martes, 24 de julio de 2012

JOYITA DE CLARIN 1

http://www.ieco.clarin.com/economia/Contradicciones-falacias-discurso-Kicillof_0_742725734.html

 

ANALISIS

Contradicciones y falacias en el discurso de Kicillof

Por Ismael Bermudez
El viceministro de Economía, Axel Kicillof defendió la semana pasada los créditos de la ANSeS para viviendas y el auxilio a Daniel Scioli. Lo hizo con un argumento falaz: dijo que a diferencia de las AFJP en que los aportes jubilatorios eran “para una persona”, desde que se transfirieron al Estado pasaron a ser “de todos”. Al decir esto, Kicillof abandonó muchas de las posiciones que había pregonado hasta las vísperas de ser nombrado funcionario.

A comienzos de 2009, en un texto que publicó CENDA, el centro de estudios que dirigía Kicillof, recordaba que no se estaba cumpliendo con la movilidad ordenada por la Corte en el caso Badaro y que las leyes previsionales, ratificadas por la Justicia, marcaban que la jubilación debía ser de entre el 70 y el 82% móvil del salario actualizado de los últimos años. Y sostenía que había que “recuperar” la jubilación como el salario que le corresponde al trabajador después del cese laboral. CENDA no decía entonces que los fondos eran “de todos”, que era “reaccionario” y “privatista” defender la jubilación como un salario. Concluía que, al ignorar el Estado el carácter sustitutivo de las prestaciones previsionales y los fallos de la Corte, el Gobierno incurría en una “práctica característica de la política previsional de los 90 que desnaturaliza el carácter sustitutivo de los haberes previsionales”.
Kicillof embellece a las AFJP cuando dice que los aportes eran “para una persona”. Simplemente dejaron de tener relación con el salario y las jubilaciones pasaron a ser inciertas o una incógnita dependiente de las inversiones financieras, sin ninguna garantía de cobrar ni siquiera un haber mínimo, pero con la garantía para las AFJP de cobrar suculentas comisiones.

Los excedentes de la ANSeS deben servir para pagar las sentencias, alcanzar la meta del 70/82% móvil, y si sobran pueden ser invertidos evitando que se descapitalicen. Y las prestaciones no contributivas o la Asignación por Hijo deberían ser ampliadas, mejoradas y acrecentadas con fondos que provengan de la renta financiera y no a costa de los jubilados

PD Ahora resulta que el Gran diario a través del hermano de Altamira, preclaro dirigente del PO, plantea avanzar sobre la renta financiera.
Bien ahí, por una Patria socialista !! Clarín.
Yo, en serio, estoy totalmente de acuerdo.
El prolema para el Gran diario son sus lectores clasemedieroscapaces de votar a Belcebú con tal que no les toquen un dólar.

jueves, 19 de julio de 2012

Perdón, aquí está la patrulla perdida de la 125.

GB

Que fue de la 125 sus líderes?

...me pregunto qué fue de Alfredo D'angeli, el jefe político-declarador del complejo agromediático que defendió la embestida contra el pago  con aumento de un impuesto .
Y de don Cobos, la estrella política que reemplazaba ya a Cristina?
Y de Julio Blank y Van der Kooy anunciando la renuncia de la presidenta y su posible concreto reemplazo por Cobos?
Y de la presidenta?
Y de las cacerolas triunfantes?
Y...QUÉ SE HAN HECHO, DÓNDE ANDARÁN  TODOS Y TODAS LOS LAS QUE VATICINARON EL FIN DEL KIRCHNERISMO?

A cuatro años cumplidos el 17 de julio del voto no positivo, al gran Pueblo Argentino, SALUD!

GB

DIA DEL AMIGO?

