viernes, 15 de marzo de 2013
CHAVEZ POR MARTIN RODRIGUEZ
miércoles, marzo 06, 2013
Chávez hizo una revolución sin muerte, más allá del conspiracionismo que ve Cía en todos lados, más allá del temperamento de su política y del medidor de su eficacia (partir la sociedad en dos). ¿Pero Chávez hizo una revolución? Esa es una pregunta insoportable que pide en parte una respuesta estadística: a partir de qué se hace una revolución. ¿A partir de qué dato distributivo, de qué tasa? ¿O de qué violencia? Acá hay datos sobre el significado concreto de por qué la mayoría venezolana se identifica con Chávez. Lo cierto es que llamó revolución a algo que está en una línea de tiempo sin ningún manual y que no tiene escrito dónde termina, o que tiene escrito que no sabe dónde termina. Me gusta pensar mientras todo se pone solemne que el tipo prefería hacer un Aló presidente de 12 horas a morir en La Higuera dándole la orden al soldadito que lo debía matar, como el Che, o como dicen que dijo el Che al soldado boliviano que tenía la orden de fusilarlo y que tuvo que tomar alcohol para juntar el temple. El Che dio también ESA orden. Dicen. Todos mis amigos, muchos, que fueron y escribieron sobre Venezuela, volvieron desconfiados. Desconfiados de la profundidad o de la solidez cultural, o del, cómo decirlo, escaso sovietismo que habitaba en el elenco de guardianes de esa revolución. Una revolución es un pasado: en algún momento se hizo. O una revolución es un proceso continuo que se hace todos los días, que puede tener una referencia, un comienzo, siempre con aura bíblica, porque todo “un día empieza”. Mis amigos vieron picaresca, durlock, burocracia improvisada llena de petrodólares, pero nunca se animaron a escribirlo porque no querían perder la sede de Caracas, ese centro u observatorio continental más cerca que La Habana de Buenos Aires. “Están produciendo el merchandising de su autoestima, la llaman revolución”, te decían. Chávez tradujo con toda esa prosa pomposa y rococó lo “regional”, un ciclo donde los estados pobres se hicieron más ricos. Chávez -de alguna manera- le dijo al kirchnerismo lo que era antes que lo supiera el propio kirchnerismo. Chávez entendió que “esa” era la forma argentina del proceso continental de este tiempo. Chávez era el espectáculo deportivo del No al Alca, era la diplomacia sigilosa de De Vido, era el empuje a las izquierdas argentinas para que vuelvan su mirada de nuevo al peronismo y era la invitación a una zona franca: construir un “clima de negocios” propio, guarango, sucio, de nuevos ricos pero antiimperialistas, de atrevidos de la diplomacia capaces de mirar hacia Irán o Angola, la cola del BRIC. Chávez fue el aliado simbólico del kirchnerismo. Y también, sobre todo, la Roma de petróleo a la que conducían los negocios. Chávez fue el cronista de una región en la que cada país se abrió a lo que solemnemente llaman “viento de cambio”, con su modo particular. Chávez hacía del peronismo argentino una Internacional de la Tercera Posición, un sincretismo que se llevaba de Perón y Evita el manto de “religiosidad”. Distinto a los años de guerra fría donde las revoluciones se exportaban e importaban, a los 1, 2, 3 Vietnam de los años 60 y 70, donde se emulaban guerrillas del pueblo. Chávez habló más tiempo y más fuerte que Fidel para que Fidel deje de hablar, y para decir en cada oído lo que ese oído quería oír. Fue un seductor del atajo, del ahorro de sangre, de la revuelta como fiesta. Un quilombo porque venía en viaje de negocios y convertía a todos en inquilinos de su revolución ambulante, una simpatía de la que nadie tenía o tiene tantas precisiones. Se trocó el universalismo marxista por el camino particular, por la experiencia sin paradigma de capitalismos y democracias sucias, feas y malas que captaron la atención y la sensibilidad de la cultura. Fue el nuevo boom (político) latinoamericano. Ah, Chávez pareció guionado por los teóricos del populismo, del pop. Pero él los guionó primero. Con algo excesivamente simplificado, con algo de fascinación por producir, más que una revolución, consumos. Mientras, a la vez, acá se lo comparaba al peronismo y se subrayaba la temporalidad evolutiva del chavismo: intenta construir lo que en Argentina ya existe hace décadas, es decir, el Estado. Pero Chávez hizo más peronista a la clase media argentina; y lo hizo en parte por el modo en que se asocian las culturas. El progresismo argentino -en la caricatura psicobolche que todos tallan- es ese que ama a Ibrahim Ferrer y duda de Los Chalchaleros, “música del mate, el asado y el baile en Campo de Mayo”. Chávez hizo más fácil la comprensión de estos años porque armó un teatro de representación del “drama sencillo”, obra binaria que ordena un mundo de buenos y malos y haciendo el papel de los “malos-buenos”, los pícaros o robin-hoodes del pueblo. Pero una fórmula: la política absorbe tensiones hasta que las empieza a producir, la política produce tensiones hasta que el estado las desempata, y el estado las desempata para el lado que le conviene a la política, o sea, para el lado del tiempo. La revolución es perdurar. Chávez construyó su mito en vida. Y la historia funciona al revés que como creyeron los Montoneros en la despedida a Perón del diario Noticias: las muertes no tardan en volverse tolerables, porque los mitos las piden. Llega un momento en que el mito pide sangre. Pero Chávez también fue su propio tigre de papel. Por suerte. Murió sin matar, y vivió hablando de una revolución todo el tiempo. Esa, exactamente esa, fue su insoportable levedad. Nunca caía su guillotina. No había guillotina.
