Las Malvinas y una fecha histórica
La soberanía y el desafío generacional
Julián Andrés Domínguez *
Durante las décadas de 1810 y 1820 los gobiernos argentinos realizaron diversos actos demostrativos de su soberanía sobre las islas Malvinas, incluyendo la designación de gobernadores, la legislación sobre recursos pesqueros y el otorgamiento de concesiones territoriales. En este marco se fue desarrollando Puerto Soledad, cuyos habitantes se ocupaban de la cría de ganado, la caza de lobos marinos y la prestación de servicios a los buques que tocaban puerto. Incluso el 10 de junio de 1829 el gobierno argentino promulgó un decreto creando la Comandancia Política y Militar de las Malvinas. Después de haber mantenido silencio por más de medio siglo en el curso del cual se habían sucedido sin oposición administraciones españolas y argentinas en las islas Malvinas, en noviembre de 1829 el Reino Unido protestó dicho decreto, en el marco de un renacimiento de su interés estratégico por el Atlántico Sur.
El acto de fuerza y ocupación de las islas Malvinas del 3 de enero de 1833 por parte de la corona británica en tiempos de paz fue inmediatamente rechazado y protestado por nuestro país. A partir de ese momento, y hasta la fecha de hoy, la Argentina nunca consintió ese acto militar ya sea a nivel bilateral, regional o en el marco de distintos organismos internacionales.
La presidenta Cristina Fernández de Kirchner y el Congreso Nacional han fortalecido la idea de cimentar una política exterior de Estado en la que se asientan los pilares de los derechos y reivindicaciones soberanas argentinas sobre las islas del Atlántico Sur. El mejor ejemplo de ello es la declaración de Ushuaia de marzo de 2012, aprobada por unanimidad por todas las fuerzas políticas con representación parlamentaria.
Nuestro país ha manifestado en distintas oportunidades y foros mundiales la predisposición para sentarse alrededor de una mesa de negociación con el Reino Unido de Gran Bretaña y discutir la soberanía del archipiélago austral en base a las resoluciones de las Naciones Unidas. En este contexto existe un desconocimiento permanente por parte del Reino Unido de las resoluciones sobre la cuestión de las islas Malvinas adoptadas desde 1965 por la Asamblea General y el Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas que llaman a los dos países a solucionar el tema de la soberanía de las islas australes.
En la resolución 2065 dictada por la Asamblea General de las Naciones Unidas, y piedra angular del reclamo argentino, se “invita a los gobiernos de Argentina y el Reino Unido de Gran Bretaña e Irlanda del Norte a proseguir sin demora las negociaciones recomendadas por el Comité Especial encargado de examinar la situación con respecto a la aplicación de la declaración sobre la concesión de independencia a los países y pueblos coloniales a fin de encontrar una solución pacífica al problema, teniendo debidamente en cuenta las disposiciones y los objetivos de la carta de las Naciones Unidas y de la resolución 1514, así como los intereses de la población de las islas Malvinas”.
Es oportuno remarcar que en 1988 Naciones Unidas declaró y se comprometió con el período 1990-2000 declarándolo como Decenio Internacional para la Eliminación del Colonialismo. Ante el incumplimiento de esas metas, el mismo foro multilateral declaró 2000-2010 como el Segundo Decenio Internacional para la Eliminación del Colonialismo.
Para quienes pertenecemos a la generación del Bicentenario, Malvinas no sólo es un límite geográfico, no es sólo un concepto de Nación donde podemos mirar las corrientes políticas. Malvinas está enmarcada en nuestro concepto de Patria. Por este motivo es necesario que el Reino Unido abandone la política colonialista que está desarrollando en pleno siglo XXI y reconozca que su presencia en el Atlántico Sur es una situación anacrónica si se toma en cuenta el desarrollo de las sociedades modernas. No es entendible que un miembro permanente del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas incumpla resoluciones y que, paralelamente, obligue a otros a respetar las medidas dictadas por esa organización multilateral. Este doble estándar utilizado por las grandes potencias debe detenerse para garantizar la paz y seguridad internacionales. Hoy el mensaje de Evita está presente: “La Patria dejará de ser colonia o la bandera flameará sobre sus ruinas”.
* Presidente de la Cámara de Diputados de la Nación.
180 años de la usurpación colonialista
Orlando Gustavo Pascua *
El 3 de enero de 1833 la corona imperialista usurpó nuestras islas Malvinas y continúa hoy como una clara muestra de un colonialismo vetusto en el siglo XXI. Hace ciento ochenta años el Reino Unido de Gran Bretaña usurpaba con sus garras imperialistas nuestras islas Malvinas.
La militarización de Malvinas denunciada en muchas oportunidades por la Argentina ante diversos organismos y foros internacionales, lo que en la práctica significa una base militar extranjera, de la OTAN, en América del Sur, demuestra claramente la opción armamentista de Gran Bretaña y no la del diálogo como lo exigen la mayoría de los gobiernos y pueblos del mundo. Ejercicios militares y el uso y lanzamiento de misiles desde las propias islas son una clara amenaza a toda la América latina y fundamentalmente su pretendido avance en territorio de la Antártida.
Es inevitable el cumplimiento de lo resuelto por Naciones Unidas para resolver la disputa de soberanía, porque todos los foros regionales de Mercosur, Unasur, Grupo Río y Celac y otros organismos internacionales así lo exigen.
Hoy nos encuentra a Malvinas como política de Estado articulando alianzas con los países hermanos de Latinoamérica y de otros países del mundo en función del reclamo y de nuestros derechos soberanos sobre las islas del Atlántico Sur. Es el camino más largo que con seguridad tendrá el resultado que todos anhelamos.
Es preciso recordar y reivindicar a aquellos primeros patriotas que resistieron la usurpación, al primer defensor combatiente de Malvinas el entrerriano nacido en Arroyo de la China (sitio donde la Confederación de los Pueblos Libres juró la Independencia de todo poder extranjero en junio de 1815) Antonio “El Gaucho” Rivero, quien desde agosto de 1833 lideró una rebelión de criollos e indígenas, dos gauchos y cinco originarios, defendiendo la soberanía argentina y desconociendo la autoridad impuesta de los británicos. A Rivero lo acompañaron Juan Bramido, José María Luna, Manuel González, Luciano Flores, Felipe Salazar, Marcos Laboree y Manuel Godoy. Estos patriotas arriaron la bandera británica y enarbolaron una bandera argentina. Siendo derrotados recién en enero de 1834. El Gaucho Rivero muere el 20 de noviembre de 1845 combatiendo en la Vuelta de Obligado, acción patriótica anticolonialista hoy reconocida y reivindicada.
