El 8N y algunos sinceramientos necesarios
Por Mempo Giardinelli
Faltan pocos días para la marcha del 8N, que se anuncia como protesta multitudinaria, pacífica y respetuosa, lo cual es deseable. Al menos, la mayoría de las más de cuarenta páginas y grupos en red convocantes se cuidan de no ser copados por maximalistas violentos y eso está muy bien. Los organizadores tienen todo el derecho a manifestarse y es bueno que lo hagan con cuidado. No de otro modo se fortalece la democracia.
Lo cuestionable, en todo caso, es la insinceridad de algunos de sus promotores. Porque más allá de blogueros y entusiastas de las redes sociales, es evidente que detrás de ellos se esconden actores políticos silenciosos, por llamarlos de algún modo, que pertenecen a partidos u organizaciones y que no dan la cara. También tienen derecho a manifestarse, desde luego, pero mejor sería que sinceraran su presencia.
Descartada además toda supuesta espontaneidad (tampoco fue espontánea la manifestación del 13S), hay que reconocer que la planificación ahora se hace con más cuidado. No obstante lo cual, el 8N es una movida política montada sobre algunas falacias, como la de que representan al 46 por ciento de la ciudadanía. Eso no es verdad, pues lo que hubo en las elecciones de hace un año fue un 15 por ciento, y un 11, y un 7, y varios 3 y aún menos, y es obvio que todavía hoy no están unidos ni representan una voluntad común.
Además llama la atención que esta convocatoria no ofrece más propuesta que la movilización en sí, y tanto sus reclamos como sus íconos inconfesados también adolecen de insinceridades. Los afiches que convocan no lo admiten explícitamente, pero sólo mencionan en grandes letras los vocablos “reforma, inseguridad, inflación, impunidad, mentiras, corrupción, patoterismo, adoctrinamiento”. Todo lo cual es obvio que está subsumido y supeditado a la frase clave que confiesan apenas en letras muy, muy chiquitas: “Con un gran 8N no hay 7D”.
Esa es la cuestión. Ahí está el sentido último, profundo, de esta marcha. Y es claro que también tienen derecho, pero lo chocante es la insinceridad. ¿Por qué no lo dicen? ¿Por qué no reconocen que están en contra de la ley de medios y convocan a esta marcha como inicio de la desobediencia activa que planea el Grupo Clarín?
Y en materia de íconos también hay insinceridades, como la del señor Macri, que además de echar culpas y vetar leyes intenta mostrarse progre cuando es tan profundamente conservador, y así su partido no apoya la marcha, pero sí la apoya. Como hicieron el 13S. O como la señora Patricia Bullrich y su partidito. O el señor Luis Barrionuevo, al que le “encanta Lanata” y entonces va a ir el 8N. O como los señores Moyano y Micheli y Buzzi, que con todo oportunismo ahora se suben al barco. ¿Por qué no admiten que su ya anunciada marcha del 20N va en el mismo sentido que ésta, y con el mismo afán de servir a los desobedientes de la ley de medios?
Lo que molesta del 8N es que no sólo no hay propuestas, sino que además mienten. Por lo que así como es indiscutible el derecho a manifestar en ambas fechas, uno tiene el derecho a exigir que sinceren intenciones.
Y es tonto, además, porque el gobierno nacional tiene claroscuros. Es indudable que se han cometido yerros y metidas de pata. Pero si se puede cuestionar casos de corrupción, por ejemplo, debe tenerse en cuenta que este mismo gobierno propuso una Corte Suprema insospechada como jamás habíamos tenido. Y fue el que acabó con el negociado de las AFJP. Y el que les cerró el negocio de la deuda a muchos economistas del establishment. Y el que ahora destapó el negociado de las cúpulas de Gendarmería y Prefectura.
Debieran recordar también que es este gobierno el que desmontó la impunidad que instalaron las leyes de obediencia debida y punto final, y el que impulsó los juicios a los genocidas y la búsqueda de hijos y nietos apropiados. Por todo eso se ganaron los tremendos enemigos que tienen. Y es por eso que a la Presidenta le tiran con adjetivos y puteadas. Pero porque no tienen otra cosa. Que yo sepa, no le han probado corrupción alguna. Y más allá de que su fortuna personal a mí tampoco me gusta, no parece mal habida porque si no ya la habrían querellado. Y además la tiene declarada, y año por año.
Y si le tiran con eso es porque sus consignas están vacías. Como cuando reclaman libertad de expresión. Mueve a risa; en toda la historia argentina no hubo tanta. Entonces discuten si la Presidenta es soberbia o da conferencias o habla por cadena nacional. O si Moreno es maleducado y Aníbal provocador. Da risa hasta que uno empieza a imaginarse lo que sería este país gobernado por los señores Macri o Moyano. Madre mía.
Es el 7D lo que los vuelve locos. No sé ustedes, pero yo nunca los había visto tan enojados a los que marcharon el 13S y ahora van por el 8N. Fíjense que con Menem a lo sumo se reían, pero no los vimos putear tanto cuando regaló YPF o cuando nos dejó sin trenes, sin gas, sin teléfonos, sin barcos ni puertos, sin aviones ni carreteras y la lista es infinita. No estaban tan enojados cuando los gobiernos se bajaban los lienzos ante Bush y el FMI. O cuando el señor Cavallo una y otra vez les metía el dedito ahí atrás. Ni los vimos tan enojados cuando la leche podrida y los negocios de Al Kassar, ni cuando la voladura de la ciudad de Río Tercero. Y no digan ahora que ésas son “cosas viejas”, que no por viejas son menos significantes.
En cambio ellos, muchos de ellos, sólo repiten lo que les inoculan periodistas y conductores televisivos que nunca muestran pruebas de sus acusaciones, que no han iniciado una sola causa legal y que no pueden mostrar sentencia alguna en contra de la Presidenta.
Debieran saber, además, que esta urgencia, esta desesperación por acabar con el Gobierno es peligrosa y antidemocrática. La pretensión de “echar” a la Presidenta, de “sacarla” o “expulsarla”, es conjugar todos verbos contrarios a la Constitución Nacional.
Y que no se confundan: esto está muy por debajo de la vieja consigna “que se vayan todos”, que fue válida en un momento de anarquía y de un carnaval de cinco presidentes.
Creo indispensable decirles estas cosas a promotores y manifestantes. Que irán a la marcha del 8N con camisas blancas y sin carteles, como dicen, pero igual se van a encontrar con la señora Pando, el hijo del gordo Porcel o el gendarme Meza. Aunque se disfracen, van a estar ahí. Y seguramente a la noche, tarde, el señor Macri dejará de rascarse y aparecerá en TN diciendo obviedades, mientras los suyos se chorean la ciudad inmobiliariamente.
Mejor sería que se organizaran para vencer al Gobierno en las próximas elecciones. Para lo cual deberán tener mejores propuestas.
Y ahora que vayan a la marcha, muy bien. Pero sabiendo que nosotros sí sabemos por qué van.
04/11/12 Página|12
GB
lunes, 5 de noviembre de 2012
domingo, 4 de noviembre de 2012
DURMIENDO CON EL ENEMIGO, OPINION.
Durmiendo con el enemigo
Por Demián Verduga
dverduga@miradasalsur.com
Cuál es la relación de las fuerzas políticas con el Grupo Clarín. La bronca de los socialistas porque el holding ningunea a Binner. El recuerdo de los radicales sobre las presiones a Alfonsín. El futuro debate del per saltum.
Ninguna fuerza política argentina ha hecho de la derogación de la ley de medios una bandera. Ni siquiera cuando la oposición tuvo mayoría en el Parlamento, entre diciembre de 2009 y diciembre de 2011, el bienio en que predominó el Grupo A, se planteó la posibilidad. Esto se explica en parte porque aquella mayoría opositora también estaba compuesta por fuerzas que habían acompañado la Ley, como el socialismo, algo que habría que recordar antes de señalarlos con el dedo. Además de estos motivos visibles, hay alguno subterráneo: las operaciones políticas que el multimedio ha hecho durante tantos años de hegemonía, de las que han sido víctimas casi todos los partidos del sistema político.
Antes de seguir, una salvedad en honor al rigor: sí hubo un dirigente opositor que propuso la derogación de la ley de medios. Fue Eduardo Duhalde durante la campaña electoral del 2011, el ex presidente que en las elecciones generales sacó el 5,86% de los votos.
Los radicales. Cuando se habla sobre la relación con Clarín con los operadores políticos del radicalismo, lo primero que destacan es que en el partido “nadie se olvida de lo que le hicieron a Raúl Alfonsín”. Hoy está ya muy claro el nivel de presión que el Grupo ejerció sobre el gobierno radical cuando pretendía la modificación de la ley de radiodifusión de la dictadura para poder comprar Radio Mitre. Esa presión tuvo su clímax cuando Alfonsín contestó, en el discurso –ya celebre– que dio en la inauguración de la Sociedad Rural el 12 de febrero de 1987.
Un dato más actual para subrayar es que por ahora la agenda política de los boinas blancas no se centra en el 7/D ni en lo que pasará en los días subsiguientes. “Nuestras prioridades son otras”, remarcó un asesor del bloque radical de la Cámara baja. El leitmotiv que la UCR ha elegido para instalarse en el escenario político es oponerse a la supuesta intención de reformar la Constitución que impulsarían algunos sectores del kirchnerismo. La idea de la reforma es difícil de comprobar, ya que desde el Gobierno nadie la ha puesto sobre la mesa. Lo importante del dato en este caso es que el tema le ha servido a los radicales para intentar ponerse como eje de la oposición, convocando a una multisectorial, armando foros, orquestando un acuerdo entre los senadores opositores, etcétera, y sin poner en el centro al 7/D.
Claro que hay algunos matices para remarcar. No todos los correligionarios tienen la misma visión sobre cómo pararse frente al tema. Oscar Aguad, Ernesto Sanz y Silvana Giudici son dirigentes que defienden un alineamiento más nítido detrás de Clarín, y también es cierto que la UCR respalda el accionar de sus representantes en el Consejo de la Magistratura.
Los frenteamplistas. En el Frente Amplio Progresista (FAP) resaltan una cuestión central respecto de su relación con el Grupo Clarín. “Cuando comenzó la campaña electoral del año pasado nos borraron de las páginas del diario, de las radios, y de sus canales de televisión”. Lo que destacan en el FAP es algo que el lector puede comprobar repasando algunos diarios del año pasado. Recibió mucho más espacio el senador Sanz, que lanzó su candidatura presidencial en marzo del 2011 y jamás logró pasar el 1% de intención de voto, que Hermes Binner. En el FAP señalan que luego, cuando Sanz se bajó “empezaron con Eduardo Duhalde y siguieron Ricardo Alfonsín, siempre tratando de bajarnos a nosotros”.
