lunes, 8 de octubre de 2012
domingo, 7 de octubre de 2012
EL GENERAL PERON Y EL CHE.
Carta de Juan Domingo Perón
Compañeros: con profundo dolor he recibido la noticia de una irreparable perdida para la causa de los pueblos que luchan por su liberación. Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos hermanados con todos aquellos que en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier bandera, luchan contra la injusticia, la miseria y la explotación.
Nos sentimos hermanados con todos los que con valentía y decisión enfrentan la voracidad insaciable del imperialismo, que con la complicidad de las oligarquías apátridas apuntaladas por militares títeres del pentágono mantienen a los pueblos oprimidos.
Hoy ha caído en esa lucha, como un héroe, la figura joven mas extraordinaria que ha dado la revolución en Latinoamérica: ha muerto el Comandante Ernesto Che Guevara.Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda convicción en la justicia de la causa que abrazo, le dio la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y mártir.
He leído algunos cables que pretenden presentarlo como enemigo del Peronismo. Nada más absurdo. Suponiendo fuera cierto que en 1951 haya estado ligado a un intento golpista, ¿que edad tenía entonces? Yo mismo, siendo un joven oficial, participé del golpe que derrocó al gobierno popular de Hipólito Irigoyen. Yo también en ese momento fui utilizado por la oligarquía.
Lo importante es darse cuenta de esos errores y enmendarlos. ¡Vaya si el Che los enmendó! En 1954, cuando en Guatemala lucha en defensa del gobierno de Jacobo Arbenz ante la prepotente intervención armada de los yanquis, yo personalmente di instrucciones a al chancillería para que le solucionaran la difícil situación que se le planteaba a ese valiente joven argentino; y fue así como salió hacia México.
Su vida, su epopeya, es el ejemplo más puro en que se deben mirar nuestros jóvenes, los jóvenes de toda América Latina.
No faltaran quienes pretendan empalidecer su figura. El imperialismo temeroso del enorme prestigio que ya había ganado en las masas populares; otros, los que no viven las realidades de nuestros pueblos sojuzgados. Ya me han llegado noticias de que el Partido Comunista Argentino, solapadamente, esta en campaña de desprestigio. No nos debe sorprender ya que siempre se ha caracterizado por marchar a contramano del proceso histórico nacional. Siempre ha estado en contra de los movimientos nacionales y populares. De eso podemos dar fe los peronistas.
La hora de los pueblos ha llegado y las revoluciones nacionales en Latinoamérica son un hecho irreversible. El actual equilibrio será roto porque es infantil pensar que se pueden superar sin revolución las resistencias de las oligarquía y de lo monopolios inversionistas del imperialismo.
Las revoluciones socialistas se tiene que realizar; que cada uno haga la suya, no importa el sello que ella tenga. Por eso y para eso, deben conectarse entre si todos los movimientos nacionales, en la misma forma en que son solidarios entre si los usufructuarios del privilegio.
La mayoría de los gobiernos de América latina no van a resolverlos problemas nacionales sencillamente porque no responden a los intereses nacionales. Ante esto, no creo que las expresiones revolucionarias verbales basten. Es necesario entrar a la acción revolucionaria, con base organizativa, con un programa estratégico y tácticas que hagan viable la concreción de la revolución. Y esta tarea, la deben llevar adelante quienes se sientan capaces. La lucha será dura, pero el triunfo definitivo será de los pueblos. Ellos tendrán la fuerza material circunstancialmente superior a la nuestra; pero nosotros contamos con la extraordinaria fuerza moral que nos da la convicción en la justicia de la causa que abrazamos y la razón histórica que nos asiste.
El Peronismo, consecuente con su tradición y con su lucha, como Movimiento Nacional, Popular y Revolucionario, rinde su homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al Comandante Ernesto Che Guevara, guerrillero argentino muerto en acción empuñando las armas en pos del triunfo de las revoluciones nacionales en Latinoamérica.
Juan Domingo Perón 24 OCTUBRE 1967.
http://www.causapopular.com.ar/article1885.html
Compañeros: con profundo dolor he recibido la noticia de una irreparable perdida para la causa de los pueblos que luchan por su liberación. Quienes hemos abrazado este ideal, nos sentimos hermanados con todos aquellos que en cualquier lugar del mundo y bajo cualquier bandera, luchan contra la injusticia, la miseria y la explotación.
Nos sentimos hermanados con todos los que con valentía y decisión enfrentan la voracidad insaciable del imperialismo, que con la complicidad de las oligarquías apátridas apuntaladas por militares títeres del pentágono mantienen a los pueblos oprimidos.
Hoy ha caído en esa lucha, como un héroe, la figura joven mas extraordinaria que ha dado la revolución en Latinoamérica: ha muerto el Comandante Ernesto Che Guevara.Su muerte me desgarra el alma porque era uno de los nuestros, quizás el mejor: un ejemplo de conducta, desprendimiento, espíritu de sacrificio, renunciamiento. La profunda convicción en la justicia de la causa que abrazo, le dio la fuerza, el valor, el coraje que hoy lo eleva a la categoría de héroe y mártir.
He leído algunos cables que pretenden presentarlo como enemigo del Peronismo. Nada más absurdo. Suponiendo fuera cierto que en 1951 haya estado ligado a un intento golpista, ¿que edad tenía entonces? Yo mismo, siendo un joven oficial, participé del golpe que derrocó al gobierno popular de Hipólito Irigoyen. Yo también en ese momento fui utilizado por la oligarquía.
Lo importante es darse cuenta de esos errores y enmendarlos. ¡Vaya si el Che los enmendó! En 1954, cuando en Guatemala lucha en defensa del gobierno de Jacobo Arbenz ante la prepotente intervención armada de los yanquis, yo personalmente di instrucciones a al chancillería para que le solucionaran la difícil situación que se le planteaba a ese valiente joven argentino; y fue así como salió hacia México.
Su vida, su epopeya, es el ejemplo más puro en que se deben mirar nuestros jóvenes, los jóvenes de toda América Latina.
No faltaran quienes pretendan empalidecer su figura. El imperialismo temeroso del enorme prestigio que ya había ganado en las masas populares; otros, los que no viven las realidades de nuestros pueblos sojuzgados. Ya me han llegado noticias de que el Partido Comunista Argentino, solapadamente, esta en campaña de desprestigio. No nos debe sorprender ya que siempre se ha caracterizado por marchar a contramano del proceso histórico nacional. Siempre ha estado en contra de los movimientos nacionales y populares. De eso podemos dar fe los peronistas.
La hora de los pueblos ha llegado y las revoluciones nacionales en Latinoamérica son un hecho irreversible. El actual equilibrio será roto porque es infantil pensar que se pueden superar sin revolución las resistencias de las oligarquía y de lo monopolios inversionistas del imperialismo.
Las revoluciones socialistas se tiene que realizar; que cada uno haga la suya, no importa el sello que ella tenga. Por eso y para eso, deben conectarse entre si todos los movimientos nacionales, en la misma forma en que son solidarios entre si los usufructuarios del privilegio.
La mayoría de los gobiernos de América latina no van a resolverlos problemas nacionales sencillamente porque no responden a los intereses nacionales. Ante esto, no creo que las expresiones revolucionarias verbales basten. Es necesario entrar a la acción revolucionaria, con base organizativa, con un programa estratégico y tácticas que hagan viable la concreción de la revolución. Y esta tarea, la deben llevar adelante quienes se sientan capaces. La lucha será dura, pero el triunfo definitivo será de los pueblos. Ellos tendrán la fuerza material circunstancialmente superior a la nuestra; pero nosotros contamos con la extraordinaria fuerza moral que nos da la convicción en la justicia de la causa que abrazamos y la razón histórica que nos asiste.
El Peronismo, consecuente con su tradición y con su lucha, como Movimiento Nacional, Popular y Revolucionario, rinde su homenaje emocionado al idealista, al revolucionario, al Comandante Ernesto Che Guevara, guerrillero argentino muerto en acción empuñando las armas en pos del triunfo de las revoluciones nacionales en Latinoamérica.
Juan Domingo Perón 24 OCTUBRE 1967.
http://www.causapopular.com.ar/article1885.html
8 de octubre muerte de LAVALLE.
Rosas y Lavalle
Un día del mes de agosto de 1829 tuvo lugar una célebre entrevista entre los generales don Juan Manuel de Rosas y don Juan Lavalle. La noche estaba oscura. El General Lavalle llamó a su ayudante, Capitán Estrada, y le ordenó que eligiera dos soldados de su mayor confianza. Montaron a caballo los cuatro hombres y se dirigieron en dirección al campamento del General Rosas. A las dos leguas el enemigo les dio el alto, y un grupo de soldados de Rosas los rodeó.
- Soy el General Lavalle. Digan ustedes al oficial que los manda que se aproxime sin temor, pues estoy solo.
El Capitán Estrada y los dos soldados habían quedado atrás.
- Ordene usted - dijo Lavalle al jefe de la fuerza enemiga - que un hombre vaya a avisarle a su jefe que aquí está el General Lavalle, y que necesita un baqueano que lo acompañe al campamento del General Rosas.
El oficial obedeció como si se tratara del propio Rosas. Al rato apareció el jefe de la fuerza; echó pie a tierra y, con el sombrero en la mano, saludó al General Lavalle, quien también había desmontado. Una hora y media después llegaban al campamento. En el silencio de la oscura noche de invierno, los gauchos de Rosas dormían tranquilamente. Un oficial superior le salió al encuentro.
- Diga usted al General Rosas que el General Lavalle desea verlo al instante.
El oficial se conmovió de pies a cabeza, pero cuadrado y respetuoso pudo responder que el general no se encontraba en ese momento allí. Lavalle pidió unos mates, y en silencio, sentado en un banquito bajo el alero de la casa, mientras era observado por los soldados de Rosas, los tomó. Al rato dijo al oficial que lo recibiera:
- Indíqueme usted el alojamiento del general.
Y al llegar a la pieza de Rosas, agregó:
- Bien, puede usted retirarse; estoy bastante fatigado y tengo el sueño ligero.
Sin quitarse las espuelas ni las botas, se arrojó sobre el lecho, conciliando a poco un sueño profundo.
Cuando Rosas estuvo de regreso, el oficial de servicio en el vivac le dio cuenta que Lavalle estaba solo y durmiendo en su propio lecho, y aquél, a pesar de que sabía dominar sus impresiones, no pudo reprimir algo así como la tentativa de un sobresalto. Rosas se dirigió lentamente a su alojamiento y al entrar ordenó que dos jefes de su mayor confianza quedasen encargados de que no hubiera - ruido alguno mientras durmiese Lavalle, y de que cuando lo sintieran levantado le avisaran sin demora. Cuando recibió el mensaje, Rosas le envió un mate y el aviso de que iba a verle y a tener el gran placer de abrazarle.
Cuando los dos generales se encontraron se abrazaron enternecidos.
(Josué Igarzabal, “Reflejos del pasado”)
El ejercito “Libertador”
Ningún tratado con la Confederación daba a Francia el trato de “nación más favorecida” que tenía Inglaterra por tratado correspondiente. Rosas se negaba a dárselo sin una concesión de su parte.