También recordar a Vernet que fue nombrado con el cargo de primer comandante político y militar de las islas, con el objetivo de justificar la posesión del archipiélago, fundamentando sus derechos en que España poseía las islas previamente, que esta posesión había quedado justificada por el derecho de ocupación, que las principales potencias marítimas así lo habían reconocido, y que las islas en cuestión se hallaban próximas al territorio del antiguo virreinato. Es justo recordar y reivindicar a Pablo Areguatí, guaraní nacido en San Miguel, Misiones, uno de los siete pueblos orientales, hoy territorio brasileño, que en 1824 fue el gobernador militar de las islas Malvinas durante seis meses.
Malvinas es la causa nacional, popular y democrática y no de un sector determinado. No persistir en la cuestión belicista-guerrerista. Malvinas es análisis y reflexión, como experiencia y autocrítica que claramente fue bastardeada en 1982 por la dictadura cívico-militar genocida cuyo único objetivo era mantenerse en el poder y no por un sentimiento patriótico. Reivindicando el papel protagónico que tuvieron los soldados conscriptos combatientes, que a pesar de los estaqueamientos, torturas, malos tratos, mal alimentados y mal vestidos por parte de sus superiores actuaron con dignidad y el reconocimiento a aquellos militares que cumplieron con su deber, manchándose sus ropas con sangre del enemigo y no con la de su propio pueblo.
Es imprescindible que la sociedad y fundamentalmente la juventud tenga presente a Malvinas como la causa de unidad del pueblo más allá de lo sectorial, político, ideológico, cultural y religioso. Hablar de Malvinas es situar el concepto y definición de soberanía en su verdadero contexto, significa entender a la soberanía en su concepto integral, que aglutina y comprende todo, en lo político, social, económico, educativo, cultural, laboral, habitacional, sanitario, laboral, y no tan sólo lo geográfico territorial. Todo ello significa Malvinizar.
En estos nuevos buenos tiempos que estamos viviendo, tiempos en los cuales se están recuperando conceptos fundamentales, tales como soberanía, autonomía, democracia, participación, distribución, integración, no sólo en la Argentina –también en Latinoamérica y en otros países del planeta–, luego de la tragedia política, social y económica que significó el modelo neoliberal con sus terribles consecuencias de indigencia, pobreza, impunidad y extranjerización, la cuestión Malvinas tiene una mayor vigencia aún.
En el contexto actual de reivindicación de la política es de significativa importancia repotenciar la cuestión Malvinas.
Si hablamos de recursos naturales, hablamos de Malvinas (hidrocarburos, pesca etc.). Si hablamos de desmilitarización, hablamos de Malvinas (base militar británica de Mount Pleasant). Si hablamos de pueblos originarios, hablamos de Malvinas (aproximadamente un 20 por ciento de los que participaron y cayeron en Malvinas en el conflicto bélico de 1982 fueron hermanos qom, wichí, pilagás, guaraníes, tehuelches y otros). Si hablamos de integración regional latinoamericana, hablamos de Malvinas (el 82 demostró claramente esa unidad, y hoy tenemos al Mercosur, la Unasur, Celac, etc.).
Si hablamos de geopolítica y del sector antártico, está Malvinas como un lugar estratégico política y militarmente y como único paso natural de los océanos Atlántico y Pacífico. Si hablamos de derechos humanos, crímenes de guerra, delitos de lesa humanidad y tumbas NN, hablamos de Malvinas (así lo demuestran las denuncias presentadas ante la Justicia federal). Y si hablamos de democracia, Malvinas está presente (ella también posibilitó la recuperación de la Constitución y las leyes).
Malvinas nos convoca, una vez más, como política de Estado, a pensar nuestro pasado, en función de un presente de construcción de recuperar para el futuro nuestra soberanía dentro del marco convocante de la Paz, la Memoria, la Verdad, la Justicia, la Soberanía y la Democracia.
Malvinizar Malvinas es hablar de integridad territorial, de soberanía social y política, de destino nacional autónomo, de alianzas estratégicas, es hablar sobre las cosas que aún nos faltan y que estamos en proceso de recuperar esta Gran Malvinas, que es nuestra Patria Argentina.
Volveremos a Malvinas de la mano de América latina.
* Combatiente de Malvinas. Trabajador de Prensa. Coordinador Nacional Red Compromiso Social por Malvinas.
03/01/13 Página|12
GB
jueves, 3 de enero de 2013
LA RESPUESTA DE NUESTRO GOBIERNO DEMOCRATICO ANTE EL COLONIALISMO.
UNA CARTA DE CRISTINA KIRCHNER A DAVID CAMERON POR LOS 180 AñOS DE LA INVASION A LAS ISLAS MALVINAS“Poner fin al colonialismo en todas partes”
David Cameron y Cristina Kirchner tuvieron un cruce en persona por las Malvinas cuando coincidieron en la cumbre del G-20 en México.
Imagen: Télam
Además de enviársela al primer ministro británico, se publica hoy en diarios británicos y argentinos. Vuelve a reclamarle que acepte las resoluciones de las Naciones Unidas y se siente a dialogar.
Por Julián Bruschtein
“Hace 180 años, un 3 de enero como hoy, en un evidente ejercicio de colonialismo del siglo XIX, la Argentina fue despojada por las armas de las Islas Malvinas, situadas a 14 mil kilómetros (8700 millas) de la ciudad de Londres.” Así encabezó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner la carta que envió al primer ministro británico, David Cameron, y publicará hoy en diarios británicos y argentinos, en la que le reitera la “invitación” a dar cumplimiento a las resoluciones de Naciones Unidas emitidas desde 1960 en ese sentido. En el escrito señala que “la cuestión Malvinas es también una causa de América latina”, y fue enviada con copia al secretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-moon.