Finalmente fue Binner quien salió segundo en las presidenciales y eso empujó otra operación, sería posible titularla así: “Macri no compitió, pero fue el segundo”. “Lo ponen siempre como si fuera el jefe de la oposición y en realidad el que salió detrás de Cristina fue Binner”, remarcó un diputado nacional del socialismo. El dirigente remarcaba esta situación, pidiendo reserva, para sostener que “siempre intentan ponernos en segundo plano como fuerza política”. ¿Será porque apoyaron la ley de medios?
Aunque sea difícil de creer por lo bien que tratan los medios del establishment a Mauricio Macri, en el PRO también miran a Clarín con una dosis de desconfianza. “Es como acariciarle la pata al tigre”, remarcó un diputado del macrismo. El mismo referente sostuvo que “nadie en la oposición piensa que defender al Grupo es cuidar la libertad de expresión”. De todos modos, todos los opositores tratan de cuidar los espacios mediáticos que tienen para mostrarse a la sociedad. Aquí es donde radica el poder político de los medios. Por eso, aunque sea reiterativo señalarlo, hay que volver a remarcar que nada bien le hace al sistema político la concentración mediática. A la larga, siempre le juega en contra.
Se viene el per saltum. Este panorama de fondo tiene un debate de coyuntura que se juega en la superficie. Como suele suceder, allí las posiciones cambian. El próximo 14 de noviembre la Cámara de Diputados discutirá la reglamentación del per saltum. La norma se aprobó el miércoles pasado en el Senado por 43 votos a favor y 23 en contra, y a la mañana siguiente recibió dictamen en las comisiones de la Cámara baja. El tema se disparó por un hecho concreto: un grupo económico –Clarín– ha podido gambetear una ley aprobada por el Parlamento. Lo ha hecho durante tres años, utilizando una medida cautelar que parecía extenderse hasta el infinito. La Corte Suprema le puso como fecha límite el 7 de diciembre, pero la dilación judicial podría continuar. ¿Qué herramienta jurídica puede generar la democracia para evitar en el presente y el futuro una situación como esta? Una de las herramientas posibles, según el Gobierno, es el per saltum.
“Es un recurso extraordinario que se podría solicitar cuando la demora en una causa puede producir perjuicio al derecho federal y que este perjuicio no pudiera repararse después”, le explicó a Miradas al Sur la diputada del Frente para la Victoria Diana Conti, presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
La figura del per saltum implica “saltar instancias” para darle mayor celeridad a determinadas causas, exceptuando las penales. La Corte podría intervenir y pronunciarse antes que las cámaras de apelación. Esto sucedería ante el pedido de una de las partes en pugna en un juicio determinado. Los supremos son los que deciden si acceden a la solicitud. La reglamentación que se aprobó en el Senado establece que la intervención puede hacerse en situaciones de “marcada excepcionalidad” y cuando hay “gravedad institucional”. “La norma –explicó Conti– describe la gravedad institucional. Ocurre cuando las cuestiones sometidas a juicio exceden el interés de las partes y se proyectan sobre el interés general.” La reglamentación también establece que el per saltum sólo puede aplicarse luego de una sentencia definitiva en primera instancia o en las resoluciones comparables con ellas en sus efectos. (Una cautelar que dura tres años es comparable en sus efectos con una sentencia definitiva).
Las críticas del arco opositor tienen varios puntos en común. Uno de ellos es que la norma se debate en medio del conflicto por la aplicación plena de la ley de medios. “Nos preocupa porque está vinculado de un modo directo con esta causa –le remarcó a este medio el diputado de la UCR Miguel Bazze–. Casi toda la oposición piensa que es un proyecto inspirado por esta situación. Creo que es una exageración por parte del Gobierno”.
Este medio le preguntó al diputado radical si no era grave que un grupo económico pudiera evitar durante tres años el acatamiento de una ley aprobada por el Parlamento. El dirigente contestó:
–En algún momento esto terminaría resolviéndose en la Justicia. Creo que el Gobierno paga un costo muy alto por algo que no es trascendente.
Bazze remató señalando algo esperable: “No vamos a acompañar esta ley. Podríamos haberla apoyado si se hubiera planteado en otro contexto, pero en este no”. Al igual que el diputado radical, referentes del PRO y el FAP que fueron consultados por este semanario sostuvieron que no acompañarían la reglamentación. Y también pusieron el acento en que era un mal momento por el conflicto de la ley de medios.
Una breve reflexión sobre esta cuestión del contexto, que es un argumento recurrente en los debates políticos. Casi todas las disputas legislativas, en la Argentina y el mundo, se producen en medio de los conflictos que esas mismas leyes pretenden resolver. La reestatización de la mitad más uno de las acciones de YPF, la anulación del servicio militar obligatorio a fines de la década del ’90, la aprobación de la Ley de Divorcio en los ’80, las normas antiesclavistas del siglo XIX, fueron leyes que se plantearon al calor de los conflictos. Es una verdad histórica sobre cómo funciona el proceso político. En este caso no pasa nada distinto.
04/11/12 Miradas al Sur
GB
Por Demián Verduga
dverduga@miradasalsur.com
Cuál es la relación de las fuerzas políticas con el Grupo Clarín. La bronca de los socialistas porque el holding ningunea a Binner. El recuerdo de los radicales sobre las presiones a Alfonsín. El futuro debate del per saltum.
Ninguna fuerza política argentina ha hecho de la derogación de la ley de medios una bandera. Ni siquiera cuando la oposición tuvo mayoría en el Parlamento, entre diciembre de 2009 y diciembre de 2011, el bienio en que predominó el Grupo A, se planteó la posibilidad. Esto se explica en parte porque aquella mayoría opositora también estaba compuesta por fuerzas que habían acompañado la Ley, como el socialismo, algo que habría que recordar antes de señalarlos con el dedo. Además de estos motivos visibles, hay alguno subterráneo: las operaciones políticas que el multimedio ha hecho durante tantos años de hegemonía, de las que han sido víctimas casi todos los partidos del sistema político.
Antes de seguir, una salvedad en honor al rigor: sí hubo un dirigente opositor que propuso la derogación de la ley de medios. Fue Eduardo Duhalde durante la campaña electoral del 2011, el ex presidente que en las elecciones generales sacó el 5,86% de los votos.
Los radicales. Cuando se habla sobre la relación con Clarín con los operadores políticos del radicalismo, lo primero que destacan es que en el partido “nadie se olvida de lo que le hicieron a Raúl Alfonsín”. Hoy está ya muy claro el nivel de presión que el Grupo ejerció sobre el gobierno radical cuando pretendía la modificación de la ley de radiodifusión de la dictadura para poder comprar Radio Mitre. Esa presión tuvo su clímax cuando Alfonsín contestó, en el discurso –ya celebre– que dio en la inauguración de la Sociedad Rural el 12 de febrero de 1987.
Un dato más actual para subrayar es que por ahora la agenda política de los boinas blancas no se centra en el 7/D ni en lo que pasará en los días subsiguientes. “Nuestras prioridades son otras”, remarcó un asesor del bloque radical de la Cámara baja. El leitmotiv que la UCR ha elegido para instalarse en el escenario político es oponerse a la supuesta intención de reformar la Constitución que impulsarían algunos sectores del kirchnerismo. La idea de la reforma es difícil de comprobar, ya que desde el Gobierno nadie la ha puesto sobre la mesa. Lo importante del dato en este caso es que el tema le ha servido a los radicales para intentar ponerse como eje de la oposición, convocando a una multisectorial, armando foros, orquestando un acuerdo entre los senadores opositores, etcétera, y sin poner en el centro al 7/D.
Claro que hay algunos matices para remarcar. No todos los correligionarios tienen la misma visión sobre cómo pararse frente al tema. Oscar Aguad, Ernesto Sanz y Silvana Giudici son dirigentes que defienden un alineamiento más nítido detrás de Clarín, y también es cierto que la UCR respalda el accionar de sus representantes en el Consejo de la Magistratura.
Los frenteamplistas. En el Frente Amplio Progresista (FAP) resaltan una cuestión central respecto de su relación con el Grupo Clarín. “Cuando comenzó la campaña electoral del año pasado nos borraron de las páginas del diario, de las radios, y de sus canales de televisión”. Lo que destacan en el FAP es algo que el lector puede comprobar repasando algunos diarios del año pasado. Recibió mucho más espacio el senador Sanz, que lanzó su candidatura presidencial en marzo del 2011 y jamás logró pasar el 1% de intención de voto, que Hermes Binner. En el FAP señalan que luego, cuando Sanz se bajó “empezaron con Eduardo Duhalde y siguieron Ricardo Alfonsín, siempre tratando de bajarnos a nosotros”.
Finalmente fue Binner quien salió segundo en las presidenciales y eso empujó otra operación, sería posible titularla así: “Macri no compitió, pero fue el segundo”. “Lo ponen siempre como si fuera el jefe de la oposición y en realidad el que salió detrás de Cristina fue Binner”, remarcó un diputado nacional del socialismo. El dirigente remarcaba esta situación, pidiendo reserva, para sostener que “siempre intentan ponernos en segundo plano como fuerza política”. ¿Será porque apoyaron la ley de medios?
Aunque sea difícil de creer por lo bien que tratan los medios del establishment a Mauricio Macri, en el PRO también miran a Clarín con una dosis de desconfianza. “Es como acariciarle la pata al tigre”, remarcó un diputado del macrismo. El mismo referente sostuvo que “nadie en la oposición piensa que defender al Grupo es cuidar la libertad de expresión”. De todos modos, todos los opositores tratan de cuidar los espacios mediáticos que tienen para mostrarse a la sociedad. Aquí es donde radica el poder político de los medios. Por eso, aunque sea reiterativo señalarlo, hay que volver a remarcar que nada bien le hace al sistema político la concentración mediática. A la larga, siempre le juega en contra.
