miércoles, 23 de mayo de 2012

MALVINAS Y BRASIL SEGUNDA Y ULTIMA PARTE.


Cooptación de la Junta Militar

Por lo tanto, poco después de la asunción del presidente Ronald Reagan, el 20 de enero de 1981, su secretario de Estado, general Alexander Haig, suspendió las sanciones impuestas por el ex-presidente Jimmy Carter (1977-1981) y trató de acercarse a la Junta Militar, con el objetivo de contraponer a Argentina y a Brasil. Y el esfuerzo para cooptar a los militares argentinos e influenciarlos en el sentido de modificar la política exterior del país se intensificó en el curso de todo el año y comienzos de 1982. Altos funcionarios y militares argentinos y americanos realizaron asiduos viajes entre Buenos Aires y Washington. Argentina recibió la visita de varios oficiales americanos, de la más alta calificación, tales como el almirante Harry Train, comandante de la flota del Atlántico, contralmirante Peter K. Cullins, comandante de las fuerzas en el Atlántico Sur, el brigadier general Richard A. Ingram, comandante de la Fuerza Aérea y de la Escuela del Estado Mayor, y el general Edward C. Meyer, jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de los Estados Unidos/10 . El general Vernon Walters, apoyado por Jeane Kirkpatrick, embajadora norteamericana en la ONU, y Roger Fontaine, en el Consejo de Seguridad Nacional de los Estados Unidos, visitó varias veces Buenos Aires, en su condición de embajador especial del presidente Ronald Reagan/11 , y negoció, por lo que todo indica, el suministro de armas a la Argentina, que había gastado entre 1978 y 1982 cerca de U$S 16,7 mil millones, casi la mitad de su deuda externa, con su adquisición de otros países, inclusive de Gran Bretaña/12 . Las compras de armamentos, entonces, “se concentraron bruscamente en los proveedores representados por el general norteamericano Vernon Walters, de la United Technologies Corporation, cuya presidencia había sido ocupaba por el general Alexander Haig”./13

En sus esfuerzos para seducir a los militares de Argentina, el general Edward C. Meyer invitó al general Leopoldo Fortunato Galtieri, comandante en jefe de las Fuerzas Armadas a visitar los Estados Unidos, donde, sólo en 1981, estuvo dos veces, siendo la última en noviembre, cuando pasó diez días en Washington, y fue recibido por casi todos altos escalafones de la Casa Blanca - excepto el presidente Ronald Reagan. Y ahí él buscó revivir la propuesta, inspirada por el Departamento de Estado, para el establecimiento de un pacto político militar en el Atlántico Sur, comprometiendo a África del Sur, pacto este rechazado por Brasil, y comenzó a cooperar estrechamente con la política de Reagan en América Central, adonde envió asesores en contrainsurgencia y agentes de los servicios de inteligencia de Argentina, con experiencia en la “guerra sucia”, con la misión de entrenar las tropas de El Salvador en el combate a las guerrillas del Frente de Liberación Nacional Farabundo Martí y participar de operaciones encubiertas contra el régimen sandinista de Nicaragua/14 .

La Junta Militar imaginó que los Estados Unidos, por interés propio y como contrapartida por la colaboración de Argentina en América Central, evitasen una reacción armada de Gran Bretaña y ésta se limitase a protestas verbales. “It has been suggested that the Argentinian believed that the United States would tolerate their aggression” (”Se ha sugerido que los argentinos creyeron que los Estados Unidos tolerarían su agresión”) - escribió en sus memorias el secretario de estado Alexander Haig, afirmando que no había ninguna base para este error de interpretación y de cálculo./15 El general Haig confirmó, sin embargo, que, de hecho, el general Galtieri había sugerido al embajador Harry W. Schlaudeman que Washington debía estar de acuerdo con la invasión de las Malvinas/Falklands como un quid pro quo por el apoyo de Argentina a los Estados Unidos, en el hemisferio Sur./16 Dicha perspectiva, según se supo, fue insinuada por el general Vernon Walters, la embajadora Jeane Kirkpatrick y Roger Fontaine.

De cualquier manera, de la íntima cooperación con el Pentágono, la Junta Militar infirió, correcta o incorrectamente, que los Estados Unidos estarían también interesados en una solución favorable a la Argentina, en el litigio sobre las Malvinas/Falklands, de modo que, en tales circunstancias, Gran Bretaña no podía concordar con el proyecto de los Estados Unidos de instalar una base militar en aquel archipiélago/17 , ligada con el montaje de otra, en la Patagonia, junto al Estrecho de Magallanes. Los Estados Unidos, desde la Segunda Guerra Mundial, ya planeaban la instalación de dichas bases, con el objetivo de fortalecer la estructura defensiva en el Atlántico Sur y, globalizando la seguridad continental, enfrentar y detener la expansión de la Unión Soviética./18

Las Falklands/Malvinas, en efecto, constituían un puesto avanzado para el control en torno al Cabo de Hornos, aunque su valor estratégico hubiese disminuido desde que la apertura del Canal de Panamá había ofrecido una ruta más corta del Atlántico hacia el Pacífico. De cualquier manera, las bases americanas en el archipiélago de las Malvinas/Falklands funcionarían como una llave del Atlántico Sur, permitiendo a los Estados Unidos fiscalizar el transporte del petróleo proveniente del Oriente y vedando cualquier pretensión que pudiese tener Brasil con relación a la Antártida./19



El apoyo de Brasil

El apoyo efectivo de Brasil a la Argentina, en medio de la solidaridad prestada por los demás países latinoamericanos, fue de “crucial significance”, en la opinión del profesor Richard C. Trotón/20 . Brasil, que siempre defendió el derecho de soberanía de Argentina sobre el archipiélago, asumió la representación de sus intereses en Londres y procuró evitar que Gran Bretaña emprendiese ataques a su territorio continental, que lo llevaría a entrar en el conflicto armado./21 Además, al principio, el presidente João Figueiredo pretendió hacerlo, invocando el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR), es decir, el Tratado de Río de Janeiro, (1947), alineando militarmente a Brasil a la Argentina. Sin embargo, el Itamaraty ponderó que la agresión había partido de la Argentina y no de Gran Bretaña.

 De ahí que, solamente por no estar de acuerdo en la acción armada como medio para resolver el litigio, el gobierno de Brasil se mantuvo neutral, pero con una neutralidad imperfecta, es decir, favorable, de hecho, a la Argentina. De acuerdo con la información del general Octávio Aguiar de Medeiros, jefe del Servicio Nacional de Informaciones (SNI) y documentos del Itamaraty, el presidente João Figueiredo determinó al ministro de Aeronáutica, Délio Jardim de Matos, que suministrase a la Argentina once EBM-326 Xavante, cazas a chorro, los primeros fabricados por Brasil y ya en uso por parte de la Fuerza Aérea Brasileña (FAB)/22 . No cobró nada por ellos y estos cazas a chorro ni llegaron a entrar en operación, debido a la corta duración del conflicto. Brasil también cedió a la Argentina dos aviones de patrullaje EMB 111, fabricados por la Embraer y estacionados en la Base Aérea de Santa Catarina, a fin de patrullar el litoral y seguir los movimientos de la escuadra británica. Repintados con los colores de la Argentina, los mismos oficiales brasileños tuvieron que pilotear los aparatos, en los vuelos de rastreo sobre el Atlántico Sur, por cuanto no había tiempo para entrenar a los argentinos/23 .