“Los argentinos de las Islas fueron expulsados por la Armada Real Británica y más tarde el Reino Unido inició un proceso de implantación de población similar al utilizado en otros territorios bajo dominio colonial”, sostiene la Presidenta, haciendo foco en las formas clásicas del colonialismo inglés que se utilizaron al despojar a la Argentina del archipiélago, en 1833. Fernández de Kirchner mostró nuevamente la relevancia que su gobierno da a la recuperación de la soberanía argentina sobre las islas. “La cuestión Malvinas es también una causa de América latina y de la inmensa mayoría de los pueblos y gobiernos del mundo, que repudian el colonialismo”, destacó, recordando la solidaridad que ha encontrado el reclamo en casi todos los organismos internacionales en los que presentó su pedido de solidaridad para el llamado al diálogo.
Fernández de Kirchner mostró su intención de dialogar por la soberanía de las islas Malvinas desde el mismo momento en que Cameron fue elegido primer ministro. “Es justamente con este espíritu de colaboración que quiero expresarle la voluntad del gobierno argentino de reanudar el demorado proceso de negociación sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”, sostenía en aquel escrito en que le deseaba buenos augurios para la gestión que iniciaba en 2010. La relación bilateral ya era difícil por la decisión unilateral de los ingleses de permitir a algunas petroleras explorar en la plataforma alrededor de las islas.
“El gobierno de Inglaterra no solo hace oídos sordos a las resoluciones de Naciones Unidas, sino que además convierte a las Malvinas en un campo de entrenamiento armamentístico”, señaló el titular de la Comisión Nacional de ex Combatientes de Malvinas, Ernesto Alonso. Alonso y los demás integrantes de la comisión entregarán hoy un documento en la Embajada de Gran Bretaña en el que referentes sociales y políticos como la presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, entre muchos otros, plantean la “preocupación de la sociedad civil ante el hecho de que Gran Bretaña no respeta las resoluciones dictadas por la ONU”, explicó Alonso (ver recuadro). “Siempre planteamos que fue un error de la dictadura recuperar las Malvinas con la guerra, fue una decisión que nos alejó aún más de las islas. América latina es una región de paz y lo único que estamos pidiendo es diálogo”, agregó el ex combatiente.
En el último encuentro del Comité de Descolonización de la ONU participó por primera vez un presidente argentino. Allí Cristina Kirchner llevó el planteo para que los ingleses respetaran las resoluciones del organismo internacional, que ya son más de 39, y a las que los británicos no prestan atención. “Resulta que si uno es miembro permanente del Consejo de Seguridad puede respetar o no una resolución de la ONU, pero si uno no es miembro de ese consejo y si no respeta alguna resolución o viola los derechos humanos en países sin petróleo, no pasa nada”, denunció allí la Presidenta insistiendo sobre los distintos “estándares” con los que se maneja el organismo internacional. Finalmente, el Comité emitió una nueva resolución en la que reiteró que la manera de poner fin a la disputa era “la solución pacífica y negociada de la controversia sobre soberanía”, poniendo en claro que “el único camino” eran “las negociaciones bilaterales para que se reanuden las negociaciones efectivas”.
La llegada de Cameron al poder en el Reino Unido agudizó la relación entre los dos países al intensificar un discurso más agresivo a la par que el gobierno argentino desplegaba su llamado al diálogo en todos los ámbitos de los que participaba. Hace unas semanas el gobierno inglés anunció que ponían el nombre de “tierra de la reina Isabel” a la porción de territorio de la Antártida que está incluido en el reclamo argentino. Pero antes envió un buque de guerra a las islas y en sus mensajes navideños a los habitantes ingleses de las Malvinas les garantiza que se respetará su “derecho a la autodeterminación”. “La autodeterminación es un artilugio porque hay un pueblo trasplantado de un país a otro”, apuntó Alonso contra la estrategia inglesa.
“En 1960 las Naciones Unidas han llamado a “poner fin al colonialismo en todas partes y en todas sus formas”, señala la Presidenta en la carta que finaliza diciendo: “en nombre del pueblo argentino le reitero nuestra invitación a que demos cumplimiento a dichas resoluciones”.
GB
David Cameron y Cristina Kirchner tuvieron un cruce en persona por las Malvinas cuando coincidieron en la cumbre del G-20 en México.
Imagen: Télam
Además de enviársela al primer ministro británico, se publica hoy en diarios británicos y argentinos. Vuelve a reclamarle que acepte las resoluciones de las Naciones Unidas y se siente a dialogar.
Por Julián Bruschtein
“Hace 180 años, un 3 de enero como hoy, en un evidente ejercicio de colonialismo del siglo XIX, la Argentina fue despojada por las armas de las Islas Malvinas, situadas a 14 mil kilómetros (8700 millas) de la ciudad de Londres.” Así encabezó la presidenta Cristina Fernández de Kirchner la carta que envió al primer ministro británico, David Cameron, y publicará hoy en diarios británicos y argentinos, en la que le reitera la “invitación” a dar cumplimiento a las resoluciones de Naciones Unidas emitidas desde 1960 en ese sentido. En el escrito señala que “la cuestión Malvinas es también una causa de América latina”, y fue enviada con copia al secretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-moon.
“Los argentinos de las Islas fueron expulsados por la Armada Real Británica y más tarde el Reino Unido inició un proceso de implantación de población similar al utilizado en otros territorios bajo dominio colonial”, sostiene la Presidenta, haciendo foco en las formas clásicas del colonialismo inglés que se utilizaron al despojar a la Argentina del archipiélago, en 1833. Fernández de Kirchner mostró nuevamente la relevancia que su gobierno da a la recuperación de la soberanía argentina sobre las islas. “La cuestión Malvinas es también una causa de América latina y de la inmensa mayoría de los pueblos y gobiernos del mundo, que repudian el colonialismo”, destacó, recordando la solidaridad que ha encontrado el reclamo en casi todos los organismos internacionales en los que presentó su pedido de solidaridad para el llamado al diálogo.
Fernández de Kirchner mostró su intención de dialogar por la soberanía de las islas Malvinas desde el mismo momento en que Cameron fue elegido primer ministro. “Es justamente con este espíritu de colaboración que quiero expresarle la voluntad del gobierno argentino de reanudar el demorado proceso de negociación sobre la soberanía de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes”, sostenía en aquel escrito en que le deseaba buenos augurios para la gestión que iniciaba en 2010. La relación bilateral ya era difícil por la decisión unilateral de los ingleses de permitir a algunas petroleras explorar en la plataforma alrededor de las islas.
