jueves, 3 de abril de 2014

DESDE LOS ORGANISMOS DE DERECHOS HUMANOS REPUDIARON LOS CASOS DE LINCHAMIENTOS El mejor contraejemplo de la venganza

Dirigentes de los organismos de derechos humanos apelaron a la “responsabilidad social” para evitar que haya nuevos casos de linchamientos y pidieron que la reacción frente a los hechos delictivos sea “luchar desde la legalidad total y jamás desde una venganza personal”. “Hay que proponer y buscar soluciones, pero de ninguna manera matar porque mataron”, señaló la titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, mientras que desde el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) advirtieron que “cualquier intento de justificar” los episodios en que grupos de personas golpearon, en un caso hasta la muerte, a ladrones o presuntos ladrones, “implica tolerar prácticas de violencia social inadmisibles”.
La presidenta Cristina Kirchner, que hizo una referencia al tema en su discurso sobre Malvinas, destacó a los familiares de desaparecidos por haber esperado siempre justicia “con paciencia, sin tomar ningún gesto que se pueda considerar violencia”.
La mandataria no mencionó explícitamente los linchamientos, pero en su discurso reivindicó “el derecho a vivir civilizadamente entre todos nosotros, aun en circunstancias extremas y difíciles”. Luego, al hablar de las tumbas NN que todavía hay en Malvinas, puso como ejemplo “el gesto maravilloso” de las Madres y Abuelas de Plaza de Mayo “en rechazo a la violencia y la venganza”. “No sé si yo hubiera sido tan paciente, por mi carácter o militancia”, apuntó, para remarcar que “la venganza es de la prehistoria, del estado de no derecho”.
Carlotto, así como también Taty Almeida, de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, y Paula Litvachky, del CELS, se sumaron al repudio a los últimos casos de “justicia por mano propia” desde la historia y los roles que les tocó vivir.
“No es que nos pongamos como ejemplo, pero nosotras estamos hace 36 años buscando justicia y jamás se nos ocurrió matar a quienes mataron a nuestros hijos. Como abuela a la que le arrebataron a su nieto, en 36 años y sabiendo quiénes mataron a nuestros hijos, jamás pensamos en lincharlos. De ninguna manera ‘el que las hace las paga’, sino que es la Justicia la que debe actuar”, sostuvo la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. La dirigente agregó que lo que hay que hacer es “la denuncia a la Justicia, que es donde corresponde que se resuelva el tema”. Almeida, a su vez, marcó que a los familiares de desaparecidos “no nos arrebataron un bolso o una cartera, nos arrancaron a nuestros hijos, hermanos, nietos, y sin embargo jamás recurrimos a la violencia contra los genocidas”. La madre de Plaza de Mayo aclaró que la condena a los linchamientos es suscripta también por “Familiares de Detenidos y Desaparecidos por Razones Políticas, Padres de Plaza de Mayo, H.I.J.O.S. y nietos recuperados”.
Como otros analistas que vienen advirtiendo sobre el rol de los grandes medios en la estigmatización de los jóvenes pobres, Carlotto consideró que “en lo colectivo, la sociedad no es una sociedad agresiva, (pero) la están fomentando para la agresividad, la discordia, enfrentando unos contra otros por diferentes pensamientos”.
“Hay que erradicar a aquellos que les interesa fomentar las diferencias y la división por momentos electorales o de tipo económico. Ya sabemos bastante bien quiénes son. Hay que marginarlos para que no se cumplan los propósitos de que, en esta nación, no seamos hermanos y amigos entre todos”, advirtió.
“Mejoremos la Justicia, que está para eso, y pensemos en contribuir para ayudar a los jóvenes víctimas de la droga, pero buscando salvar más que acusar e incentivar la venganza”, concluyó.
Desde el CELS, Litvachky encaró otro aspecto del tratamiento que se viene dando al tema. “Nos preocupa la habilitación a debatir si (los linchamientos) son legítimos, por parte de referentes políticos y medios de comunicación, que los amplifican e instalan. Si estamos de acuerdo en vivir en democracia, el recurso de la violencia ya no es válido como objeto de discusión”, definió.
La directora del área de Justicia y Seguridad del CELS añadió que los linchamientos “no pueden ser considerados actos de justicia de ningún tipo. Son delitos que deben ser juzgados y condenados”, e implican “un camino de incremento de la violencia que socialmente no tiene salida”.
Litvachky sostuvo que formular estas críticas no significa “decir que no haya necesidad de que se desarrollen políticas sostenidas para enfrentar los problemas del delito y la violencia. Si de lo que se trata es de tener leyes más efectivas, esto supone discutir en serio el nuevo código penal, reformar el sistema judicial y encarar una transformación profunda de todas las policías. Eso sería parte de una respuesta seria al problema de la inseguridad. Pero esta es una discusión con la que no se puede especular: no hay discusión posible sobre políticas de seguridad si se busca legitimar estos hechos de violencia”.