Brasil suministró, incluso, tubos para obuses y piezas para fusiles y ametralladoras, por un valor de U$S 2,7 millones, y esta participación directa e indirecta sólo no alcanzó una proporción mayor, con el suministro también de cohetes del Sistema Balístico Aire Tierra (SBAT-70) de 2,75 pulgadas, tanques y otros pertrechos bélicos, porque el conflicto terminó enseguida con la victoria de Gran Bretaña.



Las dificultades en Washington
La invasión de las islas Malvinas/Falklands creó serias dificultades para la administración del presidente Ronald Reagan. Los Estados Unidos nunca habían reconocido la soberanía ni argentina ni británica y el inner-sircle de Washington estaba dividido en cuanto a la actitud a tomar frente a la aventura del general Leopoldo Galtieri. El propio presidente Ronald Reagan se refirió en sus memorias a la “some resistance” de la embajadora Jeane Kirkpatrick a su decisión de alinearse con Gran Bretaña./24 Y Haig relató que ella “vehemently” se opuso a que los Estados Unidos asumiesen una posición que condenase a la Argentina y apoyase a Gran Bretaña, basada en la ley internacional./25 Jeane Kirkpatrick dijo a Reagan que dicha posición le costaría a los Estados Unidos “a hundred years of animosity in Latin América./26″
La conexión secreta de la CIA con los argentinos, financiando el entrenamiento de los contra, creó problemas para el gobierno de Washington, que temió una represalia por parte de la Junta Militar de Buenos Aires, suspendiendo su colaboración en la lucha contra el régimen sandinista.

No obstante, luego del fracaso de sus buenos oficios, apuntando a solucionar pacíficamente el conflicto, el presidente Reagan,/27 no tuvo otra alternativa sino respaldar abiertamente a Gran Bretaña, aportando todo el soporte logístico a los efectivos enviados por la premier Margareth Tatcher, para recuperar las Malvinas/Falklands. Los compromisos de los Estados Unidos con la OTAN eran más fuertes e importantes que el Tratado Interamericano de Asistencia Recíproca (TIAR). Y la Argentina, cerca de dos meses y medio después de la invasión del archipiélago, perdió la guerra. Sus mal entrenadas tropas, el 14 de junio, se rindieron mientras el general Galtieri, un “comic dictator in la gaudy uniform”, según la expresión de Alexander Haig/28 , gritaba estar “sorprendido” con la “traición de Washington”./29





Lección de la Guerra de las Malvinas

Poco después de la rendición de la Argentina, el embajador John Hugh Crimmins declaró, ante el Sub Comité de Asuntos Interamericanos de la House of Representatives de los Estados Unidos que, si alguna vez existió en Washington la tentación de intentar modificar, por la vía militar, la política exterior de Brasil, ella debería ser “rápidamente superada”, pues representaría un “salto al vacío”, con serios riesgos para la cohesión del régimen, para el destino de la apertura democrática y para la posición de los Estados Unidos./30 Esta advertencia él la hacía, según destacó, porque le parecía como una “predisposición” a que Washington viera, de forma indiscriminada, a los militares de América Latina como baluartes de la estabilidad y seguridad./31 Pero esperaba que la experiencia de las Malvinas/Falklands pudiese inducir a algunas reflexiones, dado que la “asidua instrucción” de los militares de Argentina, en general, y del general Galtieri, en particular, no había aumentado ni la estabilidad en este país, ni la seguridad en América Latina./32 Antes, la posibilidad era la de que fuese a causar el efecto opuesto, de acuerdo a lo que estimaba el embajador John Crimmins, cuya declaración dejó entrever que, efectivamente, la administración del presidente Ronald Reagan había estimulado el derrocamiento del general Roberto Viola y su sustitución por el general Leopoldo Galtieri, con el objetivo de modificar la política exterior de la Argentina de alineamiento con Brasil.

* Luiz Alberto Moniz Bandeira es cientista político e historiador, profesor titular de historia de política exterior de la UnB y autor de más de 20 obras, entre las cuales se encuentra “Brasil, Argentina y Estados Unidos - Cooperación y conflicto en América del Sur (De la Triple Alianza al Mercosur). Columnista en varios diarios de su país, periódicos del mundo y en La ONDA digital.



