viernes, 6 de septiembre de 2013
ECONOMIA › RECLAMO A LOS PAISES DESARROLLADOS La postura de los Brics
Los países que integran el grupo denominado Brics reclamaron a las economías desarrolladas que sean “cuidadosas” al retirar los estímulos monetarios lanzados durante la crisis. Los presidentes de Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica mantuvieron ayer en San Petersburgo un encuentro informal previo al inicio de la cumbre del G-20. El comunicado emitido por los países del bloque advierte sobre la debilidad de la recuperación económica global y el alto nivel de desempleo en algunos países.
Los Brics aprovecharon la oportunidad para reiterar su preocupación frente al reciente anuncio de la Reserva Federal de Estados Unidos sobre su intención de poner fin al programa de “flexibilización cuantitativa” que implicó una inyección masiva de recursos frescos y estimular así su crecimiento. La terminación de esos programas podría implicar un nuevo impacto negativo sobre el pobre desempeño económico de los países desarrollados. Por eso, los países miembro del bloque sostuvieron que la implementación de cambios en la política monetaria de la Reserva Federal y el Banco Central Europeo debe ser aplicada de manera “cuidadosamente calibrada” y comunicadas de manera “clara”.
Los presidentes y primeros ministros de los países miembros –Dilma Rouseff, Vladimir Putin, Manmonah Sing, Xi Jinping y Jacob Zuma– se dieron cita en el Palacio Constantino. El encuentro también permitió avanzar en la negociación sobre distintos aspectos vinculados con la creación de un “Banco de Desarrollo de Brics”. Como una muestra de fortaleza de sus integrantes, los países miembro decidieron aportar 100.000 millones de dólares a la concreción de un fondo cambiario. De ese total, China comprometió 41.000 millones de dólares, mientras Brasil, India y Rusia destinarán 18.000 millones de dólares cada uno y Sudáfrica aportará 5000 millones de dólares.
En su comunicado, los mandatarios volvieron a insistir en la necesidad de reformar la representatividad de los distintos países en el Fondo Monetario Internacional (FMI) para que se correspondan con el peso real que tienen los miembros del Fondo en la economía mundial.
ECONOMIA › LA PRESIDENTA CUESTIONO LA DECISION DE ALGUNAS POTENCIAS CENTRALES DE AVANZAR EN UN ATAQUE CONTRA EL PAIS DE ASSAD Siria y los fondos buitre en el menú de la Cumbre
“Pretender que no haya más muertos provocando muertes resulta una paradoja”, aseguró Cristina Fernández de Kirchner. También propuso “una ley de quiebras internacional” para limitar a los buitres y cambiar la denominación “paraísos” por la de “guaridas fiscales”.
Por David Cufré
Desde San Petersburgo
“Vamos a pedir una vez más por la paz. Pretender que no haya más muertos provocando muertes resulta una paradoja o un ejercicio de cinismo”, aseguró ayer Cristina Fernández de Kirchner en referencia a la crisis en Siria, que se terminó por convertir en un tema de agenda formal en la cumbre del G-20, pese a que ese espacio está reservado para debatir cuestiones económicas. La tensión internacional y el hecho de que estuvieran los protagonistas principales del poder global inclinó la balanza. Sentados alrededor de una mesa perfectamente redonda, en un salón lleno de luz surgida de tres arañas propias de un palacio, los jefes de Estado tuvieron ayer una larga deliberación, que se extendió una hora más de lo previsto. Tras ese encuentro, los presidentes siguieron con una cena donde la cuestión central fue la situación en Medio Oriente (ver aparte).
Antes de participar del encuentro, la Presidenta fijó la posición argentina en diálogo con la prensa. “Lo que nos tenemos que plantear los dirigentes es si estamos dispuestos a sostener el multilateralismo como medio para solucionar los conflictos o si estamos ante una ficción del multilateralismo, que se aplica cuando me es favorable a mí como gran potencia, pero cuando no me sirve tomo las armas y decido lo que hago”, remarcó la mandataria.
“Es indispensable ver quién provee las armas a cada una de las partes, ya que todos sabemos lo que es la industria de las armas. La segunda cuestión –agregó– es tener organismos de la ONU que digan con precisión, exactitud y con pruebas, dentro de los parámetros legales, qué tipo de armas se están utilizando en los países en conflicto. Estamos proponiendo eso, porque creemos que una intervención militar, que no se refiere a lo terrestre, que puede ser un bombardeo, sería nefasta y desataría cosas tal vez imposibles de controlar”, sostuvo.
La Presidenta recordó que cuando comenzaron las crisis en el norte de Africa los analistas hablaban de una Primavera Arabe, pero luego se determinó que no fue un análisis correcto. “Hay que sentarse a analizar por qué los resultados fueron opuestos y Medio Oriente hoy es un polvorín. Hasta hace poco, lo más visible era el conflicto entre Israel y Palestina, pero hoy se suman Egipto y Siria, ¿mañana cuántos más se sumarán?”, se preguntó, e insistió en que “la responsabilidad de las potencias globales es la de repensar las estrategias, porque si se quiere solucionar con más muertos, vamos por mal camino”.
Una vez en el plenario, la dinámica fue más formal que otras veces. No hubo cruces o conversaciones espontáneas, sino que cada mandatario se limitó a leer su discurso o a exponer sus ideas como lo hace habitualmente CFK. Cuando le tocó el turno, la argentina prefirió resaltar los aspectos positivos de la cumbre para el país. En particular, la inclusión en el documento final de una condena a las “guaridas fiscales”, nombre que a partir de ahora utilizará el G-20 para designar lo que antes se mencionaba como “paraísos fiscales”.
“Hemos logrado cosas importantes”, celebró Cristina. “Por lo pronto, logramos que pongan guaridas fiscales, algo por lo que veníamos peleando desde hace muchísimo tiempo”, agregó. Según su explicación, el término de paraíso proviene de “una deformación en inglés, que cambió por heaven (cielo) lo que era haven (cueva)”. La alteración hace pasar más inadvertida la acción de grandes capitales para evadir impuestos. La Argentina es uno de los países que más empujaron en el G-20 para poner en caja a esos distritos financieros. La mayor resistencia provino de Inglaterra y Estados Unidos, que son las naciones que están detrás de esas islas donde abundan los lavadores de dinero. Pero finalmente el apoyo de los Brics y otros países terminó por rendir frutos. A su vez, la Argentina tiene previsto presentar en octubre en París un documento que le fue encomendado por el Grupo Anticorrupción del G-20. Ese trabajo está siendo elaborado por un equipo de la Oficina Anticorrupción, el Ministerio de Justicia, la Cancillería, la Unidad de Información Financiera (UIF), la AFIP, el Banco Central y el Ministerio de Economía.
