martes, 2 de abril de 2013

MALVINAS POR JULIAN DOMINGUEZ, OPINION

El desafío de recuperarlas Por Julián Domínguez * Desde la llegada a la Casa Rosada de Néstor Kirchner, el desafío de recuperar la soberanía de las islas Malvinas se transformó en una política de Estado, ratificada tanto por Néstor como por nuestra presidenta Cristina Fernández de Kirchner en todo foro internacional del que participaron. El Congreso Nacional también ha fortalecido la idea de cimentar una política exterior de Estado en la que se asientan los pilares de los derechos y reivindicaciones soberanas argentinas sobre las islas del Atlántico Sur. El mejor ejemplo de ello es la declaración de Ushuaia de marzo de 2012, aprobada por unanimidad por todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria. La respuesta británica a esta firme decisión del grueso de las fuerzas políticas y sociales de nuestro país ha sido la organización de un referéndum entre los isleños, plebiscito que carece de cualquier valor legal internacional. La presidenta Cristina Fernández de Kirchner ha expuesto en reiteradas ocasiones que la única vía que acepta Argentina para la resolución del conflicto es el diálogo bilateral, y la ONU ha dejado en claro a través de sus resoluciones que las partes que deben intervenir son dos y no tres. Porque quienes hoy habitan el suelo de las islas son británicos, no población nativa, y eso es así desde la invasión británica en 1833. Actualmente, el gobernador británico en las islas es elegido por la reina a propuesta de su secretario de Estado de Asuntos Exteriores y de la Commonwealth Británica. Según el texto constitucional, el gobernador representa a la reina de Inglaterra, y de ella deriva su legitimidad. Nunca ha habido avances en este sentido, a pesar de los pedidos locales de mayor autonomía. Los argentinos no tenemos problema con que los isleños elijan sus propias autoridades, siempre que con sus decisiones no afecten los valores consagrados en nuestra Constitución Nacional. No queremos imponerle nada a la población de las islas Malvinas. Queremos que sigan trabajando y creciendo allí, con su cultura y sus costumbres. Eso sí: queremos que, por estar ocupando un territorio que es nuestro, acepten nuestro estado de derecho. Esto es demostrable en los más de 200.000 británicos y descendientes de británicos que habitan el suelo continental argentino y que gozan de los derechos y obligaciones que emanan de la Constitución Nacional y desarrollan su vida en plena libertad. Este indeclinable pedido de Argentina para que se reconozca su soberanía sobre las islas tiene sustento en el pasado inmediato. El 11 de junio de 1974, representantes de la Embajada del Reino Unido en Buenos Aires, por orden expresa de las autoridades británicas, le propusieron al canciller del gobierno de Juan Domingo Perón, Alberto Vignes, comenzar a discutir las salvaguardias y garantías que se les otorgarían a los isleños en la eventualidad de un condominio sobre las islas Malvinas. La muerte del general, a las tres semanas, dejó truncas estas negociaciones. Este hecho olvidado de nuestra historia señala dos cuestiones: que a través del diálogo se puede llegar a una solución satisfactoria; y que Gran Bretaña, en el fondo, siempre supo que las Malvinas eran y son argentinas. Con el derecho de nuestro lado, el próximo desafío es lograr que Gran Bretaña se siente a la mesa de negociaciones. Y para eso tenemos que usar todos los recursos, tanto diplomáticos como políticos. Siempre sobre la indeclinable base de buscar una salida pacífica al conflicto, debemos ser creativos a la hora de plantear posibles soluciones pacíficas. Quiero hacer propia una frase contenida en el mensaje final de la V Conferencia General del Episcopado Latinoamericano y del Caribe, realizada en Aparecida, Brasil, en 2007, texto que fue mencionado por el papa Francisco a nuestra Presidenta durante la audiencia que mantuvieron hace unos días: “Esperamos hacer de este continente un modelo de reconciliación, de justicia y de paz”. En esa audiencia, nuestra Presidenta contó que la cuestión Malvinas estuvo presente, una señal que nos llena de orgullo y esperanza a todos los argentinos. Y en especial a los de mi generación, que llevará por siempre la marca de la guerra de Malvinas. * Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación. Relecturas de Malvinas Por Mario Goloboff * Como sucede también en otros ámbitos y países, acontecimientos de la magnitud de Malvinas suelen provocar enorme cantidad de textos de toda índole y una puesta al día de la literatura con la historia, con el presente, con la realidad. Esa inmediatez conspira a veces contra la profundidad, la calidad, aunque quedan algunos muy rescatables. Conviene hablar de ellos. Gustavo Caso Rosendi, combatiente en Malvinas nacido en 1962, en Chubut, vive ahora en La Plata; ha escrito otros libros antes, publicados e inéditos. Soldados se presenta como escrito en 2003/2004; las fechas subrayan el paso del tiempo, con el correspondiente beneficio para los poemas, hechos cuando las impresiones habrían decantado, se las ve de lejos y puede estetizárselas. Así, se trata de una poesía que, cualesquiera hayan sido las vivencias del “soldado”, sin duda viene al libro de la experiencia, aunque mediada por la literatura, por la mejor literatura, extranjera y argentina. Por ser el material de que se trata, lo que suele denominarse “el contenido”, ello sorprende (diría: gratamente), porque en estos casos testimoniales el lector espera encontrar vivencias en bruto, pero acá son reelaboradas por las (buenas) artes de la creación estética. Otra cosa que sorprende es que la primera imagen que encontramos, de modo ciertamente paradójico, es una resonancia de la mejor poesía de lengua inglesa (T. S. Eliot: “The waste land”) en un poemario que comienza: “Se asoman cada noche/uniformados de musgo/desde la tierra parturienta...”. Esta imagen de la tierra que se abre, no aquí para parir sino para tragar, continúa en “Naturaleza muerta” (“La tierra se abría/y nos iba comiendo/Verdes manzanas machucadas”) y en otros. Los indicios de la mediación literaria son numerosos. Algunas de las piezas llevan por todo título la cita de un poeta mayor: el primero, de Guillaume Apollinaire (soldado voluntario él mismo, durante la Primera Guerra Mundial, herido en la cabeza y fallecido a raíz de dicha herida); el segundo, de Giusseppe Ungaretti; luego, William Blake, Dylan Thomas, Juan Gelman... Otras llevan títulos como “Nevermore” y juegan con el cuervo de Edgar Allan Poe, o alusiones a Caronte en el poema “Despedida”, a SaintExupéry y El principito, a Moby Dick en “Puerto Madryn”, o un poema cuyo título es “Tenía razón Oscar Wilde”. A pesar de toda esa literatura que transcurre, o quizá debido a este hecho, la voz es sumamente original, viene del interior del poeta y va hacia el interior del lector, en lo cotidiano, lo ínfimo, y también en el recuerdo minucioso de lo doméstico, lo individual y personal que pudo haber en la guerra. Parece estar diciéndonos que las cosas, cuando suceden, así sean inmensamente colectivas, son, para cada uno, irreductiblemente familiares, personales. Y éste es, y desde ahí, el gran valor de lo vivido para la sociedad. Otra cosa que hace Rosendi, mejor dicho que no hace, y eso embellece el sentido, es calificar, juzgar, elegir. La suya es una escritura melancólica y hasta nostálgica: de un pasado y un lugar en los que se estuvo por los dictados de la vida y, sin reprochárselo a nadie, se acumularon dolores y experiencias, gracias a lo cual (aunque parezca mentira, pero no lo es) hoy puede saber qué es brindar por la felicidad: “Y porque aún nos perdura/la tristeza es que estamos felices/y porque sabemos que de alguna/manera no nos han vencido/es que brindamos” (“Brindis”). Rescato también un texto de Néstor Perlongher (“Todo el poder a Lady Di”), conocido poeta y militante por los derechos de los homosexuales, nacido en 1949 y fallecido en 1992; es uno entre varios de carácter poéticodenunciatorio publicados por él en forma casi clandestina en la revista feminista Persona durante 1982, año de los combates en Malvinas. Tuvo la virtud de ser, en aquellos tiempos de nacionalismo exacerbado, de confusión interesada y de impensadas y generosas complicidades, una de las pocas voces que se alzaron en la Argentina para señalar la esencia autoritaria y represiva de los acontecimientos iniciados por la Junta en el poder. Los que hicieron que “en nombre de una abstracta territorialidad, que en nada ha de beneficiarlas, las castigadas masas argentinas (o al menos considerables sectores de ellas) se embarcan en la orgía nacionalista y claman por la muerte”. Nada de lo que dice Perlongher con tanta claridad es inexacto, y no parece atribuible a una visión política sino poética de la situación: los políticos especulaban por ese entonces con los sentimientos de nacionalidad de nuestro pueblo, y algunos de izquierda sumaban a ellos vagas reivindicaciones anticolonialistas (¡en manos de la Junta!). A su lúcida visión, Perlongher agrega un agudo enfoque de género (“el ansia de guerra de las masas –supremo deporte de nuestras sociedades masculinas–”) que subraya el carácter despótico del poder. Todo esto no impide que su crítica política sea tan ajustada y que, desde un solitario rincón, entre marxista internacionalista y libertario, denuncie con veracidad las posturas seguidistas y oportunistas de quienes apoyaron la aventura militar. No quiero privarme de una pequeña joya hermética, que viene de una mujer, Sandra Cornejo, quien tenía la edad de los soldados en Malvinas, y escribió este poema de tres líneas, titulado solo “Clase 62”: “Llegó el verano/pero no estabas bajo la nieve./Jamás te olvidaremos”. Por último, imposible eludir, por tantas razones, el texto ya célebre de Jorge Luis Borges, “Juan López y John Ward” (1982) (“...Hubieran sido amigos, pero se vieron una sola vez cara a cara, en unas islas demasiado famosas, y cada uno de los dos fue Caín, y cada uno, Abel...”). Dejando de lado previsibles consideraciones sobre sus diferentes posturas y actitudes políticas a lo largo de los años, y a lo largo también de los años de la dictadura, no sorprende esta pieza que recrea, con variaciones no fundamentales, uno de sus temas esenciales, el de “el otro, el mismo” (como reza el título de su famoso libro), y que leímos, notoria aunque no únicamente, en “Poema de los dones”, “El otro tigre”, “Le regret d’Héraclite”, “El tango”, “El otro”, “Emerson”, “Junín”, “Tankas” 6, “Un mañana”, “1972”, “All our yesterdays”, “No eres los otros” y “La moneda de hierro”, última pieza del libro homónimo. A menudo, los “otros” son aquéllos que ha querido ser y no ha podido ser; a veces, se trata de la confusión entre dos seres opuestos: el traidor y el héroe, el hereje y el ortodoxo, el bárbaro y el civilizado, etc.. Este desdoblamiento se hace interior cuando ambas calidades se reúnen en una misma y única persona, ya sea la de quien narra el relato o la del hablante lírico. Claro que, en Borges, uno no puede limitarse a una sola vía de acceso y debe interrogarse sobre muchas otras. ¿Hay una nueva consideración sobre la historia? ¿Sobre el papel de las naciones? ¿Sobre la fiebre nacionalista en un mundo de extranjeros? ¿Sobre su propia identidad argentina? ¿Hay, también, acaso, algo de autocrítica ante su mirada siempre condescendiente (por decir lo menos) hacia esos militares que emprendieron el feroz delirio? ¿También la confesión final de que no puede sino aceptar un viejo mandato literario: “usted podrá evadirse de la realidad, pero no su obra”? * Escritor, docente universitario. 02/04/13 Página|12 GB

