martes, 4 de marzo de 2014

Una revolución en los medios

 Edición número 302. Domingo 02 de Marzo de 2014

 
Con vehemencia critica los proyectos que buscan la democratización y terminan en manos de funcionarios que como alternativa copian los formatos del “enemigo”. Periodista fogueado en todos los frentes, Aram Aharonian registra su nacimiento en Montevideo, donde estudió Abogacía y Diplomacia, al tiempo que comenzaba a trabajar en diarios, semanarios y revistas. En 1973 tuvo que dar el paso de muchos latinoamericanos y encarar la escuela del exilio, radicándose en Argentina, donde, aparte de ser corresponsal de medios europeos, coordinó el diario Noticias –clausurado por el gobierno de Isabel Martínez de Perón– y fue jefe de redacción de La Voz.
También puede destacar en su historia personal haber sido corresponsal de Prensa Latina, la agencia cubana de noticias que levantaron, para romper el bloqueo informativo, Jorge Ricardo Massetti y Rodolfo Walsh, con la participación de intelectuales latinoamericanos como Gabriel García Márquez desde México y Julio Cortázar desde París.
Aram Aharonian, seguramente influenciado por la experiencia de Prensa Latina, y ya radicado en Caracas, Venezuela, llevó adelante el proyecto de una televisión plurinacional, con puntos de vista y voces independientes de las grandes corporaciones, que se concretó en Telesur, que comenzó a emitir su señal en 2005.
La experiencia de Telesur, de la cual se desligó con críticas luego de algunos años de tensiones internas. La historia de ese medio y su experiencia como periodista comprometido son la base de este encuentro con Miradas al Sur, que nos tiene que llevar por las alternativas de poder, las redes sociales, la independencia y la política.
–Usted ha señalado que hoy, para dar un golpe de estado, son más eficientes los grandes medios informativos que las estructuras militares. ¿Se puede convencer y conducir a la gente con tanta facilidad?
–Lo que sostengo es que si hace 40 años se necesitaban de fuerzas armadas para imponer un modelo político, económico y social –que en el caso argentino significó miles de muertos y desaparecidos–, hoy ya no hacen falta bayonetas, sino que alcanza con el control de los medios masivos, que nos bombardean todo el día con el mensaje único, la imagen única, a través de la información, la publicidad y el entretenimiento, ya no en espacios públicos sino en nuestras propios dormitorios o salas.
Hoy los medios comerciales, tolerantes con la mentira, la falacia y los montajes, juegan su papel para deformar la realidad en beneficio de sus intereses y fabricar una opinión pública favorable al statu quo y de resistencia a los cambios estructurales de nuestras sociedades. Manejan diversas técnicas y mecanismos para imponer imaginarios colectivos: la instantaneidad que nadie puede verificar, la falta de corroboración de informaciones y fuentes, el sensacionalismo, la descontextualización, la manipulación de imágenes, operando no sólo sobre el raciocinio, la mentalidad, sino también sobre la percepción y sensibilidad de las personas.
Los medios cartelizados atacan como partido político y se parapetan detrás de la muletilla de defensa de la libertad de prensa cuando sólo reivindican la impunidad de sus empresas y negocios, y de los intereses imperiales.
–La prensa, por lo menos la argentina, nació como consecuencia de las luchas políticas. ¿Es posible pensar en fuentes informativas no enroladas en alguna mirada política de la sociedad?
–Toda mirada es política, lo cual no significa que deba ser partidista. Todo medio de comunicación parte de una línea editorial, de elecciones temáticas, de enfoques diferenciados, de selección o elección de fuentes. No existe la imparcialidad ni la neutralidad, paradigmas del periodismo liberal. Lo que es inmoral es travestirse de “objetivo” para imponer intereses económicos, comerciales, políticos o religiosos.
El problema mayor que tenemos, es que tenemos hartos problemas para vernos con nuestros propios ojos: llevamos 520 años de colonización cultural, y la realidad es que nos cuesta tener nuestras propias agendas informativas: solemos copiar las del enemigo. Todavía hoy y pese a los aires de democratización, la mayoría de la información que circula en América latina y el Caribe está generada por las agencias de noticias europeas o estadounidenses. Es indispensable cambiar esta realidad informativa con la difusión de informaciones generadas en nuestros países, que reflejen nuestras realidades, la idiosincrasia de nuestros pueblos, sus intereses y, sobre todo, los procesos de integración, de forma de construir una agenda informativa propia de y para la región.
–¿Es posible cambiarle la agenda a los medios que controla la derecha, o siempre se jugará de contragolpe?
–Ni lo uno ni lo otro, sino todo lo contrario. Es totalmente lógico que la derecha tenga su línea editorial y su agenda informativa. Sería lógico también, que la comunicación popular tuviera su propia agenda, pero muchas veces por esa insistencia en mantenerse colonizados o por facilismo, se cree que lo propio es oponerse a lo que dice el enemigo. O sea, refiriéndose siempre a la temática que marca la derecha, ajustándose a su agenda. Y en una posición reactiva y no, como se debiera, activa, propia, propositiva, didáctica, participativa.
Muchos comunicadores populares se han convertidos durante años en expertos en denunciología, lamentos y flagelaciones varias. Quizá lo que no hemos terminado de comprender es que estamos, en América latina, en un momento histórico, donde dejamos atrás cinco siglos de resistencia para comenzar una etapa de construcción, de nuevas democracias, nuevas sociedades, nueva comunicación. ¡Y cómo nos cuesta construir!
No bastan sólo buenas intenciones para construir sistemas de comunicación más inclusivos y plurales, sino que se debe tener y demostrar voluntad política, respaldo popular y compromiso institucional para hacer valer legislaciones antimonopólicas y políticas públicas democratizadoras, frente a las violentas manipulaciones y mentiras de los medios corporativos contra medidas transformadoras que ponen en riesgo sus privilegios económicos y someten al interés público sus desmesuradas pretensiones de poder.
Las respuestas de Aram Aharonian son contundentes, y revulsivas, porque dejan de lado la actitud victimista que suele justificar el fracaso de la comunicación alternativa, para centrar la búsqueda en la paja del ojo propio.
Resulta entonces inevitable hablar de nuevas vías que, para los optimistas pueden cambiar gobiernos y para los realistas pueden ser un medio, una herramienta más, las redes sociales
:
–¿Qué papel le asigna a las redes sociales como vía de comunicación e información espontánea? ¿Pueden llegar a reemplazar a los medios tradicionales?
–Internet es el medio de comunicación más poderoso que ha aparecido, desde el surgimiento de la televisión, pero no deja de ser una herramienta. En su modo de uso (dentro del hogar, la computadora) parecería el más individualista de todos. Sin embargo, puede volverse colectivo, solidario, articulado mundialmente (eso lo han logrado, en parte, los movimientos sociales).
Los contenidos pueden ofrecerse gratis. Y lo alternativo compite con lo comercial en el mismo plano, con herramientas que pueden alcanzar la misma potencia. Y que pueden además “absorber” todos los otros medios: la radio, el cine, la televisión, las bellas artes, y combinarlos en una nueva creación. Pero, a diferencia de los medios gráficos o audiovisuales, van dirigidos a una masa crítica no identificada, en un enorme mar de ofertas de contenidos no procesados.
El riesgo de internet es pensar que se vive la democracia en directo, cuando sólo es una democracia virtual. En internet, el fenómeno de la concentración de información y de la escasez de pluralismo, aunque de naturaleza diferente, no es menos importante que en la prensa tradicional. Se considera a redes sociales como Facebook y soportes como Youtube ejemplos de logros en la democratización de la información sin percibir que se trata de empresas privadas que desde sus centros de control pueden eliminar un contenido díscolo y hacer desaparecer a un usuario con la resignación de una sociedad que nunca se plantea que estamos ante un ataque a la libertad de expresión.