EL MISTERIO TEOLOGICO DEL CUARTO CERRADO UN CUENTO DE MONSIVAIS.
El misterio (teológico) del cuarto cerrado
Por Carlos Monsivais (1938-2010)
Costó enorme trabajo abrir la puerta, y si con hachazos y voces, insistieron los soldados, sosteniendo su temblor con plegarias, se debió a los hedores que herían el olfato como manada de aberraciones. Al entrar al cuarto, el capitán y los sacerdotes que lo acompañaban se consternaron: allí, de bruces, con señales de encarnizamiento en la espalda, y el rostro difamado por el visaje más horrendo hasta entonces visto, se hallaba el dueño de la casa, don Alonso de Bilbao, comerciante en telas. Y el escenario no podía ser más triste: un camastro, unas tablas con ropa, una mesa desértica, una silla, un grabado. Ni un libro, ni una flor, ni un cuadro. Y a la certidumbre del asesinato, otra se añadió al instante: el cuarto estaba cerrado por dentro, a piedra y lodo, no había ventanas que propiciaran la fuga, ni puertas ocultas que diesen a un pasadizo decorado con fetos de monjas. Y vino en el acto un conocimiento agregado: nadie visitó al prestamista la última noche que se le vio con vida, y resultaba por entero imposible abrir el cuarto desde fuera, salvo que se acudiese a medidas extremas, que es de suponer dejan huella.
A fuerza de sinceridad, la muerte de don Alonso no causó pena alguna, muy por lo contrario. Sin faltarle el respeto a los difuntos, el desaparecido era un prestamista horrendo, el Príncipe del Agio. A él se le atribuían innumeras desgracias, muchas viudas le debían su condición, por lo menos la mitad de los niños que pedían limosna lo hacían a causa de sus maquinaciones. Pero si el asesinato era más que entendible, las circunstancias ofuscaban. Eran demasiados los que ansiaban eliminarlo, pero ningún ser humano había podido hacerlo. ¿Quién empuñó entonces la daga exterminadora?
* * *
En pleno siglo XVII un enigma indescifrable. En la ciudad sólo se hablaba del exterminio del avaro, un asesinato perfecto a costa del ser más imperfecto concebible. Obligado a hacer algo, el virrey le encargó el proceso al oidor don Juan de Valenzuela, hombre de luces varias y virtudes todas. A lo largo de meses y días Valenzuela ahondó en los hábitos del bruscamente fallecido, y supo de su aborrecimiento del mundo, de su desagradable austeridad, de sus sirvientes que sollozaban de hambre, de su dinero escondido en el Arzobispado. Pero ninguna pista en concreto, ningún deudor todopoderoso, ninguna forma de violar el cuarto cerrado.
