lunes, 8 de octubre de 2012

CHAVEZ, CRISTINA, LA OPO.

“Has levantado la cosecha”
“Tu victoria también es la nuestra. La de América del Sur y el Caribe. ¡Fuerza Hugo! ¡Fuerza Venezuela! ¡Fuerza Mercosur y Unasur!”, destacó anoche la presidenta Cristina Fernández ante la reelección de Hugo Chávez. A través de su cuenta en la red social Twitter, CFK contó que, con “mucha emoción”, habló con Chávez para felicitarlo por su triunfo. Las elecciones venezolanas atravesaron el escenario político argentino: mientras el kirchnerismo celebró el triunfo chavista, un grupo de dirigentes de la oposición, encabezado por el macrismo, viajó para apoyar al finalmente derrotado Henrique Capriles.

“Felicitaciones al pueblo venezolano por la ejemplar jornada democrática. Por la alegría y por la paz. El amor es más fuerte que el odio”, fue el primer mensaje de la Presidenta, apenas pasadas las 23.30 del domingo. “Acabo de hablar con el presidente Chávez, mucha emoción”, fue el segundo, minutos después. Y luego añadió una idea desarrollada en dos tweets: “Hugo, siempre cuentas las palabras del Bolívar solitario del exilio, cuando decía: ‘Siento que he arado en el mar’. Hugo, hoy quiero decirte que has arado en la tierra, la has sembrado, la has regado y hoy has levantado la cosecha”.

Los dirigentes opositores que viajaron a Venezuela mantuvieron hasta avanzada la jornada la ilusión de un Capriles ganador, incluso difundiendo una posible derrota de Chávez según supuestos datos de boca de urna. “Acompañando a Capriles, una esperanza de libertades personales y poder democrático”, twiteó el diputado macrista Federico Pinedo por la tarde, resaltando las virtudes que ven en el candidato opositor y contrastando con la idea de un Chávez poco democrático. La diputada Patricia Bullrich lanzó un “vamos Majunche”, como le dicen a Capriles, y colgó videos con testimonios de seguidores del candidato opositor a punto de votar.

En el último mes las elecciones venezolanas pasaron al primer lugar de la agenda política argentina, fundamentalmente para la oposición, que fue preparando el terreno en el que se comenzó a calificar al gobierno de Cristina Fernández como “chavista”. La jugada de máxima era pegarse a una victoria de Capriles para emparentarlo con las próximas elecciones legislativas locales. Pero las encuestas empezaron a mejorar para Chávez y se bajó el tono. A pesar de ello, referentes de la oposición viajaron a reunirse con el candidato que reunió a 25 partidos, algo que intenta replicar en la Argentina para enfrentar en las urnas al kirchnerismo en las elecciones del año próximo.

Antes de que se conocieran datos oficiales, Patricia Bullrich señaló que tenía “encuestas de boca de urna que lo dan ganador a Capriles”. “Es una irresponsabilidad y una falta de respeto al pueblo venezolano”, le contestó Francisco “Barba” Gutiérrez, intendente de Quilmes y veedor internacional por la Unasur del proceso electoral venezolano. “Las encuestas de boca de urna están expresamente prohibidas por la ley electoral venezolana, así que es poco serio hablar en base a datos de dudosa procedencia”, sostuvo. El también secretario general de la Unión Obrera Metalúrgica de Quilmes agregó que “la democracia en Venezuela se ha consolidado y es un ejemplo para América latina y el Caribe”.

“Yo encuentro similitudes entre las administraciones del kirchnerismo y el chavismo”, destacó la diputada y dirigente del macrismo Gabriela Michetti y agregó que el caso de Venezuela era “mucho más hegemónico y concentrador de poder. Pero en Argentina estamos en ese camino”. Michetti viajó junto a Pinedo, Bullrich, Eduardo Amadeo, del Peronismo Federal, y Oscar Aguad, del radicalismo.

El diputado del Frente para la Victoria Guillermo Carmona valoró la figura de Chávez: “Ha sido un actor muy importante en el transcurso del proceso de integración, fundamentalmente en la Unasur, y clave en el proceso del Mercosur”. Carmona viajó a Venezuela junto a un grupo de diputados del FpV para presenciar las elecciones.

El gobernador Daniel Scioli fue el único que desentonó en el oficialismo que renovó su lazo con Chávez, al llamar a Capriles el sábado para darle su apoyo. Desde el sabbatellista Nuevo Encuentro, el diputado Adrián Grana salió al cruce del gobernador, al afirmar que “en sus declaraciones devela su verdadera ideología conservadora y de derecha”, y apuntó además que “se identifica con aquellas expresiones políticas que van a contramano del pensamiento nacional y popular”.


El triunfo de un beisbolista frustrado

Por Julián Varsavsky

Desde Caracas

Si su salud lo permite, Hugo Chávez habrá gobernado Venezuela por veinte años. Desde su sueño de ser beisbolista en un pueblito en los llanos hasta ser un líder mundial, un recorrido por la evolución de quien ha cambiado desde los cimientos la política y la economía de su país.

Si un flaquito extrovertido de rasgos aindiados y pelo negro no hubiera conectado tres buenos batazos en un partido de béisbol en septiembre de 1971, quizá la historia política de Venezuela nunca se hubiera salido de sus carriles normales. El bateador era Hugo Chávez –cuya especialidad no era por cierto el bateo sino el lanzamiento– y el partido era un examen deportivo para ingresar a la Academia Militar de Venezuela. Ese día Hugo Chávez no podía –en teoría– ser aceptado en la academia porque debía Química de 5º año del bachillerato. La única excepción posible era que sus habilidades deportivas sirvieran para reforzar el equipo de su regimiento. Y no es casualidad que le haya ido bien, porque el verdadero sueño de Hugo Chávez era ser como su ídolo, el “Látigo Chávez”, un lanzador de béisbol que llegó a jugar en las Grandes Ligas norteamericanas, quien murió a los 23 años en un accidente de aviación. Hugo Chávez debió torcer su vocación de beisbolista –urgido por la necesidad económica– para ingresar al ejército. Y fue tal su congoja que años después fue hasta la tumba del mismo Látigo Chávez a pedirle perdón por no haber sido beisbolista, según cuenta el periodista Modesto Emilio Guerrero en su biografía, Quién inventó a Hugo Chávez.