El otro gran eje del discurso de CFK en el G-20 fue la cuestión de la deuda y los fondos buitre. Reclamó que se analice una ley de quiebras internacional, como la que aplican los países internamente. La Argentina, por ejemplo, considera aprobada una reestructuración de pasivos si el 66 por ciento de los acreedores acepta la oferta. “Necesitamos un sistema que sea igual para todos”, pidió. “No puede ser –dijo– que el país haya hecho una reestructuración de la deuda a la que ingresaron casi el 93 por ciento de los bonistas, y unos pocos ‘buitres’, apenas el 0,45 por ciento del total de acreedores, quiera impedir que la Argentina siga pagando en tiempo y forma su deuda, como lo viene haciendo desde 2005 con recursos propios.” “Lo que pasa –completó– es que los buitres son pocos pero tienen un lobby muy, muy poderoso.” En ese sentido, la Presidenta agradeció al gobierno de Francia su presentación ante la Justicia de Estados Unidos como Amicus curiae para defender la postura argentina. Ese agradecimiento marcó un contraste con la postura que adoptó Barack Obama, quien finalmente desistió de que su gobierno se presentara en las mismas condiciones que Francia para respaldar al país.
“El agradecimiento a Francia no fue sólo porque beneficia a la Argentina, sino a todas las naciones que deben o deberán reestructurar sus deudas en algún momento”, explicó. En la misma línea, Cristina Kirchner valoró el aporte de los jóvenes del G-20, quienes en su declaración final instaron a los líderes del grupo a “hacer frente a la incompatibilidad entre los procesos de reestructuración de deuda y la acción de los fondos buitre”. “Con jóvenes así –sostuvo CFK– que nos reemplazarán en un futuro, podemos tener esperanzas”, valoró. Por último, la presidenta también destacó que el G-20 haga referencias en sus conclusiones a la necesidad de promover el empleo, la producción y la demanda agregada. “Es un G-20 en el cual se está hablando de las cosas que se tienen que hablar; hemos logrado buenas inclusiones” en el documento final, destacó.
ECONOMIA › LA PRESIDENTA FIRMO UNA SERIE DE ACUERDOS CON SU PAR DE CHINA, XI JINPING “Reforzamos los lazos de cooperación”
Ambos mandatarios firmaron también un Memorándum para el Establecimiento de un Mecanismo de Diálogo Estratégico. Cristina Fernández destacó que “también se mencionó la cuestión Malvinas y el apoyo de China al histórico reclamo argentino”.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner firmó ayer una serie de acuerdos con su par de China, Xi Jinping, durante un encuentro bilateral que apuntó a “profundizar la alianza estratégica entre ambos países” y que significó el inicio de la actividad de la Presidenta en la Cumbre del G-20, en San Petersburgo. La mandataria, tras el encuentro, señaló en diálogo con los medios argentinos que “fue más que una reunión bilateral”, dado que “reforzamos los lazos de cooperación entre la República Popular China y nuestro país, además de haber firmado convenios importantes”. Cristina destacó que “también se mencionó la cuestión Malvinas y el apoyo de China al histórico reclamo argentino”.
La jefa de Estado sostuvo que la reunión con Xi Jinping “no fue una bilateral de las comunes, sino una verdadera reunión de trabajo en la que firmamos importantes convenios que son una extensión del trabajo iniciado con (el ex presidente) Wen Jiabao para establecer mecanismos de unificación del diálogo y hacerlo más activo”. El encuentro se prolongó por espacio de media hora en el Corinthia Hotel. “El tema Malvinas estuvo presente y agradecimos su cooperación, así como ellos agradecieron nuestra posición hacia la unidad de la República Popular China”, expresó CFK a la salida del encuentro.
Recordó además que recientemente se firmaron “importantes contratos” con empresas chinas para la construcción de las represas Néstor Kirchner y Jorge Cepernic. La obra será llevada adelante por un consorcio argentino-chino, compuesto por las firmas Electroingeniería, Gezhouba e Hidrocuyo, y que contará con financiación proveniente del país asiático. En materia ferroviaria, Cristina Kirchner también se refirió a los convenios que se firmaron para la mejora y reactivación de las líneas San Martín, Mitre y Belgrano Cargas. En el caso del San Martín, la inversión será de 1500 millones de dólares y en el Mitre, de 2600 millones de dólares.
Previo a la firma de los acuerdos, CFK y Xi Jinping mantuvieron un encuentro en el que participaron los integrantes de ambas delegaciones y donde la jefa de Estado felicitó a su par chino por su designación y le dio la bienvenida al G-20. En ese contexto, Fernández de Kirchner le expresó a Xi Jinping la importancia que tiene para la Argentina la relación con China, dado que es “el segundo socio comercial del país después de Brasil”. “Es sumamente importante para nosotros el trabajo y los lazos con China, a quien además de un socio importante consideramos un país amigo”, agregó. Por su parte, el presidente chino le expresó a la mandataria argentina que en su primera cumbre del G-20 esperaba alcanzar importantes lazos de trabajo y personales, tras calificarla como una “destacada política”.
“Con usted, la Argentina logró un crecimiento económico con desarrollo social sostenible y también se destacó la influencia argentina en el mundo a partir de su gestión”, le manifestó a Cristina Kirchner el presidente chino. Entre los convenios firmados se destacan un Memorándum de Entendimiento para el Establecimiento de la Comisión Binacional Permanente entre ambos gobiernos y un Plan de Acción Conjunta para el período 2013-2017. Este plan se inscribe en la decisión que adoptaron el año pasado CFK y el ex premier Wen Jiabao con el fin de iniciar la elaboración de un plan de acción quinquenal, con el objetivo de planificar y orientar la cooperación de una manera integral y con visión de largo plazo.
Ambos mandatarios firmaron otro Memorándum de Entendimiento para el Establecimiento de un Mecanismo de Diálogo Estratégico para la Cooperación y la coordinación económica entre los dos países. Por la Argentina participaron del encuentro el canciller Héctor Timerman; la embajadora en Estados Unidos, Cecilia Nahón, designada sherpa (guía) en la cumbre; la secretaria de Comercio Exterior, Beatriz Paglieri, y el secretario de Medios, Alfredo Scoccimarro, entre otros funcionarios.
Compartir: Twitter
Brasil: entrevista a Lula MIÉRCOLES 21 DE AGOSTO DE 2013 11:45 AddThis Social Bookmark Button Reportaje al expresidente brasileño publicada en la revista Brasileiros.
Traducción de Santiago Gómez
Cuando ocupaba el Palacio de Planalto, Luiz Inácio Lula da Silva dio un giro en la política exterior de Brasil. En vez de privilegiar solamente las relaciones con los Estados Unidos y la Unión Europea, el entonces presidente giro su atención para América del Sur y África. Entre el 2002 y el 2010, hizo 33 viajes oficiales a países africanos, además de crear 19 nuevas embajadas, para la desesperación de los diplomáticos convencionales, aviesos a la cotidianidad del continente. Doce años después, el intercambio comercial entre Brasil y África creció un 426%. El indicador, en tanto, es poco en relación a la expectativa que líderes políticos y comunitarios demostraron durante la conferencia realizada en la sede de la Unión Africana. “Hasta me asusta ver la responsabilidad que ellos colocan sobre Brasil”, dice Lula a Brasileiros, en Adis Abeba, Etiopía. “Pero prefiero que ellos tengan expectativas en Brasil a que crean que los chinos les van a resolver los problemas”.