10/Thorton, Richard C. The Falklands sting: Reagan, Tatcher, and Argentina’s bomb. Washington, DC: Brassey, 1998, p. 63.
11/Roett, Riordan & Wiegand, Gunnar - “The Role of Argentina and Brazil - la View from the United States”, SAIS, Center of Brazilian Studies, John Hopkins School of Advanced International Studies, Washington, D.C., p. 2-3. Grabendorff, Wolf - “De País Aislado la Aliado Preferido? Las Relaciones entre la Argentina y los EUA: 1976-1981″ in El Poder Militar en la Argentina - 1976-1981, Buenos Aires, Editorial Galerna, 1983, pp. 159-160. Cardoso, R. Kirschbaum, & Van Der Kooy - 1983, pp. 22-27.
12/Thornton, Richard C. The Falklands sting: Reagan, Tatcher, and Argentina’s bomb. Washington, DC: Brassey, 1998 p. xv. “Los vendedores de armas hicieron gigantescos negocios con la Argentina cuando se elevaba la temperatura del conflicto con el Chile, que en el llegó la estallar, y en el dejaron de hacerlos en los años siguientes”. Garcia Lupo, Rogelio. Diplomacia secreta y rendición incondicional. Buenos Aires: Legasa, 1983, 124.
13/Ibid. p. 124.
14/Ibid., pp. 180-183.
15/Haig JR., Alexander M. Caveat: Realism, Reagan and Foreign Policy. New York: MacMillan Publishing Company, 1984 , p. 296.
16/Ibid., p. 275.
17/Ibid., pp. 10, 43, 51 y 53.
18/Carlos, Newton - “Definindo el Papel de los EE.UU.en la Crise”, in Folha de São Paulo, São Paulo, 07.05.1982, p. 8. Sobre la pretensão de los EE.UU.de estabelecer bases en la Patagônia, desde la Segunda Guerra Mundial, Scenna, 1970, p. 231. Peterson, 1970, p. 562.
19/Opinião del embajador Álvaro teixeira Soares, ex-diretor del Departamento Político-Diplomático del Ministério de las Relações Exteriores de Brasil. el Globo, 14.5.1982.
20/Thornton, Richard C. The Falklands sting: Reagan, Tatcher, and Argentina’s bomb. Washington, DC: Brassey, 1998, 1998, p. 226.
21/Ibid., p. 228.
22/Memorandum para el Sr. Chefe del DPR - Confidencial - DAM-I 102. 05.11.1986. Relações Brasil-Argentina - Visita presidencial. Pedido de subsídios. Secretaria de Estado de Relações Exteriores. PNEMEM Argentina - Maço II.Cooperação Técnica y Industrial 11.06.1980 - 03.10.1985. AMRE - B. Entrevista del general Octávio Aguiar de Medeiros in revista Veja, São Paulo, 9.7.1997, pp. 55-59.
23/Essa informação fue por la primeira vez publicada en obra de Luiz Alberto Moniz bandera. en la época, el jornalista Geneton Moraes, al preparar una reportagem sobre el fato, levada al ar en - Fantástico - programa dominical de la TV Globo, enviou por fax al Ministério de la Aeronáutica un questionário con perguntas, aqui transcritas con las respectivas respostas del Centro de Comunicação Social de la Aeronáutica:
“Em atenção al su fax vimos informá-lo de que:
1.   Quanto tempo de treinamento un piloto necessita até ficar apto para comandar aviões desse tipo ?
R.   Em tempo de paz, dois años de treinamento para plena operacionalidade, para pilotos que não estejam qualificado en la aeronave y en la missão.
2.   O que el Ministério de la Aeronáutica tem la dizer sobre la participação de pilotos brasileños en missões de patrulhamento ? los pilotos brasileños tiveram tempo de treinar los pilotos argentinos ?
R.   Não houve participação de pilotos brasileños.
3.   Quantos EMB, que ya estaban incorporados a la frota de la Força Aérea Brasileira, foram repassados para la Argentina ?
R.   O assunto, por envolver relações internacionais, deverá ser melhor conduzido pelo Ministério de las Relações Exteriores”.
Centro de Comunicação Social de la Aeronáutica, Fax n°. 061 313 2156 ; Assunto: venda de aviões de patrulha para la Argentina. Brasília, 6.10.1993. AA.
A resposta del Centro de Comunicação Social de la Aeronáutica, embora afirme que “não houve participação de pilotos brasileños”, confirma el fato, al informar que, en tempo de paz, eram de dois años el prazo necessário para treinamento de pilotos que não estivessem qualificados en la aeronave y en la missão. la Argentina não possuía pilotos con qualificação para pilotar aquele tipo de avião fornecido pelo Brasil. y la guerra en las Malvinas/Falklands não durou más del que três meses, não sendo possible, nesse curto espaço de tempo, el treinamento de qualquer piloto argentino, por más intensivo que fosse.
24/Reagan Ronald. An American Live. Nova York: Simon & Schuster, 1990, p. 358.
25/Haig Jr, Alexander M..Caveat: Realism, Reagan and Foreign Policy. New York: MacMillan Publishing Company, 19841984,., pp. 268-269.
26/Ibid., pp. 268-269.
27/Ledeen, Michael A. Perilous Statecraft. An Insider’s Account of the Iran-Contra Affair. New York: Charles Scribner’s Sons, 1988, pp. 28-29.
28/Ibid., p. 266.
29/Garcia Lupo, Rogelio. Diplomacia secreta y rendición incondicional. Buenos Aires: Legasa, 1983 , p. 71.
30/Depoimento del embajador John Hugh Crimmins in United States-Brazilian Relations - Hearing before the Subcommittee on Inter-American Affairs, July 1982, pp. 58-59
31/Iibid., pp. 58-59.
32Ibid., pp. 58-59.
Publicado en LA ONDA® DIGITAL
Y en Dossier Geopolítico del Lic. Carlos A. Pereyra Mele.




MODELO


Después de 15 años, vuelve el tren de pasajeros a Tandil

El servicio cubrirá el trayecto Constitución – Tandil, pasando por las localidades de Rauch, Las Flores y Cañuelas. Según informaron desde el ejecutivo bonaerense, se espera que el primer tren parta el 20 de junio.
En una reunión llevada a cabo ayer, el subsecretario de Coordinación Gubernamental de la Jefatura de Gabinete bonaerense, Alejandro Rodríguez, el Interventor de la empresa Ferrobaires, Antonio Maltana y el secretario de Turismo, Ignacio Crotto, ajustaron los detalles para la reactivación de este ramal suspendido hace más de 15 años.
Tras la reunión, Rodríguez informó que el servicio cubrirá el trayecto completo ida y vuelta dos veces por semana “para devolverle a los vecinos de Tandil, Rauch, Las Flores y Cañuelas un servicio de trenes merecido y esperado por años”.
Por su parte, el interventor de Ferrobaires, Antonio Maltana consideró que “la recuperación de los talleres ferroviarios de Junín nos ha permitido dejar los coches a nuevo y recuperar trazados que estaban caídos como este ramal a Tandil, un punto estratégico de la Provincia”.
Se espera que el primer tren parta hacia la ciudad serrana desde Constitución el próximo 20 de junio a las 14:00 y arribe a Tandil a las 18:15.
GB

La Corte Suprema falló sobre un artículo clave de la Ley de Medios


La Corte Suprema de Justicia resolvió hoy por voto unánime destrabar un artículo clave de la Ley de Medios, aprobada en 2009 y que se encontraba en disputa entre el gobierno nacional y el Grupo Clarín. Se trata del artículo 161, que establece la obligatoriedad de desinvertir en un plazo máximo de un año, para aquellos grupos que superen los topes de la regulación.
Fuentes tribunalicias anticiparon a LA NACION que la decisión fue adoptada con el voto concurrente de todos los jueces del máximo tribunal.

El artículo de la Ley de Medios dice textualmente: "Los titulares de licencias de los servicios y registros regulados por esta ley, que a la fecha de su sanción no reúnan o no cumplan los requisitos previstos por la misma, o las personas jurídicas que al momento de entrada en vigencia de esta ley fueran titulares de una cantidad mayor de licencias, o con una composición societaria diferente a la permitida, deberán ajustarse a las disposiciones de la presente en un plazo no mayor a un (1) año desde que la autoridad de aplicación establezca los mecanismos de transición".
La decisión dispuso mantener la medida cautelar que había suspendido la aplicación del artículo 161, con un plazo de treinta y seis meses que había dispuesto la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil y Comercial Federal, pero contados a partir de la fecha del dictado de la medida, en 2009. Es decir, la cautelar dejará de estar vigente el 7 de diciembre de 2012.