...Don Enrique Febbraro, odóntologo, profesor de historia y ética (todo junto) oriundo de Lomas, tuvo una ocurrencia.
Y para ello formó un equipo que trabajó durante un año sobre esta idea, bajo un concepto innovador: "Mi amigo es mi maestro, mi discípulo y mi condiscípulo. Él me enseña, yo le enseño. Ambos aprendemos y juntos vamos recorriendo el camino de la vida, creciendo. Sólo el que te ama te ayuda a crecer".
Ah perdón, cuál fue la tal ocurrencia?
Homenajear la llegada del hombre, norteamericano, a la Luna.
Y, original como pocos instituyó el 20 de julio del año 1969, día del alunizaje, como el "Día Internacional del Amigo".
Bien por don Febbraro, nada mas imortante que la coquista espacial yankee, a la par del napalm en Vietnam.
Y nada mas importante que este acontecimiento internacional (?), que comparado cn las minucias nacionales de aquél año (dictadura de Onganía, Cordobazo, Noche de los Bastones Largos, represiones estudiantiles, etcs.)
Así que, a festejar se ha dicho el día del amigo en honor al norteamericano lunar.

Sin colonizaje mental alguno, libres y sabedores de la fecha que incorporamos a nuestra agenda, a brindar por otra Luna invadida, ocupada y atesorada por el Imperio.

GB

miércoles, 18 de julio de 2012

VATAYON MILITANTE

LA PACO entrevistó a Diana Pinasco, de la organización "Vatayón Militante", con militancia en diferentes penales. Aclaró que no forman parte de La Cámpora.

http://www.youtube.com/watch?feature=player_detailpage&v=5B36CwN2Chshttps://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEg5UrGhgulPKjRDNuNOSMlRgLtnWgaiErCgb8pEAUf1apCKLqrMDONroWZFwI5EVtZarPrpNsCPnySfpJmZjPtjbsvzQ7RwXLMnHd9xkddHHe4h5q3NeLKu3jbES_KjA3YtyLtL2zKFXsg/s320/VATAYON+MILITANTE+NO+ES+UNA+FUERZA+DE+CHOQUE-+Schoklender+miente+y+los+medios+tambien.jpg


LA PACO URONDO: En primer lugar ¿Qué es "Vatayón Militante"?
Diana Pinasco: Somos una agrupación política peronista kirchnerista. Tenemos desarrollo territorial y también trabajo en los penales, con el Servicio Penitenciario Federal. Soy la coordinadora de ese trabajo.
LA PACO URONDO: Te hacía esa primera pregunta porque hace unas semanas Sergio Shocklender señaló que La Cámpora reclutaba presos para hacer una fuerza de choque. ¿Qué hacen ustedes en los penales?
DP: Estamos desarrollando talleres culturales con los internos, con las personas privadas de su libertad, dentro del proyecto del Servicio Penitenciario Federal. Tenemos talleres de tango, teatro, muralismo. Estamos terminando uno externo de 59 metros. Tenemos también cursos de formación política porque sí, claro, hacemos política en los penales.
LA PACO URONDO: ¿Solamente están en Ezeiza?
DP: No, en Ezeiza, en Devoto, en Marcos Paz, en todos los que pertenecen al Servicio Penitenciario Federal en el área metropolitana, que está desarrollando un gran trabajo, teniendo en cuenta una política de derechos humanos en las cárceles.
LA PACO URONDO: ¿Tuvieron contacto con Shocklender en Ezeiza?
DP: Estaba en el módulo 1 de Ezeiza y nosotros estamos trabajando fuerte ahí. Él estaba ahí. Para nosotros todos los presos son iguales, no hacemos diferencias. La agrupación decidió que sólo no trabaja con responsables de crímenes de lesa humanidad y tampoco con Shocklender. Eso le dolió, no aceptamos que trabaje con nosotros. Pidió una reunión y no aceptamos.
LA PACO URONDO: ¿Por qué?
DP: Está más que claro. Porque para nosotros las Madres son las Madres y no se tocan.
LA PACO URONDO: ¿Cuánto hace que trabajan en penales?
DP: Empezamos en noviembre del año pasado. Tenemos funcionando más de 24 talleres.
LA PACO URONDO: ¿Cuál es la recepción de los internos?
DP: Hay cosas que gustan más, otras menos. La recepción es buenísima, a veces tenemos que desdoblar los talleres porque hay mucha gente. Te digo frases que nos dicen los internos, ellos dicen que se sienten libres. Son actividades que se hacen con sus familiares, en un festival de cumbia participaron alrededor de 2500 personas.
LA PACO URONDO: ¿Cómo recibieron ustedes estas declaraciones de Shocklender?
DP: Los internos ven televisión. Ellos se indignaron, es una mirada muy prejuiciosa sobre los internos. La visión de Shocklender sobre ellos es terrible. A nosotros no nos genera nada, solamente aclaramos que no somos de La Cámpora, somos parte del mismo proyecto nacional, hicimos cosas en común, pero no pertenecemos a esa organización. Nosotros tenemos un referente, que es el compañero Juan Soriano. Somos una agrupación chiquita que está haciendo mucho.