CONTRATAPA Dostoievski, en estos días

Por Enrique Medina
Luego de la habitual recorrida en el Shopping de Alto Palermo, Fiodor Dostoievski atraviesa la vereda de los jodidos apócrifos artesanos que venden muñequitos de plástico. Está convencido de que el alma de la humanidad toda ya no tiene arreglo y ese tango “Cambalache” de un buen discípulo suyo dio en el clavo cuando sintetizó el trastorno con lo deplorable. Sin mirar, y pensando que debe concentrarse en la segunda parte de Los Hermanos Karamazov, alcanza la otra vereda. Ignora los furibundos insultos del chofer que a grito pelado le exige prestar atención al semáforo. Un editor hasta ha llegado a prometerle un notable anticipo por esa continuación. Entra al banco y saca número. Los asientos están ocupados así que el permanecer de pie le da un toque áulico de estatua mal emplazada, casi santo en el baúl del abandono. Como el fastidio por lo cotidiano superfluo le anuncia la posibilidad de un ataque epiléptico, hace lo que su buen médico le ha aconsejado para zafar del complicado trance: piensa en su amada Grigorievna, y así las inquietudes del espíritu aplacan su furia existencial. Gracias a ella hoy está libre de los malditos editores y su vida es el éxtasis apacible. Ella, ya casi venciéndose el plazo para entregar la novela El Jugador, le suplicó que recurriera a la policía para dejar constancia de haber cumplido con el usurero contrato que había firmado acuciado por pavorosas deudas y básicas necesidades. Sin duda, ella es su sol y su Dios. Desde que la conoció la vida fue ordenándose y los cachetazos recibidos en el pasado fueron quedando, más que en el olvido, en el recuerdo neutro: sus antiguos amores, su tránsito por la cárcel, el momento aterrador frente al pelotón de fusilamiento, la muerte de su hermano; la de su propia hijita de tres meses, y por sobre todo el sorpresivo fallecimiento de Aleksei, su queridísimo hijo, en quien tantas esperanzas había puesto. El llamador ilumina su número. Acude a la ventanilla indicada donde una cosa enorme lo mal atiende sólo con mirarlo. Dostoievski identifica una mujer con cuerpo desfasado en lo convencional; sabe que el banco rota a sus empleados y los conoce a todos, pero a ella jamás la vio. Como si advirtiera la trama, esa cosa mujer insiste en doblar su lomo a lo King-Kong. El explica a lo que viene y ella le devuelve la cédula tirándosela: “En este banco ese plástico no corre más”. Se atemoriza él y busca en sus ropas el bendito DNI, no vaya a ser que se le frustre el necesario trámite. Ella lo mira con el asco que viste, y él recuerda que Grigorievna siempre le insinúa que se afeite la barba porque ya no luce como en otros tiempos. Encuentra el DNI, siente que ha recuperado la paz y es un modelo ejemplar en la sociedad que lo admite súbdito, como denigra su amigo George Orwell. Ella coteja y él toma conciencia de que Dios le está dando una mano presentándole a un nuevo personaje para la prolongación de Los Hermanos Karamazov. Esta revelación lo pone feliz y hace retroceder el nuevo ataque de epilepsia, que ya se le insinuaba en el dedo gordo del pie izquierdo. Mientras se estira los dedos de la mano, por el microfonito explica que hizo una transferencia por computadora pero nunca recibió la verificación habitual que hace el banco notificándosela por mail. Pregunta a qué se debe. Ella lo mira torcida y de pésimo talante le arroja un folleto donde señala un número de teléfono. “Ahí le informarán”, le vomita desdeñosa. El, para enriquecer su novelística, trata de recordar las características de eso que tiene enfrente: el espantoso corte de pelo, esos aros insufribles, la carne colgando del mentón, esa nariz ganchuda, la masa que se conjetura cuerpo, esa indumentaria, la joroba en el cuello o lo que esa grasa sea, aunque mejor decir cogote, a pesar de que el de un hipopótamo es mucho más donoso... Ella, como si se supiera arrogada personaje, le tira por debajo del vidrio protector los papeles para firmar. Este trámite él lo viene haciendo desde hace mucho, y sabe que tiene que firmar sólo los que quedarán en el banco, ya que los que él se lleva no merecen el gasto de la birome. Pero ella le escupe que debe firmar todos los papeles, “incluidos los que usted se lleva”. Dostoievski detiene su pensamiento con la intención de sacar partido y no discutir al pedo. Toma nuevamente conciencia de que esta cosa que tiene enfrente es un personaje, entonces le pregunta “¿qué sentido tiene que yo firme un papel que sólo me sirve a mí?”. “¡Yo nunca firmo un papel en blanco!”, le ruge ella por el microfonito. El la mira bien, afablemente, sabiendo que con ella la segunda parte de los Karamazov será un maravilloso best-seller, por eso le aclara que él hace este trámite desde hace años con miles de diferentes empleados y nunca jamás le hicieron firmar al pedovich, y por si no lo sabe “soy un escritor muy famoso, nada menos que Oscar Wilde señaló que después de mí sólo quedaba sumar adjetivos porque yo ya había dicho todo sobre el ser humano, y un tal Freud reconoció que ante mi literatura el psicoanálisis inclinaba sus armas, ¿sabe qué significa lo que le digo?”. Esto, Dostoievski lo dice muy cancherito, como el autor que le toma el tiempo a un personaje al que en cualquier momento puede decidir hacer añicos pasándole un tren por encima. Ella no se amilana: “O firma o llamo al próximo cliente”. Tranquilo, macho, musita él, hacele caso y después la reventamos en la novela. Firma y le pasa los papeles. Entonces ella hace lo mismo y se los devuelve. Dostoievski se queda mirándola; embobado, cree ella y lo interroga sombría, “¿qué espera?”. El se hace el gil y le responde, indulgente, “leerá la novela sin saber que usted me ha inspirado, nunca el retratado se reconoce en el personaje, gracias”. Y se va contento, ansioso por llegar a casa y decirle a su amada Grigorievna que la segunda parte de los Karamazov ya la tiene hecha en la cabeza y que sólo debe dictársela. Vuelve a filtrarse en el barullo de los que actúan de artesanos sin serlo y atraviesa la calle pensando comprar cuernitos de grasa para comer con el mate como le encanta a su amada mujer, sin darse cuenta de que un camión cuyo conductor ignora olímpicamente a Dostoievski, Karamazov y la Grigorievna, ha girado fatal detrás del escritor, provocando la misma confusión y alarma que sufren los lectores cuando, llenos de entusiasmo, dan vuelta la página para continuar la lectura y se encuentran con que la hoja está en blanco o mal compaginada.

12:44 › LA BASE DE LA OTAN EN EL ATLANTICO SUR Un informe británico refleja la decepción por la postura de EEUU ante Malvinas