Ofendida en su “orgullo”, “La France” buscó excusas por el trato a súbditos franceses en Bs.As., por cuestiones policiales, para agredir a la Confederación y presionarla para que diera el trato de “nación más favorecida”.
"La iniciación de la lucha tuvo, pues, por base, la seguridad netamente positiva de que bastaría una simple amenaza de Franca para dominar al general Rosas. La amenaza ya había sido hecha y Rosas ni se dignó tomarla en cuenta. Se decidió, entonces, al ver que las palabras no surtían efecto, que M. Roger abandonase Buenos Aires. El cónsul de Francia cerró su cancillería y Rosas vio sin inquietarse desaparecer nuestra bandera de su vista. La ofensiva continuó: hay que declarar leal interdicto a la costa Argentina - se dijo - bloquear Buenos Aires, y veremos desecho el orgullo del dictador. El contralmirante Leblanc pronunció la fórmula sacramental del bloqueo, pero el general Rosas permaneció impasible: había visto cerrar sus puertos, tomar su isla Martín García y formarse y crecer, ante nuestro llamado, una coalición de todos sus enemigos, sin inmutarse siquiera." (Theogene Page: “Guerra colonialista franco-argentina 1838-1840”.p.72. Informe al gobierno francés. T. Page, edecán del vicealmirante barón de Mackau)
“El Cónsul Martigny hacia recaer sobre Rosas todas las funestas consecuencias de esta lucha en la que Francia defendía la causa de al humanidad y de la civilización frente a un gobierno que se negaba a someterse, no solo al derecho de gentes, sino a las leyes eternas de la justicia de la humanidad” (ibidem.p.70)
Por su parte los argentinos emigrados a Montevideo, enemigos de Rosas, veían esta situación propicia para librarse “del tirano”, y que mejor que Juan Lavalle, el héroe de la independencia para comandar un ejercito “Libertador” invasor. Lavalle estaba instalado en su estancia El Vichadero y no entendía a esos jóvenes que despreciaban a esa “esa horda de esclavos amedrentados por el tirano, que se opone a los paladines de la humanidad” y escriban en la presa
“Por otra parte, es fácil comprender el alistamiento de los proscriptos argentinos en esa coalición fundada bajo los auspicios de Francia. Esos desdichados sin patria se precipitaban a las órdenes de quien les ofreciera una sombra, una esperanza de éxito. El general Rivera los vio reunirse en gran número bajo sus banderas; don Juan Lavalle era todavía su Jefe. Pero no tardaron en reconocer que los había embaucado una esperanza vana. Engañados en sus más ardientes deseos, se retiraron maldiciendo al autor de sus profundas decepciones. Indignado con Rivera, a quien siempre consideró falaz, el general Lavalle se retiró de Colonia para devorar allí su amargura, jurando no dejarse atraer nunca más por promesas caso siempre engañosas. Así se desvaneció como un sueño toda esperanza de aquella coalición de la que solo quedó un recuerdo penoso” (ibidem.p.66)
“¿Estará el deshonor, entonces, en ligarse al extranjero para batir al hermano? - preguntaba Alberdi el 29 de noviembre de 1838 – Sofisma miserable. Todo extranjero es hombre y todo hombre es nuestro hermano. La doctrina contraria es impía y bárbara. No es nuestro hermano un hombre porque ha nacido en la misma tierra que nosotros. Nosotros no somos hijos de la tierra sino de la humanidad. De lo contrario las bestias que han nacido en nuestro suelo serían nuestras hermanas” (Alberdi, Escritos póstumos)
“Para el provinciano la patria es su provincia. Para el nacional no hay hermanos ni semejantes fuera de sus fronteras. Y para los espíritus vastos y serios, que saben no estacionarse en el círculo estrecho de la nación, para los Rousseau, los Saint-Pierre, los Lerminier, los Bentham, los Saint-Simon, los Leroux, los Lamennais, la patria es la humanidad, el pueblo es el género humano” (Alberdi, Escritos póstumos)
Allá fueron a buscarlo para convencerlo por distintos medios. La “Comisión Argentina” le mando 3.500 pesos, que Lavalle devolvió ofendido.
Lavalle le escribe a Chilavert extrañado por “un larguísimo artículo de sofismas y de una charlatanería oscura, llamando pobres y estúpidos a los que no piensen del mismo modo. Estos hombres conducidos por un interés propio mal entendido, quieren trastornar las leyes eternas del patriotismo, el honor y el buen sentido; pero confío – termina - en que toda la emigración preferirá que la revista la llame estúpida a que su patria la maldiga mañana con el dicho de vil traidora” y agrega “porque Vd. tiene un pecho argentino, y sentirá lo que yo siento”, y llegado “el caso de llevar la guerra a nuestra patria los pabellones francés y oriental, entonces haremos nuestro deber”.
A francisco Pico, que lo visitara en El Vichadero, Lavalle de dice:
“A Rosas no puede vencérselo sino por la fuerza de la República Argentina, reuniendo el espíritu de resistencia por una doctrina puramente nacional bajo la bandera nacional y por jefes argentinos que obren sin complicaciones extranjeras. Sólo así podrá nuestro partido conquistar la opinión nacional; solo con ella podrá conservar el triunfo ¡Dios nos libre de suscitar contra nosotros el espíritu nacional! Desde entonces no sería nuestro enemigo Rosas sino la nación entera”.
Insistían los unitarios (Carril, Varela, Alberdi, Alsina, etc) y le escribían y visitaban tratando de convencerlo de que Francia tendría “respeto a la nacionalidad” y que para eso era necesario la comandancia del general Lavalle. La Comisión le escribe “en nombre de la patria” para pedirle que “se consagrase a su redención y libertad”. El mismo Alberdi le escribe:
“Mi glorioso general: Aunque no tengo el gusto de conocerle personalmente, conozco sin embargo una parte de la historia de mi patria u conservo en mi memoria las páginas que hablan de San Lorenzo (en la que no participó Lavalle, que era cadete) Maipú, Junín Ituzaingo, etc. Soy uno de los muchos jóvenes que hemos aprendido a venerar el nombre de Lavalle…una de las glorias americanas más puras y más bella. Decidida como está la juventud por vocación, por simpatía, por deber y por religión por decirlo así, a abrazar de nuevo la adormecida causa de la revolución americana, ella se ha acordado de los héroes de esta causa, y por tanto de usted...Seré lacónico porque usted ama el laconismo: se trata que usted acepte la gloria que le espera y una gran misión que le llama...en esta segunda faz de la revolución de Mayo. Los laureles de Moreno y de Castelli buscan unirse en la sienes de usted a los laureles de Maipú y de Junín…La obra inmortal de usted sufre hoy las infames hostilidades de un bárbaro…He aquí la necesidad de una cosa importante: que usted se venga a Montevideo con toda la celeridad posible, porque el momento es bello y no hay que malograrlo. No tiene que ver el objeto con que es llamado, el de las distintas insinuaciones y solicitudes que le han sido dirigidas…Estoy persuadido de que sus oídos nunca fueron tardos cuando sonó la voz del interés y del honor de la Republica Argentina…” (menos mal que le dijo que sería lacónico, si nó le recita la biblia competa. Hasta de lindo lo trató).
Tantos elogios y alabanzas levantaron tanto el concepto de si mismo en Lavalle, que finalmente acepta bajo (ciertas condiciones formales) comandar el ejercito invasor integrado por franceses y hombres al mando del “Pardejón” Rivera. Este, como siempre, le “haría de las suyas” intentando birlarle la gloria de la supuesta futura derrota sobre Rosas. “Exijo un millón de francos para los gastos de guerra...” (Lavalle al almirante Le Blanc. 28 de dic.1839)
Lavalle no encuentra en la población del territorio nacional ningun apoyo. Muy por el contrario le hacen un vacío que lo llenan de impotencia y desesperación.
“Se engañarán los bárbaros si en su desesperación imploran clemencia. Es Preciso de degollarlos a todos...!Muerte, muerte sin piedad!” (proclama del Gral. Lavalle al pisar Corrientes). “Derramad a torrentes la inhumana sangre para que esta raza maldita de Dios y de los hombres no tenga sucesión” . (Proclama del Gral. Lavalle el 20 de noviembre durante la campaña de Corrientes.)
Como su propia mujer le reprochara la ferocidad del documento, Lavalle se disculpa ante ella diciendo que como el “estaba muy ocupado, la proclama la escribió Frías”. Luego, en carta a Ferré, Lavalle le dice “...he tomado en las inmediaciones del Sauce un oficial y cuatro soldados del enemigo que cruzaban el campo. Mandé aquí uno o dos que eran correntinos y degollé al oficial con los otros”.
Pedro Ferré consigan en sus “Memorias” que Lavalle formo su Legión Libertadores con enganchados a 27 patacones por cabeza con fondos recibidos de Francia, el enemigo exterior que bloqueaba los puertos de la Patria. No obstante ello al arribar a Curuzú Cuatiá, su infantería se había reducido a 33 hombres. Descorazonado Lavalle, escribía a sus familiares: “Estoy absolutamente solo contra Rosas, sin más aliados que los barcos franceses…” (Carta de Lavalle a sus familiares, 1° de febrero de 1840)
En la provincia de Buenos Airs el vacío de la gente de la campaña es mayor aún, que llegan a hostigarlo. Desde Giles le escribe a desengañado a su mujer:
“Esta carta te va a hacer derramar lágrimas. No he encontrado sino hordas de esclavos, tan envilecidos como cobardes y muy contentos con sus cadenas. Es preciso que sepas que la situación de este ejército es muy crítica. En medio de territorios sublevados e indiferentes, sin base, sin punto de apoyo, la moral empieza a resentirse, y es el enemigo que más tengo que combatir. Es preciso que tengas un gran disimulo, principalmente con los franceses, pues todavía tengo esperanzas.”
“Tú no concibes muchas esperanzas porque el hecho es que los triunfos de este ejército no hacen conquistas sino entre la gente que habla: la que no habla y pelea nos es contraria, y nos hostiliza como puede. Este es el secreto origen de tantas y tantas engañosas ilusiones sobre el poder de Rosas, que nadie conoce hoy como yo.”
La odisea del “ejercito libertador” de Lavalle no deja ligar a dudas el sentimiento de la gente de la campaña. El pueblo le hizo un vacío absoluto en cuanto lugar llegara u ocupara. Las campañas del litoral se le mostraron hostiles sin disimulo; la deserción alcanzó cifras insólitas. Impresionado Lavalle por el comportamiento hostil, extendió la siguiente orden a su edecán: “Haga Ud. prender a todos los canallas pertenecientes al primer Ejército Libertador, sean o no ciudadanos, que han fugado cobardemente, y para justificar su vileza han ido esparciendo noticias aterradores. Esta especie de canalla que me ha sido funesta muchas veces en todo el curso de la guerra. Trátelos como bandidos”. (Orden del general Lavalle a su edecán Elío, coronel Elío, después de la batalla de Quebracho Herrado. 28 de noviembre de 1840.( Juan ERlía. Memoria Histórica.) (AGM.PLA.p 225)
El pueblo sabía muy bien lo que elegía, y era llamado por los liberales, “pueblo” cuando se sometían, y “plebe” cuando les eran contrarios. Alberdi en 1837 les salía al paso en el Salón Literario de la Asociación de Mayo: “…por el pueblo no entendemos aquí – había dicho – la clase pensadora, la clase propietaria únicamente, sino también la universalidad, la mayoría, la multitud, la plebe…” y agregaba “porque la plebe es humanidad, como ella es la Nación; todo el porvenir es de la plebe” (Alberdi, J.B. Fragmento preliminar al estudio de Derecho. Lectura en el Salón Literario. 1837)
“En tiempo de la campaña de Entre Ríos – escribe Paz en sus memorias – y juzgo que lo mismo fue después, no se pasaba lista, no se hacía ejercicio periódicamente, no se daban revistas. Los soldados no necesitaban licencia para ausentarse por ocho o quince días, y lo peor es que estas ausencias no eran inocentes, sino que las hacían para ir a merodear y devastar el país”. (Paz, José Maria, Memorias póstumas del Brigadier Gral.)