GB

UN POCO DE ACTUALIDAD

LA MALA LECHE

Montoneros o la ballena blanca

Martín Rodríguez
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Un historiador escribe una novela para sacarse la Historia de encima. Pero los personajes de su novela son ahora los que no pueden sacarse la Historia de encima. Los personajes ocupan su lugar en el coro, y conversan en cualquier momento de “lo mismo de siempre”. Siguen discutiendo, se llaman militantes y -por lo menos hace cuarenta años- los que llamamos así son personajes en busca de un autor. A veces lo encuentran, lo pierden. Cuando no hay autor, giran. Federico Lorenz –historiador- escribió su novela (Montoneros o la ballena blanca, Eterna cadencia, 2012) donde les da cuerda a un puñado de militantes para ver hasta dónde pueden llegar una vez que aceptan la “derrota” y el peso de “sus muertos”, y no lo hace como autor de estos personajes sino como el testigo que tan sólo les dio señal de largada.
Lorenz persigue a esta patrulla perdida que se separan de lo que aún en plena dictadura podía ser la organicidad de la guerrilla, pero para representarse aislados lo mismo que hubieran hecho ajustados a su organización: contragolpear para buscar la continuidad de la guerra. En el fondo, porque un militante puede ser, un expatriado de su vida.
Montoneros debe esa explicación al pueblo argentino: cuando los derechos humanos empezaban a alcanzar toda la significación de la época, ellos decidieron la contraofensiva. Cuando las víctimas de la ESMA eran reclamadas por lo universal que tienen, ellos decidían seguir la guerra y afirmarse en la particularidad. ¿Una señal a sus familias? Somos soldados, le dicen a la madre que reclama a su eterno nene en el bosque del terror. La novela anuda una contradicción que nadie puede enunciar: la guerra y la vida. La lucha armada y los derechos humanos. Es el otoño del combatiente devenido en víctima humanitaria, tan sólo un cuerpo reclamado por sus abandonados: las madres, abuelas, hijos, hermanos o tíos que habían quedado al costado de su camino y ahora reclaman el derecho humano. Los que lo vieron salir de sus vidas, de sus domicilios, de la familia legal, para ir a la guerra. Estos montoneros son fábulas compuestas con la devoción de quien conoce las historias reales, que terminan de pasar a pérdida los restos de sus vidas materiales y sentimentales salvadas de la represión. La novela avanza cuando el protagonista se desprende de su mujer y de su hija porque la guerra los quiere livianos, con mochila de mano.
Esta road movie de la derrota apuntala su reverso: que la Historia no vale tanto la pena, que “eso” que pasan a pérdida (familia, esposas, hijos, electrodomésticos, negocios o departamentos) en algún lugar persiste como inventario. Reconstruidos en víctimas por la pérdida de lo que ellos mismos habían decidido abandonar. Hablo del devenir de las patrullas de la vanguardia, de las cuadrillas nocturnas de la ruta. Es la Argentina: en esa Patagonia metafísica de siempre, perpetuamente a quien busque lo esperará un “nazi loco” para continuar cuando la mano invisible de la historia y del mercado te corran al costado. Hay que volver a inventar la guerra para que todo tenga sentido, dicen. Para que la muerte tenga sentido. Y así, la novela trama el túnel subfluvial que une la guerra sucia con la guerra de Malvinas. Porque Malvinas era el deseo de una guerra regular y limpia de todos: de los soldados y de los guerrilleros, de los patriotas de todas las colimbas. Y los montoneros querían la guerra porque, entre muchas otras razones, no querían quedar afuera de la historia.
Lorenz es el historiador más intenso del presente. Primero, porque eligió hace muchos años dos lugares comunes (Malvinas y la guerra de guerrillas) para decir algo más. Segundo, porque no puede parar de pensar. No es un acopiador de datos, matices y complejidades, sino que se mete el rollo de la historia adentro. No vende prestigio académico para tres gatos locos o las novedades del revisionismo del nuevo billiken montonero. Es el que se obsesiona con su objeto, se hunde en él. Su libro histórico fundamental, “Las guerras por Malvinas” –reeditado este año-, documenta todos los balbuceos de consensos públicos sobre la guerra, y busca un sentido que pueda rescatar aquello de dos cosas fundamentales: de la tragedia y de la estupidez. De esas dos cosas de las que hay que salvarse. (Y es una salvación de a uno. No es colectiva.)
Montoneros o la ballena blanca dice que no están locos, pero están solos. Esa es la propuesta sobre la extinción de la experiencia montonera. Una capa más de las mil capas de la historia política argentina. Montoneros o la ballena blanca es el ensayo de un historiador que dice “ahora la historia es mía” porque comprueba que no se la puede sacar de encima. Dejando el sabor agridulce, la fuerza melancólica en la conclusión posible de aquella Nación en armas: un país es algo que a todo el mundo le queda grande, pero a lo que todo el mundo tiene derecho. Como esos dos argentinos (militar y montonero) que ruedan en la nieve de “las islas” tratando de matarse pero cerrando también un círculo ahí. La guerra es entre nosotros, le dicen los montos. O: no nos dejen afuera de la guerra. Cualquiera de las dos cosas. Y a la vez.

