde el comienzo, que su herramienta más importante era el oído: “Lo que me importó fue escucharlos. Porque escuchándolos iba a surgir el modo en el que yo tenía que contar esa historia. Yo sabía que si los escuchaba bien, y no me refiero a la parte objetiva, en algún momento de esa narración el protagonista, en su manera de contar, me iba a dar la clave y eso podía surgir en los primeros cinco minutos o al día siguiente, después de escuchar varias veces la entrevista y el testimonio”.

“Hace mucho que lo que más me interesa es la escritura, no la literatura. A veces la escritura es literaria, pero muchas veces no lo es y a mí me interesa tanto como la literaria. Yo tenía una apertura respecto de esto, y sin embargo aun así me sucedió que los límites de la ficción se me desacomodaron todos. Es esa concepción de ‘lo que sucedió tal cual se escribe no es ficción’, ‘¿pero eso pasó? Entonces no es ficción’. La gente me pregunta: ¿Pero es ficción o no es ficción? Bueno, depende a qué se llama ficción. Yo llegué a la conclusión de que el primer elemento ficcional es la voz, no es lo que pasó o no pasó sino la reconstrucción de la voz. Pero no porque la voz sea ficticia, sino porque la construcción forma parte de la ficción. Qué palabras usa, el silencio, la melodía en la que el otro habla. Es algo en lo que yo ya venía trabajando mucho, pero este libro fue como una confirmación de eso que se me venía cruzando: que la mayor construcción en una narración no es la trama sino la voz. En ese sentido, este libro fue el que más me enseñó a escribir.

EL AMOR ES GRATUITO

Lo que tengo de mis padres, de mi vida en familia, de mi historia hasta antes del secuestro, son las fotos que mi abuela Ana describió una por una para contarme quiénes éramos, qué hacíamos, qué nos gustaba. Son fotocopias, en realidad, que estaban en la valija del departamento en Suecia. Ella me mandaba las fotos originales, pero mis apropiadores nunca me las dieron. Tengo los originales de las cartas de mi abuela Ana, que mi primo rescató en Suecia. ¿Cuál habrá sido el destino de todo aquello que mi abuela me fue enviando con tanta ilusión? ¿Mis apropiadores habrán destruido todo? ¿Lo habrán escondido y todo estará todavía dentro de alguna caja en una habitación oscura de Martínez?

Tengo un grabado que había hecho mi mamá, que eran dos manos, y que es increíblemente parecido a uno que hice yo en Bellas Artes, también de dos manos. Las dos empleamos la misma técnica, y los grabados tienen el mismo tamaño.

Tengo tarjetas de Navidad que ella hizo cuando estuvo presa basándose en los dibujos de una Biblia popular y cuando yo las vi me estremecieron porque en el convento yo había hecho las mismas tarjetas, los mismos dibujos, y las dos teníamos la misma Biblia popular. Las tarjetas tenían la misma textura, habíamos usado el mismo trazo. Las tarjetas mías eran iguales a las que había hecho mi mamá.

Las tarjetas que ella hizo para mi hermano Damián y para mí las dibujó con plasticola de colores y son también increíblemente parecidas a unas tarjetas que yo hice en collage, también con plasticola de colores.

Tengo el vestido que usó mi mamá para su baile de egresada.

Los días pasan, siguen pasando y me pregunto cómo puede ser que no sepa nada sobre ella. Cómo puede ser que aquella madrugada en Lanús en la que la sacaron por la fuerza sea el último registro, la última noticia que tengamos de ella.

Yo, algunas noches, sueño con el río. Son imágenes. A veces, no estoy segura de estar dormida cuando vienen esas imágenes del río.

Lo que tengo también, para siempre, es el amor. La certeza de que yo era amada. Fui amada por mi familia. Aprendí que el amor es gratuito. El amor verdadero no exige nada. Es un aprendizaje hermoso: no tengo que hacer nada para que me quieran. El ser. El ser amado. Mis padres, mi familia, los que me quisieron y me buscaron durante tanto tiempo, los que me ayudaron a encontrarlos, a encontrarme, todos ellos me grabaron a fuego el amor. Tengo las voces que se alzaron y siguen alzándose para que yo sume los fragmentos y las astillas de lo que quedó. Voces incluso que, como la de mi abuela Ana, tuvieron que esperar tantos años para ser escuchadas. Voces que se elevan, que me ayudan a fundar la memoria, a construir mi vida y erigir mi historia.

Testimonio de Jorgelina Molina Plana, En mi nombre. Historias de entidades restituidas.

LOS NUDOS
Uno existe en el otro. Cuando uno se ve en el otro, uno se sabe a sí mismo, y uno no puede perder la propia huella del todo porque esa memoria propia está también en los otros. Es decir, lo que uno olvida, por alguna razón, lo recuerdan los otros, y vuelve a recordarlo. Si no hay nadie alrededor que nos devuelva esa memoria, los recuerdos se vuelven complicados de retener, se empiezan a alejar. Pero en mi caso, se generó como un sistema de alarma. En el momento en que me separaron de mis papás y los perdí, yo tenía once meses y medio. Era muy chica, pero pude registrar todos los lugares en los que estuve desde el operativo. Esos sueños mantuvieron cosas frescas en mi memoria no porque yo los recordara sino porque no se podían ir de mí y volvían con los sueños, volvían como podían. Yo no recordaba pero mi subjetividad no podía olvidar.