Durante su carrera militar –cuenta Guerrero– Chávez, “casi siempre violó los reglamentos militares: por respondón; por comer con los soldados siendo oficial; por debatir ideas; por recitarle a los cadetes poemas de Maisanta; por castigar faltas haciendo leer juramentos al Libertador –en lugar de sanciones físicas—; por leer mucho olvidando que era un soldado; por mezclarse demasiado con estudiantes universitarios; por pintar el rostro de Bolívar en algunos destacamentos sin permiso de los superiores; por vivir hablando de Bolívar y arengar a la tropa como si fuera un político, y por hacer una vida social y cultural tan pública y libre que no parecía hecha por un militar sino por un militante”.

En la década del ’70 –mientras Chávez ascendía como paracaidista– una parte de la generación politizada tomaba las armas en Venezuela, inspirada en la Revolución Cubana. Mientras tanto, Hugo Chávez –quien ha contado que estuvo a punto de cambiarse de bando e internarse en la selva con los guerrilleros– optó por una estrategia distinta: hacer una paciente construcción política secreta y conspirativa dentro del ejército, que liderara una insurrección armada que luego sería acompañada por las masas del pueblo, algo que a la larga terminó ocurriendo.

Paradójicamente, a Chávez sus superiores lo enviaron a perseguir a finales de los ’70 a una patrulla perdida de guerrilleros en retirada. En cierta ocasión encontró un auto que pertenecía a sus perseguidos y en el baúl había un montón de libros marxistas. Lector voraz como dice ser, los leyó y descubrió que estaba de acuerdo con la mayor parte de lo que leía.

Con su cuarta victoria presidencial –al año de asumir, con la nueva constitución se debió votar otra vez– más un plebiscito revocatorio a su favor, Hugo Chávez se ha convertido en uno de los políticos más exitosos de Latinoamérica. Y el único entre decenas de presidentes americanos que dio vuelta un golpe de Estado. Los opositores –que estaban convencidos de ganar, a pesar de lo que decían las encuestas– han quedado descolocados ante los resultados y se pelean otra vez con la realidad. “Ese tipo hipnotiza a las masas... convence hasta a las piedras... creó un sistema asistencialista que ata a la gente a votarlo... la gente lo vota por miedo... porque son ignorantes... gana por fraude”, son algunas de las explicaciones de un centroderecha que necesita sentarse a reflexionar por qué gana Hugo Chávez.

08/10/12 Página|12

CHAVEZ, PERON, NESTOR, CRISTINA.

Ganó Chávez y le dedicó el triunfo a Cristina

Chávez consiguió un cuarto mandato con el 54,4 por ciento de los votos, frente al 44,9 por ciento que obtuvo Capriles.

Por Mercedes López San Miguel

Desde Caracas

“¡Le dedicamos este triunfo a Cristina –gritó un Chávez eufórico al anunciar su victoria en el balcón del Palacio Miraflores–, esta victoria es también la victoria del pueblo argentino, de la patria del Che, de Perón y de Néstor Kirchner.” El mandatario era aclamado por una multitud durante su discurso triunfal, donde anunció que había sacado más de diez puntos de diferencia a su competidor del centroderecha y que había ganado en 20 de los 24 estados.

El candidato Hugo Chávez Frías consiguió un cuarto mandato con el 54,4 por ciento de los votos frente al 44,9 por ciento que obtuvo el candidato Henrique Capriles de la Mesa de la Unidad Democrática. El anuncio fue realizado por la presidenta del Consejo Nacional electoral (CNE), Tibisay Lucena, pasadas las diez de la noche, y desató la euforia en la noche de Caracas.

De inmediato, comenzaron a escucharse fuegos artificiales y los simpatizantes del gobierno, vestidos con sus clásicas remeras rojas, salieron a las calles a celebrar a viva voz con el cantito “Uh, ah, Chávez no se va”. Minutos después las cámaras enfocaban el comando de Capriles, quien reconoció el resultado que le fue adverso. “Quiero agradecerles a los más de seis millones de venezolanos que hoy me dieron su confianza.” Cuando a eso de las once y media se asomó Chávez al balcón del Palacio Miraflores, la multitud gritó y aplaudió por más de siete millones de voces. El presidente levantó los brazos, envió besos a sus seguidores y empezó a cantar el himno junto a ellos. “¡Viva Venezuela, viva la revolución bolivariana, viva el 7 de octubre!”, dijo con rostro exultante. “Desde aquí le hago un reconocimiento a los casi 30 millones de venezolanos y venezolanas que habitamos la patria de Simón Bolívar. Un reconocimiento a los que no votaron por nosotros, por su talante democrático. Estoy seguro de que cada día estarán más de acuerdo con la constitución bolivariana.”

Chávez no dio abasto con las felicitaciones. “Felicito a la dirigencia opositora por reconocer la victoria del pueblo ( silbidos). Es importante para la paz de Venezuela, porque somos hermanos en la patria de Bolívar.” El líder bolivariano, entre sonidos de cornetas y aplausos, llamó al diálogo

“A los que andan promoviendo el odio, a los que han negado las cosas buenas de Venezuela, los invito al diálogo y el trabajo conjunto.”

¡Chávez, querido, el pueblo está contigo!

El mandatario celebró que ganaran en 20 de los 24 estados y advirtió que podrían ser 22 los estados en los que se impuso el Partido Socialista Unido de Venezuela, entre ellos Zulia, Trujillo, Carababo. “Estamos peleando cerradito en Miranda”, dijo, el estado que gobierna Capriles.

Uh, ah, Chávez no se va

“Hace rato conversé con la presidenta argentina, que muy emocionada le envió un saludo al pueblo venezolano. Ay la juventud argentina, la patria de Perón, de Néstor Kirchner. Le dije que esta victoria es también para la patria argentina y para América latina.”

Cerró su discurso pidiendo a Dios a que le dé vida y salud, siendo que tuvo que tratarse de un cáncer hasta mediados de año. Y se comprometió a ser cada vez un mejor presidente por los próximos seis años.