“El gobierno de Inglaterra no solo hace oídos sordos a las resoluciones de Naciones Unidas, sino que además convierte a las Malvinas en un campo de entrenamiento armamentístico”, señaló el titular de la Comisión Nacional de ex Combatientes de Malvinas, Ernesto Alonso. Alonso y los demás integrantes de la comisión entregarán hoy un documento en la Embajada de Gran Bretaña en el que referentes sociales y políticos como la presidenta de la Asociación de Madres de Plaza de Mayo, Hebe de Bonafini, y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Carlotto, entre muchos otros, plantean la “preocupación de la sociedad civil ante el hecho de que Gran Bretaña no respeta las resoluciones dictadas por la ONU”, explicó Alonso (ver recuadro). “Siempre planteamos que fue un error de la dictadura recuperar las Malvinas con la guerra, fue una decisión que nos alejó aún más de las islas. América latina es una región de paz y lo único que estamos pidiendo es diálogo”, agregó el ex combatiente.
En el último encuentro del Comité de Descolonización de la ONU participó por primera vez un presidente argentino. Allí Cristina Kirchner llevó el planteo para que los ingleses respetaran las resoluciones del organismo internacional, que ya son más de 39, y a las que los británicos no prestan atención. “Resulta que si uno es miembro permanente del Consejo de Seguridad puede respetar o no una resolución de la ONU, pero si uno no es miembro de ese consejo y si no respeta alguna resolución o viola los derechos humanos en países sin petróleo, no pasa nada”, denunció allí la Presidenta insistiendo sobre los distintos “estándares” con los que se maneja el organismo internacional. Finalmente, el Comité emitió una nueva resolución en la que reiteró que la manera de poner fin a la disputa era “la solución pacífica y negociada de la controversia sobre soberanía”, poniendo en claro que “el único camino” eran “las negociaciones bilaterales para que se reanuden las negociaciones efectivas”.
La llegada de Cameron al poder en el Reino Unido agudizó la relación entre los dos países al intensificar un discurso más agresivo a la par que el gobierno argentino desplegaba su llamado al diálogo en todos los ámbitos de los que participaba. Hace unas semanas el gobierno inglés anunció que ponían el nombre de “tierra de la reina Isabel” a la porción de territorio de la Antártida que está incluido en el reclamo argentino. Pero antes envió un buque de guerra a las islas y en sus mensajes navideños a los habitantes ingleses de las Malvinas les garantiza que se respetará su “derecho a la autodeterminación”. “La autodeterminación es un artilugio porque hay un pueblo trasplantado de un país a otro”, apuntó Alonso contra la estrategia inglesa.
“En 1960 las Naciones Unidas han llamado a “poner fin al colonialismo en todas partes y en todas sus formas”, señala la Presidenta en la carta que finaliza diciendo: “en nombre del pueblo argentino le reitero nuestra invitación a que demos cumplimiento a dichas resoluciones”.
GB
2 DE ENERO DEL AÑO 1833, USURPACION DE LAS ISLAS MALVINAS.
Breve historia de la usurpación
En el siglo XVI algunas Bulas Pontificias adjudicaban a España islas y tierras que se descubran hacia el occidente, trazando una línea imaginaria que se marcaba cien leguas de la isla septentrional de Azores, San Antonio, al oeste de Lisboa. Aquello se consideraba del "Nuevo Mundo".
Ese ramillete de islas y archipiélagos que hoy conocemos como Malvinas, en 1493 se encontraban en la zona que las Bulas Pontificias entregaban a España. Por lo tanto no necesitaba "descubrirlas" ni ocuparlas para tener derecho sobre ellas.
Y no fue hasta 1520 que Esteban Gómez de la expedición de Magallanes, con su embarcación San Antonio, quien las descubre. Dos años después se realizan las primeras cartas cartográficas con su inclusión, 1522 Pedro Reinel, 1527 Santa Cruz, 1541 Sebastián Gaboto, 1544 Diego Gutiérrez, etc. Y fue recién en 1592 que una expedición inglesa al mando de John Davis divisó las islas. Pero ninguna cartografía inglesa, de la época, la registra. Por otra parte en el año 1600 un holandés que respondía al nombre de Sebldt o Sebald Weert, divisa las islas, aplicándoles uno de los primeros nombres, Sebaldes o Sebaldines.
Inglaterra y España realizan un tratado de paz en 1604, dejando sin vigencia la pretendida adquisición de las islas. Y otro en 1670 expresa que los ingleses conserven para sí los dominios en poder de ellos en América, pero que no navegarán ni comerciarán en las colonias que Su majestad el Rey de España tiene en las Indias. Ambrose Cowley, otro pirata inglés en 1684 armó otra mentira "descubriendo" las ya descubiertas islas, bautizándolas como islas Pepys. Y más tarde en 1690 John Strong, navega el canal interior de las islas (hoy San Carlos) rebautizándolas Falkland Sond. A este le siguieron en 1701, otra incursión de un marino Beaucheme, que llega hasta la bahía de la Anunciación, tomando posesión de la misma. Más tarde en 1705 se produce otra toma.
En 1748 España protesta enérgicamente ante los ingleses por una expedición con fines de poblar las islas, dicha expedición se retira, reconociendo los derechos de España sobre las islas.
En 1764 una expedición francesa al mando de Bougainville intenta colonizar las islas llamándolas Maluines, asentando un puerto en la parte Oriental. Nuevamente España protesta y le son aceptados sus reclamos. Francia ordena a Bougainville, la devolución del puerto, previo pago por los gastos realizados.
Otro corsario ingles John Byron, realiza incursiones a las islas efectuando cartas de navegación y espionaje en 1765 y toma posesión de la que hoy conocemos como Gran Malvina, esperando la segunda expedición al final del mismo año que comanda John Mc Bride. Las dos con el propósito de ocupación territorial. Mac Bride funda el puerto de Egmont, en honor a un lord. A mediados de 1766 España redacta una Real Cédula declarando a las islas dependencias de la Capitanía General de Buenos Aires y nombrando gobernador a Felipe Ruiz Puente. Paradójicamente fue un 2 de abril de 1767, que Francia hace entrega de las islas a España, y los ingleses que ocupaban parte de un islote, Puerto Egmont, no realizan ningún reclamo a favor de su soberanía.
Ese ramillete de islas y archipiélagos que hoy conocemos como Malvinas, en 1493 se encontraban en la zona que las Bulas Pontificias entregaban a España. Por lo tanto no necesitaba "descubrirlas" ni ocuparlas para tener derecho sobre ellas.