Las personas a las que nos han robado nuestra identidad tuvimos que atravesar una vida, con un conflicto y un nudo enorme, pero ese nudo no lo hicimos nosotros, tampoco nacimos con ese nudo. Ese conflicto no nace de nosotros, lo transitamos y lo sufrimos nosotros, pero nos excede, es público, es social. Tenemos la vida atravesada por esto, y trabajamos mucho para salir adelante, desde el análisis, la psicología, las terapias. Lo hacemos por nosotros, para que el conflicto no nos aplaste, que nos permita seguir viviendo, lo hacemos por nuestros hijos. Pero hay que tener mucha conciencia sobre esto: este conflicto no es propio, es también de la sociedad. La sensación es que uno vivió con el horror en las manos. Cada día como si apretáramos entre nuestras manos una pelota de horror, y uno iba con eso por delante mostrándoles a los otros el horror que nos había tocado vivir. Pero eso no es así, no se puede ir por la vida así, ni por nosotros ni por el resto de las personas, por las que conviven con nosotros pero también por las que no conocemos. Formamos una sociedad, un tejido, y recién cuando accedimos a la Justicia pudimos entregar ese horror a alguien más. Por eso la enorme importancia que tiene para nosotros que se haga justicia. Porque antes de los juicios, por más que lo contásemos, por más que lo divulgáramos, el horror lo seguíamos llevando en nuestras manos. Pero ahora está en manos de la Justicia. Y es la Justicia la que se encarga de devolvérselo a la sociedad toda. Y de repartirlo, lo que le toca a cada uno.

Testimonio de Angela Urondo Raboy, En mi nombre. Historias de identidades restituidas.


04/05/14 Suplemento Radar Página|12

“Ubaldini debe estar revolviéndose por los que hacen convocatorias para vecinas de barrio norte”

Lo indicó el secretario general de la CTA, Hugo Yasky, al criticar en la sede de la central a la marcha impulsada por las CGT de Hugo Moyano y Luis Barrionuevo contra la inseguridad.

Luego de recibir de manos del ministro de Defensa, Agustín Rossi, las actas de la dictadura encontradas en el Edificio Cóndor, Yasky confirmó en diálogo con la prensa la negativa de su central a la movilización del 14 de mayo: "Nosotros no creemos en esa convocatoria, podríamos hablar mucho de Barrionuevo y otros que la convocan que fueron parte de la destrucción de este país en la década de los `90", remarcó.

En ese sentido, el sindicalista afirmó que en la CTA no creen en "una marcha en que el movimiento sindical convoca contra la inseguridad, contra la inflación, como si nosotros fuéramos marcianos que vinimos a este mundo y a este país y no sabemos qué es lo que provoca la inflación".

En ese sentido, Yasky se quejó de que la convocatoria contra la inflación "no habla de los formadores de precios, de las empresas monopólicas extranjerizadas que nos están metiendo las manos en el bolsillo todos los días".

Y que, al referirse a la inseguridad, las CGT de Moyano y Barrionuevo no mencionan "las causas que la provocan", ni a los "grandes medios de comunicación que meten 45 veces en el lapso de dos horas y media el mismo hecho delictivo para generar pánico", según expresó el sindicalista. 

"Es la bandera que la derecha en Bolivia, en Venezuela, en todos los países de América Latina está agitando para intentar poner al movimiento popular contra las cuerdas", insistió Yasky sobre la inseguridad.

"Hipócrita y lamentable que esas sean las consignas de una central de los trabajadores", añadió.

"Muchos de los que lucharon para hacer grande al movimiento obrero, como Ubaldini y tantos otros, deben estar revolviéndose viendo el papel lamentable de los que hacen convocatorias que son más para vecinos de barrio norte que para los trabajadores", manifestó Hugo Yasky.

Por otra parte, sobre las negociaciones de paritarias, el secretario general de la CTA dijo que "como en 2009 a lo mejor habrá que disponer rápidamente de reflejos para sostener el empleo".

Sin embargo, Yasky destacó: "A pesar de los vaticinios de los que decían que íbamos a un apocalipsis, que se disparaban las paritarias al 60 por ciento o que iban a haber paritarias con techo y sin libertad, la verdad es que no fue ninguna de las dos cosas, sino que hubo paritarias en las que en algunos casos se tuvo que pelear mucho y en las que se lograron buenos acuerdos".

Télam

Los documentos que comprometen a Massot Por Camilo Cagni. Periodista argentina@miradasalsur.com

Lesa humanidad. Los archivos de la inteligencia provincial suministran pruebas de la colaboración del director de La Nueva Provincia y otros empresarios, con las Juntas Militares.

Y llegó el día. Como un acontecimiento impensado, inimaginado por muchos, Vicente Massot tuvo que prestar testimonio ante la justicia de Bahía Blanca al ser imputado como coautor de crímenes de lesa humanidad durante la última dictadura cívico-militar. La causa contra el director del diario bahiense La Nueva Provincia se abrió a partir de la sentencia que en el año 2012 condenó a 14 represores del V Cuerpo de Ejército y en la que el Tribunal Oral estableció investigar al periódico por haber realizado una “campaña de desinformación” que buscaba imponer “la versión de los victimarios”, y así “colaborar en la creación de un Estado tal de anomia legal en la sociedad, que permitió el ejercicio brutal de violencia irracional y desatada por parte de la estructura estatal”.