La Corte Suprema destrabó hoy el artículo 161 de la Ley de Medios.
DENTRO DE LA LEY TODO FUERA DE LA LEY NADA
JUAN DOMINGO PERON.
GB

acceder al dictamen de la Procuración General de la Nación ingrese a:http://www.mpf.gov.ar/dictamenes/2011/ERighi/diciembre/Grupo_Clarin_SA_G_589_L_47.pdf 

martes, 22 de mayo de 2012

MALVINAS Y BRASIL PRIMERA PARTE



Por Luiz Alberto Moniz Bandeira*


Guerra de las Malvinas: Petróleo y geopolítica

El diario italiano Il Paese Sera, en la edición del 3 de abril de 1982, informó acerca de la invasión del archipiélago de las Malvinas/Falklands por parte de las tropas de Argentina, comentando que la Junta Militar que gobernaba el país, ya había decidido llevarla a cabo, debido a las “previsiones de la existencia de petróleo en la región” y, tal vez, con el objetivo de desviar la atención del pueblo de los problemas internos y de la “desastrosa situación económica” del país,/2 cuyo PBI, en 1981, registraba una caída de más del 14%, la deuda externa, que había saltado a U$S 27 mil millones en 1980, subía a U$S 35 mil millones a fines de 1981, y la bancarrota de las empresas, sobre todo de la industria argentina, sumaba cerca de U$S 2 mil millones. También La República, en un artículo firmado por Saverio Tutino, comentó que, “más allá del petróleo”, motivos de orden interno habían conducido al general Leopoldo Galtieri (1926 - 2003), jefe de la Junta Militar, a reavivar una “pieza emocional de inspiración chauvinista”/2, como la soberanía sobre el archipiélago de las Malvinas/Falklands, ocupado por Gran Bretaña. Igualmente, desde Washington, el embajador de Brasil, Antônio Azeredo da Silveira, informó al Itamaraty que los medios de comunicación de los EE.UU. estaban señalando como los “principales responsables por la actitud de Argentina: la necesidad de apoyo interno para el gobierno Galtieri y la posibilidad de la existencia de petróleo en la plataforma continental de las Malvinas”/3.

De hecho, la posibilidad de la existencia de petróleo en las Malvinas/Falklands era real. En 1993, la British Geological Survey anunció la existencia de una zona de exploración de petróleo a 200 millas en torno de las islas y datos geológicos (recogidos a través de explosiones que provocan resonancias sísmicas, como una especie de pequeño terremoto controlado) sugirieron sustanciales reservas capaces de producir 500.000 barriles por día. También existe una estimación de que el volumen de petróleo pueda ser de 60 mil millones./4 Sin embargo, según los analistas de la Edison Investment Research, ninguno de estos volúmenes fue todavía comprobado, aunque se sepa que el campo de Sea Lion tiene un tamaño casi al descubierto en el Mar del Norte de Gran Bretaña, denominado Buzzard, donde el total recuperable de reservas es de más de 550 millones de barriles. Las reservas del campo Sea Lion, alrededor de las Malvinas/Falklands están estimadas en 450 millones de barriles, y está siendo explorado por la compañía Rockhopper. Y la Falkland Oil and Gas Limited y la Borders & Southern Petroleum, en 2012 ya estaban sondeando el sudeste del archipiélago./5



La disputa de las Malvinas/Falklands

El archipiélago de las Malvinas/Falklands, en la región subantártica del Atlántico Sur y 483 km distante de la costa de Argentina, está constituido por dos grandes islas (Soledad, al este y Gran Malvina, al oeste) y aproximadamente otras 700 islas menores y peñascos. Existen muchas controversias sobre su descubrimiento y colonización. Todo indica que el navegante holandés Sebald de Weert (1567-1603), de la compañía Holandesa de las Indias Orientales (Vereenigde Oost-Indische Compagnie - VOC), fue el primero que avistó este archipiélago y lo cartografió, en 1598/1600, dado que el nombre Islas de Sebald es el que consta en los más antiguos, sobre todo los holandeses. Pero el primero en desembarcar en una de las islas, 1690, fue John Strong, comandante del HMS Welfare, y bautizó al archipiélago con el nombre de Falkland Islands, en homenaje a Anthony Cary, 5th Viscount of Falkland, (1656-1694), que había patrocinado la expedición.

Posteriormente, en 1764, un navegante de Saint Malo (ciudad portuaria en la Bretaña) Louis Antoine de Bougainville (1729-1811) fundó una base naval en Port Louis (Malvinas Oriental) y denominó el archipiélago de Îles Malouines (de ahí el origen del nombre Malvinas). No obstante, un año después, el comodoro John Byron (1723 - 1786), abuelo de Lord Byron, el notable poeta inglés, construyó un fuerte en Port Egmont, en la pequeña isla Saunders, al norte de las Malvinas/Falklands occidentales, y reclamó la soberanía del archipiélago para Gran Bretaña. Poco después, en 1766, España obtuvo de Francia la cesión de su base, el Port Saint Louis, en las Malvinas Orientales, y en 1774 consiguió expulsar el contingente británico de Port Egmont, en la isla Saunders.

A partir de 1811, sin embargo, España abandonó el archipiélago de las Malvinas, como consecuencia de las guerras por la independencia de sus colonias en las Américas, y su dominio, en los años 1820, pasó virtualmente hacia Buenos Aires, al frente de las Provincias Unidas del Río de la Plata. Este dominio formal no duró más que trece años. El 2 de enero de 1833, el capitán James Onslow, comandante de la fragata HMS Clio, llegó al Puerto Soledad (antes Port Louis), expulsó al capitán José María Pinedo y a los pocos colonos argentinos, que habían comenzado a poblar allá en 1827, y sustituyó la bandera de Argentina por la bandera de Gran Bretaña. Puerto Soledad, en la isla más grande, se convirtió en Port Stanley y la colonización del archipiélago, como territorio británico en ultramar, comenzó con inmigrantes escoceses, galeses e irlandeses.



“Las Malvinas son argentinas”

Sin embargo, la Argentina, desde entonces, nunca dejó de reivindicar su soberanía sobre las Malvinas como parte integral e indivisible de su territorio, integrantes de la provincia de Tierra de Fuego, junto con la Antártida y las otras islas del Atlántico Sur, considerando que ellas fueron “ocupadas ilegalmente por una potencia invasora”, Gran Bretaña. No queda la menor duda de que el general Leopoldo Galtieri intentó lograr apoyo para la tan desgastada y desmoralizada dictadura militar, despertando el sentimiento patriótico del pueblo argentino, al tomar la iniciativa de invadir las Malvinas, cerca de tres meses y diez días, luego de derrocar al general Roberto Viola (1924 - 1994) de la jefatura de la Junta Militar y asumir el poder. La posibilidad de la existencia de petróleo en la región de las Malvinas, como uno de los factores de la invasión, no constituyó, sin embargo, una mera especulación de algunos periódicos de Italia. El presidente Ronald Reagan (1981-1989) anotó, en su diario, que llamó por teléfono al general Galtieri y, durante 40 minutos, intentó persuadirlo de no invadir las Malvinas/Falklands y que entonces “we learn there is possibility of oil there” (supimos de la posibilidad de que allí había petróleo)./6 También el secretario de estado del presidente Ronald Reagan, Alexander Haig, escribió que las exploraciones geológicas habían revelado que las Malvinas/Falklands estaban sobre un largo campo submarino de petróleo y que algunos asesores entendían que la disputa entre Argentina y Gran Bretaña podría ser resuelta por medio de un entendimiento sobre los derechos de exploración./7

La posibilidad de la existencia de petróleo en la región constituyó, por cierto, uno de los diversos motivos geopolíticos, no precisamente de la Junta Militar, sino, sobre todo, de los sectores de la administración del presidente Ronald Reagan que animaron al general Leopoldo Galtieri a destituir, mediante un golpe blanco, al general Roberto Viola (1924-1994), el 10 de diciembre de 1981, y menos de cuatro meses después, invadir las Malvinas/Falklands, el 2 de abril de 1982.