El comité, compuesto por cinco representantes del Partido Conservador, cinco Laboristas y un Liberal Demócrata, explicó que pese a que la Cancillería británica planteó la disputa "en los más altos niveles", el gobierno estadounidense no modificó su postura y, al igual que el resto de la comunidad internacional, no reconoció la legitimidad del referendo realizado en las islas el año pasado.
Por tal razón, el documento concluye que la posición de Washington es "decepcionante" y cita al exembajador británico ante la Casa Blanca, Nigel Sheinwald, quien reconoció que la posición adoptada por los estadounidenses "es incómoda y no es lo que queremos".
Sin embargo, el escrito recoge el testimonio de James Boys, profesor de Estudios de Política Internacional de la Universidad de Richmond (Londres), que pidió tener en cuenta que la Cuestión Malvinas "no es lo suficientemente importante para el Reino Unido ni para los Estados Unidos como para causar un deterioro importante de las relaciones".
Por otra parte, el comité de la Cámara de los Comunes, criticó que Obama sostenga su postura pese a que "el Reino Unido le permite usar otros dos Territorios de Ultramar, Ascensión y Diego García, como bases militares". La mención de esa última isla, ubicada en el Océano Índico, contradice la propia posición británica en el Atlántico Sur, ya que para alquilar el territorio a Estados Unidos, en la década del '60 tuvo que expulsar a los 2 mil habitantes originarios, los chagosianos, a quienes hasta hoy no se les reconoce su derecho de autodeterminación.
Aquel pueblo, que a diferencia de los habitantes de Malvinas sí es una población nativa, mantiene su reclamo por volver a su hogar, mientras el Reino Unido se lo niega una y otra vez en distintos tribunales, como ocurrió esta misma semana en la Cámara de Apelaciones de Londres.
La cesión de la isla por medio siglo a Washington termina en 2016, pero el gobierno británico se propone renovar el contrato. "Es grato tener la presencia de Estados Unidos en Diego García y queremos que continúe", anticipó Mark Simmonds, funcionario del Foreign Office, ante una consulta del Comité de Asuntos Exteriores.

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16:41 › "NO TODO ESTA PERMITIDO" Pérez Esquivel: "Los medios están incentivando sociedades violentas"

Además, el presidente del Serpaj indicó que los linchamientos pueden inscribirse dentro de "mecanismos psicosociales como la suspensión de la conciencia, mediante el cual si todo un grupo hace lo mismo, la culpabilidad se diluye en lo colectivo, entonces nadie se hace responsable". Alertó también que ese mismo mecanismo fue utilizado "durante la dictadura por las fuerzas armadas y por las fuerzas de seguridad".
El Nobel de la Paz se preguntó si la seguridad es "más policía, más camaritas", y respondió que "la inseguridad es cuando se nos mueren los niños de hambre o de enfermedades evitables, y de eso no se habla en los medios".
Por último, reiteró que "no se puede incentivar la crispación" porque se "está incentivando sociedades violentas" y reclamó responsabilidad sobre lo que se emite en los medios porque "no todo está permitido

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14:52 › LLAMAR A LOS HECHOS POR SU NOMBRE Para Highton de Nolasco, los linchamientos son "homicidios violentos, sangrientos y en masa"

"Son homicidios", definió Elena Highton de Nolasco al ser consultada por los linchamientos a presuntos ladrones ocurridos durante los últimos días en distintas ciudades, y manifestó que, en su opinión, esos hechos "no ocurren por una falta de justicia".
Esas agresiones, añadió, son "bastante cobardes", porque se llevan a cabo entre muchas personas, ya que "nadie solo se animaría a hacer eso. La gente está violenta y se suman unos a otros", opinó. "Hubo casos en que la Policía tenía agarrado al ladrón y la gente se lo quería arrebatar para pegarle. Yo no sé por qué se está alentando esto como si fuera algo bueno."