Los documentos pertenecientes al archivo de la Ex Dipba (Dirección de Inteligencia de la Policía de la Provincia de Buenos Aires) fueron presentados en el marco de la investigación, por ser indispensables al momento de darles un sustento probatorio a los fiscales para plantear las acusaciones contra el director del matutino. Uno de ellos es el “Plan Nacional de Comunicación Social (PNCS) de 1978”, que representó la combinación de una diversidad de organismos públicos y privados con el fin de trasmitir los objetivos políticos de la dictadura. En él, las Fuerzas Armadas, de seguridad, los servicios de inteligencia, las entidades públicas y los medios de comunicación privados, unieron esfuerzos en la construcción de una estrategia comunicacional a la medida de los intereses de la junta militar. Los objetivos de este plan eran “Consolidar la confianza de la Opinión Pública (OP) Nacional en el Proceso de Reorganización Nacional mediante la difusión sobria y precisa de sus objetivos políticos y pautas, de los actos de gobierno, de los logros obtenidos, de los beneficios concretos que de ellos se deriven y de las perspectivas futuras resaltando los valores básicos de la gestión oficial (austeridad, eficiencia, vocación de servicio, equidad, moralidad, sensibilidad social y receptividad a la sana y justa crítica)”. En este contexto es necesario remarcar que La Nueva Provincia participó necesariamente en la cadena informativa siendo un medio privado de comunicación que reproducía los valores y conceptos antes mencionados junto a la agencia estatal de noticias Télam, la Secretaría de Inteligencia del Estado (SIDE), los servicios de inteligencias de las Fuerzas Armadas, embajadas y distintas empresas privadas de comunicación. En el análisis de este material documental se observa cómo las intervenciones en comunicación estaban íntimamente relacionadas al concepto de “Acción Psicológica”, o sea, a los modos en que se debe influir en las opiniones, sensaciones y modos de pensar de una población.

La otra causa. Massot fue imputado recientemente como coautor del homicidio de los obreros gráficos Enrique Heinrich y Miguel Ángel Loyola, ambos secuestrados el 30 de Junio de 1976 cuando se desempeñaban como delegados sindicales de los trabajadores de La Nueva Provincia. Sus cuerpos fueron hallados cuatro días después en un paraje llamado La Cueva de los Leones, a 17 kilómetros de la ciudad de Bahía Blanca.

Remitiéndonos nuevamente a los documentos de la ex-Dipba, observamos que desde marzo de 1974 existen informes de inteligencia donde se describe quiénes eran las autoridades del sindicato de Artes Gráficas de Bahía Blanca. Ahí figura Heinrich como secretario general y Loyola como tesorero, y además sus datos personales en un “anexo confidencial”. Heinrich figura también como “delegado de congresos FATI”, o sea, como integrante de la Federación Argentina de Trabajadores de la Imprenta, cargo que demuestra el compromiso que él tenía en la defensa de los trabajadores gráficos y que le generó ciertas rispideces con los directivos del matutino. En una editorial del 1 de septiembre de 1975, en el marco de un conflicto sindical, La Nueva Provincia publicó lo que puede ser interpretado como una “sentencia de muerte” contra los dos dirigentes: “La labor disociadora de algunos delegados obreros cuyos fueros parecieran hacerles creer temerariamente que constituyen en verdad una nueva raza invulnerable de por vida”, afirmaba el texto, al mismo tiempo que sugería que los delegados pretendían intervenir el diario para “cooperativizarlo” o crear alguna otra forma de autogestión “sovietizante”.

Burocracia policial. En el archivo de la ex Dipba se encuentra documentación que confirma que la Policía bonaerense estaba al tanto de los conflictos gremiales en el sur provincial, a partir de la realización de investigaciones propias. Los expedientes o legajos que allí se producían eran distribuidos para lograr un orden interno en “Factores” y “Mesas” (factor político, social, económico, religioso, estudiantil y laboral) donde, una vez que la información era analizada y procesada, iba a parar a diferentes mesas. Así existía la Mesa “A” que involucraba a los factores comunal, estudiantil, político y prensa; la Mesa “B” al factor económico, gremial y laboral; la Mesa “C” que se refería a las actividades comunistas, y la Mesa “DS” donde se analizaban actividades y personas vinculadas con la llamada “Delincuencia subversiva”. Dentro de esta última mesa existen varios informes de inteligencia en donde se analiza y describe un conflicto gremial entre la CGT de Bahía Blanca y La Nueva Provincia desde 1975, y menciona el “activismo” de los delegados. Aquí también se evalúan las opiniones de los directivos del diario en relación con dicha disputa: “Para LNP y su editora responsable, Diana Julio de Massot, los delegados obreros y las comisiones internas (…) son ‘soviets comunizantes’ cuyo único fin sería el de (…) anarquizar la producción y hacerles la vida imposible a los directivos y empresarios”.

04/05/14 Miradas al Sur

Con bancas opositoras vacías, Capitanich brindó su informe mensual



El Jefe de Gabinete de Ministros realizó su exposición mensual en la Cámara Alta. Entre ausencias, retiros, distracciones y signos inequívocos de falta de interés, los legisladores de la oposición mostraron su desdén por la sesión parlamentaria.

Capitanich cuestionó a las consultoras por la intencionalidad política en los índices económicos

Lo aseguró el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, al dar su informe mensual ante el Senado. Dijo además que "utilizan tácticas agresivas y de mala fe para lograr sus objetivos".

comunicación, de los fondos buitre y reeditó la discusión con dos senadores de la oposición a los que acusó de ser "poco serios" y de estar en "campaña electoral".

Tras seis horas de informe, se pasó a un cuarto intermedio para ajustar los tiempos de las preguntas y las respuestas.