Se viene el per saltum. Este panorama de fondo tiene un debate de coyuntura que se juega en la superficie. Como suele suceder, allí las posiciones cambian. El próximo 14 de noviembre la Cámara de Diputados discutirá la reglamentación del per saltum. La norma se aprobó el miércoles pasado en el Senado por 43 votos a favor y 23 en contra, y a la mañana siguiente recibió dictamen en las comisiones de la Cámara baja. El tema se disparó por un hecho concreto: un grupo económico –Clarín– ha podido gambetear una ley aprobada por el Parlamento. Lo ha hecho durante tres años, utilizando una medida cautelar que parecía extenderse hasta el infinito. La Corte Suprema le puso como fecha límite el 7 de diciembre, pero la dilación judicial podría continuar. ¿Qué herramienta jurídica puede generar la democracia para evitar en el presente y el futuro una situación como esta? Una de las herramientas posibles, según el Gobierno, es el per saltum.
“Es un recurso extraordinario que se podría solicitar cuando la demora en una causa puede producir perjuicio al derecho federal y que este perjuicio no pudiera repararse después”, le explicó a Miradas al Sur la diputada del Frente para la Victoria Diana Conti, presidenta de la Comisión de Asuntos Constitucionales.
La figura del per saltum implica “saltar instancias” para darle mayor celeridad a determinadas causas, exceptuando las penales. La Corte podría intervenir y pronunciarse antes que las cámaras de apelación. Esto sucedería ante el pedido de una de las partes en pugna en un juicio determinado. Los supremos son los que deciden si acceden a la solicitud. La reglamentación que se aprobó en el Senado establece que la intervención puede hacerse en situaciones de “marcada excepcionalidad” y cuando hay “gravedad institucional”. “La norma –explicó Conti– describe la gravedad institucional. Ocurre cuando las cuestiones sometidas a juicio exceden el interés de las partes y se proyectan sobre el interés general.” La reglamentación también establece que el per saltum sólo puede aplicarse luego de una sentencia definitiva en primera instancia o en las resoluciones comparables con ellas en sus efectos. (Una cautelar que dura tres años es comparable en sus efectos con una sentencia definitiva).
Las críticas del arco opositor tienen varios puntos en común. Uno de ellos es que la norma se debate en medio del conflicto por la aplicación plena de la ley de medios. “Nos preocupa porque está vinculado de un modo directo con esta causa –le remarcó a este medio el diputado de la UCR Miguel Bazze–. Casi toda la oposición piensa que es un proyecto inspirado por esta situación. Creo que es una exageración por parte del Gobierno”.
Este medio le preguntó al diputado radical si no era grave que un grupo económico pudiera evitar durante tres años el acatamiento de una ley aprobada por el Parlamento. El dirigente contestó:
–En algún momento esto terminaría resolviéndose en la Justicia. Creo que el Gobierno paga un costo muy alto por algo que no es trascendente.
Bazze remató señalando algo esperable: “No vamos a acompañar esta ley. Podríamos haberla apoyado si se hubiera planteado en otro contexto, pero en este no”. Al igual que el diputado radical, referentes del PRO y el FAP que fueron consultados por este semanario sostuvieron que no acompañarían la reglamentación. Y también pusieron el acento en que era un mal momento por el conflicto de la ley de medios.
Una breve reflexión sobre esta cuestión del contexto, que es un argumento recurrente en los debates políticos. Casi todas las disputas legislativas, en la Argentina y el mundo, se producen en medio de los conflictos que esas mismas leyes pretenden resolver. La reestatización de la mitad más uno de las acciones de YPF, la anulación del servicio militar obligatorio a fines de la década del ’90, la aprobación de la Ley de Divorcio en los ’80, las normas antiesclavistas del siglo XIX, fueron leyes que se plantearon al calor de los conflictos. Es una verdad histórica sobre cómo funciona el proceso político. En este caso no pasa nada distinto.
04/11/12 Miradas al Sur
GB
LA UNION DEMOCRATICA Y EL 8 N
LOS PARTIDOS POLITICOS FRENTE A LA PROTESTA CONTRA EL GOBIERNO QUE SE REALIZARA EL JUEVES PROXIMO
La oposición al compás de las cacerolas
Francisco de Narváez, Mauricio Macri, Luis Barrionuevo y Patricia Bullrich.
Asistirán, pero no de forma orgánica, para no contrariar el supuesto apartidismo. Remeras del PRO y camionetas de Bullrich.
Por Nicolás Lantos
A cuatro días del anunciadísimo 8N, los partidos políticos opositores todavía no terminan de definir una estrategia de cara a la movilización contra el Gobierno. Aunque algunos espacios políticos participan, en forma directa o indirecta, de la convocatoria, y a pesar de que prácticamente todos los dirigentes de la primera línea antikirchnerista, de izquierda a derecha, han hablado en buenos términos de la iniciativa, el dilema no es sencillo. Las características propias de la manifestación que ellos mismos promovieron los ponen en un aprieto: si van encolumnados, temen borronear el halo apolítico o apartidario de la protesta, que tan caro les resulta; si deciden no asistir de forma orgánica, en cambio, podrían dejar un vacío de cara a un sector de la sociedad que, según analizan, no sólo reclama ante el oficialismo, sino que le pide a la oposición que se haga cargo de su rol; el mismo sector de la sociedad en el que están puestas todas sus expectativas de cara a 2013 y 2015.
Después del 13S, la oposición se encontró frente al desafío de decodificar y reaccionar ante el nuevo escenario, en el que sectores de clases medias y alta, profundamente refractarios al kirchnerismo, volvían a tomar protagonismo político en la calle, por primera vez desde el conflicto con el campo, en 2008. Un año más tarde, la oposición hizo una buena elección legislativa que le permitió, mediante un acuerdo con poco trasfondo político, arrebatarle al oficialismo la mayoría en el Congreso. “Hoy, la pregunta es si la gente que se manifiesta es representable o no de una forma lineal”, analizan en el PRO. Es decir: ¿puede una sola propuesta satisfacer los reclamos de forma tal de adueñarse del caudal político que se pondrá en manifiesto el 8N? La respuesta a la que llegaron en ese partido (y que se repite en todas las otras fuerzas políticas consultadas para esta nota) es “No”. Sin embargo, eso no significa que no vayan a intentarlo.
No movilizan
No habrá, en todo caso, una movilización de columnas embanderadas, salvo que el empresario sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo cumpla con su promesa de “acompañar masivamente” la protesta del 8N, tal como anunció esta semana. En eso coinciden incluso los partidos más comprometidos con la causa cacerolera: el PRO, el unipersonal Unión por Todos y el justicialismo residual de Eduardo Amadeo. Esto tiene que ver con mantener la ficción de espontaneidad y quedó plasmado en un acuerdo tácito entre los organizadores “públicos” del cacerolazo (quienes dieron forma y agitaron la manifestación a través de las redes sociales) y sus interlocutores entre los políticos tradicionales. Pero hay algo más. “La verdad es que tampoco hay tanta militancia. No somos un partido que tenga una capacidad de movilización masiva”, reconocen desde el partido encabezado por Mauricio Macri ante la consulta de Página/12. Lo mismo podría aplicarse a sus compañeros de ruta.
“Vamos a concurrir, sin banderas políticas, como ciudadanos, y a llevar carteles con consignas, pero sin ningún tipo de identificación política”, le aseguró a este diario la diputada Patricia Bullrich, que también confirmó que aportará, como hizo el 13S, infraestructura para la movilización: camionetas y equipos de sonido. La ex ministra de Trabajo de Fernando de la Rúa también convocó desde el sitio web de su partido (unionportodos.org/8N), donde ofrece carteles con consignas para imprimir y llevar el jueves, la posibilidad de editar “tu propio cartel”, un ringtone de cacerolas y hasta un jueguito online para cacerolear sin moverte de tu computadora.
PRO cacerolazo
Ayer, Mauricio Macri se pronunció por primera vez sobre la protesta planeada para el jueves: “El 8N nos representa como argentinos y como hombres libres que queremos vivir mejor, con respeto, con tolerancia y poniendo la energía en construir y no en agredir”, sostuvo en un acto en el partido bonaerense de Lanús. Hasta ese momento, el jefe de Gobierno había evitado manifestarse sobre el tema, aunque eso no significara que el PRO se mantuviera al margen. A través de las redes sociales y en declaraciones periodísticas, varios dirigentes y legisladores de ese partido han convocado abiertamente a manifestarse. Incluso la diputada Laura Alonso utilizó su alocución en el recinto durante el tratamiento de la ley que permite votar a los jóvenes de 16 y 17 años, esta semana, para hacer una defensa del 8N.
No es la única entusiasmada: el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, ya comprometió su asistencia, y los Jóvenes PRO arengan vía mail, Facebook y Twitter, para garantizar una asistencia robusta, mientras preparan alguna sorpresa para el jueves. El 13 de septiembre, uno de ellos fue a la Plaza travestido con un disfraz de Cristina Fernández de Kirchner. Esta vez prometen otra vuelta de tuerca. Por su parte, La Solano Lima, agrupación que responde a la conducción del legislador porteño Cristian Ritondo, ya imprimió remeras alegóricas a la ocasión para repartir entre los asistentes.
Pueden venir cuantos quieran
Otros dirigentes políticos, sin vínculos con la organización de la protesta, decidieron no dejar pasar el 8N como oportunidad de campaña. El gobernador cordobés José Manuel de la Sota también se refirió al cacerolazo como “una expresión lógica de la sociedad”, mientras que Francisco de Narváez aseguró que si bien no acudirá, sí lo harán su mujer y sus hijos. La UCR, que casi ignoró al 13S hasta que no vio su alcance, ahora está atenta. Aunque no define una estrategia. Su titular, Mario Barletta, dejó bien claro que “hay que estar a la altura de la circunstancias”, y algunos diputados de ese partido, que forman parte del GAPU, comprometieron su asistencia. Hasta Pino Solanas, diputado de Proyecto Sur, no pudo evitar tirarles flores a los caceroleros: “No se tienen que asombrar de que este pueblo al que le mienten en la cara después salga a la calle con las cacerolas. Es el eco de la multitud que exige dar respuesta y compromiso a las fuerzas políticas y sociales”.