Alarma en Washington

Los círculos políticos en Washington estaban alarmados con el hecho de que Argentina y Brasil, en mayor o menor grado, se acercaban a la Unión Soviética, no obstante el carácter anticomunista de sus regímenes militares, al mismo tiempo en que las contradicciones económicas y políticas con los Estados Unidos, se acentuaban cada vez más. Y la alarma con los rumbos de América del Sur había recrudecido, desde que, en mayo de 1980, el general João Batista Figueiredo (1918 -1999) realizó una visita de estado a Buenos Aires (la primera de un jefe de gobierno brasileño desde 1935), y firmó con el general Jorge Rafael Videla, jefe de la Junta Militar, diversos protocolos de cooperación, tratando de sepultar la rivalidad y la hipótesis de conflicto permanente como vectores del relacionamiento entre Brasil y Argentina. Los acuerdos, en el área militar, apuntaban a la fabricación conjunta de aviones - el caza bombardero AX y el bimotor CX - y misiles - así como al suministro de productos siderúrgicos de la Siderbras, a Fabricaciones Militares de Argentina. Con otro protocolo, los dos países establecieron la cooperación para ubicar un satélite de comunicaciones, en una órbita común y la Argentina se comprometió a proveer 240 toneladas de uranio a Brasil. El acuerdo, en el área de la energía nuclear, permitiendo a los dos países, que no suscribieron el Tratado de No Proliferación de Armas Nucleares (TNP), alcanzar más rápidamente el dominio del ciclo completo de la tecnología de enriquecimiento de uranio, fue lo que más asustó a Washington./8

La alianza entre Brasil y Argentina tendió a profundizarse y consolidarse, cuando el general Roberto Viola, de la corriente nacionalista, el 29 de marzo de 1981, sustituyó al general Jorge Rafael Videla en la presidencia de la Junta Militar, de acuerdo a las normas de rotatividad, nombró a Oscar Camilion, embajador de Argentina en Brasil, y, dos meses después, a fines de mayo, se encontró con el general João Figueiredo, en Paso de los Libres.

Al gobierno de Washington no le interesaba, en absoluto, que Brasil, cuya presencia se consolidaba en África Occidental - Angola, Guinea Bissau y Cabo Verde - y contribuya para sustentar regímenes de izquierda, al lado de la Unión Soviética y de Cuba, pasase a dominar el Atlántico Sur, junto con Argentina./9 No le convenía que el Atlántico Sur, ruta de fundamental importancia para la seguridad de los Estados Unidos, se tornase, virtualmente, en un “lago brasileño”, dado que el cargamento de petróleo del Golfo Pérsico, circundando el Cabo de la Buena Esperanza, transitaba por sus líneas marítimas, con destino al Caribe y a Europa Occidental. Y los militares americanos temían que la Unión Soviética, con una poderosa flota de submarinos y cruceros anti-submarinos, fuese a establecer bases en el Atlántico Sur, en Luanda y Cabo Verde. El hecho de dominar la mayor parte de la costa oriental de aquel océano y casi toda la extensión de la ruta, desde el Cabo de la Buena Esperanza (África del Sur), pasando por el corredor entre Natal y Dakar, hasta las proximidades de la Cuenca del Caribe, otorgaba a Brasil, por lo tanto, enorme relevancia estratégica para la protección del tráfico marítimo, en un área de circulación alternativa y que se tornaría obligatoria, en caso del cierre del Canal de Suez.



* Luiz Alberto Moniz Bandeira es cientista político e historiador, profesor titular de historia de política exterior de la UnB y autor de más de 20 obras, entre las cuales se encuentra “Brasil, Argentina y Estados Unidos - Cooperación y conflicto en América del Sur (De la Triple Alianza al Mercosur). Columnista en varios diarios de su país, periódicos del mundo y en La ONDA digital.

1/Telegrama 243, confidencial, Exteriores para Brasemb- Buenos Aires, 03.04.1982.. Classificação: 900.2 (B29) (F27) - islas Malvinas - AMRE-B.
2/Ibid.
3/Telegrama 1154 2 19:30H en aditamento al telegrama n. 1126. Classificação 900.2 (B29) (F27). AMRE-B.
4/Nil Nikandrov. “Oil war in South Atlantic: Great Britain vs. Latin America” Strategic Culture Foundation. 07.02.2012. “Q&A: The Falklands oil row.” BBC News .Wednesday, 17 February 2010.
5/Julia Kollewe. “Talk of Falklands oil boom heightens tensions las war anniversary nears. Up to 8.3bn barrels of oil could be up for grabs, ramping up tensions las the 30th anniversary of the war between the UK and Argentina approaches “. The Guardian, Thursday 16 February 2012
6/Reagan, Ronald. The Reagan Diaries. Nova York: HarperCollins Publishers, 2007, p. 77.
7/Haig Jr., Alexander M. Caveat: Realism, Reagan and Foreign Policy. New York: MacMillan Publishing Company, 1984 , p. 268.
8/Roett, Riordan & Wiegand, Gunnar - “The Role of Argentina and Brazil - la View from the United States”, SAIS, Center of Brazilian Studies, John Hopkins School of Advanced International Studies, Washington, D.C., p. 28.
9/Jim Brooke, “Brazil’s Ambitions Expansion Into Africa Runs Counter to U.S. Tack”, in The Washington Post, Washington, 15-4-1981, p. A-27

Prof GB



ANGOLA III


Africa subsahariana: partirá una misión comercial argentina de 40 firmas

Angola, mercado para armar

Un país lleno de contrastes que busca socios para su reconstrucción
 
 
 