Y no fue hasta 1520 que Esteban Gómez de la expedición de Magallanes, con su embarcación San Antonio, quien las descubre. Dos años después se realizan las primeras cartas cartográficas con su inclusión, 1522 Pedro Reinel, 1527 Santa Cruz, 1541 Sebastián Gaboto, 1544 Diego Gutiérrez, etc. Y fue recién en 1592 que una expedición inglesa al mando de John Davis divisó las islas. Pero ninguna cartografía inglesa, de la época, la registra. Por otra parte en el año 1600 un holandés que respondía al nombre de Sebldt o Sebald Weert, divisa las islas, aplicándoles uno de los primeros nombres, Sebaldes o Sebaldines.
Inglaterra y España realizan un tratado de paz en 1604, dejando sin vigencia la pretendida adquisición de las islas. Y otro en 1670 expresa que los ingleses conserven para sí los dominios en poder de ellos en América, pero que no navegarán ni comerciarán en las colonias que Su majestad el Rey de España tiene en las Indias. Ambrose Cowley, otro pirata inglés en 1684 armó otra mentira "descubriendo" las ya descubiertas islas, bautizándolas como islas Pepys. Y más tarde en 1690 John Strong, navega el canal interior de las islas (hoy San Carlos) rebautizándolas Falkland Sond. A este le siguieron en 1701, otra incursión de un marino Beaucheme, que llega hasta la bahía de la Anunciación, tomando posesión de la misma. Más tarde en 1705 se produce otra toma.
En 1748 España protesta enérgicamente ante los ingleses por una expedición con fines de poblar las islas, dicha expedición se retira, reconociendo los derechos de España sobre las islas.
En 1764 una expedición francesa al mando de Bougainville intenta colonizar las islas llamándolas Maluines, asentando un puerto en la parte Oriental. Nuevamente España protesta y le son aceptados sus reclamos. Francia ordena a Bougainville, la devolución del puerto, previo pago por los gastos realizados.
Otro corsario ingles John Byron, realiza incursiones a las islas efectuando cartas de navegación y espionaje en 1765 y toma posesión de la que hoy conocemos como Gran Malvina, esperando la segunda expedición al final del mismo año que comanda John Mc Bride. Las dos con el propósito de ocupación territorial. Mac Bride funda el puerto de Egmont, en honor a un lord. A mediados de 1766 España redacta una Real Cédula declarando a las islas dependencias de la Capitanía General de Buenos Aires y nombrando gobernador a Felipe Ruiz Puente. Paradójicamente fue un 2 de abril de 1767, que Francia hace entrega de las islas a España, y los ingleses que ocupaban parte de un islote, Puerto Egmont, no realizan ningún reclamo a favor de su soberanía.
Port Louis - Acuarelas de Conrad Martes.
El gobierno de Buenos Aires, en 1768 establece que ninguna posesión inglesa puede permanecer en las islas de la corona Española y en caso de no aceptar dicho mandato, se procederá a desalojarlos por la fuerza. Para sostener lo dicho en 1770 una escuadra española, al mando de Juan Ignacio de Madariaga, y comandadas por tierra por el coronel Antonio Gutiérrez, desalojan a la guarnición inglesa del puerto de Saunders.
Los ingleses reclaman ante la corte de Madrid y en 1771, España declara: "La restitución de su majestad británica del puerto y fuerte llamado Egmont no puede ni debe afectar, en modo alguno, la cuestión de derecho anterior de soberanía de las islas Malvinas, llamadas también islas de Falkland".
Años después de la restitución de Puerto Egmont a España, en 1774, Inglaterra desaloja voluntariamente el islote Saunders. Se crea en 1776 el virreinato del Río de la Plata, incluyendo las islas a la Gobernación de Buenos Aires, ejerciendo la jefatura unipersonal el Gobernador o el Comandante, bajo la órdenes directas del Rey y más tarde del Virrey. Este es el período de mayor poder soberano sobre las islas Malvinas de España.
Entre 1773 y 1777 el Gobernador español de Malvinas (el último con ese rango) fue el Capitán Franco Gil y Lemos, en ese período convierte la jerarquía institucional de Gobernación a Comandancia, los motivos son puramente militares, para que el Rey centralice más su poder. Por una licencia de Gil Lemos, asume interinamente como Comandante Ramos de Carassa, fue éste quien retomó las tareas de fortificar y remodelar los almacenes de los cuarteles ya establecidos. Asegurando la vigilancia, sobre todo en el ex puerto Egmont, donde acostumbraban a desembarcar los invasores ingleses. La lista de los Comandantes de las islas Malvinas sigue cambiando, ya que todos asumían ese lugar, por un año aproximadamente, en que un nuevo relevo y cambio de tropas y abastecimiento llegaba. Muy pocos fueron los habitantes radicados en ellas, se calcula que en 1793 se contabilizaban unos 150 habitantes.
Esta es la nómina de los Comandantes designados por el Virreinato del Río de la Plata en las islas Malvinas españolas:
Ramón Carassa (1777), Salvador de Medina (1779), Jacinto de Altolaguirre (1781), Fulgencio Montemayor (1783), Agustín Figueroa (1784), Pedro de Mesa y Castro (1786), Ramón Clairac (1787), Pedro de Mesa y Castro (1788), Ramón Clairac (1789), Juan José de Elizalde (1790), Pedro Pablo Sanguineto (1791), Juan José de Elizalde (1792), Pedro Pablo Sanguineto (1793), Juan Aldana y Ortega (1794), Pedro Pablo Sanguineto (1795), Juan Aldana y Ortega (1796), Luis de Medina y Torres (1797), Francisco Xavier de Viana (1800), Ramón Fernández de Villegas (1801), Bernardo Bonavia (1803), Antonio Leal de Ibarra (1803), Bernardo Bonavia (1804), Antonio Leal de Ibarra (1805), Bernardo Bonavía (1806), J.C. Martínez (1807), Gerardo Bordas (1810) y Pablo Guillén (1810).