En el transcurso de la pesquisa, Valenzuela llegó a detestar vívidamente a don Alonso de Bilbao. ¡Qué ser más innoble, qué desperdicio de la Creación! Merecía con creces su exterminio, ¿pero cómo había acontecido? En la frustración, acudió el oidor al supremo recurso: imitar la experiencia del difunto. Y así se hizo. Primero unos sacerdotes bendijeron el espacio sangriento y celebraron misa. Luego, armado hasta los dientes, y cubierto por las cruces que ahuyentarían al mal, Valenzuela se encerró en el cuarto, atrancándolo por dentro, en seguimiento exacto de los recelos de Bilbao. Y para tener al tanto de su situación a los soldados y los curas del otro lado de la puerta, el oidor rezó en voz muy alta, con parsimonia y piedad que arrullaban... hasta que un grito de agonía se esparció como piedra en el estanque, concitando el pavor. "¡Tú! ¡No puedes ser tú!", fueron sus últimas palabras. Se apresuraron a forzar la puerta y allí estaba don Juan de Valenzuela, con el semblante empavorecido, hecho pedazos por la furia criminal.
* * *
"Obra del Averno", dijeron todos en las calles mientras se santiguaban. El miedo se instaló por doquier, y nadie se atrevía siquiera a pasar frente a la residencia de Bilbao, ya inhabitable. Y el Señor Obispo, en una de las sobremesas interminables que lo afamaban, planeó la estrategia insuperable: la Prueba de la Convicción. La Alcoba Asesina, como ya se le nombraba, sería el laboratorio de la fe, el cementerio de hipocresías y de mentiras. Si la religión siempre necesita de la ejemplaridad de los creyentes, ninguna prueba tan conveniente como la permanencia en ese cuarto. Uno por uno, y entre alaridos y alardes de resistencia, allí se condujo a los sospechosos de herejía, a los marineros luteranos capturados en combate, a los ricos acusados de judaizantes, a los de convicciones pálidas y rezagadas. El Señor Obispo estableció el criterio: si el internado en la alcoba era hijo de Astaroth, su padre habría de protegerlo y, a su salida indemne del sitio, ya podría ser juzgado sin clemencia. Si no, Dios le tendría en cuenta su sacrificio. Y en cada uno de los casos sucedió lo mismo: rostros lívidos al entrar al aposento, silencio de minutos o de horas... y ayes súbitos, plegarias interrumpidas, forcejeos... Y al entrar religiosos y soldados, con despliegue de cruces y de espadas, el mismo espectáculo: un cadáver de facciones convulsas.
O el demonio era tan astuto que deseaba ver a sus criaturas enterradas en camposanto, o en verdad no eran sus hijos.
* * *
En los primeros meses, el asunto no le dijo nada a Fray Abelardo de Guzmán. "Vanidad de vanidades", se limitaba a murmurar cuando le comentaban otro deceso. "¿Para qué arriesgar la vida en el lugar en donde convergen todas las miradas?" Sin embargo, algo había en la serie de crímenes que obligaba a pasarse las horas intercambiando anécdotas mínimas y repitiendo frases. Y una tarde, mientras rezaba, Fray Abelardo oyó un sonido del cielo, que fue aclarándose hasta volverse voz: "Todo está en El libro del escrúpulo justo y el hastío pecaminoso. Revísalo."
Guzmán se levantó de un salto y, estremecido y lloroso, corrió a la biblioteca del convento. ¡Claro! ¿Por qué no había pensado en ese texto predilecto, justamente llamado "El Manual del buen confesor". Aunque se lo sabía de memoria, lo revisó línea por línea, encontrando de nuevo el ánimo inflexible que convocaba a la expiación a los justos, y a la hoguera voluntaria a los pecadores. Horas fueron y vinieron, y la lectura no aportó la solución. Y con todo, allí, en esas páginas tan amadas, se concentraban el nombre del victimario y sus métodos, porque resuenen como resuenen, las Voces de lo Alto tienen algo en común: jamás mienten. Y, a diario, Fray Abelardo visitó la biblioteca, ya convencido de la cercanía de la meta: en algún abrir y cerrar de intuiciones, El libro del escrúpulo justo develaría su secreto. El espanto, se dijo, es la antesala de lo nuevo. El fin de los delitos es el principio fundador del confesionario.
Tarde a tarde, Fray Abelardo escuchó las palabras irrefutables: "Todo está en el libro. Y además, tú ya lo sabes." Pero la obstinación no era suficiente, y la clave iluminadora no aparecía. ¿Qué hacer cuando, al mismo tiempo, Dios nos ilumina y nos oscurece el camino? El religioso estaba al tanto de los poderes de la oscuridad, pero seguía sin localizar la frase que los aniquilaría. Durante una semana, ante el clamor público, el Obispo pensó en incendiar la casa de Bilbao, pero Fray Abelardo lo persuadió. "Eso es rendirse ante Belcebú." Y obtuvo para sí la última oportunidad.
