miércoles, 7 de mayo de 2014
“No quedaba más alternativa que salir a empujar la revolución mundial”
Entrevista a Daniel de Santis, autor del libro ¿Por qué el Che fue a Bolivia?. “Cuando se dice que el Che estuvo aislado del pueblo boliviano es falso, sí estuvo aislado de las orgánicas políticas”.
Por Enrique de la Calle
APU: ¿Cómo surge la idea del libro?
Daniel de Santis: Discutimos un poco si el título iba con pregunta o si iba sin pregunta. Terminó en en pregunta por una cuestión de comunicación, porque tenía más gancho, porque atraía más la pregunta.
APU: Sin adelantarle a los lectores lo que van a encontrar en el libro, ¿se pueden adelantar algunas respuestas a esa pregunta?
DDS: Primero, por qué retomó la lucha. Brevemente, él era un gran estudioso de El Capital, más allá de que no se lo reconozca como tal. Incluso antes de incorporarse al Movimiento 26 de Julio liderado por Fidel Castro, ya en cartas a su madre, a su tía, a su padre, le dice “hoy San Carlos” –por Carlos Marx- “es la prioridad”. Él leía a Marx desde muy joven. Hay una anécdota que cuenta Fidel Castro que dice que estaba en una reunión y pregunta quién sabía de economía, quién era economista, y el Che levanta la mano. “¿Ah pero cómo, vos no preguntaste quién era marxista?”, preguntó luego el Che. “No, no, economista”, bueno y ahí fue el Che al Ministerio de Economía.
Más allá de su formación, él se pone a estudiar mucho más intensamente el marxismo, sobre todoEl Capital. Incluso, un embajador cubano con quién nosotros compartimos una reunión nos contó que él era profesor de matemáticas y había sido convocado por el Che Guevara para que le enseñara matemáticas, de las doce de la noche a las tres de la mañana estudiaban. En un momento, el profesor le dice: bueno, ya te enseñe todo lo que sé, ahora sigamos estudiando juntos. Es decir, el Che sabía tanto de matemáticas como un un profesor.
APU: ¿Esa formación lo lleva al Ministerio de Economía?
DDS: En este proceso del estudio de la economía y de la dirección de la economía en Cuba, había dos sectores: el de la zafra, de la producción azucarera, que estaba dirigido por Carlos Rafael Rodríguez y que aplicaba la línea soviética. En cambio, el Ministerio de Industria -todas las fábricas dependían del Ministerio de Industria- aplicaba otra línea, que él le llamó “de sistema presupuestario de financiamiento”. Hubo una gran polémica en el año ‘63- ‘64 acerca de la vigencia de la Ley del Valor, que era la ley esencial del funcionamiento del capitalismo, descubierta por Carlos Marx. En esta polémica, que es mucho más compleja, el Che descubrió que la Unión Soviética estaba regresando al capitalismo y lo dijo, lo escribió varias veces, hay una carta muy profunda del año ’65 que le manda a Fidel Castro donde explica con pelos y señales por qué la Unión Soviética está regresando al capitalismo.
Para un marxista, para un revolucionario, para un socialista, el Socialismo solamente puede ser si es internacional, no puede haber socialismo de un solo país. ¿Por qué? Porque el capitalismo es un sistema de explotación mundial y la revolución socialista puede empezar en un país pero se tiene necesariamente que extender al mundo. Cuando el Che descubrió que la patria del socialismo, la Unión Soviética, estaba regresando al capitalismo, dice: bueno, no quedaba más alternativa que salir a empujar la revolución mundial. Esto fue decisivo por su apuro, pero un apuro absolutamente justificado.
APU: En relación al por qué del título. Una de las hipótesis, con vigencia en algún momento, tenía que ver con la posibilidad de que Fidel Castro se hubiera sacado de encima al Che, por diferencias políticas e ideológicas entre ellos. ¿Indaga en ese tema? ¿Cuál era la relación entre ellos?
DDS: Fidel Castro y el Che Guevara siempre actuaron con la misma línea, con total acuerdo. Se cuenta que tenían grandes polémicas pero eran polémicas entre dos figuras muy inteligentes, muy capaces, dos estadistas de primer nivel y obviamente tenían ideas y discutían. Si los socialistas, los marxistas, no discuten se los critica porque no discuten porque son todos homogéneos; si los socialistas discuten están divididos, se pelean. No, discutían dos personas de gran capacidad pero yo creo que en la historia del socialismo hay dos grandes parejas: Marx/Engels y Fidel Castro/Che. Por supuesto, había matices como tiene que haber necesariamente entre dos personas distintas, no son una misma persona, pero estaban absolutamente en la misma línea.