Ya en 2014 la edad de la inocencia para usuarios de internet ha terminado. Los recientes acontecimientos han disparado la intranquilidad entre la ciudadanía sobre todo entre los usuarios de redes sociales y servicios de grandes compañías trasnacionales a raíz de los nuevos escándalos de espionaje, con el sistema Prism y las recopilación de metadatos telefónicos por parte de la Agencia Nacional de Seguridad de Estados Unidos, como su mayor ejemplo.
–A comienzos del siglo XX los periódicos eran el principal medio de información, influencia y control político. ¿Ahora ese rol se concentra en la televisión?
–La revolución tecnológica permitió que las noticias viajen de un lado a otro: ya no era un problema enviar la información. Pero el cambio significó también que la noticia se convirtió en un buen negocio; obviamente no como la conocíamos, sino trastocada en espectáculo, en show. El descubrimiento del enorme valor económico de la información se debe a la llegada del gran capital a los medios de comunicación y a la necesidad de manipular grandes mercados para facilitar los grandes negocios y, también, el lavado de dineros, muchos de ellos provenientes de la venta de armas y de drogas. En el mundo capitalista de hoy, tener medios de comunicación es tener poder.
–Los periódicos tradicionales están en crisis. Cuando suman lectores son lectores digitales, que no pagan por la edición en papel. ¿Qué cambios posibles ve? ¿Periódicos digitales más videos, como Nodal, donde usted escribe, o todo el poder para la televisión?
–La revolución digital nos sigue amenazando con nuevas sorpresas, con nuevas herramientas para la comunicación y la información. La televisión digital abre la puerta a centenas de nuevas señales televisivas, mientras se trata de cercenar la libertad en internet. La prensa escrita ha perdido poder, y se debe básicamente a dos situaciones concurrentes: ya las noticias viajan al instante por todo el mundo y se difunden por diversas plataformas (los diarios traen las noticias de ayer), y a que han perdido credibilidad desde que se convirtieran en voceros de grandes corporaciones y olvidaron el rigor y la ética periodísticas. Desde la Fundación para la Integración Latinoamericana apoyamos e impulsamos Nodal (Noticias de América Latina y el Caribe, que dirige Pedro Brieger), porque es un serio intento para que los latinoamericanos y caribeños nos veamos con nuestros propios ojos. Es más, algunas televisoras toman la información de Nodal, en su esfuerzo por tener una agenda propia, nuestra.
–Telesur parece estar alcanzando uno de sus objetivos, la masividad. ¿No había un cierto sentido de elitismo en el preconcepto de que toda información alternativa sería siempre marginal?
–Ante todo, sigo sosteniendo que la puesta en marcha de Telesur fue el hito más trascendente en la historia reciente de la comunicación latinoamericana, porque demostró que lo de vernos con nuestros propios ojos no era sólo una utopía.
Por décadas nos han querido convencer de que lo alternativo debe ser sinónimo de marginal. De que los movimientos sociales, populares, la izquierda, lo que necesitan es tener pequeños semanarios o pequeñas radios o televisoras comunitarias, aisladas en pequeños nichos. Ése es el paradigma liberal que equipara lo alternativo a lo marginal. Pero para ser realmente alternativo al mensaje hegemónico se debe ser masivo.
El proyecto original de Telesur era el de poner en marcha una televisora generalista, con tres patas (información, formación y entretenimiento), pero el facilismo llevó a querer crear una antítesis de CNN en español. Un canal de noticias es un canal de zapping, por lo que difícilmente alcance masividad. Máxime al ser un canal satelital, de cable. Y el hecho de que figure en la grilla de varios sistemas de cable (y de televisión digital) en América latina no significa masividad, sino estar entre más de un centenar de señales que un usuario puede sintonizar eventualmente.
–Telesur nació como una empresa multinacional latinoamericana. ¿Cuántos gobiernos y cuáles están comprometidos actualmente con este proyecto, más allá de emitir la señal?
–Telesur surgió como un proyecto estratégico orientado a contrarrestar el mensaje hegemónico del Norte mediante la creación de un canal multiestatal latinoamericano. Para cristalizar aquel sueño acariciado durante décadas de ofrecer la imagen y la voz de América latina a todo el mundo, y, a la vez, ver el mundo desde una perspectiva propia.
Por primera vez se gestaba un espacio público multiestatal en televisión para difundir una realidad latinoamericana que era, en buena medida, invisibilizada o minimizada por los grandes medios de comunicación de los países desarrollados e incluso por los medios comerciales de la región.
Quizá uno de los pocos que creyó en el proyecto fue el presidente Chávez. Pero… nunca se concretó la formación de la empresa multiestatal, y hoy quedó como una televisora adscrita al Ministerio de Comunicación e Información venezolano. Y eso se debió a la falta de decisión política para llevarlo adelante. Algunos asesores europeos también tuvieron su cuota en este sabotaje a la creación de un canal verdaderamente latinoamericano.
Como señal alternativa (al mensaje hegemónico) nuevos actores se fueron sumando a la pantalla, y aquellos que durante muchos años no habían tenido voz ni imagen comenzaron a informar y ser informados.
El proyecto de Telesur no trataba de hacer una CNN latinoamericana o de izquierda sino de revolucionar la televisión, con rigor periodístico, veracidad, calidad y entretenimiento, información y formación de ciudadanía. Los documentos preparatorios de la televisora multiestatal investigaban sobre la identidad (diversa, plural) de los latinoamericanos, e identificaban algunas peculiaridades: la informalidad del latinoamericano, el uso coloquial del lenguaje y su sentido del humor.
Quien más debió adaptarse a estos mensajes alternativos, fue CNN en español, que después de 10 años de ocultamiento e invisibilización de negros, indios y movimientos sociales, debió comenzar a cambiar su agenda, porque dejaba de ser el transmisor del mensaje único (transmitió la ceremonia indígena de asunción presidencial de Evo Morales, no pudo ignorar el golpe de estado en Honduras, etc., etc.). Pero la estación de noticias con sede en Atlanta fue más allá, y aprovechó la timidez y la falta de confianza de los directivos de Telesur en el proyecto propio. Telesur no aplicó su propia fórmula y sigue imitando el formato anglosajón de vestimenta y discurso, siguiendo la agenda marcada desde el Norte.
–Obtener el apoyo de un gobierno para un proyecto como Telesur siempre es un riesgo. Difícilmente los políticos se resignan a perder el control, y ponen al timón a sus obsecuentes, con lo que todo se va al diablo. Telesur pasó por una etapa similar, ¿verdad?
–No se ha querido democratizar Telesur y así quien firma los cheques y maneja los fondos que salen del gobierno venezolano tiene la única palabra, aunque haya algún representante de otros países en un directorio casi imaginario. No hay participación ni equilibrio, y mucho menos transparencia.
Se ha optado por copiar, imitar, renunciar a la proactividad para ser reactivos a lo que dice “el enemigo”, lo que significa que la agenda no es propia. Vemos poca diversidad y pluralidad, escasa formación de ciudadanía, casi nulo debate de ideas, sino repetición de consignas. Nuestros movimientos sociales no se ven reflejados allí y escasamente las grandes mayorías tienen voz e imagen propia, sin intervención de un mediador.
Es difícil imponer una agenda comunicacional alternativa cuando la gran mayoría de las imágenes informativas que maneja Telesur son de dos transnacionales, Associated PressTelevision News (APTN) y de la agencia Reuters. También la agenda de imágenes la imponen desde el Norte.
Desde hace varios años, aquellos que dirigen Telesur no creen en ese proyecto democratizador, tratan de imitar y copiar el modelo de la CNN (en español), e incluso la información es primordialmente reactiva y dependiente de la agenda informativa y política que dictan en el Norte. Y eso no es culpa del imperialismo, sino de quienes copian sus modelos y formatos.R