El Te-Deum fue extraordinario. Asistieron el virrey y prácticamente todos los sacerdotes de la ciudad de México. Fray Abelardo fue ungido en ceremonia especial, los superiores de su orden lo aprovisionaron de crucifijos bendecidos por el Santo Padre, y el mismísimo Obispo lo abrazó. Y a su encuentro con el enigma lo aprovisionó la Iglesia debidamente. ¡Qué conjunto de objetos sacros para protegerle: cálices, hostiarios, crismeras, patenas, sagrarios, copones, lámparas, tercerillas, navetas, manifestadores, aureolas, custodios, estandartes, palmerines, platos petitorios, coronas, potencias de rayos luminosos, relicarios... Los objetos de salvaguardia se fundieron en un solo resplandor, que extirpó cualquier terror en los presentes.
Al entrar al cuarto Fray Abelardo rezó un Ave María. Luego, como sus predecesores, lo roció de agua bendita, y con gran valentía lo cerró por dentro. Estaba completamente solo, como nunca lo había estado en su vida, como si la Creación no hubiese ocurrido jamás o estuviese por desencadenarse. Examinó el aposento con avidez, queriendo extraer los secretos con el puro forcejeo de la mirada. En la primera hora nada ocurrió, y el silencio nada más profundizó el ruiderío de sus sentimientos. De pronto, al fijarse en la única imagen del cuarto, en el grabado de tema tan inocuo, Fray Abelardo hizo memoria. ¡Desde luego! Ésta era la cita, y allí estaba la clave. No se trataba del demonio, ni mucho menos, sino... En ese momento, impulsada por una rabia sarcástica, la daga le entró por la espalda, la primera de muchísimas veces.
ajuste a la europea.
HASTA LAS AUTORIDADES EUROPEAS ADVIERTEN EL RIESGO DE “REVUELTA SOCIAL”
El ajuste y el precipicio
Angela Merkel, canciller alemana. Crece la resistencia a la “línea dura” del ajuste.
“No excluiría la posibilidad de una revuelta social”, advirtió el ex presidente del Eurogrupo Jean-Claude Juncker, respecto de las consecuencias sociales de las políticas de ajuste. La crisis europea se profundiza.
Por Raúl Dellatorre
El ex presidente del Eurogrupo y actual primer ministro luxemburgués, Jean-Claude Juncker, le puso calor y realismo a la cumbre de jefes de Estado y de gobierno de la Unión Europea. “No excluiría la posibilidad de que corramos el riesgo de ver una revuelta social”, dijo, al subrayar la necesidad de equilibrar austeridad y crecimiento. La Confederación Europea de Sindicatos se convocó ayer en Bruselas para mostrar su rechazo a las políticas de ajuste y reclamar medidas contra el desempleo juvenil, tema al que aludió Juncker en su respuesta. El primer ministro luxemburgués apuntó que los líderes tienen dos opciones: ignorar esas protestas y dejar que se extiendan o bien tener en cuenta sus demandas, que “se están formulando seriamente”.
España y Grecia muestran las situaciones sociales más dramáticas. Italia, Francia y otros países integrantes de la Eurozona evidencian una tendencia preocupante, por una crisis que se prolonga, se expande y ya no deja al margen ni siquiera a Alemania, país con posición dominante en el continente que, hasta no hace mucho, parecía el único privilegiado de una política comunitaria que cargaba el peso de la crisis fundamentalmente sobre la espalda de los más débiles.
Desde Atenas llegó información actualizada sobre el nivel de desempleo, que alcanzó al 26 por ciento en el cuarto trimestre de 2012, mientras que el desempleo juvenil (menores de 25 años) alcanzó un alarmante 57,8 por ciento, 7,9 puntos más que un año antes. En tanto, el fantasma de los desalojos por deudas hipotecarias se extiende sobre España, pero un tribunal europeo tomó cartas para evitar que este tipo de conflictos echara más leña al fuego. El Tribunal de Justicia de la Unión Europea se pronunció en contra de la legislación sobre desalojos de la Península, que habilita la expulsión a la calle de familias con deudas hipotecarias impagas sin permitir siquiera que un juez competente pueda considerar “abusiva” la medida o que adopte medidas preventivas para detener el procedimiento. La normativa “es contraria al Derecho de la Unión”, dijo el tribunal.
Las posiciones más rígidas de los países centrales de Europa se enfrentan con las de las naciones periféricas, que reclaman mayor flexibilidad en las políticas de ajuste. Juncker, hasta enero titular del Eurogrupo, parece ahora haber escuchado esta demanda.