lunes, 1 de abril de 2013

CAUDILLISMO, OPINION LA JORNADA DE MEXICO

Caudillismo, caudillos y líderes políticos en AL Por Marcos Roitman Rosenmann Los caudillismos siempre han sido aborrecidos. Su aparición se vincula al ejercicio autocrático del poder, en el que proliferan el miedo y la represión. Su correlato, la figura del caudillo. Un personaje deleznable como el régimen que preside. Los caudillos suelen ser considerados seres enfermizos, con delirios de grandeza, sueños faraónicos y proyectos imperiales. Sujetos que acumulan un poder desmesurado, sin control y al margen de las instituciones. Algo parecido a un monarca absoluto. "El Estado soy yo", al decir apócrifo de Luis XIV, el Rey sol francés. Los caudillos nunca han gozado de buena prensa, sobre todo cuando su definición se homologa a dictadores sin escrúpulos. Si echamos un vistazo al siglo XIX latinoamericano, el apelativo se adjudicó a figuras como Juan Manuel de Rosas en Argentina y Facundo Quiroga, tan bien descritos por Domingo Sarmiento en Facundo, civilización o barbarie. En Paraguay, el mote recayó en José Gaspar Rodríguez, de Francia, inmortalizado por Augusto Roa Bastos en su novela Yo, el supremo. Ningún país se libra de tenerlos. En Bolivia, los focos se centran en Manuel Mariano Melgarejo, asesinado en el exilio en 1871. Su personalidad ha sido objeto de múltiples chascarrillos. Alcides Arguedas lo retrata en su obra Los caudillos bárbaros. La lista es larga. Entre tantos, un caso singular, Chile, donde el caudillo nunca ocupó la presidencia. Ahí se habla del "hombre fuerte" que aglutinó a las "fuerzas vivas" del país para construir el Estado, Diego Portales. Resulta significativo que en 1973, tras el golpe de Estado, la junta militar, encabezada por Pinochet, adjetivara la sede de la dictadura como "Edificio Diego Portales", antes llamado Gabriela Mistral. Existe, al menos, en América Latina otra perspectiva de análisis que vincula el caudillismo a las montoneras, llaneros o cimarrones, identificándolo como un movimiento social cuasi espontáneo y popular. A decir de Gastón Carvallo, uno de los grandes especialistas, el caudillismo "es pues, en buena medida, la expresión más acabada del bochinche. Individualista y anárquico, invertebrado, tiene en sus genes la grave contradicción de esos sentimientos y aspiraciones que, paradójicamente, se encuadran en una organización que aún cuando laxa tiende a crear jerarquías que casi siempre caricaturizan la organización militar sin encontrar su fundamento en un cuerpo doctrinario". En Venezuela, el movimiento de los llaneros, durante la segunda república, 1813-1814, hace mérito a la definición. La figura controvertida de su caudillo, José Tomás Boves, apodado El león de los llanos, aglutinó a las clases populares y los campesinos pobres. Déspota o un caudillo popular, según las versiones, Simón Bolívar lo inmortalizó con el mote de Azote de dios. En cualquier caso, se enfrentó a la oligarquía criolla que lo detestaba. Si el caudillismo es un movimiento social, los caudillos acaban negando su esencia. Imponen su voluntad por medio de favores y privilegios, abriendo una brecha infranqueable al reprimir el movimiento. Nuevamente cito a Carvallo: "El caudillo tomó su condición real de autócrata despótico, buscando con ello la estabilidad con base en métodos que muy poco o nada tenían que ver con el carácter caudillista original. Es decir, el caudillo, para perpetrarse, tuvo que enfrentar su propia base de apoyo". Para la historiografía oficial y la sociología académica el caudillo se asocia a grandes propietarios terratenientes. Oligarcas y caciques regionales que mutaron disputando el poder del Estado. Como caudillos aborrecieron y renegaron de las clases populares, descargando sobre ellas una violencia extrema. Preocupados por mantener el poder, el caudillo, siempre actuó en defensa de los intereses de las clases dominantes. Su aparición, en algunos casos, estuvo motivada por una crisis de legitimidad y un miedo hacia las revoluciones populares. El prototipo de caudillo en América Latina lo tenemos en la figura de Rafael Leónidas Trujillo, conocido como El jefe, cuyo poder omnímodo, en República Dominicana, lo ejerció desde 1930 hasta el día del magnicidio, el 30 de mayo de 1961. Otro ejemplo de caudillo fue el dictador español Francisco Franco. Las monedas de curso legal en España, durante más de 40 años, traían su efigie con el lema "Francisco Franco, caudillo de España por la gracia de Dios". Ambos se hicieron nombrar "generalísimos" y se valieron de una supuesta personalidad carismática para urdir sus redes de privilegio, exclusión y muerte. En América Latina tenemos caudillos, dictadores y también dictadores-caudillistas, estos últimos cobijados bajo el paraguas del poder militar. Por ejemplo, Duvalier en Haití, Somoza en Nicaragua, Stroessner en Paraguay, Pérez Jiménez en Venezuela, Estrada Cabrera en Guatemala, Tiburcio Carías en Honduras y Fulgencio Batista en Cuba. Es verdad, caudillos, dictadores y dictadores-caudillistas poseen rasgos comunes. Todos se proclaman salvadores de la patria. Cuando ejercen el poder se encuentran libres de ataduras éticas, morales y, sobre todo, político-institucionales. Se consideran héroes librando una cruzada contra el maligno, muchas veces representado, como no podía ser de otra manera, en el siglo XX y XXI, por el marxismo, el socialismo, el comunismo o ideologías disolventes de la civilización occidental, la familia, la patria y Dios. Nuestra América lleva dos siglos de vida independiente y aún destila escritores, científicos sociales y publicistas que etiquetan cualquier proceso político popular, antiimperialista y anticapitalista como el resurgir de un populismo encabezado por un caudillo. El imaginario común, Juan Domingo Perón en Argentina, Getulio Vargas en Brasil, Arnulfo Arias en Panamá, José Figueres en Costa Rica, Paz Estenssoro en Bolivia o Velasco Ibarra en Ecuador. Es posible que caigan en esta denominación Lázaro Cárdenas o Plutarco Elías Calles. En esta dinámica, dejándose llevar por un rechazo a los movimientos populares como motores del cambio social, se descalifica, caricaturiza y declara obsceno a líderes políticos cuya autoridad radica en la capacidad de convencimiento en las urnas y no en un discurso populista o un quehacer caudillista. Lo nacional-popular incomoda. Los publicistas del nuevo caudillo confunden, manipulan y pierden rigor teórico y político en pro de una explicación sesgada. Con un tono neutral-valorativo dicen mantener las distancias. Creo, confunden caciques, caudillos y caudillos con líderes políticos y liderazgo social. En esta dimensión el líder, a diferencia del caudillo, autócrata por excelencia, sobresale por la capacidad de conducción, siendo sus cualidades a destacar la rectitud, la moral, la virtud ética de poder y el respeto a sus conciudadanos. El carisma y la personalidad influyen, pero en el líder se disuelve y trasforma en legitimidad cotidiana. El líder no vive del carisma político, a decir de Weber. Y lo más destacable: el líder no se limita a administrar el poder, es precursor, tiene la capacidad de transformar el orden constituido. Su liderazgo deviene autoridad participante. Es un mandar obedeciendo lo que identifica el liderazgo. Así se complementa con un papel activo de la ciudadanía, al contrario que el caudillo que disuelve y reprime la participación popular. Liderazgos políticos afincados en proyectos democráticos escasean en el mundo y hay pocos en América Latina, de ahí su relevancia cuando surgen. Los líderes se impregnan de la historia de sus países, recorren el territorio, hablan con su gente, escuchan y saben interpretar los anhelos de justicia social, las demandas de los trabajadores, las mujeres, la juventud y los pueblos originarios. Por ello cuando se asocia a Hugo Chávez con un movimiento caudillista y se le adjetiva como caudillo se está cayendo en un despropósito. Hugo Chávez no ha sido caudillo ni "jefe" de un movimiento caudillista. Apegado a la Constitución, respetuoso de las libertades públicas, civiles e individuales, nunca estuvo por encima de las leyes ni reprimió, torturo, exilió o mando asesinar a miembro alguno de la oposición. Todos, rasgos inherentes a los caudillos y sus regímenes. Hugo Chávez ha sido un líder, un estadista para su pueblo y América Latina. Así se le recordará, muy a pesar de sus detractores. La Jornada, México GB

ENTREVISTA A DANIEL SCIOLI.