MIRADAS AL SUR

Todos los Indoamericanos

La toma que se cobró una muerte y miles de cruces entre la fiscalía, las fuerzas policiales y los ocupantes del lugar que reclaman el cumplimiento de las promesas realizadas por el gobierno porteño. Villa Lugano sigue viviendo entre el alerta y el pedido de diálogo.
Nuevamente, la ciudad porteña es protagonista de la ocupación de un predio por varias familias. Una vez más, los habitantes de una villa intentan solucionar el déficit habitacional con sus propias manos. En la madrugada del 25 de febrero, un grupo de pobladores de la villa 20, ubicada en el barrio de Lugano, se apostó en un terreno cercano al Parque Indoamericano. Hubo un muerto, producto de un lamentable enfrentamiento entre vecinos. Esta toma no es un fenómeno aislado: se trata de algo cada vez más recurrente no sólo en la Ciudad de Buenos Aires, sino también en otras provincias. Sin duda, la base material de estas ocupaciones es la ausencia de construcción de viviendas y el incremento de los alquileres.
Perfil social de los ocupantes. El terreno ubicado entre las calles Pola y Fernández de la Cruz fue ocupado por muchas familias. Los medios de comunicación indican la presencia de 200 a 500 personas. La mayoría de ellas reside en la villa 20, situada a metros del predio. A partir de un relevamiento por entrevistas realizadas por miembros del Taller de Estudios Sociales (del Ceics) se pudo analizar la situación socioeconómica de los ocupantes. De la información recolectada se deduce que los vulgarmente denominados “usurpadores” no son más que una de las capas más explotadas de la clase obrera. Y que dicho sector no hace más que intentar obtener aquello que le es impedido por las propias contradicciones de la sociedad capitalista: una casa.
En cuanto a la ocupación laboral, las respuestas fueron de lo más heterogéneas aunque en todos los casos se expresa una situación de precariedad absoluta. Una mujer mencionó que se dedica a cuidar ancianos, trabaja 8 horas de lunes a viernes y obtiene un ingreso de 3.400 pesos. Por su parte, otras dos personas se dedican a la limpieza de casas. Una de ellas trabaja 5 horas diarias de lunes a viernes. Antiguamente, trabajaba en un geriátrico, pero quedó cesanteada luego de un accidente laboral. La otra entrevistada, en cambio, limpia casas dos veces por semana, durante 8 horas diarias y percibe 200 pesos por jornada laboral. Es decir, obtiene un ingreso mensual estimado de 1.600 pesos. Otro grupo familiar, compuesto por una mamá con dos hijos menores, se sostiene con los ingresos de su jefa de hogar. Se trata de una señora que se emplea como estampadora en un taller de calzado. Trabaja 8 horas diarias de lunes a sábado y percibe un ingreso semanal de 450 pesos, es decir, 1.800 pesos mensuales. Finalmente, otros dos entrevistados que se encuentran desocupados manifestaron que conviven con otros parientes y con sus hijos, quienes garantizan la economía del hogar. En un grupo familiar, uno de ellos obtiene sus ingresos a partir de la realización de changas, mientras que, en otro caso, el hijo se emplea en un taller chapista. Trabaja de lunes a sábados 12 horas diarias.
A su vez, se pudieron constatar los elevados montos de dinero que los ocupantes destinan a los alquileres de vivienda en la villa. Quienes residen en piezas de 3 por 3 metros pagan entre 800 y 1.000 pesos por mes. Por su parte, uno de los entrevistados mencionó que junto a otras 10 personas (entre familiares y conocidos) alquilaban una casa de 2 habitaciones por la cual pagaban 2.000 pesos mensuales. Significativamente, otros dos grupos familiares señalaron que vivían en piezas que otros parientes les prestaban para poder pernoctar. Ni siquiera podían acceder al alquiler de una habitación chica.
Otro de los datos a destacar es que ninguno de los entrevistados obtuvo durante los años previos algún subsidio del gobierno para solventar su alquiler. Sólo una persona mencionó que percibía la Asignación Universal por uno de sus cuatro hijos.
Los conflictos después de diciembre de 2010. La toma del predio en Lugano se enmarca en un proceso más general de reclamos por la problemática habitacional. Del Indoamericano a esta parte, los conflictos se mantuvieron a la orden del día. Ocupaciones de predios, exigencias de urbanización y construcción de viviendas, desalojos, enfrentamientos. A partir de un relevamiento en tres periódicos de tirada nacional sobre los conflictos más significativos, hemos constatado que los problemas habitacionales continúan y que las protestas tienden a radicalizarse. La acción directa se constituye como el método a seguir para obtener una solución a los reclamos.
Conjuntamente a los hechos ocurridos en el Parque Indoamericano en diciembre de 2010 se efectuaron otras 10 ocupaciones de diferente magnitud y duración en la Ciudad de Buenos Aires. Los terrenos elegidos fueron desde las sedes de clubes deportivos hasta terrenos baldíos y predios de empresas abandonadas. Durante el año 2011 hubo 4 tomas, tres de ellas efectuadas en el mes de marzo. Se trata de una ocupación de 204 viviendas sociales en la zona de Parque Avellaneda, al costado de las vías del Premetro entre las calles Castañares y Lafuente; una usurpación en un complejo de viviendas perteneciente a la organización Madres de Plaza de Mayo, sito en Castañares y General Paz; y otra, en las cercanías de la villa 31 de Retiro. En el Bajo Flores se ocupó un terreno perteneciente al Club 17 de agosto, durante el mes de junio. En paralelo, grupos de vecinos reclamaron por la realización de las obras en la villa Zabaleta. Por otra parte, registramos protestas por un plan de viviendas populares frente a las oficinas del Instituto de Vivienda.
En el año 2012 se produjeron 12 conflictos en la Ciudad de Buenos Aires, que constan de tomas e intentos por resistir desalojos. Se destacan numerosos conflictos en la villa 31, donde se extendieron los predios ocupados y dando lugar a enfrentamientos entre vecinos. En reiteradas manifestaciones se exige un aumento del subsidio que otorga el gobierno para costear los alquileres, el cual constaba, en ese entonces, de 1.600 pesos mensuales. Las protestas se extendieron a las villas ubicadas en otros barrios, como por ejemplo, Barracas. Allí, un grupo de vecinos de la villa 26 exigió viviendas dignas, mientras que otros pobladores de la villa 21-24 demandaron servicios básicos y urbanización. Hacia fines de año, un grupo de habitantes de la villa 31 radicalizó sus reclamos y marchó en dos oportunidades para exigir urbanización y mejoras en sus viviendas. Por otra parte, los conflictos trascienden la zona de villas y se efectúan en ámbitos céntricos, como por ejemplo, desalojos en un edificio en Constitución.
En el 2013, tanto la toma de predios o viviendas como los conflictos por desalojos se mantuvieron. En marzo se produjeron 3 ocupaciones, una de ellas en el hotel “Boutique” del barrio de Palermo, otra en hogares pertenecientes al proyecto “Sueños Compartidos” y una tercera en la villa 31. Esta última fue protagonizada por los ex habitantes de la villa Nylon, que habían sido desalojados en el año 2009. Por otra parte, grupos de pobladores de la villa 21-24 exigieron al Instituto de Vivienda su relocalización. Al finalizar el año, los manifestantes de dos villas (Retiro y Barracas) unificaron sus demandas y marcharon en dos oportunidades a la Jefatura del Gobierno porteño y a la Plaza de Mayo.
Por último, este año comenzó con varios piquetes en simultáneo por todo el centro porteño y las zonas aledañas a las villas. En primer lugar, un grupo de 68 familias desalojadas de un terreno del ferrocarril Belgrano Norte cortó la autopista Illia durante 8 días consecutivos exigiendo aumento de subsidios. En este caso se acordó con el gobierno porteño la percepción de una mayor remuneración en la asistencia de planes sociales que otorga la Ciudad, pero no la obtención de subsidios especiales. Luego, a mediados de enero, los habitantes de la villa 31 cortaron las vías del tren en protesta contra una orden judicial que les impedía ingresar en la zona donde residían. El 20 de febrero se produjeron piquetes en 17 puntos de la Ciudad para exigir la urbanización en diferentes villas. Cinco días después se tomó el predio de Lugano. Algunos de sus ocupantes mencionaron que llevaban meses hablando de dicha posibilidad, situación que expresa cierto grado de organización.
