miércoles, 4 de septiembre de 2013
Verbitsky: “Está en debate si se aplica la doctrina Tenembaum-Lanata”
En el marco de la presentación de su nuevo libro sobre los crímenes económicos de la dictadura, el periodista y presidente del CELS sostuvo que el kirchnerismo tiene “una vocación regulatoria como no ha tenido ningún gobierno previo en la democracia argentina”.
El periodista y presidente del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS), Horacio Verbitsky, sostuvo que “lo que está en debate” en la República Argentina “es si se aplica o no la doctrina Tenembaum-Lanata”.
En una entrevista con María O´Donnell por el lanzamiento de su nuevo libro sobre los crímenes económicos de la dictadura, “Cuentas pendientes. Los cómplices económicos de la dictadura” (Siglo XXI Editores), el analista sostuvo que es falso pensar que el Grupo Clarín es menos poderoso que el gobierno en la disputa que se libra en sede judicial por la constitucionalidad de la ley de medios.
“Acá lo que está en debate, en ese terreno, es si e aplica o no se aplica la doctrina Tenembaum-Lanata. Eso es lo que esta en discusión”, planteó Verbitsky. La “doctrina Tenembaum-Lanata” es una frase que viene a colación de una entrevista que le hizo el periodista de TN a su colega, que entonces no trabajaba para Clarín. Al ser consultado sobre su posición en el conflicto por Papel Prensa, empresa que según el gobierno fue adquirida por la empresa de Héctor Magnetto gracias a su complicidad con la dictadura, Lanata dijo que se colocaba del lado “del más débil”, que según su visión era Clarín.
Así nació "la doctrina Tenembaum-Lanata" en favor de Clarín
“¿Qué tenemos, un Estado revolucionario expropiador? La frase que Magnetto dijo en 2010 en la entrevista que dio al Financial Times, de que `entramos en la etapa confiscatoria`…. ¿Etapa confiscatoria? Eso no es para nada así. Lo que hay es una vocación regulatoria, una vocación recaudatoria, como no ha tenido ningún gobierno previo en la democracia argentina. Y esto explica todos los chisporroteos, las resistencias, las peleas. No es que Néstor o Cristina tienen mal carácter: es que han decidido tomar una cantidad de decisiones que han motivado reacciones muy fuertes”, graficó el dirigente de derechos humanos.
“Lanata miente, es oportunista y detrás de eso hay poca sustancia”
Al ser consultado esta semana por la Revista Noticias acerca del periodista estrella de Clarín, Jorge Lanata, Verbitsky respondió que no mira su programa porque lo conoce “demasiado”. “Sé que miente, que es oportunista, que actúa por impulsos de filias y fobias, que no es profesionalmente serio. Es muy ingenioso, muy chispeante, pero detrás de eso hay muy poca sustancia. Eso es anterior a este nuevo rol que ocupa. Me parece que están dando por el pito mucho más de lo que el pito vale”, expresó.
Cuentas Pendientes
Verbitsky editó y compiló, junto al especialista en deuda soberana de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre comercio y desarrollo Juan Pablo Bohoslavsky, una serie de trabajos sobre las distintas variables de la complicidad económica durante la última dictadura. En ese sentido, una de las propuestas centrales del libro es la de constituir una Comisión de la Verdad que pueda investigar, con mandato del Congreso, caso por caso, y analizar las sanciones que le pueden caber a cada empresa.
Los otros especialistas que forman parte del trabajo colectivo son Eduardo Basualdo, Victoria Basualdo, Alfredo Calcagno, Agustín Cavana, Alejandra Dandan, Federico Delgado, Leonardo Filippini, Hannah Franzki, Andrea Gualde, Mariana Heredia, Damián Loreti, Tomás Ojea Quintana, Victorio Paulón, Mario Rapoport, Héctor Recalde, Naomi Roht-Arriaza, Martín Schorr, Jorge Taiana, Claudio Tognonato, Carolina Varsky y Alfredo Zaiat.
Ricardo Piglia, un extraño en Princeton
Por Alejandro Rebossio
La inmersión del escritor argentino en los campus de Estados Unidos alimenta su nueva novela, ‘El camino de Ida’
Rumbo a su oficina, y antigua vivienda, en la calle porteña de Marcelo T. de Alvear, es probable que muchos argentinos no lo reconozcan, pero él es uno de los escritores en español más notables de la actualidad. Ricardo Piglia, de 71 años, autor de las novelas Plata quemada y Blanco nocturno (Premio Rómulo Gallegos y de la Crítica, en España), iba allí cada mañana de 2012 para escribir su último título, El camino de Ida (Anagrama). Después de 15 años dando clases en las universidades de Princeton y Harvard, Piglia regresó de Estados Unidos en diciembre de 2011 y se puso a redactar esta novela que en agosto ha llegado a las librerías de Argentina y este mes estará en las de España. Entre libros apilados contra las paredes de todo el piso, el autor bonaerense ofrece agua mineral, zumo de naranja y frutos secos para acompañar la charla.