Entrevista a Daniel Scioli "Que yo sepa, para hacer política no hay proscripción" Por Jorgelina Naveiro El gobernador habla de su relación con Cristina, los cuestionamientos del kirchnerismo y el conflicto docente. Atajo penales todos los días, dice Daniel Scioli mientras posa en el arco de Villa La Ñata Football Club, el equipo que fundó para despuntar el vicio de jugar ese deporte y que en una semana debutará en la Primera B de Futsal. Es Viernes Santo y recibe a Tiempo Argentino después de una semana agitada en la que intentó destrabar el conflicto docente sin éxito y fue desafiado por ministros y dirigentes kirchneristas a alinearse al proyecto nacional. A lo largo de una hora, el gobernador bonaerense hablará de esos "penales", de las críticas, de su diálogo con Cristina Kirchner, y de la candidatura de Karina Rabolini. Hablará en código Scioli: sin respuestas directas, con mensajes implícitos, sin hacer nombres. A su estilo, Scioli da a entender que no se siente presionado a romper con el kirchnerismo y atribuye todas las críticas a los fanáticos que "pensaban que iba a estallar todo por el aire" en la provincia. "Algunos pensaban que no íbamos a poder llegar a esta propuesta del 22,6%, y ahora que llegamos les molesta", dice en relación al aumento salarial que otorgó por decreto a los maestros, el tema al que volverá una y otra vez tras cada pregunta. Admite que "se requiere más fortaleza y firmeza para no responder a las provocaciones" que para hacerlas. Y se defiende: "No soy hipócrita." Scioli no quiere hablar de listas ni de cómo trabajará para sumar bancas propias en octubre en la Legislatura, donde está en minoría. Pero descarta una candidatura testimonial a diputado como la de 2009 porque, subraya, tiene responsabilidades institucionales hasta 2015. ¿Habla con la presidenta de política? No desde el año pasado, pero confía en que, a medida que el cronograma electoral se acerque, volverán a hacerlo. ¿Le pedirá a Karina que se postule? Dice que no, tajante, y dispara: "Son pavadas que se dicen." –Funcionarios y dirigentes kirchneristas volvieron a cuestionarlo esta semana y a pedirle que se alinee con el proyecto. ¿Se siente presionado? –Yo corría a 250 km por hora arriba de olas de dos metros, así que imaginate a las presiones que me he expuesto en mi vida. Es como que, cuantas más situaciones difíciles se presentan en el camino, tengo más serenidad, tranquilidad y confianza. No pierdo de vista nunca las prioridades, que por estos días son encauzar la normalización del ciclo lectivo. –¿Usted siente que lo acorralan para que rompa? –Hoy leía una columna de un periodista, que dicen que es muy particular porque vive en Pinamar y no habla con los protagonistas a los que dedica sus análisis, y él decía: "Hace nueve años y medio que es inminente la ruptura entre Scioli y el kirchnerismo…” (Se ríe). Me pareció interesante como síntesis. –¿Hoy el diálogo con la Nación está cortado? –Cada gobernador tiene sus responsabilidades. No soy de andar poniendo excusas, sino que encaré cambios muy profundos y pude alcanzar un acuerdo con gran parte de los gremios y una propuesta del 22,6% de aumento. Algunos pensaban que no íbamos a poder llegar a esta propuesta y ahora que llegamos les molesta. Pensaban que iba a saltar todo por el aire, que no íbamos a poder, entonces empiezan a embromar de alguna manera. –¿No siente entonces que sea el peor momento de su relación con Cristina? –En este momento veo una brecha que a veces se agranda más entre algunos fanáticos que buscan sobreactuar en todo momento, agradar de cualquier manera, no me refiero a nadie en particular, y después las decisiones las va tomando ella. Hay casos emblemáticos como lo de (Jorge) Bergoglio. Cuando yo me reunía con él me cuestionaban y decían que me reunía con el "líder de la oposición" y ahora van todos, rescatan sus valores y su compromiso social. Yo no soy hipócrita y no voy buscando cambiar de opinión para agradar más o menos a la presidenta sino que mantengo una coherencia. Cuando inauguré la planta de residuos con el jefe de Gobierno, Mauricio Macri, estaban todos: "Uy, mirá, se sacó una foto, inauguró una planta, uh". El otro día se inauguró el subte y estaba un ministro nacional compartiendo con él la inauguración. Dicen que yo hablo con la oposición y en la delegación a Roma, ¿quién estaba? Ricardo Alfonsín, que fue el candidato a presidente de (Francisco) De Narváez. No hay que ver la foto, sino la película, y la película es muy clara y ya tiene diez años. –O sea que usted se siente respaldado por la presidenta... –Yo siento que la presidenta y el gobierno nacional vienen desarrollando políticas que a la provincia la han hecho crecer a lo largo de estos años, como la reindustrialización, la sustitución de importaciones, las inversiones directas en los municipios que yo siempre aliento y facilito. Yo le digo a los intendentes: traten de lograr la mayor cantidad de obras para su gente. No ando con susceptibilidades, mezquindades y esas miserias políticas que terminan perjudicando a la gente. –Usted dice que la presidenta ayuda a la provincia, pero este año el pedido de auxilio financiero no llegó. –Está bien, pero yo no puedo evaluar o sintetizar la ayuda sólo en términos económicos. Cuando se pudo, se pudo. Sabemos que hay exigencias fiscales mayores a nivel nacional, entonces los gobiernos provinciales fuimos readecuando nuestra estructura impositiva. La Nación tiene otros mecanismos: tiene el cambio de la carta orgánica del Banco Central, tiene la posibilidad de emitir. Las provincias tenemos que financiarnos con impuestos y llevar adelante muchas inversiones con financiamiento, no el pago de salarios. Los salarios los pagamos con recaudación genuina: esto lo digo por tantas pavadas que se dicen. Esta es la brecha que yo veo muchas veces: la presidenta habla de tolerancia, de diálogo, y algunos siguen buscando con una declaración u otra… Te puedo asegurar que se requiere más fortaleza y firmeza para no responder, a pesar del instinto humano y natural que uno podría tener. –El año pasado hubo un momento de crisis económica y política por el aguinaldo. ¿Pensó en renunciar en ese momento? ¿Lo pensó en algún momento? –Mi vida personal y política es testimonio de compromiso. No puedo ni siquiera responder a una pregunta así porque he demostrado que a lo largo de todos estos años he sentido el deber y la responsabilidad de honrar cada una de los trabajos que la gente me ha confiado. No puedo andar respondiendo semejantes elucubraciones y expresiones de algunos. –¿Volvería a ser candidato testimonial como en 2009? –En ese momento hubo circunstancias muy particulares en las que el ex presidente Néstor Kirchner pensó y planificó una estrategia electoral para defender el proyecto. Estábamos todos: mi vicegobernador Alberto Balestrini; el jefe de Gabinete, Sergio Massa, 45 intendentes, Néstor y yo. Esto no tuvo el acompañamiento ni el resultado de triunfo esperado y, por lo tanto, la que conduce es la presidenta, y ella tendrá definiciones con respecto a esto, de qué manera legisladores que estén comprometidos a nivel nacional y provincial llevarán adelante el desafío electoral. Nosotros tenemos responsabilidades que la Constitución nos marca hasta 2015, tanto ella como yo. –¿Cuándo fue la última vez que habló con Cristina de política? –El año pasado creo que hablamos, ¿no? Nos veremos esta semana de vuelta porque hay un acto en la Casa de Gobierno por material educativo y ahí voy a estar. –¿Tiene diálogo normal con ella? –Cuando se da la posibilidad y la presidenta dispone de tiempo se puede dar de conversar. Hay veces que ha sido más fluido, otras veces no. Yo respeto muchísimo sus tiempos. Mientras tanto, yo como todo gobernador, hago mi trabajo, no voy a andar haciendo cuestiones porque no pueda tener una conversación. Imagino que, en la medida en que nos vayamos acercando cada vez más a la fecha de la definición de la estrategia electoral para este año, conversaremos estas cuestiones políticas, mientras tanto ella está abocada a la gestión y yo también. –¿Cómo piensa el armado de listas? –Hoy estoy pensando en que los chicos puedan llevar su ciclo lectivo en forma normal, que es un tema muy serio. –¿Pero va a trabajar para tener una mayoría propia en la Legislatura? –Ese es un tema que recién dentro de 90 días se va a hablar. Todos quieren adelantar los tiempos. Hay quienes tienen más tiempo para pensar. No es mi caso: tengo una agenda de inseguridad que estoy enfrentando, estoy preocupado porque todavía no se pudo aplicar la ley de armas (excarcelaciones). –Karina dijo que sólo sería candidata si Ud se lo pide. ¿Se lo va a pedir? –No (tajante). No. Estas son las pavadas que también se dicen. Karina es mi mujer desde hace 27 años. Yo corría en lancha y ella me acompañaba. Después, cuando empecé en la política, ella estaba. Ella tiene su trabajo y aparte preside la Fundación del Banco (Provincia), porque es algo tradicional en la provincia. Siempre la mujer de los gobernadores presidió la Fundación. Ella le dio un perfil social, ella hace este trabajo y colabora desde ese lugar. –¿Cómo es la relación con Alberto Fernández, que ahora se sumó a La Juan Domingo? –El diálogo es un símbolo de democracia. Cuando más dificultades encuentro en el camino, más abro mi cabeza y me gusta cambiar opiniones con distintos dirigentes. Alberto es una persona que fue un colaborador de Néstor y de Cristina con una responsabilidad enorme. Tiene vocación de volcar su experiencia, pero eso enseguida se quiere tergiversar. Que yo sepa no hay proscripción para nadie de hacer política o de tener sus aspiraciones. Él da a conocer sus opiniones, lo mismo los compañeros de La Juan Domingo o los de cualquier agrupación que pueden tener sus aspiraciones, voluntad de decir y hacer como pasa dentro de la diversidad de sectores que apoyan a la presidenta. –¿Cuando Fernández habla de romper, no habla en nombre suyo? –Cuando yo tengo que hablar, hablo yo. Eso no significa descalificar a nadie. No ando ni hablando off the record ni con intriga, tengo una manera muy llana de comunicarme, siempre ha sido así. –¿Habla con su hermano Pepe sobre las declaraciones políticas que hace y que lo involucran? –Yo hablo con mi hermano como hermano, más allá de las diferencias en las visiones políticas que podemos tener, y que no son de ahora sino de hace 4 años, cuando él fue muy sincero con él mismo y tomó una posición y empezó a trabajar con De Narváez. Como todo buen hermano, cuando ve que yo estoy pasando momentos difíciles, sale a defenderme. –¿Pero no cree que sus declaraciones, como que hay un boicot en su contra, lo complican en el seno del oficialismo? –Él tiene una manera de hablar que es para defender a su hermano y después un posicionamiento político que tengo que respetar. O cuántas personas ligadas al gobierno tienen conmigo las peores críticas, y yo no involucro a la presidenta cuando manda a un dirigente u otro. Son opiniones de los dirigentes. Midamos todo de la misma manera. Trato de que la política no destruya los vínculos familiares. Yo también soy así con él, siempre en momentos muy difíciles nos hemos apoyado mutuamente. Él tiene una posición crítica y diferente de muchas cosas desde hace ya cuatro años. EL CONFLICTO DOCENTE Desde enero, el gobierno mantiene abierto un conflicto con los maestros, que ya llevan ocho días de paro y amenazan con tres más a partir del 8 de abril. Esta semana será clave para frenar esa medida de fuerza, pero las posiciones parecen irreconciliables. Scioli dice que no puede moverse del 22,6 por ciento. –¿Van a modificar la oferta docente o adelantar sumas de diciembre a septiembre, como ocurrió con los estatales? –No. Yo les dije a los docentes: tratemos de encontrar una solución que no pase por reabrir la paritaria, dados los acuerdos tan amplios alcanzados por los otros gremios estatales. –El Frente Gremial Docente dice que la primera cuota implica un porcentaje menor al nacional. –En un momento de la reunión le dije a (Roberto) Baradel: "Vamos a hacer un ejercicio informal. Vamos a suponer que en esa primera cuota - que respeta el piso nacional, que respeta todo- nosotros hacemos un esfuerzo mayor, ¿vos aceptás? Ah, no no, me dijo.” Como ejercicio, en una reunión informal, ¿te das cuenta? Así es muy difícil. Acá hay una realidad objetiva: la inflación se está desacelerando –fruto de los acuerdos de precios - y no es lo mismo un 22,6% con una inflación proyectada del 25% que una inflación que se prevé estará por abajo del 20 por ciento. –Parece un argumento complicado para que los gremialistas lleven a las bases -Pero los otros gremialistas lo han logrado explicar. Un buen salario es el que se puede cobrar también. Yo no sólo tengo que pagar los salarios de los docentes. Hemos hecho cambios impositivos y logramos avanzar en un 70% de ingresos propios, que parece que es lo que molesta a los que esperaban que la provincia reviente antes. El financiamiento que aprobó la Legislatura es para completar inversiones. Ya se autorizó a tres provincias y esperamos que también se pueda normalizar con Buenos Aires. –¿Cómo van a hacer que los chicos vuelvan a las aulas si las posiciones son tan contrarias? –Esperando que, mientras seguimos conversando, no se convoque a más medidas de fuerza. Vamos a seguir hablando a ver si aparece otro tipo de solución. –¿No piensa en dictar la conciliación obligatoria? –No, no es mi manera de trabajar. -–Cuando habla de otra solución, ¿a qué se refiere? –El sistema educativo tiene una estructura muy particular. Les dije a los gremios de trabajar las licencias médicas. –¿Quiere ahorrar por ese lado? –Estamos encarándolo y todo recurso que podamos mejorar en el sistema educativo se va a reinvertir en él. Es una injusticia cuando hay un uso distorsionado de lo que es el derecho a una licencia médica. Nos encontramos con casos que fueron llevados a la justicia. –¿No cree que las declaraciones de Alberto Pérez, cuando dijo que Baradel tenía una actitud destituyente, o de Oscar Cuartango, que dijo que iba a negociar con una pistola en la nuca complicaron la negociación? –(Piensa) Prefiero quedarme con lo que fue la imagen de la última reunión y prefiero que todo siga en ese camino. « "La provincia no anda mendigando" –Para bajar gastos decidió estatizar la limpieza en los hospitales y seguiría por los ministerios –Sí, se está avanzando en eso, pero cualquiera de esas medidas representa algo mínimo comparado con los valores que hablamos. Cada punto de aumento son 700 millones de pesos. Hemos liquidado aeronaves, hemos bajado gasto en celulares, coches… pero bajás todo eso y tenés un ahorro con toda la furia de 40 o 50 millones al año. Estamos hablando de una pauta salarial de 14 mil millones. El tema es que aún está ese lastre histórico, que tiene que ver con el congelamiento del Fondo del Conurbano. La provincia es solidaria con el resto del país, Buenos Aires aporta el 40% y lo que no distribuye en la provincia, va a las otras provincias. La provincia no anda mendigando. Hay que cambiar el enfoque de la cuestión. –¿Cuál sería el cambio de enfoque? –Cuando la provincia dice que se está pidiendo plata, no es que anda pidiendo plata, justamente tendría que lograrse un nuevo… (se interrumpe), está en la Constitución y lo dijo Kirchner en algún momento. –Un nuevo esquema de coparticipación… –Lo dijo Néstor en 2003 y cuando fue candidato a diputado, pero no es una decisión que dependa de la presidenta sino que depende de la articulación de todos los gobernadores, algo que es muy difícil de alcanzar. Cambiar de enfoque es ver que la provincia cuando recibe eso, está recibiendo plata de la que está aportando. Una cosa es que pida arriba de lo que aporta y otra es que pida parte de lo que aporta. También la Nación aporta mucho a la provincia en forma indirecta y yo siempre lo he dicho. Infonews GB