El jefe de Gabinete, quien se mantuvo de pie de frente a los legisladores durante toda su exposición, afirmó que "existen muchas usinas que todo el tiempo inventan índices" para "tratar de generar una acción psicológica a través de medios de comunicación y grupos concentrados con una finalidad política".

En ese sentido, señaló que "quedan asignaturas pendientes" en el tema de pobreza y que "es necesario reconocer lo que falta, pero también lo mucho que se ha hecho".

"Hay un ataque sistemático tendiente a decir que no se hizo nada. Sea seria, no dé datos que no son reales. A mí no me mienta, tráteme con seriedad", le exigió Capitanich a la radical Laura Montero, quien lo había acusado de mentir en las cifras de pobreza y desocupación.

Capitanich también respondió que "la participación de la publicidad oficial" en los medios "es irrelevante", para luego volver a cruzarse con un senador, esta vez con el mendocino Ernesto Sanz, a quien lo acusó de usar la presencia del jefe de Gabinete para "posicionarse en la campaña presidencial" de 2015.

Fue cuando Sanz le pidió, de manera airada, números de la pauta oficial y Capitanich le contestó que en 2013 fue de 30.000 millones de pesos.

Sobre los medios, el jefe de Gabinete advirtió que "hay un aumento de los segundos de televisión y del centimetraje en los medios gráficos sobre hechos delictivos durante los años electorales".

"Nadie niega la existencia de hechos delictivos. Pero es parte del debate. De hecho, los homicidios dolosos no aumentaron. Se han mantenido. Existe una influencia de acción psicológica", sentenció.

"Los medios representan un factor de poder permanente, que no se someten a la voluntad popular, pero sí generan tendencia.

No decimos que todos deben compartir lo que expresamos. Aunque tampoco es objetivo pensar que el periodismo se ejerce desde la veraz información o la objetividad", manifestó.

En ese sentido, subrayó que "el Estado debe ser guardián del pluralismo y garantizar la libertad de expresión".

Por otro lado, el jefe de Gabinete denunció que los fondos buitre "han gastado millones de dólares en campañas contra la Argentina" y que "utilizan tácticas agresivas y de mala fe para lograr sus objetivos".
Capitanich: "Los fondos buitre gastaron millones en campañas contra la Argentina"

"Argentina se ha visto forzada a litigar en cortes de Francia, EEUU, Bélgica y Suiza", recordó el ministro, pero destacó la decisión del Gobierno de "cumplir con sus compromisos" en cuanto a los procesos de reestructuración de deuda.

Finalmente, Capitanich informó que "existen procesos de negociaciones dentro del Mercosur para analizar la viabilidad de suscribir un tratado de libre comercio con la Unión Europea".

"No existe previsión de fecha respecto a la presentación de la oferta que registró avances, pero no son definitivos", confió.

Al cerrar el debate, la representante del PRO, Gabriela Michetti, reclamó "transparencia en los datos de pobreza en la Argentina", mientras que el socialista Rubén Giustiniani, luego de elogiar a Capitanich por "cumplir con el mandato constitucional de venir todos los meses", pidió "hablar de la coyuntura, en la que no hace falta ir a 2003 para comparar, sino hablar del `hoy`".

El peronista disidente, el puntano Adolfo Rodríguez Saá, cuestionó al gobierno nacional porque, según dijo, su provincia "está discriminada duramente y sancionada por no ser dócil a los mandatos del Ejecutivo Nacional".

El jefe del bloque radical, Gerardo Morales, criticó el informe que hizo el jefe de Gabinete sobre la pauta publicitaria y cuestionó que Capitanich haya "responsabilizado de la inseguridad a los medios de comunicación".

Finalmente, el titular de la bancada oficialista, Miguel Angel Pichetto, indicó que "no estamos mintiendo sobre ningún índice, porque no lo hemos dado a partir de la modificación del IPC".

"La recaudación de 92 mil millones de pesos indica que la economía está viva", sentenció.

Télam

 

Con la misma voz Por Mario Wainfeld

Por una vez, la presidenta Cristina Fernández de Kirchner pidió permiso, bromeando. Se dirigió al escribano de Gobierno, preguntando si podía decirle “Teresa Parodi” a la ministra que estaba prestando juramento. Claro que lo obtuvo: esta nota lo toma prestado para nombrar a la flamante funcionaria como todos la conocen y tantos la respetan o la quieren. Fue en el casi relegado Salón Blanco de la Casa Rosada, rebosante de entusiasmo y reconocimiento.

“Elevar” a ministerio a la Secretaría de Cultura, de por sí pujante y dotada, es un salto burocrático que pretende potenciar a la actividad. Un ministerio, se espera, tiene más capital simbólico, más recursos humanos y más caja. Más poder para hacer, en suma. La movida es, pues, una propuesta y una promesa cuyo cumplimiento se medirá con el transcurso del tiempo.

Sumar a Teresa Parodi al elenco de gobierno es un reconocimiento merecido y una apuesta. Las calidades humanas, militantes y artísticas de Teresa Parodi son una formidable carta de presentación que, ay, no asegura el éxito en la gestión. La actividad política es compleja, ser una referente del porte de Teresa Parodi agrega valor. También conocer al dedillo las necesidades y las cuitas de los creadores consagrados o de los artistas desconocidos. Pero esas dotes ponderables no son condición suficiente... ni tampoco imprescindibles para ser una buena ministra.