La participación masiva, que superó todo pronóstico y fue poco más del 80 por ciento, se había podido percibir en la recorrida por los centros de votación, que abrieron a las seis de la mañana y terminaron cerrando tarde en la noche. La fila de votantes en la entrada de un colegio en la barriada Catia daba vuelta la calle cuando aún no bajaba el sol. En esta zona popular de Caracas, que fuera epicentro de la resistencia al golpe de abril de 2002, se reproducía la fila zigzagueante en varios lugares de votación. A la salida de uno de ellos, una chica regordeta de nombre Marianellys Castillo contó que su opción fue por Chávez porque pensó en el futuro. “Apoyo a este gobierno porque me dio posibilidades de estudiar. Estoy estudiando Administración en la Misión Sucre” dijo la joven Marianellys. Junto a ella un muchacho de 35 años dijo que él también votó por la continuidad del gobierno bolivariano. “Capriles es el pasado. Cuando ellos gobernaban se llegó a comer comida de perros, en cambio ahora hay una red de alimentación y distribución de alimentos”, dijo Ramón Linares, analista en sistemas.

Mientras Chávez prometió profundizar el modelo de Socialismo de siglo XXI, su rival intentó llevar al extremo el roce personal con la gente para ganarse la confianza del electorado. En Catia, bastión chavista, el mensaje de Capriles logró algún adepto. “Voto por Capriles porque promete seguridad”, dijo Milena Acosta con su beba en brazos. La chica, de 24 años y madre de dos hijas, estaba estudiando enfermería. Insistió con el tema. “La delincuencia está fatal”, y reconoció haber votado por Chávez antes, en el referéndum revocatorio.

Una señora bajita recién salida de votar dijo que votó por el candidato de la Mesa de la Unidad “Quiero un cambio, aquí esto es un comunismo”, dijo María Márquez Viáfara, viuda, de 77 años. “Este país está pa’ bajo agregó Capriles es un muchacho joven y estudiado, tiene experiencia en política.” La señora se refería a que el candidato de oposición, de 40 años, es gobernador del estado de Miranda y anteriormente fue alcalde de Baruta y diputado de la Asamblea Nacional.

Apoyado en una pared con un gratti que decía “¡uh, 2012, ah!”, a metros de uno de los centros electorales de Catia, un joven de aspecto refinado leía el diario El Nacional, uno de los periódicos más importantes de Venezuela y de tradición opositora. “ Voté por Chávez. ¿Por qué leo El Nacional?, porque soy historiador de los medios”, dijo Eduard Avila, de 28 años. “Hay más oportunidades y prefiero la continuidad. Capriles sería una ruptura trascendental respecto de este gobierno. Tenemos 37 constituciones del país, por eso pienso que quien empieza un proceso lo tiene que terminar.”

Por la avenida Sucre se veían comercios cerrados por ser domingo y algunas casas de fachadas descoloridas se mezclaban con casas con pintura nueva, todas con rejas en sus puertas y ventanas. Parada en la puerta de una de ellas, una mujer de mediana edad mostró su dedo manchado en tinta y orgullosa dijo que votó por el candidato presidente. “Soy del voto duro de Chávez, desde 1998. Quiero que siga el proyecto de inclusión social, un proyecto para favorecer a las masas más necesitadas”, dijo Alba Alvarado, abogada y militar de 50 años de edad.

En otra barriada izquierdista de la capital, 23 de Enero, votó pasado el mediodía el presidente Hugo Chávez, quien llegó al colegio electoral junto a sus hijas y dos de sus nietos. Vestido con chaqueta azul oscuro saludó a una hinchada de seguidores que rodeaba su mesa de votación. Estaban allí presentes como observadores extranjeros invitados por el gobierno la senadora y primera dama de Uruguay, Lucía Topolansky, la Nobel de la Paz de Guatemala Rigoberta Menchú y la ex senadora colombiana Piedad Córdoba.

Luego, al responder a los periodistas, el presidente venezolano afirmó que su proyecto político, que se inició con su victoria en 1998, no depende de una sola persona. “No depende ya de Chávez, es un colectivo.... Por allá está Nicolás Maduro, está Elias Jaua”, dijo al referirse al canciller y el vicepresidente que lo acompañaban en el recinto.

Un ex asesor suyo, Juan Carlos Monedero, lo describió ante este diario como “una persona muy comprometida con su pueblo, un pueblo que no tuvo cien años de soledad, tuvo quinientos”. Chávez llegó a la presidencia con el mayoritario voto de los pobres, las clases medias y los excluidos, promoviéndose como el líder que cambiaría el clásico sistema bipartidista Acción Democrática y Copei que se alternó el poder en Venezuela desde 1958.

De admirable facilidad de palabras, su figura es seguida por simpatizantes dentro y fuera de su país. Dicen que ese don de la palabra puede tener que ver con su crianza en el pueblo de Sabaneta en Barinas, su estado natal: sus padres eran maestros y de ellos aprendió a enseñar. “Chávez hubiera sido un comunicador de primer orden. Aquí, en el mundo de la televisión, del cine, no hay un tipo como él”, dijo su ex jefe de campaña Alberto Muller Rojas en la biografía Hugo Chávez sin uniforme. En su discurso siempre abundaron las citas de Simón Bolívar y otros próceres de la independencia, siempre subrayó la necesidad de la integración latinoamericana y siempre se opuso al neoliberalismo en todas sus formas.

El proceso de cambio que encarnó Chávez desde hace catorce años apunta a redistribuir la renta petrolera. “Por allá, en los años ’60, comenzaron a repartir tierras y títulos. No llegó a los campesinos el beneficio del petróleo. No puede ocurrir más: ese es uno de los principios de la Constitución Bolivariana y Revolucionaria”, dijo el líder bolivariano en un discurso sosteniendo una carta magna tamaño miniatura. En un referéndum, la mayoría de venezolanos aprobó la nueva constitución en 1999. Era la primero de una serie de consultas populares que el gobierno de Chávez ganaría en estos años. Ayer, frente al balcón del pueblo, sus seguidores iban a celebrar hasta el alba la nueva victoria.

mercelopez@pagina12.com.ar
08/10/12 Página|12
GB

Natalia Oreiro sobre "Infancia clandestina" (2)


domingo, 7 de octubre de 2012

EL GENERAL PERON Y EL CHE.

Carta de Juan Domingo Perón

Compañeros: con profundo dolor he recibido la noticia de una irreparable perdida para la causa de los pueblos que luchan por su liberación. Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos hermanados con todos aquellos que en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier bandera, luchan contra la injusticia, la miseria y la explotación.