¿Qué me perdí? Por Eduardo Aliverti

Hace un par de domingos, Horacio Verbitsky escribió aquí que “de tanto en tanto, la sociedad argentina es atacada por raptos de euforia en los que un tema central reclama la unanimidad de las voluntades y la exclusión de los disidentes, como si su mera existencia ofendiera la exaltada sensibilidad colectiva. Ese poder hipnótico parece capaz de abolir diferencias, historias personales e intereses sociales. El que no salta es un inglés o un holandés, o un cuerpo extraño a la Nación y enemigo del pueblo”. Es imposible no darle la razón. Sí supongo que cabe dudar en torno de que esos embelesos pasajeros sean acaso una característica privativa de nuestro pueblo (que no es lo que Horacio dice, aclaremos, sino el desafío de ampliar su concepto). Por causas que pueden ser circunstancias de baja autoestima social, sentimientos patrioteros que permanecen guardados hasta que salta un chip y salen en masa a la superficie, hábiles manipulaciones mediáticas, líderes con muy buen sentido de la oportunidad, temas extremadamente sensibles a la piel de la comunidad, y tanto o poco más, los procesos históricos revelan que ¿casi? ninguna sociedad está a salvo de hechizos enceguecedores. Algunos desembocaron en tragedias civilizatorias que nunca está de más recordar; otros terminan en sensaciones de vergüenza ajena apenas la niebla se disipa; otros confirman que el hombre es el único animal capaz de chocar varias veces contra la misma piedra; otros demuestran que se aprende, cómo no. Lo que sí unifica a esas obnubilaciones masivas es que, aunque las sociedades se recuperen de ellas más tarde o más temprano, en el mientras tanto producen laceraciones intensas, injustas, muy injustas, en quienes predican en el desierto. Sentirse un paria, un bajoneador del entusiasmo popular. Un fuera de juego, aunque vaya si es mérito no ser parte de un objeto retorcidamente lúdico. Como Verbitsky citó en su nota, los casos del Mundial de Fútbol del ’78 y de la guerra de Malvinas son categóricos. Los argentinos somos derechos y humanos; los desaparecidos andan de paseo por Europa; la pelota y la política no tienen nada que ver; el enemigo carece de espíritu patriótico; que traigan al principito; estamos ganando. En algunos aspectos, quizá se pueda trazar un sinónimo entre esos... arrebatos, digamos, y la papamanía que, dicen, atraviesa a todas las clases sociales. Tengo mis interrogantes acerca de que sea totalmente así, porque presumo que hay mucho, muchísimo, de prédica periodística, que usufructúa bajar línea de reconciliación nacional como eufemismo de una Cristina que debe aprender del Santo Padre y dejar de contender a sus implacables adversarios. La virtual cadena nacional en que entraron todos los medios, para desplegar una emoción de pueblo entera y completamente conmovido, tuvo picos que no debieron resistir al sentido común. Hablaron, sin ir más lejos, de una vigilia y permanencia de decenas de miles de personas frente a la Catedral metropolitana, el día de la asunción de Bergoglio. Mientras decían eso, las cámaras mostraban una Plaza de Mayo en la que se podía circular con enorme comodidad. Al margen de detalles como éstos (¿sí? ¿Al margen?), es cierto: se respira que “la gente” está contenta, o expectante, o algo así, con el Papa “nuestro”. Que siente que nos proyecta al mundo de otra manera. Que si el hombre juega unas fichas agregadas a sus costumbres de humildad, en orden a frenar los escándalos sexuales y financieros del Vaticano, o a no salir a crucificar homosexuales en público, será un argentino quien lo haya hecho. En función del objetivo de esta columna, dejaremos de lado cuál sería la importancia profunda de tal estimación. Mejor reflexionemos sobre antecedentes, probanzas, cotejos. Verbitsky –que para el caso podría ser Juan Pérez, aunque me temo que no es fortuita su condición de judío a la hora de masacrarlo– lleva años (entiéndase bien: años) en la investigación y publicación del trayecto de la Iglesia católica argentina. En 2005 se editó El silencio (De Paulo VI a Bergoglio. Las relaciones secretas de la Iglesia con la ESMA). Y desde entonces no se detuvo, a través de los libros que persistieron en la temática, de innumerables artículos periodísticos, de toda vez que se lo requirió. Nadie salió a cruzarlo para desmentir su testimonio, su documentación, la prolijidad interpretativa de su trabajo. Nadie. Y, sobre todo, nadie entre quienes ahora se agolpan para decir que debería arrepentirse o rectificarse, que lo guía un rencor subjetivo, que fue y es un inmoderado sobre el silencio o la complicidad activa de Bergoglio durante la dictadura. Así que vuélvase a aquello del sentido común, supongamos que por fuera de toda consideración ideológica. ¿Cuál sensatez debe adjudicarse a que los aceptadores de las denuncias de Verbitsky –los progres y los reaccionarios, gracias a que ninguno de ellos dijo nunca nada, de nada, en contra de ellas– se hayan transformado en sus inquisidores por obra y gracia de que Bergoglio es papa y de que en consecuencia el que no salta es un inglés o un holandés? Y a continuación, quitemos de ese espectro a fascistoides, frívolos, eternos viajadores en la dirección del viento o de los intereses de sus patronales. Hablemos por un momento entre nosotros, los del palo de como quiera llamarse. Ustedes me entienden. Ustedes, nosotros, ¿desde cuándo necesitamos la confirmación puntualísima del papel particular de Bergoglio en el genocidio, para decidir dónde pararnos? ¿Qué me perdí? ¿Cuándo, y por qué, era que alcanzaba y sobraba con que ni Bergoglio, ni las sucesivas conferencias episcopales ni sus sucesivos jefes, hubieran dicho una palabra, ni hubieran expresado un gesto, sobre los desaparecidos, las torturas, los robos de bebés, los vuelos de la muerte, la alianza intrínseca entre ese demonio y el gran capital? ¿Y ahora resulta que también se trata de destruir a Estela, a las Abuelas, por haber dicho eso mismo? ¿Cuándo pasó que Estela era el símbolo universal de la lucha tan inquebrantable como inteligente por los derechos humanos, la imagen de la bondad infinita en aras de la justicia implacable, para convertirse en una fragotera que no entiende que todo cambió porque el Papa es argentino? ¿Y cuándo pasó que a otro Horacio, González, quieran sacarlo de circulación porque jodió, y cómo, su señalamiento de que una superchería no debe permitir el retroceso de la ciencia política; de todo lo que se sostuvo para bancar y movilizar el “nunca menos”, que incluyó enfrentarse a los jerarcas de la Iglesia? Insisto, ahora estoy hablando de ustedes y nosotros, los del palo, porque hay muchos –o pocos pero significativos, no sé– que parecen estar asustados. En el Gobierno, entre la militancia; en los círculos y circuitos donde toda la vida, sobre el rol que juega la Iglesia, nadie expresó duda alguna. Por supuesto: más allá de rescatar los ejemplos heroicos de los pastores asesinados; la labor de los verdaderos curas de base con hondo sentido ideológico, y no como militantes de un conservadurismo asistencialista que empieza y termina en acompañar a la pobreza sin intenciones de modificación estructural alguna; la valentía de quienes critican desde adentro a la institución eclesiástica. No quiero ni debo desdecirme sobre lo ya expresado en este mismo espacio, en cuanto a que, transcurridos estos momentos de destello, se volverá a un rango de normalidad. Pasada la conmoción inicial, la publicación de suplementos especiales, el hurgar y detenerse ante cada palabra y gestualidad de Francisco para encontrárselo hasta en la sopa; pasadas estas Pascuas, habrá los episodios sobresalientes cada tanto. Como la visita pontificia, a mediados de año, a ese Brasil en donde la fuga de fieles católicos parece indetenible. Y en diciembre aquí. Y aquello que no está previsto y que debe verse andar, como alguna reformulación doctrinaria promotora de que en ciertos rasgos la Iglesia católica se mude del Medioevo al siglo XXI. Contemplado todo ello, se verá que la influencia de un papa argentino en la política argentina no cuenta con la proyección desmesurada que le atribuyen. Si algún huracán desencajara los términos de fuerzas y contrafuerzas que operan en la vida nacional, lo será por méritos y deficiencias de esos poderíos; no porque el Papa venga a meterse entre nosotros con capacidad de poner la mesa patas para arriba. Más aún, es la propia derecha, a través de todos sus estamentos, quien recuerda que Bergoglio ya no es Bergoglio sino Francisco, lo cual conlleva que más vale se dedique a tratar de resolver la barahúnda que tiene en su casa. Que no es la nuestra. Sin perjuicio de eso, estos días vienen revelando que deben dar explicaciones gentes sustancialmente intachables, nutridas por el servicio a las causas populares. Gentes del coraje cívico, como apuntó en este diario Mempo Giardinelli. De la coherencia intelectual y vivencial. Del pensamiento crítico que siempre aportó para el mismo lado. Gente que nunca se dio vuelta. ¿Es esa gente la que debe dar explicaciones? ¿La que merece ser puesta bajo la lupa, mientras hablan de la ejemplar austeridad del Papa los tipos que se chorearon este país? Otra vez: ¿qué me perdí? 01/04/13 Página|12 GB

OBAMA SIGUE IGUAL, APUESTA A LAS ARMAS.