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AYYYY MAJULCITO

MAJUL CONFUNDE UN LINCHAMIENTO CON QUE LE GRITEN PELOTUDO POR LA CALLE


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Hay que empezar por condenar, de entrada, y sin ninguna ambigüedad, a los linchamientos. (listo, buen comienzo. Terminála acá a la columna y zafás) Y aceptar, además, como disparador de un debate más amplio, la definición del juez de la Corte Suprema, Raúl Zaffaroni , cuando sostiene que el linchamiento que terminó con la vida de David Moreira, de 18 años, en Rosario, debe ser tipificado como un "homicidio calificado". (sobre todo porque además de que lo diga Zaffaroni, lo dice el Código Penal, ése que no quieren cambiar) Hay que volver a repetir que nada justifica el ataque masivo físico a una persona, cualquiera que sea el delito que haya cometido.(eso, repetílo a ver si te convencés) (Me cuesta entender por qué no funcionan los frenos inhibitorios de las personas que patean la cabeza de un hombre en el piso hasta quitarle la vida.) (los frenos inhibitorios son así, misteriosos: a nosotros nos cuesta entender por qué no funcionan los tuyos cada vez que te ponés frente a la PC a escribir, o ante las cámaras de la tele o los micrófonos de la radio, antes de hablar) Pero (apareció el "pero", o sea que el repudio inicial y por ende la columna entera, se irán irremediablemente a la mierda) hay que detenerse en el mismo Zaffaroni, cuando, al defender su postura sobre el proyecto de ley que impulsa cambios en el Código Penal, calificó a Sergio Massa de "vendepatria" y "mentiroso". Los adjetivos que usó no son inocuos. (tampoco erróneos) Y, por si hace falta aclararlo, se trata de la agresión verbal de un integrante de la Corte Suprema a un diputado nacional que trabaja para ser presidente. (¿eso está calificado como agravante en el Código Penal)
Poco importa que el destinatario del insulto haya sido a Massa (¿cómo poco importa, si en el renglón anterior recalcaste quien era el destinatario?, ponéte de acuerdo) o a cualquier otro. (releé lo que escribiste: hay dos "a" de más, ágrafo. "poco importa que el destinatario...haya sido Massa...o cualquier otro") Del oficialismo o de la oposición. (aclaración obvia, pero necesaria. Para vos mismo, sobre todo) Lo que importa es que contiene, por supuesto, un alto contenido de violencia. Violencia retórica, pero violencia al fin. (claro, y los que salen a linchar chorros es en defensa del honor de Massa, agredido por Zaffaroni) Como también contuvo -y contiene- violencia la estrategia política que eligió Néstor Kirchner a partir de marzo de 2008, cuando decidió confrontar con los productores del campo, el Grupo Clarín y todos los dirigentes y periodistas a los que ubicó en "la trinchera" de enfrente. (ah, y eso justifica los linchamientos. Claro, porque por ejemplo durante la revuelta agrogarca los amigazos del campo no andaban con escopetas y cositas por el estilo) Es decir: del lado de sus enemigos. Y la palabra "enemigos" no está elegida a la ligera. Así los llamaba en las reuniones privadas. (¿y si eran privadas vos como te enteraste, y sobre todo como se enteraron los linchadores para enojarse por eso?) Hay cientos de postales que evidencian que la cultura "guerrera" del kirchnerismo contaminó a una buena parte de la clase política y también a los medios. (claro, porque los medios no hacían terrorismo con la inseguridad, hasta el 2008. Y la clase política argentina hasta entonces, jamás apostó a la violencia, y al kirchnerismo la oposición y los medios lo trataton con guantes de seda) Una postal actual, por ejemplo, es la del senador Aníbal Fernández, cuando calificó de loca a la diputada Elisa Carrió, quien a la vez lo acusó de facilitar el trabajo de los narcotraficantes. (harías bien en aclarar que una cosa vino después de la otra) Fernández ya la demandó ante la Justicia y pretende que pague por lo que considera una denuncia falsa. Está en su derecho. Y la