Brasileiros – ¿Cuál es el objetivo de este encuentro?
Lula – Debatir la cuestión de la seguridad aliementaria en la sede de la Unión Africana es intentar despertar en las personas la certeza de que cada país debe hacer aquello que es su obligación, o sea, incluir a los pobres en el centro de las decisiones de gobierno. Poner al pobre dentro del presupuesto de la Unión es el primer paso para entenderlo como solución y no como problema. El pobre es un problema mientras está en la miseria. Cuando él vira a productor, consumidor, él se transforma en solución para el propio país. La idea que intento decir: si en Brasil fue posible hacer una política inclusiva, que llevó a tanta gente a conquistar la ciudadanía, a mejorar su vida, por qué no se puede hacer en otros países. Y no hay políticas paliativas. O se coloca en el presupuesto de la Unión la distribución de la transferencia de renta para los pobres o ella no va a suceder.
Brasileiros – Desde que puso su mirada en África ¿Encontró algún cambio?
Lula – Estas cosas no suceden con facilidad. Primero, es importante saber por qué volví a África. En enero del 2003, cuando fui a Davos (para el Fórum Económico Mundial, que reúne a los líderes de la economía global en la estación de ski suiza), decidí que era preciso cambiar un poco la geografía política hasta entonces establecida. Brasil y los países de América del Sur estaban sólo en dirección a los Estados Unidos y la Unión Europea. Los países africanos también estaban en mirando para Europa y Estados Unidos. Y comenzaron a mirar para China. Brasil, que es el mayor país de América del Sur, que tiene una frontera gigantesca con África, separada por el Océano Atlántico, no tenía contacto con el continente africano.
Brasileiros – ¿Eso significó cambiar la política externa?
Lula – Yo decía que precisábamos continuar con los acuerdos con los Estados Unidos y la Unión Europea, que son muy importantes, pero también buscar acercarnos entre nosotros. Cómo era posible que Brasil, teniendo 17 mil km de frontera seca con América del Sur nunca haya hecho un puente entre Brasil y Bolivia o entre Brasil y Perú. El comercio en la región se estaba evaporando. No había casi interacción entre América del Sur. Era sólo desconfianza. África, pasábamos por encima y no mirábamos. Parecía que el continente africano no existía. Entonces, cree otra correlación de fuerzas políticas. Y trabajé inténsamente en la necesidad de construir una fuerte alianza con América del Sur y con África.
Brasileiros – ¿Cuál es el resultado?
Lula – Le voy a dar un ejemplo. Pasamos de una balanza comercial de cerca de 5mil millones de dólares con África a una de 26,5 mil millones en 2012. Es un avance significativo. Hoy, decenas de empresarios brasileros viajan a África. La UNILAB (Universidad de la Integración Internacional de Lusofonía Afro-Brasilera) [La lusofonía es el conjunto de países que tienen como lengua oficial el portugués] ya está en funcionamiente en la ciudad de Redención, en Ceará. Es para formar jóvenes africanos, prepararlos para la agricultura, la medicina, la ingeniería.
Brasileiros – Redención abolió la esclavitud antes que el resto de Brasil.
Lula – Fue la primera ciudad brasilera que liberó a los esclavos. Por eso la universidad fue creada allá. La Embrapa (Empresa Brasilera de Investigación Agropecuaria) está en Acra, en Gana, levantando las posibilidades de la sabana africana. Ella tiene la misma capacidad productiva que el cerrado brasilero [el Cerrado es una región de sabana de Brasil]. Cincuenta años atrás, el cerrado era visto en Brasil como tierra inservible. Entonces, creo que nosotros descubrimos África. En los tiempos del movimiento sindical, yo sólo tenía relación con la COSATO (la mayor central sindical de África del Sur). Hoy cambiamos esta realidad.
Brasileiros – ¿Cómo quedó?
Lula – Hay una enorme cantidad de encuentros empresariales. El otro día fuimos a Nigeria y descubrimos sindicatos queriendo actuar junto a la CUT. Ustedes mismos percibieron el interés que ellos tienen en Brasil. Hasta me asusta ver la responsabilidad que ellos colocan sobre Brasil. Pero prefiero que tengan expectativas en Brasil a que crean que los chinos les van a resolver los problemas. Creo que Brasil tiene que actuar distinto con África. No tiene que actuar como si fuese un nuevo colonizador, llegar a África detrás de las materias primas, del trabajo barato. No.
Brasileiros – ¿Y qué tiene qué hacer?
Lula – Brasil tiene que mirar a África pensando en transferencia de tecnología, de la social y la industrial. Las empresas brasileras tienen que venir aquí para construir alianzas, para ayudarlos a crecer también. O sea, el país puede tener un nuevo tipo de relación con África. Ni ser colonizador, como Francia e Inglaterra, ni predador como China
Brasileiros – El predio donde se realizó la conferencia es impresionante. Costó U$S200 millones y fue un regalo de China a la Unión Africana. ¿Qué va a hacer Brasil para competir con eso?
Lula – Nosotros no vamos a competir a ese nivel. China ha hecho eso en varios países. Donar centro de convenciones, aeropuertos, congresos, sede de gobierno. Brasil no tiene que entrar en esa. Ese no es nuestro modo de hacer política. Nosotros no tenemos dinero para dar, nosotros tenemos dinero para financiar. Ahora, Brasil, como la sexta mayor economía del mundo, puede tener una política de cooperación un poco mayor, sobretodo en el área científica y tecnológica.
Brasileiros – Ellos ni hablan de transferencia de tecnología, hablan de apoyo tecnológico.
Lula – Yo era Presidente cuando creamos Embrapa, un centro tecnológico para recibir a los compañeros de África y formarlos. Mi sueño es formar técnicos agrícolas en África, para que ellos aprendan a producir. Ese es mi sueño. Y Brasil puede hacer mucho. Estoy muy feliz de que hoy la expectativa de los africanos en relación a Brasil sea extraordinaria. Los empresarios brasileros ya están convenciéndose de eso. Y también estoy muy feliz de que acaba de inaugurarse un vuelo de Etiopía para Brasil. Después, después, va a haber un vuelo de Brasil para Lagos, en Nigeria. De a poco, Brasil va descubriendo que África no es un continente solo de pobreza. La economía africana está creciendo al 5% hace más de diez años, la democracia se está consolidando, más de 300 millones de personas ya tienen poder de consumo de clase media.
Brasileiros – ¿Es una vía de dos manos?
Lula – Lógico. Aquí hay posibilidades de crecer de forma extraordinaria. Además, el mundo rico debería dejar la ignorancia de lado y percibir algo simple. En la medida en que el mercado en el mundo rico se está achicando, ellos podrían ayudar a fortalecer el mercado africano para tener a quién vender sus productos. O sea, hacer inversiones en África, producir cosas en África. Cada consumidor africano que surja va a ser un potencial comprador de productos. En fin, estoy muy optimista con África.