Mientras el Banco Central Europeo exhortaba ayer, desde Francfort, a la Eurozona a “continuar con las reformas necesarias” para reducir los desequilibrios presupuestarios, Juncker reclamó en Bruselas que las políticas de consolidación fiscal “no afecten el crecimiento”. En su opinión, Europa debe encontrar “una nueva intersección” entre las políticas de austeridad y el impulso a la actividad económica y el empleo, “algo que necesita de una labor intelectual y artesana”. No exclusivamente técnica, como creen otros.
“Es necesario que expliquemos mejor nuestras políticas, desarrollando la idea simple de que si intentamos combatir el déficit con déficit y la deuda pública con deuda pública, corremos un riesgo todavía mayor”, advirtió. “Pero es verdad –reconoció inmediatamente– que tendremos un problema mientras las perspectivas de crecimiento no mejoren y el nivel de paro (desempleo) crezca.”
15/03/13 Página|12
gb
NADA NUEVO POR MARIA J SANCHEZ OPINION
Bergoglio Papa: cambiar de nombre no es nacer de nuevo
Por María José Sánchez
Igual, no me iba a gustar ningún Papa. Seguro. Por lo que estuve leyendo de ellos, inclusive del otro argentino, Leonardo Sandri. Ninguno iba a llevar al papado como consignas las ideas de igualdad, aceptación en la diferencia, pluralidad… esas que sostienen que todos y todas debemos tener los mismos derechos y las mismas posibilidades. Esas que hacen que estemos a favor de que las personas que se quieren puedan casarse sin importar su sexo, que apoyemos la igualdad de géneros -que no es más que tener las mismas oportunidades-, que sostengamos el Aborto no punible… No iban a promover una nueva manera de encarar el siglo XXI, donde todas estas discusiones tienen lugar.
Nada de eso iba a pasar. Porque la Iglesia es una institución retrógrada, anquilosada. Profundamente machista e inequitativa, atravesada por la metralla de miles de causas comprobadas de pedofilia. Pero (siempre hay un pero), ayer se convirtió en Papa un argentino. El primer Papa no europeo, el primer Papa americano. Eso puede y quiere verse como una elección de avanzada, como un gesto de apertura. Para eso hay que analizar a quien eligieron, más allá de su ciudadanía. Jorge Mario Bergoglio ha sido un tenaz y voluntarioso opositor a las leyes igualitarias que se han promovido en los últimos años, como la de Identidad de Género, Matrimonio Igualitario, Aborto no punible, que ni siquiera es el Aborto Legal, sino que autoriza a que una mujer violada pueda realizarse una interrupción de embarazo sin esperar que un juez decida sobre su cuerpo ya ultrajado. Ni qué decir de alguna posible legalización de la tenencia de estupefacientes para consumo personal. Incluso temo que al escribirlo me caiga un rayo.
El tema de los casos de abuso y pedofilia que arrecian desde todas partes del mundo como tormentas intensas, no lo ha encontrado a la defensa de los niños y niñas violados, al contrario. Jamás usó su suave voz para condenar a esos sacerdotes, apenas tildó de ‘faltas’ esas aberraciones, y dijo que eran ‘perversiones previas’ a ordenarse como curas.
Entonces, tal vez sea hincha del fútbol y le guste tomarse unos mates con bizcochitos, pero la realidad demuestra que está en perfecta sintonía con el Vaticano y sus ideas. Si, es jesuita, de ahí la elección de su nombre como Sumo Pontífice: Francisco, que, vale decir, ha sido una excelente elección. Pero Bergoglio (así elijo seguir llamándolo porque siempre será lo que fue: lo que dijo y lo que hizo, así como lo que dejó hacer. Cambiar de nombre no es nacer de nuevo) tiene un pasado complejo. Muy molesto le debe resultar ahora, que viste de blanco. Sí, es un jesuita que ha sido denunciado varias veces por otros jesuitas, -esos que se meten en las villas y ayudan a los pobres-, por haber sido entregador de curas tercermundistas en la última dictadura cívico militar. Todavía no se han comprobado en la justicia estas acusaciones, pero existen y son tan reales como la serie de documentos donde supuestamente señalaba a sus subordinados en la Compañía de Jesús, Orlando Yorio y Francisco Jalics como “sospechoso con contactos guerrilleros”. También se lo ha acusado de destruir muchos de esos expedientes.