En la cancha se verá, en el camino gratifica que se haya pensado en ella y que haya recibido una salva de aplausos, algo a lo que está acostumbrada... pero esta vez en circunstancias únicas.

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Correntina hasta el tuétano, maestra de profesión, autora e intérprete, Teresa Parodi es un ícono de la cultura popular. Su música y sus letras se nutren de todo ese recorrido. Las vivencias populares, los dolores familiares, la vida de los trabajadores, la celebración de la fiesta hecha chamamé... No le cabe al autor de esta columna evaluar sus calidades musicales pero sí puede saludar una trayectoria coherente en lo artístico y en la militancia.

La palabra “militancia” ha recobrado habitualidad, ora para ser exaltada ora para denigrar a quienes se consagran a ella.

El kirchnerismo produjo una circunstancia olvidada o imposible durante décadas. En la Argentina era moneda corriente militar contra los gobiernos, pero no congregarse para apoyarlo. El kirchnerismo cuenta con partidarios fervorosos, que se le fueron sumando mientras gobernaba.

Desde luego, la condición de oficialista marca diferencias y, por qué no, habilita suspicacias. Hay quien reduce la “militancia K” al craso oportunismo o a la venalidad. Puede haber casos, ya que no se conocen oficialismos sin obsecuencias. Hay funcionarios o legisladores que sin tener historia en el peronismo devinieron militantes justicialistas ya criados y dotados de cargos. Puede que hayan cambiado genuinamente, pero es real que les falta superar la prueba ácida de militar desde el llano, donde todo es más duro y más arduo.

Muy otra es la situación de la mayor parte de los dirigentes y cuadros de La Cámpora, que militaron desde muy jóvenes en circunstancias adversas. Y, desde luego, la de los miles de pibas y pibes que se suman a las organizaciones juveniles impulsados por la pasión política, que se palpa cuando se los ve en las calles o en los barrios.

Teresa Parodi, volvemos, es una militante popular desde hace añares. Se bate por las mejores banderas que enarboló el actual gobierno, desde antes de que existiera el kirchnerismo. Una de las virtudes de esta identidad política es que transformó en realidades o políticas públicas lo que fueron antes demandas minoritarias. Reclamos signados por el rechazo pasaron a ser agenda y realizaciones. Ese salto de calidad democrática implica un reconocimiento a quienes, en el pasado no tan lejano, lucharon por causas justas sin desfallecer aunque situados en el terreno de la resistencia.

Teresa Parodi siempre estuvo en ese lugar. Es moda decir que los trabajadores de la cultura que apoyan al oficialismo lo hacen a cambio de pagos o beneficios indebidos. El cargo es falaz, casi siempre. Para tantos “acusados” basta revisar su historia. Quien conozca apenas la trayectoria de Teresa sabe que ella apoyó con su presencia infinidad de actividades o movidas del movimiento popular cuando eso no redituaba dinero ni favores oficiales. Que fue a cantar a recitales, actos, fiestas populares gratis o menos que gratis aportando su polenta, su talento y su voz por puro compromiso. Sus letras también replicaron al individualismo de los noventa, a la devastación del mundo del trabajo, a la mentira del neoliberalismo. Cada quien evaluará la calidad de la artista, pero solo un necio puede ignorar que no era negocio ni alcahuetería (que por aquel entonces sobraban en la academia, en la cultura y en la política).

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La centralidad de las políticas públicas en la cultura viene creciendo en el mundo y en la Argentina. No se trata, jamás, de regimentar o uniformar sino de dotar a los ciudadanos de medios para que estos determinen a qué fines aplicarlos. La promoción es un objetivo constante que, como en tantos otros terrenos, las leyes del mercado no contemplan del todo o distorsionan.

Las políticas culturales interactúan con la sociedad civil de modo tal que una buena gestión (máxime en un gobierno que dura muchos años) es difícil de escindir de lo que se va construyendo en dicha sociedad. Al fin y al cabo, de animar, agitar y promover se trata. El ejemplo del cine nacional en la década, cree el cronista, es adecuado y para nada único. La diversidad de enfoques, la cantidad de directores y artistas que se hicieron ver y conocer, la pluralidad de temáticas, los sesgos que van desde la vanguardia hasta lo comercial, pasando por el intimismo o el costumbrismo... Suponer que eso es solo la consecuencia lineal de una política pública es mecánico o monocausal. Negarle toda vinculación, un simplismo interesado.

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Ah, el documento de Parodi dice que su nombre es Teresa Adelina Sellarés. Así será, así se llamó la docente que fue y que ella nunca olvidó.

El secretario saliente, Jorge Coscia, recibió un trato inusual en el kirchnerismo para un funcionario renunciante. Fue ubicado al lado de Teresa Parodi cuando se leyó el decreto de creación del ministerio y de designación de su titular. La Presidenta lo saludó especialmente y lo besó a la salida del breve acto, que hubiera sido parco si no hubieran mediado la emoción y las ovaciones.

Teresa Parodi se emocionó en los prolegómenos, acaso hubo una lágrima por ahí. A la hora de jurar, su voz se escuchó firme, convencida y bella. Ninguna novedad, por cierto.

mwainfeld@pagina12.com.ar

08/05/14 Página|12

La artista, militante y docente que llegó a ministra de cultura

Una de las cantautoras de música popular más representativas de la Argentina y Latinoamérica, originaria de Corrientes se convirtió hoy en la primera titular del Ministerio de Cultura. Historia de vida de una mujer que hizo de la lucha, el contenido de su arte.