NORBERTO GALASSO Y LAS PASO SEGUNDA PARTE.
Caracterización del actual proceso político
Vivimos hoy pues un proceso de transformación que tiene detrás una Década Ganada o para ser más precisos, un proceso de liberación nacional que por supuesto, como en todo proceso de este tipo, mantiene aún algunos problemas sin resolver. Pero este proceso no lo encabeza una burguesía nacional dispuesta a enfrentar a los intereses imperialistas para desarrollar un capitalismo autónomo. Carece de esa estrategia porque carece de conciencia nacional, porque es débil, porque ni siquiera puede rotularse como burguesía nacional (ya que el aparato productivo está altamente extranjerizado). De manera tal que un proceso de liberación nacional en estas condiciones sólo puede profundizarse en un camino de cambios drásticos, a través de una profundización, en un camino semejante al que ha tomado Venezuela, por ejemplo donde, cuando Techint no quiso someterse a la planificación del gobierno, fue expropiada.
Todo lo hecho hasta aquí ya ha advertido al enemigo que vamos por más y que ese es el único camino, Avanzar en las elecciones de octubre implicará un primer paso. El segundo estará dado por robustecer todas las líneas del Frente para la Victoria y preparar las fuerzas para ganar el 2015. Para ello es imprescindible que la clase trabajadora vuelva a constituir, por ahora, la columna vertebral, sin desmerecer por eso los aportes que pueda cumplir la juventud, reorganizar el P. J. o el Frente o como se llame, en la estructura partidaria, donde la opinión de los militantes incida, donde el compañero de base sepa que va a tener su posibilidad de promover a un candidato y no a otro, que “las mesas chicas” ya no arman las listas con gruesos errores y que si hubo errores, no hay que repetirlos. Sólo una fuerte participación popular, en los sindicatos, en las unidades básicas, en los ateneos culturales, etc. puede asegurar la permanente revalidación de los liderazgos para avanzar en las transformaciones que urgen.
La oposición –desde los traidores que integraron un día nuestras filas hasta los declinantes que un día levantaron nuestras banderas- se jugará el todo por el todo. Ellos saben lo que quieren aunque no pueden expresarlo públicamente como no podía expresarlo Menem en el 89, según propia confesión. Pero saben que quieren las AFJP, el libre juego de divisas, la libertad de empresa (y no de prensa verdadera), en fin, “el ajuste”. Nosotros estamos en condiciones de expresar que vamos a dar apoyo total a las empresas recuperadas, a las cooperativas, que vamos a producir medicamentos en empresas estatales, que vamos a recuperar la red ferroviaria, no en vanas promesas demagógicas, y además explicar incluso cuando no se puede hacer determinada transformación cuáles son los inconvenientes que exigen dejarla para más adelante.
De la Presidenta hacia el pueblo y del pueblo hacia la presidenta, pero no sólo en los actos sino en el día a día, a través de la forja de los cuadros medios necesarios en las distintas áreas y mecanismos de comunicación, exigir por ejemplo que las comunas funcionen aunque para ello entremos en conflicto con el macrismo que las obstaculiza, aplicar la ley de medios para que todos se expresen, controlar los costos en origen. Sabemos que solo con la democracia, como decía Alfonsín, no basta, que no se come, ni se educa, ni se cura, que sólo un auténtico protagonismo popular hará posibles cambios profundos y duraderos, y el surgimiento de militantes y cuadros que aseguren que las conquistas logradas no se perderán.
Que no se ilusionen los Magneto, los Mitre, los Biolcati, los Etchevere y otros por el estilo. Que saluden amablemente y se retiren del escenario, ya no tienen nada que hacer en el mundo nuevo, en esta América Latina, que a pesar de todos los obstáculos, va consolidando su liberación y su unificación concretando transformaciones profundas y Argentina debe estar a la altura que corresponde vigorizando esos cambios..
Para ello también es preciso un conocimiento profundo de la realidad en que actuamos. Que el militante común, cuando confronta dentro de su familia y le piden paz y consenso, sepa que en ningún lado donde hay ricos y pobres hay fraternidad ni siquiera buenas maneras. Que la paz y la tranquilidad son propias de los cementerios. Que antes es necesario que impere la justicia y entonces no habrá confrontación. Que cada ateneo o unidad básica se convierta en un hervidero de discusión, de descolonización ideológica, de “avivar giles siendo nosotros solo giles avivados”-como decía Jauretche- que transmitimos la verdad en la economía, la historia, la cultura, la unión latinoamericana y que salgan de allí las nuevas propuestas, nuevas refutaciones a los mitos de la clase dominante. La fuerza de la juventud debe estar puesta en el territorio, en la ayuda al barrio, pero no hay mejor ayuda que difundir las ideas de Jauretche, de Scalabrini Ortiz, de Cooke, de Hernández Arregui y por supuesto, de Perón.
Lograr colocar al lado de los trabajadores a las clases medias a través de la descolonización es una de las tareas principales para destrozar el mensaje de los Lanata, Nelson Castro, Bonelli y tantos otros periodistas al servicio del gran capital. Ese mensaje intenta legitimar la vuelta a los 90 y es preciso quebrarlo con argumentos poderosos, que nos sobran, en todos los frentes donde presenten batalla ideológica
Con esos mensajes crean agenda e imponen los temas que resultan más sensibles a los sectores medios. Lo hicieron desde allá lejos con la historia mitrista, la economía liberal, la cultura enciclopedista, etc. Lo siguen haciendo ahora adjudicado al gobierno la inseguridad, la inflación, la corrupción y la intolerancia con la consiguiente confrontación. Estos fueron la base de un gorilismo que ha resurgido en los últimos años.
No podemos, sin embargo, dejar de mencionar algunos errores del movimiento nacional, como lanzar, con poco tiempo, un candidato casi desconocido así como, en la preparación de las listas “a mesa chica” ignorar algunas figuras importantes por motivos secundarios.
El actual proceso político
Las grandes corporaciones económicas, Sociedad Rural, Clarín, etc. se dieron a la tarea de buscar un Capriles, es decir, alguien que escondiese su verdadera condición liberal tras una aparente reconocimiento a algunos hechos del gobierno, como si se tratase de un peronista prolijo, honesto, que aceptaba lo bueno realizado pero corregiría la confrontación, (inevitable en un régimen social desigual). Allí apostaron con mucho dinero y sacaron de la galera a un tipo joven -lindo según dijo la señora de Duhalde- que vive en uno de los countries mas caros del país y cuya intendencia está rodeada por los municipios donde vive la gente más rica del país. La circunstancia de haber participado del gobierno como jefe de gabinete facilitó la confusión y aparece hoy como un posible presidenciable, mientras que el movimiento nacional ofrece debilidad en este terreno pues no se han forjado los cuadros necesarios.