“En esta novela me dije que sería bueno hacer algo más o menos autobiográfico a partir de mi experiencia estadounidense, tratando de tomar un aspecto que me parecía lo más narrativo, que era la sensación rara que tenía de extranjería, que no es la misma que cuando uno es inmigrante, exiliado o un viajero que pasa mucho tiempo en un lugar”, cuenta Piglia.
“Estaba instalado con un cargo de profesor, había comprado una casa, como tantos colegas que venían también de otros lados. No tenía ninguna nostalgia de Buenos Aires en el sentido clásico argentino, porque iba y venía. No tenía la sensación que, a veces, tiene alguna gente que empieza a cultivar el tango, cosa que acá no hacía. Ni siquiera me veía mucho con argentinos, más bien mis amigos eran locales. Traté de hacer la vida como si fuera de ahí. Pero eso no impedía que tuviera una visión: como si todo estuviera demasiado subrayado. Me sentía cómodo, en el sentido de estar haciendo una vida distinta a la que hago acá, con otros amigos y otro tipo de sociabilidad, y con cierta idea, que creo que todos los escritores tenemos, de una vida más monástica”, relata el autor. Su personaje principal también es un profesor argentino que vive en Estados Unidos una suerte de vida paralela.
A partir de aquella experiencia propia comenzó la ficción. “Apareció un romance con una profesora bastante clásica en los ambientes universitarios estadounidenses de los años actuales. Es gente muy radicalizada desde el punto de vista de las discusiones sobre literatura y cultura, lo que se llaman estudios culturales, estudios poscoloniales y una serie de modas que vienen de EE UU, y que en general están todas definidas por actitudes de revisión del canon, de cuestiones de discriminaciones a minorías, que nunca están acompañadas por ninguna acción real, política, como sí en Argentina o España. Me interesaba mucho la sensación de una historia de amor muy tensa y que de pronto ella muriera. Estuve dando vueltas sobre por qué moría y cómo”, cuenta.
Fue entonces cuando recordó la historia de Unabomber, aquel filósofo y matemático estadounidense que enviaba cartas bomba a universidades y líneas aéreas para expresar su crítica a la sociedad tecnológica moderna, y con las que murieron tres personas y otras 23 resultaron heridas entre 1978 y 1995. “Trabajando en la novela, de una manera inesperada, en lo que algunos llaman inspiración y yo llamo ocurrencia, ligué la historia personal con esta otra historia que para mí expresaba tantas cosas de Estados Unidos. ¿Por qué trabajé el personaje de Unabomber? Por dos cosas que habían sucedido en la realidad y que para mí fueron asombrosas. Una es que el personaje real había leído muchas veces la novela de [Joseph] Conrad El agente secreto, y otra es que se había inspirado en el personaje que hay en la novela. Me interesó mucho el hecho de que el FBI hubiera gastado en la persecución de este individuo a lo largo de casi 20 años gran cantidad de dinero y fuerzas, y que solo lo hubiera atrapado porque el hermano lo delató, una resolución dostoievskiana de Karamazov”, desarrolla Piglia, amable y simpático desde su escritorio.
El autor argentino quería contar su experiencia en Estados Unidos, una cultura que admira y con la que se había formado, al igual que otros colegas de su generación que ya no se criaron mirando a Francia sino a la generación beat, el cine y el jazz del Norte. “Como soy un hombre de izquierda, siempre he pensado que Estados Unidos era una problema para América Latina y siempre he establecido una distinción entre el Estado y la sociedad estadounidense”, aclara.
Ahora dirige una colección de reediciones de la literatura argentina y acaba de grabar un programa de televisión de cuatro capítulos en los que enseña sobre Jorge Luis Borges. De su experiencia en la universidad estadounidense contrasta las virtudes y las carencias: “Una son las condiciones de trabajo, la libertad de cátedra. Hay una gran dinámica. Tiene una virtud para el tipo de tensión que tenemos los escritores, y es que es totalmente autónoma de la cultura de masas. La contra es que está muy aislado de la vida real. Nosotros tenemos demasiada vida real. Sería bueno que tuviéramos un poco menos, porque esas son las crisis, la política, todos los líos que hay”.
Por aquellas aulas y pasillos de Princeton se ha cruzado durante años con escritores que iban a dar programas de escritura creativa, como Toni Morrison, Gabriel García Márquez, Paul Auster, Philip Roth o Mario Vargas Llosa. También le tocó vivir de cerca el suicidio de Antonio Calvo, un profesor español que había sido despedido de Princeton por unas frases que sonaron provocativas en aquel ambiente: “Fue un hecho que nos conmovió a todos. Era un amigo. Entiendo a los colegas que no quieren intervenir en estas cosas, pero en Argentina hemos intervenido en cosas más complicadas y peligrosas”.