Tras la guerra civil que destruyó al país durante casi tres décadas, Angola tiene todo por hacer: desde asegurar la más elemental provisión de alimentos hasta la reconstrucción de casi toda su infraestructura. Ante ese panorama, doloroso y a la vez esperanzador, la Argentina asoma como un socio comercial con mucho para dar.
En la región subsahariana del continente negro, bañada por las aguas y las riquezas del Atlántico sur, esta ex colonia portuguesa está empeñada en recuperar el tiempo perdido a sólo tres años del final del sangriento enfrentamiento interno que dejó más de un millón de muertos y cuatro millones de desplazados de sus hogares.
Para avanzar en ese camino de reconciliación y desarrollo, necesita -además de paz y estabilidad- materias primas y bienes de capital extranjeros.
Recursos no le faltan: el país es el cuarto productor mundial de diamantes; cuenta con importantes reservas de uranio y la extracción de petróleo -mayormente off shore- llega al millón de barriles diarios y podría duplicarse para 2008.
Estos pocos, pero reveladores indicios, llamaron la atención de unas 40 empresas argentinas que esperan colocar allí sus productos, sobre todo en lo referido a alimentos y bebidas, insumos para la salud, textiles, maquinaria agrícola, telecomunicaciones, obras públicas y de infraestructura.
Hasta Luanda, la capital angoleña, viajarán representantes de Molinos Río de la Plata, Riva Obras Públicas y Privadas, Nixon Informática y Comunicaciones, Laboratorios Fabot, La Virginia y Satch Poliuretanos, entre otras compañías. Algunas de ellas ya concretaron negocios ens este mercado y ahora van por más.
Los ejecutivos se reunirán con sus contrapartes angoleños y portugueses, con autoridades nacionales y provinciales, representantes de aduanas y de la Agencia Angoleña para la Inversión, que los ilustrarán sobre el sistema cambiario, regulación de la inversión extranjera, legislación laboral y régimen fiscal.
Las firmas locales tienen la ventaja de poder conocer estrechamente la experiencia de muchas de sus pares brasileñas, instaladas del otro lado del océano desde hace algunos años. El interés del mayor socio del Mercosur en este mercado africano quedó demostrado el año último, cuando el presidente Luiz Inácio Lula da Silva encabezó una misión comercial integrada por 160 empresarios de su país.
Claro que Brasil cuenta con algunas ventajas culturales: ambos países fueron colonias de Portugal, comparten un idioma común e integran la Comunidad de Naciones de Lengua Portuguesa (CNLP).
Además, Angola se caracteriza por tener un mercado con gran presencia de productos de Portugal, país que cuenta con canales de financiamiento y comercialización específicamente pensados para sus ex colonias africanas. Por eso, la Cámara Argentina Portuguesa de Comercio (CAPC), que organiza la misión, busca capitalizar la experiencia lusitana en estas tierras.

Rumbo a Luanda

La visita de empresarios argentinos a Luanda se concretará el 22 del actual. Es también organizada por la embajada de Angola en Buenos Aires y la Fundación ExportAr, y auspiciada por los gobiernos angoleño, argentino y portugués.
"Las oportunidades de negocios se abren sobre todo en los sectores de alimentos [este país importa casi todo lo que consume], materiales de la construcción [todo está por hacerse], calzado y textiles", explicó Jorge do Amaral, presidente de la CAPC.
Agro, pesca, minería, petróleo, gas, energía y telecomunicaciones también son sectores con gran potencialidad. Además, otros rubros con fuerte demanda que se adecuan a la oferta exportable argentina son frutos comestibles (en especial, manzana, mandarina y limón), preparados de frutas, vinos, productos farmacéuticos, lácteos, azúcar refinada, indumentaria, artículos de belleza, artículos plásticos, materiales de construcción, químicos (insecticidas y herbicidas) y eléctricos (motores, cables y conductores).
A pesar de que la agricultura rudimentaria provee el alimento a más del 80% de la población, la actividad primaria está muy atrasada. La causa está más que clara: durante la guerra, los principales bandos obligaron a grandes cantidades de población a movilizarse de un lado a otro del territorio y les impidieron radicarse en un sitio y cultivarlo.

Indicadores

La producción petrolera es vital para la economía del país, ya que aporta más del 45 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) y más de la mitad de sus exportaciones. Los indicadores económicos se mueven en dirección positiva, el producto bruto crece, la inflación tiende a estabilizarse y el déficit público se reduce. En volumen, esta república -que tiene vigente un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI)- cuenta con el tercer mercado de su continente después de Sudáfrica y Nigeria.
En los últimos años, su economía recibió fuertes inversiones externas. Sólo en 2001, ese monto llegó a los 1800 millones de dólares. Entre los casos de apuestas más significativos se pueden mencionar los siguientes: Coca Cola, que invirtió 36 millones de dólares en la instalación de una embotelladora en la provincia de Bengo; la firma Chinese Guangdong Overseas Construction, que abrió una planta de ensamblaje de motos por 7,2 millones de dólares; la compra del 49% de la cementera Cimangola por parte de Seancem International, de Noruega, y la reapertura de la elaboradora de café de Liangol, a cargo de la portuguesa Delta Café.
En la cámara portuguesa -que lleva 60 años en la Argentina y tiene 80 socios- afirman que los empresarios argentinos que viajen al Africa encontrarán relativamente fácil la identificación de un interlocutor comercial adecuado, al estar muy extendida la figura del intermediario, que desempeña la doble función de importador y distribuidor.
No obstante, como ante todo lo desconocido, conviene asesorarse acerca de los riesgos. Como en América latina, en Africa la corrupción también es un obstáculo para el intercambio, por ejemplo. Por este motivo, algunos organismos multilaterales aconsejaron al gobierno angoleño la adopción de nuevas políticas de transparencia y lucha contra la corrupción.
Por lo mismo, los organizadores sugieren a los empresarios interesados en este mercado ser precavidos, enfocar claramente el negocio, encontrar socios locales y tener en cuenta que este es un país en reconstrucción que todavía carece de infraestructura adecuada en muchos ámbitos.
Para mayor información, comunicarse por el 4322-2112 o el e-mail eduardovaz@camaraportuguesa.org.ar. Los interesados también pueden dirigirse a la sede de la cámara, en San Martín 345, 4to. piso, Capital.
Por José Crettaz
De la Redacción de LA NACION
5 DE OCTUBRE DE 2004
 

Los que hacen camino

No todo es nuevo para las empresas argentinas interesadas en Angola. Algunas ya están trabajando para satisfacer la demanda. Techint, por ejemplo, está presente desde hace tiempo en la pujante industria petrolera local.
Entre los adelantados también está Molinos Río de la Plata, que invirtió 10 millones de dólares en una nueva línea de producción de fideos pensada para abastecer, entre otros, a este mercado africano. La empresa, que este año recibió el premio a la Exportación Argentina en el rubro alimentario otorgado por Prensa Económica, producirá las pastas secas en su planta de Tortuguitas. El año último, Molinos facturó 889 millones de dólares e incrementó sus ventas al exterior un 504 por ciento.
Y este mes, fue noticia el arribo a las principales ciudades del país africano de la revista Caras -una idea original de la editorial Perfil-. En realidad, el desembarco llegará procedente de Portugal, donde fue adaptada después de Brasil. La revista comenzará a distribuirse antes de fines de año y los contenidos locales se irán incorporando de a poco, primero con un insert en la versión portuguesa y luego con una edición local.
Además, para muchas empresas, Angola puede ser cabeza de playa para su posterior entrada en mercados africanos poco explorados. "Estamos muy entusiasmados por las oportunidades que brinda este nuevo frente de trabajo, que puede servir de base para llegar a otros países de la región como Mozambique, Cabo Verde y Congo, y ofrece una perspectiva muy importante para el cono sur de este continente", confirmó Jorge do Amaral, presidente de la Cámara Portuguesa. .

lunes, 21 de mayo de 2012

MARCELO MORENO PERIODISTA DE CLARIN

Estados Unidos

EE.UU. construye en secreto la mayor base de espionaje del mundo

El día 13 de mayo del corriente afirmó entre otras cosas que:

"vengo de una sociedad en la que se reverencia lo nuevo y vuelvo a otra que se gasta peleando cosas viejas", "la ley reina en América", "dinámica con una actitud que estalla en la tecnología", mientras que la Argentina para este periodista es un perro que se muerde la cola y reinventa conflictos antiguos como el del peronismo y antiperonismo del siglo pasado".
"Vuelvo de Nueva York y ya extraño-a pesar de sus claroscuros-su energía polifónica y su libertad respetuosa"
Y, en la Argentina, hay "millones de pobres que ya se olvidaron la posibilidad de dejar de serlo".