La ONG y los sponsors
El Centro de Estudios Certal, ONG que invitó al magistrado Francisco de las Carreras a participar de un congreso realizado en Miami con los gastos de alojamiento y pasajes pagos, reconoció ayer que su “principal fuente de financiamiento son los aportes que realizan los diversos sponsors”, entre los que se cuentan varias empresas pertenecientes al Grupo Clarín. A través un comunicado publicado en su página web, Certal dice ser una entidad “absolutamente independiente de cualquier interés empresario”, aunque reconoce que su financiamiento proviene de “aportes que realizan los diversos sponsors”, entre ellos “más de 50 empresas vinculadas con la industria de la comunicación”, muchas de ellas pertenecientes al Grupo Clarín. La noticia se conoció poco después de que el Poder Ejecutivo presentara una denuncia penal por el supuesto delito de “recepción de dádivas”, contra el magistrado De las Carreras, por aceptar la invitación al congreso que contaba entre sus sponsors a Cablevisión, empresa del Grupo Clarín. El juez negó que su viaje fuera financiado por Clarín y argumentó que en el congreso había autoridades y jueces de otros países. Sin embargo, desde el oficialismo señalaron que ninguno de ellos tiene entre sus expedientes una causa judicial interpuesta por uno de los “sponsors”, como la que el grupo Clarín presentó para evitar adecuarse al artículo 161 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
04/11/12 Página|12
GB
La oposición al compás de las cacerolas
Francisco de Narváez, Mauricio Macri, Luis Barrionuevo y Patricia Bullrich.
Asistirán, pero no de forma orgánica, para no contrariar el supuesto apartidismo. Remeras del PRO y camionetas de Bullrich.
Por Nicolás Lantos
A cuatro días del anunciadísimo 8N, los partidos políticos opositores todavía no terminan de definir una estrategia de cara a la movilización contra el Gobierno. Aunque algunos espacios políticos participan, en forma directa o indirecta, de la convocatoria, y a pesar de que prácticamente todos los dirigentes de la primera línea antikirchnerista, de izquierda a derecha, han hablado en buenos términos de la iniciativa, el dilema no es sencillo. Las características propias de la manifestación que ellos mismos promovieron los ponen en un aprieto: si van encolumnados, temen borronear el halo apolítico o apartidario de la protesta, que tan caro les resulta; si deciden no asistir de forma orgánica, en cambio, podrían dejar un vacío de cara a un sector de la sociedad que, según analizan, no sólo reclama ante el oficialismo, sino que le pide a la oposición que se haga cargo de su rol; el mismo sector de la sociedad en el que están puestas todas sus expectativas de cara a 2013 y 2015.
Después del 13S, la oposición se encontró frente al desafío de decodificar y reaccionar ante el nuevo escenario, en el que sectores de clases medias y alta, profundamente refractarios al kirchnerismo, volvían a tomar protagonismo político en la calle, por primera vez desde el conflicto con el campo, en 2008. Un año más tarde, la oposición hizo una buena elección legislativa que le permitió, mediante un acuerdo con poco trasfondo político, arrebatarle al oficialismo la mayoría en el Congreso. “Hoy, la pregunta es si la gente que se manifiesta es representable o no de una forma lineal”, analizan en el PRO. Es decir: ¿puede una sola propuesta satisfacer los reclamos de forma tal de adueñarse del caudal político que se pondrá en manifiesto el 8N? La respuesta a la que llegaron en ese partido (y que se repite en todas las otras fuerzas políticas consultadas para esta nota) es “No”. Sin embargo, eso no significa que no vayan a intentarlo.
No movilizan
No habrá, en todo caso, una movilización de columnas embanderadas, salvo que el empresario sindicalista gastronómico Luis Barrionuevo cumpla con su promesa de “acompañar masivamente” la protesta del 8N, tal como anunció esta semana. En eso coinciden incluso los partidos más comprometidos con la causa cacerolera: el PRO, el unipersonal Unión por Todos y el justicialismo residual de Eduardo Amadeo. Esto tiene que ver con mantener la ficción de espontaneidad y quedó plasmado en un acuerdo tácito entre los organizadores “públicos” del cacerolazo (quienes dieron forma y agitaron la manifestación a través de las redes sociales) y sus interlocutores entre los políticos tradicionales. Pero hay algo más. “La verdad es que tampoco hay tanta militancia. No somos un partido que tenga una capacidad de movilización masiva”, reconocen desde el partido encabezado por Mauricio Macri ante la consulta de Página/12. Lo mismo podría aplicarse a sus compañeros de ruta.
“Vamos a concurrir, sin banderas políticas, como ciudadanos, y a llevar carteles con consignas, pero sin ningún tipo de identificación política”, le aseguró a este diario la diputada Patricia Bullrich, que también confirmó que aportará, como hizo el 13S, infraestructura para la movilización: camionetas y equipos de sonido. La ex ministra de Trabajo de Fernando de la Rúa también convocó desde el sitio web de su partido (unionportodos.org/8N), donde ofrece carteles con consignas para imprimir y llevar el jueves, la posibilidad de editar “tu propio cartel”, un ringtone de cacerolas y hasta un jueguito online para cacerolear sin moverte de tu computadora.
PRO cacerolazo
Ayer, Mauricio Macri se pronunció por primera vez sobre la protesta planeada para el jueves: “El 8N nos representa como argentinos y como hombres libres que queremos vivir mejor, con respeto, con tolerancia y poniendo la energía en construir y no en agredir”, sostuvo en un acto en el partido bonaerense de Lanús. Hasta ese momento, el jefe de Gobierno había evitado manifestarse sobre el tema, aunque eso no significara que el PRO se mantuviera al margen. A través de las redes sociales y en declaraciones periodísticas, varios dirigentes y legisladores de ese partido han convocado abiertamente a manifestarse. Incluso la diputada Laura Alonso utilizó su alocución en el recinto durante el tratamiento de la ley que permite votar a los jóvenes de 16 y 17 años, esta semana, para hacer una defensa del 8N.
No es la única entusiasmada: el presidente del Banco Central, Federico Sturzenegger, ya comprometió su asistencia, y los Jóvenes PRO arengan vía mail, Facebook y Twitter, para garantizar una asistencia robusta, mientras preparan alguna sorpresa para el jueves. El 13 de septiembre, uno de ellos fue a la Plaza travestido con un disfraz de Cristina Fernández de Kirchner. Esta vez prometen otra vuelta de tuerca. Por su parte, La Solano Lima, agrupación que responde a la conducción del legislador porteño Cristian Ritondo, ya imprimió remeras alegóricas a la ocasión para repartir entre los asistentes.
Pueden venir cuantos quieran
Otros dirigentes políticos, sin vínculos con la organización de la protesta, decidieron no dejar pasar el 8N como oportunidad de campaña. El gobernador cordobés José Manuel de la Sota también se refirió al cacerolazo como “una expresión lógica de la sociedad”, mientras que Francisco de Narváez aseguró que si bien no acudirá, sí lo harán su mujer y sus hijos. La UCR, que casi ignoró al 13S hasta que no vio su alcance, ahora está atenta. Aunque no define una estrategia. Su titular, Mario Barletta, dejó bien claro que “hay que estar a la altura de la circunstancias”, y algunos diputados de ese partido, que forman parte del GAPU, comprometieron su asistencia. Hasta Pino Solanas, diputado de Proyecto Sur, no pudo evitar tirarles flores a los caceroleros: “No se tienen que asombrar de que este pueblo al que le mienten en la cara después salga a la calle con las cacerolas. Es el eco de la multitud que exige dar respuesta y compromiso a las fuerzas políticas y sociales”.
La ONG y los sponsors
El Centro de Estudios Certal, ONG que invitó al magistrado Francisco de las Carreras a participar de un congreso realizado en Miami con los gastos de alojamiento y pasajes pagos, reconoció ayer que su “principal fuente de financiamiento son los aportes que realizan los diversos sponsors”, entre los que se cuentan varias empresas pertenecientes al Grupo Clarín. A través un comunicado publicado en su página web, Certal dice ser una entidad “absolutamente independiente de cualquier interés empresario”, aunque reconoce que su financiamiento proviene de “aportes que realizan los diversos sponsors”, entre ellos “más de 50 empresas vinculadas con la industria de la comunicación”, muchas de ellas pertenecientes al Grupo Clarín. La noticia se conoció poco después de que el Poder Ejecutivo presentara una denuncia penal por el supuesto delito de “recepción de dádivas”, contra el magistrado De las Carreras, por aceptar la invitación al congreso que contaba entre sus sponsors a Cablevisión, empresa del Grupo Clarín. El juez negó que su viaje fuera financiado por Clarín y argumentó que en el congreso había autoridades y jueces de otros países. Sin embargo, desde el oficialismo señalaron que ninguno de ellos tiene entre sus expedientes una causa judicial interpuesta por uno de los “sponsors”, como la que el grupo Clarín presentó para evitar adecuarse al artículo 161 de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual.
04/11/12 Página|12
GB
8 N QUIENES SON.
El problema de hacer política como escondiendo la mano
Por Eduardo Blaustein
eblaustein@miradasalsur.com
El cacerolazo seguramente será extendido y debe ser escuchado como un llamado de atención al Gobierno. La presencia de Luis Barrionuevo es un riesgo para la convocatoria. Redes sociales que van del macrismo al Episcopado. Mucho ruido, poca expresión electoral.
De lo mucho que se dijo sobre el último cacerolazo y el que viene, acaso una de las mejores reflexiones vino de una opositora inteligente del kirchnerismo, Beatriz Sarlo. En su habitual columna deLa Nación, y después de cuestionar las críticas oficialistas por discriminatorias, Sarlo aceptó que en las protestas con cacerolas late un “despiste ideológico”, “antipatía contra la política” y añadió algo crucial: “Detestar al kirchnerismo no produce política. Y hoy, en cualquier lugar del mundo, afirmar la primacía absoluta de los derechos individuales (yo hago lo que quiero con lo mío) es una versión patética y arcaica de lo que se cree liberalismo”.
Con los cacerolazos, parte de las críticas kirchneristas se centró en el origen de clase de los manifestantes (exacerbando la presunta componente “oligárquica”, cuando entre los caceroleros hay bastante más que señoras de Recoleta) y en una discusión algo estéril acerca de cuán “organizada” o “espontánea” fue la protesta y cuánto lo será el 8N. No está mal que se revele la componente “organizada” de la protesta, pero eso no quita que los manifestantes sean parte de la sociedad. Blogueros kirchneristas y periodistas del palo aportaron buenos datos acerca de quiénes manejan algunas de las redes sociales más activas. De esos repasos se desprende que blogs como El Cipayo o Argentina contra K son manejados por gente de buenos recursos allegada al PRO, a la Sociedad Rural y, según el caso, especializada en el manejo publicitario de las nuevas tecnologías.