Nos sentimos hermanados con todos los que con valentía y decisión enfrentan la voracidad insaciable del imperialismo, que con la complicidad de las oligarquías apátridas apuntaladas por militares títeres del pentágono mantienen a los pueblos oprimidos.



Hoy ha caído en esa lucha, como un héroe, la figura joven mas extraordinaria que ha dado la revolución en Latinoamérica: ha muerto el Comandante Ernesto Che Guevara.Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda convicción en la justicia de la causa que abrazo, le dio la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y mártir.



He leído algunos cables que pretenden presentarlo como enemigo del Peronismo. Nada más absurdo. Suponiendo fuera cierto que en 1951 haya estado ligado a un intento golpista, ¿que edad tenía entonces? Yo mismo, siendo un joven oficial, participé del golpe que derrocó al gobierno popular de Hipólito Irigoyen. Yo también en ese momento fui utilizado por la oligarquía.



Lo importante es darse cuenta de esos errores y enmendarlos. ¡Vaya si el Che los enmendó! En 1954, cuando en Guatemala lucha en defensa del gobierno de Jacobo Arbenz ante la prepotente intervención armada de los yanquis, yo personalmente di instrucciones a al chancillería para que le solucionaran la difícil situación que se le planteaba a ese valiente joven argentino; y fue así como salió hacia México.



Su vida, su epopeya, es el ejemplo más puro en que se deben mirar nuestros jóvenes, los jóvenes de toda América Latina.

No faltaran quienes pretendan empalidecer su figura. El imperialismo temeroso del enorme prestigio que ya había ganado en las masas populares; otros, los que no viven las realidades de nuestros pueblos sojuzgados. Ya me han llegado noticias de que el Partido Comunista Argentino, solapadamente, esta en campaña de desprestigio. No nos debe sorprender ya que siempre se ha caracterizado por marchar a contramano del proceso histórico nacional. Siempre ha estado en contra de los movimientos nacionales y populares. De eso podemos dar fe los peronistas.



La hora de los pueblos ha llegado y las revoluciones nacionales en Latinoamérica son un hecho irreversible. El actual equilibrio será roto porque es infantil pensar que se pueden superar sin revolución las resistencias de las oligarquía y de lo monopolios inversionistas del imperialismo.



Las revoluciones socialistas se tiene que realizar; que cada uno haga la suya, no importa el sello que ella tenga. Por eso y para eso, deben conectarse entre si todos los movimientos nacionales, en la misma forma en que son solidarios entre si los usufructuarios del privilegio.



La mayoría de los gobiernos de América latina no van a resolverlos problemas nacionales sencillamente porque no responden a los intereses nacionales. Ante esto, no creo que las expresiones revolucionarias verbales basten. Es necesario entrar a la acción revolucionaria, con base organizativa, con un programa estratégico y tácticas que hagan viable la concreción de la revolución. Y esta tarea, la deben llevar adelante quienes se sientan capaces. La lucha será dura, pero el triunfo definitivo será de los pueblos. Ellos tendrán la fuerza material circunstancialmente superior a la nuestra; pero nosotros contamos con la extraordinaria fuerza moral que nos da la convicción en la justicia de la causa que abrazamos y la razón histórica que nos asiste.



El Peronismo, consecuente con su tradición y con su lucha, como Movimiento Nacional, Popular y Revolucionario, rinde su homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al Comandante Ernesto Che Guevara, guerrillero argentino muerto en acción empuñando las armas en pos del triunfo de las revoluciones nacionales en Latinoamérica.



Juan Domingo Perón 24 OCTUBRE 1967.


http://www.causapopular.com.ar/article1885.html

8 de octubre muerte de LAVALLE.

Rosas y Lavalle
Un día del mes de agosto de 1829 tuvo lugar una célebre entrevista entre los generales don Juan Manuel de Rosas y don Juan Lavalle. La noche estaba oscura. El General Lavalle llamó a su ayudante, Capitán Estrada, y le ordenó que eligiera dos soldados de su mayor confianza. Montaron a caballo los cuatro hombres y se dirigieron en dirección al campamento del General Rosas. A las dos leguas el enemigo les dio el alto, y un grupo de soldados de Rosas los rodeó.

- Soy el General Lavalle. Digan ustedes al oficial que los manda que se aproxime sin temor, pues estoy solo.

El Capitán Estrada y los dos soldados habían quedado atrás.

- Ordene usted - dijo Lavalle al jefe de la fuerza enemiga - que un hombre vaya a avisarle a su jefe que aquí está el General Lavalle, y que necesita un baqueano que lo acompañe al campamento del General Rosas.

El oficial obedeció como si se tratara del propio Rosas. Al rato apareció el jefe de la fuerza; echó pie a tierra y, con el sombrero en la mano, saludó al General Lavalle, quien también había desmontado. Una hora y media después llegaban al campamento. En el silencio de la oscura noche de invierno, los gauchos de Rosas dormían tranquilamente. Un oficial superior le salió al encuentro.

- Diga usted al General Rosas que el General Lavalle desea verlo al instante.

El oficial se conmovió de pies a cabeza, pero cuadrado y respetuoso pudo responder que el general no se encontraba en ese momento allí. Lavalle pidió unos mates, y en silencio, sentado en un banquito bajo el alero de la casa, mientras era observado por los soldados de Rosas, los tomó. Al rato dijo al oficial que lo recibiera:

- Indíqueme usted el alojamiento del general.

Y al llegar a la pieza de Rosas, agregó:

- Bien, puede usted retirarse; estoy bastante fatigado y tengo el sueño ligero.

Sin quitarse las espuelas ni las botas, se arrojó sobre el lecho, conciliando a poco un sueño profundo.

Cuando Rosas estuvo de regreso, el oficial de servicio en el vivac le dio cuenta que Lavalle estaba solo y durmiendo en su propio lecho, y aquél, a pesar de que sabía dominar sus impresiones, no pudo reprimir algo así como la tentativa de un sobresalto. Rosas se dirigió lentamente a su alojamiento y al entrar ordenó que dos jefes de su mayor confianza quedasen encargados de que no hubiera - ruido alguno mientras durmiese Lavalle, y de que cuando lo sintieran levantado le avisaran sin demora. Cuando recibió el mensaje, Rosas le envió un mate y el aviso de que iba a verle y a tener el gran placer de abrazarle.