Desde estas líneas no se pretende imponer una Verdad única, porque se sabe que hay tantas verdades como voces las enuncien y como plumas las escriban. Ayer mucha gente estaba feliz, y con algarabía vitoreaba el televisor que mostraba la cara ya beatífica de Francisco I. Pero al menos tengamos en cuenta que ayer otras personas deben haberse sentido como cuando se festejaba el Mundial del ’78, mientras miles de argentinos eran torturados y asesinados. Es decir, cuando la fiesta era de otros.
Pero (a veces hay más de un pero) esto también puede representar una oportunidad, ya que Bergoglio, claro opositor al actual gobierno nacional, no va a poder tener la misma incidencia que tenía como máximo referente de la Iglesia en Argentina. Deberá promover la buena relación con todos los mandatarios, incluyendo la Presidenta. Esto puede ser bueno o malo, depende el punto de vista. El tiempo irá demostrando como se posiciona con respecto a esto y tantas otras cosas el nuevo portador de las sandalias del Pescador.
GB
CREER O REVENTAR
Creer o reventar
Por HS
El pájaro en cuestión no tenía por qué saber que desde esa chimenea, justo un ratito después, saldría una espesa nube de humo blanco (por los productos químicos añadidos al fuego) para anunciar la elección del nuevo papa.
Lo cierto es que la imagen fue captada por cientos de cámaras fotográficas, de TV y celulares, y confundida con una paloma (por el consabido símbolo del espíritu santo).
Reproducida millones de veces alimentó las más diversas interpretaciones, presagios y augurios.
Para rebatir el brote espontáneo de pensamiento mágico la agencia católica AICA creyó que debía poner paños fríos a las calenturientas especulaciones y un cacho de racionalidad a la cosa. Y dijo que "la gaviota es de la especie Larus argentatus", que "Larus es el nombre genérico de las gaviotas, y argentatus hace referencia a su color blanco, color que en heráldica se llama plata (argentum), lo mismo que el nombre del país de donde proviene el nuevo Papa: Argentina, cuyo nombre se deriva del Río de la Plata, el río más ancho del mundo, sobre el que se recuesta la ciudad de Buenos Aires, llamada por ello “La Reina del Plata”, que hasta este momento era gobernada eclesiásticamente por el nuevo pontífice", concluyó la agencia de noticias.
Y yo que creía que era pura casualidad.
www.elortiba.net
MARKETING Y BERGOGLIO
Papamanía y Bergoglio marketing
Frente a la Catedral de Buenos Aires, la papamanía se disparó con furor y mercados imprevisibles.
Imagen: Pablo Piovano.
Apenas pasó un día de electo el papa argento y una multitud de productos marquetineros ya invadía la red, los stands, la venta ambulante y las redes sociales. Bergoglio y Maradona, estampitas, remeras a 65 pesos con lemas y rostros, llaveros y tacitas.
Frente a la Catedral de Buenos Aires, la papamanía se disparó con furor y mercados imprevisibles.
Mientras en el Vaticano y Roma se habla del “Bergoglio-style” y ya se venden souvenirs en las calles, en Argentina una popular web de ofertas y remates ofrece remeras, tazas y llaveros con la imagen del papa Francisco. “El Papa es argentino y vos tenés que tener su remera”, dice la publicidad de un comerciante en el sitio, donde se ofrecen distintos diseños de camisetas desde 65 pesos; una tiene la imagen de Diego Maradona delante y la del Papa detrás, con sendas dedicatorias: “Dios es Argentino, el Papa también”. En el mismo sitio web se ofrecen tazas por 40 pesos con la imagen de Francisco mirando a la plaza de San Pedro y un usuario consultó: “¿Se puede agregar la frase el Papa es argentino, Brasil la tenés adentro?”. En Nápoles, un comerciante pasó la noche armando una pequeña estatuilla del sumo pontífice vestido tal cual se lo vio al asumir, lo mismo hizo cuando asumió Joseph Ratzinger en 2005.
“Aprovechá, este es el momento, santerías, iglesias, puesteros. A partir de mañana, nuevos motivos. Ejemplos: el Papa y Jesús, el Papa y la Virgen María, el Papa y la Virgen de Lourdes”, posteó un vendedor que ofrece llaveros por cinco pesos. En el rubro remeras, la inventiva se acrecienta: “El Papa es argentino y cuervo”, dice una que muestra al sumo pontífice tomando con sus manos una camiseta de San Lorenzo. “Las manos de Dios son argentinas”, dice otra, con la bandera argentina de fondo, en obvia alusión al gol de Maradona contra Inglaterra en 1968.