El Che no se fue de Cuba porque tuviera ningún problema con Fidel Castro, al contrario, Fidel hizo todo lo posible por retenerlo la mayor cantidad de tiempo posible para que no fuera en los primeros momentos a hacerse cargo de la guerrilla. Incluso le inventó, entre comillas digamos, la misión en el Congo, en el África, porque él quería venirse acá, ya había desaparecido en la selva salteña Jorge Ricardo Masetti, que era "segundo comandante" en la lucha por la revolución en la parte sur de América Latina. Y Fidel Castro hizo todo lo posible para que no viniera. Justamente, en la carta que yo acabo de citar explica razones de mucho peso que aceleraron su decisión. El compromiso que tenía con sus hombres y la imperiosa necesidad de impulsar la revolución mundial hicieron que apurara su plan hacia Bolivia. También hay que saber que Cuba envió a Bolivia veinte hombres, de los mejores, dieciséis, con el Che diecisiete, combatientes, militantes de primera línea, varios comandantes, tres o cuatro comandantes del ejército cubano, y algunos –tres o cuatro- en la red urbana.
Uno se pregunta: si Cuba, en vez de veinte hombres manda cien hombres a Bolivia, ¿qué hubiese pasado? Estados Unidos hubiese dicho Cuba invadió Bolivia e invade Cuba. Entonces es evidente que Fidel Castro jugó en el límite de las posibilidades que tenían para apoyar e impulsar la revolución en Bolivia. No hubo ninguna contradicción, hubo absoluto acuerdo y actuaron de conjunto.
APU: ¿Por qué le parece que es necesario volver sobre estas pregunta en torno al Che y su actuación en Bolivia en los 60?
DDS: Primero, para esclarecer la verdad histórica, por un lado, por la pregunta que me acabas de hacer y que acabo de contestar. Pero también, porque incluso entre los mismos simpatizantes del Che, compañeros míos de militancia en el PRT (Partido Revolucionario de los Trabajadores), en estos días me han dicho “bueno pero se equivocó, eligió un país en el que no estaban dadas las condiciones, estuvo aislado”. Bueno, también esto es falso.
APU: ¿Estaban dadas las condiciones para un revolución en Bolivia?
DDS: Brevemente: él había elegido primero Perú pero ahí hubo problemas, los dos grupos guerrilleros que estaban en el plan del Che habían sufrido golpes muy serios, sospechaban que había posibilidades de infiltración del enemigo. Entonces desecharon Perú y el país que tenía mejores condiciones, incluso mejores condiciones políticas que Perú, aunque no existían estos grupos guerrilleros, era Bolivia.
En Bolivia estaban dadas todas las condiciones: había crisis económica, había dictadura militar, había una revolución nacionalista que había sido derrocada por el golpe militar del año ’64, existía una clase revolucionaria que era la clase obrera minera que estaba parcialmente armada, que había jugado el papel de vanguardia en la revolución nacionalista del ’52, había tres partidos marxistas-leninistas revolucionarios –el Partido Comunista Pro Soviético, el Partido Comunista Pro Chino y el Partido Obrero Revolucionario que era troskista. O sea: ¿qué condiciones revolucionarias faltaban en Bolivia? Faltaban dos: el ejército revolucionario y la unidad obrero-campesina, que eran las dos tareas que se planteaba el Che desarrollar a partir del foco que instaló en el sur-oeste del departamento de Santa Cruz.
APU: A demás de las causas, ¿el libro se ocupa de la estadía del Che en suelo boliviano?
DDS: El libro arranca en 1848 con la revolución europea, da la vuelta al mundo, pasa por todas las revoluciones de Europa, la Comuna de Paris, la Revolución Rusa, la Revolución China, la Revolución Vietnamita. Después toma el marxismo en América Latina hasta antes de la Revolución Cubana; la historia de la Revolución Cubana desde la guerra de la Independencia hasta el triunfo de la Revolución. ¿Por qué? Porque se debe entender la cuestión de la estrategia revolucionaria del Che en términos históricos, porque de lo contrario no se sabe de dónde salió, aparecen esas visiones distorsionadas de acusación de foquismo, de que el Che Guevara quería hacer una revolución con veinte hombres, con cien hombres, esto es absolutamente falso.