La próxima narrativa en español
La novela de Piglia será una de las novedades de la rentrée literaria, junto a otros nombres.
Mario Vargas Llosa: El héroe discreto (Alfaguara).
Guillermo Cabrera Infante: Mapa dibujado por un espía (Galaxia Gutenberg).
José Mará Guelbenzu: Mentiras aceptadas (Siruela).
Gonzalo Hidalgo Bayal: La sed de sal (Tusquets).
Piedad Bonnett: Lo que no tiene nombre (Alfaguara).
Manuel Longares: Los ingenuos (Galaxia Gutenberg).
Jesús Ferrero: La noche se llama Olalla (Siruela).
Fernando Vallejo:Casablanca la bella (Alfaguara).
Alejandro Gándara: Las puertas de la noche (Alfaguara).
Darío Jaramillo. La muerte de Alec (Pre-Textos)
Juan Gabriel Vásquez: Las reputaciones (Alfaguara).
Juan Bonilla. Una manada de ñus (Pre-Textos)
Isaac Rosa: La habitación oscura (Seix Barral).
Guillermo Saccomano: Cámara Gesell (Seix Barral).
Jorge Zepeda Patterson: Los corruptores (Destino).
Adolfo García Ortega: Verdaderas historias extraordinarias (Seix Barral).
Leila Guerriero: Una historia sencilla (Anagrama).
Manuel Gutiérrez Aragón: Cuando el frío llegue al corazón (Anagrama).
Leonardo Padura: Herejes (Tusquets).
El País, España
Espías y Vigilantes Por Santiago O’Donnell
Los “Archivos de los espías” tienen tres partes. La primera contiene folletos explicativos de los productos que ofrecen las empresas. La segunda muestra algunos contratos y acuerdos de confidencialidad. La tercera es la lista de países que visitaron los principales responsables de estas empresas.
Una nueva publicación de Wikileaks muestra hasta qué punto las nuevas tecnologías de espionaje masivo vulneran todas las barreras posibles del derecho a la privacidad. Se trata de la publicación de unos 200 documentos de unas ochenta empresas de la industria privada del espionaje y muestran que las nuevas tecnologías permiten espiar en tiempo real las comunicaciones de millones de personas. Programas ocultos (o “pasivos”, en la jerga) que reconstruyen al instante conversaciones de Facebook, MSN o Whatsapp, sin que se enteren ni el usuario ni el proveedor. Software que permite no sólo interceptar y grabar una conversación sino al mismo tiempo identificar quién está hablando y desde dónde. Troyanos que infectan computadoras para robarles sus comunicaciones secretas y claves de encriptación. Todo lo que uno hace con el celular, internet, handy o teléfono satelital, o sea todas las comunicaciones. Todo puede ser interceptado y en algún lugar del mundo, está siendo interceptado. Ni siquiera se salva la conversación cara a cara, porque hoy se ofrecen al mercado poderosos microfonos para escuchar a cualquiera en cualquier lado. Hasta venden equipos para pinchar satélites.
Los documentos, que fueron analizados en una investigación conjunta entre Wikileaks y diecinueve medios del mundo, entre ellos Página/12, muestran que no hay defensa contra las nuevas tecnologías de espionaje masivo disponibles en el mercado. Se trata, además de una industria opaca y prácticamente sin control, que ofrece desde misiles hasta celulares para fuerzas especiales en zonas peligrosas, con botones de pánico conectados a un GPS, y sensores para detectar y enviar una señal si el usuario del celular está muerto. Al ser una industria privada no tiene control estatal y al no cotizar en bolsa no tiene el control público de las grandes empresas, aunque prácticamente sus únicos clientes son gobiernos y grandes empresas de telefonía e internet.
“La industria de la vigilancia corporativa trabaja codo a codo con gobiernos en todo el mundo : para permitir el espionaje illegal de ciudadanos,” dijo Julian Assange, director de Wikileaks, acerca de la nueva publicación, llamada “Los archivos de los espías”, que a partir de hoy estará disponible en el sitio de Wikileaks. “Con poca supervisión y sin regulaciones mandatorias este abusivo espionaje de redes nos cubre a todos contra nuestra voluntad, y, muchas veces, sin nuestro conocimiento. Wikileaks se ha comprometido a exponer y educar acerca de esta industria, con el objetivo de que juntos podamos generar el conocimiento y las herramientas para protegernos de su mirada.”
Entre los documentos más destacados está un contrato para instalar en programa FinFly en la central telefónica de la ex república soviética de Turkmenistán. El programa permite infectar computadoras con un troyano que se baja cada vez que un usuario acepta una actualización de ITunes, Winamp, Open Office o programas similares. Inclusive ofrece actualizaciones truchas disponibles que el usuario baja pensando que son de empresas reconocidas, cuando en realidad son troyanos indetectables mandados por Finfly. Los documentos muestran que la empresa Dreamlab habría instalado un servidor de Finfly en Omán.