Lavalle espera frente a Buenos Aires varios días un levantamiento popular, que nunca se produjo, y la llegada del refuerzo de 3.000 infantes franceses. Llegaría en cambio Mackau, con instrucciones de Thiers para hacer la paz, sin importarle Lavalle ni “los auxiliares que hemos encontrado en las riberas del Plata, que no han querido o no han podido cumplir sus promesas; para cuyo éxito han pedido y recibido de nosotros socorros, sin retribuirnos, ni aun en leve proporción, los servicios recibidos”.
Lavalle inicia la retirada. Los franceses le ofrecen retirarlo a Francia con grado de mariscal, que Lavalle rehúsa por que no se lo permite “el honor” y los mismos que le cantaron loas desde Montevideo, se lo reprochan ahora por boca de Varela:
"No hay una persona, una sola, General, incluso sus hermanos de usted y aun su sensatísima señora, que no haya condenado ese funestísimo movimiento. No comprendo, General, cómo se justificará usted ahora ni nunca. Ese ha sido, General, el defecto capital de usted: no pedir consejo ni oírlo de nadie, decidir por sí solo. Y por desgracia no decide usted lo mejor”.
Lavalle reflexiona tal vez sobre la defraudación de los doctores, en contraste con los paisanos que defendia “la patria”, y entra en una profunda depresión y abandono.
Esteban Echeverría seguirá cantando:
“Todo estaba en su mano y lo ha perdido.
Lavalle es una espada sin cabeza.
Sobre nosotros entre tanto pesa
su prestigio fatal, y obrando inerte
Nos lleva a la derrota y a la muerte”
Lavalle, el precursor de las derrotas.
Oh, Lavalle! Lavalle, muy chico era
para echar sobre sí cosas tan grandes.
Mucho más grande que Lavalle era Echeverría,...pero con la pluma, claro,... sin exponer el pellejo.
Derrotado Lavalle en Quebracho herrado, será muerto en Jujuy por un tiro de pistola. Algunos dicen que se suicidó. Otros lo atribuyen a su amante, que de esta forma vengó la muerte de su hermano y de su padre, fusilados por Lavalle
Rosas, da amnistía a los proscriptos “si en el término de un mes abandonasen su actitud hostil y siempre que su presencia no sea incompatible con el orden y la seguridad pública”.
Bibliografía principal:
- Rosa, José Maria. "Historia Argentina" t.IV
- Rosa, José María. "El Cóndor Ciego".
- García Mellid, Atilio. Proceso al liberalismo Argentino
Fuente lagazetafederal.com.ar
Un día del mes de agosto de 1829 tuvo lugar una célebre entrevista entre los generales don Juan Manuel de Rosas y don Juan Lavalle. La noche estaba oscura. El General Lavalle llamó a su ayudante, Capitán Estrada, y le ordenó que eligiera dos soldados de su mayor confianza. Montaron a caballo los cuatro hombres y se dirigieron en dirección al campamento del General Rosas. A las dos leguas el enemigo les dio el alto, y un grupo de soldados de Rosas los rodeó.
- Soy el General Lavalle. Digan ustedes al oficial que los manda que se aproxime sin temor, pues estoy solo.
El Capitán Estrada y los dos soldados habían quedado atrás.
- Ordene usted - dijo Lavalle al jefe de la fuerza enemiga - que un hombre vaya a avisarle a su jefe que aquí está el General Lavalle, y que necesita un baqueano que lo acompañe al campamento del General Rosas.
El oficial obedeció como si se tratara del propio Rosas. Al rato apareció el jefe de la fuerza; echó pie a tierra y, con el sombrero en la mano, saludó al General Lavalle, quien también había desmontado. Una hora y media después llegaban al campamento. En el silencio de la oscura noche de invierno, los gauchos de Rosas dormían tranquilamente. Un oficial superior le salió al encuentro.
- Diga usted al General Rosas que el General Lavalle desea verlo al instante.
El oficial se conmovió de pies a cabeza, pero cuadrado y respetuoso pudo responder que el general no se encontraba en ese momento allí. Lavalle pidió unos mates, y en silencio, sentado en un banquito bajo el alero de la casa, mientras era observado por los soldados de Rosas, los tomó. Al rato dijo al oficial que lo recibiera:
- Indíqueme usted el alojamiento del general.
Y al llegar a la pieza de Rosas, agregó:
- Bien, puede usted retirarse; estoy bastante fatigado y tengo el sueño ligero.
Sin quitarse las espuelas ni las botas, se arrojó sobre el lecho, conciliando a poco un sueño profundo.
Cuando Rosas estuvo de regreso, el oficial de servicio en el vivac le dio cuenta que Lavalle estaba solo y durmiendo en su propio lecho, y aquél, a pesar de que sabía dominar sus impresiones, no pudo reprimir algo así como la tentativa de un sobresalto. Rosas se dirigió lentamente a su alojamiento y al entrar ordenó que dos jefes de su mayor confianza quedasen encargados de que no hubiera - ruido alguno mientras durmiese Lavalle, y de que cuando lo sintieran levantado le avisaran sin demora. Cuando recibió el mensaje, Rosas le envió un mate y el aviso de que iba a verle y a tener el gran placer de abrazarle.
Cuando los dos generales se encontraron se abrazaron enternecidos.
(Josué Igarzabal, “Reflejos del pasado”)
El ejercito “Libertador”
Ningún tratado con la Confederación daba a Francia el trato de “nación más favorecida” que tenía Inglaterra por tratado correspondiente. Rosas se negaba a dárselo sin una concesión de su parte.
Ofendida en su “orgullo”, “La France” buscó excusas por el trato a súbditos franceses en Bs.As., por cuestiones policiales, para agredir a la Confederación y presionarla para que diera el trato de “nación más favorecida”.
"La iniciación de la lucha tuvo, pues, por base, la seguridad netamente positiva de que bastaría una simple amenaza de Franca para dominar al general Rosas. La amenaza ya había sido hecha y Rosas ni se dignó tomarla en cuenta. Se decidió, entonces, al ver que las palabras no surtían efecto, que M. Roger abandonase Buenos Aires. El cónsul de Francia cerró su cancillería y Rosas vio sin inquietarse desaparecer nuestra bandera de su vista. La ofensiva continuó: hay que declarar leal interdicto a la costa Argentina - se dijo - bloquear Buenos Aires, y veremos desecho el orgullo del dictador. El contralmirante Leblanc pronunció la fórmula sacramental del bloqueo, pero el general Rosas permaneció impasible: había visto cerrar sus puertos, tomar su isla Martín García y formarse y crecer, ante nuestro llamado, una coalición de todos sus enemigos, sin inmutarse siquiera." (Theogene Page: “Guerra colonialista franco-argentina 1838-1840”.p.72. Informe al gobierno francés. T. Page, edecán del vicealmirante barón de Mackau)
“El Cónsul Martigny hacia recaer sobre Rosas todas las funestas consecuencias de esta lucha en la que Francia defendía la causa de al humanidad y de la civilización frente a un gobierno que se negaba a someterse, no solo al derecho de gentes, sino a las leyes eternas de la justicia de la humanidad” (ibidem.p.70)
Por su parte los argentinos emigrados a Montevideo, enemigos de Rosas, veían esta situación propicia para librarse “del tirano”, y que mejor que Juan Lavalle, el héroe de la independencia para comandar un ejercito “Libertador” invasor. Lavalle estaba instalado en su estancia El Vichadero y no entendía a esos jóvenes que despreciaban a esa “esa horda de esclavos amedrentados por el tirano, que se opone a los paladines de la humanidad” y escriban en la presa
“Por otra parte, es fácil comprender el alistamiento de los proscriptos argentinos en esa coalición fundada bajo los auspicios de Francia. Esos desdichados sin patria se precipitaban a las órdenes de quien les ofreciera una sombra, una esperanza de éxito. El general Rivera los vio reunirse en gran número bajo sus banderas; don Juan Lavalle era todavía su Jefe. Pero no tardaron en reconocer que los había embaucado una esperanza vana. Engañados en sus más ardientes deseos, se retiraron maldiciendo al autor de sus profundas decepciones. Indignado con Rivera, a quien siempre consideró falaz, el general Lavalle se retiró de Colonia para devorar allí su amargura, jurando no dejarse atraer nunca más por promesas caso siempre engañosas. Así se desvaneció como un sueño toda esperanza de aquella coalición de la que solo quedó un recuerdo penoso” (ibidem.p.66)
“¿Estará el deshonor, entonces, en ligarse al extranjero para batir al hermano? - preguntaba Alberdi el 29 de noviembre de 1838 – Sofisma miserable. Todo extranjero es hombre y todo hombre es nuestro hermano. La doctrina contraria es impía y bárbara. No es nuestro hermano un hombre porque ha nacido en la misma tierra que nosotros. Nosotros no somos hijos de la tierra sino de la humanidad. De lo contrario las bestias que han nacido en nuestro suelo serían nuestras hermanas” (Alberdi, Escritos póstumos)
“Para el provinciano la patria es su provincia. Para el nacional no hay hermanos ni semejantes fuera de sus fronteras. Y para los espíritus vastos y serios, que saben no estacionarse en el círculo estrecho de la nación, para los Rousseau, los Saint-Pierre, los Lerminier, los Bentham, los Saint-Simon, los Leroux, los Lamennais, la patria es la humanidad, el pueblo es el género humano” (Alberdi, Escritos póstumos)
Allá fueron a buscarlo para convencerlo por distintos medios. La “Comisión Argentina” le mando 3.500 pesos, que Lavalle devolvió ofendido.
Lavalle le escribe a Chilavert extrañado por “un larguísimo artículo de sofismas y de una charlatanería oscura, llamando pobres y estúpidos a los que no piensen del mismo modo. Estos hombres conducidos por un interés propio mal entendido, quieren trastornar las leyes eternas del patriotismo, el honor y el buen sentido; pero confío – termina - en que toda la emigración preferirá que la revista la llame estúpida a que su patria la maldiga mañana con el dicho de vil traidora” y agrega “porque Vd. tiene un pecho argentino, y sentirá lo que yo siento”, y llegado “el caso de llevar la guerra a nuestra patria los pabellones francés y oriental, entonces haremos nuestro deber”.
A francisco Pico, que lo visitara en El Vichadero, Lavalle de dice:
“A Rosas no puede vencérselo sino por la fuerza de la República Argentina, reuniendo el espíritu de resistencia por una doctrina puramente nacional bajo la bandera nacional y por jefes argentinos que obren sin complicaciones extranjeras. Sólo así podrá nuestro partido conquistar la opinión nacional; solo con ella podrá conservar el triunfo ¡Dios nos libre de suscitar contra nosotros el espíritu nacional! Desde entonces no sería nuestro enemigo Rosas sino la nación entera”.