querella contra la dirigente de UNEN la presentó en el marco de la ley. (¿ves? no propuso lincharla. No toda violencia es respondida con igual o mayor violencia entonces) También es probable que la diputada tenga algún problema en probar, con certeza, que Fernández protege a los narcos. ("algún problema", claro. Cosa que nunca le sucedió: tener problemas, y no poder probar lo que denuncia) Pero, al tratar a Carrió de desequilibrada mental por televisión, lo que hace es generar más violencia, en vez de contribuir al esclarecimiento de su situación. (que la tiene que esclarecer Carrió, que es la que denuncia, pero ya sabemos: tiene problemas con eso) Y bien se podría encuadrar el calificativo del ex jefe de Gabinete en la violencia (verbal) de género. (¿por qué? habló de su estado mental, no sobre si es mujer o no. ¿Qué querés que diga, "Carrió está loco"?) La misma violencia política ejerció Fernández cuando descalificó, sin más, a quienes sostenemos, sobre la base de testimonios e informaciones de personas e instituciones calificadas, ("la gente en la calle", "una persona que trabajó con el presidente Santos") entre ellas la Iglesia, que el narcotráfico está creciendo de manera exponencial en el país. (¿te tildó de loco a vos y también a la Iglesia? ¿qué tiene que ver todo esto con los linchamientos?) Y que la espiral de crecimiento es parecida a la que se inició en México. Y que su modus operandi se vincula con el de las organizaciones delictivas de Colombia. (pero quedáte tranquilo: acá la gente ya empezó a organizar linchamientos, y de ahí a las autodefensas hay un pasito. Ah no, cierto que la columna era contra eso, no a favor) El problema, en este caso, es doble. Porque su manera de argumentar no sólo genera violencia e indignación. (para los que vieron el programa, está claro que el único indignado eras vos, porque te puso la tapa, tirando datos y cifras. Y como de costumbre, lo único que hiciste fue interrumpirlo, pero sin poder refutarlo) También anula la posibilidad de todo debate e intercambio de ideas y experiencias. (posibilidad anulada desde el vamos si la contraparte del debate son analfabetos funcionales, como vos) Mientras tanto, los episodios vinculados al accionar de bandas de narcotraficantes siguen sucediendo. (otra vez: ¿qué catzo tiene que ver todo esto con los linchamientos, quisieron linchar a algún narco?)
El método de Aníbal no es original. (obvio: todo el mundo se caga de risa de vos en la cara, no fue el único ni será el último) Es el mismo que emplean, con mayor o menor sutileza, desde la Presidenta hasta ciertos panelistas de los programas de propaganda, pasando, por supuesto, por el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, y el ministro de Economía, Axel Kicillof. (¿todos se te cagan de risa en la cara como Aníbal? vaya nuestra solidaridad, Luis) No discuten ideas. Descalifican, sin más, a los que no piensan u opinan como ellos. (Y ni te cuento lo que dicen de los que ni siquiera piensan, de ahí debe venir lo que te pasa a vos) Y como el menosprecio baja desde la Presidencia hasta "la militancia", (en el contexto, tus comillas son menosprecio) sus seguidores entienden que agredir, por ejemplo, a los periodistas críticos, es una acción válida y reivindicatoria, y un inteligente modo de hacer política.(pero como son unos vagos que se rescan el higo todo el día, todavía no agredieron a ninguno, menos intentaron lincharlo) Es más, los "militantes" que logran incomodar o poner en un aprieto a un "enemigo reconocible" son premiados con gerencias, programas de radio o de tevé de propaganda o un puesto en la agencia Télam o en Canal 7. (imagináte si llegan a linchar a alguien -porque de eso se trataba esta columna ¿o no?- los nombran embajadores o ministros) 