Los “Archivos de los espías” tienen tres partes. La primera contiene folletos explicativos de los productos que ofrecen las distintas empresas. La segunda muestra alguno contratos y acuerdos de confidencialidad. La tercera consiste en la lista de países que visitaron los principales responsables de estas empresas en los últimos años a través de un seguimiento que se habría realizado de sus celdas telefónicas. Este archivo muestra que Sudamérica es por lejos la región menos visitada por estos especialistas. Apenas se registra una visita a Brasil de tres especialistas en julio pasado para participar de un seminario de entrenamiento de la empresa IPP, que se hizo para adiestrar a fuerzas de seguridad de la región en técnicas de inteligencia. La página web de IPP muestra que el próximo seminario en Brasil será en noviembre del 2015. Otro país, Chile, aparece mencionado en la parte dos de los archivos. Es en un contrato firmado entre las empresas Dreamlab y Gamma escrito en alemán, donde se identifica a Chile, además de Suiza, Bulgaria y Hungría como clientes de Dreamlab. O sea, según el contrato, Chile sería cliente de la empresa que instaló el programa de infección de computadoras Finfly en servidores de Turkmenistán y Omán.
Los seguimientos satelitales de los empresario de la industria del espionaje también muestran ocasionales visitas a México, país que también aparece mencionado en un folleto de la empresa Thales, que explicaba cómo había instalado un centro de comunicaciones con capacidad para 750 policías, en la capital mexicana, una especie de call center policial para llamadas de emergencia.
Vale aclarar que ninguna de estas empresas, que se sepa, actúa de manera ilegal. En muchos países como Argentina no hay leyes contra la venta de estas herramientas, pero sí contra su uso, ya que la ley del 2010 de seguridad informática pena la “penetración” de computadoras, y sólo la Secretaría de Inteligencia está autorizada a pinchar teléfonos. Pero tanto las empresas telefónicas como los grandes proveedores de internet deben adquirir algunos de estos programas para cumplir con órdenes judiciales. Sin embargo, estos equipos de espionaje van mucho más allá de lo que ningún juez pueda pedir, al menos en Argentina, porque una cosa es ordenar el cierre de un sitio o el retiro de una foto intrusiva, otra cosa es ordenar el espionaje de chats o correos electrónicos.
Segun Eric Rabe, abogado de Hacking Team, una de las empresas que estuvo en el seminario IPP en Brasil, Hacking Team se maneja con transparencia pero no puede garantizar que sus equipos se usen siempre de manera legal. “Proveemos software solo a gobiernos y agencias de gobierno”, señaló. "No vendemos productos a individuos o empresas privadas. Además no vendemos productos a los países en las listas negras de EE.UU., Unión Europea, Naciones Unidas, OTAN o ASEAN. Revisamos a nuestros potenciales clientes antes de una venta para determinar si existe evidencia objetiva o sospechas creíbles de que la tecnología provista por Hacking Team sería usada para facilitar violaciones a los derechos humanos...Por supuesto, HT no puede monitorear el uso del software directamente porque sus clientes deben tener la capacidad para conducir investigaciones confidenciales. Sin embargo monitoreamos la prensa y la comunidad de activistas para saber si el producto está siendo mal utilizado. Si sospechamos que ha ocurrido un abuso investigamos. Si encontramos que nuestros contratos han sido violados u otro abuso ha ocurrido, tenemos la opción de suspender el mantenimiento del software. Sin el mantenimiento, el software rápidamente deja de ser efectivo.”
A continuación, algunos de los chiches que aparecen en los folletos de las empresas de espionaje:
-VasTech: Monitoreo masivo de telefonía satelital. Descubre la comunicación, analiza el protocolo y extrae información. Redes de telefonía móvil e internet: monitoreo masivo, almacenaje de datos de redes, reconocimiento de voces, procesamiento de datos de tráfico. Con el programa Zebra puede apoderarse de voz, SMS, MMS, email y fax. Puede almacenar “miles” de terabytes de información (Un ter mil gygas). Puede escuchar hasta cien mil conversaciones al mismo tiempo, o captura mil millones de intercepciones por día.
-Cassidian: Misiles y sistemas antiaéreos. Sensores y radares. Equipos de detección de armas químicas y explosivos nucleares. Más de 25,000 empleados en todo el mundo 700 proyectos en 80 países para más de 400 clientes.
-Hidden Technology: Todo tipo de aparatos y aparatitos conectados con señales de GPS, incluyendo dispositivos con imanes para pegarlos debajo de los autos.
-Glimmerglass, NetOptic, NetQuest: Tecnología para fibra óptica. Puede interceptar los caños de fibra óptica submarinos que llevan y traen comunicaciones de un continente a otro, para interceptar comunicaciones de países enteros desde afuera de esos países, sin que los países se enteren. Por ejemplo, los servidores Gmail, Hotmail o Skype están fuera de la Argentina, van y vienen por esos caños de fibra óptica y pueden ser interceptada.