Cuando los dos generales se encontraron se abrazaron enternecidos.
(Josué Igarzabal, “Reflejos del pasado”)

El ejercito “Libertador”

Ningún tratado con la Confederación daba a Francia el trato de “nación más favorecida” que tenía Inglaterra por tratado correspondiente. Rosas se negaba a dárselo sin una concesión de su parte.

Ofendida en su “orgullo”, “La France” buscó excusas por el trato a súbditos franceses en Bs.As., por cuestiones policiales, para agredir a la Confederación y presionarla para que diera el trato de “nación más favorecida”.

"La iniciación de la lucha tuvo, pues, por base, la seguridad netamente positiva de que bastaría una simple amenaza de Franca para dominar al general Rosas. La amenaza ya había sido hecha y Rosas ni se dignó tomarla en cuenta. Se decidió, entonces, al ver que las palabras no surtían efecto, que M. Roger abandonase Buenos Aires. El cónsul de Francia cerró su cancillería y Rosas vio sin inquietarse desaparecer nuestra bandera de su vista. La ofensiva continuó: hay que declarar leal interdicto a la costa Argentina - se dijo - bloquear Buenos Aires, y veremos desecho el orgullo del dictador. El contralmirante Leblanc pronunció la fórmula sacramental del bloqueo, pero el general Rosas permaneció impasible: había visto cerrar sus puertos, tomar su isla Martín García y formarse y crecer, ante nuestro llamado, una coalición de todos sus enemigos, sin inmutarse siquiera." (Theogene Page: “Guerra colonialista franco-argentina 1838-1840”.p.72. Informe al gobierno francés. T. Page, edecán del vicealmirante barón de Mackau)

“El Cónsul Martigny hacia recaer sobre Rosas todas las funestas consecuencias de esta lucha en la que Francia defendía la causa de al humanidad y de la civilización frente a un gobierno que se negaba a someterse, no solo al derecho de gentes, sino a las leyes eternas de la justicia de la humanidad” (ibidem.p.70)

Por su parte los argentinos emigrados a Montevideo, enemigos de Rosas, veían esta situación propicia para librarse “del tirano”, y que mejor que Juan Lavalle, el héroe de la independencia para comandar un ejercito “Libertador” invasor. Lavalle estaba instalado en su estancia El Vichadero y no entendía a esos jóvenes que despreciaban a esa “esa horda de esclavos amedrentados por el tirano, que se opone a los paladines de la humanidad” y escriban en la presa

“Por otra parte, es fácil comprender el alistamiento de los proscriptos argentinos en esa coalición fundada bajo los auspicios de Francia. Esos desdichados sin patria se precipitaban a las órdenes de quien les ofreciera una sombra, una esperanza de éxito. El general Rivera los vio reunirse en gran número bajo sus banderas; don Juan Lavalle era todavía su Jefe. Pero no tardaron en reconocer que los había embaucado una esperanza vana. Engañados en sus más ardientes deseos, se retiraron maldiciendo al autor de sus profundas decepciones. Indignado con Rivera, a quien siempre consideró falaz, el general Lavalle se retiró de Colonia para devorar allí su amargura, jurando no dejarse atraer nunca más por promesas caso siempre engañosas. Así se desvaneció como un sueño toda esperanza de aquella coalición de la que solo quedó un recuerdo penoso” (ibidem.p.66)

“¿Estará el deshonor, entonces, en ligarse al extranjero para batir al hermano? - preguntaba Alberdi el 29 de noviembre de 1838 – Sofisma miserable. Todo extranjero es hombre y todo hombre es nuestro hermano. La doctrina contraria es impía y bárbara. No es nuestro hermano un hombre porque ha nacido en la misma tierra que nosotros. Nosotros no somos hijos de la tierra sino de la humanidad. De lo contrario las bestias que han nacido en nuestro suelo serían nuestras hermanas” (Alberdi, Escritos póstumos)

“Para el provinciano la patria es su provincia. Para el nacional no hay hermanos ni semejantes fuera de sus fronteras. Y para los espíritus vastos y serios, que saben no estacionarse en el círculo estrecho de la nación, para los Rousseau, los Saint-Pierre, los Lerminier, los Bentham, los Saint-Simon, los Leroux, los Lamennais, la patria es la humanidad, el pueblo es el género humano” (Alberdi, Escritos póstumos)

Allá fueron a buscarlo para convencerlo por distintos medios. La “Comisión Argentina” le mando 3.500 pesos, que Lavalle devolvió ofendido.

Lavalle le escribe a
Chilavert extrañado por “un larguísimo artículo de sofismas y de una charlatanería oscura, llamando pobres y estúpidos a los que no piensen del mismo modo. Estos hombres conducidos por un interés propio mal entendido, quieren trastornar las leyes eternas del patriotismo, el honor y el buen sentido; pero confío – termina - en que toda la emigración preferirá que la revista la llame estúpida a que su patria la maldiga mañana con el dicho de vil traidora” y agrega “porque Vd. tiene un pecho argentino, y sentirá lo que yo siento”, y llegado “el caso de llevar la guerra a nuestra patria los pabellones francés y oriental, entonces haremos nuestro deber”.

A francisco Pico, que lo visitara en El Vichadero, Lavalle de dice:

“A Rosas no puede vencérselo sino por la fuerza de la República Argentina, reuniendo el espíritu de resistencia por una doctrina puramente nacional bajo la bandera nacional y por jefes argentinos que obren sin complicaciones extranjeras. Sólo así podrá nuestro partido conquistar la opinión nacional; solo con ella podrá conservar el triunfo ¡Dios nos libre de suscitar contra nosotros el espíritu nacional! Desde entonces no sería nuestro enemigo Rosas sino la nación entera”.