PERON-

LA MALA LECHE

Perón

Martín Rodríguez
 
 
Los amantes de la gauchi-política se electrocutarían de placer al oír -de la propia voz de Perón- que vivió en el desierto, que conoció (la metafísica de) la pampa en una lejana estancia en la provincia de Chubut, que fue hijo de una mujer criada por indios y de un juez de paz de quienes adquirió la sabiduría de la naturaleza y una idea de justicia brotada de la bondad de los animales. Ocho radiografías así, bien descriptas sobre Perón y en boca de Perón, pueden mirarse contra la luz. ¿Dónde?

Tal como lo contó preciosamente Diego Sánchez hace algunas semanas se acaba de estrenar en canal Encuentro el programa La Argentina según Perón, basado en el archivo abandonado de una larga entrevista que le hizo al General el periodista Tomás Eloy Martínez en Madrid, precisamente en la Quinta 17 de Octubre del barrio Puerta de Hierro, en el lejano febrero de 1970. Ahí, la voz de Perón dialoga con las inquietudes de quien luego haría de eso la base de su obra periodística y que sabe que ha logrado las condiciones ideales de una conversación íntima. ¿Y qué se escucha en Madrid, en ese 1970? La Argentina según Perón se divide en ocho capítulos de media hora con sugestivos títulos: “Infancia”, “Instrumento del destino”, “La construcción de Evita”, “La economía”, “El arte del conductor”, “Todos somos animales”, “Los anticuerpos” y “La militancia”. Todos abren y cierran bloques “conceptuales” para construir el organismo invertebrado que pueda redondear más o menos una idea de los significados generales del movimiento.