-Cobham: Intercepción táctica. A medida que una persona se va moviendo, va cambiando de antena celular de donde recibe la señal. Este programa permite ir saltando de antena a antena con la pinchadura.
-Scantarget: Analiza la web en tiempo real. Busca en SMS, Twitter, Facebook, blog, foros de chat,ect. palabras claves para saber si alguien está planeando un atentado terrorista.
-IpoQue: Intercepción masiva y monitoreo de red. Detecta protocolos encriptados como Skype, Bit Torrent, SSLand y túneles VPN. Puede buscar en la web hasta 25,000 palabras clave al mismo tiempo.
-Qosmos: Software que intercepta 550 mil gygabits en tiempo real. Todas las comunicaciones de una ciudad como Trenque Lauquen caben en 200 gygabits. También permite cumplir más de mil “reglas” o instrucciones al mismo tiempo.
-Silicom: Ofrece un “redirector” que actúa como un enchufe triple para redireccionar electricidad a más de un lugar. En este caso puede redireccionar millones de datos a otro país o a una agencia de espionaje sin que el usuario ni el proveedor de servicios se entere, usando la técnica “man in the middle” (hombre en el medio), que en este caso vendría a ser el interceptor que duplica y redirecciona la comunicación.
-Autonomy Virage: Cámaras y reconocimiento facial.
-CRFS: monitoreo de radiofrecuencias. Detección de radios truchas . Intercepción de comunicaciones por radio.
-Berkeley electronics: detecta micrófonos que producen ionterferencias en comunicaciones por celular.
Participaron en esta investigación conjunta los siguientes medios: Al Akhbar (Líbano), Al-Masry Al-Youm (Egipto), Bivol (Bulgaria), CorpWatch (EE.UU.), Dagens Naeringsliv (Noruega), El Telegrafo (Ecuador), Fairfax (Australia), La Jornada (Mexico), La Repubblica (Italia), L'Espresso (Italia), McClatchy (EE.UU.), NDR (Alemania), Página/12 (Argentina), Publica (Brasil), Publico (España), RT (Rusia), Rue89 (Francia), Sud Deutche Zeitung (Alemania), y The Hindu (India).
Con la colaboración de los expertos en tecnología Julio López y Diego Weinstein.
03/09/13
Lenguaje: detrás de las palabras Por Hugo Presman
Cada vez que a numerosos entrevistados se les pide que expliquen su posición acerca de algún tema, intentan ganar tiempo para explicitar la misma con un “a ver”, que además pretende colocar su respuesta desde una supuesta superioridad sobre el interlocutor que formuló la pregunta. El que introdujo la muletilla hace muchos años fue el ex jefe de gobierno de la Ciudad de Buenos Aires Aníbal Ibarra. Otra muletilla de reciente difusión es introducir le expresión “digo” antes o en el medio de una frase. Es evidente que el que acude a este bastón verbal está hablando, y por lo tanto su digo es una reiteración innecesaria.
Algunos periodistas, Jorge Lanata por ejemplo, concluye buena parte de sus frases con la muletilla “¿me entendés?”; lo mismo hace Elisa Carrió con una pequeña variante: “¿se entiende?”. En ambos casos, la muletilla juega como una forma de exteriorizar una superioridad intelectual sobre el que escucha, que prima facie estaría imposibilitado de entender la pretendida complejidad de pensamiento de quien lo formula.
Dos periodistas de larga trayectoria como Magdalena Ruíz Guiñazú y Marcelo Longobardi, rematan la mayoría de sus frases con un “¿no es cierto?”. Es como si necesitaran que el que escucha confirme sus afirmaciones. Varios periodistas utilizan en medio de una frase la expresión nada, que actúa como un punto y coma oral; como mera expresión se podría deducir que el silencio hubiera sido preferible al vacío o desconocimiento de lo que se acaba de decir.
Algunos periodistas y entrevistados suelen concluir cada frase con un si interrogador que implica preguntarle al escucha si ha entendido.
En el brutal asesinato de Ángeles Rawson, el periodismo en forma generalizada, denominó a la infortunada adolescente de 16 años como “la nena”. Alguien a quien la ley electoral le permite votar ha dejado de ser una nena y a su vez el Código Civil le autoriza a tener relaciones sexuales consentidas con un mayor, no puede ser denominada de esa forma infantil. Ni hablar de los que se expresan con diminutivos y entonces a las amigas de la estudiante pasan a denominarlas como sus amiguitas. En ese aspecto, un consumado cultor de los diminutivos es el locutor Fernando Bravo a los que se suman muchos movileros que tratando de poner un pretendido azúcar en las palabras, una especie de diabetes verbal, denominan a todo jubilado como abuelito.
Un vocablo adoptado del lenguaje juvenil, y tomado por todo el equipo radial de Lanata, es el término “obvio”. Si a un comentario que se realiza, el que escucha responde con la palabra “obvio”, es decirle al otro que lo que está expresando es algo innecesario o demasiado conocido, una verdadera perogrullada.