¿Por qué otro Indoamericano? En diciembre de 2010, el Parque Indoamericano fue ocupado por más de 6 mil personas, en su mayoría provenientes de la villa 20. Hoy, febrero de 2014, un grupo mucho menor de los mismos pobladores, aunque de ninguna manera despreciable, protagonizó una nueva toma. El motivo de esta última (y de otras tantas ocupaciones efectuadas a lo largo de estos años) puede explicarse a partir de varios fenómenos, entre los cuales se encuentran el déficit habitacional debido al crecimiento en la densidad poblacional de la villa, el bajo presupuesto que el gobierno porteño destina a la política habitacional y, consecuentemente, las promesas incumplidas.
El crecimiento de las villas se manifiesta desde hace décadas. El censo de 1980 registró que los pobladores de las villas, asentamientos y núcleos habitacionales transitorios constituían el 1,3% del conjunto de los habitantes de la Ciudad de Buenos Aires. En 1990, el censo registró un 1,8%, mientras que la cifra se incrementó en 2001 a 3,9% y en 2010 a 5,7%. Sólo en la última década, la población villera creció más del 50% (de 107.422 personas censadas en 2001 a 163.587, en 2010). Por su parte, la villa 20 también aumentó notablemente su cantidad de habitantes: en 2001 eran 16.108, mientras que en 2010 sumaron 29.782 personas censadas. Lógicamente, este crecimiento trae como consecuencia el hacinamiento, el déficit habitacional y un empeoramiento en las condiciones de vida.
El incremento de la densidad demográfica en las villas no fue acompañado por mayores ejecuciones presupuestarias para la construcción de viviendas. En este sentido, el Instituto de Vivienda de la Ciudad de Buenos Aires (IVC) es la dependencia que dispone del presupuesto más elevado en materia de vivienda y la que ofrece programas para su construcción. A su vez, otorga una partida de dinero para otras tareas tales como el mejoramiento en villas (infraestructura y urbanización), créditos para la adquisición de casas y demás programas. A partir de un relevamiento de los presupuestos reales devengados por el IVC en el período 2005 y 2013 se pudo constatar lo siguiente. Entre los años 2006 y 2010, los montos reales ejecutados disminuyeron. De 470 millones de pesos destinados por el IVC durante el año 2006, el gasto real mermó a 161 millones de pesos en el año 2010. Es decir que, dicho monto descendió anualmente un 23% promedio. A partir del año 2011, con posterioridad a los sucesos del Indoamericano, el presupuesto real ejecutado comenzó a crecer a niveles que no alcanzan siquiera lo devengado en 2008. De este modo, entre los años 2011 y 2012 el gasto destinado por el IVC aumentó a un ritmo del 25% anual (201 y 250 millones respectivamente). Sin embargo, el monto devengado en 2013 ya mostró una merma del 5,4% respecto del año anterior.
En paralelo, el gobierno porteño dispone de un presupuesto para programas de emergencia habitacional, como por ejemplo, el Programa de Asistencia a Personas en Situación de Calle, Nuestras Familias (el cual destina una parte del subsidio para el pago de alquileres, expensas y gastos en materia de vivienda), paradores para asistir personas sin techo, etc. La ejecución real de estos montos se mantuvo en mayor o menor medida constante. Los momentos de menor presupuesto destinado a los programas de subsidios habitacionales, en el período relevado, son los años 2005 y 2006. En esta etapa, el promedio de dinero destinado a vivienda fue de poco más de 58 millones de pesos anuales. Mientras que, en el período 2007-2013 el gasto real ejecutado fue de 82 millones anuales, siendo el 2009 el año de mayor ejecución (93 millones de pesos).
Aunque estos indicadores operan a nivel general, las tendencias antes señaladas se expresaron sin duda en la ocupación del Indoamericano en el año 2010 y en la toma de febrero de este año en Villa Lugano. Los pobladores de la villa 20 se ven perjudicados tanto por efecto del crecimiento poblacional como por la falta de construcción de viviendas y la disminución en la capacidad adquisitiva de los subsidios habitacionales.
Finalmente, las promesas incumplidas por parte del gobierno porteño también abonan en la reanudación del conflicto en Villa Lugano. Durante los hechos del Indoamericano, entre negociaciones con el gobierno y represión de la Gendarmería y la Metropolitana, los ocupantes desalojaron el predio. Por su parte, el macrismo ofreció la construcción de viviendas que nunca se concretaron. Dados estos incumplimientos, los delegados de la toma actual se encuentran en asamblea permanente. El grupo más radicalizado, el que aún mantiene la ocupación, exige hechos concretos. Frente al ofrecimiento de palabra por parte del gobierno de que los ocupantes desalojen el predio a cambio de la promesa de urbanizar la villa, los delegados se opusieron. Ellos demandan aunque sea una hoja firmada por representantes del gobierno, un juez y el procurador general que certifique y garantice dichas propuestas. A quienes ocuparon el predio ya les prometieron la urbanización de la villa a través de la ley 1.770 en el año 2005 y no cumplieron, ya los desalojaron una vez del Indoamericano y a cambio no recibieron nada. Una vez más, con organización y lucha mediante, los villeros exigen una solución real para obtener una vivienda.
Alquileres precarios al alza
El incremento de los alquileres de las viviendas más precarias tiende a impactar cada vez más en la capacidad adquisitiva de las fracciones más pauperizadas de la clase obrera. Alquilar un monoambiente de 28 a 30 metros cuadrados en las zonas más accesibles de la ciudad porteña, como Mataderos, La Boca, Flores o Lugano costaba en julio de 2009 unos 700 pesos, durante el mismo mes en 2011, su precio era de 1.250 pesos. En enero de este año, los mismos departamentos se alquilaban por 2.355 pesos. Es decir que, en 4 años y medio estos alquileres se incrementaron a un ritmo promedio anual del 52%. A estos montos hay que sumarle el mes de depósito por adelantado, los honorarios a la inmobiliaria y una garantía. Para un jubilado que percibe el haber mínimo o un cartonero que no cobra el incentivo que paga el gobierno porteño, el alquiler de un departamento es prácticamente imposible.
Por otra parte, los precios de los alquileres en hoteles familiares no difieren sustantivamente. En julio de 2009, una pieza de 3 por 3 metros, sin baño privado y para un matrimonio sin hijos en las zonas de Constitución, Once o Flores se alquilaba por 600 pesos, mientras que para el mismo mes en el año 2011, se accedía a las mismas habitaciones por 974 pesos. En enero de 2014, los precios se incrementaron en promedio a los 2.200 pesos. A su vez, si no se quiere compartir el baño, el precio se incrementa de 200 a 500 pesos. Si con esto no se conforma y el inquilino exige televisión por cable, debe pagar 40 pesos más. Para este tipo de vivienda, el incremento porcentual de los precios por año fue de un 59%, aproximadamente.
La opción de alquilar una vivienda para un trabajador porteño puede resultar alejándose del centro al segundo o tercer cordón del conurbano bonaerense. Allí se abarata el costo de los alquileres, aunque se debe lidiar con el cada vez más deteriorado transporte público, el cual incrementó su tarifa. En un barrio precario de La Matanza, una casa con dos habitaciones costaba, en enero de este año, entre 1.100 y 1.400 pesos. A eso hay que sumarle unos 234 pesos mensuales de viaje hasta Once (9 pesos de boleto con SUBE por 26 días laborables) y las 2 horas y media diarias de recorrido. Estos precios se incrementaron a razón de un 61% anual en los últimos 4 años.
La única opción para los más pobres es alquilar una pieza de 3 por 3 metros sin baño privado en una villa, cuyo precio se incrementó a un ritmo del 35% anual entre los años 2009 y 2014. En la actualidad, alquilar una pieza en las villas de Retiro, Barracas o Lugano tiene un costo promedio de 900 pesos mensuales. Si la habitación se ubica en la zona más próxima a la salida del predio, o bien, en sus calles principales, el precio se incrementa a 1.000 pesos. En cambio, al alejarse cada vez más de los ámbitos preferenciales, una pieza puede costar entre 650 y 750 pesos.
Para las fracciones más pauperizadas de la clase obrera, los elevados precios en las villas dificultan el acceso inmediato a una vivienda. Por ejemplo, los migrantes bolivianos recién ingresados al país que se ocupan laboralmente en los talleres textiles no tienen más opción que aceptar el empleo con cama adentro. Esta situación es aprovechada por los patrones de la rama en cuestión para incrementar la jornada laboral y asegurarse una mayor explotación del trabajo en la medida en que exigen a los obreros el pago de su estadía con un porcentaje de su salario.