Una primera observación da cuenta de que al programa le faltan más voces de Perón (hay pocos audios) y le sobran algunas voces de especialistas, sobre todo le sobran versiones del peronismo de izquierda, es decir, del sector que hace años se siente en las mejores condiciones para dar la versión de los hechos.

Perón es el Perón de 1970, y percibe clima de revolución pero se mantiene bastante a raya en su astucia siempre más atenta al hombre que está solo y espera, al argentino laburante promedio, al deseante de progreso y confort, que a las aventuras revolucionarias.

Si uno hace un censo más o menos rápido distingue entre peronistas y no peronistas un reconocimiento: el hecho de que Perón era un gran político, el más maquiavélico de todos, un conductor de las fuerzas bajas donde se conjugan las ambiciones y la codicia, adentro de un movimiento que produjo la altura que produjo. Esa imagen de un Perón sobre todo hábil es por lo menos contradictoria con la nebulosa de algo más ideológico o puro. Es “el mejor político” en los términos más clásicos y burgueses y, a la vez, el creador de las mayores tensiones sociales del siglo 20 con su sentido de justicia. Puede sonar paradójico: las virtudes de un político que conoce como nadie el “juego sucio” y que simultáneamente, en su uso, “desencadena” fuerzas oceánicas. Pero habla de ellas, de sí mismo, de sus “artes”, con la distancia y el ojo de un científico que coloca contra una lamparita encendida el negativo de la condición humana argentina. La calidad de un cuerpo que modera la calidad del sueño. Perón es desencanto y es la economía concreta de lo que significa una vida mejor. Perón fascina a los iniciados en la escuela del sol y de la rosca. Perón es un oráculo para los que creen que la Argentina ya se pensó y que ese pensamiento y ese sueño quedó ahí, intacto, sólo enredado en el nido de víboras de su lengua. Así, entonces, todo interesado por lo público seguramente lo admirará siempre y será fan oculto del mejor encantador de serpientes. Sabiduría popular y formación prusiana hacen a su naturaleza. Perón describe la importación del fascismo italiano que intentó (“un socialismo nacional”) y al que sintoniza a la época -sin decirlo- por la adaptación conflictiva que aún un orden fascista implicaba para este país. Por la justicia social que también entrañaba ese fascismo como ideal en una Argentina no desarrollada.
Habla de los mitos con las manos sucias de quien los creó y los recrea. Dice de Evita: “Eva Perón es un producto mío. Es sensible como toda mujer”. El peronismo de género se cae de culo. Dice de Vandor: “Le dije que se cuide.” Perón asume esos nombres. Se reapropia de una Evita tan dejada a disposición de las izquierdas entristas, quizás. Y recoge del piso el cuerpo ensangrentado de Vandor para decir: yo te avisé que el movimiento recibe anticuerpos para fortalecerse en su eliminación. Te dije que te cuides.

Perón es un hombre al desnudo que enseña con el grabador prendido la sociología organicista de su eterno juego pendular. No tiene el secreto de la Coca Cola, tiene el secreto de los chorizos y las salchichas y los patys. Es Perón, es 1970 y mientras una generación de jóvenes sube al monte a hacer la colimba montonera o guevarista dice que en un pueblo siempre hay idealistas y materialistas, pero en estas proporciones: 10% idealistas y 90% materialistas. Perón reconoce eso aún cuando palmea a los “maravillosos”. Los describe según su visión zoológica: son perros. 10% de perros buenos y fieles a sus instintos. Y un 90% restante de gatos sobrevivientes. La Argentina según Perón es una buen modo de entender otra verdad más: el General priorizó siempre su percepción de la “larga duración” por sobre las urgencias de una época y de una generación.

FUENTE NIAPALOS.
GB