Un caso resonante es el de Luciano Bugallo, quien integró la Fundación Fragua, cercana al macrismo, y que una vez “descubierto” (si cabe usar el término) intentó borrar las huellas virtuales de su actividad de organizador. Bugallo tiene a su vez una relación cercana con Martín Urdaniz (diplomado en el CEMA, la UCA y una universidad californiana), además de especialista en administración de redes sociales con fines empresariales y miembro de Pensar Argentina. Esta ONG alguna vez invitó al nada liberal propietario del diario La Nueva Provincia, Vicente Massot, a un panel de discusión. Redes sociales u ONG de los blogueros-caceroleros, a menudo asociadas (y/o fondeadas con recursos de) el gobierno macrista, según el caso llevan directo al Episcopado, a sectores antiabortistas, a los defensores póstumos de la última dictadura militar.
120 mil bebés. Otros espacios a los que se asocia con la organización ciberespacial del cacerolazo son el Grupo Ceibo, Pensando Argentina o la Red de Encuentro Ciudadano. El Grupo Ceibo, acaso una mera pantalla, se presenta como un colectivo de jóvenes profesionales cuya premisa es “generar el cambio”. No precisan en su web de qué cambio se trata excepto por una consigna sencilla, pobre, y confusa: “Se intentará tomar lo mejor de los países desarrollados sobre sus plataformas y accionar en la administración pública y su repercusión en la actividad privada y la sociedad toda siempre desde el fortalecimiento de las instituciones”. “¿Cómo pretendemos alcanzar el cambio?”, se preguntan los jóvenes ceibos. Respuesta: a través de la comunicación. En Pensando Argentina articula Martín Urdaniz, quien a la vez aparece en la web de Diálogo Ciudadano, donde destaca una suerte de cuenta regresiva de bebés muertos. “El aborto hoy matará 120 mil bebés”, se afirma desde ese sitio de internet, sin aclaraciones sobre fuentes o especialistas que sostengan la estadística, ni en qué lapso se producirán tantas muertes de así llamados bebés. Más abajo hay diversas intervenciones de obispos sentando posición sobre los temas que preocupan a la Iglesia, no sólo en Argentina.
El nombre de Luciano Bugallo vuelve a repetirse en Linkedin asociado por él mismo como miembro de la Red de Encuentro Ciudadano (REC) y del Grupo Ceibo. Bugallo se presenta como responsable comercial de EQ Entertainment (una productora “que desarrolla productos vinculado a los deportes hípicos”) y periodista de una revista especializada en temas agropecuarios. Bien visibles abajo y a la derecha de esa página de Linkedin se reitera el nombre de Martín Urdaniz y también el de Max Gulmanelli, director general de Educación de Gestión Estatal en el Ministerio de Educación del Gobierno porteño... y miembro de la Fundación Fragua.
Una mirada interesante sobre los modos y códigos de organización de los caceroleros es la que aportó el periodista Nicolás Llantos en Página/12. Una de sus notas informaba que en las redes sociales antikirchneristas, de cara al 8N, se recomienda que quienes se movilicen vayan “con pantalón y remera blanca” (acaso como mensaje pacifista o para no ostentar ropas caras) y escarapelas, que no contacten con los medios cosa de que los medios (se supone que los kirchneristas) no los recorten o escrachen. La misma nota dio cuenta de internas y de primeras disputas por protagonismo entre los convocantes.
Otra organización a la que se vincula con los cacerolazos es la Fundación Despertar, relacionada con los agronegocios y dirigida por figuras señeras, como el ruralista Luciano Miguens; el ex directivo periodístico de La Nación, José Claudio Escribano; o Eduardo Enrique Bunge, quien también participa de la enésima organización civil que alguna vez intentó articular el pensamiento de la derecha: Darse Cuenta (da toda la sensación de que la sobreabundancia de fundaciones tiene que ver con la fragmentación de la derecha y/o con el mero negocio o la plataforma de relaciones públicas). Como todas las asociaciones mencionadas, la Fundación Despertar se propone estimular la participación ciudadana, transparentar las instituciones, defender la República. En marzo pasado esa entidad festejó el aniversario de la derogación de la Resolucion 125 con una disertación de Santiago Kovadloff sobre el auge presunto de la participación ciudadana. ¿Dónde participaron y defendieron la República estos ciudadanos? En avenida Quintana 191, sede de la preciosa residencia francesa construida en 1904, en la que funciona el restaurante y salón de recepciones de la Asociación Cooperativa de Criadores de Caballos de Sangre Pura de Carrera.
Atento al cucharón. Todos estos datos son ciertos, pero como se sugirió más arriba, encerrarse en ellos es un ejercicio algo estéril. Que los cacerolazos sean en buena medida promovidos y organizados por cuadros técnicos o políticos de la derecha argentina es natural y hasta legítimo. Toda fuerza política o social necesita de organización y capacidad de movilización y en todo caso aquí la paradoja y el límite es que, como sostienen Sarlo y el kirchnerismo también, muchos caceroleros detestan la política, con lo cual es aventurado futurizar sobre las perspectivas del movimiento de cacerola y cucharón en términos de continuidad y más aún de construcción partidaria. Es lícito y oportuno desmontar el discurso sobre la espontaneidad e inocencia con que se manifiestan “las clases sanas de nuestra sociedad”. Pero con eso no alcanza.
Tal como se dijo en alguna edición anterior de Miradas, en todo caso el cacerolazo que fue y el que viene merecen anotarse como un llamado de atención, una muestra aunque recortada y algo caprichosa de malestar social al menos en ciertos sectores de clases medias urbanas, en algunos puntos ante temas que deben ocupar al Gobierno. Nada cambiará de manera rotunda el 8N (ver nota en esta página sobre las perspectivas electorales del año que viene) y hasta es posible que la protesta cacerolera en el futuro mediato se desgaste o se degrade, especialmente ante autoinvitaciones a participar tales como las de Luis Barrionuevo, emblema de lo peor de nuestro sindicalismo.
Lo que importa es poner el oído ante ciertas demandas de sectores sociales que quizá no participen de los cacerolazos pero sí pueden ser afectados por el ruido y el clima mediático que generan las protestas. Algunos datos preocupantes que debería leer el kirchnerismo son los que se desprenden de un estudio de opinión pública realizado por una consultora cercana al Gobierno. Según el trabajo, más de un tercio de los entrevistados dijo apoyar el cacerolazo anterior. Una cuarta parte dijo no apoyarlo en absoluto y los demás admitieron compartir algunos de los reclamos. Los integrantes del primer grupo votaron en las últimas elecciones a todo candidato que no fuera Cristina, mientras que entre los del tercer grupo hay quienes sí la votaron.
Para El Cipayo, se va la dictadura
El Cipayo es uno de los espacios más activos en la blogosfera antikirchnerista. La razón acerca de la elección del nombre es ésta, según sus hacedores: “Cipayo, gorila, oligarca y vendepatria. Palabras que nos llevan a un país que ocurrió hace mucho tiempo atrás. Hoy, quienes nos gobiernan, para descalificar a los que pensamos distinto, nos etiquetan de esa forma a modo de descalificación”.
En estos días, éstos fueron algunos de los tuits publicados en El Cipayo, los primeros, vinculados con la desafortunada intervención de Andrés Larroque en el Congreso: “Cuervo Larroque4, el arquetipo de la cara desquiciada y vergonzosa del 'modelo K'”. “Gracias #Larroque por convocar más gente al #8N. Mejor no lo pudiste haber hecho”. Un Fernando Solanas que difícilmente sea Pino, afirma: “La ley para permitir el voto a menores es un fraude preelectoral”. Ddgmerkin hace esta comparación histórica: “El #8N es como el 30 de marzo del 1982. ¡Que nadie te quite el privilegio de decir (#8N) Yo Estuve Ahí”.
Maleducados, aprendan a votar
Argentina contra K es el blog de Luciano Bugallo, uno de los más conocidos impulsores del cacerolazo desde las redes sociales. Una leyenda debajo del nombre del blog dice: “Un K es alguien que sigue las ideas de Cristina. Un antiK es aquel que las entiende”.
El texto central de estos días, acompañado de una fotografía nocturna del Obelisco con gente movilizada, lleva una cuenta regresiva en inglés convocando con este lema: “El 13/S la Plaza nos quedó chica. Ahora vamos al Obelisco”.
Desde las páginas del blog se prevé una organización cuidadosa del 8N. Hay tres grandes citas “en tres columnas a las 19.00”: Callao y Santa Fe, Corrientes y Pueyrredón, Belgrano y 9 de Julio. Más una larga lista de puntos de encuentro en barrios de la Capital, el conurbano y ciudades del interior.
Dos tuits anónimos reflejan cierto violento desconcierto del antikirchnerismo que devienen de su anclaje en la antipolítica, más racismo: “Disculpen pero no sé hasta qué punto sirven las protestas pacíficas. Creo que hace más ruido y tiene más repercusión si se arma otro diciembre 2001. El otro: “El problema es como sucede en la mayoría de los países, las masas que terminan definiendo las elecciones son las que fueron privadas de educación”.
04/11/12 Miradas al Sur
GB
Por Eduardo Blaustein
eblaustein@miradasalsur.com
El cacerolazo seguramente será extendido y debe ser escuchado como un llamado de atención al Gobierno. La presencia de Luis Barrionuevo es un riesgo para la convocatoria. Redes sociales que van del macrismo al Episcopado. Mucho ruido, poca expresión electoral.
De lo mucho que se dijo sobre el último cacerolazo y el que viene, acaso una de las mejores reflexiones vino de una opositora inteligente del kirchnerismo, Beatriz Sarlo. En su habitual columna deLa Nación, y después de cuestionar las críticas oficialistas por discriminatorias, Sarlo aceptó que en las protestas con cacerolas late un “despiste ideológico”, “antipatía contra la política” y añadió algo crucial: “Detestar al kirchnerismo no produce política. Y hoy, en cualquier lugar del mundo, afirmar la primacía absoluta de los derechos individuales (yo hago lo que quiero con lo mío) es una versión patética y arcaica de lo que se cree liberalismo”.
Con los cacerolazos, parte de las críticas kirchneristas se centró en el origen de clase de los manifestantes (exacerbando la presunta componente “oligárquica”, cuando entre los caceroleros hay bastante más que señoras de Recoleta) y en una discusión algo estéril acerca de cuán “organizada” o “espontánea” fue la protesta y cuánto lo será el 8N. No está mal que se revele la componente “organizada” de la protesta, pero eso no quita que los manifestantes sean parte de la sociedad. Blogueros kirchneristas y periodistas del palo aportaron buenos datos acerca de quiénes manejan algunas de las redes sociales más activas. De esos repasos se desprende que blogs como El Cipayo o Argentina contra K son manejados por gente de buenos recursos allegada al PRO, a la Sociedad Rural y, según el caso, especializada en el manejo publicitario de las nuevas tecnologías.