MIRADAS AL SUR

Mapas de Ucrania: Explican bastante

Ucrania - Distrib pref políticas

Ucrania - Evol límites - Distrib pref pol protestas


El comentarista opositor estrella del blog de Abel, EduA, (perdón, Mariano T, pero él brinda argumentos más complejos) nos aporta estos mapas que nos ayudan a ver lo que estuvimos analizando aquí y aquí. Su comentario:
Los saqué del Corriere della Sera (“vinto” significa “ganó”; ”stravinto”, claro está, “ganó por afano”.
En el Corriere especulan que la invasión de Crimea puede haberse limitado a tropas surgidas de las propias bases rusas de la zona, como la de Sebastopol, pero aclaran que no se sabe (las tropas, en apariencia, no llevan insignias) (aviso: nos lo dijo antes que nadie, aún Twitter, el amigo de Pablo Z).
La segunda especulación que hacen es que las tropas que el Senado ruso aprobó enviar aún no habrían sido enviadas y que Putin estaría jugándosela a que Occidente, hoy, dada la situación, no estaría dispuesto a gastar 35/40 mil palos euros para financiar una intervención armada (creo que Putin, aquí, olvida que el gasto militar es una de las formas de generar crecimiento de PBI e inflación…, que necesitan), por lo cual apuntaría a usar la aprobación del Senado como amenaza, como si le dijera a Occidente: “invadí Crimea, me quedo hasta que no arreglemos, te invado el resto de Ucrania si no arreglamos”.
Una de las opciones que podría estar buscando Putin, quizá: la independencia de Crimea. Me pregunto -si esto pasa- si no llevará a una reedición de la tragedia balcánica o de la pakistano-india cuando las independencias respectivas en 1947/8“.
Sólo me cabe agregar que estos cuatro mapas – también el de antes de 1914 – nos ayudan a recordar que además de los esquemas geopolíticos y de las ideologías, los seres humanos, con sus lealtades, amores y odios, existen. Y son el dato básico, aún más que la geografía y las capacidades militares.
Y una vieja frase que está en la Biblia: “Una casa dividida contra sí misma no perdurará”. Claro, hoy nuestro planeta ya es una sola casa, también.


EL BLOG DE ABEL

El discurso del 1° de marzo, y el futuro del kirchnerismo

Les aviso que este posteo no es un análisis del discurso de la Presidente. Apenas si algunas reflexiones que se me ocurrieron a partir de escucharlo. Que ustedes, si no lo hicieron el sábado, lo tienen con audio y video aquí en el blog del hippie viejo, por ejemplo. O si, como a mí, les resulta más fácil estudiar algo si lo leen, aquí Un peronista se tomó el trabajo de subir la versión completa.
J. R. Sentis aporta aquí un breve listado de las reacciones de los medios, oficialistas y opositores. Que nos dice lo que escucharon y lo que querían escuchar.
Y – ya como opinión personal – creo que esta nota de tapa de hoy de Página 12, donde se transcriben detalladas respuestas de Máximo Kirchner sobre cómo ve al kirchnerismo, su fuerza propia y sus adversarios, debe leerse como un complemento no casual, que ayuda a definir un proyecto político.
Porque, para mí, lo más importante que nos dice este discurso es que Cristina Fernández está dispuesta, y deseosa, a seguir gobernando por el resto de su mandato. Y a seguir haciendo política, en sus términos, por estos 21 meses y después. Se puede discutir si esto es una noticia, porque no había ningún elemento para pensar lo contrario más allá de especulaciones y deducciones periodísticas que, la verdad, nunca han sido muy serias. Pero, novedoso o no, es un hecho importante.
(De paso: en un posteo reciente, dije que la práctica política de una democracia moderna – remarco: la práctica; no el discurso convencional que coloca a la democracia como una Virtud, que necesariamente nos debe llevar al paraíso – esa praxis, digo, hace que los políticos peronistas y radicales se parezcan entre sí mucho más que sus respectivos credos. Igual, hay diferencias. Una de ellas es que los peronistas muestran mucho más que disfrutan de ejercer el gobierno).
Por supuesto, la voluntad de un gobernante no es toda la historia. Está la realidad, que siempre tiene la última palabra. Pero la existencia de ese liderazgo condiciona todos los proyectos políticos, los de sus partidarios, de sus adversarios… y de los aspirantes a sucesores.
Y que sigue existiendo lo comprobó la movilización que enmarcó ese discurso. También, nada nuevo. Los aparatos, en particular los intendentes del conurbano, los gremios oficialistas, Unidos y Organizados existen. Pero el clima de esa manifestación, la actitud de los que estaban presentes … compartían la adhesión a un liderazgo, el de Cristina.
Como de costumbre, me siento obligado a agregar el toque de realismo. Las encuestas marcan desde hace tiempo un descenso, no catástrofico, ni siquiera brusco, pero continuo en la imagen positiva de la Presidente. La movilización no fue, como digo arriba, una de aparatos, en el sentido que en la política le damos a esa expresión. Fue de militantes; como, salvo ocasiones muy excepcionales, lo son todas. Los militantes son siempre una minoría en la sociedad.
De todos modos, esas mismas encuestas, muy variadas, cómo no, según quien las encarga, todas indican que la Presidente conserva un núcleo de aprobación sólido. Puede decirse que es un potencial de voto oficialista, no específicamente kirchnerista, ni cristinista. Pero… ese liderazgo de CFK es el que transforma ese potencial en un actor político. Hasta ahora, no ha aparecido otro liderazgo que se plantee disputarlo.
(Bueno, existe el FIT, que ha incrementado sus votos y aumenta su influencia en algunos – no muchos – sindicatos. Pero nadie en la sociedad política lo ve como un rival serio. Por ahora, sólo preocupa a angustiados militantes K o ex K que se preguntan si ellos son lo suficientemente revolucionarios).
Como los lectores de este blog saben, desde hace unos cuantos años sostengo dos opiniones básicas:
  • Que el kirchnerismo es una expresión, y una etapa, del peronismo. Al que ha aportado transformaciones, e incorporado nuevos sectores sociales. Como lo hicieron todas las etapas del peronismo, desde que surgiera 70 años atrás. Y – lo relevante para la política práctica – que fuera del peronismo, de la relación con sus aparatos territoriales y sindicales que no son necesariamente kirchneristas – se condenaría a ser una expresión de minorías. Efímera.
  • Que para el proceso de institucionalización y maduración del peronismo – que todavía nos falta, cómo no – es necesario que el kirchnerismo quede incorporado como una realidad interna vigente, aún después de perder – cuando lo haga, inevitablemente, en el 2015 o más tarde, no importa – la hegemonía automática que en el peronismo da la posesión del Poder Ejecutivo nacional.
Esta segunda opinión mía, si es cierta, representa el desafío más interesante. Que se presenta ahora, en los próximos meses. Porque el escenario parece definirse (uno siempre tiene que agregar “parece”; la realidad argenta es tan creativa…).
Sergio Massa, por encima de abrir la puerta a “coroneles” del peronismo y del radicalismo que vean frustradas sus posibilidades de ascenso en sus respectivas fuerzas, tiene hoy una campaña destinada a captar los votos “no politizados”, “jóvenes”, “fastidiados con el gobierno pero no furiosamente anti K”,… que habrían ido a una candidatura de Macri, si Mauricio no fuera un negado para la política. Y – por lo que se puede apreciar hasta ahora – con cierto éxito, cómo no. Sus posibilidades de triunfo dependen más del desprestigio de las otras fuerzas que de él mismo.
El “no peronismo” – un espacio muy importante, y siempre potencialmente mayoritario – se ve limitado en sus posibilidades por su crónica incapacidad de construir fuerzas políticas sólidas, abarcativas y con voluntad de gobierno. Quizás es inevitable, al estar definido simplemente por ser “no peronistas”. Salvo cuando los peronistas presentamos una cara muy horrible, claro.
Igual, el instrumento de las Primarias Abiertas le da una posibilidad de armar una opción… si evita que partes considerables del aparato territorial del radicalismo – los únicos con alcance nacional – “hagan mejor negocio” con el FpV, con Massa o hasta con Macri.
El peronismo, el oficialismo en realidad, pues el FpV no peronista, no podrá eludir el desafío, se ve forzado – frente al previsible descenso en la intención de voto del kirchnerismo – a definir su candidatura en las Primarias Abiertas. Que deben servirle, desde las campañas previas, al igual que al “no peronismo”, para renovar su imagen y plantear futuros.
Daniel Scioli es el precandidato que pretende sumar los votantes “cristinistas” a los que prefieren versiones menos “crispadas” del peronismo tradicional. Otros saldrán a disputar esas franjas del electorado potencial con la carta de lo “nuevo”, que siempre es un factor poderoso en política. Si lo sabrá Massa.
Y habrá, ciertamente, al menos un precandidato en las Primarias Abiertas que procurará expresar al kirchnerismo. Su o sus desempeños, que pueden ser muy buenos aunque nadie espera que ganen (doce años son muchos), señalarían la vigencia futura del kirchnerismo.
Sólo… que el real desafío será la muy difícil articulación con el liderazgo actual de la Presidente. Difícil desde ambas direcciones, por supuesto. Como siempre sucede en los “populismos”, que es el nombre de moda para los liderazgos personales fuertes.
Tengo que recurrir a mi muletilla: El que viva lo verá. Sólo hay que vivir un año y medio más.cristina_1_marzo