Muchas de las ofertas, por lo que se puede apreciar, son simplemente diseños, todavía no se exhiben las remeras estampadas. Entre otras frases, puede leerse: “100% argentino”, “Habemus Papam”, “Papa Francisco, Bienvenido”, “Francisco, tu Argentina te sigue” y “Vengo dalla fine del mondo” (parte del discurso pronunciado el miércoles pasado por Bergoglio). Casi todas son remeras blancas, salvo una negra con la imagen del ex arzobispo porteño en un claroscuro y la frase: “El Papa del fin del mundo”. En el apuro, alguien oferta solo las fotos que estaría dispuesto a estampar en las remeras, sin molestarse en mostrar una maqueta digital.
En el rubro tazas cunde la materialidad, a juzgar por las fotos de los productos. Las bromas de los usuarios corrieron tan rápido como las ofertas. “¿Me hacés una del Papa con las rastas de Bob Marley?”, escribió un cibernauta. “No puedo modificar la foto”, le aclaró el vendedor. Alguien que oferta tazas irrompibles fue abordado desde el ciberespacio: “¿El Papa es irrompible o la taza?”. “¿Podés hacer una con el padre (Julio) Grassi y uno de sus monaguillos también?”, le lanzó un cibernauta al mismo vendedor, quien redobló la apuesta: “También de tu ídolo y vos”. Otros vendedores trataron de captar a los clientes mayoristas para ofrecer mates, jarras de cerámica, mouse pads, estampitas del “Santo Padre y Amigos” (“un excelente regalo para estas Pascuas”, según el vendedor). La papamanía, al cierre de esta edición, ya se había extendido a las fundas para almohadas, con la cara del Papa. Una sola cibernauta se encargó de comentar que varios productos de oferta, reales o virtuales, contenían un visible error: decían Francisco I, cuando el nuevo sumo pontífice se llama Francisco, a secas.
Los libros escritos por el nuevo papa y su biografía también fueron descargados casi compulsivamente. Ayer, en solo dos horas, el sitio bajalibros.com alcanzó mil descargas de estos materiales. “No solo se registraron compras de usuarios argentinos, sino también desde México, Colombia, España y Estados Unidos. Hay libros escritos por el ex arzobispo porteño, reportajes y también compilaciones de sus homilías.”
Como la papamanía no es un fenómeno netamente local, ayer una empleada de la tienda Savelli Gift del Vaticano señalaba a la prensa extranjera las nuevas postales que ya estaban a la venta. En una se ve al Papa que saluda desde el balcón de la Basílica de San Pedro. “¡Es el primer souvenir, es el primero!”, aseguraba Luisa, la empleada. “Ya hicimos el pedido, en dos semanas toda la tienda estará llena de objetos conmemorativos del papa Francisco”, agregó. El diario oficial del Vaticano, L’Osservatore Romano, también se vendió bien “pero se vendieron mejor los ejemplares que anunciaban la renuncia de Benedicto XVI”, afirmó Rosario, de la librería romana Ancora.
En Nápoles, donde la santidad de Maradona ya tiene competencia, el diseñador Genny Di Virgilio ya terminó la estatuilla del nuevo papa y sueña repetir la hazaña de 2005, cuando le entregó su pequeño souvenir al entonces entrante Benedicto XVI. Lo mismo hizo con el ex presidente Silvio Berlusconi y muchos artistas y celebrities mundiales. Pronto, adelantó ayer, irá en busca del el ex arzobispo porteño para entregarle la estatuilla que le acaba de dedicar.
15/03/13 Página|12
Creer o reventar
SCIOLI GOBERNAR O QUEJARSE?
El dilema Scioli: ¿Gobernar o instalarse en la queja?
Por Conrado Yasenza*
Se dice que una de las virtudes del Gobernador de la Provincia de Buenos Aires, Daniel Scioli, es la de haberse mantenido leal al kirchnerismo durante estos casi diez años. Y es probable que ello sea cierto como también es cierto que otra de las virtudes del hoy reelecto Gobernador es esa capacidad para la alocución carente de peso, tal vez anémico en su potencia de definiciones políticas. Particularidad que en el mejor de los casos llamaríamos vacuidad, y en el peor, cierta condición chúcara, taimada.