Insistían los unitarios (Carril, Varela, Alberdi, Alsina, etc) y le escribían y visitaban tratando de convencerlo de que Francia tendría “respeto a la nacionalidad” y que para eso era necesario la comandancia del general Lavalle. La Comisión le escribe “en nombre de la patria” para pedirle que “se consagrase a su redención y libertad”. El mismo Alberdi le escribe:
“Mi glorioso general: Aunque no tengo el gusto de conocerle personalmente, conozco sin embargo una parte de la historia de mi patria u conservo en mi memoria las páginas que hablan de San Lorenzo (en la que no participó Lavalle, que era cadete) Maipú, Junín Ituzaingo, etc. Soy uno de los muchos jóvenes que hemos aprendido a venerar el nombre de Lavalle…una de las glorias americanas más puras y más bella. Decidida como está la juventud por vocación, por simpatía, por deber y por religión por decirlo así, a abrazar de nuevo la adormecida causa de la revolución americana, ella se ha acordado de los héroes de esta causa, y por tanto de usted...Seré lacónico porque usted ama el laconismo: se trata que usted acepte la gloria que le espera y una gran misión que le llama...en esta segunda faz de la revolución de Mayo. Los laureles de Moreno y de Castelli buscan unirse en la sienes de usted a los laureles de Maipú y de Junín…La obra inmortal de usted sufre hoy las infames hostilidades de un bárbaro…He aquí la necesidad de una cosa importante: que usted se venga a Montevideo con toda la celeridad posible, porque el momento es bello y no hay que malograrlo. No tiene que ver el objeto con que es llamado, el de las distintas insinuaciones y solicitudes que le han sido dirigidas…Estoy persuadido de que sus oídos nunca fueron tardos cuando sonó la voz del interés y del honor de la Republica Argentina…” (menos mal que le dijo que sería lacónico, si nó le recita la biblia competa. Hasta de lindo lo trató).
Tantos elogios y alabanzas levantaron tanto el concepto de si mismo en Lavalle, que finalmente acepta bajo (ciertas condiciones formales) comandar el ejercito invasor integrado por franceses y hombres al mando del “Pardejón” Rivera. Este, como siempre, le “haría de las suyas” intentando birlarle la gloria de la supuesta futura derrota sobre Rosas. “Exijo un millón de francos para los gastos de guerra...” (Lavalle al almirante Le Blanc. 28 de dic.1839)
Lavalle no encuentra en la población del territorio nacional ningun apoyo. Muy por el contrario le hacen un vacío que lo llenan de impotencia y desesperación.
“Se engañarán los bárbaros si en su desesperación imploran clemencia. Es Preciso de degollarlos a todos...!Muerte, muerte sin piedad!” (proclama del Gral. Lavalle al pisar Corrientes). “Derramad a torrentes la inhumana sangre para que esta raza maldita de Dios y de los hombres no tenga sucesión” . (Proclama del Gral. Lavalle el 20 de noviembre durante la campaña de Corrientes.)
Como su propia mujer le reprochara la ferocidad del documento, Lavalle se disculpa ante ella diciendo que como el “estaba muy ocupado, la proclama la escribió Frías”. Luego, en carta a Ferré, Lavalle le dice “...he tomado en las inmediaciones del Sauce un oficial y cuatro soldados del enemigo que cruzaban el campo. Mandé aquí uno o dos que eran correntinos y degollé al oficial con los otros”.
Pedro Ferré consigan en sus “Memorias” que Lavalle formo su Legión Libertadores con enganchados a 27 patacones por cabeza con fondos recibidos de Francia, el enemigo exterior que bloqueaba los puertos de la Patria. No obstante ello al arribar a Curuzú Cuatiá, su infantería se había reducido a 33 hombres. Descorazonado Lavalle, escribía a sus familiares: “Estoy absolutamente solo contra Rosas, sin más aliados que los barcos franceses…” (Carta de Lavalle a sus familiares, 1° de febrero de 1840)
En la provincia de Buenos Airs el vacío de la gente de la campaña es mayor aún, que llegan a hostigarlo. Desde Giles le escribe a desengañado a su mujer:
“Esta carta te va a hacer derramar lágrimas. No he encontrado sino hordas de esclavos, tan envilecidos como cobardes y muy contentos con sus cadenas. Es preciso que sepas que la situación de este ejército es muy crítica. En medio de territorios sublevados e indiferentes, sin base, sin punto de apoyo, la moral empieza a resentirse, y es el enemigo que más tengo que combatir. Es preciso que tengas un gran disimulo, principalmente con los franceses, pues todavía tengo esperanzas.”
“Tú no concibes muchas esperanzas porque el hecho es que los triunfos de este ejército no hacen conquistas sino entre la gente que habla: la que no habla y pelea nos es contraria, y nos hostiliza como puede. Este es el secreto origen de tantas y tantas engañosas ilusiones sobre el poder de Rosas, que nadie conoce hoy como yo.”
La odisea del “ejercito libertador” de Lavalle no deja ligar a dudas el sentimiento de la gente de la campaña. El pueblo le hizo un vacío absoluto en cuanto lugar llegara u ocupara. Las campañas del litoral se le mostraron hostiles sin disimulo; la deserción alcanzó cifras insólitas. Impresionado Lavalle por el comportamiento hostil, extendió la siguiente orden a su edecán: “Haga Ud. prender a todos los canallas pertenecientes al primer Ejército Libertador, sean o no ciudadanos, que han fugado cobardemente, y para justificar su vileza han ido esparciendo noticias aterradores. Esta especie de canalla que me ha sido funesta muchas veces en todo el curso de la guerra. Trátelos como bandidos”. (Orden del general Lavalle a su edecán Elío, coronel Elío, después de la batalla de Quebracho Herrado. 28 de noviembre de 1840.( Juan ERlía. Memoria Histórica.) (AGM.PLA.p 225)
El pueblo sabía muy bien lo que elegía, y era llamado por los liberales, “pueblo” cuando se sometían, y “plebe” cuando les eran contrarios. Alberdi en 1837 les salía al paso en el Salón Literario de la Asociación de Mayo: “…por el pueblo no entendemos aquí – había dicho – la clase pensadora, la clase propietaria únicamente, sino también la universalidad, la mayoría, la multitud, la plebe…” y agregaba “porque la plebe es humanidad, como ella es la Nación; todo el porvenir es de la plebe” (Alberdi, J.B. Fragmento preliminar al estudio de Derecho. Lectura en el Salón Literario. 1837)
“En tiempo de la campaña de Entre Ríos – escribe Paz en sus memorias – y juzgo que lo mismo fue después, no se pasaba lista, no se hacía ejercicio periódicamente, no se daban revistas. Los soldados no necesitaban licencia para ausentarse por ocho o quince días, y lo peor es que estas ausencias no eran inocentes, sino que las hacían para ir a merodear y devastar el país”. (Paz, José Maria, Memorias póstumas del Brigadier Gral.)
Lavalle espera frente a Buenos Aires varios días un levantamiento popular, que nunca se produjo, y la llegada del refuerzo de 3.000 infantes franceses. Llegaría en cambio Mackau, con instrucciones de Thiers para hacer la paz, sin importarle Lavalle ni “los auxiliares que hemos encontrado en las riberas del Plata, que no han querido o no han podido cumplir sus promesas; para cuyo éxito han pedido y recibido de nosotros socorros, sin retribuirnos, ni aun en leve proporción, los servicios recibidos”.
Lavalle inicia la retirada. Los franceses le ofrecen retirarlo a Francia con grado de mariscal, que Lavalle rehúsa por que no se lo permite “el honor” y los mismos que le cantaron loas desde Montevideo, se lo reprochan ahora por boca de Varela:
"No hay una persona, una sola, General, incluso sus hermanos de usted y aun su sensatísima señora, que no haya condenado ese funestísimo movimiento. No comprendo, General, cómo se justificará usted ahora ni nunca. Ese ha sido, General, el defecto capital de usted: no pedir consejo ni oírlo de nadie, decidir por sí solo. Y por desgracia no decide usted lo mejor”.
Lavalle reflexiona tal vez sobre la defraudación de los doctores, en contraste con los paisanos que defendia “la patria”, y entra en una profunda depresión y abandono.
Esteban Echeverría seguirá cantando:
“Todo estaba en su mano y lo ha perdido.
Lavalle es una espada sin cabeza.
Sobre nosotros entre tanto pesa
su prestigio fatal, y obrando inerte
Nos lleva a la derrota y a la muerte”
Lavalle, el precursor de las derrotas.
Oh, Lavalle! Lavalle, muy chico era
para echar sobre sí cosas tan grandes.
Mucho más grande que Lavalle era Echeverría,...pero con la pluma, claro,... sin exponer el pellejo.
Derrotado Lavalle en Quebracho herrado, será muerto en Jujuy por un tiro de pistola. Algunos dicen que se suicidó. Otros lo atribuyen a su amante, que de esta forma vengó la muerte de su hermano y de su padre, fusilados por Lavalle
Rosas, da amnistía a los proscriptos “si en el término de un mes abandonasen su actitud hostil y siempre que su presencia no sea incompatible con el orden y la seguridad pública”.
Bibliografía principal:
- Rosa, José Maria. "Historia Argentina" t.IV
- Rosa, José María. "El Cóndor Ciego".
- García Mellid, Atilio. Proceso al liberalismo Argentino
Fuente lagazetafederal.com.ar
LA VERDAD HISTORICA.
“Uno de los papeles más importantes que algunas veces hay que representar, es el de tonto”
(Juan Manuel de Rosas)
La verdad siempre triunfa
“Llegará el día en que desapareciendo las sombras sólo queden las verdades, que no dejarán de conocerse por más que quieran ocultarse entre el torrente oscuro de las injusticias”
La honestidad histórica
“Para mayor certeza, he transcripto, tan frecuentemente como he podido, las propias palabras.
De esta manera, el lector, colocado en presencia de los textos, podrá interpretarlos por si mismo y formar su opinión personal; tendrá las mismas piezas que yo para deducir conclusiones, y lo hará, si le parece bien, en distinta manera que yo”. (H.Taine. Paris 1891)
LA HISTORIA
La vocación por los estudios históricos es la primera en presentarse en los pueblos que luchan por su libertad. Prioridad que no es casual, pues las naciones beben en su propia historia los fundamentos de su derrotero. “La historia es una noble instructora – ha escrito Savigny – y sólo a través de ella puede mantenerse vivo el contacto con la vida primitiva del pueblo. La pérdida de esta conexión despojaría al país de la mejor parte de su vida espiritual”.
Este patriotismo de los grandes períodos emancipadores – tal el caso actual de la Argentina – no nace de conciencias aisladas, sino que es el fruto de toda una generación, aunque sus miembros se ignoren, y cuya obra, a su vez, es el efecto de un estado multitudinario de la conciencia misma de la colectividad.