BLOG DE ABEL.

Paco de Lucía Concierto Aranjuez - Adagio In Memoriam


American Curios

American Curios
Calificaciones

Por David Brooks

Hace unos días, el gobierno de Barack Obama emitió su boleta de calificaciones a unos 200 países sobre sus prácticas de derechos humanos. El secretario de Estado John Kerry indicó que al calificar a todos los otros países "no hablamos con ninguna arrogancia, sino con una preocupación por la condición humana". Explicó que, aunque Estados Unidos también tiene sus problemas (aunque no nombró ninguno), "estamos orgullosos de que ningún país tiene más oportunidad de promover la causa de la democracia y ningún país está tan comprometido con la causa de los derechos humanos como nosotros".

Ningún otro gobierno se ha atrevido a emitir una boleta de calificaciones parecida, y menos sobre Estados Unidos. Si alguno lo quisiera hacer, su informe tendría que abordar toda una gama de preocupaciones (sin tintes de arrogancia).

Por ejemplo, las guerras de invasión en Irak y Afganistán son sólo las últimas en una larga lista de operaciones bélicas, muchas clandestinas, de este país a lo largo de su historia. En estas últimas guerras (como en todas) se revelaron masivas violaciones de derechos humanos y crímenes de guerra según las Convenciones de Ginebra y otras leyes, desde la tortura y maltrato en Abu Ghraib hasta matanzas de civiles documentados en las filtraciones de Chelsea (antes Bradley) Manning y por agrupaciones de derechos humanos.

Este domingo John Kerry condenó a Rusia por la "invasión" de Ucrania, y afirmó: “Rusia está violando la soberanía de Ucrania… y está violando sus obligaciones internacionales para con la Carta de Naciones Unidas”, entre otras cosas, y concluyó que "en el siglo XXI, uno simplemente no se comporta como en el siglo XIX al invadir otro país con un pretexto completamente fabricado". Vale recordar que Kerry, como senador, votó en 2002 (principios del siglo XXI) por autorizar al gobierno de George W. Bush la invasión a Irak con base en inteligencia fabricada.

Otros rubros que tendrían que figurar en un informe sobre las prácticas de derechos humanos de Estados Unidos:

Tortura: hasta la fecha hay impunidad absoluta de altos funcionarios responsables de emplear métodos de tortura con detenidos en la "guerra contra el terror", a pesar de la extensa documentación que comprueba violaciones de leyes internacionales. La confinación solitaria de miles de presos en este país por plazos extensos es considerada tortura por algunos grupos de derechos humanos.

Homicidios ilegales: el uso de drones para perpetrar asesinatos en otros países constituye, según agrupaciones de derechos humanos, la comisión de homicidios ilegales.

Detención ilegal: el empleo de la detención indefinida sin cargos o juicio –en violación de las garantías constitucionales y del derecho internacional– aún es practicado por Estados Unidos en Guantánamo, donde permanecen más de 160 detenidos.

Corrupción, impunidad: ningún alto ejecutivo de los principales bancos que participaron en uno de los fraudes más grandes de la historia ha sido encarcelado, y de hecho han sido protegidos por la cúpula política del país. Expertos han denunciado que la extraordinaria influencia del dinero en el proceso electoral estadunidense es una corrupción masiva de la democracia.

Libertad de expresión, de prensa, de reunión y derecho a la privacidad: con las revelaciones del espionaje masivo sobre esta y otras poblaciones por la Agencia de Seguridad Nacional, junto con la persecución de filtradores de esta información al ámbito público, los principales grupos de derechos humanos y defensores de libertades civiles denuncian esas prácticas como violatorias del derecho a la privacidad y la libertad de expresión.

El Comité de Protección de los Periodistas denunció que las políticas agresivas del gobierno de Obama contra filtraciones y control de información oficial "no tienen precedente". La editora pública del New York Times, Margaret Sullivan, escribió el año pasado que el gobierno de Obama "acabará por ser la administración del hermetismo y los ataques sin precedentes contra una prensa libre".

La represión de movimientos disidentes en este país viola la libertad de reunión y de expresión; el caso más reciente fue la represión contra el movimiento Ocupa Wall Street (más de 700 arrestados sólo en Nueva York).

Condiciones carcelarias: la población estadunidense es 5 por ciento de la mundial, pero tiene 25 por ciento de los prisioneros del planeta, o sea, la cantidad más grande del mundo. Muchos de los 2.2 millones de reos padecen abusos y condiciones ilegales extensamente documentados por agrupaciones de derechos humanos.

Ejecuciones: Estados Unidos es sólo uno de cinco países en que se realizaron la gran mayoría de ejecuciones oficiales (34 en 2013), práctica considerada violatoria de los derechos humanos por Amnistía Internacional. Recientemente, en violación de tribunales y convenciones internacionales, el estado de Texas ejecutó a otro mexicano. Más de 28 extranjeros han sido ejecutados desde 1988.

Presos políticos: diferentes agrupaciones tienen listas de lo que consideran presos políticos. Entre los más conocidos, el periodista y activista afroestadunidense Mumia Abu Jamal y el líder indígena Leonard Peltier, pero las listas incluyen decenas, entre ellos ex Panteras Negras, activistas de paz, independentistas puertorriqueños y más.

Inmigrantes: de manera cotidiana se violan los derechos de los inmigrantes en este país. Aproximadamente 400 mil inmigrantes no ciudadanos están encarcelados en una creciente red de centros de detención al año. El gobierno de Obama está por llegar a 2 millones de deportaciones, el número más alto de cualquier presidencia.

Todo esto, sin mencionar las severas violaciones de derechos laborales, la discriminación y violencia contra mujeres, minorías raciales, la comunidad gay y contra comunidades indígenas, entre otras cosas.

Calificar al calificador es un ejercicio pendiente para los pueblos de los 200 países calificados por Washington.