Insistían los unitarios (Carril, Varela, Alberdi, Alsina, etc) y le escribían y visitaban tratando de convencerlo de que Francia tendría “respeto a la nacionalidad” y que para eso era necesario la comandancia del general Lavalle. La Comisión le escribe “en nombre de la patria” para pedirle que “se consagrase a su redención y libertad”. El mismo Alberdi le escribe:

“Mi glorioso general: Aunque no tengo el gusto de conocerle personalmente, conozco sin embargo una parte de la historia de mi patria u conservo en mi memoria las páginas que hablan de San Lorenzo (en la que no participó Lavalle, que era cadete) Maipú, Junín Ituzaingo, etc. Soy uno de los muchos jóvenes que hemos aprendido a venerar el nombre de Lavalle…una de las glorias americanas más puras y más bella. Decidida como está la juventud por vocación, por simpatía, por deber y por religión por decirlo así, a abrazar de nuevo la adormecida causa de la revolución americana, ella se ha acordado de los héroes de esta causa, y por tanto de usted...Seré lacónico porque usted ama el laconismo: se trata que usted acepte la gloria que le espera y una gran misión que le llama...en esta segunda faz de la revolución de Mayo. Los laureles de Moreno y de Castelli buscan unirse en la sienes de usted a los laureles de Maipú y de Junín…La obra inmortal de usted sufre hoy las infames hostilidades de un bárbaro…He aquí la necesidad de una cosa importante: que usted se venga a Montevideo con toda la celeridad posible, porque el momento es bello y no hay que malograrlo. No tiene que ver el objeto con que es llamado, el de las distintas insinuaciones y solicitudes que le han sido dirigidas…Estoy persuadido de que sus oídos nunca fueron tardos cuando sonó la voz del interés y del honor de la Republica Argentina…” (menos mal que le dijo que sería lacónico, si nó le recita la biblia competa. Hasta de lindo lo trató).

Tantos elogios y alabanzas levantaron tanto el concepto de si mismo en Lavalle, que finalmente acepta bajo (ciertas condiciones formales) comandar el ejercito invasor integrado por franceses y hombres al mando del “Pardejón” Rivera. Este, como siempre, le “haría de las suyas” intentando birlarle la gloria de la supuesta futura derrota sobre Rosas. “Exijo un millón de francos para los gastos de guerra...” (Lavalle al almirante Le Blanc. 28 de dic.1839)

Lavalle no encuentra en la población del territorio nacional ningun apoyo. Muy por el contrario le hacen un vacío que lo llenan de impotencia y desesperación.

“Se engañarán los bárbaros si en su desesperación imploran clemencia. Es Preciso de degollarlos a todos...!Muerte, muerte sin piedad!” (proclama del Gral. Lavalle al pisar Corrientes). “Derramad a torrentes la inhumana sangre para que esta raza maldita de Dios y de los hombres no tenga sucesión” . (Proclama del Gral. Lavalle el 20 de noviembre durante la campaña de Corrientes.)

Como su propia mujer le reprochara la ferocidad del documento, Lavalle se disculpa ante ella diciendo que como el “estaba muy ocupado, la proclama la escribió Frías”. Luego, en carta a Ferré, Lavalle le dice “...he tomado en las inmediaciones del Sauce un oficial y cuatro soldados del enemigo que cruzaban el campo. Mandé aquí uno o dos que eran correntinos y degollé al oficial con los otros”.

Pedro Ferré consigan en sus “Memorias” que Lavalle formo su Legión Libertadores con enganchados a 27 patacones por cabeza con fondos recibidos de Francia, el enemigo exterior que bloqueaba los puertos de la Patria. No obstante ello al arribar a Curuzú Cuatiá, su infantería se había reducido a 33 hombres. Descorazonado Lavalle, escribía a sus familiares: “Estoy absolutamente solo contra Rosas, sin más aliados que los barcos franceses…” (Carta de Lavalle a sus familiares, 1° de febrero de 1840)

En la provincia de Buenos Airs el vacío de la gente de la campaña es mayor aún, que llegan a hostigarlo. Desde Giles le escribe a desengañado a su mujer:

“Esta carta te va a hacer derramar lágrimas. No he encontrado sino hordas de esclavos, tan envilecidos como cobardes y muy contentos con sus cadenas. Es preciso que sepas que la situación de este ejército es muy crítica. En medio de territorios sublevados e indiferentes, sin base, sin punto de apoyo, la moral empieza a resentirse, y es el enemigo que más tengo que combatir. Es preciso que tengas un gran disimulo, principalmente con los franceses, pues todavía tengo esperanzas.”

“Tú no concibes muchas esperanzas porque el hecho es que los triunfos de este ejército no hacen conquistas sino entre la gente que habla: la que no habla y pelea nos es contraria, y nos hostiliza como puede. Este es el secreto origen de tantas y tantas engañosas ilusiones sobre el poder de Rosas, que nadie conoce hoy como yo.”

La odisea del “ejercito libertador” de Lavalle no deja ligar a dudas el sentimiento de la gente de la campaña. El pueblo le hizo un vacío absoluto en cuanto lugar llegara u ocupara. Las campañas del litoral se le mostraron hostiles sin disimulo; la deserción alcanzó cifras insólitas. Impresionado Lavalle por el comportamiento hostil, extendió la siguiente orden a su edecán: “Haga Ud. prender a todos los canallas pertenecientes al primer Ejército Libertador, sean o no ciudadanos, que han fugado cobardemente, y para justificar su vileza han ido esparciendo noticias aterradores. Esta especie de canalla que me ha sido funesta muchas veces en todo el curso de la guerra. Trátelos como bandidos”. (Orden del general Lavalle a su edecán Elío, coronel Elío, después de la batalla de Quebracho Herrado. 28 de noviembre de 1840.( Juan ERlía. Memoria Histórica.) (AGM.PLA.p 225)

El pueblo sabía muy bien lo que elegía, y era llamado por los liberales, “pueblo” cuando se sometían, y “plebe” cuando les eran contrarios. Alberdi en 1837 les salía al paso en el Salón Literario de la Asociación de Mayo: “…por el pueblo no entendemos aquí – había dicho – la clase pensadora, la clase propietaria únicamente, sino también la universalidad, la mayoría, la multitud, la plebe…” y agregaba “porque la plebe es humanidad, como ella es la Nación; todo el porvenir es de la plebe” (Alberdi, J.B. Fragmento preliminar al estudio de Derecho. Lectura en el Salón Literario. 1837)

“En tiempo de la campaña de Entre Ríos – escribe Paz en sus memorias – y juzgo que lo mismo fue después, no se pasaba lista, no se hacía ejercicio periódicamente, no se daban revistas. Los soldados no necesitaban licencia para ausentarse por ocho o quince días, y lo peor es que estas ausencias no eran inocentes, sino que las hacían para ir a merodear y devastar el país”. (Paz, José Maria, Memorias póstumas del Brigadier Gral.)