La cantautora correntina Teresa Parodi, que lleva tres décadas de consecuente actividad en la cultura popular, se convirtió en la primera titular del Ministerio de Cultura, un status largamente reclamado por diversos sectores de la actividad en los que la artista participaba.

Nacida el 30 de diciembre de 1947 en Corrientes como Teresa Adelina Sellares, volcó en su canto las vivencias de maestra rural y de militante popular de raigambre peronista. En una casa de fervientes antiperonistas que festejaron la caída del "tirano" en el 55, descubrió que su abuela escondía una foto de Evita, una mujer odiada y amada que la atrajo al peronismo desde joven y la impulsó a la militancia estudiantil.

A los 19 años, ya recibida de maestra como su madre, logró la autorización de una jueza y se casó con el hijo de un trabajador, lo que le valió tomar distancia de su hogar acomodado. Se fue a El Dorado, Misiones, a trabajar como docente rural. Allí vivió en un rancho tapizado en papel de diario. "Yo pensaba que me iba a enseñar, pero me fui a aprender", comprendería años más tarde.
Compuso más de 500 obras que recrean la sabiduría e identidad de su pueblo y el paisaje de su Corrientes natal.

Ya en tiempos de dictadura su militancia cobró mayor sentido, pero también se hizo más compleja. Formó parte de la Juventud Peronista y en 1979 se instaló en Buenos Aires, donde su carrera como cantante popular comenzó a tomar forma. Eligió un apellido artístico y viajó varios kilómetros por el país, cantando junto al maestro Astor Piazzolla y su quinteto.

Autora de más de 500 canciones que abrevan en esas vertientes y entre las que destacan "Apúrate José", "Pedro Canoero", "La negra Pilar", “Resistiendo” y "El otro país", desplegó su voz y sus ideas en una treintena de álbumes y en escenarios y festivales de todo el mundo. Compartió escenario con artistas como Piazzolla, Mercedes Sosa, Víctor Heredia, León Gieco, Julia Zenko, Pablo Milanés, entre muchos otros.

La cantautora fue reconocida con el Konex de Platino al mejor autor-compositor de la década, en 1995; con el Camin de Oro a la Trayectoria, en 1999; con el Premio del Fondo Nacional de las Artes, ese mismo año; con el Gardel a la Música, en 2003; con el Gran Premio Nacional de las Artes y Ciencias, en 2011, entre otros.

Tres años más tarde, con Jorge Telerman como jefe de gobierno porteño, Parodi asumió al frente de la Dirección General de Música de la ciudad de Buenos Aires. Estaría en ese cargo hasta 2007.

Este año, Parodi fue al festival de Cosquín a celebrar los 30 años de su consagración allí.

Fuertemente identificada con el proceso político encabezado por Néstor Kirchner en 2003, asumió al frente del Espacio Cultural Nuestros Hijos (ECuNHI), en la ex ESMA, como un modo de sellar las coincidencias entre la Asociación Madres de Plaza de Mayo y el Gobierno nacional.

Tuvo cinco hijos y once nietos. grabó más de 20 discos y recorrió el mundo con su música. Temas como "Apurate José", "Hay gente que sueña", "Esa musiquita", "El otro país", o "Nunca más" reflejaron su compromiso con la lucha y la transformaron en un símbolo de la cultura nacional.
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LA CANTANTE TERESA PARODI FUE DESIGNADA POR CFK COMO LA PRIMERA MINISTRA DE CULTURA “Imagino un ministerio de puertas abiertas”

Cristina Kirchner transformó la Secretaría de Cultura en ministerio. Teresa Parodi prometió profundizar las políticas oficiales.

Por Nicolás Lantos

La cantante Teresa Parodi asumió ayer por la tarde como titular del flamante Ministerio de Cultura, cuya creación había sido anunciada apenas algunas horas más temprano en el Boletín Oficial. La ceremonia, breve, fue encabezada por la presidenta Cristina Fernández de Kirchner en la Casa Rosada, donde un rato más tarde ambas compartieron el primer acto oficial de la nueva ministra, al despedir a los artistas argentinos que viajan a Francia a participar del Festival de Cine de Cannes. “Imagino un ministerio de puertas abiertas, con las mismas políticas que ya están, más profundizadas para que sea más visible la maravillosa diversidad cultural que hay en la Argentina”, dijo Parodi a la prensa tras el acto, en el que hubo una fuerte presencia de artistas y dirigentes de organismos de derechos humanos respaldando el nombramiento.

“La creación del Ministerio de Cultura es una noticia extraordinaria, y estoy muy emocionada y honrada de que la Presidenta piense que yo puedo trabajar desde allí para seguir haciendo la gestión cultural que ya lleva este gobierno y que vamos a seguir construyendo”, sostuvo la intérprete, quien aseguró que se enteró de su nombramiento un día antes, por un llamado telefónico de la Presidenta. “No me dio miedo porque formar parte de un gabinete y un gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, al que adhiero desde el primer momento, me dio la seguridad y la certeza de que voy a poder trabajar en esta construcción colectiva –agregó–. Es una responsabilidad inmensa y no veo la hora de empezar a trabajar.”

Su deseo no demoró mucho en cumplirse: menos de tres horas después de haber estampado su firma y prestado juramento, la flamante ministra acompañaba a la Presidenta y a la titular del Incaa, Lucrecia Cardozo, en la despedida de la delegación de artistas argentinos que participarán del Festival de Cine de Cannes. Allí, Fernández de Kirchner destacó el “empoderamiento del sector de la cultura” que significa la creación del nuevo ministerio. “Por eso esta revalorización y por la figura de Teresa”, que “tiene un doble simbolismo: no solamente es una artista sino alguien que estuvo al frente de experiencias culturales”, destacó la mandataria.