La parodia de los tribunales populares contra periodistas y el escrache a la mayoría de los miembros de la Corte Suprema de Justicia alentado por Hebe de Bonafini también fueron actos llenos de violencia. (poner justo a las Madres como un ejemplo parangonable a los que linchan chorros, tu animalidad no reconoce límites Majul) Y nadie duda de que han sido convalidados desde la Casa Rosada. (¿quién dice que nadie duda, y cuál es la conclusión lógica de todo esto, que tenga que ver con los linchamientos?) El seguimiento callejero que le hicieron a Fernando Bravo desde Tribunales hasta Radio Continental no terminó en un linchamiento porque el conductor es un hombre prudente y evitó reaccionar ante la catarata de insultos de un grupo de cobardes. (los chorros no respondieron con insultos y los quisieron linchar igual Majul, ¿de qué estás hablando, que parangón querés hacer?) Ni uno solo de ellos tuvo la cortesía de proponerle un intercambio de ideas, en vez de los insultos y las amenazas de rigor. Fueron cobardes porque se envalentonaron por la superioridad numérica, como lo hicieron los linchadores de estos días. (claro, pero lo putearon, no lo quisieron matar, hay una pequeña diferencia) 
Parece tan tirado de los pelos justificar la agresión masiva con el argumento de que la mayoría de los golpeadores ya habían sido víctimas de violencia o robos antes, como plantear la idea de que la prensa hace "terrorismo mediático" al mostrar los casos y publicar los carteles de los vecinos que amenazan a los "rateros" con lincharlos si se meten en su barrio. (No tan tirado de los pelos como justificarlos por lo que dijo Aníbal Fernández en tu programa, o Kirchner en reuniones privadas durante el conflicto del campo que te contó Alberto Fernández, o porque lo putearon a Fernando Bravo) Los periodistas y los medios tenemos que mostrar lo que sucede. Siempre. (Y todo) No estoy tan seguro de que informar sobre estas golpizas (y muertes Majul, parecés Clarín: "La crisis causó dos nuevas golpizas") o reproducir la imagen de ese cartel de vecinos amenazantes provoque un efecto contagio. (las estadísticas demuestran lo contrario: más se muestra, más pasa. Sobre todo cuando al mostrarlo se lo justifica, de un modo u otro) Pero tengo la certeza de que si no se ponen sobre la mesa las causas profundas del rompimiento del contrato social, los linchamientos van a seguir. (que serían que Aníbal la trató de chapita a Carrió según vos ¿o las causas profundas las develás en una próxima columna?) Para eso habría que empezar por el principio y amigarse con el sentido común. (dále zonzo, dénse un pico los dos y listo che, no pueden seguir peleados toda la vida) Los que cometen delitos deben ser juzgados y condenados. Y los que linchan a los que cometen delitos, también. (sobre todo porque también cometen delitos, lo dijiste vos al principio, citando a Zaffaroni) Lo que ayuda a alimentar toda esta locura es que, además de todo, no sean castigados. Es decir, que la ley no haya imperado ni en uno ni en otro caso. Ni para penar a los ladrones y abusadores ni para sentenciar a los que participaron de las golpizas. (cosa que en éste último caso no sucede ni -probablemente- sucederá porque los medios los justifican, con argumentos ridículos como los de esta nota) El problema no parece ser sólo la cantidad de años de pena que merece cada delito. (eso ya está superado: ahora la moda es linchamientos para todos y todas) El problema es que no se cumple la ley casi nunca. Ni la del Código viejo ni la del nuevo que se quiere imponer. (¿cómo se cumpliría si ni siquiera fue tratado en el Congreso, y están juntando firmas para que nunca se trate, burro?) Y esto sí explica, de manera casi determinante, por qué los linchamientos son cada vez más repetidos. Y también más crueles. (amplísima justificación de todo linchamiento actual y futuro, que tira al carajo el repudio del primer renglón. Queda la duda si es el resultado de tu pensamiento confuso, o de tu pésima sintaxis; que puso al principio lo que debe ir al final, y viceversa: misterios de la ignorancia humana en su más amplio despliegue)
(*) Las negritas son nuestras, el original acá.