Una ilusión que duró poco Por Enrique Lacolla Barack Obama y Benjamín Netanyahu. El redoblar del terrorismo en Siria hace evidente que nada cambió en la política exterior de la primera potencia mundial. A estar por los resultados de la visita de Barack Obama al medio oriente y por informaciones del New York Times que puntualizan un refuerzo en el abastecimiento de armas a los rebeldes sirios, las consideraciones un tanto optimistas que deslizamos en una nota anterior acerca de que el presidente norteamericano aprovecharía quizá su segundo mandato para revisar algo de su política exterior, se han revelado falsas. No quedan muchas dudas, después de lo dicho por Obama en Tel Aviv, de que los pronósticos de cambio de la revista rusa Odnako y de Thierry Meissan en la Red Voltaire erraron el blanco. No parece que la racionalidad campe por sus fueros en Washington, a menos que se tome por racional el cálculo de que es más seguro y “realista” que todo siga igual y que el rediseño del mapa global ha de continuar tal como se ha venido haciéndolo. Es decir, fragmentando y destruyendo los estados que se rehúsan a acomodarse a ese dibujo e imponiendo políticas de intervención directas o indirectas para lograrlo. En Israel Obama produjo tres actos significativos. Por un lado, reconoció por primera vez que el moderno Israel es el sucesor del reino hebreo del Antiguo Testamento y que esa tierra es el hogar del pueblo judío. No especificó cuáles serían los límites de ese hogar, sin embargo. Por otra parte revocó tácitamente su pedido a Tel Aviv de congelar los asentamientos de colonos en Cisjordania, al referirlos al momento en que se inicien las conversaciones de paz con los palestinos. Y, por último, poco antes de subir al avión presidencial que lo llevaría de vuelta, escenificó un momento (convenido con anterioridad, sin duda) en el cual le pasó su celular al primer ministro judío Benjamín Netanyahu para que se comunicara con su homólogo turco Tayik Erdogan. En ese instante ambos mandatarios diluyeron de forma oficial la tensión que existía entre esos dos países desde que un comando israelí matara a nueve militantes turcos en el abordaje a la flotilla que llevaba alimentos a la sitiada Gaza, durante el conflicto de 2010. Netanyahu expresó un formal pedido de excusas al primer ministro turco por lo acontecido, retractándose así de su cerrada negativa a hacerlo, actitud que había mantenido durante dos años y que había puesto a prueba las relaciones entre los dos países como nunca antes había sucedido. La existencia de buenas relaciones entre Turquía e Israel es esencial para el desarrollo del plan preestablecido de Estados Unidos para el medio oriente y que, como es evidente, tiene como objetivo prioritario eliminar a Siria y luego a Irán como factores de poder en la zona. Sus principales asociados para lograrlo son Israel, que posee fronteras en contacto con uno de esos países, y Turquía, que es vecina de los dos. Para Israel el problema es (teóricamente) sencillo. Está dispuesto a participar en cualquier ataque contra Irán, que es su único enemigo subsistente en la región al cual visualiza como una amenaza efectiva. Incluso podría decidirse a actuar por su cuenta si cree que obtendrá el apoyo de Washington ante el hecho consumado. Esta hipótesis sin embargo no parece muy plausible. Los ataques puntuales de la fuerza aérea israelí a las instalaciones nucleares iraníes, ingresarían las cosas a una dinámica difícil de controlar. De momento para Washington es más interesante ir paso por paso en su tarea de aislar y finalmente demoler a Irán. Para Turquía las cosas se presentan más complicadas que para Israel. Existe el problema kurdo, que irradia también sobre Siria, Irak e Irán. Los 55 o 60 millones de kurdos desparramados por esa región aspiran a conformarse como un Estado. Cualquier desarrollo bélico incentivaría ese reclamo y generaría problemas muy grandes a los turcos. El tema sirio debe ser resuelto antes de proceder contra Irán, y en ese asunto el destino de los kurdos se erige en un factor importante. Algo se debe haber combinado entre bastidores a este respecto pues el líder supremo de los kurdos, Abdullah Ocalan, encarcelado a perpetuidad en Turquía, solicitó a sus seguidores del Partido de los Trabajadores del Kurdistán que dejen las armas y opten por la vía democrática para conseguir el reconocimiento de sus derechos. Reforzando la apuesta Siria parecería ser el punto a partir del cual podría encuadrarse el tema para Estados Unidos. Se había insinuado –como señaláramos en la nota “Obama y su segundo mandato”- la posibilidad de que la Unión estuviera meditando un arreglo con Rusia para dividirse las esferas de influencia en el medio oriente y poder así derivar su atención al escenario del Pacífico, donde se diseña un frente conflictivo ante el vertiginoso desarrollo de la China y la posibilidad de que esta suplante a Estados Unidos en esa zona, vital para el balance de poder global. Pero este punto de vista parece ser más bien una expresión de deseos de parte de la prensa oficiosa rusa, que un dato de la realidad. Esta tiene indicadores de coyuntura que apuntan para otro lado, es decir, al reforzamiento de la apuesta en Medio Oriente y a la liquidación del régimen de Bashar al Assad, como paso previo a un nuevo incremento de la presión contra Irán. El New York Times informó por ejemplo, en su edición del lunes pasado, que la CIA está incrementando el flujo secreto e ilegal de armas para los rebeldes sirios a través de aviones de carga sauditas, jordanos y qataríes, que aterrizan en el aeropuerto militar de Esenboga, próximo a Ankara, desde donde la agencia de inteligencia norteamericana los deriva a los grupos insurgentes, tras seleccionar la naturaleza y cantidad del armamento que cada grupo recibe. Se trata de un puente aéreo que une a Croacia, Arabia saudita y Qatar con Jordania y Turquía, desde donde las armas son transportadas por tierra hasta la frontera con Siria. Ese mismo lunes, declarando ante el Comité de las fuerzas armadas del Senado de Estados Unidos, el jefe militar del Comando Europeo del Tratado del Atlántico Norte, almirante James Stavridis, recomendó romper el impasse militar en Siria suministrando armas a los rebeldes y precipitar así la caída de Al Assad. “La OTAN está preparando operaciones a gran distancia, por si somos llamados a comprometernos como sucediera en Libia”, dijo Stavridis. El almirante llegó incluso a manifestar lo que todo el mundo sabe, pero que hasta ahora se mantenía en la nebulosa informativa; esto es, que los misiles Patriot que la OTAN ha desplegado en Turquía con “fines defensivos”, de hecho pueden ser usados en el cielo de Siria, para destruir o inhabilitar a la fuerza aérea de ese país. La OTAN u Occidente o Estados Unidos, o como quiera denominarse a la alianza político-económico-militar que intenta ejercer un poder hegemónico en el mundo, tiene en perspectiva, si la presión que hasta ahora ejerce contra el gobierno sirio con activistas salafíes y otros grupos confesionales disconformes con el régimen baasista no es suficiente, llevar adelante una intervención directa en el terreno. Esta, sin embargo, no sería ejecutada con efectivos terrestres de parte de los norteamericanos o europeos, sino por los únicos que están hasta cierto punto predispuestos a hacerlo, los turcos, que desde hace unos años aspiran a revivir el sueño del imperio osmanlí y desearían volver a convertirse, si no en los dominadores, sí en los tutores del área mesoriental de confesión musulmana. El mundo actual abunda en ejemplos de regresión ideológica y política entre los cuales podría acomodarse esta distopía. Los turcos, o las fuerzas que controlan al estado turco, hace tiempo que se han puesto a contracorriente del modernismo laico y del realismo geopolítico que distinguió al movimiento acaudillado por Mustafá Kemal después de la guerra del 14. Para el constructor de la Turquía moderna, era necesario abolir el califato y prescindir de los pueblos árabes insumisos a su dominio, para concentrarse en la construcción de una nación sólidamente unida. Su firmeza, su inteligencia y su habilidad militar le permitieron, en 1918, zafar del destino al que la derrota de las Potencias Centrales prometía a Turquía; derrotar a los remanentes del viejo régimen, expulsar a los invasores griegos de su territorio, deshacerse de la presencia de las potencias occidentales y componer los tantos con la recién advenida y aun revolucionaria Unión Soviética. Y con el tiempo convirtió a Turquía en el primer país de confesión islámica equiparable a un estado moderno. Los actuales gobernantes de Turquía tienen poco que ver con esa tradición, en especial en lo referido a su política exterior. Su meta parece ser integrar la Unión Europea y, siendo como es su país miembro de la OTAN, transformar a su territorio en el trampolín para la desestabilización de Siria. Este último objetivo está ya cumplido, casi hasta el punto de no retorno; falta saber si los turcos se decidirán a comprometerse en una guerra abierta contra su debilitado vecino. La reconciliación turco-israelí impacta al conjunto del balance estratégico del medio oriente, en especial en lo referido a Irán. Turquía ve a Irán como un rival en la región, en tanto que Israel lo considera como una amenaza a su existencia. Estas coincidencias, y la persistencia de las potencias atlánticas en acorralar a Irán, no prometen nada bueno. Todo indica que Washington, entre las diversas opciones que se le presentan en el Medio Oriente, ha preferido volver a lo “seguro” de sus viejos posicionamientos en la zona. Es decir, apoyarse en Israel y en Turquía como sus agentes locales, y proceder en una línea tendiente a organizar el mapa por la fuerza, eludiendo la posibilidad de una real democratización de la región, en la cual se profundizaría la balcanización, se desparramarían los gobiernos sectarios y se agravaría el caos. (Fuentes: The New York Times y Asia Times.) http://www.enriquelacolla.com/sitio/notas.php?id=323 GB