También es cierto que los vaticinios demasiado optimistas provienen del microclima que existe en los sectores de nueva clase media, progresistas, que han celebrado fervorosamente el matrimonio igualitario, la identidad de género, el castigo a los represores, avances que valoran en alto grado esos lectores de Página 12 pero que en cambio resultan evaluadas con menor interés por los trabajadores.
A su vez los sectores de clase media con pensamiento más ligado al viejo país se molestan según su criterio, porque es una mujer la que ejerce la presidencia, porque no se cumple con formalidades como reuniones de gabinete, porque se cuestiona a un periódico que por rutina compran hace muchos años.
Desafíos futuros
Pero al igual que en el 2009, cuando fue derrotado por Narváez, el gobierno ha reaccionado políticamente. Por un lado, ha elevado el mínimo no imponible liberando a los trabajadores que ganan hasta 15.000 de la obligación de pagar ganancias -reclamo que había sido bandera de Moyano, antes de su derrumbe político, y de otros sectores de la oposición a la cual el gobierno no había accedido porque provocaría déficit fiscal. Al mismo tiempo ha creado un sistema de diálogo con sectores económico-sociales, mejorando así su relación con la CGT de Caló, que hasta ese momento no había tenido mayor reconocimiento por su oposición a los planteos del moyanismo y también con sectores de la industria. Al mismo tiempo, intenta robustecer la figura de Insaurralde para lograr que la elección arroje resultados mejores que los de las PASO. Esto no es fácil porque los votantes de Narváez probablemente se vuelquen a Massa e incluso algunos reaccionarios de otros partidos, pero expresa que el gobierno se defiende y avanza. La tenida en la Justicia con respecto a la ley de medios también parece haberle salido bien en el debate, aunque no se sabe si la justicia fallará o lo dejara para más adelante pero sería vergonzoso para los magistrados declarar la inconstitucionalidad de la ley después de los debates contundentes que probaron la constitucionalidad.
Quienes entendemos que el gobierno debe profundizar el modelo retomando las banderas del 45 con la perspectiva de avanzar hacia el socialismo del siglo XXI que planteó Chávez, (control de precios y otras medidas), consideramos que ese es el camino que se consolidará haciendo posible transformaciones más profundas con la mira puesta en una América Latina libre, unida e igualitaria.
NORBERTO GALASSO Y LAS PASO PRIMERA PARTE.
Norberto Galasso
JUEVES 05 DE SEPTIEMBRE DE 2013 16:16
Para efectuar un balance necesitamos establecer cuál es el objeto de análisis y desde donde se efectúa. Por ello es necesario partir de la condición semicolonial de la Argentina y su carácter de país que proviene de la disgregación de la Patria Grande Latinoamericana.
http://segundocentenario.org.ar/blog/wp-content/uploads/2012/07/galasso.jpg
La condición semicolonial de un país, como en este caso, resulta de presentar símbolos de soberanía, pero no serlo realmente por motivos diversos: extranjerización del aparato productivo, deuda externa, colonización mental de gran parte de sus habitantes, saqueo de sus riquezas, entre otros. Esta sumisión genera la reacción a través de movimientos nacionales que procuran quebrarla.
Estos movimientos nacionales, constituidos por las víctimas del vasallaje, enfrentan a una oligarquía nativa, muy poderosa, asociada a intereses antinacionales. Por ese motivo, resulta crucial, en toda elección, conocer qué partidos o grupos expresan a los intereses de dominación externa y cuál y cómo se compone el movimiento nacional que lo enfrenta.
En nuestra historia, los caudillos federales del interior y el P.A.N. en cierto momento fueron en el siglo XIX la expresión de esa reacción nacional. En el siglo XX, el radicalismo irigoyenista expresó la reacción de los sectores desheredados del interior del país y de las clases medias del litoral, con una concepción nacionalista agropecuaria que, siendo hija del modelo agroexportador montado por Gran Bretaña, no llegaba a constituir un auténtico antiimperialismo. Luego, el Peronismo nacido en 1945 vació al radicalismo ya en declinación y se presentó como un movimiento nacional sustentado por los trabajadores, los sectores más populares de la clase media y cierto apoyo débil e inestable de sectores empresariales nacionales, en alianza con sectores nacionales del Ejército.
A partir de allí, el peronismo, como movimiento policlasista, ha ofrecido diversas versiones, según los sectores del movimiento que han logrado hegemonizarlo: el peronismo de la resistencia, después del 55, sustentado mayoritariamente en los trabajadores; el peronismo de los setenta que reclama la vuelta de Perón, que resulta de una alianza inestable y muy contradictoria entre camadas juveniles de clase media popular, con ímpetus revolucionarios y los sindicatos que resistían o conciliaban, en algunos casos, para subsistir a la proscripción; el peronismo posterior al fallecimiento de Perón, cuando se agudizadaron esas disidencias, el cual mostró un rostro liberal en economía con una derecha lopezrreguista que enfrentó a la juventud y a ciertos sectores de una dudosa burguesía nacional, hasta su caída en 1976; el peronismo reaparecido posteriormente mostró una identidad confusa -que lo llevó a la derrota electoral del 83- y peor aún, más tarde (entre 1989 y 2003) copado por el sector empresarial que se ha asociado al capital extranjero, quedando reducido, en los sectores populares, a solo un sentimiento afectivo que permitía suponer su desaparición como protagonista político.
Sin embargo, en el 2003, desde el peronismo aparece una nueva expresión del movimiento nacional que podría discutirse si es un nuevo movimiento -el kirchnerismo, con entidad propia- o una nueva versión del peronismo. En este caso, que es el que nos interesa, reinicia un proceso de liberación nacional con una base social integrada por trabajadores y movimientos sociales de desocupados aliados a sectores de clase media de posiciones progresistas (en especial, democráticos, defensa de los Derechos Humanos, etc.) así como a restos del viejo peronismo histórico.
Este peronismo kirchnerista asume una política nacional en cuestiones claves como independencia del FMI, disminución de la deuda externa, baja de la pobreza y de la desocupación, reactivación del mercado interno, recupero de conquistas laborales, avances previsionales, recuperación de algunas empresas que habían sido privatizadas, y una política latinoamericanista (rechazo al ALCA, Unasur , etc.)
Sin embargo, en su segundo período de gobierno, se evidencia, con el gobierno de Cristina, una cada vez mayor tendencia a suponer que su base de sustentación se encuentra especialmente en el movimiento juvenil y que no puede ya decirse, como lo fue antes, que la clase trabajadora es la columna vertebral del movimiento. En este sentido, las listas del Frente para la Victoria para las PASO se caracterizan –no por el 25% o el 33% que Perón otorgaba a los sindicatos, sino por una escasísima presencia, casi nula, de representantes de los trabajadores. Asimismo, el sector más movilizado es el de la juventud de la clase media popular.