Entonces, uno ve cómo fue evolucionando la estrategia de lucha por el poder por parte de la clase obrera, de los socialistas, de los marxistas revolucionarios. ¿Por qué tuvo que evolucionar? Porque más rápidamente evoluciona la forma de dominación que tiene la clase dominante, la burguesía, el imperialismo.
Cuando se produjeron las revoluciones de 1848 en Europa, y después la Comuna de París en 1871 en Francia, la burguesía empezó ya desde esa época a preparar sus ejércitos, no tanto para la guerra internacional sino para la guerra civil. ¿Cómo hicieron? También la burguesía transformó el sufragio universal por el que lucharon los cartistas en Inglaterra, que era un movimiento absolutamente revolucionario que cobijó a Carlos Marx: lo transformó de un movimiento revolucionario a la principal arma de dominación de la burguesía. La clase dominante perfecciona y sigue perfeccionando sus formas de dominación. Hubo un intelectual y revolucionario italiano que se llamaba Antonio Gramsci, que desarrolló y explicó justamente cómo hacía la clase dominante para permanecer en el poder, que él llamó hegemonía.
APU: Siempre se habló sobre la resistencia de los propios campesinos a la presencia del Che.
DDS: Hace seis o siete años descubrí cuando fui a Bolivia a dar un curso que la clase obrera minera boliviana estaba esperando a su comandante. Aprendí que estaba esperando al comandante de su revolución; incluso sin saber que estaba el Che o se comentaba que estaba. En el ’67 se estaban reorganizando y en todas las asambleas de minas, en todas las minas grandes, medianas y pequeñas votaron el programa y uno de los puntos del programa de los mineros era el apoyo moral y material a las guerrillas y el aporte de un jornal mensual a la guerrilla.
Cuando se dice que el Che estuvo aislado del pueblo boliviano es falso, sí estuvo aislado de las orgánicas políticas como el Partido Troskista que no lo apoyaba y los dos partidos comunistas que le prometieron el apoyo, el Partido pro-Chino directamente se borró y el pro-Soviético participó un poco al principio. Hay que ser justos cuando uno juzga al Partido Comunista de Bolivia, hay que decir la verdad: la mayoría de la Dirección lo abandonó, la mayoría del Partido lo abandonó, pero hubo muchos militantes del Partido Comunista de Bolivia que sí lo apoyaron y que lo acompañaron. El grueso de los hombres que pelearon con el Che en Bolivia provenían de las filas del Partido Comunista, 29 hombres provenían de las filas del Partido Comunista, 11 del grupo pro-Chino pero que se habían ido de ese grupo, 16 cubanos. Y de esos 29 del Partido Comunista, 27 cumplieron cabalmente el compromiso revolucionario. Entonces hay que hablar bien, porque cuando se dice la traición del Partido Comunista de Bolivia, hay que decir la traición de la Dirección o de la mayoría de la Dirección. Porque por ejemplo Inti Peredo era miembro del Comité Central del Partido Comunista y fue un gran revolucionario que peleó con el Che hasta el último día, incluso cae combatiendo en el año ’69 cuando estaba reorganizando las fuerzas del Ejército de Liberación Nacional de Bolivia.
Presentan el libro: De la villa a la banca
Este miércoles 7 de Mayo, a las 17:00 hs. el legislador porteño y secretario General de la Corriente Nacional Martín Fierro, Jorge "Quito" Aragón, presentará su libro "De la villa a la banca" en la Feria Internacional del Libro de la Ciudad de Buenos Aires. Quito charlará con el público en el stand 3016/3017 del Pabellón Ocre, donde se conocerá la nueva versión de la obra editada en 2013.
Piden indagatoria a Arzobispo por el encubrimiento de cura prófugo
Se trata de Guillermo Garlatti, titular del Arzobispado bahiense. El pedido lo elevó el fiscal Castaño, quien se hizo eco de una denuncia efectuada por los fiscales Palazzani y Nebbia.
Por Diego Kenis
La huella de la sotana y las sandalias del sacerdote Aldo Vara, capellán y capitán del Ejército durante la dictadura, comienza revelar un largo camino de coberturas institucionales recibidas mientras se mantuvo prófugo de la Justicia argentina, desde agosto último y por espacio de ocho meses.