Parodi, vinculada históricamente con el peronismo, había ocupado entre 2005 y 2007 la Dirección General de Música, dependiente del Ministerio de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, durante el interinato de Jorge Telerman. Luego de abandonar esa responsabilidad, se hizo cargo del Espacio Cultural Nuestro Hijos (ECuNHI), que funciona en el predio de la ex ESMA. La artista cuenta con una relación estrecha con los organismos de derechos humanos, cimentada durante décadas. Ayer, la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, celebró su nombramiento como una “elección maravillosa” y su par de Madres, Hebe de Bonafini, expresó su “gran alegría” por el anuncio.

“Es muy fuerte para mí. Era un deseo que se transformara en ministerio la secretaría. Es muy emocionante en todo sentido, como artista, como mujer de la cultura”, había dicho Parodi al enterarse de su nueva responsabilidad. “Estoy dispuesta a trabajar, me gusta la gestión cultural”, agregó en declaraciones radiales, con las que anticipó que uno de los ejes de su gestión será “visibilizar la enorme diversidad cultural de la Argentina, emparentada tan categóricamente con América latina”. Debido a lo súbito del anuncio, todavía no tenía diseñado el equipo de trabajo que va a acompañarla en su nueva función. Tampoco se conoce el organigrama que tendrá el nuevo ministerio.

El acto de asunción tuvo lugar a las cinco y media de la tarde puntual en la Casa Rosada y por un problema de comunicación muchos asistentes llegaron al lugar cuando terminaba la ceremonia: intendentes, legisladores, ex candidatos del Frente para la Victoria en las últimas elecciones y figuras de la cultura tuvieron que quedarse en la puerta. Sí llegaron a tiempo para presenciar la jura Carlotto y Bonafini, los diputados nacionales Carlos Kunkel, Eduardo De Pedro y Andrés Larroque y el titular de la CTA, Hugo Yasky, entre otros.

Además, hubo una presencia nutrida de personalidades vinculadas con el arte y la cultura: músicos como Pedro Aznar, Víctor Heredia, Marilina Ross, Paz Martínez y Lito Vitale; las actrices Esther Goris y Alejandra Darín; actores como Juan Palomino y Manuel Vicente; el dibujante Rep y los productores Esther Soto y Fabián Matus, hijo de la cantante Mercedes Sosa, a quien Parodi también recordó en sus declaraciones a la prensa. Durante el acto, hubo un involuntario paso de comedia cuando CFK pidió permiso al escribano de Gobierno para tomar juramento a la nueva funcionaria por su nombre artístico y no por el que figura en su DNI, Teresa Adelina Sellares.

La creación del nuevo Ministerio de Cultura fue comunicada ayer por la mañana a través del Boletín Oficial. El decreto 641/2014 establece la nueva cartera, en tanto que la designación de Parodi se hizo mediante el decreto 642. Además, el 640 consigna la renuncia del ex secretario de esa área, Jorge Coscia, quien participo del acto. Coscia aseguró haber dado un paso al costado “por pedido de la Presidenta” pero no tener divergencias políticas con CFK. “Todo lo contrario. No hay ninguna. La Presidenta tomó esta decisión de crear un ministerio, lo cual es un avance que debe ser celebrado”, manifestó el ex funcionario.

Según los considerandos del decreto que crea el Ministerio de Cultura, “la experiencia acumulada” en esa área demostró “la necesidad de continuar realizando políticas orientadas al desarrollo de aquellas áreas que tienen especial importancia en relación con la calidad de vida de los ciudadanos y con el objeto de dar respuesta a las demandas sociales” y de “perfeccionar el uso de los recursos públicos incrementando la calidad de la acción estatal”, por lo que “corresponde efectuar un reordenamiento estratégico que permita concretar las metas políticas diagramadas, así como racionalizar y tornar más eficiente la gestión pública”.

El decreto también destaca “la trascendencia que la cultura representa como inductora del desarrollo y de la cohesión social, de su relevante papel ante la cuestión de la diversidad cultural y de la integración de comunidades minoritarias, así como en los procesos de igualdad de género y de las vinculaciones entre las comunidades urbanas y rurales”, aspectos que “hacen necesaria la jerarquización del área mencionada”.

A favor del ministerio
El titular de la Afsca, Martín Sabbatella, celebró la creación del Ministerio de Cultura y la designación de Teresa Parodi al frente de esa área. “Es una gran noticia para el país porque se trata de una artista con una inmensa trayectoria y un enorme compromiso con la cultura, con la patria y con los derechos humanos. Pero además, Teresa es una extraordinaria persona y una compañera entrañable”, manifestó el dirigente de Nuevo Encuentro. El diputado y director del Centro Cultural de la Cooperación, Juan Carlos Junio, consideró “un gran acontecimiento” que exista un Ministerio de la Cultura. “Significa jerarquizar el conjunto de las políticas culturales que se han desarrollado en el país en los últimos años. Representa una conquista histórica de todo el campo cultural. Permitirá, además, articular políticas nacionales con todas las provincias y regiones del país”, consideró Junio. A contramano de la satisfacción que mostró ayer toda la gente de la cultura, las diputadas macristas Laura Alonso y Patricia Bullrich sostuvieron que la creación del ministerio “es inconstitucional”, porque viola la ley y configura un “abuso de poder”.