Hemos ido a las PASO con el movimiento obrero dividido en cinco organizaciones obreras, con sindicalistas en las listas de Partidos de derecha como el Renovador (Massa) y la agrupación de Narváez. Asimismo, hemos llegado a las PASO con una campaña virulenta por parte de la oposición, especialmente de carácter mediático, aprovechando que en este tipo de elecciones de medio término –como ya se vió en el 2009- el electorado tiende a dispersarse, manifestándose en función de matices ideológicos, o de personajes mediáticos y no se polariza como en las elecciones presidenciales. (En 2011, Cristina obtuvo el 54%).
En estas condiciones, consideramos que el Frente para la Victoria debió rondar, en las PASO, por lo menos el 30% que es el núcleo duro de su apoyatura. No fue así, sin embargo, alcanzando sólo el 26%. Podemos argüir que el candidato del Frente se lanzó tardíamente y que alguna parte del electorado creyó votar peronismo al apoyar a Massa quien había sido jefe de gabinete del gobierno de Cristina, pero igualmente no podemos contentarnos con la derrota en municipios tradicionalmente peronistas del Gran Buenos Aires, especialmente porque la misma Cristina y el gobernador Scioli apuntalaron con fuerza al candidato oficialista en los últimos tramos de la campaña.
La oposición, a través de su fuerza mediática, logró hacer girar la campaña principalmente sobre cuestiones que son sumamente sensibles al electorado: la inseguridad, la inflación y la corrupción, responsabilizando de ellas al gobierno. Argumentos sobran para contrarrestar esas imputaciones pero o no fueron suficientemente esgrimidos o lo fueron con poca contundencia: una sociedad que hasta hace muy poco tiempo mantenía altísimos niveles de desocupación y de trabajo en negro, así como altos niveles de pobreza, no puede evitar cierto grado de inseguridad por más que hayan bajado ostensiblemente los índices en estas cuestiones. Por otro lado, la violencia y la inseguridad, ligados a la marginalidad, se dan en casi todos los países.
La inflación, por su parte, proviene no de la emisión monetaria sino de la estructura económica creada por los gobiernos anteriores y caracterizada por un alto grado de monopolización u oligopolización en el sector empresario Son las grandes y aún las medianas empresas las que al encontrarse con una creciente demanda de sus productos -debido a la reactivación del mercado interno- prefrieren, en vez de aumentar la producción, vender lo mismo en cantidad pero a precios más altos. La responsabilidad es de los formadores de precios y sólo es posible remediarlo indagando en sus costos, medida para la cual se necesita audacia y una correlación de fuerzas entre el gobierno y los capitalistas que lo haga posible. La corrupción, a su vez, integra la naturaleza del capitalismo y aparece en todos los países. Si alguien pone su voto contra el gobierno por algún hecho de corrupción se equivoca. Debe ir contra el capital concentrado y proponer entonces el reemplazo del capitalismo por otro sistema donde prepondere la solidaridad y no el “soy porque tengo” propio del sistema en que vivimos. Son diversos los factores, pues, que han provocado la notoria disminución del caudal electoral del gobierno, aunque ello, por supuesto, no exime a éste de autocríticas.
Y aquí viene la segunda parte: ¿desde dónde analizamos los hechos ocurridos? Componentes consecuentes del campo nacional, nuestro objetivo no es la constitución de un posible y dudoso capitalismo nacional, sino como se planteó siempre desde la Izquierda nacional como objetivo estratégico, como también lo voceó la Jotapé del 70, como asimismo lo sostuvo el propio Perón en 1968 cuando dijo que el capitalismo estaba perimido y la cuestión era ir en camino de un socialismo dogmático (como el ruso) o en cambio, de un socialismo nacional y latinoamericano, como también la izquierda peronista (Cooke y Hernández Arregui, por ejemplo). La Liberación Nacional por la que luchamos va en camino del Socialismo Nacional, resolviendo así, no sólo la cuestión nacional sino también la cuestión social.
Desde esta perspectiva, juzgamos que así como la clase trabajadora fue la columna vertebral del peronismo histórico lo debe seguir siendo para, en la lucha misma, como objetivo estratégico, alcanzar las condiciones para convertirse en la cabeza política del frente nacional que integren todos los demás sectores sociales víctimas de la opresión nacional y de la explotación social. De ahí que aún colocando todas nuestras fuerzas para que el Frente para la Victoria prosiga adelante y profundice su modelo sin dar ni la más pequeña posibilidad para esa oposición que quiere atrasar de nuevo el reloj de la historia, consideremos, con vistas al futuro, que la actual débil presencia de los trabajadores resulta muy preocupante, especialmente cuando en barriadas tradicionalmente del peronismo histórico se ha reducido el caudal electoral del Frente para la Victoria, que no debió bajar de manera alguna, del 30 ó 32 % y sólo llegó al 26% en el total general. Es preciso, pues, redoblar los esfuerzos militantes, profundizar la autocrítica y reconstruir el Frente para mejorar notablemente los resultados en octubre y estar entonces, en condiciones de legítima gobernabilidad en los dos años siguientes, para continuar profundizando las transformaciones a partir del 2015.
Intereses expresados por la oposición
Esto lo sabe el enemigo. Lo supo la Mesa de Enlace Agropecuaria cuando logró arrastrar detrás suyo a la Federación Agraria quebrando su vieja tradición y colocar a su servicio a amplios sectores de clase media inclusive algunos enarbolando insólitamente banderas rojas cuando fue la disputa por la Repsol. 125. Grondona y Biolcati fueron claros en aquel diálogo inolvidable creyendo que a poco tiempo del 2009 llevarían al poder a un traidor, pero el kirchnerismo reaccionó y golpeó con sucesivas medidas que desbarataron la maniobra y los derrotó ampliamente en el 2011 (con nueve puntos más que en el 2007) dejando al segundo candidato a una distancia enorme de casi 40 puntos). Todos sabemos que se avanzó en lo económico, en los derechos sociales, en los pasos hacia la unidad latinoamericana y se luchó por la desmonopolización de los medios de comunicación, etc. “El modelo” empezó a resultar demasiado molesto para una parte de la sociedad que veía con pavor estos avances mientras el neoliberalismo conducía a Europa y a Estados Unidos a una fuerte crisis. De allí que el frente antikirchnerista se jugara entero por incrementar su fuerza y disputar el poder, antes de que fuese demasiado tarde.
La Sociedad Rural estrechó filas junto a las grandes corporaciones multinacionales y mediáticas y con los sectores más conservadores de la Justicia. Además, sus más conocidos políticos se convirtieron en asiduos visitantes de la embajada de Estados Unidos. Desde el frente reaccionario brotó una campaña virulenta imputando al gobierno todos los males. Ese frente económico social encontró –como lo dijo la Presidente- sus representantes en una dirigencia política de izquierda a derecha que solo supo oponerse a cuanto proyecto manifestase el gobierno. Es el neoliberalismo que quiere volver. Disfrazado de Capriles, el señor Massa ya habla de rescatar el sistema jubilatorio privado y de recurrir al mercado de capitales mundial. Nos cabe la responsabilidad de no dar un paso atrás y eso solo se logra dando pasos hacia adelante, porque quedarse en lo que estamos ya no basta. Quien recuperó algunas conquistas, como el caso de los trabajadores que pasaron del 24% de desocupación al 7,5% ahora exigen aún más y reclaman el trabajo en blanco para los compañeros que trabajan en negro sin protección social alguna.