Un caso resonante es el de Luciano Bugallo, quien integró la Fundación Fragua, cercana al macrismo, y que una vez “descubierto” (si cabe usar el término) intentó borrar las huellas virtuales de su actividad de organizador. Bugallo tiene a su vez una relación cercana con Martín Urdaniz (diplomado en el CEMA, la UCA y una universidad californiana), además de especialista en administración de redes sociales con fines empresariales y miembro de Pensar Argentina. Esta ONG alguna vez invitó al nada liberal propietario del diario La Nueva Provincia, Vicente Massot, a un panel de discusión. Redes sociales u ONG de los blogueros-caceroleros, a menudo asociadas (y/o fondeadas con recursos de) el gobierno macrista, según el caso llevan directo al Episcopado, a sectores antiabortistas, a los defensores póstumos de la última dictadura militar.
120 mil bebés. Otros espacios a los que se asocia con la organización ciberespacial del cacerolazo son el Grupo Ceibo, Pensando Argentina o la Red de Encuentro Ciudadano. El Grupo Ceibo, acaso una mera pantalla, se presenta como un colectivo de jóvenes profesionales cuya premisa es “generar el cambio”. No precisan en su web de qué cambio se trata excepto por una consigna sencilla, pobre, y confusa: “Se intentará tomar lo mejor de los países desarrollados sobre sus plataformas y accionar en la administración pública y su repercusión en la actividad privada y la sociedad toda siempre desde el fortalecimiento de las instituciones”. “¿Cómo pretendemos alcanzar el cambio?”, se preguntan los jóvenes ceibos. Respuesta: a través de la comunicación. En Pensando Argentina articula Martín Urdaniz, quien a la vez aparece en la web de Diálogo Ciudadano, donde destaca una suerte de cuenta regresiva de bebés muertos. “El aborto hoy matará 120 mil bebés”, se afirma desde ese sitio de internet, sin aclaraciones sobre fuentes o especialistas que sostengan la estadística, ni en qué lapso se producirán tantas muertes de así llamados bebés. Más abajo hay diversas intervenciones de obispos sentando posición sobre los temas que preocupan a la Iglesia, no sólo en Argentina.
El nombre de Luciano Bugallo vuelve a repetirse en Linkedin asociado por él mismo como miembro de la Red de Encuentro Ciudadano (REC) y del Grupo Ceibo. Bugallo se presenta como responsable comercial de EQ Entertainment (una productora “que desarrolla productos vinculado a los deportes hípicos”) y periodista de una revista especializada en temas agropecuarios. Bien visibles abajo y a la derecha de esa página de Linkedin se reitera el nombre de Martín Urdaniz y también el de Max Gulmanelli, director general de Educación de Gestión Estatal en el Ministerio de Educación del Gobierno porteño... y miembro de la Fundación Fragua.
Una mirada interesante sobre los modos y códigos de organización de los caceroleros es la que aportó el periodista Nicolás Llantos en Página/12. Una de sus notas informaba que en las redes sociales antikirchneristas, de cara al 8N, se recomienda que quienes se movilicen vayan “con pantalón y remera blanca” (acaso como mensaje pacifista o para no ostentar ropas caras) y escarapelas, que no contacten con los medios cosa de que los medios (se supone que los kirchneristas) no los recorten o escrachen. La misma nota dio cuenta de internas y de primeras disputas por protagonismo entre los convocantes.
Otra organización a la que se vincula con los cacerolazos es la Fundación Despertar, relacionada con los agronegocios y dirigida por figuras señeras, como el ruralista Luciano Miguens; el ex directivo periodístico de La Nación, José Claudio Escribano; o Eduardo Enrique Bunge, quien también participa de la enésima organización civil que alguna vez intentó articular el pensamiento de la derecha: Darse Cuenta (da toda la sensación de que la sobreabundancia de fundaciones tiene que ver con la fragmentación de la derecha y/o con el mero negocio o la plataforma de relaciones públicas). Como todas las asociaciones mencionadas, la Fundación Despertar se propone estimular la participación ciudadana, transparentar las instituciones, defender la República. En marzo pasado esa entidad festejó el aniversario de la derogación de la Resolucion 125 con una disertación de Santiago Kovadloff sobre el auge presunto de la participación ciudadana. ¿Dónde participaron y defendieron la República estos ciudadanos? En avenida Quintana 191, sede de la preciosa residencia francesa construida en 1904, en la que funciona el restaurante y salón de recepciones de la Asociación Cooperativa de Criadores de Caballos de Sangre Pura de Carrera.
Atento al cucharón. Todos estos datos son ciertos, pero como se sugirió más arriba, encerrarse en ellos es un ejercicio algo estéril. Que los cacerolazos sean en buena medida promovidos y organizados por cuadros técnicos o políticos de la derecha argentina es natural y hasta legítimo. Toda fuerza política o social necesita de organización y capacidad de movilización y en todo caso aquí la paradoja y el límite es que, como sostienen Sarlo y el kirchnerismo también, muchos caceroleros detestan la política, con lo cual es aventurado futurizar sobre las perspectivas del movimiento de cacerola y cucharón en términos de continuidad y más aún de construcción partidaria. Es lícito y oportuno desmontar el discurso sobre la espontaneidad e inocencia con que se manifiestan “las clases sanas de nuestra sociedad”. Pero con eso no alcanza.
Tal como se dijo en alguna edición anterior de Miradas, en todo caso el cacerolazo que fue y el que viene merecen anotarse como un llamado de atención, una muestra aunque recortada y algo caprichosa de malestar social al menos en ciertos sectores de clases medias urbanas, en algunos puntos ante temas que deben ocupar al Gobierno. Nada cambiará de manera rotunda el 8N (ver nota en esta página sobre las perspectivas electorales del año que viene) y hasta es posible que la protesta cacerolera en el futuro mediato se desgaste o se degrade, especialmente ante autoinvitaciones a participar tales como las de Luis Barrionuevo, emblema de lo peor de nuestro sindicalismo.
Lo que importa es poner el oído ante ciertas demandas de sectores sociales que quizá no participen de los cacerolazos pero sí pueden ser afectados por el ruido y el clima mediático que generan las protestas. Algunos datos preocupantes que debería leer el kirchnerismo son los que se desprenden de un estudio de opinión pública realizado por una consultora cercana al Gobierno. Según el trabajo, más de un tercio de los entrevistados dijo apoyar el cacerolazo anterior. Una cuarta parte dijo no apoyarlo en absoluto y los demás admitieron compartir algunos de los reclamos. Los integrantes del primer grupo votaron en las últimas elecciones a todo candidato que no fuera Cristina, mientras que entre los del tercer grupo hay quienes sí la votaron.
Para El Cipayo, se va la dictadura
El Cipayo es uno de los espacios más activos en la blogosfera antikirchnerista. La razón acerca de la elección del nombre es ésta, según sus hacedores: “Cipayo, gorila, oligarca y vendepatria. Palabras que nos llevan a un país que ocurrió hace mucho tiempo atrás. Hoy, quienes nos gobiernan, para descalificar a los que pensamos distinto, nos etiquetan de esa forma a modo de descalificación”.
En estos días, éstos fueron algunos de los tuits publicados en El Cipayo, los primeros, vinculados con la desafortunada intervención de Andrés Larroque en el Congreso: “Cuervo Larroque4, el arquetipo de la cara desquiciada y vergonzosa del 'modelo K'”. “Gracias #Larroque por convocar más gente al #8N. Mejor no lo pudiste haber hecho”. Un Fernando Solanas que difícilmente sea Pino, afirma: “La ley para permitir el voto a menores es un fraude preelectoral”. Ddgmerkin hace esta comparación histórica: “El #8N es como el 30 de marzo del 1982. ¡Que nadie te quite el privilegio de decir (#8N) Yo Estuve Ahí”.
Maleducados, aprendan a votar
Argentina contra K es el blog de Luciano Bugallo, uno de los más conocidos impulsores del cacerolazo desde las redes sociales. Una leyenda debajo del nombre del blog dice: “Un K es alguien que sigue las ideas de Cristina. Un antiK es aquel que las entiende”.
El texto central de estos días, acompañado de una fotografía nocturna del Obelisco con gente movilizada, lleva una cuenta regresiva en inglés convocando con este lema: “El 13/S la Plaza nos quedó chica. Ahora vamos al Obelisco”.
Desde las páginas del blog se prevé una organización cuidadosa del 8N. Hay tres grandes citas “en tres columnas a las 19.00”: Callao y Santa Fe, Corrientes y Pueyrredón, Belgrano y 9 de Julio. Más una larga lista de puntos de encuentro en barrios de la Capital, el conurbano y ciudades del interior.
Dos tuits anónimos reflejan cierto violento desconcierto del antikirchnerismo que devienen de su anclaje en la antipolítica, más racismo: “Disculpen pero no sé hasta qué punto sirven las protestas pacíficas. Creo que hace más ruido y tiene más repercusión si se arma otro diciembre 2001. El otro: “El problema es como sucede en la mayoría de los países, las masas que terminan definiendo las elecciones son las que fueron privadas de educación”.
04/11/12 Miradas al Sur
GB
viernes, 2 de noviembre de 2012
HOMERO MANZI, IN MEMORIAM, COMPAÑERO, FELIZ CUMPLEAÑOS.
Biografía y obras destacadas de Homero Manzi
Dónde irás ilusión... ¡Dónde irás a ocultar el amor!
Malena canta el tango como ninguna y en cada verso pone su corazón.
Los recuerdos nos hacen tanto daño tal vez porque los años agranden la emoción.
Después...Vendrá el olvido o no vendrá y mentiré para reír y mentiré para llorar.
Arrabales porteños de casitas rosadas donde acuna los sueños el rasguear de las guitarras.
El amor para que dure tiene que ser como el locro un poquitito de trigo un poquitito de todo.
Hoy, recién, recién, miro las cosas sin sombras ni mentiras y comprendo cuanto enseñan las lecciones de la vida.
Olvidar es vivir, perdonar es querer y es mejor buscar la fe en el porvenir que andar penando por las huellas del ayer.
La piel de color moreno el pelo color carbón... ¡Y en lo oscurito del pecho donde duermen los recuerdos colorado el corazón!