Hoy la Provincia afronta un panorama complejo en relación a su déficit económico y a los conflictos salariales y de seguridad que vuelven sombrío el paisaje que el Gobernador tiene frente a su mirada, esa que suele entrar en concordancia con la ausencia de potencia política que evidencian sus discursos y acciones. Pero existe un punto crucial: Scioli fue reelegido para el cargo de Administrador de la Provincia más grande y rica del país, surfeando la ola de votos que le aportó el kirchnerismo. Es allí donde el Gobernador se topa con un dilema que da la impresión comienza a resolverse en el sentido contrario al que impuso el resultado electoral de Octubre de 2011: Gobernar. El Gobernador necesita – difícil adquirirla a esta altura de la vida, pero, en fin, nunca es tarde – dotar a su gestión de cierta épica, de algún grado intermedio de coraje político, y para lograrlo tendría que resolver los serios problemas que aquejan a los bonaerenses como lo son la falta de inversión en salud, seguridad y educación. ¿Cómo realizar esa modesta pero pareciera imposible gesta? Bien, estableciendo un verdadero sistema impositivo-tributario progresivo que le cobre más impuestos a aquellos que poseen grandes extensiones de campo, los grandes poseedores de latifundios, nos enseñaron en la escuela, que a su vez tienen lujosas casas en la provincia y fuera de ella, y no descargar todo el peso impositivo sobre los sectores del trabajo y el salario.
En la Provincia de Buenos Aires, el Gobernador Scioli decidió, para no enfrentarse a los sectores de la zona núcleo de la patria sojera, cuyos campos se valorizaron en un 50 por ciento promedio gracias a los extraordinarios precios de la oleaginosa en el mercado mundial, basar la tributación impositiva en el regresivo impuesto a los ingresos brutos, que pasó a representar el 75 por ciento de la recaudación provincial. Puede decir el Gobernador, y su equipo, que fue el primer Gobernador que decidió hacer un revalúo sobre el impuesto inmobiliario urbano y rural pero la realidad es que en el período 2007 – 2011 los impuestos inmobiliarios rural y urbano de la Provincia pasaron de aportar el 10,9 a tributar el 6,6 por ciento del total de la recaudación provincial. Entonces, y volviendo al dilema inicial, sería beneficioso para los habitantes de la Provincia y para el propio Gobernador, disponer una verdadera reforma impositiva – no el revalúo al que le introdujo tantas limitaciones que se tornó insignificante - en lugar de pasearse por los medios de comunicación, en donde siempre es bien recibido, para repetir cansinamente su queja y reclamo de fondos a la Nación; o contradiciendo el rumbo fijado por el Gobierno Nacional en materia de política Económica proponiendo como alternativa para paliar su crisis de administración el endeudamiento mediante la toma de créditos que pagará el que venga detrás y los bonaerenses que viven de su trabajo y de su salario; o posando para la foto, deseada por el Partido de la Oposición Mediático-Política que ve en Scioli la esperanza para el período poskirchnerista que ansían, en Expoagro junto a Marcela Herrera de Noble o a Eduardo Buzzi, el dirigente campero que desoyó el mandato de la Federación Agraria para sentarse a dialogar por separado de la Mesa de Enlace con el ministro de Agricultura, Ganadería y Pesca de la Nación, Norberto Yauhar.
Con una verdadera reforma tributaria progresiva, y dejando de hacer campaña para 2015 con publicidad oficial colocada en medios opositores al Gobierno, Scioli podría redistribuir esos ingresos recaudados invirtiéndolos en más educación pública con mejores salarios, en más y mejor salud pública con insumos y salarios dignos, y en más seguridad a favor del ciudadano, devolviéndole el control de la policía a una autoridad civil y no a las cúpulas del comisariato policial (tendría que relevar de su cargo al penitenciario Casal, promotor de la contrarreforma al modelo diseñado por León Arslanián), reinstaurando la formación de los nuevos policías en la Doctrina de los Derechos Humanos y, una vez más, mejorando sus salarios. Pero para eso hay que Gobernar, y para llevar a cabo la tarea pensando en los más débiles, en los aún no incluidos, hay que enfrentar corporaciones, tocar intereses, y para ello es que hace falta ese coraje, esa épica a la que me refería párrafos arriba, y Scioli parece hoy más preocupado por el 2015 y las posibles alianzas que lo animen a sacar los pies del kirchnerismo con relativa seguridad para que su salida no se transforme en un salto al vacío.
*Periodista. Dtor. de la Revista Digital de Cultura y Política , La Tecl@ Eñe www.lateclaene.blogspot.com
GB
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