El más reciente capítulo lo escribió este lunes 5 el fiscal Antonio Castaño, que se hizo eco de una denuncia de los fiscales de la Unidad de Derechos Humanos Miguel Palazzani y José Nebbia y solicitó a la Justicia Federal la citación a prestar declaración indagatoria del arzobispo de Bahía Blanca Guillermo Garlatti, como imputado por el delito de encubrimiento.
Una Vara de conducta
Como ha informado AGENCIA PACO URONDO, desde abril del año pasado Palazzani y Nebbia acusan a Vara de participar en el terrorismo de Estado a partir de su rol de pastor castrense. Varios testimonios de víctimas del accionar represivo ilegal en Bahía Blanca dan cuenta de la presencia del cura en Centros Clandestinos de Detención (CCD) donde ejercía en plenitud las “responsabilidades del capellán” que marcaba el Reglamento de Operaciones Sicológicas del Ejército, lo que incluía la utilización de la sugestión religiosa para intentar extraer información de las víctimas o propiciar que colaboraran con el sistema represivo resignando la denuncia de lo padecido.
Ya durante el Juicio por la Verdad bahiense de 1999, Vara reconoció haber estado en contacto con personas secuestradas en el CCD del Batallón de Comunicaciones 181, en el predio del V Cuerpo de Ejército, quienes le narraron los tormentos padecidos, le mostraron las secuelas físicas de ello y le rogaron que comunicara su situación a sus seres queridos. El sacerdote nunca denunció los hechos ni se comunicó con los familiares de las víctimas. Por el contrario, durante la misma declaración testimonial de 1999 valoró como “gran persona” al represor Jorge Mansueto Swendsen, jefe del Batallón que albergaba al CCD y condenado en 2012 a prisión perpetua.
En agosto, la Justicia Federal bahiense emitió la orden de captura internacional de Vara y en diciembre el Ministerio de Justicia de la Nación estimó en cien mil pesos la recompensa para quien aportara datos que permitieran conocer su paradero. Tras meses de búsqueda internacional, Interpol logró capturarlo el 28 de abril último en Ciudad del Este, Paraguay. Fue entonces cuando comenzó a desovillarse una maraña de complicidades que va en camino de revelar una cobertura institucional de la Iglesia hacia el presbítero prófugo.
Repercusiones en tierra guaraní
La detención de Vara, y la investigación que la precedió y produjo, dispararon una serie de acciones que comprometen seriamente a varios estamentos de la Iglesia católica. El miércoles 30, dos días después de su captura, el diario paraguayo La Nación informó que el sacerdote prófugo continuaba oficiando servicios religiosos en la parroquia Virgen del Rosario, del barrio Pablo Rojas de la ciudad donde se lo detuvo.
En la misma fecha, la Diócesis de Ciudad del Este emitió un comunicado en que reconoce que el cura buscado por Interpol ayudaba “en la liturgia y otras actividades” en la parroquia que lo acogió tras su escape del país y expresa su agradecimiento “por la entrega y sacrificio demostrados” por Vara.
El comunicado informa que el imputado por aberrantes crímenes contra la humanidad “fue recibido en la Diócesis de Ciudad del Este a pedido de su Obispo”, un nexo que confirmaban los indicios que por esas horas empezaban a desvelarse en Bahía Blanca respecto del comportamiento del Arzobispado local ante la situación del prófugo.
La caja negra de cuello blanco
Menos de un día completo después de su detención, en Bahía Blanca comenzaron a circular versiones que indicaban que el ex capellán percibía mensualmente, y gracias a un apoderado, un haber jubilatorio pagado por la Iglesia católica a través de la Curia local, cuyo máximo responsable es el arzobispo Guillermo Garlatti.
Ante tales afirmaciones los fiscales Palazzani y Nebbia requirieron explicaciones al Arzobispado, que debió reconocer que durante todo el periodo en que eludió a la Justicia argentina el octogenario ex capellán Vara percibía un haber jubilatorio destinado a los sacerdotes mayores de 65 años. Una semana más tarde, trascendió que el apoderado que mensualmente retiraba el dinero era el empresario inmobiliario Leopoldo Bochile.
