..la divisa punzó nació en el año 1829. La llevó el ejército en el desfile del 17 de marzo de 1831.
Durante las luchas civiles entre unitarios y federales se produjeron muchas confusiones, debido a que ambos bandos usaron los mismos colores; los federales adoptan la divisa roja punzó, heredada de Artigas, López y otros caudillos.
Durante las luchas civiles entre unitarios y federales se produjeron muchas confusiones, debido a que ambos bandos usaron los mismos colores; los federales adoptan la divisa roja punzó, heredada de Artigas, López y otros caudillos.
Hasta los gringos...
Rosas impuso el uso obligatorio de la divisa punzó a los empleados con sueldo a cargo del estado, como signo de fidelidad a la causa de la Confederación Argentina. Se generalizó el uso como demostración de ser “un buen federal” y se exigió el uso de la divisa a todo aquel ingresara al fuerte, funcionarios y miembros de legaciones extranjeras, incluidos los orgullosos “gringos” ingleses. De esto último queda testimonio en informe que envía el representante Hamilton, al ministro inglés duque de Wellington:
Bueno Ayres, mayo 11, 1835
Su gracia
El duque de Welligton
Milord Duque:
Por medio de mi despacho adjunto, número 28, Su Gracia se informará acerca de la inquietud y alarma sentidas generalmente en esta, y de los insultos a los que han sido expuestos muchos residentes extranjeros que no se avienen a utilizar el emblema que identifica al Partido Federal, término que es sinónimo con el partido del General Rosas.
Es mi deber informar a su Gracia que la Legación de Su Majestad ha sido víctima de indignidad similar, si bien agravada. Uno de mis sirvientes, el Sr. Federico Hamilton, agregado de la Legación, y yo, fuimos el 29 último, negados la entrada al Fuerte, donde se sitúan las oficinas del Gobierno, por no vestir el emblema mencionado.
Las circunstancias del caso son la siguientes: aquel día legué en mi carruaje al puente levadizo que conduce al Fuerte, de ahí envié a mi sirviente con una carta al Ministerio de Asuntos Exteriores; pero el centinela no le permitió el paso por las razones que ya he dado. Estando a mi lado el Sr. Federico Hamilton, decidió que fuera de inmediato a explicar al Oficial Mayor del Departamento Exterior acerca de la obstrucción a que había sido expuesto el sirviente en la ejecución de mis órdenes, sin embargo a ese señor tampoco le fue franqueado el paso, y por la misma razón.
Habiendo sufrido doble violación esa perfecta independencia que pertenece al personale diplomático como así a sus subordinados y a los miembros de su misión y a mi mismo, abandoné mi carruaje y fui personalmente a la puertas con la intención de hacer conocer mi protesta en persona; pero al Ministro Plenipotenciario de Su Majestad también se le impidió la entrada, y también por el oficial que comandaba la guardia como así también por el centinela y en una forma altamente indecorosa e irrespetuosa.
Bajo estas circunstancias, en predicamento tan desagradable como entonces me veía situado, me quedaba únicamente un solo curso a seguir, que era dirigir al Gobierno una nota de protesta reclamando reparación y compensación. Pero esta comunicación debió ser entregada por un individuo que vestía el emblema.
(...)
Me queda solamente expresar la esperanza que las medidas que consideré necesario reclamar en este desagradable episodio, sean taes de merecer la aprobación de Su Graciosa Majestad.
Tengo el agrado de sor con el mayor respeto,
obediente y humilde servidor de Su Gracia
Milord Duque
Hamilton Hamilton.
Bandera del Regimiento de Patricios.
Rosas impuso el uso obligatorio de la divisa punzó a los empleados con sueldo a cargo del estado, como signo de fidelidad a la causa de la Confederación Argentina. Se generalizó el uso como demostración de ser “un buen federal” y se exigió el uso de la divisa a todo aquel ingresara al fuerte, funcionarios y miembros de legaciones extranjeras, incluidos los orgullosos “gringos” ingleses. De esto último queda testimonio en informe que envía el representante Hamilton, al ministro inglés duque de Wellington:
Bueno Ayres, mayo 11, 1835
Su gracia
El duque de Welligton
Milord Duque:
Por medio de mi despacho adjunto, número 28, Su Gracia se informará acerca de la inquietud y alarma sentidas generalmente en esta, y de los insultos a los que han sido expuestos muchos residentes extranjeros que no se avienen a utilizar el emblema que identifica al Partido Federal, término que es sinónimo con el partido del General Rosas.
Es mi deber informar a su Gracia que la Legación de Su Majestad ha sido víctima de indignidad similar, si bien agravada. Uno de mis sirvientes, el Sr. Federico Hamilton, agregado de la Legación, y yo, fuimos el 29 último, negados la entrada al Fuerte, donde se sitúan las oficinas del Gobierno, por no vestir el emblema mencionado.
Las circunstancias del caso son la siguientes: aquel día legué en mi carruaje al puente levadizo que conduce al Fuerte, de ahí envié a mi sirviente con una carta al Ministerio de Asuntos Exteriores; pero el centinela no le permitió el paso por las razones que ya he dado. Estando a mi lado el Sr. Federico Hamilton, decidió que fuera de inmediato a explicar al Oficial Mayor del Departamento Exterior acerca de la obstrucción a que había sido expuesto el sirviente en la ejecución de mis órdenes, sin embargo a ese señor tampoco le fue franqueado el paso, y por la misma razón.Habiendo sufrido doble violación esa perfecta independencia que pertenece al personale diplomático como así a sus subordinados y a los miembros de su misión y a mi mismo, abandoné mi carruaje y fui personalmente a la puertas con la intención de hacer conocer mi protesta en persona; pero al Ministro Plenipotenciario de Su Majestad también se le impidió la entrada, y también por el oficial que comandaba la guardia como así también por el centinela y en una forma altamente indecorosa e irrespetuosa.
Bajo estas circunstancias, en predicamento tan desagradable como entonces me veía situado, me quedaba únicamente un solo curso a seguir, que era dirigir al Gobierno una nota de protesta reclamando reparación y compensación. Pero esta comunicación debió ser entregada por un individuo que vestía el emblema.
(...)
Me queda solamente expresar la esperanza que las medidas que consideré necesario reclamar en este desagradable episodio, sean taes de merecer la aprobación de Su Graciosa Majestad.
Tengo el agrado de sor con el mayor respeto,
obediente y humilde servidor de Su Gracia
Milord Duque
Hamilton Hamilton.
Bandera del Regimiento de Patricios.
- Graham-Yooll, Andrew: "Asi vieron a Rosas los ingleses".p.36. Edit. Rodolfo Alonso
- Castagnino Leonardo. Juan Manuel de Rosas, Sombras y Verdades
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar
- Castagnino Leonardo. Juan Manuel de Rosas, Sombras y Verdades
- La Gazeta Federal www.lagazeta.com.ar