La Jornada, México
 




Funes El Memorioso

Lo recuerdo (yo no tengo derecho a pronunciar ese verbo sagrado, sólo un hombre en la tierra tuvo derecho y ese hombre ha muerto) con una oscura pasionaria en la mano, viéndola como nadie la ha visto, aunque la mirara desde el crepúsculo del día hasta el de la noche, toda una vida entera. Lo recuerdo, la cara taciturna y aindiada y singularmente remota, detrás del cigarrillo. Recuerdo (creo) sus manos afiladas de trenzador. Recuerdo cerca de esas manos un mate, con las armas de la Banda Oriental; recuerdo en la ventana de la casa una estera amarilla, con un vago paisaje lacustre. Recuerdo claramente su voz; la voz pausada, resentida y nasal del orillero antiguo, sin los silbidos italianos de ahora. Más de tres veces no lo vi; la última, en 1887... Me parece muy feliz el proyecto de que todos aquellos que lo trataron escriban sobre él; mi testimonio será acaso el más breve y sin duda el más pobre, pero no el menos imparcial del volumen que editarán ustedes. Mi deplorable condición de argentino me impedirá incurrir en el ditirambo —género obligatorio en el Uruguay, cuando el tema es un uruguayo. Literato, cajetilla, porteño: Funes no dijo esas injuriosas palabras, pero de un modo suficiente me consta que yo representaba para él esas desventuras. Pedro Leandro Ipuche ha escrito que Funes era un precursor de los superhombres; “Un Zarathustra cimarrón y vernáculo”; no lo discuto, pero no hay que olvidar que era también un compadrito de Fray Bentos, con ciertas incurables limitaciones.
Mi primer recuerdo de Funes es muy perspicuo. Lo veo en un atardecer de marzo o febrero del año ochenta y cuatro. Mi padre, ese año, me había llevado a veranear a Fray Bentos. Yo volvía con mi primo Bernardo Haedo de la estancia de San Francisco. Volvíamos cantando, a caballo, y ésa no era la única circunstancia de mi felicidad. Después de un día bochornoso, una enorme tormenta color pizarra había escondido el cielo. La alentaba el viento del Sur, ya se enloquecían los árboles; yo tenía el temor (la esperanza) de que nos sorprendiera en un descampado el agua elemental. Corrimos una especie de carrera con la tormenta. Entramos en un callejón que se ahondaba entre dos veredas altísimas de ladrillo. Había oscurecido de golpe; oí rápidos y casi secretos pasos en lo alto; alcé los ojos y .vi un muchacho que corría por la estrecha y rota vereda como por una estrecha y rota pared. Recuerdo la bombacha, las alpargatas, recuerdo el cigarrillo en el duro rostro, contra el nubarrón ya sin límites. Bernardo le gritó imprevisiblemente: ¿Qué horas son, Ireneo? Sin consultar el cielo, sin detenerse, el otro respondió: Faltan cuatro mínutos para las ocho, joven Bernardo Juan Francisco. La voz era aguda, burlona.

Yo soy tan distraído que el diálogo que acabo de referir no me hubiera llamado la atención si no lo hubiera recalcado mi primo, a quien estimulaban (creo) cierto orgullo local, y el deseo de mostrarse indiferente a la réplica tripartita del otro.

Me dijo que el muchacho del callejón era un tal Ireneo Funes, mentado por algunas rarezas como la de no darse con nadie y la de saber siempre la hora, como un reloj. Agregó que era hijo de una planchadora del pueblo, María Clementina Funes, y que algunos decían que su padre era un médico del saladero, un inglés O'Connor, y otros un domador o rastreador del departamento del Salto. Vivía con su madre, a la vuelta de la quinta de los Laureles.

Los años ochenta y cinco y ochenta y seis veraneamos en la ciudad de Montevideo. El ochenta y siete volví a Fray Bentos. Pregunté, como es natural, por todos los conocidos y, finalmente, por el “cronométrico Funes”. Me contestaron que lo había volteado un redomón en la estancia de San Francisco, y que había quedado tullido, sin esperanza. Recuerdo la impresión de incómoda magia que la noticia me produjo: la única vez que yo lo vi, veníamos a caballo de San Francisco y él andaba en un lugar alto; el hecho, en boca de mi primo Bernardo, tenía mucho de sueño elaborado con elementos anteriores. Me dijeron que no se movía del catre, puestos los ojos en.la higuera del fondo o en una telaraña. En los atardeceres, permitía que lo sacaran a la ventana. Llevaba la soberbia hasta el punto de simular que era benéfico el golpe que lo había fulminado... Dos veces lo vi atrás de la reja, que burdamente recalcaba su condición de eterno prisionero: una, inmóvil, con los ojos cerrados; otra, inmóvil también, absorto en la contemplación de un oloroso gajo de santonina.

No sin alguna vanagloria yo había iniciado en aquel tiempo el estudio metódico del latin. Mi valija incluía el De viris illustribus de Lhomond, el Thesaurus de Quicherat, los comentarios de Julio César y un volumen impar de la Naturalis historia de Plinio, que excedía (y sigue excediendo) mis módicas virtudes de latinista. Todo se propala en un pueblo chico; Ireneo, en su rancho de las orillas, no tardó en enterarse del arribo de esos libros anómalos. Me dirigió una carta florida y ceremoniosa, en la que recordaba nuestro encuentro, desdichadamente fugaz, “del día siete de febrero del año ochenta y cuatro”, ponderaba los gloriosos servicios que don Gregorio Haedo, mi tío, finado ese mismo año, “había prestado a las dos patrias en la valerosa jornada de Ituzaingó”, y me solicitaba el préstamo de cualquiera de los volúmenes, acompañado de un diccionario “para la buena inteligencia del texto original, porque todavía ignoro el latín”. Prometía devolverlos en buen estado, casi inmediatamente. La letra era perfecta, muy perfilada; la ortografía, del tipo que Andrés Bello preconizó: i por y, j por g. Al principio, temí naturalmente una broma. Mis primos me aseguraron que no, que eran cosas de Ireneo. No supe si atribuir a descaro, a ignorancia o a estupidez la idea de que el arduo latín no requería más instrumento que un diccionario; para desengañarlo con plenitud le mandé el Gradus ad Parnassum de Quicherat. y la obra de Plinio:

El catorce de febrero me telegrafiaron de Buenos Aires que volviera inmediatamente, porque mi padre no estaba “nada bien”. Dios me perdone; el prestigio de ser el destinatario de un telegrama urgente, el deseo de comunicar a todo Fray Bentos la contradicción entre la forma negativa de la noticia y el perentorio adverbio, la tentación de dramatizar mi dolor, fingiendo un viril estoicismo, tal vez me distrajeron de toda posibilidad de dolor. Al hacer la valija, noté que me faltaban el Gradus y el primer tomo de la Naturalis historia. El “Saturno” zarpaba al día siguiente, por la mañana; esa noche, después de cenar, me encaminé a casa de Funes. Me asombró que la noche fuera no menos pesada que el día.

En el decente rancho, la madre de Funes me recibió. Me dijo que Ireneo estaba en la pieza del fondo y que no me extrañara encontrarla a oscuras, porque Ireneo sabía pasarse las horas muertas sin encender la vela. Atravesé el patio de baldosa, el corredorcito; llegué al segundo patio. Había una parra; la oscuridad pudo parecerme total. Oí de pronto la alta y burlona voz de Ireneo. Esa voz hablaba en latín; esa voz (que venía de la tiniebla) articulaba con moroso deleite un discurso o plegaria o incantación. Resonaron las sílabas romanas en el patio de tierra; mi temor las creía indescifrables, interminables; después, en el enorme diálogo de esa noche, supe que formaban el primer párrafo del vigésimocuarto capítulo del libro séptimo de la Naturalis historia. La materia de ese capítulo es la memoria; las palabras últimas fueron ut nihil non usdem verbis redderetur auditum.

Sin el menor cambio de voz, Ireneo me dijo que pasara. Estaba en el catre, fumando. Me parece que no le vi la cara hasta el alba; creo rememorar el ascua momentánea del cigarrillo. La pieza olía vagamente a humedad. Me senté; repetí la historia del telegrama y de la enfermedad de mi padre. Arribo, ahora, al más dificil punto de mi relato. Este (bueno es que ya lo sepa el lector) no tiene otro argumento que ese diálogo de hace ya medio siglo. No trataré de reproducir sus palabras, irrecuperables ahora. Prefiero resumir con veracidad las muchas cosas que me dijo Ireneo. El estilo indirecto es remoto y débil; yo sé que sacrifico la eficacia de mi relato; que mis lectores se imaginen los entrecortados períodos que me abrumaron esa noche.