El beneficio no figuraba en ningún registro oficial y el Arzobispado local omitió informarlo a la Justicia, que durante los meses en que duró la búsqueda del cura prófugo remitió oficios a la jerarquía eclesiástica bahiense, la Conferencia Episcopal, el Vaticano y los Arzobispados de Mendoza y La Plata, dos jurisdicciones donde también se lo rastreó. Por si fuera poco, el pedido de captura internacional de Vara era un hecho público, y la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos, la agrupación H.I.J.O.S. y la Red por la Identidad enviaron cartas a Roma y el Arzobispado bahiense para lograr que el sacerdote buscado se allane al camino de justicia. El Papa no se molestó en responderles y las autoridades eclesiásticas locales siempre dijeron lo mismo: que nada sabían de Vara.
La Vara apunta a Garlatti
Librados los oficios, y ante la carencia de respuestas, la Justicia Federal debió repetir sus envíos. A través de la Nunciatura en el país, el Vaticano contestó que no contaba con dato alguno. Lo mismo expusieron el Arzobispado de Mendoza y el Obispado de San Rafael. La jerarquía eclesiástica platense indicó que tampoco poseía información respecto del paradero del cura, aunque añadió que entre 2006 y 2007 había residido con unos familiares en la capital bonaerense y que, ante un pedido concreto del ex capellán en 2009, se le había negado incorporación a la arquidiócesis.
La Conferencia Episcopal, a través de su presidente José María Arancedo, se excusó porque “no cuenta con un registro de sacerdotes” y agregó que, “habiendo consultado al Arzobispado de Bahía Blanca, respondieron que desconocen su paradero”. En el mismo sentido, aunque omitiendo mencionar el pago mensual de un haber jubilatorio, contestaron a los requerimientos judiciales las autoridades eclesiásticas bahienses. Con un agregado, en apariencia inocente: indicaron que Vara no les había elevado solicitud alguna para trasladarse al exterior.
Tanto esta aclaración, que podría además configurarse en un intento de desviar la atención en la búsqueda fuera del país para centrarla dentro, como la consulta específica de la Conferencia Episcopal al Arzobispado bahiense señalan de modo muy claro la superioridad jerárquica permanente de Garlatti sobre Vara. El sociólogo Fortunato Mallimaci explicó al periodista del diarioPágina/12 Diego Martínez que “Vara es un sacerdote incardinado, es decir, con anclaje territorial permanente, por lo que depende siempre de un solo obispo, en su caso el de Bahía Blanca”.
La sumatoria de hechos compromete seriamente al arzobispo bahiense, a quien los fiscales Palazzani y Nebbia denunciaron por encubrimiento apenas les fue confirmado el pago del beneficio jubilatorio nunca notificado a la Justicia. Este lunes 5, el fiscal Antonio Castaño dio curso a la acusación y solicitó ante el Juzgado Federal que Garlatti y el apoderado Bochile sean citados a prestar declaración indagatoria como imputados por el delito de encubrimiento y, de ese modo, comience la instrucción de la causa. Mientras el arzobispo respondía que no tenía datos del cura prófugo, le pagaba mensualmente una jubilación sin registro formal ni notificación judicial. Vara seguía por entonces participando de oficios religiosos en Ciudad del Este, adonde llegó por pedido de “su Obispo” y tras cruzar las fronteras del país en compañía de dos jóvenes sacerdotes argentinos.
La salida del ex capellán del territorio nacional se produjo el 15 de agosto de 2011, cerca de las 11 de la mañana. En Bahía Blanca, mientras tanto, transcurría el primer juicio por delitos de lesa humanidad de la jurisdicción. Durante su desarrollo, los jueces Jorge Ferro, José Triputti y Martín Bava escucharon testimonios que daban cuenta del accionar de Vara bajo la órbita del Ejército y en tiempos de la represión clandestina de la última dictadura.
Al finalizar el debate, en septiembre de 2012, uno de los puntos del fallo ordenaba abrir en primera instancia una investigación sobre el comportamiento del cura para determinar su responsabilidad en engranaje del terrorismo de Estado. Casi un bimestre más tarde los magistrados dieron a conocer los fundamentos de sus decisiones. En el apartado que correspondía a Vara, además de enumerar los testimonios escuchados, indicaron expresamente que “resulta prima facie,comprometedor para la Iglesia Católica, la intervención y presencia de unos de sus pastores, tal el Padre Aldo Omar Vara en los centros clandestinos de detención y en los encuentros con las personas ahí detenidas”. El juicio se desarrolló en el edificio de la Universidad Nacional del Sur de avenida Colón 80, a menos de cien metros de la sede del Arzobispado bahiense. Pero la jerarquía eclesiástica local no parece haberse informado del asunto.
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