Una variante en el mismo sentido es la que utiliza el periodista Nelson Castro que mientras habla un entrevistado o un colaborador repite con persistencia “por supuesto”, “por supuesto”, con lo que parece decirle: estás diciendo obviedades.
Otra muletilla juvenil adoptada por gente que ya ha entrado en la madurez, es concluir cada frase con la palabra “boludo”. En algunos casos es una forma de llamarse y ha reemplazado al “che” que nos identificaba verbalmente como argentinos. Es tal la extensión de uso que si eso hubiera ocurrido en los finales de la década del cincuenta, Ernesto Guevara no hubiera pasado a la historia como “EL CHE”, sino posiblemente como Ernesto “boludo” Guevara.
El periodista Nelson Castro intenta ser original y ha acuñado un saludo con el que inicia cada conversación: Fulano, bella tarde de …..y ahí le agrega el día de la semana que corresponde. El problema es que el programa es una sucesión de pálidas, sus comentarios sobre el gobierno son de un rencor visceral y entonces el saludo entra en contradicción con el deseo que expresa. El contraste se acentúa cuando la naturaleza descarga lluvias intensas con caída de granizo, vientos huracanados, inundaciones en diferentes puntos de la ciudad, y el conductor continúa con su meloso y amanerado saludo.
A su vez un saludo importado de Brasil en la década del noventa que tiene un rico trasfondo es el “¿todo bien?” con sus respectivas variantes “¿todo tranquilo?” y la que parece derivada de la época de la dictadura establishment militar “¿todo en orden?”. Son preguntas que carecen de una respuesta precisa y demuestra el vaciamiento de la pregunta en el sentido que al que la formula realmente no le importa la respuesta, ya que difícilmente a alguien le vaya bien en todos los aspectos de la vida. Por eso la pregunta se contesta, se salva, con la única respuesta posible que es la misma frase sin los signos de pregunta. Distinto es el cálido “¿cómo estás?” con lo cual el interrogado en función del balance de aspectos positivos y negativos puede contestar: bien, más o menos o mal.
Las expresiones se han extendido y generalizado y constituyen una continuación de la lógica epistemológica de los noventa, en el que el otro no importaba.
Entrelazada entre la inseguridad real y su superlativa y sesgada repercusión mediática, los jóvenes han generalizado una expresión de despedida pronunciada en forma de consejo: ¡Cuidate!
Una de las costumbres más remanidas es el saludo del que ingresa a un lugar donde hablará a un grupo de gente, o invitado a la radio o a la televisión, dice: “Buenos días a todos”; con decir buenos días es suficiente. No conozco a nadie que haya dicho: “Buenos días a todos, menos a fulano y mengano.” Otro error de las mismas características es el que dice: “Mi opinión personal”; al decir mi opinión, se debe descartar lo de personal ya que queda implícito en el mí.
Otra malversación lingüística es “tener códigos.” Ello importa haber incorporado la acepción mafiosa del término; mientras que bien se puede decir: “es necesario tener reglas.”
En los últimos años, algunos comunicadores, al cumplirse un nuevo aniversario del nacimiento de una persona muerta, les desean ¡feliz cumpleaños! Es elemental que alguien muerto no puede cumplir años, que es precisamente una celebración de la vida.
Ni hablar de aquellos que son invitados a un programa, son aplaudidos al empezar y al terminar y el homenajeado también aplaude.
Desde la presidencia de Cristina Fernández, el “todo” que englobaba a hombres y mujeres, fue desmembrado arbitrariamente en todas y todos. Más allá de acentuar una mirada de género, la división del concepto es más una batalla política que un aporte idiomático terminando en este campo en un pleonasmo. La presidenta, una oradora notable, cae sin embargo, en un excesivo uso de la primera persona del singular, ignorando sistemáticamente la primera del plural. Para decirlo simplemente: el yo eclipsa al nosotros. Por otro lado repite en forma superlativa la expresión “ en la República Argentina”, lo que resulta innecesario pues es el país que gobierna.
La prolijidad expositiva de Víctor Hugo Morales se empaña con una expresión que incorporó desde su país natal, el Uruguay, donde es habitual como una fórmula de cordialidad: “a sus órdenes”. Más allá de la gentileza, la expresión arrastra un pasado que expresa brutalmente la relación del mandado con respecto al mandante.
El lenguaje tiene carga ideológica; y en muchos casos, poderosa intencionalidad política.
Ante la implosión de los partidos políticos, los mismos políticos han dejado de referirse prioritariamente a su marco de referencia y prefieren reemplazarlo por “espacio político”.
Así no es inocente tampoco que se titulara y se repitiera hasta el cansancio la palabra campo en el conflicto del gobierno con las patronales campestres. Bajo el concepto geográfico campo se diluían los conflictos sociales, y la mesa de enlace quería dar la imagen que en las actividades agropecuarias las relaciones entre empleadores y empleados es una nueva versión de la familia Ingalls.