"Una sociedad se construye sin estigmatizar a nadie"

Durante su habitual conferencia en Casa de Gobierno, el jefe de ministros subrayó que la seguridad pública "no sólo tiene que ver con la inclusión sino con valores", entre los que destacó "la humildad, la mesura, la dedicación, el compañerismo".
"Es absolutamente inconcebible la aplicación de la Ley del Talión" (que pregona el "ojo por ojo, diente por diente") y evaluó que "es un método extremadamente peligroso que exista la generación de violencia o el uso de 'justicia por mano propia'".
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Varios de los principales diputados de los bloques opositores, como Hermes Binner, Julio Cobos y Elisa Carrió, no bajaron al recinto, en tanto que Sergio Massa llegó tarde.

INFORME ANUAL DEL EJECUTIVO

Capitanich en Diputados

Durante su exposición en la Cámara baja, el jefe de Gabinete aseguró que la recaudación aumentó "un 1023 por ciento en la última década (...) lo cual mejoró más de diez veces los ingresos de las provincias", precisó que la mortalidad infantil bajó "de 16 por mil al 11 por mil" y anticipó que este año se resolverán 1650 paritarias. Se refirió al Impuesto a las Ganancias, a la generación de empleos y a las inversiones energéticas "que permitieron incrementar la producción de petróleo y gas" en los últimos dos años. Además ratificó que el Gobierno no impulsará una "ley de derribo" en el marco de la lucha contra el narcotráfico, porque ello "significaría un sistema de ejecución sin juicio previo".