LA POBREZA SEGUN LA UCA Y LA OPO POR ARTEMIO LOPEZ

Pasión de Multitudes Mezcladito Piedra libre al OSO - Observatorio social de la opo Por Artemio López Los datos sobre la pobreza, publicados en distintos momentos en varios medios de circulación nacional, son arbitrarios y contradictorios. Un recorrido por la divulgación de esas cifras, firmadas siempre por instituciones ligadas a la Iglesia, muestra la incongruencia en datos tan sensibles. Me tienes en el sube y baja me vuelvo loco ya no sé qué hacer Lalo Fransen La utilización del discurso opositor bajo el formato estadístico es otro fetichismo de estos días sin oposición político-partidaria sólida. Una de las más prolíficas en visibilidad en medios opositores advierte sobre la evolución de la pobreza reciente y puebla habitualmente diarios y revistas que adversan al gobierno nacional. Es “la Iglesia” la que divulga cifras de pobreza generadas en la universidad privada UCA, aprovechando el imaginario que supone a la institución católica “comprometida con los que menos tienen” y el impulso adicional que, según suponen, se sucede tras la asunción del papa Francisco. Marketing celestial, pero arbitrario y contradictorio, veamos. En noviembre de 2011, el Observatorio de la Deuda Social de la UCA le hacía decir al diario opositor La Nación: “Un cóctel preocupante de pobreza, inseguridad, riesgo alimentario, empleo precario y déficit de viviendas envuelve a gran parte de los 12,8 millones de personas que viven en el área metropolitana de Buenos Aires, formada por la Capital Federal y treinta municipios aledaños”. Así lo refleja un informe de Cáritas, brazo social de la Iglesia, y el Observatorio de la Deuda Social, que dice que el 34,9% de la población, unos 4,4 millones de personas en esa área metropolitana, vive bajo la línea de pobreza. Señalábamos en 2011 al respecto: Se conoció recientemente en la tapa de un importante matutino nacional un estudio sobre pobreza realizado en el área metropolitana de Buenos Aires, formada por la Capital Federal y treinta municipios aledaños, donde residen 12,8 millones de personas. Fue presentado por Cáritas, el brazo social de la Iglesia, y realizado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina. El estudio afirma que actualmente, en esa región metropolitana, el 34,9 por ciento de la población residente es pobre por ingresos. El brazo social de la Iglesia se equivoca. Erraba en 2009 cuando insistía en que la pobreza era del 30,9%, y sigue equivocándose hoy que supone ha trepado cinco puntos adicionales tras descenso en el desempleo y fuerte crecimiento del lapso 2009-2011. Dejemos de lado la discusión sobre valorización de canasta básica, que para el estudio eclesial es de 2150 pesos para un hogar tipo metropolitano. Hay inconsistencias tan notables en el nivel de incidencia de la pobreza metropolitana que informa el estudio que hasta pareciera increíble que Cáritas las propale sin medir las consecuencias políticas que supone que una institución de connotación religiosa distorsione datos sobre cuestiones tan sensibles a la comunidad como los niveles de pobreza. Veamos las pifias más de cerca. Según el Observatorio de la Deuda Social Argentina, una consultora opositora, vinculada con la universidad privada UCA, existe hoy el 34,9 por ciento de pobres en la región metropolitana. Esto es un nivel similar de pobreza que el de 2004, más precisamente la existente en el segundo semestre de aquel año, cuando la pobreza, según el impoluto INDEC de entonces, ascendía a 37,7 por ciento en el Gran Buenos Aires. En ese momento concurrían tres factores que, analizados en conjunto, desbaratan de raíz el cálculo falaz del Observatorio de la Deuda Social. 1. El 7,3 por ciento de desocupación de hoy en el GBA era del 15.3 en 2004. 2. El trabajo informal, hoy del 34,5 por ciento, en 2004 llegaba al 47,7. 3. Hoy existe la Asignación Universal por Hijo, que transfiere 440 pesos por hogar beneficiario, de alto impacto en ciudadanos bajo la línea de pobreza, cuando en 2004 no existía. Según Cáritas, apoyada en las cifras de la universidad privada UCA, tendríamos a fines del año 2011 los mismos niveles de pobreza que en el segundo semestre de 2004, cuando se observaba el doble de desempleo abierto, el 30 por ciento más de trabajo informal que en la actualidad y aún no existía la Asignación Universal por Hijo. Un disparate por donde se lo mire. Seis meses después, el mismo Observatorio Católico privado le hacía publicar al mismo matutino opositor: “Contra lo que dice el INDEC y pese al crecimiento a ‘tasas chinas’ de los últimos años, casi el 22% de la población vive aún bajo la línea de pobreza, con un ‘núcleo duro’ de indigencia del 5,4%”. Sostuvimos entonces que, al contrario del informe anterior del Observatorio Católico privado que mostraba un nivel de pobreza delirante del 34,9%, no existía ningún ejemplo planetario de reducción tan drástica de la pobreza en tan corto lapso como el que señalan ahora los informes de la UCA que la ubicaban en el 22%: ¡Una baja en la pobreza del 34,9% al 22% de la población en un semestre! Trece puntos de pobreza menos en seis meses. Según el Observatorio privado en aquel semestre abandonaron la pobreza 5,2 millones de personas. A razón de 860 mil pobres menos por mes, 28.600 por día, 1.192 por hora, casi veinte por minuto. Medalla de Oro Olímpico en baja de la pobreza. Si fuera cierto, pero !ay! Tampoco lo fue. Ahora, nos enteramos que según la misma entidad vinculada a la UCA, ¡la pobreza volvió a trepar a lo pavo! Se lee el domingo pasado en el opositor matutino Clarín, que le asigna su tapa catastrófica al informe: Según un relevamiento de la Universidad Católica, a finales de 2012 la pobreza alcanzaba a unos 11 millones de personas, el 26,9% de la población. Esto supone que en seis meses nuevamente la pobreza ha crecido, esta vez cinco puntos, cifra módica respecto a los barquinazos que nos tiene acostumbrado el Observatorio de la UCA. Se trata ahora de dos millones de personas adicionales respecto al último valor informado por el mismo Observatorio privado a mediados del año 2012, donde decían que había caído 13 puntos respecto a la medición del mismo Observatorio Católico de un semestre anterior. Para colmo de males, con igual excentricidad lógica que la mostrada en informes anteriores, para el Observatorio católico privado la pobreza habría crecido ahora en el mismo lapso en que el desempleo bajó desde el 7,2% al 5,9%, las convenciones colectivas se pactan en torno al 22% sosteniendo el poder adquisitivo del salario formal privado. En el mismo período en que las jubilaciones y pensiones treparon un 30,1% y el aumento de la AUH fue del 25,9%, lo que supone una transferencia por hogar beneficiario de $680 promedio, la mayor transferencia de ingresos y el mayor poder adquisitivo del beneficio desde que la Asignación Universal existe. Desde su primera actualización la AUH acumula ya un 72% de aumento, incremento que se ubica por sobre el nivel inflacionario observado en los últimos tres años, medido por índices oficiales o privados. Nada de esto parece tener impacto en la evolución desconcertante de los niveles de pobreza que ofrece sistemáticamente el observatorio católico privado: 31% 2009, 25,6% 2010, 34,9 2001, 22 1ER SEM 2012,26,9 2DO SEM 2012. los saltarines datos de pobreza del Observatorio católico privado, inconsistentes por donde se los mire, constituyen un módico dispositivo retórico a fin de asignarle pretensión de “robustez estadística” al habitual relato opositor. ¡Qué pillos! En fin, y para darle una salida bien setentista a esta columna, según el Observatorio Social de la Opo (OSO), la pobreza está en un sube y baja que haría empalidecer de envidia a los mismísimos compañeros de ¡¡¡Katungaaaaa!!!!