Cuando la gobernación del Río de la Plata se radicó en Montevideo, (1811) convertida en fuerte realista, ordenó a las fuerzas en las islas Malvinas abandonar la comandancia y evacuar las islas. A partir del 25 de mayo de 1810 con el primer gobierno patrio, y en medio de una tumultuosa revolución y pocos medios, obligó a nuestros hombres a dedicarse exclusivamente al territorio continental. Apenas consolidado el gobierno nacional y bajo el nombre de "Provincias Unidas del Río de la Plata" se ocuparon del territorio insular "Islas Malvinas" nombrando: concesionarios, comisionarios y comandantes políticos militares. El dominio de las islas por títulos jurídicos de España, ahora en poder del gobierno de las Provincias Unidas, le daba derechos a administrar y regir, y autorizar por ejemplo, la caza y la pesca. Así lo hizo, a solicitud de Enrique Torres, se le suministró un permiso de desembarcar en las islas Malvinas, con el propósito de cazar lobos marinos. Permiso fechado el 30 de enero de 1813. Como hasta la fecha (1820) no se había establecido ninguna comandancia fija en las islas, se le comisionó a David Jewett con su embarcación "La Heroica" a tomar posesión de ellas, a nombre del Supremo Gobierno de las Provincias Unidas. Así fue, que el 6 de noviembre de 1820, en el Puerto Soledad sobre las ruinas de la antigua fortificación, se enarbola por vez primera la bandera nacional, disparándose 21 cañonazos como saludo obligado. Jewett permaneció por un año en el cargo y fue remplazado por el Teniente Coronel Guillermo Masonn. Para proteger nuestras aguas y costas territoriales, por los estragos cometidos por buques extranjeros, que se negaban a pagar derechos, la Honorable Junta de Representantes de Buenos Aires, sanciona la ley de caza y pesca a pedido del Comandante político militar de Patagones Coronel Gabriel de Oyuela. Luego se le acoplaron varios decretos a esta ley, la última del 22 de octubre de 1829.
Los ingleses reclaman ante la corte de Madrid y en 1771, España declara: "La restitución de su majestad británica del puerto y fuerte llamado Egmont no puede ni debe afectar, en modo alguno, la cuestión de derecho anterior de soberanía de las islas Malvinas, llamadas también islas de Falkland".
Años después de la restitución de Puerto Egmont a España, en 1774, Inglaterra desaloja voluntariamente el islote Saunders. Se crea en 1776 el virreinato del Río de la Plata, incluyendo las islas a la Gobernación de Buenos Aires, ejerciendo la jefatura unipersonal el Gobernador o el Comandante, bajo la órdenes directas del Rey y más tarde del Virrey. Este es el período de mayor poder soberano sobre las islas Malvinas de España.
Entre 1773 y 1777 el Gobernador español de Malvinas (el último con ese rango) fue el Capitán Franco Gil y Lemos, en ese período convierte la jerarquía institucional de Gobernación a Comandancia, los motivos son puramente militares, para que el Rey centralice más su poder. Por una licencia de Gil Lemos, asume interinamente como Comandante Ramos de Carassa, fue éste quien retomó las tareas de fortificar y remodelar los almacenes de los cuarteles ya establecidos. Asegurando la vigilancia, sobre todo en el ex puerto Egmont, donde acostumbraban a desembarcar los invasores ingleses. La lista de los Comandantes de las islas Malvinas sigue cambiando, ya que todos asumían ese lugar, por un año aproximadamente, en que un nuevo relevo y cambio de tropas y abastecimiento llegaba. Muy pocos fueron los habitantes radicados en ellas, se calcula que en 1793 se contabilizaban unos 150 habitantes.
Esta es la nómina de los Comandantes designados por el Virreinato del Río de la Plata en las islas Malvinas españolas:
Ramón Carassa (1777), Salvador de Medina (1779), Jacinto de Altolaguirre (1781), Fulgencio Montemayor (1783), Agustín Figueroa (1784), Pedro de Mesa y Castro (1786), Ramón Clairac (1787), Pedro de Mesa y Castro (1788), Ramón Clairac (1789), Juan José de Elizalde (1790), Pedro Pablo Sanguineto (1791), Juan José de Elizalde (1792), Pedro Pablo Sanguineto (1793), Juan Aldana y Ortega (1794), Pedro Pablo Sanguineto (1795), Juan Aldana y Ortega (1796), Luis de Medina y Torres (1797), Francisco Xavier de Viana (1800), Ramón Fernández de Villegas (1801), Bernardo Bonavia (1803), Antonio Leal de Ibarra (1803), Bernardo Bonavia (1804), Antonio Leal de Ibarra (1805), Bernardo Bonavía (1806), J.C. Martínez (1807), Gerardo Bordas (1810) y Pablo Guillén (1810).
Cuando la gobernación del Río de la Plata se radicó en Montevideo, (1811) convertida en fuerte realista, ordenó a las fuerzas en las islas Malvinas abandonar la comandancia y evacuar las islas. A partir del 25 de mayo de 1810 con el primer gobierno patrio, y en medio de una tumultuosa revolución y pocos medios, obligó a nuestros hombres a dedicarse exclusivamente al territorio continental. Apenas consolidado el gobierno nacional y bajo el nombre de "Provincias Unidas del Río de la Plata" se ocuparon del territorio insular "Islas Malvinas" nombrando: concesionarios, comisionarios y comandantes políticos militares. El dominio de las islas por títulos jurídicos de España, ahora en poder del gobierno de las Provincias Unidas, le daba derechos a administrar y regir, y autorizar por ejemplo, la caza y la pesca. Así lo hizo, a solicitud de Enrique Torres, se le suministró un permiso de desembarcar en las islas Malvinas, con el propósito de cazar lobos marinos. Permiso fechado el 30 de enero de 1813. Como hasta la fecha (1820) no se había establecido ninguna comandancia fija en las islas, se le comisionó a David Jewett con su embarcación "La Heroica" a tomar posesión de ellas, a nombre del Supremo Gobierno de las Provincias Unidas. Así fue, que el 6 de noviembre de 1820, en el Puerto Soledad sobre las ruinas de la antigua fortificación, se enarbola por vez primera la bandera nacional, disparándose 21 cañonazos como saludo obligado. Jewett permaneció por un año en el cargo y fue remplazado por el Teniente Coronel Guillermo Masonn. Para proteger nuestras aguas y costas territoriales, por los estragos cometidos por buques extranjeros, que se negaban a pagar derechos, la Honorable Junta de Representantes de Buenos Aires, sanciona la ley de caza y pesca a pedido del Comandante político militar de Patagones Coronel Gabriel de Oyuela. Luego se le acoplaron varios decretos a esta ley, la última del 22 de octubre de 1829.