El estudio sistemático y crítico de al historia no es más que uno de los síntomas de este esclarecimiento y unificación de la vida nacional, conciente de sí misma, que aventa en los estratos profundos y anónimos del pueblo. (Hernández Arregui, Juan José - La formación de la conciencia Nacional. p.41. Peña Lillo. Ediciones Continente. Bs.As. 2004)
Una de las formas de ocultamiento de la verdad histórica de que abusan nuestros liberales, es la de escribir historia. Tenemos cientos de textos, de manuales y tratados de historia, todos cortados sobre los mismos moldes académicos, que son escarnio y prevaricación de la Academia. Historias de pueblos ausentes, de falsas oposiciones y de escamoteo de los conflictos profundos; así se adormece la conciencia de los argentinos en la certeza de que carecen de un propio e inconfundible destino universal. Magisterio de rótulos arbitrarios que fía su eficiencia al fenómeno mecánico de la repetición: gobiernos patrios, anarquía, tiranía, organización nacional. Y una gran síntesis: o civilización o barbarie. (García Mellid, Atilio.- “Proceso al liberalismo argentino”. p.10. Ediciones Theoría.1964)
lagazeta.com.ar
Prof GB
GENDARMES Y PREFECTOS
El decreto, el autogobierno, la
hipótesis de complot
Por Eduardo Blaustein
eblaustein@miradasalsur.com
Echar nafta o bajar un cambio. Recuerdos (y contrastes) carapintadas. Acciones golpistas: la realidad, las interpretaciones, sus límites.
Hubo hace años un célebre Boca-Vélez en el que Javier Castrilli expulsó a Diego Maradona. Luego de largos minutos de protestas, invasión de cancha, tensiones y enredos entre los cables de la televisión, Maradona volvió sobre sus pasos para reclamarle explicaciones a Castrilli. Este hizo lo que mejor solía hacer: convertirse en magna estatua.
Todavía resuenan las palabras de Diego, impotente ante tan majestuosa mudez:
–Maestro, ¿pero usted está muerto? ¡No, no está muerto! ¡Hábleme por favor se lo pido!
La imagen se le vino encima a este cronista (y perdón por la comicidad) recordando escenas de las rebeliones carapintadas. Movileros y periodistas enfrentando con ira la soberbia mudez de los insurrectos, plantados con sus fusiles y su jeta embetunada. El recuerdo es oportuno porque en alguna medida contrasta con lo sucedido en el gravísimo conflicto protagonizado por prefectos, gendarmes y otros núcleos de las Fuerzas Armadas y de seguridad. Sólo “en alguna medida”, las protestas tienen algo de esquirla demorada marca 2001, acaso (ojalá) de contagio de la cultura democrática y, si se quiere, su parte de lucha de clases entre subalternos y superioridad. Hay una componente asamblearia. Hay también una mezcla de astucia, aprendizaje e ingenuidad en lo organizacional y en el discurso. Por el lado del aprendizaje y de la astucia: mucha referencia al respeto a la democracia, mucho mostrar a la familia, a la patrona, los pibes, de modo de aparecer (derechos y) humanos. Hubo secuencias entre tiernas y tensas como la del cabo que, empuñando el micrófono, nunca supo qué vocativo utilizar ante su audiencia: “amigos”, “camaradas”, jamás “compañeros”. Hubo quien forcejeó para arrebatarle el micrófono cuando se mostró prudente. Hubo chiflidos y puteadas contra las intervenciones prudentes y sonoros cantos insolentes contra “los jerarcas”, harto llamativos para la cultura vertical de las fuerzas de seguridad.
“Prefecturianos” y gendarmes, en algún momento, se agrandaron mal, muy mal. El peor, pésimo momento, que pudo ser dramático, fue cuando emplazaron a los funcionarios nacionales a presentarse “en dos horas” ante ellos. Dicen que no son golpistas y hay razones para –con esfuerzo y mente serena– querer creerles. Pero como mínimo se pasaron, por varios kilómetros, de la raya. Muchos dicen que los reclamos salariales son legítimos. Sí, lo son. Pero al ingresar en sus instituciones gendarmes y prefectos aceptaron, sin que se los obligara, a acatar duras reglas de juego, que no son dulces ni democráticas, pero que son esenciales en la lógica de esas instituciones. Para decirlo de otro modo o desde otra discusión: acaso no exista momento más inoportuno para debatir la sindicalización de las fuerzas de seguridad que el transcurso del huracán.
Yerros y rectificaciones. En el ahora célebre Decreto 1307 llama la atención, cuando se analizan los cuatro suplementos salariales previstos, que los cargos más altos de las fuerzas se llevan lo que se dice un toco de guita, muy especialmente en comparación con lo que cobran los subalternos. En el texto se dice que tanto una Comisión Técnica Asesora de Política Salarial del Sector Público, como la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Seguridad, intervinieron en la redacción. Es posible que el Gobierno cometiera un error importante ya sea en la redacción del decreto o en haber permitido, según su primera respuesta al conflicto, que la aplicación corriera por cuenta de las cúpulas. Si fue así, el problema fue el que típicamente se enuncia desde el “zaffaronismo”, desde el CELS o desde el discurso del ex juez Carlos Arslanian: dejar que las fuerzas de seguridad se autogobiernen. A la vez, estallado el conflicto, hubo una celeridad típica y virtuosamente kirchnerista en las respuestas. La primera respuesta rápida fue el anuncio hecho por Juan Manuel Abal Medina sobre la suspensión del decreto. La segunda correspondió a Nilda Garré, informando sobre la remoción de las dos cúpulas. A la vez, este segundo anuncio marcó un momento de debilidad oficial: porque Garré y Sergio Berni (mostrarse juntos no fue casual) aparecieron fugazmente, tocaron y se fueron diciendo “la situación quedó normalizada”, cuando el conflicto continuaba notoriamente en los edificios Centinela y Guardacostas y, sobre todo, en las pantallas de televisión.
En el vértigo del miércoles (el día más duro antes de la desaparición de Severo Alfonso) hubo otro momento preocupante, casi de soledad ofical, cuando Hugo Moyano desde un lado y Antonio Caló desde el otro avalaron la protesta (el segundo salió a desdecirse prontamente). La respuesta dada desde una conferencia de prensa de Estela Carlotto y Hugo Yasky, o las voces de los referentes de Unidos y Organizados, sonaban a poco. En feliz contraste, y contabilizándolo como otra rápida y eficaz iniciativa oficial, lo más saludable y hasta gratificante fue la respuesta del arco político pidiendo el respeto de la normalidad institucional. Eso incluye a Mauricio Macri. Si alguno se enoja porque el Jefe de Gobierno aprovechó para mostrarse presidenciable, no entiende que le había quedado la pelota servida.
Los medios, el complot. Con el diario La Nación sucedió algo curioso. Por un lado, sensatamente, bloqueó en algún momento los foros cosa de protegerse de insultos y proclamas golpistas. Por el otro, junto a Clarín, hizo lo imposible por sostener la tensión y extenderla a la Bonaerense o a la Armada. Las cámaras y micrófonos de TN cubrieron como pocos el conflicto, segundo a segundo, expandiendo la sensación de inquietud y avalando reiteradamente el discurso de los uniformados: “Dicen que no son golpistas”. Hay un caso poco atendido: Crónica TV. Cuando TN amainaba su cobertura o se dedicaba a la desaparición de Severo Alfonso, Crónica fue la señal que más micrófono ofreció a los discursos de prefectos y gendarmes. Habrá que interpretar que es la vieja marca de Héctor Ricardo García.
Carapintadas de los ’80; prefectos y gendarmes del 2012. Hubo en los ’80 el Grupo Albatros de Prefectura, que se sumó a la sublevación. Sin embargo, hay que tener cuidado con las comparaciones, al igual que con las coberturas.
Los movileros, en los ’80, salieron con bronca a la hora de interpelar a los carapintadas. TN puede aducir que llevó cámaras y micrófonos, “objetivamente”, sólo para cubrir “un hecho”. Por supuesto, el tono fue de empatía con los uniformados, nada que objetar, ni sugerir que nosotros les pagamos el sueldo. Les pusieron nafta a los motores de la protesta, si es que no la regaron. De ahí a sostener que el Grupo Clarín, como una CIA de escalas cósmicas, maneja los hilos de Gendarmería, Prefectura o las patotas de la Unión Ferroviaria, media un trecho importante. Si se trata de denunciar conductas golpistas o destituyentes, no alcanza con la retórica, sea la de periodistas simpatizantes del modelo o funcionarios. Lo que debería haber, si la cosa es tan grave, es información que ayude a discutir mejor.
07/10/12 Miradas al Sur
Por Eduardo Blaustein
eblaustein@miradasalsur.com
Echar nafta o bajar un cambio. Recuerdos (y contrastes) carapintadas. Acciones golpistas: la realidad, las interpretaciones, sus límites.
Hubo hace años un célebre Boca-Vélez en el que Javier Castrilli expulsó a Diego Maradona. Luego de largos minutos de protestas, invasión de cancha, tensiones y enredos entre los cables de la televisión, Maradona volvió sobre sus pasos para reclamarle explicaciones a Castrilli. Este hizo lo que mejor solía hacer: convertirse en magna estatua.
Todavía resuenan las palabras de Diego, impotente ante tan majestuosa mudez:
–Maestro, ¿pero usted está muerto? ¡No, no está muerto! ¡Hábleme por favor se lo pido!
La imagen se le vino encima a este cronista (y perdón por la comicidad) recordando escenas de las rebeliones carapintadas. Movileros y periodistas enfrentando con ira la soberbia mudez de los insurrectos, plantados con sus fusiles y su jeta embetunada. El recuerdo es oportuno porque en alguna medida contrasta con lo sucedido en el gravísimo conflicto protagonizado por prefectos, gendarmes y otros núcleos de las Fuerzas Armadas y de seguridad. Sólo “en alguna medida”, las protestas tienen algo de esquirla demorada marca 2001, acaso (ojalá) de contagio de la cultura democrática y, si se quiere, su parte de lucha de clases entre subalternos y superioridad. Hay una componente asamblearia. Hay también una mezcla de astucia, aprendizaje e ingenuidad en lo organizacional y en el discurso. Por el lado del aprendizaje y de la astucia: mucha referencia al respeto a la democracia, mucho mostrar a la familia, a la patrona, los pibes, de modo de aparecer (derechos y) humanos. Hubo secuencias entre tiernas y tensas como la del cabo que, empuñando el micrófono, nunca supo qué vocativo utilizar ante su audiencia: “amigos”, “camaradas”, jamás “compañeros”. Hubo quien forcejeó para arrebatarle el micrófono cuando se mostró prudente. Hubo chiflidos y puteadas contra las intervenciones prudentes y sonoros cantos insolentes contra “los jerarcas”, harto llamativos para la cultura vertical de las fuerzas de seguridad.
“Prefecturianos” y gendarmes, en algún momento, se agrandaron mal, muy mal. El peor, pésimo momento, que pudo ser dramático, fue cuando emplazaron a los funcionarios nacionales a presentarse “en dos horas” ante ellos. Dicen que no son golpistas y hay razones para –con esfuerzo y mente serena– querer creerles. Pero como mínimo se pasaron, por varios kilómetros, de la raya. Muchos dicen que los reclamos salariales son legítimos. Sí, lo son. Pero al ingresar en sus instituciones gendarmes y prefectos aceptaron, sin que se los obligara, a acatar duras reglas de juego, que no son dulces ni democráticas, pero que son esenciales en la lógica de esas instituciones. Para decirlo de otro modo o desde otra discusión: acaso no exista momento más inoportuno para debatir la sindicalización de las fuerzas de seguridad que el transcurso del huracán.