En este sentido, las dos primeras medidas adoptadas por la Presidente expresan esa reacción: elevar el mínimo no imponible para Ganancias y para Asignaciones familiares –que si se hubiese hecho con anterioridad hubiera evitado problemas con el sindicalismo- y entablar el diálogo con “los titulares” como ella dice y no con los suplentes, especialmente porque estos suplentes son saltibanquis y cambian de camiseta de un día para otro, no siendo rescatables ni política ni éticamente. (Ha corrido mucho dinero comprando punteros y concejales para convencer al votante a cambio de promesas ilusorias: por ejemplo, otorgar el 82% móvil de las jubilaciones mientras por debajo de la mesa concertaban con los Bancos la vuelta de las AFJP).
Los blogueros se subieron al caballo por izquierda y pretenden bajarse por derecha
Demián Selci polemiza con los blogueros Lucas Carrasco, Martín Rodríguez, Ezequiel Meler y Luciano Chiconi.
Por Demián Selci
Revista Planta I Los blogueros se subieron al caballo de la historia por izquierda –y pretenden bajarse por derecha. Surgieron hacia 2006 y explotaron en 2008, durante la crisis de la 125. Entonces era interesante leerlos. No por el desacartonamiento en la escritura, ni (como se creyó) por la novedad de la plataforma empleada (el 2.0). Era algo más pedestre: en el medio de un intento de destitución, cuando parecía que nuevamente se imponía la Argentina hipócrita, rebosante de moralina y con Santo Biasatti entristeciendo espeluznantemente a toda la población –en el medio de todo esto, los blogueros defendían al gobierno. Cumplían función básica de la política: para el joven protokirchnerista, que descubría como un fogonazo la contradicción insalvable entre Sociedad Rural y el peronismo, y comprendía que, contra todo pronóstico, Argentina podía ser un país interesante para aquellos que tuvieran 25 años, estas páginas representaban en sí mismas un espacio de contención. Hablaban de cosas que nadie hablaba: Kirchner y la vuelta de la política, los misterios del conurbano, los grises de la administración pública, las manipulaciones de Magnetto, el poder de la Sociedad Rural... Eran novedosos, hasta contraculturales, por la independencia de su agenda y la espontaneidad de su aparición. Leer Artepolítica, o a Martín Rodríguez, a Lucas Carrasco, a Ezequiel Meler, etc., resultaba entretenido, pedagógico y hasta esperanzador; esto quiere decir que sus textos permitían imaginar un ciudadano argentino sumamente diferente al que dejaban traslucir las entumecidas, mortuorias columnas de Morales Solá. Para un joven de clase media con un mínimo de sensibilidad, lo peor es la experiencia de su condición pequeñoburguesa; en el medio del revuelo político del 2008, estas páginas volvían inteligible el fenómeno mismo de la politización, y permitían imaginar otra vida, otra juventud.
Esta otra juventud llegó pronto, demasiado pronto, y trajo un nuevo problema. La contradicción político-social entre el kirchnerismo y el conservadurismo se trasladó a la conciencia individual, dando lugar a la cuestión de hasta dónde iba a llegar cada uno en la “toma de partido” por el kirchnerismo. Como es normal, algunos se encuadraron, y otros quedaron sueltos. Unos se fueron haciendo más y más kirchneristas; otros, menos y menos. En términos extremos, unos optaron por la militancia orgánica, otros por el análisis político. La militancia orgánica era la praxis: implicaba aceptar la lógica de la organización, los roles, es decir, hacer política de modo directo, coordinado, colectivo –operar directamente sobre la realidad, siguiendo voluntariamente las directivas de la conducción. El análisis político, en cambio, suponía la persistencia en la teoría: después de haber interpretado que el kirchnerismo era algo distinto de la Sociedad Rural… seguir interpretando; la lectura de la realidad política no se ponía al servicio de la militancia, sino de una carrera en el periodismo político.
Quedaban así delineadas dos figuras: el militante y el analista. Encarnaban respectivamente, y extrapolando un poco, la praxis y la teoría. Con la salvedad de que la praxis no seguía a la teoría, sino a la conducción nacional. Los militantes no actuaban de acuerdo al análisis político de los blogs, sino al de Cristina Kirchner. Ahí empezó la alienación: según todos los comentaristas, la militancia era lo que le faltaba al kirchnerismo –pero cuando la tuvo, era lo que le sobraba. Al principio, el problema era que Kirchner no enamoraba; después, que enceguecía hasta el embrutecimiento. Para el analista, el militante resultaba exageradamente idealista, ya no tenía, para analizar la realidad, ojos distintos a los de la conducción. Contra este fervor dicotómico el analista insistía en el “sentido común” de la reflexión política argentina, que consistía en señalar continuamente la presión de la realidad por sobre las ansias de refundación o transformación: para ser claros, persistía en el hecho de que el peronismo “cambia de color según la ocasión”, y que el momento kirchnerista no era más que eso, un momento (hoy kirchnerista, ayer menemista, mañana sciolista, massista, etc). Pensar lo contrario significaba, por supuesto, caer en la ingenuidad o en el quijotismo. El peronismo es una máquina de conservar poder, tal sería el refrán básico de los analistas, enunciado madre de la realpolitik que le contraponen a la práctica concreta de los militantes kirchneristas. Sin embargo, se producía así una curiosa inversión dialéctica: la realpolitik quedaba del lado de los analistas y teóricos (quienes en principio no hacían política en ningún lugar concreto), y el “idealismo” del lado de los militantes, que estaban sumergidos en el fragor diario de la lucha política… Notemos el refinamiento hegeliano de esta paradoja; lo “lógico” sería que los analistas pidan cosas imposibles y los militantes le respondan remitiéndose a la cruda realidad, pero ocurre precisamente lo contrario: los militantes están convencidos en la necesidad y posibilidad de una transformación radical del país, mientras los analistas los reprenden escépticamente por incurrir en un voluntarismo que no magnifica la verdadera situación política argentina. Esta situación, como es obvio, presupone el lugar común del carácter a-ideológico y camaleónico del peronismo.