Y en el milagro extraño de ser tu niño, revivo la presencia de tu cariño.
Esquina de barrio porteño te pintan los muros la luna y el sol. Te lloran las lluvias de invierno en las acuarelas de mi evocación.
El duende de tu son, che bandoneón, se apiada del dolor de los demás, y al estrujar tu fueye dormilón se arrima al corazón que sufre más.
Al ruido del tamboril, carnaval, carnavalera, me dijo que era feliz. Por eso con su canción, carnaval, carnavalera, se agranda mi corazón.
La esquina del herrero, barro y pampa, tu casa, tu vereda y el zanjón, y un perfume de yuyos y de alfalfa que me llena de nuevo el corazón.
Las voces de la brisa dirán tu nombre como un rumor. Y en el jardín del alma renacerá una flor, y temblarán las manos al presentir tu amor.
Y junto a la orfandad de mi tristeza buscando la humildad de los rincones está la sombra larga de tu ausencia: visión de soledad y de dolor.
Alma, no entornes tu ventana al sol feliz de la mañana. No desesperes, que el sueño más querido es el que más nos hiere, es el que duele más.
Como cien estrellas que jamás se apagan, brillan tus recuerdos en mi corazón. Ellos me regalan la ilusión del alba en la noche triste de mi cerrazón.
Somos...Sí, lo mismo, con igual destino. Garúa borrosa de un día de abril. Un nido vacío y un viejo camino y un aire de ausencia muy triste y muy gris.
Bandoneón, para qué nombrarla tanto, no ves que está de olvido el corazón y ella vuelve noche a noche como un canto en las gotas de tu llanto, ¡Che bandoneón!
Así es el tango, sabés, de ayer y de hoy, requiebro y pena de amor. Si no entendés, escuchá lo que te digo, que los barrios son testigos de que cuento la verdad.
Dos meses en un barco viajó mi corazón. Dos meses añorando la voz del bandoneón. El tango es puerto amigo donde ancla la ilusión. Al ritmo de su danza se hamaca la emoción.
- Nace: 1 de noviembre de 1907
- Lugar: Añatuya, Santiago del Estero, Argentina
- Muere: 3 de mayo de 1951
- Lugar: Buenos Aires, Argentina
Biografía: Poeta, dramaturgo, guionista, político y director de cine argentino, autor de memorables tangos y milongas, entre ellos "Malena", "Milonga sentimental" y "Sur". Homero Manzi nació en el seno de una familia de clase humilde, de padre argentino, Luis Manzione y madre uruguaya, Ángela Prestera. En 1914 se trasladó junto a su madre y hermanos a Pompeya (Buenos Aires), volviendo a su ciudad natal en vacaciones para visitar a su padre, por lo que recibió influencias de ambos lugares. José González Castillo, escritor de renombre y padre de Cátulo Castillo, destacado letrista de tango y amigo de Homero Manzi, alienta a éste a dedicarse a la literatura.
En 1924 comienza a interesarse por la política, abriendo una asociación de carácter político y cultural de la Unión cívica Radical (UCR) y tiempo después ingresa en la Facultad de Derecho y dicta clases de castellano e historia en los colegios Domingo Faustino Sarmiento y Mariano Moreno. Por su apoyo militante al derrocado Hipólito Yrigoyen en 1930 y su participación activa en la Reforma Universitaria, el gobierno de facto de José Félix Uriburu (1930-1932) encarceló a Homero Manzi y lo quitó los cargos como profesor. En 1935, junto a Arturo Jauretche, Raúl Dellepiane, Juan Luis Alvarado, Jorge del Río, Juan Molás Terán, Gabriel del Mazo y Oscar Correa, fundan FORJA (Fuerza de Orientación Radical de la Joven Argentina), movimiento ideológico surgido de la crisis de la Unión Cívica Radical.
En FORJA, movimiento que preconizaba el retorno a los principios federalistas de la Constitución, hispanoamericanista y antiimperialista, Homero Manzi criticó activamente la política del gobierno durante la llamada Década Infame (1930-1943) por su sumisión a los intereses del capital internacional. En 1947, Homero Manzi se acerca al peronismo, quedando impactado por la personalidad de Juan Domingo Perón, por lo cual fue expulsado de la UCR. En 1948 fue electo presidente de la SADAIC (Sociedad Argentina de Autores y Compositores), y escribe el tango "Sur" para el bandoneonista y director de orquesta de tango Anibal Troilo, quizás la obra suprema del género de aquella esplendorosa década del tango y el resumen más acabado de su obra.
Con 44 años de edad, Homero Manzi fallece víctima de cáncer, dejando como legado una renovación en las letras del tango, reemplazando los amores tumultuosos y dramáticos por la cotidianeidad de los barrios y sus vivencias.
Malena canta el tango como ninguna y en cada verso pone su corazón.
Pasa la murga con sus alardes entre la siesta del arrabal. Y un son de lata puebla la tarde y su rumor es la canción del carnaval.
Una lágrima tuya me moja el alma mientras gimen las cuerdas de mi guitarra. Los recuerdos nos hacen tanto daño tal vez porque los años agranden la emoción.
Después...Vendrá el olvido o no vendrá y mentiré para reír y mentiré para llorar.
Arrabales porteños de casitas rosadas donde acuna los sueños el rasguear de las guitarras.
El amor para que dure tiene que ser como el locro un poquitito de trigo un poquitito de todo.
Hoy, recién, recién, miro las cosas sin sombras ni mentiras y comprendo cuanto enseñan las lecciones de la vida.
Olvidar es vivir, perdonar es querer y es mejor buscar la fe en el porvenir que andar penando por las huellas del ayer.
La piel de color moreno el pelo color carbón... ¡Y en lo oscurito del pecho donde duermen los recuerdos colorado el corazón!
Y en el milagro extraño de ser tu niño, revivo la presencia de tu cariño.
El duende de tu son, che bandoneón, se apiada del dolor de los demás, y al estrujar tu fueye dormilón se arrima al corazón que sufre más.
La esquina del herrero, barro y pampa, tu casa, tu vereda y el zanjón, y un perfume de yuyos y de alfalfa que me llena de nuevo el corazón.
Las voces de la brisa dirán tu nombre como un rumor. Y en el jardín del alma renacerá una flor, y temblarán las manos al presentir tu amor.
Y junto a la orfandad de mi tristeza buscando la humildad de los rincones está la sombra larga de tu ausencia: visión de soledad y de dolor.
Alma, no entornes tu ventana al sol feliz de la mañana. No desesperes, que el sueño más querido es el que más nos hiere, es el que duele más.
Como cien estrellas que jamás se apagan, brillan tus recuerdos en mi corazón. Ellos me regalan la ilusión del alba en la noche triste de mi cerrazón.
Somos...Sí, lo mismo, con igual destino. Garúa borrosa de un día de abril. Un nido vacío y un viejo camino y un aire de ausencia muy triste y muy gris.
Bandoneón, para qué nombrarla tanto, no ves que está de olvido el corazón y ella vuelve noche a noche como un canto en las gotas de tu llanto, ¡Che bandoneón!
Así es el tango, sabés, de ayer y de hoy, requiebro y pena de amor. Si no entendés, escuchá lo que te digo, que los barrios son testigos de que cuento la verdad.
Dos meses en un barco viajó mi corazón. Dos meses añorando la voz del bandoneón. El tango es puerto amigo donde ancla la ilusión. Al ritmo de su danza se hamaca la emoción.
fuente, frasesypensamientos..com.ar
GB
Narcosocialismo sí, y?
Si Lilita Carrió preguntó en la sesión que debatía la posibilidad del voto jóven optativo, si el gobierno nacional iba a darles dinero o drogas a los nuevos votantes, si cuando se aprobó la AUH, el dirigente radical Aguad dijo que ese dinero se iba por las canaletas del juego y el paco; por qué tanto ruido clarinista e inclusive de Nora Vieras en 678, porque el Cuervo Larroque le respondió a la pregunta de Lilita con una nueva definición del socialismo santafesino como "narcosocialismo"-
En todo caso está en la línea blanca que proponen los opositores y sus jefes y jefas como Magdalena quien afirma muy asustada que la cara de Larroque da miedo, o su expresión, que mas da.
Y recordando a Néstor a quien acusaba de conmpadrito cuando preguntaba si Clarin estaba nervioso....
Vaya un exabrupto de un jóven vehemente, militante del modelo ncional, que podemos compartir o no, contra los duros ataques a las insitucioens y a la investidura presidencial, de Lilitas y Lilitos consucidos por el Mariscal de Campo, Adolf Magnetto.
GB
En todo caso está en la línea blanca que proponen los opositores y sus jefes y jefas como Magdalena quien afirma muy asustada que la cara de Larroque da miedo, o su expresión, que mas da.
Y recordando a Néstor a quien acusaba de conmpadrito cuando preguntaba si Clarin estaba nervioso....
Vaya un exabrupto de un jóven vehemente, militante del modelo ncional, que podemos compartir o no, contra los duros ataques a las insitucioens y a la investidura presidencial, de Lilitas y Lilitos consucidos por el Mariscal de Campo, Adolf Magnetto.
GB
ELECCIONES EN USA, OPINION.
Trickle or treat
Por Miguel Marín Bosch
Lo que pudo haber sido una relección tranquila se le ha complicado al presidente Barack Obama. No está generando el tipo de entusiasmo entre los jóvenes que lo llevó a la Casa Blanca hace cuatro años.
Tampoco le ha ayudado a Obama su triste papel ante el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney en el primero de los tres debates televisados. Dichos debates no suelen influir mucho en la opinión pública, pero el papelón de Obama hizo subir los bonos de Romney entre el electorado. Según las encuestas, hoy hay un empate técnico entre los candidatos.
Obama ha ido perdiendo una pequeña ventaja que tenía tras las convenciones de los partidos. Romney le está quitando preferencias entre el llamado voto femenino, pero Obama parece mantener su ventaja entre los potenciales votantes no blancos (latinos y negros).
En ese primer debate Romney acusó a Obama de querer “trickle down government”. Se trata de un juego de palabras con la idea de que el partido republicano aboga por una economía en la que la creciente riqueza de los que más tienen irá "filtrándose" hacia abajo, a los que menos tienen.
Cuando se reduce a su mínima expresión la contienda presidencial en Estados Unidos nos quedamos con dos visiones encontradas del papel del Estado. Por un lado, están los herederos de la tradición de un gobierno intervencionista que busca incidir en la economía y asegurar el bienestar de los ciudadanos. Piensen en Franklin Delano Roosevelt y John Maynard Keynes.