Cuando se habla del paro en el campo, parece sugerirse que el trigo y la soja deciden no crecer, el gallo no canta a la madrugada, las vacas cierran sus ubres, los chanchos abominan del chiquero, las ovejas dejar de balar y las vacas se niegan a los toros y a la inseminación artificial.
Con la caída del Muro de Berlín y la hibernación de los sueños de una sociedad socialista, a la potente palabra pueblo se la reemplazó por la pasteurizada gente. Pueblo es una clara categoría política, mientras la palabra gente puede tener cierta equivalencia pero desde una mirada posicionada desde afuera de una concepción política. Había que castrar la potencialidad del sujeto de la historia que es el pueblo y entonces se la despolitizó con la expresión gente. Pero ahí no terminó la ofensiva descafeinada y era necesario quitarle toda pasión. Convertir el concepto ciudadano en el dietético vecino. Se reduce a un ciudadano con derechos, civiles, políticos, sociales, a un simple consorcista a quien sólo le interesa la administración de su edificio; perdón, de su ciudad. En el mismo camino la ideología se trasmutó en gestión, como si un cuchillo podría independizarse de la mano que la maneja y del cerebro que la dirige.
Otro manejo discrecional, intencionado o ignorante del lenguaje, es decir que el Estado paga en negro. Este error es cometido por periodistas económicos bien intencionados, por otros que aborrecen al Estado y aún por sindicalistas que son trabajadores del Estado. Un trabajador está en negro cuando cobra sin un recibo oficial; cuando no existe para las leyes laborales y no está registrado en el ANSES; quien no tiene cobertura de obra social y a quien no se le hacen retenciones ni aportes. Cuando se dice que el Estado paga en negro, se describe una situación diferente. El trabajador está registrado, tiene obra social, figura en el libro de sueldos. Ahora bien, ocurre que en su recibo oficial figuran conceptos denominados “no remunerativos” sobre los cuales no se efectúan contribuciones ni aportes y no se consideran para el cálculo de algunos beneficios, pero ello en manera alguna transforma su relación laboral en “negro”. Ello sí acontece cuando increíblemente el Estado obliga a un empleado a facturarle como monotributista encubriendo una relación real de dependencia.
Si no se usa la terminología correcta, lo aprovechan los privados que pagan realmente en negro, sin recibo oficial y sin inscripción del trabajador y se escudan que también el Estado paga en negro.
Con la misma carga ideológica, los medios dominantes modificaron el superávit fiscal que siempre ponderaron para denominarlo “hacer caja” en forma despreciativa e insinuando un manejo oscuro que siempre atribuyen a un gobierno popular.
La estatización de los fondos de las AFJP, recuperando para el Estado el manejo de la seguridad social, lo denominan tendenciosamente como una confiscación. Los críticos sufren de amnesia y “olvidan” que el artículo 14 bis dice: “El Estado otorgará los beneficios de la seguridad social, que tendrá carácter integral e irrenunciable.”
Otro equívoco intencionado es confundir los fondos para los jubilados como técnicamente debe decirse en un sistema de reparto y no el dinero de los jubilados.
El intento más grosero actual de adulteración conceptual y del lenguaje, lo concreta la periodista Silvia Mercado, ponderada por los periodistas Jorge Lanata y Jorge Fontevecchia , quien en su libro “El inventor del peronismo, Raúl Apold, el cerebro oculto que cambió la política argentina” reduce, en una jibarización sorprendente, al peronismo, su historia y sus logros, a un mero relato fabricado por Raúl Apold, Subsecretario de Prensa y Difusión.
Actualmente, los economistas del establishment denominan al control de cambios como cepo cambiario. Que la derecha, que aplicó desde el cepo real al terrorismo de estado, pasando por todo el arsenal de torturas, utilice ahora esa denominación identificándola como una forma grosera de restricción de la libertad, es una hipocresía insultante.
George Orwell escribió: “Si el pensamiento corrompe el lenguaje, el lenguaje también corrompe el pensamiento”.
Samuel Clemens, conocido como Mark Twain, sostenía correctamente: “La diferencia entre una palabra casi justa y la palabra justa no es una pequeña cuestión, es como la diferencia entre una luciérnaga y la luz eléctrica.”
www.presmanhugo.blogspot.com.ar
EN JUJUY COMIENZA EL SEGUNDO JUICIO POR DELITOS DE LESA HUMANIDAD Los represores del penal de Villa Gorriti
Los organismos de derechos humanos jujeños destacaron la importancia de la causa.
Entre los acusados están los militares Luciano Benjamín Menéndez y Antonio Orlando Vargas y cinco agentes penitenciarios que actuaron en el centro clandestino que funcionó en esa cárcel durante la última dictadura.