Otras voces
- Víctor Heredia (músico): “El nombramiento de Teresa Parodi es extraordinario por dos razones. Por un lado, porque es una luchadora, una trabajadora muy seria y una militante. Por el otro –quizá muchos no lo sepan—, por su gran experiencia de gestión. Tanto en el ECuNHi (Espacio Cultural Nuestros Hijos), como en ADI (Asociación Argentina de Intérpretes) y en Sadaic (Sociedad Argentina de Autores y Compositores). Además, tiene un amplio conocimiento del país, no sólo por haber sido maestra, sino por su condición de artista, porque ha recorrido toda la Argentina. Ella va a hacer un gran aporte a la profundización de la política cultural del país, por su concordancia con el proyecto político, social y cultural actual”.

- Sandra Mihanovich (cantante): “Que Teresa haya asumido como ministra de Cultura es una muy buena noticia, que nos llena de orgullo, de alegría y esperanza. Teresa es una persona idónea para este cargo. Lo único que espero es que no se la fagocite el Estado, que pueda concretar lo que se proponga y que ella sea un eslabón más. Porque, en definitiva, esta tarea tiene que ver con poder pasar la posta, y con construir a partir de lo dado”.

- Marilina Ross (cantante): “Estamos muy contentos con el nombramiento de Teresa Parodi al frente del Ministerio de Cultura, porque es una persona muy apta para este cargo. Ella tiene los atributos necesarios para esta función; ya lo ha demostrado con su trabajo en Sadaic y en la ex ESMA. La cultura es la base de todo. Estamos en muy buenas manos”.

- Rita Cortese (actriz): “Me parece un hecho histórico que se cree este Ministerio de Cultura. Estamos muy emocionados y nos sentimos honrados por el nombramiento de Teresa Parodi al frente de este ministerio, porque es una maestra y sabemos de su talento”.

- Lidia Borda (cantante): “El acto fue muy concurrido; no faltaba nadie. Lo vivimos con mucha alegría. Que se haya creado un ministerio en lugar de una secretaría es algo muy importante. Creo que el trabajo que se está realizando en la cultura, de carácter federal, tiene que ser cada vez mayor, con más participación. Y la figura de Teresa, en este sentido, es ideal para esto, porque es una maestra, y una militante que ha puesto el cuerpo siempre. Además es una excelente persona, de una generosidad increíble. Estamos felices, y a la espera de ver cómo se desarrollará su gestión. Creo que no va a ser nada fácil estar al frente de esta tarea, pero creo en Teresa y en su criterio, por todo su trabajo previo”.

- Susana Rinaldi (cantante): “Es una noticia extraordinaria. Era absurdo que uno de los espacios más importantes de la Nación permaneciera como secretaría, era una demanda muy presente entre los trabajadores de la cultura. Me alegro como mujer y militante en favor de la cultura y representante de mi país, y me alegra que la primera ministro sea una mujer y además sea Teresa Parodi, una de las más batalladoras”.

- Liliana Herrero (cantautora): “Con la nueva categoría la cultura va a tener mayor presupuesto. La designación de Parodi, que es una gran compañera, militante de muchos años y comprometida con el proyecto nacional y popular, significa que vamos a ser absolutamente escuchados y con esto no quiero decir que la gestión de Coscia no lo haya hecho, él hizo desde su secretaría todo lo que pudo y lo hizo con honestidad”.

- Cristina Banegas (actriz): “Es muy buena la elevación de rango por todo lo que significa estructuralmente; es lo que necesitamos los que trabajamos en la cultura. Conozco a Teresa como artista y gestora, su trabajo en la ex ESMA al frente del Espacio Cultural Nuestro Hijos, su militancia en los organismos de la música, es una persona de un compromiso político y cultural entrañable y de una honestidad incuestionable”.

- Fito Páez, desde Nueva York (cantautor): “Felicitaciones, Teresa, te quiero mucho, que sea para el bien y la felicidad de todos, un abrazo fuerte”.

- Ana María Shua (escritora): “El cambio de rango era algo que la gente de la cultura venía pidiendo hace tiempo, en busca de más jerarquía, más presupuesto y posibilidades, porque el campo cultural nacional es muy importante, con una enorme cantidad de industrias que dan trabajo y alegría a mucha gente”.

- Antonio Tarragó Ros (cantante): “Es lo mejor que me pasó en años escuchar Ministerio y Teresa Parodi. Era un gesto esperado, que me dio una alegría enorme porque siempre me pareció muy triste que la cultura sea secretaría cuando es el carozo de la gente, la médula de los pueblos. La elección de Teresa, una mujer que conoce este país a fondo desde lo cultural, con compromiso político y amplitud musical, hace que esta noticia sea un alegría enorme”.

- Marián Farías Gómez (cantante): “Es algo por lo que venimos luchando hace tiempo, sobre todo la gente de música, porque creemos que un país que basa su política en una paz cultural es un país que puede salir adelante. Este paso es señal de que se le va a dar más bola a la cultura con más presupuesto. Teresa, con todo el proyecto que viene desarrollando, va a poner en marcha la recuperación definitiva de nuestra identidad cultural”.

- Vicente Battista (escritor): “La noticia es ultrapositiva porque la cultura, con todas sus ramificaciones y proyecciones, está al mismo nivel que la agricultura o el interior. Antes, con la secretaría, era como que estaba un escalón más abajo y ahora se puso en igualdad de condiciones”.

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