AJUSTE MAS AJUSTE MAS AJUSTE = MAURIZIO

TAMBIEN AUMENTARON FUERTE ABL, TAXIS, SUBTE Y ESTACIONAMIENTOS Los ajustes de nunca acabar Durante la gestión PRO, la suba de impuestos y tarifas de servicios regulados por el gobierno de la ciudad de Buenos Aires aumentaron muy por encima de cualquiera de los índices de inflación. Los incrementos que se vienen. Desde que Mauricio Macri asumió como jefe de Gobierno, no sólo los peajes aumentan a un ritmo vertiginoso: el ABL se ha incrementado hasta un 1000 por ciento desde el inicio de la gestión PRO: los taxis, entre un 194 y un 252 por ciento (según la tarifa diurna o nocturna); el estacionamiento, según la zona, entre un 83 y un 213 por ciento, y el subte tuvo ya un aumento de 127 por ciento en la tarifa y la gestión PRO presiona en el Poder Judicial para que llegue a un 218 por ciento. Otros impuestos, como el de Ingresos Brutos, Patentes y Sellos, también han tenido un fuerte incremento. Todos estos aumentos estuvieron por encima de la inflación, tanto la oficial como la de los privados. Como informó Página/12, la legisladora de Nuevo Encuentro Gabriela Cerruti elaboró un informe área por área de cómo se dieron los aumentos desde el comienzo de la gestión de Macri. Lo hizo en base a los números oficiales del Ministerio de Hacienda porteño, la AGIP y la Dirección Nacional de Coordinación Fiscal. En ese informe, la diputada detalla la regresividad en los impuestos porteños: - Los impuestos regresivos y que se aplican indiscriminadamente (Ingresos Brutos y Sellos) pasaron de ser un 69,2 por ciento de la recaudación en 2003 a un 83,4 por ciento este año. Los impuestos que podrían ser progresivos, porque pueden apuntar a la capacidad adquisitiva del contribuyente, como ABL y Patentes, representaban un 26,2 por ciento en 2003 y este año aportan un 15,5 por ciento al Presupuesto 2013. - El costo de los estacionamientos subió un 167 por ciento en playas de superficie, un 213 por ciento en las subterráneas y un 83 por ciento en los parquímetros. En el gobierno de Macri analizan un nuevo aumento del 50 por ciento para los parquímetros. - El taxi tuvo un aumento considerable, que llevó la ficha diurna a que aumentara un 194 por ciento en seis años, mientras que la nocturna subió un 252 por ciento. Este cálculo no incluye los nuevos aumentos: 12,5 por ciento en julio y 25 por ciento en octubre de este año. Está pendiente una audiencia pública en junio, pero es probable que el macrismo le preste tanta atención como le dio a la del subte. - El subte tuvo un aumento dos días después de que Macri firmó un acta-acuerdo con el gobierno nacional. El decreto que firmó el jefe de Gobierno llevó el costo del pasaje de 1,10 a 2,50, un aumento de 127 por ciento que se hizo efectivo en forma inmediata. Como consecuencia de esto, cerca de un 24 por ciento de los pasajeros abandonó el subte por otro medio de transporte. Este año, el PRO consiguió una ley para financiar el subte, que distribuyó nuevos aumentos sobre el Impuesto de Sellos, Patentes y Peajes. Quedó afuera otro aumento que ansiaba Macri: el de un impuesto a los combustibles en la ciudad de Buenos Aires. Si finalmente Macri consigue que la Cámara de Apelaciones en lo Contencioso Administrativo le dé la razón, el subte aumentará a 3,50 pesos: un 218 por ciento de aumento desde enero de 2012. La gestión PRO no descarta un nuevo aumento antes de fin de año. Rechazo opositor Para Cerruti, estos aumentos no son casuales: responden a una política específica. “Las prioridades del gobierno de Mauricio Macri están orientadas a que tengamos una ciudad de Buenos Aires cada vez más cara, en la que sólo puedan vivir los que tienen un fuerte poder adquisitivo”, interpretó la legisladora. El jefe del bloque kirchnerista en la Legislatura, Juan Cabandié, sostuvo: “Si tomamos en cuenta los aumentos de ABL, que fueron considerables, los de Patentes, Sellos, Ingresos Brutos, todos los tributos que tiene la Ciudad de Buenos Aires, en realidad lo que aumentó es la desigualdad en la Ciudad de Buenos Aires. Ingresos Brutos es regresivo. El esquema del aumento de ABL también lo es: no está hecho el estudio casa por casa”, indicó a este diario. “En relación con el subte, ya hemos desculado cuál es la intención de Macri. Incluso lo dijo el mismo subsecretario de Transporte. Habló del metro de Río de Janeiro. Ellos aspiran a eso: pocos kilómetros de extensión, caro para que no sea popular e inclusivo, y privilegiando el transporte de superficie. Acá ése el metrobús. Ese es el modelo que privilegian”, analizó. Cabandié también destacó cómo está aumentando el endeudamiento público desde que llegó Macri al gobierno. “De la mano de los aumentos, la política económica de Macri es endeudarse. Aumentó considerablemente la deuda en dólares de la Ciudad”, señaló Cabandié. La deuda porteña era de 571 millones en 2007. A fines de 2012, llegaba a 1405 millones: un incremento del 146,2 por ciento en seis años. Sólo en 2012 la deuda subió un 47,4 por ciento. Este año se hicieron nuevas colocaciones en bonos Dolar Linked, que pagan según la evolución de la cotización del dólar. “Esto obedece más a una cuestión ideológica que a una cuestión de necesidad de recursos. La idea de Macri es la de una ciudad cara. La suba de impuestos en ningún caso se explica por la inflación”, destacó el legislador Aníbal Ibarra, quien señaló que el PRO oculta la recaudación actual. “El año pasado, recaudaron 420 millones de pesos más de ABL que lo que habían previsto. A esto se suma en los primeros tres meses de este año una recaudación record, que en la AGIP decidieron no publicar, para no quedarse sin argumentos con el mentado aumento de la tarifa del subte.” El legislador de Proyecto Sur Jorge Selser indica que los incrementos de impuestos de Macri no apuntan por igual a todos los sectores: hubo ganadores y perdedores. “Si hay algo que caracterizó a Macri, es el aumento de los impuestos, de las contribuciones, de los peajes y del transporte, que es lo que perjudica más a la gente que trabaja en la ciudad de Buenos Aires”, analizó Selser. “No ha tenido la misma actitud con las empresas, con las financieras y mucho menos con las empresas inmobiliarias. Es evidente que esto golpea sobre todo a los sectores de menor salario.” “Si uno se preguntara qué es lo que devuelve a esos sectores, en realidad, está en deuda permanente con ellos: el sistema de salud no funciona, el de educación es deplorable, tampoco les da lo que merecen a los docentes, la limpieza de la ciudad es cada vez peor, el transporte no se resuelve, las veredas están en un estado de abandono inusitado. Y Macri está dedicado a obras faraónicas, innecesarias, a contraer deudas con sectores privados, como el caso de Puente Hermanos”, enumeró Selser, dirigente del Partido Socialista Auténtico. “En seis años de gobierno, la verdad, la gestión es desastrosa. Creo que no ha habido una gestión tan mala como ésta”, concluyó. Las partidas de salud, desarrollo social, educación, cultura, trabajo y vivienda tienen este año una caída de 3,5 por ciento en el presupuesto. LA TARIFA DE LAS AUTOPISTAS ILLIA, PERITO MORENO Y 25 DE MAYO VA A AUMENTAR A PARTIR DE HOY Peajes para pocos en la ciudad de los aumentos El ajuste es del 27 por ciento en promedio. Macri autorizó ocho ajustes desde que asumió la Jefatura de Gobierno, hace poco más de cinco años. El aumento acumulado va del 300 al 1300 por ciento, muy por encima de cualquier índice de inflación. Las tarifas de peaje de la Ciudad de Buenos Aires subieron a partir de hoy otro 27 por ciento en promedio. Cuando Mauricio Macri asumió la Jefatura de Gobierno, llevaban 16 años congeladas, pero en cinco años de gestión el PRO ya autorizó ocho ajustes, por lo que el aumento acumulado va del 300 al 1300 por ciento para autos y motos, muy por encima de las subas que en el mismo período reflejaron tanto el índice de precios del Indec (cerca de 50 por ciento) como los de las consultoras privadas (cerca de 160 por ciento). Además, la suba de la tarifa de los peajes se inscribe en una política de aumentos más