Sí EE.UU. afirmo, es libre y respetuosa, baste preguntarle a los Pueblos latinoamericanos que sufrieron decenas  de golpes de estado financiados por esa libertad y respeto.
Mas el neoliberalismo libre y respetuoso, y los pueblos de Irak y Afganistán saboreando la técnica maravillosa de los EE.UU., y Guantánamo y el bloqueo a Cuba, y el hambre y la miseria esparcida por el globo gracias al Imperio yanki, y...Marcelo Moreno ( mmoreno@clarin.com) enamorado y asqueado a la vez del país del norte y de su país respectivamente.
Pareciera que la nota que reproducimos a continuación, de su propio multimedios, le otorgara la razón a tanta admiración

Por Daniel Vittar

La “guerra del ciberespacio”. La Agencia Nacional de Seguridad (NSA) alista un gigantesco centro de datos en Utah, donde instalará sofisticada tecnología para vigilar Internet y otros medios.

Las obras. La construcción de la base avanza en Utah. Se estima que costará 2.000 millones de dólares.

La NSA alista un gigantesco centro de datos en Utha.
Las obras. La construcción de la base avanza en Utah. Se estima que costará 2.000 millones de dólares.

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21/05/12
En una pequeña y somnolienta comunidad del oeste de Estados Unidos, donde la mayoría de sus casi 7.000 habitantes son mormones, la comunidad de inteligencia está levantando el centro de espionaje más grande que el mundo haya conocido hasta ahora. La ciudad se llama Bluffdale y se encuentra en el estado desértico y montañoso de Utah, cuya población mira con asombro el gigante que está construyendo el cuerpo de ingenieros del Ejército. Se trata de la nueva base de la poderosa National Security Agency (NSA), que se convertirá en el corazón de un colosal tablero mundial destinado a espiar cada rincón del planeta que considere hostil o afecte los intereses de Washington. Es, tal vez, el paso más beligerante que da EE.UU. en la llamada “guerra del ciberespacio”.
Carroll F. Pollett, director de la Agencia de Defensa de Sistemas de Información (DISA), lo explicó con claridad en una sesión en el Congreso. “ El ciberespacio se ha convertido en un nuevo campo de batalla . Ha adquirido una importancia similar a la que tienen los otros, tierra, mar, aire y espacio. Está claro que debemos defenderlo y volverlo operativo”. En lenguaje militar, el ciberespacio es denominado “quinto campo de batalla”.
El centro de datos de Bluffdale es una descomunal estructura –cinco veces el tamaño del Capitolio– que albergará la más moderna tecnología destinada a interceptar, almacenar, descifrar y analizar la compleja red de comunicaciones del globo. Sus veloces computadoras deglutirán inconmensurables datos captados por los satélites, extraídos de la red de celulares y arrebatados a la Web. En su primera etapa el emprendimiento se mantuvo en estricto secreto hasta que salió a la luz por una investigación del periodista James Bamford, experto en inteligencia, en Threat Leve l, un medio especializado en seguridad.
El amo de esta omnisciente instalación es la NSA, la agencia más poderosa y enigmática de EE.UU., cuya capacidad y recursos dejaron muy atrás a la CIA y al FBI. Su especialidad son las comunicaciones y el criptoanálisis. Es, básicamente, un “Gran Hermano” de formidables dimensiones. Para ello dispone desde hace más de tres décadas de la polémica red de espionaje Echelon, basada en satélites alrededor del planeta.
Este nuevo bunker de la NSA costará unos 2.000 millones de dólares y se espera que lo terminen el año próximo. Pese al aura de secreto, medios estadounidenses adelantaron que constará de cuatro salas de 2.300 metros cuadrados, cada una de ellas llena de servidores. A esto hay que agregarle otras plantas, de medidas similares, destinadas al sector técnico y administrativo. Tal cantidad de equipos necesita un enorme poder de refrigeración y esto, a su vez, de energía. Se presume que consumirá el promedio de electricidad que utiliza habitualmente una pequeña ciudad. Todo el complejo será autosuficiente.
Su funcionamiento, una vez terminado, será el siguiente. Tomará la información recogida por los satélites –particularmente de la red Echelon–, los datos provenientes de agencias en el exterior y las comunicaciones interceptadas en los centros de vigilancia instalados en el mundo, para luego depurar, analizar y determinar que es relevante para la sede madre de NSA en Maryland.
Si bien el proyecto se concreta ahora, tiene su origen en una iniciativa que la NSA impulsó durante el gobierno de George W. Bush tras el 11/S, que se conoció como “Stellar Wind” (viento estelar). Esta actividad de espionaje resultó tan controvertida y peligrosa para los propios estadounidenses que el Parlamento se opuso, y terminó anulándola. Pero desde hace unos años volvió con fuerza. El punto que genera mayor incógnita en este proyecto tiene que ver con la monstruosa cantidad de datos que podrán escanear los equipos de la NSA. De hecho será enormemente superior a lo que se hace actualmente, que de por sí es asombroso.
Más allá de los controles para mantener la seguridad interna, los servicios de inteligencia estadounidenses apuntan ahora a detener los continuos ciberataques chinos que sufrieron agencias del gobierno y empresas , tanto militares como comerciales. Hoy, en esta gran guerra tecnológica desplegada por las potencias, donde el robo industrial se convirtió en un hecho cotidiano, los grandes enemigos para EE.UU. son China y Rusia, y en menor medida Corea del Norte e Irán. En este marco no se sabe muy bien si la gran central de la NSA busca proteger el país contra los ciberataques y descubrir células terroristas, o incursionar con mayor capacidad en el espionaje comercial. El general Keith Alexander, director de la NSA, expuso la cuestión en una comisión del Congreso: “ Necesitamos hacer que sea más difícil para los chinos hacer lo que están haciendo . La propiedad intelectual no está bien protegida, y podemos hacer un mejor trabajo protegiéndola”.
Desde la otra vereda, el coordinador especial de Rusia en tecnología de la información, Andrey Krutskikh, resumió el escenario con estas palabras: “Tenemos una situación en la que se producen millones de ataques de hackers contra nuestro dinero, contra nuestras empresas, en nuestras computadoras privadas, significa que es una forma nueva de confrontación ”.
Para los especialistas, la guerra del ciberespacio entró en una nueva y peligrosa fase, donde el desarrollo tecnológico será fuente de poder y control.
“Estamos a una pequeña distancia del Estado totalitario” , advirtió el ex integrante de la NSA William Binney. Y sus palabras hacen pensar que tal vez no se comprendió a tiempo lo que en su momento planteó Ray Bradbury: “No intento describir el futuro; intento prevenirlo”.