Yerros y rectificaciones. En el ahora célebre Decreto 1307 llama la atención, cuando se analizan los cuatro suplementos salariales previstos, que los cargos más altos de las fuerzas se llevan lo que se dice un toco de guita, muy especialmente en comparación con lo que cobran los subalternos. En el texto se dice que tanto una Comisión Técnica Asesora de Política Salarial del Sector Público, como la Subsecretaría de Asuntos Jurídicos del Ministerio de Seguridad, intervinieron en la redacción. Es posible que el Gobierno cometiera un error importante ya sea en la redacción del decreto o en haber permitido, según su primera respuesta al conflicto, que la aplicación corriera por cuenta de las cúpulas. Si fue así, el problema fue el que típicamente se enuncia desde el “zaffaronismo”, desde el CELS o desde el discurso del ex juez Carlos Arslanian: dejar que las fuerzas de seguridad se autogobiernen. A la vez, estallado el conflicto, hubo una celeridad típica y virtuosamente kirchnerista en las respuestas. La primera respuesta rápida fue el anuncio hecho por Juan Manuel Abal Medina sobre la suspensión del decreto. La segunda correspondió a Nilda Garré, informando sobre la remoción de las dos cúpulas. A la vez, este segundo anuncio marcó un momento de debilidad oficial: porque Garré y Sergio Berni (mostrarse juntos no fue casual) aparecieron fugazmente, tocaron y se fueron diciendo “la situación quedó normalizada”, cuando el conflicto continuaba notoriamente en los edificios Centinela y Guardacostas y, sobre todo, en las pantallas de televisión.
En el vértigo del miércoles (el día más duro antes de la desaparición de Severo Alfonso) hubo otro momento preocupante, casi de soledad ofical, cuando Hugo Moyano desde un lado y Antonio Caló desde el otro avalaron la protesta (el segundo salió a desdecirse prontamente). La respuesta dada desde una conferencia de prensa de Estela Carlotto y Hugo Yasky, o las voces de los referentes de Unidos y Organizados, sonaban a poco. En feliz contraste, y contabilizándolo como otra rápida y eficaz iniciativa oficial, lo más saludable y hasta gratificante fue la respuesta del arco político pidiendo el respeto de la normalidad institucional. Eso incluye a Mauricio Macri. Si alguno se enoja porque el Jefe de Gobierno aprovechó para mostrarse presidenciable, no entiende que le había quedado la pelota servida.
Los medios, el complot. Con el diario La Nación sucedió algo curioso. Por un lado, sensatamente, bloqueó en algún momento los foros cosa de protegerse de insultos y proclamas golpistas. Por el otro, junto a Clarín, hizo lo imposible por sostener la tensión y extenderla a la Bonaerense o a la Armada. Las cámaras y micrófonos de TN cubrieron como pocos el conflicto, segundo a segundo, expandiendo la sensación de inquietud y avalando reiteradamente el discurso de los uniformados: “Dicen que no son golpistas”. Hay un caso poco atendido: Crónica TV. Cuando TN amainaba su cobertura o se dedicaba a la desaparición de Severo Alfonso, Crónica fue la señal que más micrófono ofreció a los discursos de prefectos y gendarmes. Habrá que interpretar que es la vieja marca de Héctor Ricardo García.
Carapintadas de los ’80; prefectos y gendarmes del 2012. Hubo en los ’80 el Grupo Albatros de Prefectura, que se sumó a la sublevación. Sin embargo, hay que tener cuidado con las comparaciones, al igual que con las coberturas.
Los movileros, en los ’80, salieron con bronca a la hora de interpelar a los carapintadas. TN puede aducir que llevó cámaras y micrófonos, “objetivamente”, sólo para cubrir “un hecho”. Por supuesto, el tono fue de empatía con los uniformados, nada que objetar, ni sugerir que nosotros les pagamos el sueldo. Les pusieron nafta a los motores de la protesta, si es que no la regaron. De ahí a sostener que el Grupo Clarín, como una CIA de escalas cósmicas, maneja los hilos de Gendarmería, Prefectura o las patotas de la Unión Ferroviaria, media un trecho importante. Si se trata de denunciar conductas golpistas o destituyentes, no alcanza con la retórica, sea la de periodistas simpatizantes del modelo o funcionarios. Lo que debería haber, si la cosa es tan grave, es información que ayude a discutir mejor.
07/10/12 Miradas al Sur
UN POCO MAS DE LOS CHICOS PRO DE HARVARD
Lo que los estudiantes de
Harvard no le preguntaron a Cristina
La promocionada discusión de la presidenta argentina con los alumnos de Harvard ya no está en el interés de los medios. Vale la pena volver sobre ese tema, desde otro ángulo al de Clarín y La Nación.
Poe Emilio Marín
Es notable la velocidad con que discurre la política. Desde la incursión de Cristina Fernández de Kirchner por la Universidad de Harvard, el 27 de septiembre, ha transcurrido poco más de una semana. A raíz de la polémica suscitada y las respuestas, no siempre felices de la invitada, los medios monopólicos hicieron correr ríos de tinta y gastaron horas de radio y TV.
El inefable Jorge Lanata estuvo en Harvard, con "Periodismo para Todos" y, casualidad o no, también -en cuarta fila- tomaba apuntes Beatriz Sarlo.
El interés era denostar a la jefa de Estado, por la batalla planteada entre intereses empresariales monopólicos y algunas políticas gubernamentales que les ponen límites. Verbigracia, la ley de medios.
CFK pareció perder la calma ante la requisitoria de esos alumnos que refritaban los peores clisés de Lanata, Sarlo, Ricardo Kirschbaum, Joaquín Morales Solá, Mariano Grondona, Luis Majul y otros. Esa incomodidad presidencial explica el interés de esos medios por amplificar lo sucedido.
Pero a nueve días, esos sectores ya perdieron el interés por explotar la veta de Harvard. Ya tienen otra que promete más jugo político: el motín de prefectos y gendarmes, presentados como sufridos "proletarios" del siglo XXI, superexplotados por la voraz "burguesía" kirchnerista. Después vendrá otro, siempre con el horizonte del 7 de diciembre, cuando se juegue el gran partido por la vigencia irrestricta de la ley de medios.
Los muchachos de Harvard preguntaron sobre el patrimonio de la mandataria, la inflación, la posibilidad de re-reelección, el llamado cepo cambiario, la relación con el presidente venezolano Hugo Chávez, la inexistencia de conferencias de prensa y otros tópicos de menor cuantía.
Tales interrogantes son tendenciosos y bastante elementales, propios de un colegio secundario en sus primeros años. Alumnos de la universidad estadounidense reputada como de primerísimo nivel internacional y quizás la más cara de ese país, podían tener preguntas de más calado.
Quizás entre los 2.800 alumnos que se anotaron para el evento había muchos que habían cavilado sobre temas de interés curricular o más general. Y puede que el cronista sea injusto al citar sólo a quienes preguntaron pues podría haber allí otros estudiantes norteamericanos y de otros países con simpatías por las teorías neokeynesianas de Joseph Stigliz y Paul Krugman. Si los había, en los hechos fueron pasados "por arriba" por otros que tenían tan poca cultura académica como los punteros de Mauricio Macri.
Aprendan de Krugman.
En la misma semana que la mandataria ocupaba tribunas en Nueva York, Washington y Cambridge, sucedían hechos económicos y políticos de importancia a nivel mundial. Hubo paros y manifestaciones callejeras en rechazo a los ajustes preconizados por el FMI en España y Grecia, con represión y numerosos heridos. La oradora lo mencionó críticamente ante la 67º Asamblea General de la ONU. ¿A ningún estudiante de Harvard le importó retomar ese tópico decisivo para la situación mundial, que se supone debería ser parte de su formación profesional?
En ese sentido, a la vez que confrontaban con la visitante, estaban rompiendo amarras con algunos de los planteos de Paul Krugman, Nobel 2008. Tres días después de la conferencia en Cristina, Krugman escribía en El País de Madrid una columna titulada "La locura de la austeridad europea". Allí opinaba: "Un informe del FMI defiende que los recortes del gasto en plena recesión reducen la confianza de los inversores ¿Por qué, entonces, se exige todavía más sufrimiento? Una parte de la explicación se encuentra en el hecho de que en Europa, al igual que en Estados Unidos, hay demasiadas personas muy serias que han sido captadas por la secta de la austeridad, por la creencia de que los déficits presupuestarios, no el paro (desempleo) a gran escala, son el peligro claro y presente, y que la reducción del déficit resolverá de algún modo un problema provocado por los excesos del sector privado".
¿Por qué los alumnos de la cara universidad no sintonizaron la onda del Nobel en su embestida contra el FMI, que con matices es una crítica compartida por la jefa de Estado argentina? Por el tenor de sus preguntas, la figura que cuestionaban era ésta y no el Fondo.
Los alumnos estaban muy preocupados por el Indec y la inflación. Y no es asunto para tomarlo a la ligera; al cronista no le conformó la explicación presidencial de que si el aumento de precios fuera del 25 por ciento "el país estallaría por los aires". Pareció un enfoque negacionista, pero hay que poner la inflación en su verdadera importancia, sin subestimarla ni ubicarla como el mal mayor de la economía argentina y mundial. Y esto último estaba implícito en las preguntas de Harvard.
Los alumnos deberían haber leído a Krugman antes de hacer papelones. Ese autor, en columna publicada por The New York Times el 29 de junio de 2010, ("El mundo, ante la tercera depresión"), sostuvo: "Me temo que ahora nos encontramos en las primeras etapas de una tercera depresión. Probablemente sea más semejante a la Larga Depresión que a la mucho más grave Gran Depresión. Pero el costo para la economía mundial y, sobre todo, para los millones de vidas azotadas por la falta de empleo será enorme. Los gobiernos se obsesionan con la inflación cuando la verdadera amenaza es la deflación, y predican la necesidad de ajustarse el cinturón cuando el verdadero problema es el gasto inadecuado. ¿Y quién pagará el precio de este triunfo de la ortodoxia? La respuesta es: decenas de millones de trabajadores desocupados, mucho de los cuales seguirán sin empleo durante años, y algunos de los cuales nunca más volverán a trabajar".
Esos chicos, como los gobiernos fondomonetaristas, también "se obsesionan con la inflación", cuando las verdaderas amenazas son otras. Entre los desocupados crónicos puede haber incluso alumnos de Harvard, pues muchos profesionales nutren el movimiento de protesta "Ocupa Wall Street".
¿Tampoco creen al otro Nobel?
En la gira de la presidenta hubo gestos suyos y del gerente designado al frente de YPF, Miguel Galuccio, que podrían haber sido cuestionados por el alumnado de Harvard. Por caso, que Cristina hubiera recibido en Nueva York a Geoge Soros, del fondo Quantum, y posteriormente al presidente de la petrolera Exxon, Rex Tillerson. Bien podrían haber preguntado por la razón de esas entrevistas, toda vez que la visitante ha cuestionado muchas veces al capitalismo de casino, especulativo, y Soros es una expresión cruda del mismo. También podrían haber marcado la contradicción entre nacionalizar YPF y recibir a Tillerson para procurar acuerdos.