El salón de actos del Colegio de Abogados de San Salvador de Jujuy, que conserva entre sus socios a un militar imputado por un fusilamiento antes del golpe de Estado, será sede desde hoy a las 9.30 de un nuevo juicio por delitos de lesa humanidad en esa provincia. En el banquillo estarán seis de los represores que actuaron en el penal de Villa Gorriti, uno de los tantos convertidos en centros clandestinos durante la última dictadura, tal como se probó en los procesos realizados en Córdoba, Chaco o Chubut. Los organismos de derechos humanos de Jujuy manifestaron ayer su respaldo al segundo juicio de lesa humanidad en la provincia y denunciaron una “campaña mediática” en defensa del dueño del Ingenio Ledesma, Carlos Pedro Blaquier, con procesamiento confirmado en segunda instancia en la causa conocida como La Noche del Apagón.
El ex general Luciano Benjamín Menéndez, principal responsable del ex área militar 323, de la que dependían los centros de detención jujeños, tiene procesamiento firme por los casos que llegan a juicio, pero no estará entre los acusados porque afronta causas en otras provincias. El principal acusado será el ex interventor del servicio penitenciario provincial y, por ende, ex jefe de la cárcel de Villa Gorriti, Antonio Orlando Vargas, quien ya fue condenado a 25 años de prisión en el primer juicio que se realizó en Jujuy. Vargas está detenido en el penal de Ezeiza y seguirá las audiencias por videoconferencia.
Los otros cinco imputados son ex guardiacárceles del servicio penitenciario: César Darío Díaz, los hermanos Carlos Alberto y Orlando Ricardo Ortiz, Mario Marcelo Gutiérrez y Herminio Zárate. El juicio es el producto de la acumulación de cuatro causas. Entre las víctimas se encuentran la docente Dominga Alvarez de Scurta y Osvaldo José Gregorio Garibaldi, ex empleado del Ingenio Ledesma, ambos desaparecidos. También se juzgarán las torturas y asesinatos de Jaime Rafael Lara Torrez, María Alicia del Valle Ranzoni, Juana Francisca Torres Cabrera, Pedro Eduardo Torres Cabrera y Jorge Ernesto Turk Llapur.
Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos de Jujuy resaltaron ayer, en una conferencia de prensa, la importancia del nuevo juicio, que se da en el contexto del avance de las imputaciones contra los partícipes civiles del terrorismo de Estado. Judith Lara, hermana de Jaime Lara Torrez, detenido-desaparecido el 10 de junio de 1976, recordó que su hermano fue sacado de su casa en mayo de ese año en el barrio Los Perales, luego de arribar por lo menos cuatro vehículos con sus captores. Con relación a la campaña mediática en defensa de Pedro Blaquier, la titular de Madres y Familiares, Inés Peña, manifestó que en el programa Sin límites, que se emite por el Canal 7 de Jujuy, le negaron a la entidad el derecho a réplica sobre expresiones de Horacio Aguilar, uno de los abogados del empresario, hecho que fue denunciado ante la Afsca. “Salió diciendo mentiras y descalificando hechos que han sido investigados por la Justicia sobre las denuncias que pesan sobre Blaquier y el ex administrador del ingenio Alberto Lemos”, enfatizó Peña.
Al Tribunal Oral Federal que llevará adelante el proceso lo presidirá la jueza Fátima Ruiz López, secundada por los vocales Daniel Morín y Federico Díaz. El tribunal informó que autorizará la difusión por medios audiovisuales de tres tramos del juicio: los actos iniciales (apertura y declaraciones de los imputados), los alegatos de las partes y la lectura de la sentencia. En representación del Ministerio Público Fiscal estarán los fiscales Francisco Snopek y Pablo Pelazzo. Más de medio centenar de testigos declarará los miércoles y jueves de septiembre y octubre, a partir de las 9.30, en la sala de audiencias del Colegio de Abogados jujeño, que tiene entre sus socios a Eduardo Carrizo Salvadores, uno de los imputados en el proceso por la Masacre de Capilla del Rosario, en Catamarca, por el fusilamiento de un grupo de combatientes del ERP que se entregaron con vida en agosto de 1974. Pese al reclamo de los organismos, el Colegio se niega a expulsarlo con el argumento de que no tiene condena firme.
03/09/13 Página|12
LA HISTORIA LIBERAL
"Pero afortunadamente hay otro pasado argentino que no por desconocido es menos real. Hay una historia argentina que reconforta a quienes siempre creímos en la Argentina y en sus destinos; una Historia en la que abundan hombres y rasgos de firme y neto patriotismo. No importa que la historia liberal haya ocultado esos rasgos y lapidado a esos hombres con epíteto denigrantes, para mejor cumplir su tarea..."
José María ROSA.
PARA MASSITA....
...Y TANTOS OTROS...
"Creyó que era cuestión
de alzarse y nada mas
romper lo consagrao
matar lo que adoró,
no vio que a su pesar
no estaba preparao
y el solo se enredó al saltar."
Enrique Santos DISCÉPOLO.
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