Lavalle espera frente a Buenos Aires varios días un levantamiento popular, que nunca se produjo, y la llegada del refuerzo de 3.000 infantes franceses. Llegaría en cambio Mackau, con instrucciones de Thiers para hacer la paz, sin importarle Lavalle ni “los auxiliares que hemos encontrado en las riberas del Plata, que no han querido o no han podido cumplir sus promesas; para cuyo éxito han pedido y recibido de nosotros socorros, sin retribuirnos, ni aun en leve proporción, los servicios recibidos”.

Lavalle inicia la retirada. Los franceses le ofrecen retirarlo a Francia con grado de mariscal, que Lavalle rehúsa por que no se lo permite “el honor” y los mismos que le cantaron loas desde Montevideo, se lo reprochan ahora por boca de Varela:

"No hay una persona, una sola, General, incluso sus hermanos de usted y aun su sensatísima señora, que no haya condenado ese funestísimo movimiento. No comprendo, General, cómo se justificará usted ahora ni nunca. Ese ha sido, General, el defecto capital de usted: no pedir consejo ni oírlo de nadie, decidir por sí solo. Y por desgracia no decide usted lo mejor”.

Lavalle reflexiona tal vez sobre la defraudación de los doctores, en contraste con los paisanos que defendia “la patria”, y entra en una profunda depresión y abandono.

Esteban Echeverría seguirá cantando:

“Todo estaba en su mano y lo ha perdido.
Lavalle es una espada sin cabeza.
Sobre nosotros entre tanto pesa
su prestigio fatal, y obrando inerte
Nos lleva a la derrota y a la muerte”

Lavalle, el precursor de las derrotas.
Oh, Lavalle! Lavalle, muy chico era
para echar sobre sí cosas tan grandes.


Mucho más grande que Lavalle era Echeverría,...pero con la pluma, claro,... sin exponer el pellejo.

Derrotado Lavalle en Quebracho herrado, será muerto en Jujuy por un tiro de pistola. Algunos dicen que se suicidó. Otros lo atribuyen a su amante, que de esta forma vengó la muerte de su hermano y de su padre, fusilados por Lavalle

Rosas, da amnistía a los proscriptos “si en el término de un mes abandonasen su actitud hostil y siempre que su presencia no sea incompatible con el orden y la seguridad pública”.

Bibliografía principal:

- Rosa, José Maria. "Historia Argentina" t.IV
- Rosa, José María. "El Cóndor Ciego".
- García Mellid, Atilio. Proceso al liberalismo Argentino
Fuente lagazetafederal.com.ar



LA VERDAD HISTORICA.

J.M.de Rosas - Sombras y Verdades (Ver)
“Uno de los papeles más importantes que algunas veces hay que representar, es el de tonto”
(Juan Manuel de Rosas)

La verdad siempre triunfa

“Llegará el día en que desapareciendo las sombras sólo queden las verdades, que no dejarán de conocerse por más que quieran ocultarse entre el torrente oscuro de las injusticias”
(Juan Manuel de Rosas. 1857)


La honestidad histórica

“Para mayor certeza, he transcripto, tan frecuentemente como he podido, las propias palabras.
De esta manera, el lector, colocado en presencia de los textos, podrá interpretarlos por si mismo y formar su opinión personal; tendrá las mismas piezas que yo para deducir conclusiones, y lo hará, si le parece bien, en distinta manera que yo”.
(H.Taine. Paris 1891)

LA HISTORIA

Matemática (Ver)
La vocación por los estudios históricos es la primera en presentarse en los pueblos que luchan por su libertad. Prioridad que no es casual, pues las naciones beben en su propia historia los fundamentos de su derrotero. “La historia es una noble instructora – ha escrito Savigny – y sólo a través de ella puede mantenerse vivo el contacto con la vida primitiva del pueblo. La pérdida de esta conexión despojaría al país de la mejor parte de su vida espiritual”.

Este patriotismo de los grandes períodos emancipadores – tal el caso actual de la Argentina – no nace de conciencias aisladas, sino que es el fruto de toda una generación, aunque sus miembros se ignoren, y cuya obra, a su vez, es el efecto de un estado multitudinario de la conciencia misma de la colectividad.

El estudio sistemático y crítico de al historia no es más que uno de los síntomas de este esclarecimiento y unificación de la vida nacional, conciente de sí misma, que aventa en los estratos profundos y anónimos del pueblo. (Hernández Arregui, Juan José - La formación de la conciencia Nacional. p.41. Peña Lillo. Ediciones Continente. Bs.As. 2004)

Una de las formas de ocultamiento de la verdad histórica de que abusan nuestros liberales, es la de escribir historia. Tenemos cientos de textos, de manuales y tratados de historia, todos cortados sobre los mismos moldes académicos, que son escarnio y prevaricación de la Academia. Historias de pueblos ausentes, de falsas oposiciones y de escamoteo de los conflictos profundos; así se adormece la conciencia de los argentinos en la certeza de que carecen de un propio e inconfundible destino universal. Magisterio de rótulos arbitrarios que fía su eficiencia al fenómeno mecánico de la repetición: gobiernos patrios, anarquía, tiranía, organización nacional. Y una gran síntesis: o civilización o barbarie. (García Mellid, Atilio.- “Proceso al liberalismo argentino”. p.10. Ediciones Theoría.1964)

lagazeta.com.ar

Prof GB

GENDARMES Y PREFECTOS

El decreto, el autogobierno, la hipótesis de complot
Por Eduardo Blaustein
eblaustein@miradasalsur.com

Echar nafta o bajar un cambio. Recuerdos (y contrastes) carapintadas. Acciones golpistas: la realidad, las interpretaciones, sus límites.

Hubo hace años un célebre Boca-Vélez en el que Javier Castrilli expulsó a Diego Maradona. Luego de largos minutos de protestas, invasión de cancha, tensiones y enredos entre los cables de la televisión, Maradona volvió sobre sus pasos para reclamarle explicaciones a Castrilli. Este hizo lo que mejor solía hacer: convertirse en magna estatua.
Todavía resuenan las palabras de Diego, impotente ante tan majestuosa mudez:

–Maestro, ¿pero usted está muerto? ¡No, no está muerto! ¡Hábleme por favor se lo pido!