Pero no hubo reproches sobre esas entrevistas. Y la razón salta a la vista: esos alumnos están de acuerdo en las inversiones y negocios con esas multinacionales. Por eso callaron sobre este asunto. Puede que las autoridades de esa casa de estudios, específicamente de la School of Politics, David P. Elwood, precisamente por esa coincidencia de fondo, hayan extendido la invitación a la mandataria argentina.
Los estudiantes de Harvard, en medio de semejante crisis mundial, tendrían que haber estado más interesados en conocer detalles el caso argentino. Es que en medio de ese marasmo, el país creció al 7 por ciento o más, en paralelo al desplome del Lehman Brothers y la recesión del mundo desarrollado. Su propia currícula demandaba más conocimiento del tema. ¿Cómo creció Argentina en medio de la crisis? Silencio de radio. Hostilidad a la autoridad política de ese modelo relativamente exitoso.
Si les molestaba la medida de ese éxito en palabras de la protagonista, podían haberse tomado la molestia de leer algunos artículos de otro Nobel, 2001, Josep Stigliz. El 28 de agosto de 2011 le declaró a Página/12: "El foco excesivo de los bancos centrales en controlar la inflación es un error, pero también es un error ignorar el fenómeno. La estabilidad financiera, el crecimiento y el empleo también tienen que formar parte de sus objetivos. La baja inflación no asegura el crecimiento sostenido".
Otro ejemplo, el 13 de agosto pasado estuvo en Buenos Aires y sostuvo: "Argentina demostró que no fue fácil pero que es posible responder a la crisis, haciendo posible seguir adelante. Ha tenido un alto crecimiento durante muchos años, lo cual demuestra que el análisis es correcto".
Al día siguiente, en conferencia en Ciencias Económicas, Stiglitz dijo que Argentina "enfrentó dos problemas difíciles: la reestructuración de la deuda y el ajuste del tipo de cambio, y creo que es un logro que lo hayan manejado de la forma en que lo hicieron, fue un éxito total". Traducido, elogió "el ajuste del tipo de cambio", pero la alumnada de Harvard reprochó "el cepo cambiario". Tendrían que escuchar un poco al Nobel, pues se formó en el Amherst College e hizo el postgrado en Economía en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets), el Estado donde está Harvard. El tipo algo sabe de economía capitalista, más que el ex profe Domingo Cavallo.
http://www.laarena.com.ar/opinion-lo_que_los_estudiantes_de_harvard_no_le_preguntaron_a_cristina-82991-111.html
La promocionada discusión de la presidenta argentina con los alumnos de Harvard ya no está en el interés de los medios. Vale la pena volver sobre ese tema, desde otro ángulo al de Clarín y La Nación.
Poe Emilio Marín
Es notable la velocidad con que discurre la política. Desde la incursión de Cristina Fernández de Kirchner por la Universidad de Harvard, el 27 de septiembre, ha transcurrido poco más de una semana. A raíz de la polémica suscitada y las respuestas, no siempre felices de la invitada, los medios monopólicos hicieron correr ríos de tinta y gastaron horas de radio y TV.
El inefable Jorge Lanata estuvo en Harvard, con "Periodismo para Todos" y, casualidad o no, también -en cuarta fila- tomaba apuntes Beatriz Sarlo.
El interés era denostar a la jefa de Estado, por la batalla planteada entre intereses empresariales monopólicos y algunas políticas gubernamentales que les ponen límites. Verbigracia, la ley de medios.
CFK pareció perder la calma ante la requisitoria de esos alumnos que refritaban los peores clisés de Lanata, Sarlo, Ricardo Kirschbaum, Joaquín Morales Solá, Mariano Grondona, Luis Majul y otros. Esa incomodidad presidencial explica el interés de esos medios por amplificar lo sucedido.
Pero a nueve días, esos sectores ya perdieron el interés por explotar la veta de Harvard. Ya tienen otra que promete más jugo político: el motín de prefectos y gendarmes, presentados como sufridos "proletarios" del siglo XXI, superexplotados por la voraz "burguesía" kirchnerista. Después vendrá otro, siempre con el horizonte del 7 de diciembre, cuando se juegue el gran partido por la vigencia irrestricta de la ley de medios.
Los muchachos de Harvard preguntaron sobre el patrimonio de la mandataria, la inflación, la posibilidad de re-reelección, el llamado cepo cambiario, la relación con el presidente venezolano Hugo Chávez, la inexistencia de conferencias de prensa y otros tópicos de menor cuantía.
Tales interrogantes son tendenciosos y bastante elementales, propios de un colegio secundario en sus primeros años. Alumnos de la universidad estadounidense reputada como de primerísimo nivel internacional y quizás la más cara de ese país, podían tener preguntas de más calado.
Quizás entre los 2.800 alumnos que se anotaron para el evento había muchos que habían cavilado sobre temas de interés curricular o más general. Y puede que el cronista sea injusto al citar sólo a quienes preguntaron pues podría haber allí otros estudiantes norteamericanos y de otros países con simpatías por las teorías neokeynesianas de Joseph Stigliz y Paul Krugman. Si los había, en los hechos fueron pasados "por arriba" por otros que tenían tan poca cultura académica como los punteros de Mauricio Macri.
Aprendan de Krugman.
En la misma semana que la mandataria ocupaba tribunas en Nueva York, Washington y Cambridge, sucedían hechos económicos y políticos de importancia a nivel mundial. Hubo paros y manifestaciones callejeras en rechazo a los ajustes preconizados por el FMI en España y Grecia, con represión y numerosos heridos. La oradora lo mencionó críticamente ante la 67º Asamblea General de la ONU. ¿A ningún estudiante de Harvard le importó retomar ese tópico decisivo para la situación mundial, que se supone debería ser parte de su formación profesional?
En ese sentido, a la vez que confrontaban con la visitante, estaban rompiendo amarras con algunos de los planteos de Paul Krugman, Nobel 2008. Tres días después de la conferencia en Cristina, Krugman escribía en El País de Madrid una columna titulada "La locura de la austeridad europea". Allí opinaba: "Un informe del FMI defiende que los recortes del gasto en plena recesión reducen la confianza de los inversores ¿Por qué, entonces, se exige todavía más sufrimiento? Una parte de la explicación se encuentra en el hecho de que en Europa, al igual que en Estados Unidos, hay demasiadas personas muy serias que han sido captadas por la secta de la austeridad, por la creencia de que los déficits presupuestarios, no el paro (desempleo) a gran escala, son el peligro claro y presente, y que la reducción del déficit resolverá de algún modo un problema provocado por los excesos del sector privado".
¿Por qué los alumnos de la cara universidad no sintonizaron la onda del Nobel en su embestida contra el FMI, que con matices es una crítica compartida por la jefa de Estado argentina? Por el tenor de sus preguntas, la figura que cuestionaban era ésta y no el Fondo.
Los alumnos estaban muy preocupados por el Indec y la inflación. Y no es asunto para tomarlo a la ligera; al cronista no le conformó la explicación presidencial de que si el aumento de precios fuera del 25 por ciento "el país estallaría por los aires". Pareció un enfoque negacionista, pero hay que poner la inflación en su verdadera importancia, sin subestimarla ni ubicarla como el mal mayor de la economía argentina y mundial. Y esto último estaba implícito en las preguntas de Harvard.
Los alumnos deberían haber leído a Krugman antes de hacer papelones. Ese autor, en columna publicada por The New York Times el 29 de junio de 2010, ("El mundo, ante la tercera depresión"), sostuvo: "Me temo que ahora nos encontramos en las primeras etapas de una tercera depresión. Probablemente sea más semejante a la Larga Depresión que a la mucho más grave Gran Depresión. Pero el costo para la economía mundial y, sobre todo, para los millones de vidas azotadas por la falta de empleo será enorme. Los gobiernos se obsesionan con la inflación cuando la verdadera amenaza es la deflación, y predican la necesidad de ajustarse el cinturón cuando el verdadero problema es el gasto inadecuado. ¿Y quién pagará el precio de este triunfo de la ortodoxia? La respuesta es: decenas de millones de trabajadores desocupados, mucho de los cuales seguirán sin empleo durante años, y algunos de los cuales nunca más volverán a trabajar".
Esos chicos, como los gobiernos fondomonetaristas, también "se obsesionan con la inflación", cuando las verdaderas amenazas son otras. Entre los desocupados crónicos puede haber incluso alumnos de Harvard, pues muchos profesionales nutren el movimiento de protesta "Ocupa Wall Street".
¿Tampoco creen al otro Nobel?
En la gira de la presidenta hubo gestos suyos y del gerente designado al frente de YPF, Miguel Galuccio, que podrían haber sido cuestionados por el alumnado de Harvard. Por caso, que Cristina hubiera recibido en Nueva York a Geoge Soros, del fondo Quantum, y posteriormente al presidente de la petrolera Exxon, Rex Tillerson. Bien podrían haber preguntado por la razón de esas entrevistas, toda vez que la visitante ha cuestionado muchas veces al capitalismo de casino, especulativo, y Soros es una expresión cruda del mismo. También podrían haber marcado la contradicción entre nacionalizar YPF y recibir a Tillerson para procurar acuerdos.
Pero no hubo reproches sobre esas entrevistas. Y la razón salta a la vista: esos alumnos están de acuerdo en las inversiones y negocios con esas multinacionales. Por eso callaron sobre este asunto. Puede que las autoridades de esa casa de estudios, específicamente de la School of Politics, David P. Elwood, precisamente por esa coincidencia de fondo, hayan extendido la invitación a la mandataria argentina.
Los estudiantes de Harvard, en medio de semejante crisis mundial, tendrían que haber estado más interesados en conocer detalles el caso argentino. Es que en medio de ese marasmo, el país creció al 7 por ciento o más, en paralelo al desplome del Lehman Brothers y la recesión del mundo desarrollado. Su propia currícula demandaba más conocimiento del tema. ¿Cómo creció Argentina en medio de la crisis? Silencio de radio. Hostilidad a la autoridad política de ese modelo relativamente exitoso.
Si les molestaba la medida de ese éxito en palabras de la protagonista, podían haberse tomado la molestia de leer algunos artículos de otro Nobel, 2001, Josep Stigliz. El 28 de agosto de 2011 le declaró a Página/12: "El foco excesivo de los bancos centrales en controlar la inflación es un error, pero también es un error ignorar el fenómeno. La estabilidad financiera, el crecimiento y el empleo también tienen que formar parte de sus objetivos. La baja inflación no asegura el crecimiento sostenido".
Otro ejemplo, el 13 de agosto pasado estuvo en Buenos Aires y sostuvo: "Argentina demostró que no fue fácil pero que es posible responder a la crisis, haciendo posible seguir adelante. Ha tenido un alto crecimiento durante muchos años, lo cual demuestra que el análisis es correcto".