El peronismo como pura voluntad de poder que “huele sangre”, que “acompaña sólo hasta la puerta del cementerio”, etc., es un lugar común del análisis político. Hay obvios ejemplos en contrario (la resistencia, los desaparecidos), pero esto al parecer no importa. Lo dice Morales Solá, lo dice Sarlo y lo dice Martín Rodríguez. Conviene detenerse un poco sobre este último nombre. En efecto, Martín Rodríguez encarna el prototipo del bloguero que pasa del kirchnerismo originario a la realpolitik analítica precisamente por negarse a entrar en un esquema de militancia orgánica. Es una referencia central en el universo de los nuevos analistas políticos, y esto porque tiene algo que los demás no: una obra. En efecto, a diferencia de todos los otros nombres conocidos de los blogs, Rodríguez escribió libros. Poemas, particularmente, que fueron efectivamente leídos por jóvenes poetas argentinos y valorados como tales. Es más parecido a un intelectual clásico tal como lo podía describir Sartre: una persona que desarrolló una obra y luego opina sobre los asuntos públicos; en ese sentido, la obra funciona como un soporte permanente de legalidad para las opiniones variables de la coyuntura. Sarlo no se habilita de otra forma; pero sí Lucas Carrasco o Luciano Chiconi, quienes no tienen otro respaldo que sus propios blogs. Rodríguez es la menos evanescente de estas figuras y de algún modo marca la línea del resto. Primero, lo ya dicho, porque posee una obra; segundo y derivado, porque escribe mejor, rasgo para nada insignificante (la actual importancia de Carlos Pagni se basa en la distinción literaria de sus columnas, no en la certeza o novedad de sus reflexiones). En una palabra, Rodríguez tiene más espesor cultural. Es fácil minusvalorar la importancia del respaldo en una obra –fácil hasta que nos ponemos a examinar el funcionamiento concreto de la vida cultural.
Y bien: Rodríguez es también el caso modelo del adecentamiento del bloguero, y marcó el paso del adecentamiento general por la vía de la reapolitik (por ejemplo, insistiendo en sus críticas contra la militancia kirchnerista, entendida en bloque como un fatigante e impráctico “comisariado semiótico”, y divulgando como contrapartida la idea de un “país normal”, desideologizado, tranquilizado y sin novedades –conducido, claro está, por un peronismo socialdemócrata). Es sencillo ver la pregnancia de estas ideas en las redes sociales. Se trata de nociones conservadoras: hay que terminar con “el bussiness del país dividido” y olvidar la batalla cultural, hay que recostarse en el “peronismo ortodoxo”, arreglar con los bancos, con Clarín, no hay que molestar a la clase media, hay que promover una “salida pacífica” en la candidatura de Massa, etc. Este conservadurismo choca con la inicial adhesión de Rodríguez al kirchnerismo, y sería poco provechoso reconducirlo a cuestiones personales o psicológicas. En realidad, es la posición misma del analista la que incluye el elemento conservador: para decirlo claro, en este momento de la historia argentina, donde se abrió después cuarenta años y treinta mil desaparecidos la posibilidad de militar “idealistamente” en política, o lo que es lo mismo: con una conducción que no va a pactar ni va a traicionar –en este momento, todo aquel que pudiendo optar entre la militancia y el análisis, opte por el análisis, es... realmente algo para lamentar, y supone una postura difícil de sostener, cuyo corolario es la adopción de una postura de realpolitik para la lectura social. En efecto, ¿qué hace falta para que "estén dadas las condiciones" para una adhesión militante, activa, a un proyecto que ha dado sobradas pruebas de enfrentar a los poderes fácticos? Lo lamentable, por cierto, no estriba en el hecho de que ciertas personas escriban en lugar de actuar, sino de que escriban abandonando la posición militante y asumiendo una postura no-kirchnerista, que definitivamente no es por la que comenzaron a ser visibles, ni a volverse legibles. La gracia era que defendían al gobierno –y no su apuesta por conformar una nueva generación de analistas políticos "sensatos".
Elegir hoy la carrera de analista político es algo sumamente extraño; sobre todo, bastante anticuado. En los 90, sin dudas, no había otra opción. Los interesados en la política, o bien se plegaban cínicamente a la traición de los sectores populares, o bien se refugiaban en el progresismo, más exactamente en los diarios (o en las cátedras de ciencias sociales). La profesión del analista político, en términos históricos, tiene sentido como táctica de repliegue: cuando no se puede actuar directamente, y por ende no es posible asumir responsabilidades respecto de ningún colectivo, entonces se publican las opiniones personales a fin de, por lo menos, sentar una posición. Pero hoy, cuando como nunca están dadas las condiciones para la praxis directa (un proyecto claro, una conducción indiscutida, organizaciones con mística, garantías democráticas), contraer el rictus del análisis político y publicar cualquier cosa que se nos venga a la mente (autocríticas, matices, objeciones al microclima, al verticalismo militante, críticas a los "ultraideologizados", etc.) para “estimular el debate interno” (¿debate “interno” publicado en redes sociales?) se explica fundamentalmente por el miedo de ingresar en un colectivo respecto del cual uno deba responder. Por esa razón, la realpolitik es temor –básicamente, temor de que, cuando el kirchnerismo termine, los idealistas sean expulsados de la vida política y cultural, y de algún modo mueran.
Por todo lo anterior, no es raro que la figura de Massa encarne el nuevo objeto de pasión de muchos blogueros, devenidos analistas políticos de profesión. En efecto, Massa es el discurso del miedo: no en el sentido de que genere miedo, sino de que el enaltecimiento desideologizado de su candidatura palia el temor de comprometerse directamente y arriesgarse a ser considerado un “impresentable” en el porvenir –porvenir que avizoran negro. Pero con esto se pierden de hacer la experiencia histórica de su generación. Lo cual resulta difícil de entender, ya que con ello (y contra lo que parecen suponer) van perdiendo interés. Lucas Carrasco era un provocador cuando estaba en el kirchnerismo; afuera, parece un periodista más. Perdió la "locura" constitutiva del kirchnerismo. Ahora es sensato. Este moderantismo generalizado termina en funcionalidad directa con Clarín. Hoy, a diferencia de lo que ocurría hace un par de años, Luciano Chiconi puede ser citado como una referencia por Clarín (su post sobre el "municipalismo"). Es difícil ver el interés provocador, rejuvenecedor y refrescante de ser utilizado por los poderes fácticos. O sin ir tan lejos, el de hacer comentarios políticos a las doce de la noche en una FM cualquiera, y publicar textos en medios opositores. En otras palabras, se desprendieron de su aspecto novedoso, contracultural, y van camino a formar parte del elenco estable de la cultura conservadora argentina –aunque sin el peso de figuras como Ricardo Roa o Mariano Grondona: un análisis político no es interesante por la lectura que presenta sino por el poder real que representa; en otras palabras, el análisis político, o bien expresa la postura de la fuerza social en la que se apoya, o bien es un juego cansador de ocurrencias. Cuando los blogueros eran kirchneristas, expresaban algo concreto, la fuerza social popular. Ahora no expresan eso, y entonces expresan una versión descafeinada y confusa de la ideología dominante. Lo cual constituye una pérdida para todos... ahora tenemos que volver a leer a Morales Solá –dado que los analistas blogueros escriben lo mismo que él: el peronismo es camaleónico, al argentino le encanta el dólar, la izquierda peronista es peligrosa, se debe terminar con la inútil confrontación, no se puede vivir mirando el pasado, Clarín en realidad es un gran diario
Suscribirse a:
Entradas (Atom)