Luis Vernet de Hamburgo y Jorge Pacheco de Buenos Aires, se asocian y solicitan al gobierno de Buenos Aires la autorización para el comercio de carnes, cueros y ganado vacuno en la isla Oriental de Malvinas. Para ello ofrecían la refacción de los edificios para tenerlos a disposición de las autoridades, haciéndose cargo de las reparaciones y ampliaciones. El 28 de agosto de 1823 por decreto firmado por Martín Rodríguez y Bernardino Rivadavia acordándoles la concesión, con habilitación para usufructuar los bienes referidos, agrega el Gobierno de Buenos Aires... "en la inteligencia que semejante concesión jamás podrá privar al Estado del derecho que tiene a disponer de aquel territorio del modo que crea más conveniente a los intereses generales de la Provincia, y lo cual se verificará tan luego que sus recursos le proporcionen el poder de establecerse en él de un modo efectivo y permanente...".
En diciembre de 1823 Pacheco se dirigió al gobierno solicitándole, la autorización para la partida hacia Malvinas y la petición para que el capitán de milicias retirado Don Pedro Areguatí, se le otorgue el título de Comandante de Soledad, sin. goce de sueldo. Fundamenta la petición con los siguientes términos: "De este modo Señor Exmo. se posesiona la provincia de aquella abandonada Isla, y aun hace que paguen los buques el derecho de anclaje de que escrupulosamente se dará cuenta al erario (sic), porque Areguatí piensa formar de los mismos peones una Compañía de cívicos con sus cabos y sargentos, para darle a esta operación toda la representación posible en obsequio de una propiedad (sic), de la Patria, 'levando las armas y municiones de cuenta de la negociación, y si V.E. tuviese a bien destinar algunos cañones de fierro para defender el punto de incursiones de piratas en aquellas abandonadas baterías, serían reparadas, y puestas en aptitud de que sirvan al Gobierno para restablecer el presidio".
El gobierno atendió el pedido y bajo decreto del 18 de diciembre de 1823, otorga los terrenos bajo la precisa obligación de hacer constar "la mensura y amojonamiento para que pueda optar a los títulos de propiedad". También se nombra a Areguatí como Comandante de la Isla, haciendo saber su decreto a todas las personas "para que lo reconozcan por comandante a fin de que se conserve el orden y se eviten excesos". Disponiendo "a todo buque que arribase, ya sea por aguada, víveres u otro motivo, se le cobrará el derecho de ancoraje". Por otro decreto se le concede a Vernet los terrenos baldíos de la Isla Soledad y de los Estados y a Pacheco los terrenos de la parte sudeste de la isla, con la promesa de parte de estos de edificar a su cargo una colonia en el lapso de tres años.
El gobierno de Buenos Aires nombra a Luis Vernet como Comandante Político y Militar, delegándose "en su persona toda la autoridad y jurisdicción necesaria" Vernet, pasa de ser un modesto concesionario, a representante político del Gobierno bonaerense, en el sello de la documentación se podía leer, "Armas de la Patria. Comandancia de Malvinas y adyacentes".
Vernet, preparó mapas, nombró agentes en el exterior, para promover la llegada de colonos, segmentó las islas en partes (11), y otorgó tierras para la radicación y explotación. En el año 1831 Vernet diseñó un plan para organizar la caza de ballenas y focas, en aplicación de la ley de pesca. Acorde con estas leyes se tomaron medidas punitivas contra tres goletas norteamericanas: Superior, Harriet y Breakwater, de estas tres dos fueron capturadas, lo que generó graves problemas diplomáticos con los Estados Unidos y obviamente con su cónsul en Buenos Aires, Jorge Slacum, que justamente era representante de los intereses económicos de dichos pesqueros.
Como no podía ser de otra forma, los "primos" de los piratas ingleses, encabezados por el cónsul Slacum quién mandó utilizar la fuerza con su corbeta de guerra, Lexington, al mando del Comandante Silas Duncan, éste desembarcó en las islas ocupó los edificios, capturó a los "culpables" de la detención de las naves pesqueras norteamericanas y destruyó todo a su paso, incautando todas las mercaderías del almacén más cueros y herramientas. Regresando a Montevideo en febrero de 1832.
A causa de la destrucción de los norteamericanos, Vernet solicitó al gobierno nacional equipamiento y voluntarios para la tarea de reconstruir la colonia, porque sólo habían quedado veintitrés habitantes. Juan Manuel de Rosas, nombra al Sargento Mayor de Artillerías, Esteban José Francisco Mestivier, como Comandante Civil y Militar de las Islas Malvinas, el 10 de septiembre de 1832 el Ministerio de Guerra y Marina decreta dicho nombramiento. La goleta Sarandí arriba a Malvinas el 10 de octubre, ante la tropa y habitantes asume sus funciones de Comandante Mestivier.
Meses después una sublevación de los efectivos desata una rebelión en la que pierde la vida el Comandante Mestivier. Cuando el comandante Pinedo de la goleta Sarandí llega a puerto días después, se encuentra con las novedades, por lo que tiene que asumir el cargo de comandante interino.
El 2 de enero de 1833 arribó al puerto el navío de guerra de bandera inglesa, Clio, al mando de John James Onslow. Pinedo ni intentó defender la posesión, embarcó la tropa y zarpó rumbo a Buenos Aires, dejando izada en tierra la Bandera Argentina, al cuidado de Juan Simón, a quien nombró Comandante Político y Militar de las Islas
En diciembre de 1823 Pacheco se dirigió al gobierno solicitándole, la autorización para la partida hacia Malvinas y la petición para que el capitán de milicias retirado Don Pedro Areguatí, se le otorgue el título de Comandante de Soledad, sin. goce de sueldo. Fundamenta la petición con los siguientes términos: "De este modo Señor Exmo. se posesiona la provincia de aquella abandonada Isla, y aun hace que paguen los buques el derecho de anclaje de que escrupulosamente se dará cuenta al erario (sic), porque Areguatí piensa formar de los mismos peones una Compañía de cívicos con sus cabos y sargentos, para darle a esta operación toda la representación posible en obsequio de una propiedad (sic), de la Patria, 'levando las armas y municiones de cuenta de la negociación, y si V.E. tuviese a bien destinar algunos cañones de fierro para defender el punto de incursiones de piratas en aquellas abandonadas baterías, serían reparadas, y puestas en aptitud de que sirvan al Gobierno para restablecer el presidio".