Al día siguiente, en conferencia en Ciencias Económicas, Stiglitz dijo que Argentina "enfrentó dos problemas difíciles: la reestructuración de la deuda y el ajuste del tipo de cambio, y creo que es un logro que lo hayan manejado de la forma en que lo hicieron, fue un éxito total". Traducido, elogió "el ajuste del tipo de cambio", pero la alumnada de Harvard reprochó "el cepo cambiario". Tendrían que escuchar un poco al Nobel, pues se formó en el Amherst College e hizo el postgrado en Economía en el MIT (Instituto Tecnológico de Massachussets), el Estado donde está Harvard. El tipo algo sabe de economía capitalista, más que el ex profe Domingo Cavallo.
http://www.laarena.com.ar/opinion-lo_que_los_estudiantes_de_harvard_no_le_preguntaron_a_cristina-82991-111.html
UN MILITANTE PERONISTA Y REVOLUCIONARIO
Armando Jaime: Homenaje a un militante revolucionario a sus 80 años
Obrero textil y maestro de escuela, Armando supo hacer suyas las influencias anarquistas paternas que no tardaron en convertirlo en un activista gremial ya desde su juventud temprana, durante el primer gobierno de Perón. Sostendrá la identidad peronista con firmeza también en los malos tiempos, con los primeros pasos de la Resistencia.
Desde entonces, participará en su Salta natal en una militancia clandestina que lo llevará alternativamente tanto a la cárcel como a migrar a otras provincias norteñas, buscando el refugio que le permitiera seguir sus actividades. Organizador de Unidades Básicas, miembro del “Comando 17 de Octubre” ligado a los Uturuncos de Félix Serravalle, organizador de la primera guerrilla peronista, Jaime se destacará por no desentonar en ningún puesto de lucha, sea ya armando “caños” como sosteniendo encendidas polémicas en los numerosos debates políticos que atravesaron al peronismo revolucionario.
Miembro fundador del Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) junto a figuras como Mario Vallota y Gustavo Rearte, y luego del Frente Revolucionario Peronista (FRP) acompañado por el infatigable Juan Carlos Arroyo, su pequeña figura se irá agigantando con la multiplicación de tareas, que incluyeron la formación del primigenio Ejército de Liberación del Norte, luego Nacional, brazo armado del FRP, que realizó un frustrado ensayo de guerrilla rural en Tucumán, Salta y Formosa.
De formación atea y de identidad peronista, Armando supo adscribir al marxismo sosteniendo como premisa la lucha por la revolución socialista, tomando distancia del progresismo populista embanderado en el antiimperialismo nacional. Su posición internacionalista lo llevará una vez más a la cárcel bajo el gobierno del radical Arturo Illia, cuando los reyes de Bélgica llegaran al país con la intención de negociar la instalación en el norte argentino de los colonos que habían sido expulsados del Congo. Jaime organizará entonces una “recepción” con carteles y globos con el nombre del revolucionario Patrice Lumumba. La protesta terminará con la quema de una bandera belga y la imputación a Jaime y dos compañeros más que les costará poco más de un año de prisión.
Fue uno de los más importantes dirigentes clasistas de la CGT de Salta que en los 70 se definió por el socialismo, y acompañó los destinos del gobierno popular de Salta de Miguel Ragone, hoy como tantos/as otros/as compañeros/as desaparecido.
La formación del Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS), junto a Agustín Tosco y al PRT de Mario Roberto Santucho, y otros compañeros/as de distintas organizaciones revolucionarias, también lo hallará entre sus principales promotores, animando la independencia de clase de los trabajadores y la unidad de las organizaciones revolucionarias. Propuesto para acompañar a Agustín Tosco en las elecciones presidenciales del 23 de septiembre de 1973 en una fórmula clasista y revolucionaria, que no se concretó, la represión del gobierno de Isabel y la actuación de la Triple A lo condenarán a una nueva clandestinidad que, finalmente, lo llevará al exilio en 1976, recalando en varios países de América Latina y en España.
El exilio será su nuevo puesto de lucha, denunciando en los sindicatos de Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia la situación represiva en nuestro país para ser presentada en la asamblea de la OIT. Su campaña continuará en Brasil, contribuyendo a la formación de “Clamor”, una institución de denuncia contra el Terrorismo de Estado.
La restauración constitucional le permitirá regresar en 1984 para instalarse en Salta, donde continuará la militancia política animando al MOCEP (Movimiento Obrero Campesino Estudiantil y Popular). Nunca cejó en su intento por la unidad de los revolucionarios, de allí es que la resistencia al menemismo lo encontró, junto a otros/as compañeros/as construyendo instancias tales como la COPOFRE (Coordinadora de Organizaciones por el Frente Revolucionario, y la COAR (Coordinadora de Organizaciones Antiimperialistas y Revolucionarias).
En los últimos años, ha participado de numerosas iniciativas buscando la unidad de las organizaciones populares y revolucionarias, y en ese marco participa actualmente, junto al MOCEP, en la construcción del MULCS (Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social), y desde allí en ámbitos tales como el Espacio del 20 de diciembre, y a escala regional en la Articulación Continental de los Movimientos Sociales hacia el ALBA.
En síntesis, el compañero Armando Jaime ha militado, de diversas maneras, durante más de sesenta años por un proyecto antiimperialista, popular y por el socialismo, hoy cuando el 9 de octubre cumple, 80 años queremos rendirle un justo homenaje a esa larga trayectoria de militancia y compromiso.
Primeras firmas:
Jorge Pérez, Juan Carlos Cibelli, Jorge Borean, Osvaldo Rot, Eduardo Pérez, Norberto Señor, Enrique Gandolfo, Natalia Vinelli, Guillermo Caviasca, Roberto Fornari, Modesto Emilio Guerrero, MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), Agrupación Kiki Lezcano, Agrupación Domingo Menna, Casa del Trabajador Agustín Tosco, Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social (MULCS), Coordinadora de Organizaciones de Base La Brecha (COB La Brecha), Barricada TV, Frente Popular Darío Santillán, Centro Cultural Manuel Suárez, Canal 4 TV Comunitaria Darío y Maxi, FM La Mosca 93.5, Revista Lilith, Periódico La Balsa
Adhesiones a homenajearmandojaime@yahoo.com.ar
Obrero textil y maestro de escuela, Armando supo hacer suyas las influencias anarquistas paternas que no tardaron en convertirlo en un activista gremial ya desde su juventud temprana, durante el primer gobierno de Perón. Sostendrá la identidad peronista con firmeza también en los malos tiempos, con los primeros pasos de la Resistencia.
Desde entonces, participará en su Salta natal en una militancia clandestina que lo llevará alternativamente tanto a la cárcel como a migrar a otras provincias norteñas, buscando el refugio que le permitiera seguir sus actividades. Organizador de Unidades Básicas, miembro del “Comando 17 de Octubre” ligado a los Uturuncos de Félix Serravalle, organizador de la primera guerrilla peronista, Jaime se destacará por no desentonar en ningún puesto de lucha, sea ya armando “caños” como sosteniendo encendidas polémicas en los numerosos debates políticos que atravesaron al peronismo revolucionario.
Miembro fundador del Movimiento Revolucionario Peronista (MRP) junto a figuras como Mario Vallota y Gustavo Rearte, y luego del Frente Revolucionario Peronista (FRP) acompañado por el infatigable Juan Carlos Arroyo, su pequeña figura se irá agigantando con la multiplicación de tareas, que incluyeron la formación del primigenio Ejército de Liberación del Norte, luego Nacional, brazo armado del FRP, que realizó un frustrado ensayo de guerrilla rural en Tucumán, Salta y Formosa.
De formación atea y de identidad peronista, Armando supo adscribir al marxismo sosteniendo como premisa la lucha por la revolución socialista, tomando distancia del progresismo populista embanderado en el antiimperialismo nacional. Su posición internacionalista lo llevará una vez más a la cárcel bajo el gobierno del radical Arturo Illia, cuando los reyes de Bélgica llegaran al país con la intención de negociar la instalación en el norte argentino de los colonos que habían sido expulsados del Congo. Jaime organizará entonces una “recepción” con carteles y globos con el nombre del revolucionario Patrice Lumumba. La protesta terminará con la quema de una bandera belga y la imputación a Jaime y dos compañeros más que les costará poco más de un año de prisión.
Fue uno de los más importantes dirigentes clasistas de la CGT de Salta que en los 70 se definió por el socialismo, y acompañó los destinos del gobierno popular de Salta de Miguel Ragone, hoy como tantos/as otros/as compañeros/as desaparecido.
La formación del Frente Antiimperialista por el Socialismo (FAS), junto a Agustín Tosco y al PRT de Mario Roberto Santucho, y otros compañeros/as de distintas organizaciones revolucionarias, también lo hallará entre sus principales promotores, animando la independencia de clase de los trabajadores y la unidad de las organizaciones revolucionarias. Propuesto para acompañar a Agustín Tosco en las elecciones presidenciales del 23 de septiembre de 1973 en una fórmula clasista y revolucionaria, que no se concretó, la represión del gobierno de Isabel y la actuación de la Triple A lo condenarán a una nueva clandestinidad que, finalmente, lo llevará al exilio en 1976, recalando en varios países de América Latina y en España.
El exilio será su nuevo puesto de lucha, denunciando en los sindicatos de Bolivia, Perú, Ecuador y Colombia la situación represiva en nuestro país para ser presentada en la asamblea de la OIT. Su campaña continuará en Brasil, contribuyendo a la formación de “Clamor”, una institución de denuncia contra el Terrorismo de Estado.
La restauración constitucional le permitirá regresar en 1984 para instalarse en Salta, donde continuará la militancia política animando al MOCEP (Movimiento Obrero Campesino Estudiantil y Popular). Nunca cejó en su intento por la unidad de los revolucionarios, de allí es que la resistencia al menemismo lo encontró, junto a otros/as compañeros/as construyendo instancias tales como la COPOFRE (Coordinadora de Organizaciones por el Frente Revolucionario, y la COAR (Coordinadora de Organizaciones Antiimperialistas y Revolucionarias).
En los últimos años, ha participado de numerosas iniciativas buscando la unidad de las organizaciones populares y revolucionarias, y en ese marco participa actualmente, junto al MOCEP, en la construcción del MULCS (Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social), y desde allí en ámbitos tales como el Espacio del 20 de diciembre, y a escala regional en la Articulación Continental de los Movimientos Sociales hacia el ALBA.
En síntesis, el compañero Armando Jaime ha militado, de diversas maneras, durante más de sesenta años por un proyecto antiimperialista, popular y por el socialismo, hoy cuando el 9 de octubre cumple, 80 años queremos rendirle un justo homenaje a esa larga trayectoria de militancia y compromiso.
Primeras firmas:
Jorge Pérez, Juan Carlos Cibelli, Jorge Borean, Osvaldo Rot, Eduardo Pérez, Norberto Señor, Enrique Gandolfo, Natalia Vinelli, Guillermo Caviasca, Roberto Fornari, Modesto Emilio Guerrero, MIR (Movimiento de Izquierda Revolucionaria), Agrupación Kiki Lezcano, Agrupación Domingo Menna, Casa del Trabajador Agustín Tosco, Movimiento por la Unidad Latinoamericana y el Cambio Social (MULCS), Coordinadora de Organizaciones de Base La Brecha (COB La Brecha), Barricada TV, Frente Popular Darío Santillán, Centro Cultural Manuel Suárez, Canal 4 TV Comunitaria Darío y Maxi, FM La Mosca 93.5, Revista Lilith, Periódico La Balsa
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