GB

ANGOLA II


Los dos diarios más importantes del país, que hoy hablan pestes sobre la propuesta de comercio exterior con el país africano, hace algunos años expresan cosas muy diferentes.http://cdn.tn.com.ar/sites/default/files/imagecache/nota-600x338/2010/08/24/la-nacion-y-clarin.jpg
En el caso de La Nación, en un artículo del 5 de octubre de 2004, titulado "Angola, mercado para armar", afirmaba: "Tras la guerra civil que destruyó al país durante casi tres décadas, Angola tiene todo por hacer: desde asegurar la más elemental provisión de alimentos hasta la reconstrucción de casi toda su infraestructura. Ante ese panorama, doloroso y a la vez esperanzador, la Argentina asoma como un socio comercial con mucho para dar".
Por su parte, el diario Clarín, en un artículo del 5 de agosto de 2005, titulado "Desde galletitas a infraestructura: expostar a Angola está de moda", afirmaba: "La nación africana está creciendo, por los precios del petróleo y los diamantes. En el 2002, las ventas argentinas llegaron a 81 millones de dólares, el triple que dos años antes. Prometen seguir subiendo".
Siempre es bueno revisar qué decían los medios anteriormente:


Viernes | 05.08.2005

NEGOCIOS & MERCADOS: UN PAIS QUE SALE DE UN CONFLICTO DE TRES DECADAS Y SE ABRE A NUEVOS MERCADOS

Desde galletitas a infraestructura: exportar a Angola está de moda

La nación africana está creciendo, por los precios del petróleo y los diamantes. En el 2002, las ventas argentinas llegaron a 81 millones de dólares, el triple que dos años antes. Prometen seguir subiendo.
Marina Aizen.
maizen@clarin.com

Hasta hace muy poco, hablar de Angola era casi una rareza en la Argentina: apenas había noticias de su largo y cruento conflicto, que durante la Guerra Fría fue alimentado por Washington y Moscú. En Angola, en tanto, la Argentina sólo se conocía apenas por el Che Guevara. Todavía hay una avenida que cruza Luanda, la capital, que lleva su nombre. Pero, todo esto está cambiando, y hoy es posible que los angoleños estén empezando a asociar a nuestro país con otras cosas más mundanas, como las galletitas o la cerveza.

¿Qué pasó? En el 2002, una ráfaga de ametralladora terminó con la vida del líder guerrillero Jonas Savimbi, y con ello también una terrible guerra que duró 27 años. A partir de entonces, las fuentes de financiamiento del conflicto, el petróleo y los diamantes, pasaron a ser recursos para la paz. Y, así, casi de la noche a la mañana, Angola se convirtió en un destino de negocios para todo el mundo, lo que incluye a muchos argentinos. El año pasado partió la primera misión comercial a Luanda con 15 empresas, 12 de las cuales, terminaron anudando acuerdos. A fin de este mes, parte otra misión.

Estos datos se notan en los números. Según la fundación Exportar, en 1997, los argentinos le vendían a los angoleños apenas 3,98 millones de dólares. En el 2002, las ventas ya habían pegado un salto de 27,95 millones de dólares. Y dos años más tarde, se exportaron casi 81 millones. Jorge do Amaral, presidente de la Cámara Argentino Portuguesa de Comercio, cree que se pueden superar los 100 millones en los próximos años. "Es un mercado de buenas oportunidades", indica. "Pero, de enorme complejidad", agrega el ejecutivo.

Uno de los que han logrado entrar en el país es Ariel Davalli, de Helados Chungo. Hace pocos días, sus productos se empezaron a vender en dos supermercados en Luanda, de dueños sudafricanos. Los angoleños desconocían el gusto del helado de chocolate con almendras enteras o con frutos del bosque, y a pesar del poco tiempo transcurrido, el empresario apuesta al éxito.

Pero, en Angola, las cosas no son tan simples. A pesar de que es un país muy rico, que necesita reconstruir toda su infraestructura (lo que implica gigantescas oportunidades de negocios), la guerra también dejó su herencia atroz: pobreza, campos minados, miles y miles de seres mutilados. A esto, se le agrega una dosis de corrupción, lo que exige un profundo conocimiento de la burocracia para la realización de operaciones comerciales. Por eso, hay que volver y volver a Luanda, donde hoy una cena puede costar carísima: 80 dólares (con vino) por persona. Lo mejor, es ir vía San Pablo y Sudáfrica.

Los que han tenido enorme éxito son los fabricantes de galletitas: el año pasado, el 42,3% de las exportaciones de crackers fue a dar a Angola. El mercado se lo reparten básicamente Arcor y Dilexis. Federico Canisa, de esta última empresa, cuenta que las galletitas salen de la fábrica de San Juan con marcas propias y blancas. "Africa está subabastecida, y es un mercado muy demandante de productos masivos. Hay bastantes argentinos tratando de poner un pie allá", revela.

En Angola hoy se comen fideos argentinos (Molinos, entre otros, han dedicado líneas de producción especiales para exportar al país); toman cerveza (Quilmes compite con la local Kuka) y jugos Baggio. También están estudiando el mercado consultores agrícolas, a la espera de modernizar el campo, desminado mediante. Pero, otro empresario de galletitas, que prefiere no revelar su nombre, dice que no hay que olvidar que se trata de un mercado de condiciones "muy extremas", parecido a Haití. Su compañía dejó de exportar el año pasado, cuando se revaluó la kwanza, la moneda local.




De la guerra a la paz

Con el fin de la guerra, y el regreso de 4 millones de refugiados, Angola por fin consiguió despegar. El año pasado creció 11%, empujado por los altos precios del petróleo. El país produce un millón de barriles de crudo por día, y es el segundo proveedor de los EE.UU., detrás de Nigeria. Las ciudades, destruidas por la guerra, están atravesando un boom de la construcción. Justamente, es en este sector, donde las empresas argentinas tienen grandes oportunidades. "Hay nichos para todos, grandes y pymes", dice Jorge Do Amaral, de la Cámara Argentino Portuguesa de Comercio. Además, hay oportunidades en el sector de la infraestructura (no hay caminos), alimentos y el desarrollo del sector agropecuario. Do Amaral, que nació en Angola cuando estaba bajo la ocupación portuguesa, dice que hay enormes fuentes de agua, y nadie que la envase.

GB