amplia impulsada por Macri, que incluye taxis, ABL y subte (ver aparte). En el decreto publicado el miércoles pasado, el Gobierno de la Ciudad afirmó que la ecuación económica “se vio deteriorada debido al incremento generalizado de precios de la economía y los incrementos salariales, que en conjunto han impactado significativamente en los costos de administración y mantenimiento ordinario de AUSA”. Sin embargo, es el tercer aumento que Macri aplica en menos de un año (los otros dos fueron en agosto y enero) y en algunos tramos la suba acumulada sólo en ese lapso llega al 65 por ciento. No hay inflación que justifique ese incremento. Lo que sigue es un detalle que muestra cómo evolucionaron las subas en cada peaje porteño. Autopista Arturo Illia La tarifa para los autos en horario normal subió de 2,75 a 3,5 pesos (27,3 por ciento) y en horario pico (de 7 a 10 y de 17 a 20) de 4,50 a 5,50 pesos (22,2 por ciento). En el caso de las motos, el ajuste fue de 1,50 a 2,00 pesos (33,3 por ciento) y de 2,75 a 3,5 pesos (27,3 por ciento), respectivamente. En todos los casos, los usuarios de Aupass (telepeaje) mantienen el 15 por ciento de descuento respecto de los valores de pizarra. Pese a ser un tramo pequeño de sólo 3,5 kilómetros, la Illia es la que tiene el peaje que más aumentó en los últimos años. Cuando asumió Macri, el 10 de diciembre de 2007, ese peaje costaba 50 centavos para los autos y 25 centavos para las motos. Además, los vehículos con cuatro ocupantes podían pasar gratis en las horas pico. Esta última medida buscaba incentivar los viajes en grupo para tratar de descomprimir la circulación, pero lo primero que hizo Macri fue derogarla, argumentando que no cumplía con su objetivo. El próximo paso fue aplicar un ajuste, luego de 16 años sin cambios. En octubre de 2008, la tarifa para los autos trepó de 50 centavos a un peso (100 por ciento) y en las horas pico a 1,50 (200 por ciento). Las motos pasaron de 0,25 a 0,50 (ciento por ciento) y en las horas pico a un peso (300 por ciento). El argumento para cobrar más en los horarios pico fue similar al que había utilizado el ex jefe de Gobierno Jorge Telerman cuando decidió no cobrarles a los vehículos con cuatro ocupantes o más: desincentivar el tránsito en los momentos de mayor congestión. Rápidamente quedó claro que, pese al peaje más caro, entraba la misma cantidad de autos a la ciudad, pero Macri mantuvo esa diferenciación, que le reportó mayores ingresos a AUSA, la empresa que depende del gobierno porteño. El segundo aumento en la Illia llegó en diciembre de 2009, el tercero en octubre de 2010, el cuarto el 1º de marzo de 2011, el quinto el 1º de diciembre de ese mismo año, el sexto el 1º de agosto de 2012, el séptimo el 16 de enero de este año y el octavo hoy. Así, la tarifa para los autos acumula una suba de 600 por ciento en horario normal y 1000 por ciento en hora pico, mientras que para las motos el ajuste es de 700 y 1300 por ciento, respectivamente. Con los nuevos valores, quien venga de la provincia de Buenos Aires por la Panamericana y luego decida llegar al centro por General Paz, Lugones y la autopista Illia, tendrá que pagar 13,5 pesos en el peaje de la provincia y otros 5,5 pesos en la Illia. Si realiza este viaje ida y vuelta de lunes a viernes para ir al trabajo, tendrá un gasto de 38 pesos diarios y 760 por mes, sin contar el estacionamiento ni la nafta, sólo de peaje. Perito Moreno y 25 de Mayo En el peaje Avellaneda de la autopista Perito Moreno y en el peaje Dellepiane de la 25 de Mayo, la tarifa para los autos en horario normal subió de 8,75 a 11 pesos (25,7 por ciento) y en horario pico de 11 a 14 pesos (27,3 por ciento), acumulando desde octubre de 2008 ajustes de 450 y 600 por ciento, en cada caso. Para las motos, la tarifa en horas no pico aumentó de 3,50 a 4 pesos (23,1 por ciento) y en horas pico de 5,5 a 7 pesos (27,3 por ciento), llegando a 300 y 600 por ciento, respectivamente. El cuarto ajuste tuvo lugar en la bajada Alberti de la autopista 25 de Mayo. Para los autos, subió de 2,75 a 3,50 (27,3 por ciento), acumulando 775 por ciento en cuatro años y medio. En el caso de las motos, trepó de 1,5 a 2 pesos (33 por ciento) y la suba durante la gestión Macri llega al 900 por ciento. Se mantiene el descuento del 15 por ciento con telepeaje. Desde hoy, quien viaje por la Perito Moreno de lunes a viernes de ida y vuelva en hora pico deberá desembolsar 28 pesos por día, lo que suma 560 pesos por mes. Si ya viene de la provincia por autopista, además debe sumar al menos 9,50 pesos de ida y otros 9,50 de vuelta del primer peaje del Acceso Oeste. Por lo tanto, si se suman los dos peajes, el gasto diario se eleva a 47 pesos y el mensual a 940 pesos. Macri versus Macri “Si por mí fuera, Mauricio no debería estar en política”, aseguró ayer el empresario Franco Macri, padre del jefe de Gobierno, Mauricio Macri. En una entrevista con el diario La Nación, Franco dejó en evidencia que la relación con su hijo no pasa por el mejor momento, al menos desde lo político. El líder del PRO es uno de los más críticos con el kirchnerismo. Sin embargo, su padre se mostró alineado con la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. “Hay una evolución positiva de la economía y del proyecto de la señora Presidenta. Yo soy un industrialista porque sin industria no hay empleo”, dijo Macri, y aseguró que la industria “es una de las prioridades de la Presidenta. “Si no es la industria, ¿quién va a dar trabajo? ¿El tractorcito del campo?”, se preguntó. También confirmó que el ministro de Planificación, Julio De Vido, le pidió hace un tiempo que le ayudara a armar tres reuniones en China. Por último, aseguró que dejó todas las empresas en manos de sus hijos, y que ahora sólo trabaja para fomentar la inversión china en el país. Al ser consultado sobre si los chinos invertirían en la ciudad de Buenos Aires, fue contundente: “Es difícil”. MACRI PLANEA CIEN CUADRAS MAS DE PEATONALES El centro será sólo para caminar El gobierno de Mauricio Macri avanza con su plan de peatonalización de la Ciudad, con una inversión de 75 millones de pesos, por el cual más de cien cuadras del microcentro porteño y del Casco Histórico serán peatonales entre abril y agosto de este año. El plan, que busca restringir la circulación de automóviles y bajar los índices de contaminación –tanto el smog como la polución sonora–, abarca más de cien cuadras del radio conformado por las avenidas de Mayo, 9 de Julio, Santa Fe y Leandro N. Alem. Los vehículos que normalmente se incorporan a ese sector se volcarán al ya caótico centro porteño para sumar demoras y estrés. Varias de las obras ya se encuentran en estado avanzado, como las que se realizan en las calles 25 de Mayo (entre Rivadavia y Tucumán), San Martín (entre Rivadavia y Viamonte), Marcelo T. de Alvear (entre Carlos Pellegrini y Leandro N. Alem), Sarmiento (entre Diagonal Norte y Leandro N. Alem), Bartolomé Mitre (entre Diagonal Norte y Leandro N. Alem) y Reconquista (entre Rojas y Leandro N. Alem). El ministro de Desarrollo Urbano, Daniel Chain, dijo que las obras “aportarán mucho a los vecinos y peatones que cada día transitan por el microcentro, porque se transformará en un lugar más amigable para todos. Eso queremos y eso buscamos con estas obras, por las que los vecinos están contentos”. El proyecto también contempla que sean peatonales las calles Bolívar (entre Diagonal Sur y avenida Belgrano) y Alsina (entre Diagonal Sur y Defensa), próximas a la Manzana de las Luces y a la Iglesia de San Ignacio de Loyola. “No hay fecha exacta de comienzo de obra, pero serán las próximas calles que cambiarán su estética al estilo que le daremos al microcentro”, afirmó Chain. Según el ministerio porteño, también se peatonalizarán Moreno (entre Diagonal Sur y Defensa), Rojas (entre San Martín y Leandro N. Alem), así como también Paraguay (entre Carlos Pellegrini y L. N. Alem). El macrismo prevé que las obras, que para el momento de su finalización habrán demandado una inversión total de 75 millones, concluyan entre abril y agosto. 01/04/13 Página|12 GB