La imagen se le vino encima a este cronista (y perdón por la comicidad) recordando escenas de las rebeliones carapintadas. Movileros y periodistas enfrentando con ira la soberbia mudez de los insurrectos, plantados con sus fusiles y su jeta embetunada. El recuerdo es oportuno porque en alguna medida contrasta con lo sucedido en el gravísimo conflicto protagonizado por prefectos, gendarmes y otros núcleos de las Fuerzas Armadas y de seguridad. Sólo “en alguna medida”, las protestas tienen algo de esquirla demorada marca 2001, acaso (ojalá) de contagio de la cultura democrática y, si se quiere, su parte de lucha de clases entre subalternos y superioridad. Hay una componente asamblearia. Hay también una mezcla de astucia, aprendizaje e ingenuidad en lo organizacional y en el discurso. Por el lado del aprendizaje y de la astucia: mucha referencia al respeto a la democracia, mucho mostrar a la familia, a la patrona, los pibes, de modo de aparecer (derechos y) humanos. Hubo secuencias entre tiernas y tensas como la del cabo que, empuñando el micrófono, nunca supo qué vocativo utilizar ante su audiencia: “amigos”, “camaradas”, jamás “compañeros”. Hubo quien forcejeó para arrebatarle el micrófono cuando se mostró prudente. Hubo chiflidos y puteadas contra las intervenciones prudentes y sonoros cantos insolentes contra “los jerarcas”, harto llamativos para la cultura vertical de las fuerzas de seguridad.

“Prefecturianos” y gendarmes, en algún momento, se agrandaron mal, muy mal. El peor, pésimo momento, que pudo ser dramático, fue cuando emplazaron a los funcionarios nacionales a presentarse “en dos horas” ante ellos. Dicen que no son golpistas y hay razones para –con esfuerzo y mente serena– querer creerles. Pero como mínimo se pasaron, por varios kilómetros, de la raya. Muchos dicen que los reclamos salariales son legítimos. Sí, lo son. Pero al ingresar en sus instituciones gendarmes y prefectos aceptaron, sin que se los obligara, a acatar duras reglas de juego, que no son dulces ni democráticas, pero que son esenciales en la lógica de esas instituciones. Para decirlo de otro modo o desde otra discusión: acaso no exista momento más inoportuno para debatir la sindicalización de las fuerzas de seguridad que el transcurso del huracán.

Yerros y rectificaciones. En el ahora célebre Decreto 1307 llama la atención, cuando se analizan los cuatro suplementos salariales previstos, que los cargos más altos de las fuerzas se llevan lo que se dice un toco de guita, muy especialmente en comparación con lo que cobran los subalternos. En el texto se dice que tanto una Comisión Técnica Asesora de Política Salarial del Sector Público, como la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Seguridad, intervinieron en la redacción. Es posible que el Gobierno cometiera un error importante ya sea en la redacción del decreto o en haber permitido, según su primera respuesta al conflicto, que la aplicación corriera por cuenta de las cúpulas. Si fue así, el problema fue el que típicamente se enuncia desde el “zaffaronismo”, desde el CELS o desde el discurso del ex juez Carlos Arslanian: dejar que las fuerzas de seguridad se autogobiernen. A la vez, estallado el conflicto, hubo una celeridad típica y virtuosamente kirchnerista en las respuestas. La primera respuesta rápida fue el anuncio hecho por Juan Manuel Abal Medina sobre la suspensión del decreto. La segunda correspondió a Nilda Garré, informando sobre la remoción de las dos cúpulas. A la vez, este segundo anuncio marcó un momento de debilidad oficial: porque Garré y Sergio Berni (mostrarse juntos no fue casual) aparecieron fugazmente, tocaron y se fueron diciendo “la situación quedó normalizada”, cuando el conflicto continuaba notoriamente en los edificios Centinela y Guardacostas y, sobre todo, en las pantallas de televisión.

En el vértigo del miércoles (el día más duro antes de la desaparición de Severo Alfonso) hubo otro momento preocupante, casi de soledad ofical, cuando Hugo Moyano desde un lado y Antonio Caló desde el otro avalaron la protesta (el segundo salió a desdecirse prontamente). La respuesta dada desde una conferencia de prensa de Estela Carlotto y Hugo Yasky, o las voces de los referentes de Unidos y Organizados, sonaban a poco. En feliz contraste, y contabilizándolo como otra rápida y eficaz iniciativa oficial, lo más saludable y hasta gratificante fue la respuesta del arco político pidiendo el respeto de la normalidad institucional. Eso incluye a Mauricio Macri. Si alguno se enoja porque el Jefe de Gobierno aprovechó para mostrarse presidenciable, no entiende que le había quedado la pelota servida.

Los medios, el complot. Con el diario La Nación sucedió algo curioso. Por un lado, sensatamente, bloqueó en algún momento los foros cosa de protegerse de insultos y proclamas golpistas. Por el otro, junto a Clarín, hizo lo imposible por sostener la tensión y extenderla a la Bonaerense o a la Armada. Las cámaras y micrófonos de TN cubrieron como pocos el conflicto, segundo a segundo, expandiendo la sensación de inquietud y avalando reiteradamente el discurso de los uniformados: “Dicen que no son golpistas”. Hay un caso poco atendido: Crónica TV. Cuando TN amainaba su cobertura o se dedicaba a la desaparición de Severo Alfonso, Crónica fue la señal que más micrófono ofreció a los discursos de prefectos y gendarmes. Habrá que interpretar que es la vieja marca de Héctor Ricardo García.

Carapintadas de los ’80; prefectos y gendarmes del 2012. Hubo en los ’80 el Grupo Albatros de Prefectura, que se sumó a la sublevación. Sin embargo, hay que tener cuidado con las comparaciones, al igual que con las coberturas.
Los movileros, en los ’80, salieron con bronca a la hora de interpelar a los carapintadas. TN puede aducir que llevó cámaras y micrófonos, “objetivamente”, sólo para cubrir “un hecho”. Por supuesto, el tono fue de empatía con los uniformados, nada que objetar, ni sugerir que nosotros les pagamos el sueldo. Les pusieron nafta a los motores de la protesta, si es que no la regaron. De ahí a sostener que el Grupo Clarín, como una CIA de escalas cósmicas, maneja los hilos de Gendarmería, Prefectura o las patotas de la Unión Ferroviaria, media un trecho importante. Si se trata de denunciar conductas golpistas o destituyentes, no alcanza con la retórica, sea la de periodistas simpatizantes del modelo o funcionarios. Lo que debería haber, si la cosa es tan grave, es información que ayude a discutir mejor.

07/10/12 Miradas al Sur