El gobierno atendió el pedido y bajo decreto del 18 de diciembre de 1823, otorga los terrenos bajo la precisa obligación de hacer constar "la mensura y amojonamiento para que pueda optar a los títulos de propiedad". También se nombra a Areguatí como Comandante de la Isla, haciendo saber su decreto a todas las personas "para que lo reconozcan por comandante a fin de que se conserve el orden y se eviten excesos". Disponiendo "a todo buque que arribase, ya sea por aguada, víveres u otro motivo, se le cobrará el derecho de ancoraje". Por otro decreto se le concede a Vernet los terrenos baldíos de la Isla Soledad y de los Estados y a Pacheco los terrenos de la parte sudeste de la isla, con la promesa de parte de estos de edificar a su cargo una colonia en el lapso de tres años.
El gobierno de Buenos Aires nombra a Luis Vernet como Comandante Político y Militar, delegándose "en su persona toda la autoridad y jurisdicción necesaria" Vernet, pasa de ser un modesto concesionario, a representante político del Gobierno bonaerense, en el sello de la documentación se podía leer, "Armas de la Patria. Comandancia de Malvinas y adyacentes".
Vernet, preparó mapas, nombró agentes en el exterior, para promover la llegada de colonos, segmentó las islas en partes (11), y otorgó tierras para la radicación y explotación. En el año 1831 Vernet diseñó un plan para organizar la caza de ballenas y focas, en aplicación de la ley de pesca. Acorde con estas leyes se tomaron medidas punitivas contra tres goletas norteamericanas: Superior, Harriet y Breakwater, de estas tres dos fueron capturadas, lo que generó graves problemas diplomáticos con los Estados Unidos y obviamente con su cónsul en Buenos Aires, Jorge Slacum, que justamente era representante de los intereses económicos de dichos pesqueros.
Como no podía ser de otra forma, los "primos" de los piratas ingleses, encabezados por el cónsul Slacum quién mandó utilizar la fuerza con su corbeta de guerra, Lexington, al mando del Comandante Silas Duncan, éste desembarcó en las islas ocupó los edificios, capturó a los "culpables" de la detención de las naves pesqueras norteamericanas y destruyó todo a su paso, incautando todas las mercaderías del almacén más cueros y herramientas. Regresando a Montevideo en febrero de 1832.
A causa de la destrucción de los norteamericanos, Vernet solicitó al gobierno nacional equipamiento y voluntarios para la tarea de reconstruir la colonia, porque sólo habían quedado veintitrés habitantes. Juan Manuel de Rosas, nombra al Sargento Mayor de Artillerías, Esteban José Francisco Mestivier, como Comandante Civil y Militar de las Islas Malvinas, el 10 de septiembre de 1832 el Ministerio de Guerra y Marina decreta dicho nombramiento. La goleta Sarandí arriba a Malvinas el 10 de octubre, ante la tropa y habitantes asume sus funciones de Comandante Mestivier.
Meses después una sublevación de los efectivos desata una rebelión en la que pierde la vida el Comandante Mestivier. Cuando el comandante Pinedo de la goleta Sarandí llega a puerto días después, se encuentra con las novedades, por lo que tiene que asumir el cargo de comandante interino.
El 2 de enero de 1833 arribó al puerto el navío de guerra de bandera inglesa, Clio, al mando de John James Onslow. Pinedo ni intentó defender la posesión, embarcó la tropa y zarpó rumbo a Buenos Aires, dejando izada en tierra la Bandera Argentina, al cuidado de Juan Simón, a quien nombró Comandante Político y Militar de las Islas
FUENTE www.lagazetafederal.com.ar
Prof GB
miércoles, 2 de enero de 2013
MACRI EL AUSENTE
11:18 › ASISTENCIA SOCIAL
Buenos Aires Ausente
Trabajadores del programa Buenos Aires Presente (BAP) del gobierno porteño realizaron una asamblea abierta en el Hospital Rawson para denunciar la desarticulación del servicio que atiende a personas en situación de calle, la persecución gremial contra los empleados y precarización de las condiciones de trabajo. En 2011 se desempeñaban un total de 80 trabajadores en el servicio y actualmente quedan menos de 40, según indican los trabajadores.
Julieta Minervini, delegada general del programa BAP, explicó que "quieren trasladar a 6 compañeros a otros programas sin saber bien a qué programas van a ir, de los cuales 5 somos afiliados de ATE, lo que nos hace entender que esto es persecución política, ya que justo el 21 de diciembre se conformó la junta interna y el mismo día llegó la impugnación, que es el mecanismo que está implementando el macrismo en la Ciudad".
Según explicó Minervini, "el BAP es un programa de emergencia que trabaja con personas en situación de calle dentro de la secretaria de atención inmediata del gobierno de la ciudad"."Nuestra tarea es ir en móviles a las ranchadas a ofrecerles diferentes recursos del ministerio" destacó Minervini y denunció que "también hay un vaciamiento del programa porque se están subejecutando los recursos, por ejemplo de las 45 camionetas que tiene el programa, sólo 10 funcionan".
Antes de la asamblea, que comenzó a las 13 en la puerta del Hospital Rawson, Minervini, junto con Matías Santanni, otro de los delegados, y Agostina Giameo, una de las trabajadoras a la que también le informaron que será trasladada, denunció "aprietes dentro del hospital".
"Esto fue hace un mes y medio, cuando entró una patota de gente del gremio SUTECBA, preguntando a los gritos quiénes eran los delegados de ATE, lo que genera situación de alerta de los trabajadores" y condiciones inseguras para los pacientes internados, aseguró Minervini.
Giameo, por su parte, explicó que en el programa hay un equipo interdisciplinario en el que hay trabajadores sociales, sociólogos, historiadores, y sostuvo que "nosotros defendemos no sólo nuestra fuente de trabajo sino también una política pública que llega a los sectores más necesitados".
En la asamblea, que se llevó a cabo en las calles Amancio Alcorta y Ramón Carrillo, los trabajadores decidieron realizar mañana a las 12 una radio abierta frente al edificio de la subsecretaría de Desarrollo social de la Ciudad de Buenos Aires para denunciar esta situación y "exigir una respuesta al gobierno de Mauricio Macri".
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