Ireneo empezó por enumerar, en latín y español, los casos de memoria prodigiosa registrados por la Naturalis historia: Ciro, rey de los persas, que sabía llamar por su nombre a todos los soldados de sus ejércitos; Mitrídates Eupator, que administraba la justicia en los 22 idiomas de su imperio; Simónides, inventor de la mnemotecnia; Metrodoro, que profesaba el arte de repetir con fidelidad lo escuchado una sola vez. Con evidente buena fe se maravilló de que tales casos maravillaran. Me dijo que antes de esa tarde lluviosa en que lo volteó el azulejo, él había sido lo que son todos los cristianos: un ciego, un sordo, un abombado, un desmemoriado. (Traté de recordarle su percepción exacta del tiempo, su memoria de nombres propios; no me hizo caso.) Diecinueve años había vivido como quien sueña: miraba sin ver, oía sin oír, se olvidaba de todo, de casi todo. Al caer, perdió el conocimiento; cuando lo recobró, el presente era casi intolerable de tan rico y tan nítido, y también las memorias más antiguas y más triviales. Poco después averiguó que estaba tullido. El hecho apenas le interesó. Razonó (sintió) que la inmovilidad era un precio mínimo. Ahora su percepción y su memoria eran infalibles.

Nosotros, de un vistazo, percibimos tres copas en una mesa; Funes, todos los vástagos y racimos y frutos que comprende una parra. Sabía las formas de las nubes australes del amanecer del treinta de abril de mil ochocientos ochenta y dos y podía compararlas en el recuerdo con las vetas de un libro en pasta española que sólo había mirado una vez y con las líneas de la espuma que un remo levantó en el Río Negro la víspera de la acción del Quebracho. Esos recuerdos no eran simples; cada imagen visual estaba ligada a sensaciones musculares, térmicas, etc. Podía reconstruir todos los sueños, todos los entresueños. Dos o tres veces había reconstruido un día entero; no había dudado nunca, pero cada reconstrucción había requerido un día entero. Me dijo: Más recuerdos tengo yo solo que los que habrán tenido todos los hombres desde que el mundo es mundo. Y también: Mis sueños son como 1a vigilia de ustedes. Y también, hacia el alba: Mi memoría, señor, es como vacíadero de basuras. Una circunferencia en un pizarrón, un triángulo rectángulo, un rombo, son formas que podemos intuir plenamente; lo mismo le pasaba a Ireneo con las aborrascadas crines de un potro, con una punta de ganado en una cuchilla, con el fuego cambiante y con la innumerable ceniza, con las muchas caras de un muerto en un largo velorio. No sé cuántas estrellas veía en el cielo.

Esas cosas me dijo; ni entonces ni después las he puesto en duda. En aquel tiempo no había cinematógrafos ni fonógrafos; es, sin embargo, inverosímil y hasta increíble que nadie hiciera un experimento con Funes. Lo cierto es que vivimos postergando todo lo postergable; tal vez todos sabemos profundamente que somos in—mortales y que tarde o temprano, todo hombre hará todas las cosas y sabrá todo.

La voz de Funes, desde la oscuridad, seguía hablando..

Me dijo que hacia 1886 había discurrido un sistema original de numeración y que en muy pocos días había rebasado el veinticuatro mil. No lo había escrito, porque lo pensado una sola vez ya no podía borrársele. Su primer estímulo, creo, fue el desagrado de que los treinta y tres orientales requirieran dos signos y tres palabras, en lugar de una sola palabra y un solo signo. Aplicó luego ese disparatado principio a los otros números. En lugar de siete mil trece, decía (por ejemplo) Máximo Pérez; en lugar de siete mil catorce, El Ferrocarril; otros números eran Luis Melián Lafinur, Olimar, azufre, los bastos, la ballena, gas, 1a caldera, Napoleón, Agustín vedia. En lugar de quinientos, decía nueve. Cada palabra tenía un signo particular, una especie marca; las últimas muy complicadas... Yo traté explicarle que esa rapsodia de voces inconexas era precisamente lo contrario sistema numeración. Le dije decir 365 tres centenas, seis decenas, cinco unidades; análisis no existe en los “números” El Negro Timoteo o manta de carne. Funes no me entendió o no quiso entenderme.

Locke, siglo XVII, postuló (y reprobó) idioma imposible en el que cada cosa individual, cada piedra, cada pájaro y cada rama tuviera nombre propio; Funes proyectó alguna vez un idioma análogo, pero lo desechó por parecerle demasiado general, demasiado ambiguo. En efecto, Funes no sólo recordaba cada hoja de cada árbol de cada monte, sino cada una de las veces que la había percibido o imaginado. Resolvió reducir cada una de sus jornadas pretéritas a unos setenta mil recuerdos, que definiría luego por cifras. Lo disuadieron dos consideraciones: la conciencia de que la tarea era interminable, la conciencia de que era inútil. Pensó que en la hora de la muerte no habría acabado aún de clasificar todos los recuerdos de la niñez.

Los dos proyectos que he indicado (un vocabulario infinito para serie natural de los números, un inútil catálogo mental de todas las imágenes del recuerdo) son insensatos, pero revelan cierta balbuciente grandeza. Nos dejan vislumbrar o inferir el vertiginoso mundo de Funes. Éste, no lo olvidemos, era casi incapaz de ideas generales, platónicas. No sólo le costaba comprender que el símbolo genérico perro abarcara tantos individuos dispares de diversos tamaños y diversa forma; le molestaba que el perro de las tres y catorce (visto de perfil) tuviera el mismo nombre que el perro de las tres y cuarto (visto de frente). Su propia cara en el espejo, sus propias manos, lo sorprendían cada vez. Refiere Swift que el emperador de Lilliput discernía el movimiento del minutero; Funes discernía continuamente los tranquilos avances de la corrupción, de las caries, de la fatiga. Notaba los progresos de la muerte, de la humedad. Era el solitario y lúcido espectador de un mundo multiforme, instantáneo y casi intolerablemente preciso. Babilonia, Londres y Nueva York han abrumado con feroz esplendor la imaginación de los hombres; nadie, en sus torres populosas o en sus avenidas urgentes, ha sentido el calor y la presión de una realidad tan infatigable como la que día y noche convergía sobre el infeliz Ireneo, en su pobre arrabal sudamericano. Le era muy difícil dormir. Dormir es distraerse del mundo; Funes, de espaldas en el catre, en la sombra, se figuraba cada grieta y cada moldura de las casas precisas que lo rodeaban. (Repito que el menos importante de sus recuerdos era más minucios y más vivo que nuestra percepción de un goce físico o de un tormento físico.) Hacia el Este, en un trecho no amanzanado, había casas nuevas, desconocidas. Funes las imaginaba negras, compactas, hechas de tiniebla homogénea; en esa dirección volvía la cara para dormir. También solía imaginarse en el fondo del río, mecido y anulado por la corriente.

Había aprendido sin esfuerzo el inglés, el francés, el portugués, el latín. Sospecho, sin embargo, que no era muy capaz de pensar. Pensar es olvidar diferencias, es generalizar, abstraer. En el abarrotado mundo de Funes no había sino detalles, casi inmediatos.

La recelosa claridad de la madrugada entró por el patio de tierra.

Entonces vi la cara de la voz que toda la noche había hablado. Ireneo tenía diecinueve años; había nacido en 1868; me pareció monumental como el bronce, más antiguo que Egipto, anterior a las profecías y a las pirámides. Pensé que cada una de mis palabras (que cada uno de mis gestos) perduraría en su implacable memoria; me entorpeció el temor de multiplicar ademanes inútiles.

Ireneo Funes murió en 1889, de una congestión pulmonar.

1942

(Artificios, 1944; Ficciones, 1944)