Por el otro, están los que buscan reducir a un mínimo el papel del Estado y dejar que las fuerzas del mercado dicten el rumbo de la economía. Piensen en el liberalismo de la llamada escuela austriaca representada por Friedrich Hayek y luego ampliada por Milton Friedman y otros neoliberales. Ahí está también Margaret Thatcher y, en algunos aspectos, Ronald Reagan.
En Estados Unidos los neoliberales se refieren despectivamente al modelo europeo del estado del bienestar como el nanny state o Estado niñera. Se oponen a la idea de que el Estado cuide o proteja a los ciudadanos "desde la cuna hasta la tumba". No quieren saber nada de los servicios sociales, los sistemas de salud, etcétera.
Desde Roosevelt, los dos partidos principales en Estados Unidos se han identificado con una u otra de esas escuelas económicas. Desde luego que las diferencias no siempre fueron tan tajantes como aparecen hoy. Con Bill Clinton se borraron muchas de esas diferencias, sobre todo durante su segunda administración. En el Reino Unido Tony Blair se encargó de imitar esa llamada tercera vía.
A George W. Bush tampoco se le puede identificar como un republicano de ultraderecha en materia de política interna. Pero algo ocurrió dentro del partido republicano a partir de la llegada de Obama a la presidencia en 2009. Surgió un movimiento llamado Tea Party, que exigió un posicionamiento más ortodoxo y de derecha. Cobró vida en las elecciones para el Congreso federal en 2010 y ahuyentó a los llamados republicanos moderados.
El Tea Party es un movimiento antigobierno, antinmigrante, antigasto público con fines sociales y anticualquier acuerdo de compromiso con la oposición. Tomó su nombre del Boston Tea Party de 1773, uno de los detonadores de la guerra de independencia y un símbolo histórico de quienes se oponen a los impuestos.
Ello explica el triste espectáculo que ofreció el proceso de primarias del Partido Republicano para seleccionar a su candidato presidencial. Los aspirantes se esforzaron por complacer a los representantes del Tea Party y fueron adoptando una línea cada vez más reaccionaria. Mitt Romney tuvo que hacerles el juego y asumir posiciones muy conservadoras. Por ejemplo, tuvo que criticar el sistema de salud que había apoyado para el estado de Massachusetts, mismo que en muchos aspectos fue reproducido a escala nacional por Obama. También "matizó" su idea acerca del aborto.
Desde luego que el Tea Party agrupa a muchos individuos que no esconden su racismo. Son parte de ese sector de la población que simplemente no acepta a un presidente negro. También defienden a ultranza esa idea que la sociedad les ha inculcado a tantos estadunidenses: que Estados Unidos es lo máximo. Ésa es la llamada tesis del "excepcionalismo".
Los políticos no se atreven a cuestionar esa tesis. Se les antoja suicida mencionar los puestos tan bajos que ocupa Estados Unidos en los estudios que miden los distintos factores de desarrollo de los países.
Mitt Romney ciertamente comparte la idea de que Estados Unidos es el número uno en el mundo. Su problema es que le gustan las máscaras. Un día aparece con la de un hombre de negocios exitoso y eficiente; otro día con la de un gobernador republicano en un estado mayoritariamente demócrata capaz de negociar acuerdos con la oposición en beneficio de los habitantes de Massachusetts, y en ciertas ocasiones se pone la máscara de un republicano ultraconservador y reaccionario. Como me decía un amigo hindú: “Romney tiene más posiciones que el Kamasutra”.
Anoche fue Halloween. Se trata de una fiesta tradicional céltica que los irlandeses introdujeron en Estados Unidos a mediados del siglo XIX. Es la víspera de Todos los Santos, las fechas en que los europeos recuerdan a los difuntos y se mezcla con una dosis de brujería y fantasmas. Los niños se disfrazan y van de puerta en puerta pidiendo caramelos y otras golosinas. Se no reciben sus dulces amenazan con gastarles una broma a los inquilinos de la casa. De ahí la expresión “trick-or-treat”.
Desde hace medio siglo, el trick-or-treat se ha comercializado mucho y se ha extendido a otros países. Entre los disfraces que uno puede comprar están las máscaras de los candidatos a la presidencia. Cabe señalar que desde 1996 se han venido monitoreando las ventas de dichas máscaras e invariablemente ha triunfado el candidato cuya máscara se ha vendido más. Al parecer, este Halloween la máscara de Obama se vendió mucho más que la de Romney. Quizás ésa sea la encuesta más fidedigna.
La Jornada, México
GB
Por Miguel Marín Bosch
Lo que pudo haber sido una relección tranquila se le ha complicado al presidente Barack Obama. No está generando el tipo de entusiasmo entre los jóvenes que lo llevó a la Casa Blanca hace cuatro años.
Tampoco le ha ayudado a Obama su triste papel ante el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney en el primero de los tres debates televisados. Dichos debates no suelen influir mucho en la opinión pública, pero el papelón de Obama hizo subir los bonos de Romney entre el electorado. Según las encuestas, hoy hay un empate técnico entre los candidatos.
Obama ha ido perdiendo una pequeña ventaja que tenía tras las convenciones de los partidos. Romney le está quitando preferencias entre el llamado voto femenino, pero Obama parece mantener su ventaja entre los potenciales votantes no blancos (latinos y negros).
En ese primer debate Romney acusó a Obama de querer “trickle down government”. Se trata de un juego de palabras con la idea de que el partido republicano aboga por una economía en la que la creciente riqueza de los que más tienen irá "filtrándose" hacia abajo, a los que menos tienen.
Cuando se reduce a su mínima expresión la contienda presidencial en Estados Unidos nos quedamos con dos visiones encontradas del papel del Estado. Por un lado, están los herederos de la tradición de un gobierno intervencionista que busca incidir en la economía y asegurar el bienestar de los ciudadanos. Piensen en Franklin Delano Roosevelt y John Maynard Keynes.
Por el otro, están los que buscan reducir a un mínimo el papel del Estado y dejar que las fuerzas del mercado dicten el rumbo de la economía. Piensen en el liberalismo de la llamada escuela austriaca representada por Friedrich Hayek y luego ampliada por Milton Friedman y otros neoliberales. Ahí está también Margaret Thatcher y, en algunos aspectos, Ronald Reagan.
En Estados Unidos los neoliberales se refieren despectivamente al modelo europeo del estado del bienestar como el nanny state o Estado niñera. Se oponen a la idea de que el Estado cuide o proteja a los ciudadanos "desde la cuna hasta la tumba". No quieren saber nada de los servicios sociales, los sistemas de salud, etcétera.
Desde Roosevelt, los dos partidos principales en Estados Unidos se han identificado con una u otra de esas escuelas económicas. Desde luego que las diferencias no siempre fueron tan tajantes como aparecen hoy. Con Bill Clinton se borraron muchas de esas diferencias, sobre todo durante su segunda administración. En el Reino Unido Tony Blair se encargó de imitar esa llamada tercera vía.
A George W. Bush tampoco se le puede identificar como un republicano de ultraderecha en materia de política interna. Pero algo ocurrió dentro del partido republicano a partir de la llegada de Obama a la presidencia en 2009. Surgió un movimiento llamado Tea Party, que exigió un posicionamiento más ortodoxo y de derecha. Cobró vida en las elecciones para el Congreso federal en 2010 y ahuyentó a los llamados republicanos moderados.
El Tea Party es un movimiento antigobierno, antinmigrante, antigasto público con fines sociales y anticualquier acuerdo de compromiso con la oposición. Tomó su nombre del Boston Tea Party de 1773, uno de los detonadores de la guerra de independencia y un símbolo histórico de quienes se oponen a los impuestos.
Ello explica el triste espectáculo que ofreció el proceso de primarias del Partido Republicano para seleccionar a su candidato presidencial. Los aspirantes se esforzaron por complacer a los representantes del Tea Party y fueron adoptando una línea cada vez más reaccionaria. Mitt Romney tuvo que hacerles el juego y asumir posiciones muy conservadoras. Por ejemplo, tuvo que criticar el sistema de salud que había apoyado para el estado de Massachusetts, mismo que en muchos aspectos fue reproducido a escala nacional por Obama. También "matizó" su idea acerca del aborto.
Desde luego que el Tea Party agrupa a muchos individuos que no esconden su racismo. Son parte de ese sector de la población que simplemente no acepta a un presidente negro. También defienden a ultranza esa idea que la sociedad les ha inculcado a tantos estadunidenses: que Estados Unidos es lo máximo. Ésa es la llamada tesis del "excepcionalismo".
Los políticos no se atreven a cuestionar esa tesis. Se les antoja suicida mencionar los puestos tan bajos que ocupa Estados Unidos en los estudios que miden los distintos factores de desarrollo de los países.
Mitt Romney ciertamente comparte la idea de que Estados Unidos es el número uno en el mundo. Su problema es que le gustan las máscaras. Un día aparece con la de un hombre de negocios exitoso y eficiente; otro día con la de un gobernador republicano en un estado mayoritariamente demócrata capaz de negociar acuerdos con la oposición en beneficio de los habitantes de Massachusetts, y en ciertas ocasiones se pone la máscara de un republicano ultraconservador y reaccionario. Como me decía un amigo hindú: “Romney tiene más posiciones que el Kamasutra”.
Anoche fue Halloween. Se trata de una fiesta tradicional céltica que los irlandeses introdujeron en Estados Unidos a mediados del siglo XIX. Es la víspera de Todos los Santos, las fechas en que los europeos recuerdan a los difuntos y se mezcla con una dosis de brujería y fantasmas. Los niños se disfrazan y van de puerta en puerta pidiendo caramelos y otras golosinas. Se no reciben sus dulces amenazan con gastarles una broma a los inquilinos de la casa. De ahí la expresión “trick-or-treat”.
Desde hace medio siglo, el trick-or-treat se ha comercializado mucho y se ha extendido a otros países. Entre los disfraces que uno puede comprar están las máscaras de los candidatos a la presidencia. Cabe señalar que desde 1996 se han venido monitoreando las ventas de dichas máscaras e invariablemente ha triunfado el candidato cuya máscara se ha vendido más. Al parecer, este Halloween la máscara de Obama se vendió mucho más que la de Romney. Quizás ésa sea la encuesta más fidedigna.
La Jornada, México
GB
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